Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hoooola mis queridos lectores !
    Ya les dejo lo que sigue en ésta historia, agradezco cu compañía.

    Ahora veamos que andan haciendo nuestros queridos personajes, además de estar espiando al de al lado.

    ¿Quiénes se animarán a decir lo que sienten y quienes seguirán aparentando lo que no son ?

    ¿ Hasta dónde los llevará su curiosidad ?

    Mejor les dejo que sigan con la historia, donde las cosas quise que se dieran con más calma, al menos por el momento, porque siempre andan de acelerados.






    Capítulo 5

    " Encuentros inesperados "






    - ¡ Cielos ya se me ha hecho muy tarde ! – la voz apresurada de Inuyasha se escucha desde la cocina donde a toda prisa más que desayunar se atraganta con sus alimentos.


    En eso…


    ¡ Ding, dong ! ya suena el intercomunicador, lo cual hace correr aún más al chico que ya va bastante retrasado.

    - ¡ Demonios, ya ha llegado Byakuya ! - termina de recoger su cocina a mil por hora y corre a contestar apresurado.

    - Bajo enseguida Byaku, solo dame unos minutos – se escucha en la pequeña bocina de abajo.



    Ante lo cual la persona que espera por Inuyasha solo observa su reloj y se recarga en la pared para esperar.

    Arriba en su apartamento, Inuyasha corre apresurado a su estudio, guarda en su portafolio velozmente el trabajo en el que estuvo ocupado la noche anterior, por el cual se desveló y por consecuencia le impidió despertar a tiempo.
    Se calza sus zapatos dando pequeños saltitos, sale entonces, sube al elevador y casi cuenta nervioso los segundos, uno a uno los que éste tarda en llegar a la planta baja.

    Cuando desciende del elevador, va ocupado en algunos asuntos, la vista fija en su teléfono móvil, puesta casi toda su atención en él.

    Alguien cruza por el lugar para apagar su cigarrillo en uno de los ceniceros del lobby del edificio, Inuyasha va tan distraído que no nota que ésa persona está ahora justo enfrente de él, hasta que chocan y las manos de éste se posan en los hombros del chico.


    - ¡ Oh, yo… lo siento ! venía distraído… ¡ Lo siento es que…! – se interrumpe sin embargo cuando levanta la vista solo para descubrir una rojiza mirada que se encuentra demasiado cerca de él.


    Trata de apartarse rápidamente, pero éste hombre lo retiene un momento, que a Inuyasha le parece eterno y molesto.


    - ¡ Naraku San ! ¡ Lo siento, no vi que estaba por aquí, de hecho no vi por donde iba ! – dice al tiempo que logra zafarse del ligero agarre del cual es víctima por parte del jefe de seguridad, pero éste se sonríe levemente y lo atrapa rápidamente otra vez por el brazo, impidiéndole alejarse más.

    - Pues yo no lo lamento en lo absoluto Inuyasha, siempre es un enorme placer encontrarme contigo - le dice Naraku usando su tono de voz suave y amable.

    - ¡Discúlpeme… pero… pero debo irme, voy retrasado, Byakuya ya debe de estar esperándome en el estacionamiento para irnos juntos y no deseo hacerlo esperar más –

    - ¡ Byakuya, es verdad ! – dice con mucha calma, fingiendo como si recordara algo en ése momento.- Lamento decirte que mi hermano no vendrá hoy, le ha sido imposible- “ Y seguramente no vuelva a llevarte o traerte más mi precioso Inuyasha , de eso me encargaré yo personalmente ” , piensa divertido y satisfecho Naraku.

    - ¿ A qué se refiere ? él no me llamó para avisarme de nada – dice Inuyasha apartándose de él.

    - No tenía sentido que él lo hiciera, después de todo si yo vendría por ti, yo mismo podría decírtelo –

    - No entiendo… ¿ Tuvo Byakuya algún contratiempo ? -

    - No, a decir verdad ninguno, aunque para serte sincero… tú si lo tendrías si yo no vengo por ti hoy -

    - Sigo sin entender – exclama confundido Inuyasha.

    - Ya veo – ese hombre juguetea con uno de sus largos y oscuros rizos, divertido al observar cada una de las reacciones de ese atractivo
    chico, así que con la sonrisa en los labios y en tono amable le dice:

    - Mejor será irnos o llegaremos tarde, en el camino te lo explico – la mano de Naraku ya se halla posada suavemente en la espalda de Inuyasha, dejando al chico más intrigado que antes, sin posibilidad efectiva de negarse y sintiendo desagrado por esa forzada cercanía.


    Inuyasha observa nervioso su reloj y para colmo se da cuenta de que si se va por su cuenta ya no llegará a tiempo, así que tal vez sea mejor irse con Naraku…solo por ésta vez, pero rebelde como es, replica aún.


    - No debería molestarse en llevarme, después de todo las oficinas no quedan tan lejos, puedo llegar en poco tiempo - “ Sí llegarás pero tarde Inuyasha baka ” se recrimina el peli plateado a sí mismo.

    - Permíteme insistir – le dice Naraku, aunque a decir verdad ya se encuentran caminando y con su mano lo empuja levemente, guiándolo hacia su auto negro, luego añade – ya que es infinitamente mejor conducir acompañado por alguien tan agradablemente lindo como tú -

    - Yo…etto… - trata de decir algo más Inuyasha, pero Naraku ya le cierra la portezuela después de hacerlo entrar al auto, así que el chico solo se limita a suspirar sintiendo un calorcillo subirle por el rostro – “ ¡ Demonios, otra vez ! ” piensa molesto tocándose fugazmente la cara.


    Naraku sube al auto y enseguida parten con rumbo al trabajo, el inicio del trayecto transcurre en absoluto silencio, hasta que éste es roto por Naraku, que ha ido observando de reojo al chico que va a su lado.


    - ¿ Inuyasha ? –

    - Dígame –

    - Ya te dije que no seas tan formal conmigo, me haces sentir viejo –

    - Lo siento… Naraku… dime –

    - ¡ Así está mejor ! –


    Naraku lo mira y le dice con una voz suave y casi sensual:


    - ¿ Te han dicho alguna vez que tienes un rostro encantador y una preciosa mirada ? –


    Ahora sí los colores se le han subido al rostro a Inuyasha, se queda pasmado, cierto es que notaba algo de las intenciones de Naraku sobre él, pero nunca imaginó que éste hombre fuera tan directo y tan persistente.


    - Ese es un comentario extraño sobre todo… viniendo de otro hombre, además de estar completamente fuera de lugar, ¿ No te parece Naraku ? – replica serio el joven diseñador gráfico.

    - No, no me lo parece, sobre todo porque digo la verdad así que pienso que no tiene nada de malo decirlo, es por demás evidente que tú me resultas bastante atractivo, así que… ¿ Por qué negarlo o callarlo ? – las palabras de Naraku no denotan la más mínima duda o vergüenza al ser dichas.


