Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola a tod@s !
    Me alegra encontrarnos por aquí, otra vez
    Aquí está la continuación, así que… ¿ Qué les parece si vamos a espiar un poco por ahí, para ver que andan haciendo nuestro inquietos personajes ?
    ¡ Andando pues !






    Capítulo 6

    “ Trampas del corazón ”










    Las cajitas de pockys se han ido acumulando en el escritorio de Inuyasha, afortunadamente cuenta con él, de lo contrario ya se hubieran apilado en su mesa de dibujo y le estorbarían para trabajar, debido a que no ha querido llevárselas a su apartamento. Ya se han juntado más de una docena de ellas, ya no le sorprende tanto el encontrar un par de ellas cada mañana, pero sin embargo es en lo primero que se fija cuando llega ante su mesa cada mañana y hoy no es la excepción, toma el envoltorio pero ésta vez algo le llama la atención, en ésta ocasión la tarjeta aparte de su nombre tiene escrito algo más:


    “ Puedo notar que mis pequeños regalos no han sido de tu agrado como yo equivocadamente había pensado que sería, tal vez deba buscar algo que te guste más. Y como puedo ver que se están apilando sin que siquiera los toques, tal vez sea necesario hacer algo al respecto.”


    Inuyasha piensa un momento en el asunto , aunque no demasiado, ya que casi enseguida llega su jefe para hacerle entrega de el nuevo proyecto que deberá desarrollar, así que con un distraído movimiento coloca el pequeño paquete con los demás.





    ----------------------------------------------------------






    En su oficina Sesshoumaru se encuentra ocupado como siempre, firmando, revisando, organizando, en fin, todo lo que su alto rango le exige, acostumbra llevar su trabajo al día, pues no permite que se le acumule. Está echando un vistazo a los papeles relacionados con una nueva alianza con alguna gran empresa europea que busca relacionarse con Industrias no Taisho, cuando suena la voz de su secretaria por medio del intercomunicador .



    - Sesshoumaru Sama, el jefe de adquisiciones acaba de llamar, dice que su pedido estará listo para ser entregado como le había informado con anterioridad –

    - Dígale que así lo espero, no aceptaré excusas, quiero que se cumplan mis especificaciones al pie de la letra, sobre todo el pedido especial que le hice, sin falta todo hoy por la noche. –

    - Sí Señor, enseguida.-



    Cuando corta la comunicación, se levanta de su cómodo sillón de piel, camina hasta posarse a un lado de su enorme ventanal, la cual da aun enorme y bello jardín al más puro estilo japonés que se despliega en toda clase de tonalidades de verde, aún cuando éste se encuentra varios metros por debajo de su oficina, disfruta del paisaje al tiempo que sus pensamientos vuelan a través de la ventana abiertas…



    - Veremos cómo te las ingenias ahora para rechazarme… ¡ Cómo me gustaría poder observar tu expresión mañana cuando llegues ! pero ya habrá tiempo para contemplarte con calma. – susurra pensativo, pero sus pensamientos continúan profundizando en sí mismo:

    “ ¿ Quién diría que unas imágenes observadas a través de las persianas cambiarían a tal grado mi manera de apreciar las cosas ? aunque debería admitir que de hecho llamaste poderosamente mi atención desde la primera vez que te vi por aquí .
    Aún cuando no te conozco, cuando no sé mayor cosa de ti, has logrado inquietar ni interior, has abierto opciones inimaginables por mí con anterioridad, de hecho éstas eran repulsivas e imposibles en mi mente.
    Aunque ahora, ambos deberemos aclarar nuestras dudas, reacomodar nuestra realidad o al menos… yo debo hacerlo, no me permitiré tenerlas por mucho más tiempo, sin embargo puedo notar la misma inquietud en tu mirada y tu proceder.
    Pero sobre todo, me temo que mi prudencia y mi paciencia se agotan… Inuyasha."






    -----------------------------------------------------------







    La noche llega apacible trayendo con ella un clima más fresco para consuelo del calor que ha predominado a lo largo del día, agobiándolos a todos, se aproxima el verano, así que…¿ Por qué no disfrutar de la agradable temperatura nocturna ?

    Cuando Inuyasha regresa del trabajo, se ha quitado el saco que lleva colgando de un dedo por sobre su hombro, va disfrutando de su caminata, cuando llega al borde del jardín que se ubica entre los edificios de apartamentos, se detiene un momento, aspira profundamente y echa a andar otra vez, pero en lugar de dirigirse a la entrada de su edificio, camina lentamente por el jardín hasta que llega a una banca de piedra a un lado de un pequeño estanque y se sienta en ella tranquilamente.

    La fragancia fresca le invade los sentidos, cierra un momento los ojos y se deja absorber por el ruido de las cigarras y los grillos, a la vez del viento que canturrea entre los árboles meciendo suavemente su blanco cabello, se ha sentado echándose para atrás, apoyado en sus manos.

    Una bella aparición desde luego la del chico en medio de la noche, en ese lugar solitario, solo alguno que otro empleado que regresa extenuado de las labores del día, que apresurados lo único que quieren es llegar y meterse a su apartamento a descansar, así que no le prestan ninguna atención a Inuyasha , nadie lo mira… a excepción de una persona que lo observa desde arriba a través de un gran ventanal, pero luego desaparece de detrás de las persianas, cuyas hojas quedan moviéndose lentamente.


    Es una noche de cielo despejado, la luna brilla tímida en su apariencia creciente aún, una noche en la que lo normal brilla con un halo casi sobrenatural y extraño…

    No lo sintió llegar, no escuchó los sigilosos pasos, se ha dejado llevar por la absoluta calma del lugar, acompasando su respiración con la tranquilidad que siente en éstos momentos , ha tenido un buen día, se siente cansado pero satisfecho con su trabajo, son su vida… se siente en paz.
    Una paz que transmite, que contagia, que ahora sin que él lo sepa, comparte con alguien más.
    Lanza un prolongado suspiro, para luego abrir sus bellos ojos lentamente, solo para llevarse la sorpresa de que otros ojos dorados lo miran con calma, cerca… demasiado cerca, pues el dueño de ellos se encuentra sentado tranquilamente a su lado.


    - ¡ Sesshoumaru Sama… yo… no lo escuché llegar ! –

    - No quise molestarte, lucías tan… tranquilo –



    Inuyasha hace el intento de levantarse, pero una suave mano le detiene tomándolo por una de las suyas.



    - ¡Espera Inuyasha… no te vayas ! –



    Algo en el tono de voz que usa ese hombre, tal vez la soledad que refleja en su mirada, no lo sabe con certeza, pero hace que Inuyasha se detenga, aún cuando no voltea a verle enseguida, no quiere que Sesshoumaru note la inquietud en su mirada, el inevitable nerviosismo que ya le causa su presencia.


    - ¡Siéntate por favor Inuyasha, comparte la noche conmigo ! – pide Sesshoumaru con esa voz que seduce, que aniquila el pensamiento.

    - ¿ Cómo dice ? – responde Inuyasha sorprendido, preguntándose a qué se refiere exactamente ese hombre, quien mantiene el agarre sobre él.

    - Solo a eso , a que te sientes conmigo a contemplar la noche, justo como lo hacías hasta hace un momento.



    Inuyasha aún no muy seguro sobre lo que quiere hacer, si irse o quedarse, decide sentarse otra vez, aunque un poco más separado de Sesshoumaru.



    - ¡ Gracias Inuyasha ! – susurra su vecino con una leve sonrisa, soltándolo finalmente.



    Se quedan en silencio, un incómodo y extraño silencio que no es roto por ninguno de los dos, pero van dejándose envolver nuevamente por la noche a la luz tenue y cálida de los faroles, que le dan al lugar un ambiente casi acogedor.

