Mi querido vampiro"Segunda Temporada" ACTUALIZADO 29/05/2014

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  1. Misaki_san
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    Quebrántame, odiame, ámame .... soy masoquista. Pero si te tengo conmigo, el mundo me importa poco
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    Capítulo IV.... SEGUNDA PARTE




    VampireHottie2





    Necesario era hacerlo enojar, puesto que los orbes avellana miraban con total desprecio al chico que estaba en la cama disfrutando de tales facetas. El príncipe no dijo nada a tal invitación, sino que se dedicó a examinar las heridas de la guerrilla. Sus ropas estaban algo harapientas, se podía ver la carne del mismo con algo de barro. No le habían atendido, apenas había terminado la batalla le mandaron a las mazmorras. Allí, entre gritos de llanto por los distintos castigos que pasaban los condenados Él cerraba los ojos y los oídos para no escucharlos. Le hacía recordar el dolor de sus padres, como suplicaban porque les dejen con vida. Nuevamente esa sombra negra atentaba contra el escondite del niño de apenas 12 años, sus padres apenas oyeron los alaridos de las personas no dudaron ni un segundo en esconderlo bajo los maderos de aquella cabaña.


    Los gritos de las personas hacían rasgar la tierra en mil grietas, tres caballeros vestidos de ropas elegantes pisaban el barro del pueblucho. Una cincuentena de personas agarraba a algunas mujeres para experimentos y alguna que otra diversión, hombres para alimento pues eran “ricas en vitaminas”.
    La voz del mandamás se escuchó por todo el pasillo atrayendo la vista de los condenados “ESTAN ACÁ PARA SERVIR A SU SEÑOR”
    Fue lo único que escuchó antes de que le llevaran frente al que le llamaban “príncipe”. Era el mismo joven que le había arrastrado al fango, derribado del caballo, derribado el propio orgullo. Ahora lo tenía frente a frente, si era un joven adolescente ¿Por qué le tenían tanto miedo? No le importaba si era un despiadado asesino, un violador empedernido o un hombre sombrío que practicara con la persona lo que quisiese, sino que era un hombre de carne y hueso sin corazón, sin vida, sin alma.

    Misaki le veía de arriba abajo sin decir absolutamente nada, solo analizaba el cuerpo del mayor, la temperatura, su mirada. De alguna manera, esos ojos estaba cargados de odio, ametrallando contra quien le trajo aquí, prendido a su suerte. Un loco que si le daban un arma blanca la usaría sin dudar contra el chico.

    - Cuidado con que sentimientos me miras, dije que te haré mi juguete personal y lo cumpliré. Soy un hombre de palabra

    Solo eso dijo para que arda en cólera el oji avellana ¿Cómo se atrevía a decir eso con tanta haraganería?

    -Vamos, no tengo todo el día

    A esa orden, definitivamente se cruzó de brazos igualando su mirar. El príncipe había ordenado que nadie, nadie les interrumpiera y el que lo hiciera se ganaría despedirse de ese mundo.


    - No te voy a lamer las botas


    Amaba los retos, más si su pequeña mascota era rebelde. Los ojos del joven se tiñeron de un hermoso e impactante color plateado. Eran profundos, crueles como su mirada; el ambiente se ponía pesado y somnoliento. Takano, trataba de luchar contra la pesadez pero era casi imposible, igualmente daba batalla.
    Cayó de rodillas frente al chico, Éste le tomó el mentón mirando cada facción de ya hombre maduro a la fuerza. Le encantaba ese mirar, nadie le replicaba y ahora llegaba ese muchacho para prácticamente, volver el mundo al revés.


    - Granaderito, no seré gentil


    Esos ojos, infinitos mares de lujuria y deseo en la tierra le estaban declarando la guerra. Dos dedos sosteniendo el mentón, la lengua recorriendo los labios desquebrajados por el frío de la noche, seco necesitados de agua. A esto escupió, la saliva se derramaba en los labios del oji-esmeralda.


    - Quieres jugar granaderito, bien, no esperemos más…


    La fuerza usada en su cráneo hizo que el mayor se quejara, un niño le estaba tratando como un animal sin importarle nada. Su rostro era hundido en la entrepierna. Se adentró a su mente “si me muerdes te mataré lentamente” . El oji-avellana abrió fuertemente los ojos, ¿Era la voz del joven que hablaba en su mente? . Rudo, sin sentimiento le embarraba sus partes en la cara y con firme voz mirando-le a los ojos no se prohibió de nada.


    - ¡¡Lame como el perro que eres!!
    - En tus sueños

    Como era que aún tenía fuerzas suficientes para decirle que no. Misaki era de increíble belleza misteriosa, sus ojos esmeraldas tenían un brillo atrapante que quien lo mirase quedaba prendado. Siempre recibía ofertas de humanos, no sabiendo la realidad de su naturaleza. Le divertía, como un alma prácticamente se arrastraba por un rato de compañía y de placer. Verlos a sus pies, entregándole si pudieran el mundo entero solo para sentarse a la mesa, para salir, para llevarlo a la cama.
    Takano había pasado esa barrera del cual hacía encender al menor sin propuesta alguna. El aire se sentía cada vez más pesado, una neblina de aroma atrayente al olfato le dejaba medio adormitado. Todos sus sentidos se vieron perturbados, el vampiro miraba divertido con algo de perversión.


    - Masamune… - ese nombre le arrastró - … ¿Porque no me muestras tu lindo trasero?


    El cuerpo se movió por si solo aún maldiciendo con voz alta. Se puso sobre el madero de aquella cama de dos plazas mostrando el rasgado pantalón. Se le hacía agua la boca, definitivamente el granaderito tenía buena contextura física ¿aguantaría cada castigo? Las lastimosas manos se alzaron por el cuerpo palpando la madera, los pasos se escucharon sobre el parquet y tomando éstas las ató con una soga. Buen cuerpo para sus adentros, fornido, se vé que luchaba bien y eso se veía. Descarado, pasaba la mano por la espalda ganando el estreñimiento del joven. Estaba fría, era un no vivo, no tenía temperatura.

    - que mierda me vas hacer

    No contestó a esa estúpida pregunta, sino que arrancó la ropa. Estaba rasgada por el tiempo pasado en ese lugar frío, húmedo y oscuro. Nuevamente le preguntaba sacando de su centro, la nalga derecha se fue enrojeciendo, la voz cayó y un castaño se alzaba con una leve sonrisa.

    - Parece que te gusta sentir mi mano en tu cuerpo, más si soy rudo.
    - Te juro que te cortaré los dedos si sigues tocándome de esa manera
    - Mmm… violento… va hacer muy fácil

    Edited by Misaki_san - 25/4/2014, 16:59
     
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