Por un malentendido ahora vivo una desventura

En esta historia Usami Akihiko y Kamijou Hiroki se encuentran comprometidos y muy enamorados, pero ¿Seguirán asi por siempre?

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  1. Ikirishi
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    Nota de **Moon_Paradise_Of_Yaoi : Bueno, antes que nada, gracias por leer este fic... no sé si Ikirishi les haya contado que la idea es mía x3 le conté de mi idea y ella acepto gustosa... además de que era su primer fic casi que la estrene (ok, eso sonó en doble sentido ewe) pero aun así gracias... espero que disfruten este humilde lemon [cualquier parecido con los de Dramatical Murder es mera coincidencia ¬¬] que les prepare especialmente... porque no sé cuándo vendrá otro (es enserio owo). No olviden comentar si les gusta... además, sorpresas les esperara de ahora en adelante... muajajaja *risa diabólica from jel lml*


    Habían llegado a su departamento, ya era tarde, pero habían pasado una gran velada en el parque como recompensa después de la desconfianza que hubo entre ellos. Tomaron un café, pasearon un rato por ahí, disfrutaron y platicaron sobre cosas de su gusto en una banca mientras veían como poco a poco el cielo se tornaba de azul cielo a un anaranjado en un tono de amigos-novios.
    —Hacia mucho que no hacíamos citas así... deberíamos hacerlas más seguido. —Akihiko habló mientras se quitaba la chaqueta de su uniforme y la colocaba en el ropero—.
    —A mi también me gustaría Akihiko. —Le respondió el castaño mientras se acomodaba en el sillón—. Solo si prometes que no vas a andar de cariñoso excesivamente como si tuviéramos la oportunidad de decirle a la gente que somos pareja.... —suspiro—. Ya tengo suficiente con que los vecinos tengan la idea de que somos algo más que “amigos que comparten el departamento”.
    —Creo que dejarían de sospechar si te callaras un poco cuando hacemos el amor. —Las palabras del canoso eran siempre sinceras, aunque a veces la sinceridad dolía en el orgullo de Hiroki—.
    — ¡Es tu maldita culpa! —se sonrojo bastante, aventándole un libro que tenía cerca, pero el de ojos amatistas tenía tan buenos reflejos que ningún proyectil que se acercara a él le tocaba o rozaba—. ¡Tú y tu maña de experimentar conmigo nuevas posiciones que leíste en un libro erótico!
    —Son buenos manuales sobre el sexo... además, nunca te has quejado: cuando te pregunto si te gusta, tu solo respondes con un “ahh...”, “mas, Akihiko...”, “me vengo...”.
    — ¡Basta! —En un rojo absoluto se alejó, yéndose hacia la cama compartida mientras se ocultaba bajo las sábanas blancas—. “Akihiko idiota... sabes que me avergüenzan tus palabras y aun así las dices... obviamente me gusta cuando hacemos cosas nuevas”. —se hizo bolita y seguía revoloteando en sus pensamientos más profundos—.
    Hiroki desconocía que, luego de unos minutos de que se le bajara lo refunfuñado, su prometido estaba por ir a la habitación, silencioso. Tomo uno de los anillos que se encontraban juntos en una bandeja de plata en la mesita de noche, poniéndoselo en la mano, mientras que busco entre las sabanas la mano izquierda del castaño y le puso el que quedaba.
    —Oye... sabes que cuando estamos aquí, debes ponerte el anillo de compromiso... aquí ya nadie nos puede juzgar por usarlo, así que, póntelo... por favor... —beso su mano y espero en la orilla de la cama por su respuesta—.
    Entonces, ascendiendo lento, Hiroki aun cubierto por las sabanas solo se quitó un poco de ella para verlo y sonrojarse más—. No hagas esto más difícil...
    Akihiko sonrió, sonrió por ver a él arrogante, testarudo pero muy tierno y lindo que tanto quería, que tanto amaba... así que quitó la tela que lo cubría y acaricio su rostro de tono tostado mientras se acercaba a el—. Entonces no te hagas del rogar...
    Se acercaron mutuamente, exhalando muy cerca sus respiraciones, llegando al punto de parecer uno solo: cruzaron miradas, demostrándose solo con ellas su amor, todo lo que llevaban consigo; para último, darse un casto beso de cariño pre-matrimonial.
