Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola a tod@s!
    Nos encontramos nuevamente por aquí, para ver qué harán ésta vez nuestros queridísimos y curiosísimos personajes de mi ff. Pero…¿ Quien les manda andar de curiosos mirando al vecino de enfrente?
    Aunque… je,je,je… ¿ quién no lo haría con unos vecinos como ellos? O_o
    Como ya todos saben, los personajes del manga y anime Inuyasha no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi sensei.






    Capítulo 3

    ¿ Quién eres tú ?









    Un par de hombres muy jovenes y bastante atractivos ( ¿ Por qué no decirlo también?) salen del cine, platican con buen ánimo sobre la película que acaban de ver.

    - Pues debo admitir que aunque los piratas no son mi máximo, ésta película estuvo genial – exclama el chico de cabello castaño, mientras termina con sus palomitas tamaño familiar.
    - A mí me gustó bastante, es un tema que me entusiasma, realmente me gusta – dice Inuyasha al tiempo de que sacude una pequeña caja, mirando desanimado que ha terminado con sus pockys de chocolate con almendras.


    Es sábado por la tarde, el clima es bastante agradable, templado, además de que el cielo luce espectacular con bellos tonos que van desde los dorados hasta los violetas, es sin duda una tarde que se antoja para pasear un rato más.
    Los dos chicos van caminando por una zona bastante tranquila, donde por aquí y por allá se ven negocios de diferente índole, pero sobre todo los relacionados con los alimentos, es un circuito prácticamente para disfrutar de alguna forma algún momento de tranquilidad.

    Cuando pasan por un café al aire libre, al más puro estilo europeo, el ambiente acogedor a pesar de lo informal, el delicioso e intenso aroma del café recién molido les invade los sentidos.


    - ¡ Oye Kouga ! ¿ No te apetece que nos detengamos a tomar algo ? – le pregunta Inuyasha a su amigo haciendo un alto en ése lugar.


    Mas tarda en decirlo, cuando Kouga ya lo ha tomado de la mano y lo jala hacia una de las mesas.


    - ¡ Sí, creo que sí tienes ganas de tomar algo ! – la voz de Inuyasha se escucha como si hablara para sí mismo mientras observa divertido a su amigo y toman asiento a la pequeña mesa que tiene un mantel color chocolate sobre otro color crema, en medio se halla un recipiente redondo de cristal con agua donde flota una pequeña vela que huele a frambuesas de forma muy tenue, así mismo que a cada mesa la cobija una amplia sombrilla de tela color verde oscuro, todo el lugar es bastante agradable con un toque íntimo.

    - ¡ Vamos Inuyasha, tú sabes que nunca desprecio un buen café recién tostado y molido ! –

    - Sí , me parece recordarlo justo ahora en que prácticamente me has arrastrado para sentarnos. – sonríe Inuyasha.

    - ¡ Baka ! –



    Llega entonces el joven mesero, pulcramente vestido, los saluda amable poniéndose a sus órdenes, aunque Kouga puede notar que éste mira con insistencia y atención a su amigo, a la vez que se dirige solo a él de forma sumamente atenta, lo cual le molesta de alguna manera.


    - ¿ Qué van a tomar ? – el amable mesero le sonríe ampliamente a Inuyasha.

    - Sí no me equivoco, pedirás algo dulce como tú – le dice Kouga a Inuyasha tratando de hacerse notar.



    Inuyasha lo mira algo confundido, pero decide dejar pasar el comentario, que hasta cierto punto le resulta divertido, pues puede notar la molestia en el tono de voz de su acompañante, sin duda alguna imagina la causa



    - Pues me apetece probar algo nuevo – dice pensativo el peli plata echándole una mirada a la carta.



    El mesero se próxima a Inuyasha para señalarle algo en la carta casi rozándole el hombro.



    - Le recomiendo el capuchino con crema irlandesa – el joven empleado lo mira entonces fijamente y sin apartar sus ojos de los de Inuyasha - ¡ Está bue- ní-si-mo ! - recalca y luego añade de la misma forma:

    - Al igual que la tarta de queso con frutos rojos del bosque… ¡ Es una ten-ta-ción ! - termina la frase con una cándida sonrisa.

    - Suena bien – responde Inuyasha sonriendo a su vez, pues se divierte con el casi ridículo comportamiento de ese chico, aunque sus propias mejillas tienen ahora un leve tono rosado – tráeme eso por favor –

    - Encantado en atenderle, en seguida se lo traigo – vuelve a sonreírle más ampliamente ahora.



    Kouga ya se está molestando en serio e interviene para hacer notar que él también está ahí con su amigo.


    - ¡ Ejem, ejem… si mi novio ya terminó de ordenar, entonces es mi turno ! –


    Ante tal exclamación, un par de rostros cambian rápidamente de expresión, el mesero luce ahora desilusionado tratando de recomponer su postura, postura que se descompone en cierto chico que abre sorprendido sus dorados ojos, mientras que por debajo de la mesa y aprovechando el largo mantel, le lanza certero puntapié a su atrevido amigo.


    - ¡ Ouch ! – pega Kouga un controlado respingo.

    - ¿ Sucede algo…”amorcito” ? – le dice Inuyasha con una angelical sonrisa, pero traspasándolo con la mirada.

    - ¡ Eh…no…nada…”cariño” ! – responde Kouga mordiéndose el labio para no soltar una sarta de palabrotas – solo es que algo me picó en la pierna, quizás alguna mosca, me parece que hay algunas por aquí – luego se dirige al chico que espera por su orden, mientras lo mira con cara de pocos amigos.

    - Yo quiero un capuchino igual al de él, pero prefiero un strudel de manzana –

    - En seguida se los traigo- responde ya mas serio el mesero.