    Inuyasha luce molesto ahora además de confundido.


    - A mí me parece que te estás equivocando conmigo, pues ni soy lindo, ni atractivo ni nada, sobre todo para ningún hombre. Lamento decirte… ¡ No a decir verdad no lo lamento en absoluto ! decirte que te has equivocado de persona ¿Comprendes ? , será mejor que me permitas bajar, me parece que tomaré el tren para ir la oficina. – dice en tono seco Inuyasha.

    - Ja,ja,ja - ríe despreocupado Naraku – debo admitir que tienes buen sentido del humor… ¿ Qué tú no eres sumamente lindo y atractivo ? pues a mí me parece que necesitas lentes o mirarte con más calma al espejo, además créeme, jamás he estado más seguro de algo, así que no creo estar equivocado de persona. Pero no te pongas así, yo me ofrecí a llevarte, prometo portarme bien contigo – le dice lanzándole una inofensiva mirada que calma un poco los ánimos del chico.


    Naraku se siente contento al poder contemplar tan de cerca esos bellos ojos ámbar, aún cuando ahora lucen confundidos y molestos, nota como relucen por el orgullo y el valor con que cuenta Inuyasha, sin dejar de tener un enorme aire inocente.


    - Naraku… ¿ Puedo preguntarte algo ?- dice Inuyasha sin voltear a verle.

    - Lo que gustes Inuyasha – responde el conductor desviando levemente la mirada del camino que siguen.

    - Sé que va a ser una redundancia sobre lo evidente, pero no puedo dejar de preguntar, dime… ¿ Acaso eres homosexual ?-


    Inuyasha se pregunta además si no será una trampa, un sucio truco o un extraño juego por parte de éste hombre del cual desconfía.


    “ ¡Al toro por los cuernos ! ” piensa decidido Naraku y le responde:

    - ¡ Pues sí , sí lo soy! – su voz suena calmada pero firme.

    - Así lo creí… ¡ Digo un hombre cualquiera no andaría con ésos comentarios que tu me has hecho ! pero ahora déjame decirte una cosa … ¡ Yo no lo soy ! – aclara Inuyasha recalcando esas palabras – así que será mejor que me veas solo como un compañero de trabajo y nada más –

    - Me pides imposibles Inuyasha – responde Naraku aún sonriendo – aunque ahora permíteme decirte algo yo… no tienes idea de cuantos
    “ hombres” andan por ahí pregonando su hombría incluso su “machismo”, sin darse cuenta ellos mismos que es una falsa careta, un desesperado intento por negar lo que en el fondo son, haciendo infelices a quienes les rodean , sean hombres o mujeres. Me parece que solo vuelven un infierno su existencia envueltos en una cruel mentira –

    - Lo lamento si es así, pero ésta que te he dicho es “ mi verdad ” y no creo estar en un error – dice firme y serio Inuyasha – respeto tus preferencias y las de los que son como tú y te pido que no me incluyas en ellas, pero así mismo te pido respetes las mías. –


    Naraku lo mira de forma condescendiente , le sonríe una vez más.


    - ¡ Sí claro, como tú digas Inuyasha, repítelo hasta que lo creas ! –


    Ante esto Inuyasha mueve en forma negativa la cabeza, pero guarda silencio, ya han llegado al estacionamiento de Industrias no Taisho, Naraku termina de aparcar el auto y enseguida Inuyasha se desabrocha el cinturón de seguridad y se dispone a bajar cuanto antes.


    - ¿ No olvidas algo ? – pregunta Naraku, viéndolo fijamente, lo cual hace que Inuyasha desvíe la mirada incómodo, aunque luego recordándo algo exclama:

    - ¡Es verdad! ¿ A qué te referías con que yo sí tendría contratiempos para entrar a trabajar ?- pregunta Inuyasha con curiosidad, ya con la mano puesta en la manija de la portezuela.

    - Pues simplemente… ¡ A esto ! - exclama Naraku sacando algo del bolsillo de su camisa y mostrándoselo a Inuyasha.

    - ¡¡ Mi identificación !! - dice Inuyasha sorprendido al ver la tarjeta plástica, con su foto, chip de seguridad y código de barras, que sostiene en la mano Naraku. - ¡ Lo olvidé por completo ! -

    - La recogí por ti Inuyasha, ya que al no pasar por ella, hoy habrías tenido que perder tiempo, sin ella no podrías entrar, no a tiempo al menos. Así que decidí recogerla, como jefe de seguridad que soy no tuve ningún contratiempo, lo hice así para facilitarte las cosas –



    Ambos ya bajan del auto, pero Naraku aún conserva la tarjeta consigo. Inuyasha se empareja con él, quien ya ha echado a andar, esperando le entregue su identificación.



    - ¡ Gracias Naraku ! aunque no era necesario ir por mí, simplemente podrías habérmela mandado con Byakuya –

    - Pues debes entender de una vez por todas que ésto es algo que deseaba hacer, no me habría perdido la oportunidad de la compañía ni de la interesante charla que hemos tenido-



    El espacio entre ambos se acorta poco a poco a insistencia del peli negro, para mayor nerviosismo del chico.

    A poca distancia mientras tanto, un alto hombre desciende de su auto el cual ha aparcado en un lugar preferencial, ha notado desde su llegada a esa desigual pareja, sin dar muestra alguna de la molestia que surge en su interior, sin duda se da cuenta enseguida de que Naraku se encuentra en plena cacería, pero lo que más le ha ¿Enojado? es que ha visto como Inuyasha ha llegado en el mismo auto de su amigo y ahora mismo nota los esfuerzos del menor por alejarse de Naraku, los cuales no están dándole muy buenos resultados, ya que la distancia entre ellos en vez de aumentar disminuye.

    Así mismo sabe tras lo que Naraku va, se lo ha dicho con toda claridad en charlas anteriores y conoce lo sumamente persistente que puede ser cuando de obtener algo o alguien se trata… aunque no tanto como él.

    Cierra la puerta de su auto de lujo, tal vez con más fuerza de la necesaria y con semblante serio y frío se dirige hacia ellos.



    Quienes están ocupados en sus propios asuntos…



    - ¿ Podrías hacer el favor de entregarme ya mi identificación ?- pide Inuyasha de forma seria pero amable , apartándose por enésima vez de Naraku – lograrás que se me haga tarde de todos modos. –

    - ¡ Claro que te la daré Inuyasha ! – lo mira de forma intensa y entonces se detiene, obligando a Inuyasha a hacer lo mismo – solo que lo haré con una pequeña condición –

    - ¡¿ Una condición?! – simplemente Inuyasha no puede creer lo que escucha…¡ Pero qué descaro el de ése hombre ! .

    - Sí una condición, el que me permitas recogerte por las mañanas para venirnos juntos y después llevarte a tu apartamento…¿ No es mucho pedir ó sí ? – Naraku le sonríe de forma encantadora.