    Normalmente llegaban juntos al departamento: era de rutina... como el que para empezar, deben tener puestos esos delicados anillos en sus dedos anulares de la mano izquierda respectivamente. Desde antes de entrar en la universidad, habían hecho su fiesta de compromiso, donde ambos intercambiaron argollas y anunciaron que después de terminar los estudios, tendrían la ceremonia.
    Ya con eso hecho, los dos comían un pequeño aperitivo y hacían los deberes escolares que faltaban. Cabe decir que cuando son proyectos grandes, los dos se quedan juntos a hacerlo; ayudándose mutuamente hasta que acaban y se pudieran dormir los dos juntos. En caso de que acabaran antes de la medianoche, disfrutaban de un baño juntos... si, podía llegar a toqueteo o hasta ya en una recogida... de jabón, por supuesto.
    Una vez frescos, solían cenar algo ligero; claro, la mayoría del tiempo se les pasaba volando porque allí platicaban de lo que les pasaba durante el día.
    —Oye, Hiroki, dices que el chico de la tarde...
    —Nowaki.
    —El... ¿va en tu clase?
    —Sí, pero el entró este ciclo escolar ya que antes no lo había visto... o era que no lo había notado...
    El de cabellos grises rio levemente y le dio un pequeño golpe en su cabeza—. En verdad eres bastante distraído con tu entorno... ¿Qué tanto tienes en tu cabeza?
    —Idiota... —se acarició la parte golpeada y le miro—. Tengo muchas cosas en que pensar... no estoy todo el día pensando “oh... ¿que estará haciendo mi novio?” como creo que estás pensando...
    —Hiroki, tienes que admitir que, solo a veces... piensas en mí: no digo que todo el tiempo me tengas en tu cabeza... solo piensa... cuando estas tranquilo, miras el cielo y piensas...
    —piensas que quieres estar tranquilo con la persona que amas... mirando las nubes en un campo lleno de césped, acostados mientras se toman de la mano.
    Al de los ojos amatistas le sorprendió mucho su respuesta. Sonrió acomodándole su fleco de un lado y le beso la frente—. ¿Desde cuándo piensas eso?
    —tan solo... cállate, ¿quieres? —estaba muerto de vergüenza, pero no podía evitar no decirlo: Cuando soñaba con los ojos abiertos... ese paisaje tan hermoso le venía a la mente, aunque... raro, ya que cada vez que veía a la persona que estaba a su lado alguien le interrumpía o despertaba abruptamente por algo—. “Tal vez sea porque sé que es él y no quiero ver su boba sonrisa”.
    Proseguía la noche mientras platicaban, se acomodaban las ropas para dormir y hacían su aseo personal como lavarse los dientes; también aseo general como limpiar el departamento y dejarlo bien para la tarde en que llegaran
    Ahora llegaba el turno de irse a la cama: compartían una cama matrimonial, por lo que se dormían los dos juntos. No hay que ser muy listos para darse cuenta que aquí se llevaban a acabo muchas de las demostraciones de amor entre los dos, llegando a incluso a no dormir en toda la noche por ello.
    Esa noche, puestos los pijamas, se sentaron juntos en la orilla de la cama; Akihiko se acercó a Hiroki besándole la nuca en su descuido.
    —Espera... Akihiko... —se estremeció completamente. El beso tan húmedo de su pareja eran de los que le encantaba sentir—.
    — ¿Mande?
    —Idiota, sé qué quieres... pero ahora me siento muy cansado para hacerlo.
    — ¿Hacer qué?
    — ¡Deja de joder! —Se molestó y se hizo a un lado—.
    —Hiroki. —Sonó una voz segura y seria a su lado derecho—.
    — ¿Ahora que...? ¡Mmm...! —Volteo a mirarlo y entonces le robo un suculento beso, el cual iba en aumento de intensidad mientras se acercaban los dos—.
    Poco a poco, la velocidad de sus movimientos se hacían notar: sus brazos admiraban los cuerpos ajenos a ellos, quitando las prendas innecesarias.
    —Oye... no se vale... acabamos de cambiarnos de ropa y acabaremos...
    —Shhh... —le dio un sutil beso en sus labios aun húmedos. Acaricio estos y fijo su mirada con la de el—. No necesitábamos la ropa desde un principio. Calla y déjate hacer...
    —Akihiko...
    Resbalaron sus manos de sus hombros a sus brazos de color tostado, besaba su cuello con tal delicadeza y sutileza que hacían desesperar las aun jóvenes hormonas del castaño. Suspiraba y entrecerraba sus ojos.