    La tensa cercanía entre Inuyasha y Sesshoumaru se va transformando poco a poco en algo más grato, donde uno y otro comienzan a disfrutar la presencia de su acompañante nocturno.
    Escuchan el leve rumor del agua en la fuente de bambú , que va tranquilizando su interior, contemplan el cielo estrellado sobre sus cabezas, sienten como paulatinamente el tedio y la tensión del día ceden el lugar a una más grata sensación.

    Y todo lo que hacen es justo eso: comparten todo lo que les rodea, lo bueno que la noche les trae, sumidos en el silencio que en muchas ocasiones es el mejor intérprete de los sentimientos y sin decir una sola palabra, los dos sienten que se han conectado en éste delicioso momento, casi entendiendo un poco de lo que el otro guarda en su interior.

    Sin embargo, Inuyasha puede sentir de vez en vez, la persistente mirada del mayor sobre él, quien lo contempla como si se tratara de una enorme interrogante por resolver.

    Sesshoumaru por su parte, siente en varias ocasiones como tímidamente es visto disimuladamente y con enorme curiosidad, hasta que éste chico se nota más inquieto, terminando por voltear a verle de forma más directa y armándose de valor le pregunta a Sesshoumaru:


    - ¿ Por qué Sesshoumaru ?-

    - ¿ Por qué que ? – pregunta entonces casi divertido Sesshoumaru.

    - ¿ Por qué te comportas así conmigo ?- sin que se lo proponga ni lo note, Inuyasha ha comenzado a hablarle con mucha más confianza a ese importante hombre.



    Sesshoumaru lo mira nuevamente, con calma, como si él mismo buscara la respuesta que aclare sus propios pensamientos, parece meditarlo un momento, hasta que un brillo, tenue al principio, pero que va adquiriendo mayor fuerza, hace relucir el oro líquido de sus ojos.

    Se aproxima más a Inuyasha y viéndolo fijamente a sus ojos ámbar, le dice con calma :



    - Supongo Inuyasha, que la respuesta ya es más que evidente para ambos, la veo en tus ojos y la siento palpitar en mi interior, aunque también puedo notar que aceptarla no es fácil ni para ti ni para mí. La he percibido mientras nos vemos a través de las persianas, me doy cuenta en la inquietud que te abruma cuando nos encontramos cerca, en la calidez que siento en mi interior cuando la distancia se acorta entre los dos –



    Inuyasha lo mira sorprendido y luego se voltea hacia otro lado casi ofendido.



    - ¡No sé de que hablas! – responde con rebeldía – mi modo de pensar y de sentir no es como el tuyo –

    - ¿ Lo ves ? tengo razón al decir que no es fácil asimilarlo – le dice sonriendo levemente el mayor.



    Sesshoumaru lo contempla un poco más, entrecierra los ojos y extendiendo uno de sus brazos, aproxima su mano al rostro del chico y tomándolo suavemente por el mentón lo hace girar suavemente su cabeza hacia él.



    - ¡ Oye suéltame ! – le dice Inuyasha tratando de zafarse.

    - ¿ O sí no qué? Como me dijiste aquella vez… “¡ O no respondo !” ¿ Qué harás, me golpearás? –

    - ¡ Keh… yo que tu no tentaría mi suerte! – replica molesto Inuyasha, aunque no hace nada aún, ni siquiera lo mira.

    - ¡ Mírame Inuyasha! – le exige entonces el mayor.

    - ¡¡¡ Queeeé!!! ¿ Y para qué haría eso? – exclama nervioso Inuyasha.

    - Mírame a los ojos Inuyasha y dime entonces… que lo que supongo es falso, que lo que siento en mi interior y percibo en el tuyo es solo producto de mi imaginación. – le dice en tono suave pero serio Sesshoumaru.



    Inuyasha levanta la cara…



    - Yo… Sesshoumaru… - traga saliva, lo mira directo a los ojos y se hunde sin remedio en ellos, en el dorado océano que le envuelve y lo arrastra a una maraña de confusos sentimientos, pero aún así ¡ Tan gratos ! descubriendo en el fondo de éste, la verdad que él se niega a ver dentro de sí.



    Ante el silencio que no puede romper Inuyasha, Sesshoumaru toma nuevamente la palabra.



    - No es fácil para mi tampoco el aceptarlo, el darme cuenta que algo ha cruzado la barrera de las ventanas y las persianas que nos separan, es más de la ideología y lo socialmente aceptable, de lo correcto y lo incorrecto. Algo ha despertado en mi interior al menos… escúchame bien Inuyasha, pues la verdad que se ha revelado para mí es…

    ¡ Tú me gustas Inuyasha… me agradas y me gustas mucho !

    Te pido que me permitas descubrir juntos tu verdad y la mía, desentrañar la confusión interna que ahora nos invade…

    ¡ Déjame hacerlo a tú lado ! para saber si debo dejarte ir o retenerte para siempre –



    Inuyasha siente un nudo en la garganta y una opresión en el pecho, tal vez se trate de esa verdad de la que habla Sesshoumaru, esa extraña verdad que trata de salir aún en contra de la voluntad del chico.



    - Esto es demasiado para mí Sesshoumaru, no puedo negar por completo lo que dices – se atreve a decir por fin Inuyasha tremendamente ruborizado – pero tampoco lo puedo aceptar, necesito tiempo, tiempo y espacio para aclarar mi mente y… mi corazón.
    Esto va en contra de lo que soy, de lo que he sido siempre o al menos de lo que he creído ser.

    ¡ Necesito pensar Sesshoumaru !

    ¡ No me presiones por favor ! – dice Inuyasha soltándose de la mano de Sesshoumaru, apretando los puños y cerrando los ojos, tratando de calmarse.

    - ¡Tranquilo Inuyasha ! no lo haré, pero te advierto que no pienso dejar esto así, no creas que lo mandaré al olvido o que me daré por vencido. –



    Inuyasha se levanta, siente que es mejor irse ya de ahí.



    - Será mejor que me retire ya , es tarde –

    - Tienes razón, después de todo mañana es un día de trabajo , pero de cualquier forma agradezco infinitamente tu compañía, es realmente grata y muy bella la luz de tu mirada. –



    Sesshoumaru ya se ha puesto de pie también, se aproxima a Inuyasha y después de decir lo anterior, se inclina acercándose a su rostro y sorprendiendo aún más a Inuyasha, deposita en su mejilla un tierno y cálido beso que hace estremecer al chico.



    - ¡ Gracias ! …descansa Inuyasha –



    Los ojos de ambos brillan con intensidad, pero el mágico momento ha llegado a su fin …

    Sesshoumaru se gira entonces y en silencio se aleja de él, para dirigirse a su apartamento. Inuyasha por su parte lo sigue con la mirada, a la vez que lentamente dirige su mano a su mejilla, tocando con la punta de sus dedos el lugar donde aún puede sentir ese tibio contacto.



    - ¡ Tú también Sesshoumaru ! – pronuncia en un susurro, una frase que bien podría haber sido dicha por varias razones.



    Después él mismo sube a su apartamento, las persianas de ambas alcobas no se cierran por completo ésta vez, dejando abierta la posibilidad de que entre a través de ellas lo que la noche lleve consigo.






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    El día llega antes de lo previsto, así que a Inuyasha le parece que su despertador sonaba demasiado pronto.
    Contra lo que pensaba que pasaría, disfrutó de un sueño tranquilo, aún cuando pensó que debido a lo ocurrido lesa noche, le costaría trabajo conciliarlo, en realidad no tardó en quedar dormido, de hecho disfrutó de una calma enormemente placentera.
    Sin que él lo sepa, su muy peculiar vecino, ha gozado de una noche similar, como hacía mucho tiempo no la tenía.