    - ¡ Pero Naraku, eso no es necesario, en todo caso si Byakuya no puede llevarme por algún motivo ¡ Yo puedo moverme solo! ¡ No nací andando en auto ! –

    - Ciertamente Byakuya ya no lo hará, pero permíteme darme el gusto de hacerlo por él –

    - ¡ No hay razón para eso ! – exclama Inuyasha haciendo un ademán de fastidio - ¿ Es que acaso debo poner mi queja en la empresa por acoso hacia mi persona?-

    - ¿ Ante quién, en el departamento de seguridad acaso ? está bien , te espero entonces en mi oficina. – responde en son de burla Naraku.

    - ¡¡Keh !! ¡ Esto es completamente absurdo ! –



    Naraku se aproxima otra vez a él, le toma el rostro suavemente con una de sus manos y lo hace presa de su rojiza mirada.



    - Lo que es necesario, es que sepas que yo no me doy tan fácilmente por vencido y aunque te resistas a creerlo, sí hay una razón para hacer lo que pretendo contigo. –

    - Pues yo no veo cual – dice Inuyasha tomando la mano de Naraku y retirándosela casi de un golpe.

    - ¡ Definitivamente estás ciego Inuyasha ! si deseo hacerlo, es simple y sencillamente porque… ¡ Tú me gustas demasiado ! –

    - ¡¡ Queeeé !! - Inuyasha no puede evitar levantar un poco la voz para replicar - ¿ Acaso eres idiota o qué ? ¡ Ya te dije que yo no…! –



    Pero no acaba la frase, debido a que una mano se posa suavemente pero sorpresiva en su hombro y cuando levanta la vista enojado para ver quién se atreve ahora a tocarlo, sus ambarinos ojos refulgen de enojo primero, pero después por la sorpresa y calla de golpe.


    - ¿ Todo en orden Takahashi San? ¿ Es que acaso Naraku anda tendiendo sus redes nuevamente y pretende atraparte en ellas ? – la voz se escucha grave y serena, pero por sobre todo , sumamente atractiva, agradable a los oídos de Inuyasha, sin razón aparente siente como ésta hace vibrar cada fibra interna de su cuerpo.



    Inuyasha lo mira a esos cristalinos y dorados ojos, un escalofrío le recorre la espalda, junto con un indiscreto estremecimiento que inicia desde el punto de contacto con ése joven hombre, el cual desde luego es notado por quien lo provoca, pues éste esboza una ligera sonrisa solo para él.



    - ¡ Pero qué mal pensado eres Sesshoumaru ! solo lo traje en mi auto porque yo tenía su identificación la cual olvidó recoger, solo una cortesía sin ninguna mala intención. – replica en tono de falsa inocencia el peli negro.-

    - ¡ Claro , tú tan bondadoso y desinteresado que eres ! – replica el que lleva su blanco y larguísimo cabello atado en una coleta que lo hace lucir bastante bien, una atractiva apariencia casi andrógina - entonces no veo por que no se la entregas de una vez por todas, harás que se presente tarde a trabajar –



    Y antes de que Naraku reaccione, Sesshoumaru toma la tarjeta deslizándola de la mano de éste, la cual mantenía en ese momento en alto, se voltea hacía el atónito chico, toma su mano en un suave movimiento, la vuelve hacia arriba y coloca encima la tarjeta, roza sutilmente la piel de Inuyasha, en un ligero movimiento, imperceptible para Naraku, pero bastante claro para Inuyasha. Sesshoumaru sonríe complacido al notar el leve rubor en las mejillas del joven empleado.



    - Ahora será mejor que te apresures – le dice ya aparentando seriedad, sin dar a notar ninguna muestra de nada más.

    - Sí señor … ¡ Gracias! – es lo único que atina a decir Inuyasha antes de salir con rumbo a la entrada, alcanzando a escuchar esa grave voz nuevamente cuando le dice:

    - Cuando gustes… Inuyasha –

    - ¡ No olvides, te esperaré por la tarde para irnos juntos ! – le dice aún en voz alta Naraku.



    Inuyasha se da el lujo de voltear y le dice en tono más serio aún:



    - ¡ Ya te dije que no es necesario... prefiero irme solo ! –



    Se aleja entonces a pasos apresurados, pues no desea que su inquieto corazón vaya a saltarle por la boca, pues a tal grado se siente agitado y no precisamente por Naraku.



    - ¡ Ouch ! – exclama burlón Sesshoumaru.

    - ¿ Ouch qué ? – replica molesto Naraku echando a andar rumbo al edificio a la par de Sesshoumaru.

    - Ouch , que me parece que acaban de batear a alguien. –

    - ¡ No digas estupideces ! eso es lo que él cree, pero ¡ Ya veremos ! – el enojo de Naraku es más que evidente.

    - Solo te recuerdo que no admito ésta clase de comportamiento en horas y lugares de trabajo – le dice ya en tono más serio Sesshoumaru, mirando divertido de reojo como la rabia se le sube a la cabeza de su empleado y amigo pero aún así continua:

    - Por cierto Naraku, necesito que nos veamos a la hora de la salida, hay algo que quiero tratar contigo sobre la seguridad en el acceso a mi oficina - el alto empresario casi saborea el arruinarle los planes a Naraku, mientras éste lo mira atónito y más que furioso.

    - ¿ No puede ser mañana ? –

    - No, quiero que sea hoy – le dice tajante Sesshoumaru.

    - Como ordenes… " jefe " - responde sumamente disgustado Naraku, retirándose a grandes pasos con rumbo a su oficina.



    Sesshoumaru lo observa mientras se aleja al tiempo que una discreta sonrisa se dibuja en su rostro.





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    - ¿ Entonces qué opinas Inuyasha ? – pregunta por segunda vez Byakuya a su compañero, al darse cuenta que éste pareciera no prestarle mucha atención a lo que le dice, ya de antemano lo había notado llegar muy nervioso y con el rostro encendido, pero lo atribuyó a que iba apresurado para no llegar tarde, pero ahora no está tan seguro, ya que aún después de un rato Inuyasha sigue sin parecer escucharle siquiera.

    Y así es en realidad, pues la mente de Inuyasha pareciera conectarse y desconectarse de forma intermitente, pues sus pensamientos no lo dejan concentrarse por completo ni en su trabajo ni en la persistente plática de Byakuya, pensamientos que van por éste rumbo:


    - “ ¡ Demonios ! ¿ Por qué no puedo apartar esos penetrantes ojos del color del oro de mi mente? ¿Acaso me he vuelto loco, idiota o qué ?
    ¡ Parezco quinceañera ilusionada !

    ¡ Baka, baka, baaaaka ! ”– se repite.



    Pero a pesar de sus inútiles intentos , no puede quitarse de encima la mirada aparentemente fría e inexpresiva de ese hombre, aunque por un pequeño instante le haya dado la impresión de haberse tornado cálida para él. Ese hombre que casi surgió de la nada mientras luchaba por deshacerse de Naraku, salvándolo de una situación por demás molesta.
    Está además el sutil y agradable toque en su hombro y el roce de sus finas manos al tomar las suyas en el momento que le entregó su tarjeta.