    Cuando el chico se ha marchado, Kouga voltea molesto a recriminarle a Inuyasha:


    - ¡ Oye ! ¿ Por qué me pateaste así ? ¡ De verdad me dolió ! –

    - ¡ De eso se trataba justamente… “amor mío” – responde sarcástico Inuyasha – Mejor tú dime… ¿ Por qué le dijiste que somos novios ?- completa de modo más serio.


    Kouga luce entonces repentinamente apenado.


    - Yo… bueno… es que… - busca las palabras que parecen haber huido de su cabeza, hasta que finalmente le suelta de forma apresurada:

    - ¡ Bueno, es que me molestó la forma en que te estaba mirando y sonriendo… y… acercándose a ti ! –


    Inuyasha se echa para atrás, recargándose en la silla, lo observa con esos hermosos y tiernos ojos, lo cual no hace más que sonrojar más a su amigo, para luego dar paso a una enorme carcajada que deja perplejo a Kouga.


    - O sea que tú te enojaste porque… ¿ Estabas celoso ? ¡ Celoso por mí ! – le dice divertido Inuyasha.

    - ¡ No te burles, no es gracioso ! – exclama Kouga totalmente ruborizado.

    - ¡ Claro que lo es! - responde aun riendo Inuyasha, aunque al ver la mirada de Kouga, la cual se ha tornado triste además de apenada, deja de reírse.

    - ¡ Oh, Kouga, perdóname ! ¡ Lo siento de verdad ! pero es que esto ha sido tan fuera de lugar y me ha tomado por sorpresa, aunque tal vez contigo ya no debería de sorprenderme tanto, ya que no es la primera vez que te me declaras… -


    Inuyasha sin embargo se interrumpe al ver llegar nuevamente al mesero, quien evidentemente ha escuchado las últimas palabras que ha dicho, pues les entrega lo que han pedido ya sin mucho ánimo, después dirige una triste mirada a Inuyasha y lanzando un dramático suspiro, se retira en silencio.


    - ¡ Maldito, ya le enseñaré a no meterse contigo ! – vuelve a decir Kouga nuevamente molesto, haciendo el intento de levantarse para seguirlo, aunque es detenido por un rápido movimiento de Inuyasha que lo sujeta por un brazo.

    - ¡ Basta Kouga, no voy a permitir una escena tonta de celos absurdos ! – jala aire molesto ante lo que su amigo vuelve a tomar asiento.


    Inuyasha se masajea las sienes cerrando un momento los ojos, suspira calmándose un poco y volviendo a abrirlos lentamente, observa fijamente a Kouga.


    - ¡ Ahora escucha Kouga, amigo mío! – recalca las palabras como para que éste las comprenda mejor – será necesario que aclares tu confundida mente, pues ya me estoy cansando de esto – le dice posando su dedo índice en la frente de su amigo y girándolo lentamente, como si intentara taladrar hasta el centro mismo de sus ideas – me parece que estás más que confundido, ya que a mí me queda bastante claro que tú y yo somos solo amigos, me parece además que es algo que olvidas con facilidad -

    - . . . –

    - ¡ Así que me parece que deberás recordarlo de aquí en adelante ! –


    Kouga suspira, su mirada va recobrando poco a poco la calma, aunque ahora luce vencido, luego replica en voz baja:


    - Yo… supongo que tienes razón, me dejé llevar… ¡ lo lamento Inuyasha ! – su cabeza permanece agachada.


    Al verlo tan decaído, Inuyasha decide hablarle manera más “ amigable ” , estira su mano sobre la mesa tomando la de su amigo que levanta la mirada sorprendido mientras escucha lo que su amigo le dice:


    -¡ Lo siento de verdad Kouga ! – tu sabes que te aprecio mucho, lo he hecho desde que nos conocimos, pero… me parece que te has formado falsas ideas y esperanzas conmigo ¿ Por qué no puedes comprenderlo ? ¡ Tú y yo solo podemos ser amigos, yo no soy como tú ! ¡ No soy homosexual ! sin embargo, no deseo perder tu amistad a causa de un malentendido ¡ No hagas ésta clase de locuras, te lo pido ! ¡ No quiero perderte como…! –



    Están en ésta interesante platica cuando Inuyasha se interrumpe al notar la presencia de un par de hombres que se detienen a un lado de su mesa.


    El más joven de ellos mira la escena perplejo aunque guarda silencio, pero el mayor decide no dejar pasar las cosas así como así.


    - ¡ Pero que grata sorpresa, miren que pequeño es el mundo !- se escucha una amable y suave voz, mientras unos rojizos ojos se clavan en las manos que entrelazadas se posan sobre la mesa.


    El par de chicos se sueltan en el acto, Kouga mira a ese par de desconocidos, no entiende que rayos pasa. Inuyasha por su parte, voltea intrigado para encontrarse con esas personas que ha conocido apenas hace una semana en su nuevo trabajo.


    - ¡ Naraku San , Byakuya ! – exclama algo sorprendido, para una vez repuesto completar diciendo: ¡ Buenas noches, de verdad que es una sorpresa el encontrarnos justo aquí y ahora ! – “ Sí y justo ahora que tomaba la mano de mi amigo ¡ Demonios! ” –


    Kouga lo mira con la interrogante en la cara, así que Inuyasha se los presenta de forma amable sin dar a notar la vergüenza que siente en esos momentos.


    - Mira Kouga, ellos trabajan en la empresa a la que recién entré, él es Naraku San, jefe del departamento de Seguridad y él es Byakuya San, un muy buen compañero que se encuentra en el mismo departamento que yo, también es diseñador gráfico –


    Se saludan adecuadamente con una leve inclinación , pero Naraku desea saber quien es ése chico al que Inuyasha le tomaba la mano y le hablaba tan atentamente.