    Cuando Inuyasha baja, nuevamente va silbando alegre, una lucecita extraña brilla en su interior, a pesar de que él no lo note plenamente aún.
    No hay nadie esperando por él y aunque le extraña agradece también por ello, pues comprende que Sesshoumaru sin duda está cumpliendo su palabra de darle tiempo y espacio y en cuanto a Naraku…se siente profundamente aliviado.



    Al llegar al edificio de Industrias No Taisho…

    - ¡ Buen día Inuyasha, qué bueno que ya has llegado ! – es Miroku que alegre lo saluda.

    - ¡ Buen día ! ¿ Ocurre algo acaso para lo que sea necesaria mi presencia ? – pregunta Inuyasha con curiosidad.

    - Solo quería decirte personalmente: ¡ Misión cumplida ! – le dice El joven de oscuro cabello guiñándole un ojo.

    - ¿ De qué hablas Miroku ? –

    - ¡ Ya lo verás Inuyasha, ya lo verás ! créeme que desconozco de que privilegios gozas, pero de verdad que me sorprendes – le dice mirándolo de arriba a abajo, como si tratara de descubrir algo en su persona.

    - Pero…¿ Me dirás de una buena vez a qué te refieres ? –

    - Tal vez sea mejor que lo veas por ti mismo ya que yo debo de irme ya, además de que será mejor así a que te lo diga con palabras, de cualquier forma…¡ Que lo disfrutes, te veré luego ! – le dice Miroku palmeándole la espalda amistosamente para alejarse apresurado después por uno de los pasillos.

    - ¿ De qué se tratará todo esto? – susurra confundido Inuyasha.



    Mas cuando llega a su área, se encuentra con cierto revuelo por parte de sus compañeros de trabajo que se arremolinan a la entrada del lugar. En cuanto Byakuya lo ve venir, se acerca apresurado y sonriendo le dice:



    - ¡ Ven Inuyasha, tienes que ver esto !-

    - ¿ Cómo…qué ocurre allá adentro? –

    - Ven conmigo y sabrá de que hablo –



    Y muy al estilo de Byakuya, éste lo toma de la mano y lo jala hasta que logran entrar a la sala de diseñadores, donde Inuyasha abre los ojos asombrado, pues el lugar luce diferente ya que ahora puede ver el motivo del alboroto: por aquí y por allí, contempla unas modernas e impresionantes mesas de dibujo, tanto tradicionales, como mesas de luz, y no es que las anteriores estuvieran mal o deterioradas, aún cuando ya tenían sus años sin embargo no demasiados, pero éstas… éstas son soberbias, modernas, funcionales, perfectamente equipadas y cada una cuenta con un par de excelentes lámparas.

    Pero lo mejor para Inuyasha, puede notarlo cuando llega a su lugar, pues en lugar de su antigua mesa, ahora hay la mejor mesa de dibujo que haya visto en su vida, con dos lámparas aún mejores que las de los demás.

    Aunque eso no es todo, ya que desplegados sobre su mesa, se encuentra varias series completas de bellísimos pinceles, japoneses, alemanes e ingleses, de todo tipo: de cerdas, sintéticas, pelo de marta, pelo de camello, salida corta, planos, afilados, lengua de gato salida larga, en fin un excelente surtido. Según se entera después, son idénticos a los que forman otro paquete igual, pero asignado al material de uso de todos los demás diseñadores, pero éstos que contempla como cualquier otro amante de las herramientas de trabajo para su área, es decir completamente embobado, colocados en su mesa, son solo suyos, incluso tienen grabado su nombre ne el cuerpo de madera del pincel, sus kanjis impresos en color dorado. Puede ver otra buena cantidad de diferentes objetos que le serán de utilidad, pero por alguna causa, él siempre ha sido amante de los pinceles, así que se siente sumamente contento.



    - ¡ Esto es… increíble ! – dice con los ojos brillando de alegría- ¿ Pero cómo es posible, no habían dicho acaso, que lo que pedíamos solía tardar mucho más tiempo.? –

    - Lo ignoro, pero lo que es un hecho, es que te has convertido en la envidia del lugar – le susurra Byakuya que se encuentra otra vez a su lado.



    Y como no falta en ningún lado, se aproxima a él otro de los diseñadores, que en forma por demás venenosa le dice:



    - ¡ Felicidades Inuyasha San ! veo que en muy poco tiempo ya eres el consentido en éste lugar, me pregunto a qué se debe tal distinción hacia tu persona o quisiera saber… ¿ Qué clase de “ méritos ” has hecho ? – le dice con una sonrisa hipócrita.



    Inuyasha lo mira desconcertado al principio, pero luego siente el enojo subirle hasta la cabeza y le replica molesto.



    - Ignoro a qué clase de “meritos” te refieres, tal vez así hayas logrado llegar hasta aquí, pues dudo mucho que sea por tu desempeño, pero yo estoy aquí a base de mi trabajo y … ¡ nada más! –

    - ¡ Sí claro, trabajo ! – le dice con sorna el hombre, que por cierto es bastante mayor que Inuyasha.

    - ¿ Tienes algún problema con eso, Nakamura San ! –se escucha de pronto una voz a espaldas de los dos.

    - ¡ Jefe… yo ! – exclama ése empleado quien ha sido sorprendido por su superior inmediato - ¡ No en lo absoluto ! – dice inclinándose a modo de disculpa- ¡ Lo siento ! –

    - Veo que te afecta el trato que se le ha dado a Inuyasha, pero te aclaro que esto no depende de él, ni siquiera de mí, la orden del suministro de todo lo nuevo que ves aquí, viene de arriba, muy arriba y te aconsejo que no te metas en eso, es más deberías de agradecer a Inuyasha que haya hecho el pedido, pues gracias a él todos contamos ahora con mejor equipo para trabajar en poco tiempo – le llama la atención a Nakamura tal hombre y luego dice en voz más alta para que todos lo oigan:
    Solo te aclaro que los “ méritos”, como tu les llamas, que ha hecho Inuyasha, te superan y por mucho, pues él en el corto tiempo que lleva con nosotros, ha logrado sacar exitosamente una buena carga de trabajo, además de que varias campañas suyas, han resultado un rotundo éxito. Algo que tú nos has logrado aún a pesar del tiempo que ya tienes con nosotros –


    El jefe de diseñadores comprende que la situación de Inuyasha está algo comprometida sin él proponérselo y decide acabar con las habladurías que puedan surgir.



    - Bien, es hora de que todos vuelvan a su trabajo – se aproxima entonces al lugar de Inuyasha y le dice:

    - Tengo un trabajo especial para ti, se trata de una campaña completa de introducción y deseo que te encargues de ella, harás todo el trabajo y la presentarás en una junta ex profeso para ello, frente a altos ejecutivos extranjeros y de nuestra propia empresa, incluso tal vez se encuentre allí el dueño de Industrias No Taisho y como comprenderás… ¡ No puedes fallar ! ¿ Comprendes ?-

    - Sí Señor – responde firme Inuyasha.

    - Ahora, ven conmigo para darte toda la información. –

    - Puede estar seguro de qué haré mi mejor esfuerzo –

    - Estoy seguro de eso –



    Se van enseguida a la oficina de su jefe donde se encierran para que reciba todos los detalles.


    Después de un buen rato, regresa y se acomoda en su reluciente mesa, pero sin dejar de notar su acostumbrado paquete envuelto y con su moño formado por una cinta de seda azul oscuro ésta vez, lo toma contemplándolo por un momento y lo pone con los demás como siempre. Casi enseguida ya se encuentra sumamente concentrado.


    Pasa así una buena parte de la semana, de hecho se queda trabajando hasta tarde en su apartamento, sin notar en muchas ocasiones, como una alta silueta se para frente a el ventanal del apartamento de enfrente y clava su dorada mirada en el chico por un buen rato, sin que él siquiera lo note, debido a lo ensimismado que se encuentra en lo que hace.



