Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Notas del fanfic:


    ¡ Hoooola nuevamente !

    Heme aquí de regreso, la verdad pensaba que tardaría más en regresar, pero lo que sucede es que me hallaba hace un tiempo escuchando música, específicamente rock en español de hace algunos ayeres y resultó que la canción de Soda estéreo : " Persiana americana " echó a volar mi imaginación y no queriendo resistirme, comencé a escribir inspirada en ella.

    Y he aquí lo que se me ha ocurrido, se los publico como un " Intermedio " entre " Lágrimas al viento " y el fic que tengo planeado como continuación. Ésta será una historia sencilla y corta, me parece que sin mayores complicaciones, aunque con mi cabeza nunca sé que más se me ocurrirá.

    Se las dejo esperando se entretengan un poco

    Los personajes ya saben no son míos, sino de Rumiko Takahashi Sensei, pero la loca imaginación es toda mía. :)


    Aclaraciones del capitulo:


    Cambios y más cambios, sobre todo para nuestro querido Inu chan.
    Ya veremos hasta donde lo lleva éstos a él y a los demás personajes, pero mejor leanlo por ustedes mismos.






    Capítulo 1

    " Cambios "








    Siempre parece ocurrir una o varias veces a lo largo de nuestras vidas...

    Cuando suponemos que todo está bien así, que todo está en su lugar, tal como creemos que debe ser y que no se moverá mas… algo sucede… algo cambia provocando lo inesperado, algo se mueve, tal vez alguien se va... o alguien más llega.

    Cuando las cosas podrían parecer sencillas o hasta seguras, la vida nos sorprende una vez más...

    Aunque finalmente, quizás lo que ocurre es que no caemos en la cuenta de que el camino que seguimos no es siempre un cómodo sendero moldeado solo a nuestro gusto. Los altibajos, obstáculos, barrancos y hasta desviaciones también forman parte de él y no solo los gratos paisajes a los que nos acostumbramos tan pronto; así que la mayoría de las veces nos toman por sorpresa, aún en las raras ocasiones en que sepamos que puede ser así, nunca nos preparamos por completo a ésos inesperados cambios.

    Observamos, analizamos, ponemos todos nuestros sentidos en ello, acrecentando así nuestra percepción de lo que nos rodea, añadiendo mayor experiencia, para avanzar relativamente seguros a través de la realidad que nos envuelve.
    Pero ... ¡ Cuidado ! ...

    No siempre la realidad juega limpio, no siempre todo es lo que parece, tal vez sea necesario usar mucho más que nuestra vista para estar seguros de lo que vemos o creemos ver y no vivir un engaño que nos haga desviarnos por un camino equivocado...




    -------------------------------------------------------






    - ¡ Estoy exhausto ! - exclama Inuyasha tras lo que ha sido una larga y muy cansada jornada.



    Es sábado, anochece en Tokio con un nuevo habitante en la ciudad, el joven de 23 años recién se ha mudado desde Kioto a ésta enorme metrópoli, todo por cuestiones de trabajo, aunque él en el fondo sabe que hay uno o varios motivos más que lo movieron a tomar ésta decisión.


    Un amigo suyo y ex condiscípulo de la universidad, le ha contactado con una muy importante empresa en éste lugar. Apenas hace una semana que se ha entrevistado, acreditado y conseguido el empleo gracias a su brillante desempeño durante sus estudios y las amplias recomendaciones que porta.

    Aunque recién ha terminado su licenciatura en diseño gráfico, es sumamente hábil y capaz en su ramo, lo que le ha valido para ser aceptado de inmediato en el empleo, con la condición de que debería mudarse a Tokio, lugar donde se encuentran las oficinas principales de dicha empresa.


    Su vida entonces se vio envuelta en un torbellino de asuntos por modificar, decisiones que tomar, en fin... cambios por realizar en su joven existencia.