    - ¿ No me presentas a tuuú …? – hace intencionalmente una pausa para forzar a Inuyasha a que le diga quién es ése chico.

    - ¡ Ah, lo siento, él es Kouga ! – exclama Inuyasha al adivinar lo que ese hombre está pensando, pero sin notar las ocultas intenciones que acompañan sus palabras – él es mi amigo, somos muy buenos amigos desde que estudiábamos en la universidad, por Kouga es que supe acerca del trabajo en Industrias No Taisho. –

    - ¿ Así que es gracias a ti que tenemos ahora a Inuyasha con nosotros ? - dice con malicia - ¡ Es un placer conocerte… Kouga San ! – exclama con una impecable sonrisa el mayor.


    Luego dirigiéndose a Inuyasha le dice sonriente :


    - Solo espero llegar a ser tan buen amigo tuyo como lo es Kouga San, pues puedo notar que se llevan muy bien… ¡Nada me haría más feliz, así que puedes estar seguro Inuyasha de que me esforzaré al máximo para conseguirlo – mientras dice esto, le sonríe de forma inquietante, la carmesí mirada es por demás intensa, con lo cual Inuyasha no puede evitar el sonrojo que le provoca nuevamente esa atrevida forma de ver, algo que por demás está decir le sucede a últimas fechas, gracias a diferentes personas sus mejillas se ven forzadas a lucir sonrojadas con frecuencia y a decir verdad eso ya comienza a inquietarlo… ¡ Definitivamente Tokio está resultando para él un lugar fuera de lo común ! .


    Naraku lanza un último vistazo al par de chicos, la combinación Kouga- Inuyasha molesta sobremanera al peli negro, pero ya se encargará de eso más adelante.

    - Bien, no deseamos importunar más a tan encantadora pareja, Byakuya será mejor seguir nuestro camino – dice Naraku conservando siempre su educado, suave y traicionero modo de hablar – Kouga, ha sido todo un placer conocerte, Inuyasha nos veremos después, que sigan disfrutando de su velada. – se inclina a modo de despedida.

    - ¡ Te veré el lunes Inuyasha ! – alcanza a decir Byakuya quien luce serio y desconcertado.

    - ¡ Hasta pronto Byakuya ! –


    Kouga solo observa la escena en silencio, algo en la actitud de ese hombre le preocupa, pero a diferencia de lo sucedido hace unos momentos con el joven mesero, esto es diferente, tan descarado pero a la vez sutil, que lo ha dejado mudo e incapaz de reaccionar como acostumbra, hasta que logra articular palabra dirigiéndose a su amigo que también luce confundido.


    - Inuyasha… ¿ Podrías explicarme qué ha sido eso? Y perdona , pues no es un reclamo, te lo digo antes de que vuelvas a molestarte conmigo, pero es que esto ha sido de lo más extraño… ese par sí que es raro, casi sentí escalofríos. –

    - Realmente no te podría decir nada más, pues apenas si los conozco – responde Inuyasha serio y pensativo.


    De cualquier forma su salida ya llega al final, así que cuando terminan con lo que han pedido, Inuyasha le dice a su acompañante :


    - Será mejor irnos ya Kouga, ésta ha sido una experiencia de verdad fuera de lo normal –

    - Y que lo digas amigo –


    Por ésta vez, los dos están de acuerdo, así que pagan la cuenta y se retiran del lugar tratando de distraerse hablando de cualquier otra cosa sin importancia.





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    Mientras tanto en un auto negro que es conducido velozmente…


    - ¡ Oniisan, por favor cálmate ya o terminaremos estrellados en cualquier lado ! - es la suplica de un asustado chico que se aferra a su asiento con ambas manos.


    Naraku traspasa a su hermano menor con su sumamente molesta mirada, haciendo que éste guarde silencio de inmediato.


    Aunque después, poco a poco el semblante del mayor va luciendo más tranquilo y para alivio de Byakuya, comienza a disminuir la velocidad.

    Llegan en poco tiempo a su apartamento, Byakuya se apresura a bajar del auto dispuesto a alejarse de su hermano por lo que se encamina en seguida a su propia habitación.


    “¡ En muy mala hora se me ocurrió pedirle a Naraku que saliéramos a cenar juntos ! de haber sabido, ni siquiera abro la boca “ – piensa fastidiado el chico, más cuando ya da los primeros pasos con rumbo a su alcoba, la voz de su hermano lo detiene en seco.


    - ¡ Byakuya, ven aquí por favor ! – le llama usando un tono de voz falsamente tranquilo, pero él lo conoce demasiado bien como para saber que algo se oculta tras su aparente calma.


    El más joven, regresa a la sala a pasos lentos y con la cabeza baja hasta donde lo aguarda su hermano.


    - Dime – le responde, aunque la palabra está de más, pues Byakuya fácilmente puede imaginar de que se trata.

    - Quiero que el lunes me averigües sin falta quien demonios es ese tal Kouga, pues no pienso admitir obstáculos ahora que he decidido ir tras Inuyasha. Me interesa sobremanera saber la relación que sostiene con él ¿ Entendiste Byakuya ? –

    - Pero Naraku… ya lo escuchaste, son solo amigos – intenta replicar aún el menor.