    En cuanto a Nakamura San, se ha mantenido a raya los primeros días, pero vuelve a las andadas, lanzando a cada momento habladurías con el único fin de fastidiar a Inuyasha.


    - ¿ Has escuchado Inuyasha ? – le pregunta otro de los empleados – se han iniciado las apuestas sobre el ridículo que harás con tu presentación, pues algunos dudan que solo dependa de tu trabajo. –

    - ¡ Me tiene sin cuidado lo que digan sobre mí ! - dice tajante sin siquiera levantar la vista de su mesa.



    Inuyasha hace caso omiso en un principio, pero no aguanta más cuando Nakamura dice en voz alta:



    - Deberías de aclararnos… ¿ Qué clase de “trabajos haces” , para que se diga que los haces muy bien –

    - ¡ Ahora mismo te aclaro tus estúpidas dudas imbécil – replica al fin Inuyasha perdiendo la paciencia, se levanta de su banco y enfrenta a Nakamura, quien envalentonado se ríe en su cara. Cuando Inuyasha lo toma por las solapas de su traje y está dispuesto a todo, pero como la vez anterior, se escucha la voz de su jefe:

    - ¡ Regresa a tu trabajo Takahashi San ! debes acabar a tiempo-

    - ¿ Emh? ¡ Sí Señor ! – obedece casi contra su voluntad, soltando con desdén a ese hombre.

    - ¡ Nakamura, ven conmigo ! –

    - Sí Señor – exclama sumamente molesto al que han llamado.



    En cuanto entran a ésa oficina…



    - Veo que no has quedado satisfecho aún ¿ No es así? – le dice en tono por demás seco su jefe – y como me desagrada ésta clase de conflictos y no pienso permitirlos, te voy a mandar con alguien más, que te dejará más que satisfecho con sus explicaciones. – termina de hablar ese hombre, ocultando una secreta satisfacción.

    - Pero… señor, no es necesario – comienza a decir, pero lo interrumpen nuevamente.

    - ¡ No te estoy preguntando y si es que quieres seguir trabajando aquí, vas a obedecer lo que te ordeno… ¿ Entendido ? –

    - Sí… señor –



    Enseguida su jefe toma el teléfono y se comunica a su vez con su superior y éste a su vez con alguien más. Un momento más tarde se han comunicado lo que sucede.


    Cuando suena el teléfono otra vez y contesta algunas frases cortas, frente a un muy confundido Nakamura.



    - Sí, entiendo, enseguida lo mando para allá – cuelga y se dirige entonces al hombre que espera sentado en silencio, evidentemente cada vez más incómodo, quien ve como su superior escribe algo en una tarjeta que luego le entrega.

    - Dirígete de inmediato a ésta oficina y … ¡ He dicho de inmediato! Pues ya te esperan.



    Cuando Nakamura ve los datos exclama sorprendido:



    - ¡ Pero esto es en los pisos de máxima seguridad, los de más alta jerarquía ! –

    - No importa, te dejarán pasar sin problema, ya están sobre aviso –

    - Sí señor – responde Nakamura resignado al comprender que no tiene opción si quiere conservar su trabajo, ésta vez su enorme boca lo ha llevado demasiado lejos, literalmente hablando.



    Al cruzar la sala de diseñadores, todos le miran en silencio, todos menos Inuyasha, concentrado como siempre en su trabajo.


    Al cabo de un buen rato, lo ven regresar, pero ahora su semblante luce muy diferente, incluso está sumamente pálido y casi demacrado. Se dirige de inmediato a la mesa en la que se encuentra Inuyasha, quien supone que le dirá otra sarta de idioteces, pero no es así.



    - ¿ Takahashi San ? –la actitud es completamente avergonzada ahora, ni siquiera lo mira a la cara.

    - Dime – le responde seco Inuyasha.

    - ¡ Te pido me perdones mi atrevimiento, lamento todo ,lo que te dije, no volverá a ocurrir ¡ Lo siento ! – se inclina ampliamente a modo de disculpa ante Inuyasha, quien luce desconcertado.



    En seguida, Nakamura se vuelve hacia sus demás compañeros y les dice:


    - Les pido acepten mis disculpas, he pronunciado palabras estúpidas y absurdas, producto de la enorme envidia que siento ante el trabajo de Takahashi San. Necedades sin fundamento alguno… ¡ Lo lamento ! – Se inclina nuevamente y luego en silencio se retira a su lugar a trabajar, sin decir una sola palabra más por el resto del día, pero Inuyasha pudo notar incluso, como sus manos temblaban levemente al trabajar.


    Lo que en ese momento nadie sospechaba, es que Nakamura renunciaría a la semana siguiente, dejando a Inuyasha en paz.






    ----------------------------------------------------







    Cuando el viernes Inuyasha sale de trabajar, se encuentra con Kouga en el pasillo que conduce al área en donde trabaja, es decir el de diseño.


    - ¡ Hola Kouga ! ¿ Qué te trae por aquí ? ¿ Acaso me vienes a saludar ?- le dice sonriendo Inuyasha mientras chocan las manos.

    - Ja,ja,ja … ¡ Hola Inuyasha ! no niego que me da gusto saludarte, pero ésta vez no vengo exactamente por ti ¡ No te hagas ilusiones ! –

    - ¡ Baaaka ! – Inuyasha le da una palmada en la espalda mientras le pregunta:

    - Algún asunto de trabajo supongo –

    - No exactamente –

    - ¡ Como sea ! – agrega Inuyasha sin preguntar más – se me ocurre que podríamos salir a cenar en cuanto te desocupes, puedo esperar por ti –

    - Lo siento Inu, pero ya tengo un compromiso previo – le dice Kouga apenado – pero si gustas… -

    - ¡ Hola Kouga ! – se escucha otra voz de alguien que se aproxima – lamento haberte hecho esperar-

    - ¡ Qué tal Byakuya ! – saluda Kouga sonriente.

    - ¿ Nos vamos ? – pregunta el delgado chico de negro y largo cabello, sin borrar la sonrisa de su rostro.la cual lo hace lucir encantador.

    - ¡ Claro, andando ! – responde Kouga, luego voltea a ver a Inuyasha que los observa perplejo - ¡ Nos vemos otro día Inu ! –

    - ¡ Hasta el lunes Inuyasha ! – se despide alegre Byakuya agitando la mano, quien además camina muy cerca de Kouga

    - Sí muchacho… nos vemos… que les vaya bien –



    El confundido chico de ojos ámbar los mira alejarse, se ha quedado parado ahí solo a medio pasillo.



    - “ ¿ Y ese par ? ¿ De cuándo acá tan juntitos ?” – piensa Inuyasha mientras echa a andar lentamente con rumbo a la salida – “ ¿ Y ahora qué hago ? me quedé más solo que una ostra, supongo que mejor me voy a mi casa, de cualquier forma tengo demasiado trabajo por hacer… ¡ Pero caray una pequeña distracción no me hubiera venido mal ! ” –




    Cuando sigue caminando y da los primeros pasos tomando la vuelta hacia los ascensores, alcanza a ver a lo lejos como de uno de ellos sale Naraku, Inuyasha pega un brinco para retroceder y ocultarse rápidamente tras un enorme macetón con un inmenso helecho, su mente se mueve rápido también:


    “ ¡ Oh por Kami Sama… ahí viene Naraku, alias el “acosa Inus “!



    Lo ve pasar a su lado sin que éste lo note y mira como éste se mete al departamento de publicidad y diseño, aprovecha entonces para salir de su escondite y se dispone a escapar antes de que Naraku regrese, pero no tiene tiempo de llevar a cabo su huida, pues casi enseguida se escucha la voz de ese de quien huye, quien ya viene de regreso , éste viene hablando consigo mismo.