    Algo le queda bastante claro a Inuyasha, una cosa es observar a Sesshoumaru a la distancia con las persianas de por medio y otra muy diferente el fugaz encuentro el otro día aquí en la oficina o como hoy el mirarlo tan de cerca y sentir su electrizante toque.
    Ese hombre tiene una presencia altiva, dominante y sin embargo sumamente atractiva, lo quiera admitir o no. Aún cuando su nerviosismo le impidió fijarse demasiado en los detalles tanto de apariencia como de personalidad, con lo que pudo apreciar, le bastó para afectarlo más de lo que habría esperado, su inquieto corazón tan solo tardó mucho en calmarse e incluso antes de llegar a la oficina hizo un alto en los servicios para refrescarse un poco su ruborizado rostro.

    No pudo evitar el caer en la cuenta de forma por demás clara, en que ese mismo hombre es el que lo ha estado observando también desde su ventana, incluso lo vio bailar semidesnudo e Inuyasha mismo lo ha espiado varias veces, aún en situaciones más comprometedoras.



    - “ ¿ Qué anda mal conmigo, acaso estoy perdiendo la razón? ”- se preguntó a sí mismo frente al espejo del baño.
    ¡ No, esto no puede estar disfrazado bajo la máscara de la locura ! … aunque para muchos, esto es exactamente un tipo de locura, una que tiene otro nombre y en cuyo nombre se hacen muchas absurdas tonterías…”-
    A su mente llegan las palabras de Naraku cuando viajaban en su auto:
    …”no tienes idea de cuantos hombres andan por ahí pregonando su hombría incluso su “machismo”, sin darse cuenta ellos mismos que es una falsa careta, un desesperado intento por negar lo que en el fondo son…”


    - “ ¡ Pero no, yo no soy así ! ¡ Algo sin duda está mal conmigo, pero no algo así… no me lo voy a permitir ¡¡ Yo no caeré tan bajo !! ” – se repite en su cabeza tratando de echar fuera lo que le inquieta.

    - ¡ Inuyasha, Inuyasha! ¿ Te encuentras bien? – le pregunta Byakuya nuevamente, dando ya muestras de preocupación.

    - ¡¿ Eh… aah …. ?! ¡ Perdón no te escuché ! –

    - ¡ Eso me queda claro ! - el delgado chico se encuentra mirándolo fijamente a la cara, después posa su delgada mano en la frente de Inuyasha, seguramente preguntándose si estará enfermo.

    - ¡ Lo siento Byakuya ! estoy bien, solo es que estaba un poco distraído – se disculpa Inuyasha.
    Sorprendido se da cuenta de que lo que tiene sobre su superficie de corte y ya dejó hecho trizas, no es la pantalla que usaría para el fondo de una imagen, sino su boceto de un tríptico que había terminado ya.

    - ¡ Demonios ! – dice molesto al darse cuenta, ante lo cual Byakuya retrocede apartando la mano y después solo mueve la cabeza sonriendo.



    Inuyasha deja a un lado lo que hacía por un momento para poner atención a su amigo, no quiere destrozar nada más.



    - ¡ Perdón ! ¿ Me decías ? -

    - Simplemente te proponía salir los tres juntos, tu amigo Kouga, tú y yo, el próximo viernes, es el estreno de una muy buena película – le repite Byakuya a Inuyasha lo que ya le había dicho anteriormente un par de veces.

    - No es mala idea – responde Inuyasha – le avisaré a Kouga, estoy seguro de que aceptará venir con nosotros.

    - ¡ Genial ! ese amigo tuyo se ve que es bastante agradable. – responde Byakuya muy entusiasmado.

    - Lo es, será una buena oportunidad para que se conozcan, estoy seguro de que simpatizarán enseguida – la respuesta de Inuyasha es totalmente inocente, no así las intenciones de Byakuya, que solo tiene en mente lo que Naraku le ha ordenado.

    - ¡ Entonces el viernes será ! – exclama sonriente Byakuya, contento de haber dado el primer paso para lograr su objetivo.






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    Naraku está que echa chispas por los ojos, ya ha dado la hora de la salida desde hace un muy buen rato y el aún se encuentra con “ su jefe” viendo algunos asuntos en la oficina, asuntos que no eran urgentes en lo absoluto, bien podrían haber esperado para el día siguiente.

    El trabajo extra nunca le ha causado problemas , está siempre más que dispuesto para hacer lo que sea necesario, pero ahora que ya tenía planes, planes ni más ni menos que con el chico que le interesa, realmente el trabajo fuera de horario le molesta sobremanera.


    - “ Seguramente Inuyasha ya se fue, lo más probable es que Byakuya al ver mi ausencia lo haya llevado ” - piensa Naraku mientras espera por centésima vez a que Sesshoumaru se desocupe de otros asuntos, para continuar con lo suyo.



    Lo que Naraku ignora, es que “misteriosamente” a su hermano menor también le surgieron algunos asuntos imprevistos, por lo que aún se encuentra en su respectivo departamento, mientras Inuyasha aprovechó para irse lo antes posible y así evitar un desagradable encuentro con Naraku.



    - Por hoy logré escabullirme, ya veré que hago mañana para irme por mi cuenta al trabajo – se dice satisfecho y contento Inuyasha al tiempo que viaja aliviado en el tren son rumbo a su apartamento.



    Cuando Inuyasha llega a su recién establecido hogar y sin poderlo evitar, mira hacía los ventanales vecinos, suspira y se dirige a cerrar todas las persianas del lugar, aún cuando ahora aquel apartamento no da señales de que haya alguien ahí.

    Se siente hastiado aunque inquieto también, pero dispuesto a olvidar todo lo que ha sucedido hoy, lo cual ha sido bastante.
    Simplemente se promete ignorar a partir de hoy a todos esos “desviados pervertidos” , no les permitirá arruinar sus planes y sueños, aunque más bien pareciera un vano intento por callar los persistentes murmullos de su subconsciente que claman por ser oidos. Con ése firme propósito se entrega al sueño, que lo aísla al menos por unas horas de ésta extraña realidad.


    Al día siguiente se levanta más temprano de lo normal, está decidido a irse antes de lo usual, no esperará para ver a quien rayos se le ocurrirá ir por él, aunque claramente supone que será justamente a quien menos desea ver, es decir… Naraku.
    Se baña y se prepara a toda velocidad, toma solo una taza de té, ya comerá algo más en la cafetería más tarde. Así que es muy buena hora cuando sale de su apartamento, baja por el ascensor y cruza por el jardín invadido por el aroma a ciruelos, silbando alegremente, no había nadie en el lobby esperando por él, lo cual lo pone de mejor humor.