    - ¡ A un amigo no le sostienes la mano, ni le hablas en ese tono, en medio de lo que a mi juicio lucía como una cita – exclama molesto otra vez Naraku - ¡ Tú harás lo que te digo ! –

    - Como tú digas…oniisan, ahora si me disculpas, me retiro pues me siento muy cansado –


    Naraku lo mira y luego extendiendo una mano lo detiene tomándolo por la muñeca, conoce demasiado bien a ese delgado chico y sabe que hacer y como para que haga lo que él quiere. Lo rodea por la espalda con ambos brazos, percibe enseguida el leve temblor que invade al cuerpo de su hermano menor, entonces acerca su boca al oído de éste y le susurra de forma sensual:


    - ¡ Vamos Byakuya, no te molestes conmigo ! – sus labios viajan lentamente del oído del chico, apenas si posándose en su suave y blanca piel y bajan a modo de ligeras caricias hasta detenerse en el cuello de su ototo, las mejillas ya están más que encendidas y la respiración del chico se comienza a agitar conforme Naraku comienza a besar cada vez de modo más intenso recorriendo su cuello, hasta que se apodera finalmente de sus finos labios. El chico siente el tibio aliento tan cercano, sus ojos entrecerrados notan la mirada rojiza del mayor mientras escucha las tenues palabras de éste.

    - ¿ Verdad que puedo contar contigo ? ¿ Tú me ayudarás a lograr lo que deseo ? ¡ Tú sabes que eso me haría muy feliz ! ¿ No es así Byaku chan ? –


    En cuanto susurra esas palabras, sostiene a su hermano por la cintura pegándolo más a su cuerpo al tiempo que aprisiona la boca del chico con la suya, haciéndolo gemir intensamente, pronto es presa de intenso beso, víctima de una intrusa lengua que de forma casi agresiva invade cada centímetro de su boca, dejándolo casi aturdido por un instante.

    Naraku lo suelta lentamente, puede ver en la mirada del chico que éste hará lo que él desea… como siempre.

    Byakuya ruborizado se aparta de él y en silencio se dirige entonces a su alcoba, mientras Naraku camina despreocupado a la pequeña cantina ubicada a un lado de la sala, se sirve un trago y se sienta pensativo en un sillón.


    “Con que amigos… ¿Ne Inuyasha ?”





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    Inuyasha mientras tanto ha llegado a su apartamento, pensado en varias cosas…


    “Éste lugar a final de cuentas está resultando un lugar por demás extraño…
    …se dice que todo cambio tiene algo bueno, para avanzar quizás, para ampliar horizontes, aunque ahora me pregunto que clase de cambios son éstos que estoy viviendo, solo espero que mi existencia no se convierta en una bizarra realidad “ – le da vueltas y vueltas al asunto mientras se sienta en su cómoda sala.

    “ Ese Naraku es … raro y debo admitir que lo es en más de un sentido, además presiento que me debo de andar con más cuidado con él.
    Es más que evidente que algo pretende conmigo, lo cual me lleva a considerar el hablar en algún momento con él para hacer que le quede bien claro que pierde su tiempo conmigo, ya que yo no tengo ni el más mínimo interés ni en él, ni en nadie más del mi mismo género ” – suspira cansado cerrando los ojos, tratando de relajarse.

    “ Con Kouga, las cosas no pasarán a mayores, pues bastará con hacerle el alto y mantenerlo a raya, no me costará ningún trabajo…

    … en cuanto a Byakuya, me parece que no habrá ningún problema, pues a pesar de todo, pienso que él es un buen chico sin segundas intenciones ” –


    Luego decide que a es suficiente atención la que ya ha dedicado s todos esos asuntos, se levanta, toma un libro de su librero y se sienta a leer acomodándose otra vez en el sillón.





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    Naraku ha vuelto a salir, pues además de que para él es muy temprano como para irse a dormir, se siente demasiado fastidiado para permanecer encerrado en su apartamento. Tomó una chamarra de pasada y ahora mientras viaja en su auto, marca un número en su teléfono celular.


    - ¡ Moshi, moshi ! ¿ Sesshoumaru ? –

    - Naraku… ¿ Qué ocurre ? – se escucha la grave y serena voz en la línea.

    - Solo me preguntaba si no te apetece tomar unos tragos conmigo ésta noche –

    - ¿ Acaso sufres insomnio, te caíste de la cama o es que tu cita de ésta noche te plantó ? – le responde en tono de burla el millonario.

    - ¿ Y tú no me digas que ya te hallabas en la cama como niño bueno ? si gustas yo puedo ir a darte el beso de las buenas noches –

    - ¡ Ja, idiota ! todavía tardo para irme a dormir, estoy poniendo orden en algunos asuntos pendientes –

    - De acuerdo, entonces voy para allá – responde Naraku sin esperar respuesta.


    Sesshoumaru se encuentra su lujoso apartamento, en su despacho, ya se ha puesto cómodo después de tomar un tibio baño, enfundado en su fina bata de seda color violeta oscuro, con su ya muy conocido emblema de una luna menguante bordada en el bolsillo izquierdo sobre su pecho.

    Se queda un rato más ante su escritorio, aunque después decide que ya es suficiente por hoy, apaga su computadora y se recarga en su cómodo sillón, cierra sus dorados ojos, posa sus manos sobre ellos, ejerciendo leve presión, lo cual le hace sentir un leve alivio al cansancio en ellos.

    El silencio es absoluto, la noche es fresca, escucha las cigarras cantando incesantes en el exterior, la tenue luz de la luna llena alumbra sus ventanas. Realmente ahora él disfruta el vivir solo, adora el silencio y la calma, así como detesta el parloteo inútil, el ruido molesto de las palabras vacías.
    Tal vez por eso él es un hombre de pocas palabras, de misteriosos y profundos silencios llenos de imparables reflexiones.