    - ¡ Maldito Sesshoumaru, por su culpa se me volvió a escapar Inuyasha ! no sé cómo le hace el condenado, aparte de guapísimo , es sumamente inteligente, ya no me he topado con él por ningún lado, tal parece que se escondiera de mí, pero de cualquier forma ya caerá – se le escucha molesto y aproximándose.



    Inuyasha ya se encuentra en el área de ascensores, muy lejos de su verde escondite anterior, pero ve una puerta que conduce a las escaleras de emergencia ubicada a un costado de los ascensores. La abre apresurado y casi se lanza a través de ella, la cual hace un quedo “ click” al cerrarse nuevamente, pero el experto oído del jefe de vigilancia lo nota enseguida, volteando hacia el lugar donde escuchó el sonido.



    - ¡¿ Qué fue eso ?! se supone que ya no hay nadie en éste piso – se pregunta confundido – Será mejor que vea que sucede. –



    El joven peli plateado mientras tanto, baja a toda velocidad, al escuchar cómo se abre la puerta, seguida de unos pasos que comienzan a bajar aprisa.

    Inuyasha sale entonces por otra puerta que da a uno de tantos pasillos echando a correr nuevamente.



    - ¡ Maldición ! ¿ Por qué me pasan éstas cosas a mí ?-



    Escucha los pasos como se aproximan, Naraku ha comenzado a correr también, siguiéndolo cada vez más cerca, no en balde es muy bueno en su trabajo.



    - ¡ Pero qué ridícula situación ! – exclama en voz baja Inuyasha buscando desesperado donde ocultarse.



    Esos pasos suenan cada vez más cerca, no lo alcanzan a ver debido a las múltiples vueltas que va dando en los pasillos, va probando puertas, pero como ya tiene rato que dio la hora de la salida, éstas ya se encuentran cerradas.
    Sale a un corredor más amplio y después de dar vuelta por enésima vez, se recarga en una pared sumamente agitado.



    - Tal vez sea mejor darme por vencido y caminar como si nada a su encuentro – murmura pasando los dedos por su fleco – Sí y ¿ qué le diría?... “ Disculpa pero es que ando haciendo un poco de ejercicio, corriendo por los pasillos ” … ¡ Pero que excusa más estúpida, soy patético ! –



    Está pensando mientras busca con la mirada otra posible salida, sin encontrar ninguna, cuando una puerta casi a sus espaldas se abre de improviso y solo siente como una mano le cubre la boca, mientras otra lo toma por un brazo y lo jala hacia adentro de esa habitación.



    - ¡¡ Mmmmmpghhh !! – intenta zafarse, cuando alguien lo calla.

    - ¡¡ Silencio !! – le susurran al oído.



    Por el corredor se escuchan los pasos de Naraku, como pasan de largo alejándose de ahí.
    Inuyasha pasados unos pocos minutos, siente como lo sueltan poco a poco y se gira furioso para enfrentar entonces a aquel que se atrevió a tratarlo de ésa manera, pero abre los ojos asombrado cuando ve de quien se trata, quien además lo mira fijamente, le sonríe levemente y exclama:



    - ¡ Hola Inuyasha ! –


    “ ¡¡ No, ésa mirada noooo !! ”


    - ¡¡ Sess… Sesshoumaru !! –

    - Al menos parece que logramos despistarlo – le dice como si tal cosa el alto hombre situado muy cerca de él.

    - Sí eso creo – contesta nervioso Inuyasha.



    Sesshoumaru se aleja un poco de él, lo mira de arriba a abajo, levanta una ceja …



    - Aunque …¿ Sabes algo Inuyasha ? esto es algo inaudito, es decir el hecho de que te ayude a escapar del jefe de seguridad – le dice serio ese atractivo hombre, aunque por dentro esté más que divertido.

    - Bueno… es qué … - comienza a decir sumamente apenado el joven hombre oji ámbar - ¡ Oye, yo no estaba escapando ! y además… ahora que lo pienso con más calma… ¿ Por qué me ayudaste ? ¿ Cómo supiste que yo andaba por aquí ? – pregunta entre confundido y apenado.

    - Simple, te vi a través de las vidrieras del piso superior y después de todo, conozco algunos atajos del lugar – frunce entonces el seño aparentando ,molestia y le dice:

    - Ahora que si quieres no te ayudo – hace ahora el ademán de abrir la puerta para llamar a Naraku.

    - ¡ Nooo, espera ! …- baja la voz y añade vencido - ¡ Aaaassshhh , está bien !... es decir… ¡ Te agradezco la ayuda ! –

    - Puedo suponer que Naraku no te simpatiza mucho o es que realmente te escondes por algo más –

    - ¡ No claro que no ! -suspira – en realidad si escapaba de él, no es que me caiga del todo mal, solo es que él me… me… -



    Sesshoumaru entrecierra los ojos y completa la frase burlón:



    - ¿ Él te… gusta ?-


    Inuyasha abre aún más los ojos y responde apresurado:


    - ¡¡¡ Noooo, por Kami Sama !!! ¡¿ Cómo se te ocurre eso ?! –

    - Bueno, yo supuse eso por lo nervioso que estás –
    “ ¡ No es por él…baaaka ! ” – piensa Inuyasha molesto y le dice con toda la calma de la que es capaz en ese momento:

    - Lo que ocurre es que él me persigue demasiado y yo solo intentaba escabullirme para irme solo –

    - Así que sigue tras de ti el muy terco – exclama Sesshoumaru como si no supiera nada del asunto- tal vez como me dijiste a mí, sea tiempo de hablar con alguien para poner tu queja… Quizás aunque tengas que ir con el mismísimo dueño de la empresa –

    - ¿ Bromeas? – dice Inuyasha mirándole fugazmente – me imagino que será una persona sumamente ocupada como me han dicho, una persona ya mayor, con un genio de los mil diablos, chapada a la antigua que seguramente se me quedará mirando como bicho raro y pensará que solo le hago perder el tiempo.

    - ¡ Eres extraño Inuyasha, sigues formándote juicios de las personas antes de saber nada ! – le dice Sesshoumaru sonriendo y moviendo la cabeza. – tal vez “ ese anciano arcaico si te escucharía más de los que supones –

    - ¿ Tú lo conoces? … ¡ Pero qué digo, seguramente que sí ! sin duda alguna te mueves muy cerca de él.-

    - Algo así, aunque tienes razón, él es un poco difícil de comprender, a veces hasta da miedo tratar con él, pero tengo la impresión de que contigo sería muuuuuy paciente-

    - ¡ Ah sí ! ¿ Y por qué supones eso ?-

    - ¡ No sé ! pero me da la impresión de que tú le simpatizarías mucho, tal vez le recordarías a alguno de sus nietos –

    - Tal vez me plantee la opción de ir a verle un día de éstos si es que al personal de aquí le sigue dando por ir tras de mí – dice Inuyasha lanzándole una significativa mirada a Sesshoumaru.

    - Es una buena opción- Sesshoumaru ríe de buena gana – ahora por lo pronto ven, conozco otro camino para salir de aquí . – lo llama el alto ejecutivo que es seguido por Inuyasha.



    Atraviesan por lugares que el chico no conocía, dando varias vueltas y atravesando algunas puertas, así que Inuyasha se sorprende cuando se da cuenta de que ya salen al estacionamiento , cerca del lugar donde Sesshoumaru tiene su sitio privado para aparcar su auto.
    Inuyasha no ve llegar el momento para poder alejarse de esa presencia que cada vez lo pone más nervioso.



    - Bien… ¡ Gracias Sesshoumaru Sama ! pero ahora será mejor que me vaya – dice apresurado una vez que está afuera del edificio, tratando de poner tierra de por medio.

    - ¿No desea que te lleve ? – pregunta amable el peli plateado mayor.

    - No es necesario, ya ha sido suficiente ayuda de tu parte por hoy – dice Inuyasha echando a andar.