    El nació y creció en Kioto, donde había llevado una cómoda vida como tantos otros chicos de clase media, pensaba que en un muy buen tiempo permanecería allá, incluso estaba con la mira puesta en un empleo mucho más sencillo, pero después de todo también le gustan los retos y jamás se ha acobardado ante nada, así que cuando le surgió ésta oportunidad no dudó un instante en tomarla, porque a final de cuentas aparte de sumamente atractiva, le ayudaría a resolver otros asuntos alejándolo de situaciones molestas.

    Sin embargo ahora, aún tiene algunas dudas, leves y comprensibles temores que le hacen preguntarse si estará haciendo lo correcto, ha sido demasiado lo que ha cambiado su vida en solo unos días.



    - ¡ Perfecto Inuyasha ! - se recrimina ahora al pensarlo con más calma mientras se da un largo baño en su tina, relajándose un poco tras el arduo trabajo de éste día, pero sintiendo a la vez el enorme cansancio recorrerle todo su cuerpo, sin embargo continua hablando consigo mismo:


    - ¿ No se te hace que ya es un poco tarde para apenas preguntártelo ? - exclama cerrando los ojos y sumergiéndose casi por completo en la tina...


    - ¡ Keh ! ¿ Qué podría salir mal ahora ? todo luce bastante bien por aquí, finalmente solo depende de mí el provecho que saque de todo esto...después de todo me hacía falta un cambio -




    Y no es que se arrepienta de tomar la decisión, no lo asustan los retos, aunque a veces sus amigos más cercanos le decían que a pesar de su decidida actitud, en el fondo podía ser inmaduro y hasta inocente por más que con su característica terquedad se empeñara en ocultar sus defectos y tratar de aparentar lo contrario. Es a pesar de sus defectos un chico de buenos sentimientos y noble corazón, lo cual refleja aún contra sus voluntad en sus hermosos ojos de un dorado brillo.


    Posee también un físico envidiable, esbelta y alta figura de andar orgulloso más no altivo, largo cabello de un muy peculiar color blanco, aunado todo esto a un atractivo rostro que ha robado miradas y suspiros en muchas ocasiones, aunque él parece no prestar mucha atención a eso…



    - Será mejor irme a dormir- dice en cuanto termina de vestirse al salir de bañarse, un short y una playera solamente – no sé que tengo más… si hambre o sueño – exclama en medio de un bostezo, pues ahora recuerda haber comido solo un par de emparedados en el día.

    - ¡ Definitivamente tengo más sueño que hambre ! – dice en medio de un nuevo bostezo


    Luego casi se arrastra hasta acomodarse en su futón, apenas si logra estirarse para apagar su lamparita de la mesilla al lado y casi al instante es presa de profundo y reparador sueño.






    Cuando despierta ya hay bastante luz en su alcoba, pues ha dejado sus persianas color chocolate entreabiertas, bosteza y se estira una y otra vez , cuando un muy sonoro gruñido le recuerda que será mejor apresurarse a ir a la cocina y almorzar algo antes de que su estómago aumente la intensidad de sus protestas y su genio empeore rápidamente.


    Una vez que ha logrado preparar algo después de buscar los utensilios necesarios tras revolver en las cajas que se hallan apiladas en lo que será su comedor, almuerza lo que sería para dos personas.



    - Bien… ¡ Al ataque se ha dicho ! – exclama ya de un mejor humor, mirando las cajas con sus pertenencias que se hallan por todos lados, se frota las manos y arremete para poner orden en su nuevo apartamento.



    Pasa el día yendo de aquí para allá, acomodando, moviendo, aprovechando éste que será el único día completo que pueda dedicar a dicha labor, pues mañana ya deberá presentarse a su nuevo empleo, pero por ahora trabaja sin parar haciendo que las horas pasan rápidamente cuando…



    - ¡ Ding, dong ! – suena el timbre de su apartamento.

    - ¿ Quién podrá ser ? – se pregunta Inuyasha al tiempo que se dirige a abrir



    No conoce a nadie en Tokio o casi, a menos que se trate de…



    - ¡ Kouga ! ¡ Qué gusto verte por aquí ! – exclama con alegría Inuyasha al ver a su amigo y ex compañero de estudios en la puerta - ¡ Pasa, pasa y disculpa el desorden, pero recién llegué ayer sábado ! – le dice Inuyasha a su inesperado visitante mientras empuja unas cajas con el pie y retira otras más de la sala que ya se encuentra acomodada casi en su totalidad.