    Aunque a veces se pregunta cómo será el compartir la vida con alguien, ceder un poco de su tiempo y espacio, un poco o un mucho de él mismo… pero no como la vida que llevaba hasta hace muy poco en su inmensa mansión, con personas ajenas, sin ningún nexo que los una, mas que el servicio que se ven obligados a realizar, guardando simplemente las apariencias y las costumbres.
    Si tan solo encontrara a la persona adecuada, podría pensar en algo diferente… quizás eso sea lo que lo ha movido a actuar como lo ha hecho, mudándose hace muy poco tiempo a éste apartamento.

    Suspira profundamente mientras abre lentamente sus bellos ojos, se pone de pie, apaga la moderna lamparita de su escritorio y sale lentamente dirigiéndose a su amplia sala, ubicada en el nivel inferior de su muy amplio apartamento.
    Una leve sonrisa adorna su atractivo y fino rostro, mientras su mente continua sumida en reflexiones…


    … “ ¡ Qué ironía, resulta casi ridículo! La mayoría de las personas se quejan continuamente de sentirse solas, incluso aún si se encuentran rodeadas de más gente, aborrecen cada minuto que se ven obligadas a vivir en su aparente soledad, aislados desde su propio interior de aquellos que están a su lado.
    En cambio yo, verdaderamente disfruto cada momento que paso solo, una soledad que resulta extraña para muchos de los que me rodean, pero absolutamente grata para mí, una soledad por elección propia ” .

    - ¡ Pobres y ridículos humanos inconformes, incapaces de estar con ellos mismos ! – murmura casi con desprecio con su suave voz.


    Cae entonces en la cuenta de que sin realmente proponérselo, se ha parado frente al enorme ventanal de su apartamento, junto al cancel que da al balcón de la sala. De hecho casi todo el apartamento de dos niveles se encuentra rodeado de enormes ventanales, con sus ya mencionadas persianas tipo americano, de hojas verticales, en color crema.
    Sus finos dedos se posan entre las tiras plásticas y las apartan suavemente, puede vislumbrar claramente el apartamento de enfrente, el cual es de un solo nivel. La luz de la sala se encuentra encendida, es sin duda la tenue iluminación de una lámpara de mesa.
    Ése peculiar chico debe hallarse recostado en uno de sus sillones, leyendo quizás, pues no lo alcanza a distinguir sentado por ahí y el resto del apartamento se encuentra en penumbras.

    Le vienen a la mente las ocasiones en que lo ha estado observando, le parece solo un interesante entretenimiento , de hecho se ha divertido con sus graciosas reacciones antes y después de sentirse observado. Una nueva sonrisa asoma en sus finos labios, después de todo para Sesshoumaru ha sido solo eso, un asunto sumamente entretenido y divertido.

    Pero no puede negarse a si mismo, que es también verdad que algo más lo orilló a poner su atención en el joven diseñador desde el mismo momento en el que éste fue a solicitar el trabajo, cuando notó por primera vez su peculiar aspecto mientras éste deambulaba distraído por uno de los pasillos y él lo observaba sin que Inuyasha lo notara siquiera.

    ¿ Será acaso que el gran Sesshoumaru no Taisho ha decidido dar un giro de 180° a su vida ?


    - ¡ Bah, tonterías ! – murmura – ¿ Acaso no soy según Naraku, el homofóbico número uno ? ¡ Solo es una pequeña diversión ! –


    Pero sin embargo todavía hecha un último vistazo hacia aquel lugar cubierto apenas por esas persianas color chocolate, entreabiertas y movidas levemente por la brisa nocturna.



    En ése momento suena el portero eléctrico de su apartamento y se dirige entonces a abrirle a su amigo; no es que tenga muchas ganas de desvelarse hoy, pero…¡ Qué diablos, es fin de semana ! no le vendrá mal relajarse un poco.


    - Llegaste rápido ¿ Es que acaso me llamaste a unas calles de aquí o qué ? – pregunta Sesshoumaru al tiempo que lo invita a pasar.

    - A decir verdad sí, pensé que no te negarías a gozar de una buena compañía – le responde Naraku guiñándole un ojo.

    - ¡ Puuuuff ! – puja Sesshoumaru - ¡ Sí claro, como digas ! –


    El peli negro lleva algunas cervezas y algo para picar, aunque a decir verdad no es necesario pues el bar que tiene Sesshoumaru es algo realmente envidiable por su selecto y amplio surtido.


    De cualquier forma ya están al poco rato sentados en los cómodos asientos de madera y piel a un lado de la barra. La plática es informal, van desde las remembranzas, pasando por las aventuras románticas que han corrido uno y otro, hasta llegar a otros asuntos del presente.
    Conforme el tiempo pasa, la plática de Naraku va dando muestras de que la bebida empieza a rondarle más y más por la cabeza.


    - Tal vez sea mejor que dejes de beber Naraku, pues no deseo tener que salir a éstas horas para llevarte a tu apartamento –

    - Pues no es necesario que me vaya Sessh – el atractivo hombre se retira algunos rizos de su negro cabello con un sensual movimiento de la mano, al tiempo que dirige su mirada al alto empresario – me parece que tu amplia y cómoda cama tiene cupo para ti y para mí –


    Sesshoumaru arquea una ceja, él casi no ha bebido, así que se encuentra lúcido y centrado.


    - ¡ No digas sandeces Naraku ! tú mejor que nadie sabe que a nadie le he permitido ese privilegio y menos… a un hombre –

    - ¡ Pues no sabes de lo que te pierdes Sesshy ! tal vez te cambiaría el humor si me dejaras demostrarte mis habilidades –

    - ¡¿ Sesshy ?! ¡ No cabe duda de que estás borracho, has comenzado a decir incoherencias - le dice Sesshoumaru retirándole la bebida que su amigo se ha servido nuevamente.