    Pero ese alegre silbido cesa de golpe cuando llega al estacionamiento correspondiente a el edificio que él habita, el cual es diferente al de los lujosos apartamentos de al lado, pues aquí los autos se acomodan en un solo y amplio espacio dividido en sus respectivos cajones alineados ordenadamente; lo que ha alterado su grata calma es el observar que cerca de la salida por donde él debe pasar, se encuentra aparcado un muy lujoso y conocido auto deportivo color grafito y recargado en éste, con los brazos cruzados y la vista fija en el chico, está ni más ni menos que su misterioso vecino y alto ejecutivo de la empresa.

    Luce relajado, además de sumamente atractivo vestido como siempre en su fino traje color oscuro, su apariencia es tan distinguida dentro de su semblante frío e inexpresivo, que Inuyasha pierde el aliento por unos segundos, se tensa al instante, pero al reflexionar en ello tercamente se empeña en no darle importancia después de todo esto no tiene que ver con él, aún cuando le extraña sobremanera el verlo ahí.


    Al llegar por donde ése hombre se encuentra, se detiene a saludarle como amerita al tratarse de alguien de alto rango en la empresa para la que trabaja, así que educadamente le dice:


    - ¡ Buen día Sesshoumaru Sama ! – acompaña sus palabras con una inclinación como corresponde.

    - ¡ Buen día Takahashi San ! – sus ojos relucen en dorado, así de intensa es su mirada. – veo que vas temprano al trabajo hoy. –

    - Así es Señor, tengo algunas cosas que urge me ocupe de ellas.
    “ Sí, como el evitar a Naraku ” – piensa Sesshoumaru complacido.

    - Parece que tuvimos la misma idea – le dice al chico con su suave voz.

    - ¿ A qué se refiere? -

    - A qué yo también quiero ocuparme de algo personalmente, ya que no me gusta que otros se metan con mis asuntos – le explica Sesshoumaru, aunque lo deja con más dudas que antes.



    La expresión de Inuyasha deja ver que no comprende de que le habla ese alto hombre, quien ahora le dice:



    - De hecho me apresuré a estar aquí más temprano de lo habitual para esperar por alguien - en su interior la situación que se presenta con ese joven diseñador le causa una secreta y perversa diversión.

    - Entonces en ese caso, si me disculpa me retiro, no deseo ser inoportuno – se disculpa Inuyasha, mientras su mente viaja muy lejos, al suponer que seguramente es a Naraku por quien aguarda Sesshoumaru, después de todo cree que hay algo entre ellos, seguramente ha vuelto a pasar la noche con él.



    Lo cual hace que su aversión por el de rizado cabello negro sea aún mayor, la cual no comprende del todo, pues no solo es el hecho de que lo acose a él teniendo ya una pareja como Sesshoumaru, hay algo más que no permite que aflore por completo de forma consciente .

    Así mismo esto solo logra confundirlo más con respecto a el comportamiento de éste hombre que ahora tiene frente a él, aunque pensándolo bien, por mucho que a Inuyasha le disguste, no tendría nada de malo que Sesshoumaru pase la noche con quien le plazca y espere por él como lo hace, pero entonces…
    “ ¿ Por qué me molesta tanto ? ” – es el persistente pensamiento que ahora le da vueltas en su cabeza.


    En ese preciso momento Inuyasha cae en la cuenta de algo más que evidente:
    Sí Sesshoumaru espera por Naraku, quien supone pasó la noche con él…¿ Qué demonios hace en ése estacionamiento , cuando cuenta con el suyo propio?

    Un escalofrío inexplicable le recorre la espalda, pero no tiene tiempo de pensar nada más, ya que Sesshoumaru vuelve a hablar sin darle tiempo a que se vaya de ahí.


    - No le veo caso realmente a que te retires… Inuyasha - le habla con demasiada familiaridad ésta vez, para el escaso trato que han tenido.

    - A mí me parece lo más adecuado, yo tengo prisa y usted espera por alguien más, estoy seguro que Naraku San no tardará en llegar pues supongo que es a él a quien espera – dice Inuyasha en un atrevido comentario.

    - ¡¿ Qué yo espero a Naraku?! – exclama confundido Sesshoumaru, pero su mente rápida comprende que Inuyasha recuerda seguramente aquel incidente en el que Naraku intentó llegar más lejos con él, siendo el chico un inesperado testigo a través de las persianas.

    - ¿Sabes Inuyasha? no deberías de sacar conclusiones tan apresuradas…¿ Se te ha ocurrido pensar que podrías estar equivocado? - le dice Sesshoumaru con toda calma y acompañando sus palabras con una muy sutil sonrisa.



    Inuyasha se avergüenza al comprender que ha hablado de más, metiéndose en un asunto ajeno, el haberlo presenciado de la forma indiscreta en que lo ha hecho no le da derecho de eso, aunque lo comprende demasiado tarde, haciendo que sus mejillas luzcan un leve tono rosado y desvíe su mirada apenado.
    Sin embargo Sesshoumaru está de muy buen humor, realmente se está divirtiendo al observar a éste interesante joven, se siente complacido ante la reacción de descontrol y vergüenza de él, ahora está convencido que él, el gran Sesshoumaru no le es indiferente a ese lindo chico. Así que sigue adelante con lo que ha pensado hacer esa mañana…aunque a decir verdad…¡ Lo haría de todos modos ! y eso es… juguetear un poco más con la inquieta mente de Inuyasha.



    - Le ruego me disculpe… yo no debí… - sin embargo Inuyasha se interrumpe al ver como ese alto e impactante hombre, se retira de su auto y comienza a caminar lentamente en círculos a su alrededor, observándolo detenidamente, acto que comienza a poner todavía más nervioso al menor.



    Se siente como una presa siendo acechada por un peligroso depredador y su instinto le dice a gritos que debe huir de ahí.


    - Es mejor que me vaya, con su permiso –



    Sesshoumaru detiene su andar alrededor de Inuyasha , para pararse justo enfrente de él, cerrándole el paso.



    - Etto…Sesshoumaru Sama… ¿ Se le ofrece algo más ? – le pregunta serio y nervioso el menor de los peli platas, pero le sostiene firme la mirada al mayor.

    - A decir verdad sí – el tono con el que le habla No Taisho Sama es calmado, pero deja entrever cierta arrogancia y una seguridad en sí mismo absoluta.

    - Dígame entonces –

    - Hace un momento te decía que no debes precipitarte en tus juicios –

    - . . . –

    - Te explicaré:
    A decir verdad acostumbro irme más tarde a trabajar a mi oficina, pero ahora me parece que deseo hacer algunos cambios a mi rutina, después de todo tengo un buen motivo y no es para nada el que tú supones –

    - Me temo que sigo sin comprender a que se refiere – replica Inuyasha empezando a perder la paciencia.

    - Es simple en realidad, no es a Naraku a quien espero – Sesshoumaru sigue poniendo a prueba la resistencia del chico, pues sabe perfectamente el efecto que su persona puede causar en los demás y puede darse cuenta que Inuyasha ha resultado mucho más sensible a eso.