    De hecho el apartamento ya comienza a lucir acogedor, en su muy personal estilo moderno y minimalista del cual gusta el chico, pero conservando el más puro estilo japonés, a excepción de las persianas verticales tipo americano que lucen sus ventanales.



    - Recibí tu correo avisándome de tu llegada, supuse que estarías muy ocupado, pero de cualquier forma quise venir hoy, espero no ser tan inoportuno – le dice sonriente el recién llegado.

    - ¡ No, claro que no lo eres ! después de todo siempre es bienvenido un rostro conocido en un lugar desconocido… ¡ Bienvenido a mi nuevo hogar ! –



    Se saludan con un firme apretón de manos, como los buenos amigos que han sido desde que se conocieron hace unos años atrás.



    - ¡ Vaya qué bien luce éste apartamento ! puedo notar que has conseguido un buen puesto Inuyasha ¡ Me alegro de verdad, así como me agrada el tenerte por acá ! – le dice sincero su amigo.

    - No puedo quejarme, me gusta éste sitio, además de que la empresa pagará una parte del alquiler. Y debes saber que no se me olvida que éste trabajo es gracias a ti amigo mío –

    - ¡ Oh vamos Inuyasha, la capacidad en el trabajo es toda tuya, yo solo fui el enlace ! y de verdad que el apartamento está de lujo y digamos que no es lo usual –

    - A decir verdad a mí también me pareció algo extraño, pero en fin… ya estoy aquí –



    Inuyasha lo lleva a recorrer su nuevo hogar y cuando llegan a la cocina Kouga le pregunta a su amigo:



    - Y dime… ¿ Ya comiste algo ? –

    - Yo… etto… no he tenido tiempo – le responde el chico que lleva atada a la cabeza una pañoleta roja recogiendo y protegiendo su largo cabello y aún viste solo con un short y playera.

    - ¡ Como lo suponía, anda comamos juntos Inu ! – le dice Kouga mostrándole dos bolsas de plástico en las que lleva comida preparada.

    - ¡ Pues ya que insistes ! después de todo ya es tarde y ahora que pongo atención, creo que me muero de hambre – responde Inuyasha que se apresura a lavarse las manos y a disponer de todo lo necesario.



    Al poco rato ya han dado cuenta de todo y charlan animadamente mientras beben un par de cervezas.



    - Y dime Kouga ¿ Cómo te va en tu imprenta ? según me decías en tus correos marchaba bien –

    - Así es, aunque aún es pequeña, pero tengo grandes proyectos para hacer lo necesario y ampliarla a una editorial en forma. Ya tengo una buena cartera de clientes, aparte de la empresa a la que recién has ingresado. Tal vez me vendría bien que aceptaras ser mi socio como te lo he venido pidiendo. –

    - Realmente te lo agradezco Kouga, pero por ahora deseo probar suerte en éste nuevo empleo, establecerme aquí por un tiempo y ver que sigue después –

    - Entiendo, aunque seré paciente – replica Kouga.



    Siguen charlando, aunque un rato más tarde y un par de cervezas después, la charla toma rumbos insospechados. A Kouga le brillan los ojos cuando Inuyasha se levanta por otro par de cervezas y sin que el peli plateado lo note, la azul mirada de su amigo lo recorre de arriba abajo.


    - Dime Inu… ¿ Entonces planeas quedarte aquí en Tokio… solo ? –



    Inuyasha se sienta en el sofá frente a Kouga mientras le ofrece la bebida a su amigo y luego de darle un sorbo a la suya, le responde:


    - ¿ Solo ? pues sí, vivo solo desde que mi madre murió, pero eso ya lo sabes ¿ No es así ?-

    - Sí bueno, tú sabes a que me refiero y no es sobre eso exactamente , solo que hasta donde sabía eres novio de esa chica…¿Cuál era su nombre ?... emmmh …-

    - ¿ Kagome ?