    - ¡ Oye ! ¿ Tú quién eres, acaso te has autonombrado mi tutor ?-

    - De ninguna manera, solo es que te conozco lo suficiente como para saber lo necio que te pones cuando bebes demasiado y no tengo ánimos para soportarte.


    Sus miradas se encuentran, la de Naraku luce ligeramente desenfocada, pero el deseo asoma ya en ella y Sesshoumaru lo nota enseguida.
    El de negro cabello se levanta de su asiento y sin mediar explicación se sitúa a un lado de Sesshoumaru, sentándose en el apoya brazo del asiento, haciendo que No Taisho Sama se ponga tenso enseguida.


    - Pues déjame decirte que éste necio te admira mucho, pero esto no se reduce a solo admiración , lo que siento por ti va más allá, de solo admirar o apreciar a una persona, la cual siempre me ha sobrepasado en todos los sentidos… -

    - Será mejor que te vayas Naraku, me parece que podrías decir algo de lo que te arrepientas más tarde cuando hayas recuperado la cordura – le recrimina serio Sesshoumaru empezando a ponerse de pie, lo cual no consigue, pues una mano firme lo sujeta de improviso tomándolo por la muñeca de su brazo derecho, reteniéndolo evitando se aleje de él.





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    Inuyasha se despierta por alguna razón, no tiene la menor idea de a que hora fue vencido por el sueño, el libro que leía yace tirado en el suelo a un costado del sillón.


    - ¡ Aaaajjuuuuummmm ! - bosteza largamente, desperezándose y estirándose – creo que me quedé dormido – mira su reloj - ¡Vaya, ya es bastante tarde ! será mejor irme a la cama antes de que se me vaya el sueño-


    Bosteza otra vez y se pone de pie para dirigirse a su alcoba a pasos lentos y perezosos, pero entonces como otras ocasiones, hace algo de forma inconsciente, algo que sospecha ya se está haciendo una costumbre, voltea hacia el apartamento de enfrente. Puede ver que el lugar que corresponde a la sala luce ahora iluminado por las luces del lugar.

    Pareciera que no hay nadie, así que Inuyasha se estira y bosteza nuevamente ¡ Sí que tiene sueño ! pero dicho sueño parece que de pronto lo abandona, se detiene en seco, sin razón aparente, pero lo hace, al posar su mirada en la alta figura que ahora se ve a través de las persianas entreabiertas, tanto de su apartamento, como de aquel que se sitúa a corta distancia.

    Casi sin notarlo, camina hacia el ventanal, separa las hojas de las persianas con ambas manos y se queda mirando atónito lo que ahora sucede frente a sus ojos…


    El alto y atractivo joven, se encuentra de pie, no puede distinguir su expresión pues tiene la cara levemente inclinada y su peculiar fleco le cubre parcialmente el rostro, aunado a esto, la distancia a la que se halla aunque no es demasiada no le permite ver pequeños detalles, sin embargo puede notar que mueve la boca, pareciera hablar con alguien.

    Inuyasha abre los ojos asombrado cuando ve como otro hombre joven aparece en escena y sin más abraza al alto peli plata por detrás, rodeándolo con sus brazos y también puede notar como acerca su rostro al oído del otro y pareciera estarle susurrando algo al dueño que aquel apartamento. Puede ver las manos del intruso, las cuales comienzan a recorrer con ansiedad por sobre la tela el bien formado torso del que pareciera su amante, para enseguida comenzar a abrir la oscura bata que viste el altivo hombre. No distingue el rostro del sujeto de oscuro cabello.

    Por alguna desconocida razón, Inuyasha queda impactado ante lo que ve , el sueño se le ha ido por completo, no sabe con certeza si quedarse ahí mirando o de una vez por todas volverse hacia otro lado e irse simplemente a su alcoba, finalmente es un asunto que no debe importarle.
    Pero así mismo aún contra su voluntad, tal espectáculo causa una silenciosa molestia en su interior. Las pocas veces que ha visto a su peculiar vecino, cierto es que se ha comportado de forma extraña con él, aunque también piensa que el observar de forma indiscreta a través de la ventana, puede llevar a realizar un aventurado juicio que puede ser falso, aunque también puede suceder que lo que se observa, sea la realidad vista sin falsas apariencias que se ocultan en otras circunstancias.

    Pero en ese preciso momento, sus propios pensamientos parecen helarse en su cabeza, pues justo ante su atenta mirada, el alto hombre del blanco cabello voltea en su dirección mirándolo directamente a él.
    Inuyasha casi distingue un destello dorado que lo traspasara , por un instante puede notar una leve turbación en aquel perfecto rostro de quien ahora lo observa a él, expresión que sin embargo, rápidamente desaparece retomando su seria actitud de antes.
    Inuyasha al verse descubierto, vuelve en sí, como si despertara de un sueño y cae en la cuenta de lo está haciendo… ¡ Se halla observando descaradamente a su vecino en una situación muy intima y comprometedora !

    Retrocede sin que sus miradas se aparten todavía, siguen enganchadas en unos eternos segundos , hasta que Inuyasha acierta a lo que debería hacer, retrocede unos pasos para quedar tras las persianas y con un rápido movimiento jala el cordón de éstas cerrándolas de golpe y cortando al fin el contacto visual.

    Dá todavía unos pasos más al tiempo que comienza a dar la vuelta, pero se mueve tan brusco que se encuentra en su camino con una mesita que hay en su sala haciéndolo caer y termina caminando a gatas, conforme avanza trata de levantarse torpemente, alcanza el interruptor y apaga la luz de la sala. Ya de pie se dirige a su recámara, entonces le entra repentina prisa por irse a la cama…¡ Pero eso sí, se asegura de cerrar por completo las persianas antes.