    Así que se aproxima más a Inuyasha , levanta lentamente sus manos y en un delicado ademán, comienza a acomodarle el nudo de la corbata, tomándose su tiempo, ante el asombro de Inuyasha que no atina aún a moverse, esas finas manos rozan entonces levemente la mejilla del chico al retirarlas al fin.
    Sesshoumaru mismo a pesar de creer tener el control, está descubriendo algo nuevo, una forma diferente de sentir, algo que jamás pensó que formaría parte de él, ahora sin embargo le fascina, le causa casi la misma extraña sensación que a Inuyasha, puede notarlo en la confusión que observa por un pequeño instante en esos hermosos ojos… ¡ Sí, así es , en ese momento le parecen los ojos más hermosos que haya contemplado! Es solo un momento, pero ha bastado para que queden enganchados en la mirada de quien tienen enfrente.


    - En realidad a quien esperaba es… a ti – esa sencilla frase, ahora parece tener un significado mucho más amplio que el solo hecho de esperar a ese chico ésa mañana para ir a trabajar.



    Sesshoumaru le dedica entonces una leve y retorcida sonrisa, sin poder apartar la mirada de aquellos ojos que lucen tan cándidos, tan inocentes, tan confundidos. Ese bello rostro que luce ruborizado, esa cercanía por parte de No Taisho Sama, ha resultado demasiado para Inuyasha, que al fin logra retroceder un par de pasos.

    ¡ Cómo desearía Inuyasha tener la distancia y las persianas de por medio en esos momentos ! y a la vez no puede negar lo bien que siente la presencia de ese hombre a su lado.


    - ¡¿ Por mí ?! – pregunta sorprendido a Sesshoumaru.

    - Sí Inuyasha, ¿ Acaso suponías que me contentaría con mirarte solo desde lejos ? eso ya no es suficiente para mí – le dice sacando las palabras del sentimiento que ha comenzado a nacer justo en ese momento en su interior. Esto sin duda alguna para Sesshoumaru ha dejado de ser solo un juego, ahora es algo más, ha sentido como ha comenzado a palpitar muy levemente en su interior, causándole inmensa curiosidad e inquietud.



    Inuyasha percibe algo similar dentro suyo, pero a diferencia de Sesshoumaru, odia no saber con certeza que ocurre, su espíritu rebelde reclama tener el control de la situación, no tolera sentirse en desventaja ante nadie, así que reacciona arrebatadamente como era de suponer.


    - ¡ No, espere un momento ! – replica dejándose llevar por esa rara sensación que le provoca en él ese hombre, sacándolo de balance - ¡ Esto no tiene sentido ! Usted y yo apenas si nos hemos visto… bueno quizás en algunas ocasiones, pero solo desde lejos… ehm mejor dicho, apenas si hemos cruzado palabra y como acaba de decir, no debe sacar conclusiones antes de tiempo, así que ignoro que pretende, pero déjeme aclararle que conmigo pierde su tiempo… ¡ Yo no tengo el más mínimo interés en usted y… -

    - Eso no es lo que me ha parecido observar allá arriba a través de las persianas- Sesshoumaru se recompone también, ésta es una situación que lo ha sacado de control también, aún cuando no lo demuestre, así que rehace sus movimientos, retomando su posición al menos como le gusta sentirse, manejando los hechos, tomando su postura dominante nuevamente.

    - Ahora bien, no sé hasta donde haya llegado tu imaginación, pero yo solo te esperaba para ver si aceptabas nos fuéramos juntos al trabajo, después de todo vivimos uno al lado del otro y nos dirigimos al mismo lugar – le dice Sesshoumaru conteniendo una leve sonrisa, en su mente sin embargo piensa: “ Solo eso, al menos por el momento” .

    - La verdad no es necesario que nadie me lleve, no sé porque todo mundo piensa que soy algo así como una persona desvalida que necesita toda clase de atenciones, como si no fuera capaz de cuidarme o moverme por mí mismo. De cualquier forma no deseo causar molestias innecesarias –

    - No es una molestia, al menos para mí – exclama el alto empresario posando su mano en el hombro del chico ejerciendo una leve y cálida presión – sería al contrario de cómo lo supones, un completo placer el llevarte conmigo ¿ Comprendes? –



    ¡ Y hasta ahí llega la paciencia, el autocontrol y la resistencia de Inuyasha! ese aparentemente sutil contacto, esa mano posada tan a la ligera , esos dorados ojos que se meten sin su permiso hasta sus más ocultos e insospechados sentimientos… ¡ Es simplemente demasiado ! .
    Así que hace acopio de lo que le queda de seguridad, lo mezcla con terquedad y… reacciona, rompiendo el contacto, como si de un conjuro se tratara. Sus ojos relucen, quizás por la confusión y la rabia que comienza a invadirlo, tal vez es su empeño de negar lo evidente.
    Lo que es un hecho es que el aspecto que tiene su rostro con las mejillas encantadoramente encendidas, su largo y blanco cabello agitándose por el brusco movimiento y su esbelta figura enfundada en ese traje gris oscuro, causan un efecto hasta ahora desconocido en Sesshoumaru, podría decirse que… le gusta, le atrae. Aunque a la vez le distrae y provoca que tarde unos segundos en reaccionar, ya que cuando lo hace, cae en la cuenta de que ese joven empleado ya ha dado unos pasos poniendo distancia de por medio entre ellos.


    - ¡ Desconozco los motivos por los que usted actúa así, es más usted todo es un completo extraño para mí, un misterio ! Y aunque sé que tal vez me meta en problemas dada la importancia que se ve que tiene en la empresa, le suplico… no… ¡ Le exijo que no se atreva a tocarme otra vez o no respondo !
    ¡ No toleraré otro atrevimiento semejante ! ¡ Déjeme en paz ! o me veré obligado a tomar medidas más drásticas, no dudaré en acudir a las autoridades pertinentes o incluso llegar hasta arriba de Industrias No Taisho para que lo pongan en su lugar… ¡ Así deba hablar con el mismo dueño si es necesario… ¿ Le ha quedado claro? –

    - ¡ Absolutamente ! – le dice Sesshoumaru divertido, mirándolo entrecerrando los ojos.

    - Ahora bien yo he venido a ésta ciudad a trabajar, aunque medio mundo se empeñe en complicarme las cosas, éste trabajo es muy importante para mí y no deseo incumplirlo o llegar tarde… ¡ Qué tenga un buen día Sesshoumaru Sama ! – exclama serio.


    Y así sin más, Inuyasha se da la vuelta y echa a andar saliendo del estacionamiento, dejando a un Sesshoumaru impávido e inmóvil, el cual no puede terminar de creer lo que ha sucedido.
    Pareciera como si a un feroz e imponente tigre a punto de atacar, le hubieran dado un golpe en la nariz, sacándolo de balance.
    Sigue con la mirada a ése interesante y atractivo diseñador gráfico, frunce el ceño disimulando su molestia dentro de su fría apariencia.