    - Sí ella misma… Kagome –

    - Bueno, lo que sucede es que eso… no funcionó, ella era muy posesiva ¿ sabes? . De hecho nunca hubo nada mas con ella, solo un sencillo noviazgo que realmente no duró –

    - ¡ Oh , lo siento, lo lamento ! – “ Bueno siendo sincero… quizás no tanto” , piensa Kouga con cierto alivio y una pizca de remordimiento.

    - Eso ya es parte del pasado, ya lo he dejado atrás –

    - ¡ Y vaya que se veía entusiasmada contigo ! de hecho era más que sabido en toda la universidad – le dice riendo Kouga.

    - Je, je, je – ríe nervioso Inuyasha, apurando su cerveza – lamentablemente me parece que ella era la más entusiasmada , realmente nunca hubo química por completo entre nosotros y … ¡Ya lo ves ahora, soy hombre libre ! – dice Inuyasha sonriendo otra vez, aunque tarde cae en la cuenta de lo que ha dicho y a quien cuando observa la reacción de su amigo.



    Kouga se levanta de su asiento y se coloca a un lado de Inuyasha, se nota nervioso, pero aún así se anima a decirle:



    - ¡ Eso puede cambiar Inu ! ¿Lo sabes o no ? – mientras le dice esto posa su intensa mirada en los ambarinos ojos de su amigo.



    Un leve tono carmín se deja ver en terso rostro de Inuyasha, quien desvía la mirada rápidamente.



    - ¡ ¿ De qué rayos hablas Kouga ?! – exclama atónito Inuyasha - ¡ Lo siento, pero tú sabes que yo… no soy… este… no podría ! ¡ Cielos Kouga ! ¿ Pero que demonios te ocurre ? – le suelta de forma atropellada, luego traga saliva y se aparta de él y añade :

    - Además Kouga, de cualquier forma según sé, tú ya tienes pareja desde hace tiempo… - dice Inuyasha como si concluyera el asunto.

    - ¡ Tenía Inu ! como tú dices, eso es cosa del pasado, ahora tú y yo estamos en igualdad de condiciones.

    - No del todo amigo…¡ Yo no soy homosexual !-



    Inuyasha se nota cada vez más incómodo, se levanta buscando un pretexto para alejarse aún más de ese chico de castaño cabello peinado en una alta coleta, lo primero que se le ocurre es ponerse a acomodar algunas cosas en un librero cercano, lo cual no funciona del todo, pues entonces Kouga es quien se levanta para seguirlo.


    El chico que se aproxima, se ha armado nuevamente de valor, no se dará tan fácil por vencido ahora que han vuelto a verse después de mantenerse alejados por un tiempo, aún cuando nunca se había atrevido a confesarle lo que siente por él hasta ahora en forma silenciosa.



    - Dime al menos que lo pensarás Inu – exclama con suave voz al oído de su amigo, pues se ha parado atrás de él, muy cerca a juicio de Inuyasha.

    - ¡ Baka, deja de decir tales tonterías ! – le responde el chico apartándose nuevamente casi de un salto.



    Al ver el semblante serio y casi asustado de su amigo, Kouga decide no forzar demasiado el asunto y opta por retirarse, aunque algo renuente a dejar ir la oportunidad.



    - Está bien Inuyasha, pero como te dije… seré paciente. Por ahora será mejor retirarme ¡ Nos veremos pronto…Inu ! – le dice al tiempo que tomándolo por sorpresa, lo besa fugazmente en la mejilla.

    - ¡¡ Kouga !! – respinga sorprendido Inuyasha - ¡ Tú sabes que yo no soy como tú ! –

    - No aún Inu… ¿ Pero sí sabes ahora como me atraes no ? así como también sabes ya, que hay alguien a quien le agradas…demasiado. –

    - ¡ Lo siento Kouga ! pero no puedo corresponderte más que como amigo. Ahora si me disculpas, debo apurarme con ésto – le responde a su amigo haciendo un ademán con las manos mostrándole las cajas que aún le faltan por desempacar.