    Es cuando nota lo nervioso que se ha puesto, respira profundo varias veces hasta que logra calmarse.


    - ¡ Maldita sea, eso me pasa por curioso ! Después de todo, es un desconocido… no importa como se ha comportado antes cuando me mira desde su ventana ¡ Yo no soy como él…como ellos…par de…raros !
    ¡ Me he vuelto a comportar como un estúpido, más vale que deje de poner atención a lo que sucede tras esas persianas ! después de todo, yo vine aquí solamente a trabajar, solo a eso ! – sentencia tajante regañándose a sí mismo.


    Después de un rato ya se encuentra más calmado, jala su cobertor acomodándose de lado y exclama en medio de un profundo suspiro:


    - Mejor será dormirme de una buena vez, ya es muy tarde, me olvidaré de éste maldito asunto , ya que… ¡ Qué más da quien sea o con quien esté… o a quien… le permita… tocarlo de ésa manera ! después de todo es un hombre muy atractivo, con ésa mirada taaaaán intensa y sensual y ese cuerpo que… - Inuyasha sacude la cabeza como si con eso arrojara esos extraños pensamientos que ahora le dan vuelta en la cabeza.
    - ¡ Ya duérmete Inuyasha, deja de pensar babosadas ! – murmura cerrando los ojos al fin.- ¡ Ya basta ! –





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    - ¡¡ He dicho que basta Naraku !! – la severa voz suena ahora bastante más molesta que antes.


    Sesshoumaru en un hábil movimiento se quita de encima al pelinegro lanzándolo contra uno de los sillones.


    - ¡ Anímate Sesshoumaru, sí yo sé que también te gusta! ésa supuesta careta de heterosexual es solo una pantalla, lo puedo notar en tu mirada .- le reprocha Naraku arrastrando las palabras a causa de lo que ha bebido.


    Agitando levemente sus rizos al ponerse de pie, se aproxima nuevamente al alto hombre de pálida piel y lo vuelve a tomar por el brazo… o casi, pues un certero manotazo impide que siquiera lo roce, pero Naraku dá algunos traspiés pero no se aleja de su amigo.


    - ¡ No seas tímido Sesshy …! – Naraku posa sus encendidos ojos en el blanco pecho que se deja ver entre la bata entreabierta de Sesshoumaru y posa sus manos en la tersa piel empezando a deslizarlas lentamente .


    Esto desde luego echa por tierra la poca paciencia que le quedaba a No Taisho Sama quien velozmente lo sujeta por el cuello de la camisa y lo arrastra casi levantándolo en vilo, para luego estrellarlo contra la pared, quedando prensado entre ésta y el cuerpo de su amigo, sus pies de Naraku han dejado de tocar el suelo. A pesar de todo, el peli negro al sentir la cercanía de ése tibio cuerpo, sonríe con lujuria, pero la fría mirada que le lanza le hiela la sangre y las ganas de seguir tentando a su suerte.


    - ¡¡¡ Maldita sea Naraku, he dicho que basta !!! ¡ No me hagas olvidar que eres mi “amigo” ! ahora más te vale que te largues de aquí, pues si continuas con esto terminarás molido a golpes… ¡ Es más no tengo ganas te seguir mirando tu desagradable rostro por hoy ! –


    Las secas palabras de Sesshoumaru son dichas con siniestra y calmada furia de tal forma que causan escalofríos a Naraku, quien al ver también la impresionante mirada inyectada de sangre del joven No Taisho y comprende entonces que ha llegado demasiado lejos escudado en su borrachera.


    - ¡ Yo… lo siento mucho Sesshoumaru ! – logra exclamar en voz baja Naraku desviando la mirada, simplemente su valor ha desaparecido y no se atreve a mirarlo a la cara, no al menos en ese momento.


    Sesshoumaru lo suelta entonces, con lo cual el otro resbala como un muñeco de trapo hasta el suelo, el orgulloso empresario lo mira casi con desprecio, da la vuelta con rumbo a la cocina dejando a un Naraku sumamente mareado y confundido pero a la vez contrariado.


    Para cuando Sesshoumaru vuelve, lo encuentra prácticamente inconsciente sobre uno de los sillones.


    - ¡ Maldición como detesto lidiar con borrachos ! – exclama molesto, al tiempo que deja sobre la mesa de centro la taza con café cargado que llevaba.


    Sacude a su amigo, el cual no da muestras de poder despertar, así que mejor opta por acomodarlo bien el sillón, lo cubre a medias con una manta y se retira a dormir.


    Al caminar con sus andar elegante, mira hacia las ventanas del apartamento de enfrente las cuales lucen oscuras, puja molesto y se mete a su mullida, cómoda y amplia cama, en la cual como Naraku ha señalado, cabe más de uno, aunque Sesshoumaru no tenga en mente compartirla con nadie más.





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    Al día siguiente, es domingo muy de mañana y ya Inuyasha regresa de su carrera matutina, va enfundado en un pantalón deportivo gris oscuro, sudadera roja y una gorra del mismo color. Por años ha acostumbrado salir a correr para ejercitarse antes de iniciar sus actividades cotidianas y a partir de hoy ha decidido retomar esa costumbre ahora que ya se ha establecido por completo en Tokio.

    Es una mañana luminosa de verano , se detiene un momento en el jardín que divide ambos edificios, en uno de los caminos de piedrecillas , la brisa matutina le llega perfumada con el aroma de los ciruelos con sus frutos ya maduros que rebozan en los árboles y el aroma propio de la tierra húmeda aún por el rocío nocturno.
    A pesar de que aún está fresco el clima, Inuyasha se encuentra sudoroso y con las mejillas encendidas a causa del ejercicio, toma su botella con agua y da algunos sorbos, está fresca y él sediento.