    Cuando Sesshoumaru ve hacia donde se dirige ese terco diseñador, sonríe malicioso. Ya que justo hacia donde Inuyasha camina, Naraku se ve venir a lo lejos, debido a que su auto se encuentra aparcado cerca del lugar.


    Inuyasha lo ve venir sin duda, se da cuenta de que no le queda otro camino mas que volver sobre sus pasos, se gira y echa a andar más rápido, ve a Sesshoumaru que con toda calma se dispone a subir a su lujoso auto, éste lo mira con una leve sonrisa.



    - ¿Cambiaste de opinión acaso… Inuyasha ?-



    Y contra todo lo que desea, el menor se agacha y solo responde:



    - Creo que no me queda de otra –

    - ¡ Anda sube ! – lo apremia Sesshoumaru al tiempo que él ya se acomoda en su asiento, cerrando la portezuela. Inuyasha se apresura a hacer lo mismo, aunque sabe que se arrepentirá de cualquier forma, pero es eso o… Naraku.



    Así que esos rojizos ojos solo contemplan a lo lejos como ese par de atractivos hombres se alejan juntos, saliendo del estacionamiento.
    Naraku furioso llega a un lado de su auto, patea con rabia un neumático, golpea el toldo con el puño cerrado y bufa molesto.



    - ¿ Con que ésas tenemos Sesshoumaru maldito ? –





    ----------------------------------------------------------







    Aunque adentro de ése auto que se aleja, las cosas no van tan bien para Inuyasha… ¿ O tal vez, mejor dicho, van demasiado bien para alguien más ?.

    Cuando el más joven adulto de blancos cabellos se acomodó en el auto, se siente aliviado de poder evitar a Naraku, pero el alivio le dura poco cuando es consciente con mayor fuerza de que ahora se encuentra con alguien que lo pone aún más nervioso.
    Lo cual puede notar claramente cuando intenta ponerse el cinturón de seguridad, ya que comienza a tener problemas para abrochárselo con sus temblorosos dedos. Desde luego Sesshoumaru lo mira de reojo y sonríe disimulado, hasta que llegan al primer semáforo en rojo.



    - Si me permites –



    Al decir esto, ya ha posado sus manos en las del chico, quien de inmediato trata de zafarlas, pero solo consigue que sean tomadas más firmemente, sintiendo el suave y tibio contacto de esas delicadas y finas manos.


    “ Toda una contradicción… ”- piensa Inuyasha absorto en ellas – “ que alguien de aspecto tan frío, tenga un tacto tan suave y cálido ” .



    Para ese momento, desde luego que las mejillas del menor ya se tiñen de carmín.



    - Sólo le hacías así… y así – lo guía con toda calma Sesshoumaru, aprovechando la oportunidad para retener un poco más las manos del chico, que al final logra soltarse.

    - ¡ Gr…gracias ! –

    - No tienes porque agradecerlo, me gusta ayudarte – le dice con su suave y grave voz Sesshoumaru para añadir mientras posa su mirada divertida en el acalorado rostro de su acompañante:

    - Aunque también podrías haber hecho esto – oprime entonces un pequeño botón ubicado a un costado del asiento de Inuyasha, el cual acciona un oculto mecanismo, que hace correr el cinturón colocándolo en su lugar de forma automática.



    Inuyasha se queda mudo, contemplando de forma alternada el cinturón, el botón y la cara de Sesshoumaru.



    - ¿ Así que había otra forma de hacerlo? – le pregunta, casi le reprocha.

    - Sí, pero yo prefiero usar la otra contigo – le responde pícaro ese atractivo hombre de nívea piel.



    Inuyasha opta por no decir nada más y guarda silencio por un rato, pero no deja de sentir como es observado de forma cada vez más insistente.
    En cierto momento al hacer el cambio de velocidad con la palanca, la mano del alto empresario “resbala” de ésta y roza suavemente la pierna de Inuyasha, deslizando lentamente sus dedos, para dejar su mano ahí quieta.
    Inuyasha no piensa darle el gusto de hacer aspavientos, así que solo toma la mano de Sesshoumaru y la vuelve a colocar en la palanca y mirándolo fijamente a los ojos le dice:



    - Me parece que me bajo en la siguiente esquina, me parece que tu auto es demasiado estrecho y no cabemos los dos, además acabo de recordar que necesito comprar algunos víveres para la cena, así que agradecería que me dejes ahí-



    Sesshoumaru desde luego no lo dejará ir tan fácil…



    - Si es por la cena…¡ No te preocupes ! ¿ Qué te parece si vamos a cenar juntos a algún lado ? –



    Inuyasha comienza a plantearse si no habría sido mejor el irse con Naraku e involuntariamente agita la cabeza negando con ella al pensar en esa loca idea.



    - ¿ Y por qué no ? – pregunta Sesshoumaru al verle – conozco algunos excelentes lugares.-

    - ¿ Eh? ¡ Ah, no… es que yo… estaba pensando en otra cosa!-

    - ¿ Entonces aceptas ? –

    - ¡ No, tampoco ! – dice nervioso Inuyasha, sabe que está haciendo el ridículo de su vida y eso le molesta, así que hace lo posible por hablar con más calma. - ¡ No, gracias, es que estoy cansado y deseo llegar a mi casa !-

    - Entiendo, en ese caso, yo también necesito comprar algunas cosas, así que te acompaño a hacer tus compras.-

    - ¡ Ah… sí claro, vamos ! – dice Inuyasha lanzando un suspiro.



    Así que ahí van a una tienda de conveniencia a comprar víveres juntos, víveres que desde luego Sesshoumaru no necesita. Al llegar a cierto estante, Sesshoumaru toma una cajita y mostrándosela a Inuyasha le pregunta:



    - ¿ No llevarás pockys de chocolate con almendras ? –

    - ¿Eh? No… ésta vez no – responde distraído Inuyasha al tiempo que escoge un surtido de su ramen favorita.

    - De acuerdo- responde Sesshoumaru devolviendo la caja a su sitio.



    Cuando llegan más tarde a su destino, Sesshoumaru se estaciona en su propio garaje, apaga el auto cuando observa a Inuyasha quitarse el cinturón de seguridad.


    - ¿ Inuyasha ? –

    - Dime – pregunta confundido el menor, deteniéndose antes de abrir la portezuela del auto.

    - ¿ Puedo preguntarte algo ? –

    - Sí, claro - “ ¡ Ay no ! ¿ Y ahora qué!”.

    - ¿ Yo te caigo mal también… como Naraku ? ¿ Te desagrado? –

    - ¿ Cómo dices ? –

    - Sólo eso, es que me gustaría saberlo –

    - Etto… Sesshoumaru… no, no podría decir eso, digo Naraku es diferente a ti y yo… bueno no te conozco , pero no, no puedo decir que me caigas mal, al contrario – responde sincero Inuyasha.



    Sesshoumaru sonríe fugazmente, satisfecho por lo que ha escuchado.



    - ¿ Entonces, aceptarías que saliéramos juntos un día de éstos ? –



    Inuyasha ahora sí está planeando lanzarse por la ventanilla del auto. Para huir de allí.



    - Lo siento, pero tengo mucho trabajo que hacer éste fin de semana – lo cual es cierto.

    - ¿ Y dentro de una semana ? –

    - Tampoco será posible, es que es mi cumpleaños y… - Inuyasha se interrumpe, siente que ha hablado de más.

    - ¿ En serio, será tu cumpleaños? ¿Cuándo es eso ? podríamos ir entonces a festejarlo –

    - No tiene importancia… creo que estaré ocupado también trabajando… etto… ¡ Gracias por todo Sesshoumaru ! tengo trabajo que hacer
    – Inuyasha mete su dedo índice entre su cuello y el de su camisa, tratando de aflojárselo, como si le asfixiara.