    —Hiroki... ¿Te pido un enorme favor?
    —... ¿Qué...? —Seguía abducido por sus sensaciones—.
    —Por favor, enserio que por favor... quiero que esta vez digas lo que quieres... admite las sensaciones que estas sintiendo en este momento... por favor... quiero que esta vez, sea tan excitante por tus gemidos.
    Se sorprendió bastante por su petición... no podía evitar quedar estupefacto por rogarle tanto para hacer algo tan vergonzoso como tener sexo de esta manera—. Yo...
    —Hiroki... te lo pido... estoy desesperado...
    —... De acuerdo... —se sintió demasiado avergonzado... de lo más que sintió antes. Abrazo la espalda y se aferró, acercándose a su oreja—. Hazme tuyo... Usami Akihiko...
    Dejo de forcejar con su cuerpo, dejándolo flojo para el gusto de su pareja.
    —Hiroki... —su tono era entre asombro, lujuria y desesperación ante esa invitación. Sus manos, algo dudosas, inspeccionaban su cuerpo... leyendo con su tacto las sensaciones porque en cada parte donde tocaba se erizaba como piel de gallina—.
    —Akihiko... —Tomo entre sus manos el rostro tan fino pero de un color blanco—. Tus manos... están heladas... —Suspiro con dificultad por el hecho de que las manos de su pareja seguían sin parar de inspeccionarlo—. Se... sienten tan bien... —acerco su rostro y le beso: era un beso normal en el cual solo tocaban sus labios... eso le recordó a cuando eran pequeños—.
    ***FLASHBACK***
    Un pequeño chico de 8 años caminaba tranquilamente por los frondosos bosques cerca de su casa: por donde pasara se oía de fondo los sonidos de la naturaleza. Sabía que le vendrían a buscar pronto “aquí no es sitio para los niños” le replicaban.
    —No entiendo porque dicen que no puedo salir... no es mi culpa lo que esté pasando a mi alrededor... —se decía a sí mismo—.
    — ¿Hiroki? —una sutil voz conocida se alzaba en un árbol cercano—.
    —Akihiko... ¿qué haces en ese árbol?
    —Ven, sube. —Le dio palmaditas a su lado, por lo que el castaño tuvo que subir con dificultad a la copa del árbol—. Mira el atardecer... sin nadie en él se ve muy hermoso. El sol comenzaba a ocultarse entre las colinas, sus brazos rojizos parecían incendiar las nubes, a pesar de la poca altura en la que estaban podían disfrutar de aquel tranquilo paisaje.
    —Lo es... en verdad lo es... —sonrió pero... se sentía nervioso... pero, ¿A qué? ¿Su cercanía con ese chico que no hacía mucho que se habían hecho amigos?—.
    —Oye... ¿es normal que dos personas se besen? —disparo de la nada el joven Usami—.
    — ¡¿Qué dices?! —se apeno bastante—. Bueno... este... —no sabía a qué quería dar con eso, ni el sabia la respuesta clara—. Yo pienso... ¡bueno! He leído que si... pero que solo debes de hacerlo con la persona que... —trago saliva—. Te gusta... o amas...
    —... —Pensó y reflexiono—. Ya veo... —quedó con la mirada baja, pero al rato volteo a ver a Kamijou—.
    —... ¿Qué...? —Estaba incomodado por su mirada de color morado, pero un color penetrante a pesar de sus inocentes ojos—.
    Akihiko de pronto abalanzo su cara a el castaño y... ¡PUM! Un beso... pero... a pesar de que se sorprendió, no hizo nada para no alejarlo... como si quisiera que continuara: todo en un... ¿romántico escenario? Aun no lo podía dar por hecho, pero, quedará para siempre en su memoria.
    *** FIN DEL FLASHBACK***
    Tomo una de sus piernas y comenzó a besar su pie; su beso fue tan casto y caballeroso de su parte, invitándole a que siguiera así de educado. Lleno toda su pierna de besos y en los muslos le daba una que otra marca de propiedad con su dentadura.
    —ahh... Akihiko... basta de juegos... haz lo que tengas que hacer...
    — ¿Desesperado? Mmm... —Metió con rapidez su dedo de en medio a la boca, sacándolo y acariciando por encima su entrada—. Me pregunto si estarás húmedo por aquí... así como la primera vez... ardía por aquí.