    - ¡ Está bien, está bien ! Solo piénsalo ¿ Sí ? –

    - ¡ Gracias por la comida y la compañía Kouga, hasta pronto ! – le dice al tiempo de que lo acompaña hasta la puerta, donde casi lo empuja para que se retire.

    - ¡ Bye, bye Inu ! – todavía le alcanza a decir su amigo antes de irse - Eres sexy bebé - le guiña de forma traviesa el ojo y todavía se atreve a añadir - Tú… yo… en mi auto… piénsalo -

    - ¡ Adiós ! - dice Inuyasha fastidiado y le cierra la puerta.




    Después de eso se deja resbalar hasta el suelo y suspirando dice:



    -¿Qué hice para merecer esto Kami Sama? –



    Se queda un rato sentado en el piso pensando…

    No habían bebido demasiado, así que ése no es un pretexto para lo que acaba de suceder hace un momento. Su mente se remonta hasta el inicio, cuando conoció a Kouga, éste amigo suyo que ahora ha hecho tal confesión.

    Inuyasha desde siempre ha sabido de sus preferencias sexuales, pues es algo que realmente no le preocupa a su amigo ocultar; sin embargo en su relación como compañeros de estudios, no hubo nunca mayor problema aún cuando Inuyasha podía notar una cierta “ simpatía “ hacia él por parte de Kouga, pero como en aquel entonces éste tenía una pareja amorosa, realmente el asunto nunca dio muestras de pasar a nada más, por lo cual Inuyasha jamás le prestó mayor atención.

    Además de que él mismo se vio envuelto en ésa extraña relación con otra de sus compañeras, es decir con la ya mencionada Kagome. Realmente Inuyasha lo intentó, pensó que había una genuina atracción entre ellos, que el amor era posible en esa relación, aunque desafortunadamente el asunto naufragó aún antes de que tomará siquiera forma y fuerza.

    Inuyasha lo atribuyó siempre al exceso de carga de trabajo al hallarse casi al final de sus estudios, a la falta de tiempo para salir juntos y a la escasa paciencia que a veces tenían el uno para el otro, sin embargo cuando ya habían dado por terminada la relación, Kagome nunca se resignó, convirtiéndose esto en el más importante motivo de su partida rumbo a Tokio, había otras oportunidades de trabajo en su ciudad, pero prefirió poner distancia de por medio entre él y la terquedad de la chica, que sin duda alguna permanecía reacia a dejarlo ir y sus intenciones apuntaban sin lugar a dudas a algo tan permanente como el matrimonio.


    De solo pensarlo a Inuyasha le dá un vuelco en el estómago, no desea ligarse a nadie, no aún al menos, para él las cuestiones del corazón podrían ser aplazadas por tiempo indefinido.


    Aunque ahora se cuestiona seriamente su decisión de mudarse aquí al ver lo que acaba de suceder con Kouga, cuando en realidad el peli plata ni siquiera tiene un lugar en su mente para la homosexualidad , aunque las relaciones con las chicas le parezcan algo complicadas, no piensa en los chicos como una opción en lo absoluto.



    - Debo ser algo así como una extraña mezcla de algo raro, casi como un fenómeno híbrido – murmura fastidiado al ponerse de pie y pensar en las relaciones ya sea con mujeres u hombres y decidido mejor a continuar con lo que hacía antes de la llegada de Kouga.

    - ¡ Demasiados cambios !- susurra mientras acomoda las cosas en lo que será su estudio.



    Ya ha colocado su mesa de dibujo y ordenado los estantes y cajones de todos tamaños, en los que cuidadosamente guarda sus materiales y herramientas de trabajo. Hay lienzos y papeles extendidos de una enorme variedad así como pinceles, lápices, estilógrafos, colores, pinturas, tintas … ¡ En fin! , toda clase de cosas que usa para su trabajo, además de los más modernos artilugios en el diseño.




    Las horas transcurren a la par de su avance, siempre ha sido alguien muy organizado y limpio lo cual se refleja en su persona y los lugares en los que se mueve.