    Sesshoumaru clava entonces sus dorados ojos en él- “ ¡ Ay Inuyasha, eres tan lindo! Cuando te darás cuenta de que ya no estoy tan convencido de dejarte ir ! ” – piensa al tiempo que se retira también el cinturón, se gira y empieza a aproximarse al chico que se pone cada vez más nervioso, el espacio entre ellos se reduce, pero Inuyasha no sabe si es porque se está quedando petrificado o si realmente hay otra causa, pero el caso es que tampoco retrocede.

    Sesshoumaru posa muy lentamente sus manos en el nudo de la corbata de Inuyasha y sin dejar de mirarle, comienza a deshacer ese incómodo nudo, poco a poco, atrayendo cada vez a sí mismo al atónito chico, quien había hecho un débil intento por apartar esas atrevidas manos, pero se siente tan descontrolado que las baja casi en seguida, después de rozar apenas las del mayor, dejándose hacer.
    Las hábiles manos del empresario le retiran ya la corbata, tirando suavemente de ella, pero luego procede a desabotonarle la camisa, moviendo elegantemente sus manos, abriendo la blanca tela, para dejar más despejado el también blanco cuello, sus dedos aprovechan para ir acariciando sutilmente la suave piel, recorriendo lentamente, lo que provoca en Inuyasha un leve e involuntario suspiro, muestra segura de que inconscientemente disfruta ese lento contacto.

    Sus miradas se vuelven a encontrar, lo cual seguramente es un punto clave para el contacto entre ellos, se unen una en la otra, encendiendo algo en su interior.

    Inuyasha está inmóvil, pero ya es tarde para él intentar huir, aunque quizás ya no se lo plantea tanto como antes; Sesshoumaru está más que satisfecho, pero a la vez confundido, desea tanto aclarar tantas cosas de la que éste lindo chico le provoca, nadie antes le había hecho sentirse así. Por eso mismo desea acabar con la distancia que los separa, se ha hecho un completo silencio en el lugar, lleno de tensión, pero de algo más, mucho más grato que solo nerviosismo .

    El más joven comienza a percibir el tibio y perfumado aliento de su acompañante, lo siente ya en su cuello, para pasar de ahí a su rostro, ve esas dos llamas doradas contemplarlo de una forma muchos más intensa, sensual pero sin dejar de ser tierna, lo cual provoca que Inuyasha quede casi hipnotizado, para luego lentamente cerrar sus ojos ámbar lentamente, casi complacido por esa cercanía.
    Sesshoumaru sonríe, pero su sonrisa ya no es de burla, sus ojos brillan de forma diferente, como nunca antes lo han hecho, termina con el espacio entre ellos y tomando ese bello rostro por la barbilla, lo levanta un poco, puede sentir ahora la respiración de Inuyasha, la cual se ha tornado más agitada, contempla esos tersos, sonrosados y tentadores labios entreabiertos. Pasa entonces uno de sus dedos por el contorno de esa boca, sintiendo enseguida un leve estremecimiento por parte de ese chico que ahora ya no muestra resistencia.

    Cierra sus felinos ojos e inclinando la cabeza posa con toda calma y delicadeza al fin sus perfectos labios sobre los de Inuyasha, es un beso tierno en un inicio, siente como Inuyasha se tensa al principio, pero con su otra mano lo atrae hacia su cuerpo, acariciando su espalda, calmándolo, brindándole la confianza que necesita.
    Hasta que ese beso se vuelve una tibia caricia compartida, la lengua del mayor pasea inquieta por el contorno de la boca de ese joven diseñador que siente un impulso más fuerte que él, una creciente pasión que lo hace querer más. Lenta, muy lentamente abre su boca, invitando de alguna manera a que ese intruso deje de serlo y pase con su permiso, para compartir mucho más que los labios.

    Siguen así por un pequeño instante que se vuelve eterno, hasta que Inuyasha se comienza a inquietar, Sesshoumaru comprende que debe soltarlo ya, no desea forzarlo más, ha recibido más de lo que esperaba en ésta ocasión. Puede notar las manos de Inuyasha que se posaron en algún momento en el pecho de quien le ha dado su primer beso, podría llamarle así, su primer beso apasionado y cargado de mucho más que solo eso, sin duda ese chico ha notado también lo inquieto que late ahora el corazón de Sesshoumaru.

    Se sueltan, aflojan ese inesperado e intenso abrazo… ¡ Es suficiente por el momento, quizás demasiado para ese par de jóvenes “ heterosexuales ! ”

    Se apartan poco a poco, dejando ir el cálido momento, llevándose sin duda lo que a cada quien corresponde, sus ojos de ambos brillan de una muy bella forma.

    Inuyasha parpadea repetidas veces, como si despertara de un sueño y tratara de despabilarse. Se agacha apenado y solo puede susurrar al tiempo que retira sus manos de donde las había posado, luce sin duda avergonzado.



    - Será mejor que me vaya – toma entonces sus cosas y abre la puerta del auto.



    Escucha entonces esa sensual voz que le retiene unos segundos más:



    - ¡ Gracias Inuyasha, es el más hermoso beso que haya yo podido recibir ! –



    Inuyasha solo sonríe sonrojado y baja a toda prisa, no quiere pensar siquiera, no quiere sentir ese vacío que le invadió al momento de separarse de Sesshoumaru, prefiere alejarse, antes de que esto se convierta en una locura.
    Aunque para estas alturas, Inuyasha casi podría escuchar una pequeña vocecita a modo de su conciencia o sentido común o como sea que se llame diciéndole al oído:



    - ¿ Aún más Inuyasha? … ¡ Por favor, no seas iluso semejante tonto! ¡¡ Esto ya es una locura !! .



    Casi corre hasta su apartamento, entra apresurado cerrando tras de sí la puerta recargándose en ella, cierra un momento los ojos, trata de calmarse pues su respiración y su corazón no logran recuperar su ritmo.



    - ¡¿ Qué demonios ha sido eso ?!

    ¡¿ Pero qué he hecho ?!

    ¿ Cómo ha podido suceder, es más cómo lo he permitido ?

    Hace tan poco tiempo apenas que yo mismo rechacé a Kouga, le dije en su cara que yo no soy homo… homosexual – se dice con dificultad a sí mismo - ¡¿ Y ahora resulta que me acabo de besar con Sesshoumaru?! -




    Y a todo esto, ni siquiera es que él se considere homofóbico o algo por el estilo, ha tratado con “ ellos”…”ellos” , curiosa forma de llamarles, como si se tratara de otra clase aparte de seres humanos, de los cuales se olvida la gente que tienen derecho a sentir, a soñar… a vivir. Siempre se les ve como asunto aparte, un muy molesto e incómodo asunto. No ha tenido mayor problema Inuyasha cuando se ha cruzado con alguien así,, bueno… solo a veces, cuando se daban situaciones algo complicadas, todo como siempre debido a su muy llamativo y agradable aspecto de él o quizás porque “ellos” percibían en él, algo que ni Inuyasha mismo ha querido ver. Sin embargo siempre había salido de esa clase de asuntos sin mayor complicación.

    Pero ahora con Sesshoumaru, la situación es bastante más complicada, simplemente le está resultando sumamente difícil el siquiera mantener la calma, cada vez es más complicado no sucumbir ante esa penetrante y bella mirada, sobreponerse a la sola presencia de esa arrolladora personalidad.

    Y como si eso fuera poco… Sesshoumaru le ha confesado que le gusta y encima de todo… ¡ Lo ha besado !
    ¿ Cómo seguir adelante enfrentando eso? Continuar como si nada hubiera pasado.
    Si él mismo puede sentir su corazón latir inquieto, como nunca antes lo había hecho por nadie, cuando ni siquiera fue capaz de evitar el atrevido contacto… cuando él mismo debería aceptar que la experiencia ha resultado demasiado grata como para simplemente olvidarla.
    Como lograr olvidar, cuando ahora él mismo empieza a notar en su interior “ esa respuesta” de la que le ha hablado Sesshoumaru, una respuesta que siente palpitar cada vez con más fuerza en su interior y se le antoja imposible ignorar.