    — ¡ahh! —Se sentó y vio tan indecente escena, pero no le dijo nada— “aun no entiendo porque me ha dado por recordar cuando éramos niños... sé que fue nuestro primer beso para ambos pero... ¡nada tiene que ver aquí!”. —
    —También aquí... esta goteando... qué lindo... —limpio con su húmeda lengua el pre-semen de su pene—. Eres un niño travieso después de todo... —Lamio de la punta hasta la base, presurosamente metió su boca en él, su dedo ya estaba entrando por la retaguardia—.
    — ¡A-Akihiko! B-bas... ¡mmm...! —Era todo un vaivén de sensaciones que iban y venían. Pronto el primer dedo se convirtió en dos, luego en tres... la boca tan experta del canoso chupaba con esmero esa carne tan caliente... podía jurar que la sangre en ella estaba hirviendo—.
    —Sigue... sigue... —su tono se ablando más, siendo algo sugestiva, además su mano acariciaba la fina cabellera de tono gris, peinándolo con sus dedos, enredando mas—. Siento que... me vengo... por favor... acaba...
    La mirada tan profunda de Akihiko se dirigió a la de Hiroki: se lo comía vivo tan solo con ver eso, en verdad... parecía que cogía también la parte psicológica de su amante.
    — ¡ahhh! —Para él fue un gemido de gloria, acabándose sin piedad en la boca de su novio—. ¿Te... lo tragaste todo?
    —No quedo nada... —se limpió la comisura de los labios con sus dedos, además ya había sacado esos húmedos dedos del interior de Hiroki—. Te lo dije... tan húmedos que se pegaban a mis dedos.
    —No digas eso... solo... —No había que deducir nada o dejar nada a la imaginación para adivinar que seguía—.
    — ¿Ya estás listo? —pregunto en lo que acomodaba la cadera del castaño a la suya—.
    —Idiota... siempre lo estaré para ti... —sostuvo fuertemente los hombros de Usami—. Hazlo...
    Tomo su palpitante miembro en erección y con una suavidad y lentitud, se adentró a lo más íntimo de Kamijou hasta donde podía... era su unión máxima, la manera en que demostraban su amor mutuo, cuando se unían en una sola persona...
    —Ah... —el apagado y ronco gemido del peligris azoto en primera—.
    —Tan... ummm... —no quería decir algo que le avergonzara más porque si: estaba muerto de vergüenza, aunque no lo admitiría—.
    Después de un rato sin quejas, la cadera de Akihiko se movía de adentro hacia afuera, causando un chapoteo con el contacto.
    — ¡Akihiko! —Apretó más sus dedos en sus hombros—.
    — ¿Te duele?
    —No... Se... se... siente muy bien... —sonrió mientras lo empujaba hacia él, abrazando ahora su cuello—. Ven aquí... necesito tocar tus labios... oírte gemir...
    —Hiroki...
    —Que digas mi voz con tu voz.
    —¡! —Ataco con fuerza los labios de su castaño, luchando entre ellos con sus bocas—.
    Mientras pasaba eso, tomo su cadera y sus movimientos se hacían más rítmicos con forme la intensidad del ambiente aumentaba, aunque también ayudaba a la movilidad y penetración que unas largas piernas le abrazaran la cadera.
    —Niño bueno... —una mano masturbaba el pene de Hiroki al ritmo de las estocadas.
    Así fueron unos minutos donde la presión aumentaba y la velocidad mucho más.
    — ¡aaahhhh! Me.... yo...
    —Yo igual... —tomaron sus manos y las entrelazaron con fuerza mientras sus cuerpos se tensaban en un orgasmo tan fuerte como si fuera también su primera vez juntos—.
    —Ahh... fue... genial...
    —Hiroki... te amo... —su voz se notaba algo débil debido a su respiración irregular—.
    —Idiota...
    —No me digas así...
    —Tonto.
    —Tampoco.
    —Tonto idiota... yo te amo desde hace años... —el seguía jadeando, pero aun así le beso, le beso sinceramente, reafirmando que las acciones eran más fuertes que las palabras, que nadie podía detener su lecho de amor por siempre... nadie, ya que los dos se casarían por que se aman, porque quieren... porque quieren estar juntos, hasta que la muerte, los termine separando—.


    Gracias a todos por leer :=BIENODOE:
     
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11 replies since 6/5/2014, 04:05   366 views
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