    Pero de súbito se atraganta al ver salir por el acceso principal del edificio de apartamentos de lujo, a alguien que al darse cuenta de su presencia, clava insistente su mirada en él.


    - ¡ Cof, cof, cof ! – se inclina el chico apoyando las manos en sus rodillas, tratando de recobrar el aire, dejando de prestar atención a ésa persona por un momento.


    Al menos hasta que siente unas suaves palmadas en su espalda, al tiempo que una calmada voz le dice amable:


    - ¡ Tranquilo Inu, tranquilo ! ¿ Piensas acaso ahogarte en una botella de agua ? – escucha esas palabras demasiado cerca.


    Una vez que Inuyasha recupera el aliento, se endereza para ver al que le habla, su rostro luce un intenso color rojo.


    - ¿ Sabías que el color rojo te hace lucir realmente encantador ? – le dice en tono suave el hombre de rojiza mirada, mientras le sonríe ampliamente, pero sin retirar su mano del hombro del chico.


    Al ver que Inuyasha no le responde, Naraku piensa que es debido a que aún no se recupera por completo, además de que el color de su cara se ha tornado más intenso aún


    - ¡ Tranquilo, tómate tu tiempo ! – “ No sé cómo me puedo contener y no me apodero de tu linda boca de una vez por todas… ¡ Luces tan tentador Inuyasha ! “, son los pensamientos que cruzan por la mente de éste hombre mientras observa con calma al joven diseñador .

    - ¡ Lo siento, ejemm… buen día Naraku San ! es que bebí demasiado rápido – se excusa Inuyasha, quien se aparta sutilmente de ese hombre, simplemente no soporta que lo toque, pues al observarlo mientras salía del edificio, pudo reconocer en él, la figura del hombre que abrazaba de tan intensa forma a su vecino de apartamento.

    - ¿Ocurre algo Inuyasha ? - le pregunta Naraku al ver su reacción.

    - ¡ Oh no es nada ¡ solo es que no esperaba verlo por aquí – responde turbado y molesto el chico.

    - ¡ Ah comprendo ! verás lo que ocurre es que me hallaba de visita con un muy buen amigo, pero te vi venir mientras me retiraba ya – dice Naraku mientras se aproxima lentamente a Inuyasha, que comienza a sentirse incomodo nuevamente, vuelve a sonrojarse aunque más levemente al recordar la clase de visita que realizó ese hombre a su vecino y no puede evitar sentirse cada vez más molesto.

    - Sabe Narku San, yo también tengo que retirarme ya, así que si me disculpa… - Inuyasha da un par de pasos, desea irse cuanto antes de ahí, pero Naraku lo sujeta de pronto de una mano.

    - Te agradecería que me llamaras solo Naraku, no soy tan mayor como lo haces parecer si me llamas así, además me gustaría que nos tratáramos con más… confianza. – le dice sonriendo.- además no miento cuando te digo que ese color te sienta bien, el contraste con tu blanca piel es tan…tentador.


    Inuyasha observa esa atrevida mano que lo retiene.


    “ Maldito pervertido “ – ruge con rabia en su interior, para luego decirle a ese hombre:


    - Ahora escúcheme usted a mí, debo irme además de que tengo cosas que hacer, no tengo tiempo para escuchar absurdas palabras sin sentido. – su voz denota molestia, definitivamente la paciencia se le está acabando.

    - ¡ Está bien Inuyasha, nos veremos mañana en el trabajo, disculpa si te molesté, no era mi intención ! – se disculpa de forma cortes el hombre de negro cabello, al tiempo que habla, Naraku lo mira intensamente , levanta una mano y toca la mejilla del chico en un fugaz roce - ¡ Créeme que no deseo que te molestes conmigo, sino todo lo contrario ! –


    Inuyasha ya no le responde, solo aparta su rostro volviéndose para otro lado y se apresura a alejarse de él, encaminándose velozmente a la entrada de su edificio, mientras una sonrisa de satisfacción se dibuja en el rostro del joven de negro cabello.


    Sin embargo dicha sonrisa se desvanece mientras se dirige a su auto, pues rememora unos instantes atrás, cuando salió del apartamento de Sesshoumaru, la frialdad con que lo trató y como ni siquiera lo volteó a ver cuando le avisó que se retiraba.
    Ésta vez Sesshoumaru realmente se molestó, así que piensa seriamente en replantearse el asunto, es decir, olvidarse de esa vieja atracción que siente por su orgulloso amigo y centrarse en una nueva relación ya que para empezar ésta ni siquiera comenzó con Sesshoumaru y francamente no se le ve futuro, así que será mejor centrarse en su nuevo prospecto que ya tiene en la mira.


    Algo que tanto Naraku como Inuyasha ignoran, es que todos y cada uno de sus movimientos, han sido seguidos con atención desde un alto ventanal. Las persianas de cierto apartamento han sido corridas abriéndolas por completo, mientras un alto peli plata frunce molesto el ceño entrecierra los dorados ojos, debido a que lo que ha observado le desagrada ya demasiado.


    - Me parece que ya va siendo tiempo de que tome cartas en el asunto de forma más activa, pues no estoy dispuesto a ceder mi diversión a nadie más...

    ...Naraku, será preciso que te recuerde quien te seguirá llevando la delantera en todo… siempre. –






    Continuará. . .




    Notas finales:

    Esto es todo por ahora, así que les agradezco que anden por aquí leyendo mi historia, también agradezco y agradeceré sus reviews con sus opiniones, que siempre me ayudan mucho además de que me ponen muy contenta.
    Como siempre nos encontraremos aquí el próximo domingo.
    ¡ Que tengan una excelente semana !

    Nos leemos.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:14
     
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