    Ya es bastante tarde cuando decide parar, ya falta menos y lo podrá ir haciendo poco a poco durante la semana; se vuelve a duchar y se viste con algo ligero, luego se dirige al refrigerador de donde toma una bebida gaseosa, con ella en la mano se dirige al balcón con el que cuenta su alcoba, idéntico al de la sala. Ha sido un caluroso día de verano así que corre la puerta de cristal sintiendo al instante la fresca brisa nocturna en la cara y notando como ésta juguetea con sus hermosas hebras de blanco cabello, tras lo cual se recarga en la jardinera y contempla el lugar con más calma.


    Se encuentra en un complejo residencial de buena clase, que consta de dos edificios de no más de 7 pisos, semejantes entre sí con un estilo arquitectónico moderno, pero con ciertas diferencias:


    Puede notar que son de buen nivel, pues no son las típicas edificaciones de minúsculos apartamentos en los que suelen residir los trabajadores de oficina. Jamás imaginó que el contrato incluyera un lugar así, que al modo de ver del chico es casi de lujo.


    Al continuar observando, repara en el bello y bien cuidado jardín que divide a los dos edificios de apartamentos. Los de la construcción de enfrente lucen más elegantes, son además de dos plantas cada uno, con enormes ventanales y bellas jardineras, cuentan además con su propio sitio para aparcar los autos, dotados con puertas automáticas, son realmente soberbios, sin duda alguna destinados para empleados de más alto rango-



    - ¡ Algún día viviré en un lugar como ése ! – se dice Inuyasha sumido en sus cavilaciones, con el firme propósito de esforzarse al máximo en su empleo para conseguirlo – trabajaré muy duro hasta lograr un cambio de tal magnitud en corto tiempo. –



    Su mirada se distrae en ése momento hacia un auto deportivo en color grafito, que ha arribado al conjunto de enfrente, ve como entra lentamente en su sitio cerrándose tras de sí las puertas de aluminio negro



    - ¡ Algún día ! – susurra.




    La noche es realmente deliciosa, cierra un momento los ojos disfrutando del leve viento fresco que sopla en esos momentos, ya está por completo oscuro en el exterior y él solo ha encendido una lámpara de pie en su alcoba cuya luz lo ilumina desde atrás, recortando para quien lo vea desde el exterior, su silueta contra el balcón.



    Mientras tanto, otra luz se enciende en uno de los apartamentos de enfrente, tanto el de Inuyasha como la sala de aquel se ubican en el 7° piso, es decir son los últimos apartamentos de cada edificio.


    Casi sin pensar, su mirada sigue a la silueta que se mueve por aquel sitio, lo hace de forma distraída al principio pero después comienza a poner mayor atención, fija su vista entonces en la manera en que se mueve esa persona, tan diferente, elegante incluso.


    Observa cómo va avanzando por el lugar, apagando y encendiendo luces, hasta llegar al piso superior, seguramente donde se ubica su alcoba, todo en imágenes recortadas por los angostos espacios entre hoja y hoja de las persianas verticales con que cuentan los amplios ventanales de aquel apartamento, pues éstas no se hallan por completo cerradas.

    Ya contempla con bastante atención como el propietario de ese apartamento va de un lado a otro, como una misteriosa sombra a través del lugar sin luz, hasta que nota como se queda inmóvil unos instantes frente a uno de los ventanales y luego se gira lentamente para observarlo… a él.


    Inuyasha ha estado tan concentrado observando todo esto que se sobresalta al notar como ese alto hombre estira una mano seguramente hasta el interruptor y lo acciona, iluminando de golpe el lugar, sin duda alguna también ha sentido la fija mirada de Inuyasha.


    Quien puede notar que se trata de un hombre joven, 25 años a lo sumo, de larguísimo y albo cabello, esbelta e impactante figura y aún cuando no distingue con suficiente detalle aquel rostro, alcanza a percibir que es demasiado atractivo y sobre todo puede ver claramente que ese hombre ha posado su atenta mirada en él.