    - ¡¿ Así que un pobre iluso me acaba de rechazar ?! es la primera ve que esto me sucede…y… ¡¡ Nadie, absolutamente nadie rechaza a Sesshoumaru No Taisho ! –


    Su voz suena aparentemente tranquila, oculta muy bien su descontrol, ya que sin duda alguna, lo sucedido ha herido su orgullo, el enorme orgullo de quien tiene siempre el control y dominio sobre lo que quiere y lo que le rodea.
    Aunque ahora hay algo más en todo esto:

    Ese insolente ha demostrado más valor y aplomo que muchas de las personas con las que ha tratado, lo ha enfrentado y ha salido victorioso… por ésta ocasión, incluso ha tenido el atrevimiento de amenazarlo con acudir con el mismísimo dueño de Industrias no Taisho, eso será digno de verse.
    Eso le causa un delicioso placer, un curiosos efecto al joven millonario, ya que en lugar de mandar todo simplemente al diablo…¿ Qué más daría hacerlo ? cuando él es capaz de tener a muchos más si así lo quisiera, si descubriera que en verdad le gustan los hombres, aunque sabe que no es así. Pero entonces…¿ Por qué Inuyasha le atrae, le interesa ?
    Esto es ahora un reto y a él, a Sesshoumaru No Taisho… le encantan los retos y ha descubierto que le gustan aún más cuando vienen acompañados de un muy lindo rostro, de ojos ámbar además de un terco e inquebrantable espíritu.

    ¡ Sí, ésto ha dejado de ser solo un juego, para convertirse en mucho más !





    --------------------------------------------------------







    Esa misma mañana, Inuyasha llega apresurado hasta su mesa de trabajo, le agrada encontrarse con el sitio aún vacío, pues le da oportunidad de calmarse.
    Ahora está más consciente de lo que acaba de ocurrir y se siente bastante nervioso, trata de asimilar lo que ha sucedido con ese alto ejecutivo.
    Lo que le parecía solo un inofensivo entretenimiento absurdo, casi divertido y sin importancia, ha adquirido otro aspecto, incluso de cierto cuidado. El observar a su vecino a través de las persianas y él mismo ser observado ha empezado a tener consecuencias insospechadas.
    Deberá conducirse con sumo cuidado de ahora en adelante, pues si Naraku le parece peligroso, ahora intuye que éste otro hombre llamado Sesshoumaru, hace que aquel parezca casi inofensivo, presiente que tras su aparente serenidad y frío aspecto se oculta mucho más.

    Ahora sin embargo, trata de concentrarse en su trabajo sin conseguirlo y como aún es temprano baja a la cafetería para tomarse un café. Al pasar enfrente a las máquinas expendedoras de golosinas que están a la entrada del comedor, observa las cajas de pockys, su debilidad sin duda, tras depositar algunas monedas, se hace de tres cajas de ellos.
    Al ir después por el café, se topa con el chef en jefe, quien es joven, pero también excelente en su trabajo, con el cual ya se lleva bien, incluso lo ha felicitado en varias ocasiones por la comida.


    - He podido notar que te gustan los pockys Inuyasha – le dice sonriente el joven pelirrojo observando las cajas que lleva en la mano.

    - No lo niego Shippou San , me encantan, lástima que las máquinas no tengan mayor surtido –

    - ¿ Cuáles son tus favoritos ? – pregunta el chef con genuina curiosidad .

    - Justo de los que no encuentro aquí ahora, los de chocolate con almendras y los de fresa rellenos de ese mismo sabor. –

    - Veré que puedo hacer al respecto - le dice sonriente el joven encargado del comedor – por cierto Inuyasha San, me preguntaba ¿ Cuáles son tus platillos favoritos ? –

    - ¿ A qué viene la pregunta ? ¿ Acaso ya soy cliente consentido tan pronto ? –

    - Ja, ja,ja… pues algo así –



    Inuyasha se le queda mirando entre incrédulo y sorprendido mientras piensa:


    “ ¡ Ay no, otro más tras de mí ya no ! ”


    - ¿ Y puedo saber a qué se debe la curiosidad ? – pregunta Inuyasha mirándolo desconfiado.

    - ¡ Caray Inuyasha, no seas mal pensado ! No tengo segundas intenciones contigo, lo que sucede es que has sido tan amable conmigo, de hecho eres el único que me ha felicitado y agradecido por la comida, que se me ocurrió que alguien con tan buen gusto y apetito, me podría ayudar dándome más ideas para el menú y de paso te dejas consentir un poco. -

    - ¿ Seguro solo es eso ?-

    - Es la verdad cuando te digo que yo no tengo ninguna intención oculta contigo –

    - Bueno, siendo así, prepárate para anotar, sobre todo me encanta el ramen, en sopa, frito ¡ Cómo sea ! también me encanta el Sukiyaky y el Shabushabu y el beef tataky y … -



    Shippou no pierde detalle, anotando todo.



    - Eso es de lo que me acuerdo ahora – dice sonriente ya Inuyasha, le ha hecho bien estar con ese chico, al menos lo ha distraído.

    - ¡ Gracias Inuyasha, con eso es más que suficiente ! –

    - No es nada, ahora me voy, ya debería de estar trabajando, nos veremos después – se despide Inuyasha, caminando mientras mordisquea un pocky.



    En cuanto Inuyasha se va, el joven chef mira la larga lista y sonriendo exclama:



    - ¡ Misión cumplida ! Ahora manos a la obra. –






    -----------------------------------------------------------








    El resto de la semana transcurre sin novedad para la fortuna de Inuyasha…

    A Naraku inexplicablemente le han estado surgiendo asuntos de último minuto, lo cual le ha impedido cumplir con lo que se había propuesto e Inuyasha no lo ha vuelto a ver cerca de él dispuesto a llevarlo o traerlo.

    Incluso Byakuya ha tenido que quedarse en varias ocasiones ocupándose de varios trabajos extra que su jefe le ha pedido, eso aunado a la eficaz forma de trabajar de Inuyasha a provocado que no se regresen juntos al término del día.

    En cuanto a su atrevido vecino, solo ha podido observarlo a través de las persianas, en pocas ocasiones por cierto, debido a que pareciera que no coinciden como antes o a que alguno de los dos cierra las persianas dejando al otro con un palmo de narices al estar espiando.

    Sin embargo en las escasas ocasiones en que sus dorados ojos han permanecido observándose por un momento, la mirada de aquel hombre pareciera haber cambiado de algún modo, como si su actitud de suavizara un poco al mirar a Inuyasha y éste a su vez termina con el corazón inexplicablemente más inquieto en cada ocasión, para molestia de su terco orgullo del chico.