    - ¡ Nada es imposible ! – se dice a sí mismo tratando de retomar el control de su cuerpo y su mente- No permitiré que esto crezca más, lo detendré de alguna forma.-



    Tenaz como siempre, ahora que está lejos de la influencia de ese alto y atractivo hombre, siente tener otra vez el control de la situación, piensa mantenerse así a base de carácter y terquedad, siguiendo ,los lineamientos de lo que él cree que debe ser y lo que él mismo es.
    Repentinamente a su mente llega un detalle más, que dejó pasar sin prestarle atención…



    - ¡ Un momento ! ¿ Cómo demonios sabe Sesshoumaru que me gustan los pockys de chocolate con almendras ?-



    Se siente sumamente molesto otra vez, se dirige entonces a cerrar todas las persianas para ir luego a la cocina, prepara su cena la cual a pesar de todo disfruta enormemente, para luego retirarse a dormir.


    Recostado en su cama, en ése fugaz momento de calma que precede la llegada del sueño, se lleva lentamente la mano a la boca, recordando el suave, tibio y atrevido contacto. Suspira profundamente y es vencido finalmente por el sueño, sin ser consciente por completo de la bella sonrisa que asoma a su rostro, mientras su mente recuerda una intensa y dorada mirada.


    Por su parte Sesshoumaru permaneció en su auto un rato mas, aún después de que Inuyasha, a quien siguió con la mirada, despareció al entrar al edificio donde vide.
    Hombre de profundas reflexiones, se sume pronto en sus pensamientos y de la misma forma que Inuyasha lo ha hecho, se lleva la mano a sus finos labios, saboreando aún aliento y el tacto, la deliciosa sensación al tocar la tersa piel de ese joven hombre. Ha besado a diversas chicas en el pasado, pero han sido vanas experiencias que le han dejado un vacío interno cada vez mayor.

    Sin embargo, ahora que ha besado a Inuyasha, siente casi un hormigueo de placer en su boca, percibe como su sangre corre intranquila por sus venas. Comprende que ésta nueva sensación que lo invade es algo poderoso que casi podría rebasarlo.
    ¿Le quedan dudas aún ? ¡ Quizás ! aunque no se detendrá hasta aclararlas.
    Y si como él sospecha y de hecho casi puede asegurar, él no le es indiferente en lo absoluto a Inuyasha, entonces no se detendrá ya.
    ¿Aversión de solo pensar en las relaciones entre hombres ?
    Seguramente creyó sentirla en algún momento… pero ahora al llegar a algo más con Inuyasha, la idea le seduce, le agrada demasiado y desea saber más, sentir más, tener más.
    ¿ En qué momento esto dejó de ser divertido, dejó de ser solo un juego ?
    Él mismo siente que ha quedado atrapado en su mismo entretenimiento, en lo que creyó simple curiosidad.

    Se lleva la mano hasta el pecho, colocándola sobre su corazón, donde percibe los intranquilos latidos, suspira y como si charlara con él, comienza a hablarle:


    - ¿ Así qué de eso se trata todo ?

    ¿ Me has tendido una trampa, no es así ?

    Me estás arrastrando hacía algo que antes me parecía un absurdo, pero ahora…

    ¡ Sólo te advierto que sí esto no funciona y no resulta ser como pienso y deseo…¡ Tú serás el que sufra el mayor golpe !

    Después de vivir casi congelado en mi interior, tal vez después de un dolor de esa magnitud, no sobrevivas –



    Suspira nuevamente, cierra los ojos, se siente a pesar de todo, sumamente relajado, al abrirlos otra vez, pareciera que algo ha cambiado a su alrededor, algo sutil, pero definitivo.

    Baja de su auto y sube hasta su apartamento, cuando está cerrando la puerta, suena su teléfono móvil, pero al ver quien es el que llama, oprime el botón para apagarlo.



    - ¡ Naraku, ya mañana te veré la cara, pero hoy tengo un sabor tan dulce en mi interior que no quiero amargarlo con nada –



    Voltea entonces hacia el apartamento de Inuyasha y al contemplar las persianas cerradas, mueve la cabeza y con una leve sonrisa en los labios exclama:



    - ¡ Así que fue demasiado para ti ! ¿ Ne Inuyasha ? ¡ Y pensar que yo tuve que contenerme para no seguir adelante, para no llegar mucho más lejos contigo ! –






    No mucho tiempo después, las luces en ese apartamento se apagan también.






    ---------------------------------------------------







    En algún otro lugar, un par de jóvenes adultos se despiden mientras se encuentran dentro de un auto estacionado cerca del apartamento de

    uno de ellos.



    - ¡ Gracias Kouga ! ha sido una velada estupenda – dice Byakuya sin borrar la sonrisa de su rostro.



    Han regresado después de salir juntos a cenar, después de una amena charla, algunas intensas miradas y uno que otro roce de manos.
    Kouga ha simpatizado por completo con ese chico de finas facciones y esbelta figura, ha disfrutado de verdad la compañía, así como parece que Byakuya ha estado a gusto con él.



    - ¡ Ha sido todo un placer el estar contigo Byaku, de verdad tu compañía es algo muy grato de compartir ! ¡ Eres una persona maravillosa ! – le dice Kouga con un brillo especial en la mirada.

    - ¡ Tú eres alguien de verdad especial ! – responde Byakuya – ahora comprendo porque Inuyasha habla tan bien de ti como su amigo. Sería bueno vernos más seguido ¿ No crees ? ¡ A menos claro ! que tú ya tengas otro compromiso con alguien más –

    - ¿ Alguien más ? ¡ No en realidad ! – responde Kouga contemplando la posibilidad, la cual no le desagrada en lo absoluto.

    - Bien, entonces estaremos en contacto – desde luego ya han intercambiado los datos necesarios para mantenerse comunicados.



    El ambiente en el auto es bastante agradable, el silencio se abre paso por unos minutos…
    Byakuya lanza entonces una intensa mirada sobre Kouga, quien nota como esos bellos ojos van de sus propios ojos a su boca un par de veces, en una señal universal de lo que ese chico desea.

    Kouga lo piensa solo un instante, se desabrocha el cinturón y lentamente se aproxima al chico, Byakuya vuelve a sonreír y siente como ese hombre de mirada azul lo toma con ambas manos su rostro. Inclinan entonces la cabeza, cierran los ojos y dejándose llevar, unen sus bocas en un beso que comienza lento y suave, pero ambos chicos jalan al otro, atrayéndolo hacía sí, para unirse más en un estrecho abrazo, entonces sus respiraciones comienzan a agitarse.

    La lengua de Kouga roza los labios de Byakuya, pidiendo su autorización para entrar, permiso que no tarda en ser conseguido, permitiéndose tibias y húmedas caricias. El beso se prolonga aún más, un beso que no desea ser finalizado.
    Pero termina sin remedio, dicho beso se ha llevado el aire de ambos, quienes además tardan un poco en calmar la agitación que los invade. Los ojos de ambos brillan con intensidad.


    - Te llamaré Byaku chan-

    - ¡ Estaré esperando por ti ! – dice Byakuya antes de bajar del auto y alejarse.



    Kouga lo mira, sonríe y susurra:



    - ¿ Y por qué no ? –






    Continuará . . .



    Notas finales:

    Terminamos por hoy, pero espero nos encontremos pronto por aquí.
    Veré si puedo convencer a nuestros personajes para lograr algo más intenso entre ellos y podamos acomodarnos tras las persianas para descubrir sus secretos. >o<

    Nos leemos.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:20
     
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