    Inuyasha apenado por alguna extraña razón, quizás por ser descubierto en ese ingenuo acto de curiosidad, desvía la mirada y retrocede unos pasos hasta quedar él mismo detrás de sus propias persianas similares a las que se hallan enfrente.


    Cuando dirige otra vez su curiosa mirada hacia aquel ventanal, puede ver que ese alto joven ya continua con lo suyo. Ahora ya se ha despojado de su saco, luego sigue con la corbata, la cual arroja con gracia hacia un lado, parece absorto en si mismo, ya no mira a Inuyasha quien embobado ve como se ha girado dándole la espalda. Por sus movimientos Inuyasha puede imaginar que ahora desabotona lentamente su camisa.

    Entonces para sorpresa del indiscreto observador, con un muy lento y sensual movimiento, se acomoda su largo cabello hacia adelante pasándolo por encima de uno de sus hombros, despejando de éste su esbelta espalda, para luego de igual forma hacer que con un grácil movimiento su camisa resbale por su blanquísima piel. Inuyasha observa esa espalda desnuda, tentándolo a desear ver más, lo cual para su mala suerte es imposible, pues desde su posición la jardinera le tapa la vista.

    El chico no puede apartar los ojos de encima de aquel desconocido, ni siquiera atina a parpadear, no hasta que aquel atractivo hombre se gira muy lentamente, dirige nuevamente su penetrante mirada hacia Inuyasha, una mirada que lo inmoviliza, casi lo deja desvalido.

    Pero ése desconocido no se detiene ahí, pues en ese instante le guiña muy sugerentemente un ojo, lo cual detiene la respiración del chico por una fracción de segundo, acelerando su corazón de forma inexplicable.

    Más luego ese hombre hace girar las hojas de las persianas con un elegante movimiento de la mano, cerrándolas de golpe.


    Inuyasha tarda unos instantes en reaccionar…



    - ¡¿ Pero… qué demonios… ha sido eso ?! – tartamudea el chico cuando consigue moverse, parpadeando rápidamente, tratando de aclarar sus pensamientos.



    Luego a toda prisa se mete nuevamente, pues sin darse cuenta de ello ya había dado unos pasos hacia afuera otra vez, cierra el cancel de vidrio y enseguida sus persianas.


    Ahora es consciente del calor en su cara, la cual está seguramente ruborizada y no precisamente por el calor del ambiente, incluso siente su corazón golpeteando contra su pecho a toda prisa.


    Se tira en la cama cubriéndose avergonzado el rostro con ambos brazos, hasta que respirando profundamente se va calmando poco a poco.



    - ¿ Pero por qué seguí mirando ? – se cuestiona en voz baja - ¿ Quién diablos es ese hombre ? – murmura al darse cuenta de que sin duda alguna lo ha perturbado sin que él mismo estuviera plenamente consciente.



    Su orgullo sale a flote nuevamente y reponiéndose casi por completo…



    - ¡ De cualquier forma no me interesa ! – exclama decidido al tiempo que se gira en su cama dispuesto a olvidar ese extraño incidente - después de todo no es de mi incumbencia – se repite un par de veces.



    Después de un rato finalmente se sume en un profundo sueño a causa del enorme cansancio que lo embarga.






    Mientras tanto en otra alcoba, una mirada luce confundida aunque satisfecha, al tiempo que una muy tenue sonrisa se dibuja en ese perfecto rostro al tiempo que murmura:



    - ¡ Interesante, muy interesante y sumamente divertido… ! – exclama con una profunda voz, mientras la brisa nocturna balancea levemente las persianas de su balcón.







    Tal vez y solo tal vez , el viento susurra que ya es tiempo de algunos cambios por esos lugares.











    Continuará. . .





    Notas finales:

    Pues eso es todo por el momento, aunque creo que me quedó un poco corto, espero les guste, como a mi me ha gustado y entretenido escribirla

    Les dejo el link por si alguno no conoce la mencionada canción, aunque lo dudo :


    Video



    Nos leemos pronto, me dará mucho gusto contar con su presencia.


    Bye, bye. :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 18/11/2014, 13:34
     
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