    En general Inuyasha ha tenido una muy grata semana, incluso se ha llevado una deliciosa sorpresa en el comedor, ya que cada día le es servido uno de sus platillos favoritos, sin que a esto Shippou le dé una satisfactoria explicación y finalmente Inuyasha ha decidido simplemente disfrutar sus alimentos que parecieran hechos especialmente para él. Así que aunque Byakuya o alguien más ordene lo mismo, el plato del peli plateado siempre luce mejor que los demás Lo cual hace que Byakuya tenga cada vez más sospechas sobre las causas de la situación, pero para su desconsuelo, no puede acusar de nada al joven chef, pues él no da muestras más que de una sincera amistad para con Inuyasha, además de que se ve que disfruta sobremanera su trabajo.





    Viernes…


    Han llegado ésta vez juntos Inuyasha y Byakuya, han coincidido por única ocasión en la semana.


    - … como te digo, Kouga se encontrará con nosotros al terminar nuestro horario de trabajo-

    - Solo espero que no surja nada extra hoy, de verdad deseo salir, ha sido una semana estresante - exclama tenso Byakuya.

    - A decir verdad para mí no ha estado nada mal. – dice sonriente Inuyasha.

    - Sí, puedo imaginar que dejarte consentir por Shippou te ha sentado muy bien – le dice con pesar el delgado chico. - pero para mí ha sido como un maratón.-

    - - No lo niego Byaku, pero míralo de ésta forma, soy más creativo cuando tengo el estómago lleno. – dice el de blanco cabello sobándose con satisfacción el estómago.

    - ¡ Baka, lo peor es que tienes razón, siempre trabajas más rápido y mejor que yo ! – dice mientras se encamina a su mesa de dibujo.



    Inuyasha se sienta ante la suya dispuesto a comenzar a trabajar cuanto antes, pero entonces cae en la cuenta de que sobre ella se encuentra un pequeño paquete, envuelto cuidadosamente en fino papel de arroz y atado con un delgado listón de seda rojo.



    - ¿ Y esto ? – se pregunta en voz baja tomando el pequeño obsequio, voltea a ver a Byakuya y le pregunta, aunque duda que haya sido obra de él.

    - ¿ Has sido tú quien me ha dejado esto?- le dice levantando el envoltorio para que su amigo lo vea, él cual ya se encuentra ocupado, y echando un rápido vistazo, le responde sin darle mayor importancia.

    - No he sido yo, tal vez debas preguntarle a tu admirador…es decir Shippou –

    - ¡ Celoso ! –

    - ¡ Bah! ¿ Celoso yo? – replica Byakuya, concentrándose nuevamente en lo que hacía.



    Inuyasha voltea una pequeña tarjeta beige que está atada con el listón y observa lo que está escrito en ella con una pulcra caligrafía en tinta sepia:



    “ Inuyasha ” – susurra el joven diseñador al leer. - ¿ Pero quién me ha dejado esto aquí ? –



    La curiosidad puede más, así que desenvuelve con cuidado de no romper el papel, desata el listón, descubre entonces el contenido, el cual no es otra cosa que un par de cajillas de pockys, una de chocolate con almendras y otra de fresa.



    - ¡ Vaya ! – dice para sí, volteando para todos lados, preguntándose primero… ¿ Quién? y luego… ¿ Por qué ?.



    Precavido sin embargo,no las abre para probar su contenido, envuelve otra vez las cajas y las coloca a un lado sobre su escritorio que tiene a un lado de la mesa y se pone a trabajar pensativo.


    “ Tal vez Byakuya tenga razón y sea un regalo de parte de Shippou, pues el al único que le he dicho mis sabores preferidos de pockys ”



    Así que cuando da la hora de comer y al tiempo que Shippou lo sorprende son un buen suriyaki, aprovecha para decirle:


    - Por cierto Shippou chan… ¡ Gracias por los pockys!-

    - ¿ Pockys? ¿ Qué pockys? Me temo que no sé de qué me hablas – le responde confundido el chef.

    - ¿ No has sido tú el que los dejó en mi mesa de trabajo ? –

    - ¡ No, Inuyasha y no tengo la más mínima idea de nada ! – dice Shippou con una expresión que le hace saber a Inuyasha que dice la verdad, tras lo cual decide no preguntar nada más.





    Por la tarde, ya se encuentran reunidos en el lobby de la empresa, Kouga ya esperaba por ellos y charlando alegremente se dirigen al cine, para disfrutar al fin de un relajado momento disfrutando de la ya tan mencionada y esperada película que han decidido ver.
    Kouga luce también de muy buen humor, ya que aunque tiene varios buenos compañeros de trabajo, hay ocasiones en que se siente algo solo, por eso se alegró cuando Inuyasha llegó a Tokio a vivir. Lamenta sin embargo que lo que siente en el fondo por su amigo, parezca no tener futuro.
    Pero ahora además, puede notar otra insistente mirada sobre él, por parte del delicado compañero de Inuyasha, pero por el momento trata de no prestar demasiada atención.


    Minutos más tarde, provistos de una buena dotación de palomitas y un enorme vaso de refresco, ya toman asiento en las cómodas y amplias butacas de la sala. Todavía bromean un rato más, hasta que las luces se apagan.


    La película es realmente buena, los mantiene al borde de sus asientos, los jóvenes adultos, no despegan prácticamente la vista de la pantalla, pero solo dos de ellos, pues el otro no le quita la mirada al joven de castaño cabello que tiene a su lado, sobre el cual la dirige constantemente.

    En ese instante un amistoso codazo llama la atención de Inuyasha, quien se encuentra sentado a la izquierda de Kouga .



    - ¡ Hola muchachos, qué gusto encontrarlos aquí ! así no me sentiré solo – el que habla es Miroku, que se sienta junto al de plateados cabellos.

    - ¡ Miroku, qué sorpresa ! no esperábamos verte por aquí - le dice Inuyasha

    - ¡ Y perderme el estreno, ni loco ! – responde sonriente el hombre de azules ojos.



    En un instante Miroku e Inuyasha ya están sumamente atentos a lo que sucede en la pantalla, haciendo breves comentarios en voz baja.

    Kouga por su parte se ve emocionado y metido en la película, sin embargo su atención es interrumpida de improviso, cuando sin previo aviso siente como una delicada mano se posa suavemente sobre la suya, la cual apoya en el descansabrazos de la butaca.

    Cuando voltea sorprendido hacia su derecha, se encuentra con una insistente mirada que no se aparta de él, así como tampoco lo hace esa mano.

    Kouga no puede evitar el leve sonrojo que le colorea el rostro, cuando siente como estrechan su mano firmemente y ese delgado chico de azabaches cabellos le sonríe casi con ternura, sin dejar de mirarle.


    Y sin saber por qué, Kouga le corresponde a su vez con otra sonrisa.


    Pero lo que sin duda lo deja atónito, es lo que esos finos labios susurran solo para él:


    - Kouga… tú... me gustas -




    Continuará. . .









    Notas finales:

    Aquí se acaba por hoy, espero que nos leamos pronto, haré lo posible.
    ¡ Cómo siempre es un enorme placer andar por aquí dejándoles mis ocurrencias!
    Espero me dejen saber su opinión.

    Nos leemos.

    Bye,bye. :D


    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:18
     
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