Por un malentendido ahora vivo una desventura

En esta historia Usami Akihiko y Kamijou Hiroki se encuentran comprometidos y muy enamorados, pero ¿Seguirán asi por siempre?

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  1. Ikirishi
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    Hola :=MAULS: En primer lugar mil disculpas por aparecerme hasta casi medio año después :=BUABUA:
    Pero tenía tanto trabajo que no podía escribir a gusto, a pesar de que **Moon_Paradise_Of_Yaoi : ah estado
    al pendiente de mi, por que como ya sabrán, este es un proyecto de la dos, aun que ella tiene mucha mas
    experiencia que yo :) por eso no se olviden de pasar a visitarla :) Sin mas les dejo con este nuevo capitulo.

    No olviden comentar sus impresiones :) :=KITTIYN:


    CAP.6 “EL AMOR POR ESTACIONES”
    Los árboles que antes lucían verdes y frondosos comenzaban a cambiar de color y con el frio viento que comenzaba a correr las hojas se desprendían de las ramas, dejando un hermoso tapiz dorado en todos los parques por donde, después de clases, Hiroki y Akihiko se dirigían a su departamento, casi sin cruzar palabras. Hacía semanas que no tenían tiempo para charlar adecuadamente, la universidad parecía más absorbente de lo que creyeron, si no eran los proyectos de clase, eran los trabajos en grupo. A pesar de vivir juntos, prácticamente solo llegaban a cenar, terminaban cada quien sus pendientes, tomaban un baño para relajarse y dormían, a veces, uno más tarde que otro.
    —El profesor me dijo que si seguía con el mismo buen ritmo, pronto terminaré mi proyecto y podré librarme de todo el trabajo del tercer bloque. —comentó el castaño tratando de romper el silencio para hacer más ameno el camino, pero Akihiko parecía estar en otro mundo—. Así que tendré libre todos los días de vacaciones, seguramente entraré a un curso para mejorar mi…. —el peliblanco seguía absorto en sus pensamientos, era más que notable que algo le preocupaba—. O tal vez, debería viajar a Suiza a tomar el sol en las cataratas del Niágara degustando un buen vino ruso, eh escuchado que por esa parte de Sudamérica los canguros lo producen muy bien…
    Un destello de lucidez debió despertar a Akihiko de sus pensamientos, pues volteó sorprendido ante el relato mágico del menor.
    — ¿Qué? —sacudió un poco la cabeza mientras parpadeaba, como despertando de un sueño—. Lo siento Hiroki, estaba pensando un poco y no me di cuenta a qué hora me absorbió. —miró a Hiroki con una sonrisa poco forzada—.
    — ¿Estas… bien? —Preguntó preocupado el castaño—. Hace días que estás un poco raro. ¿Hay algo que te preocupa?
    — ¿Y tú estás bien? —Preguntó el peliblanco desviando la conversación, el realmente odiaba preocupar a su amado—. Normalmente cuando te ignoro sueles golpearme y decirme “¡¡Estúpido Akihiko!! ¡Escúchame bien, idiota, no soy un maldito reproductor, así que no creas que lo volveré a repetir! “. —remedó a Hiroki con tono burlesco y dejando escapar una leve risa—.
    —Eres un idiota. —dijo riendo con él—.
    Y normalmente Akihiko correría detrás de el para abrazarlo por la espalda, derrumbarlo en el primer lugar cómodo que encontrara, para después llenarlo de besos hasta que a su pequeño se le olvidara el berrinche... o… hasta que terminaran toda la tarde enredados entre las sabanas, abrazados y agotados. Pero últimamente, las cosas ya no eran “normales” y Hiroki sentía que alguien le comprimía el pecho cada vez que pensaba en ello, todos esos árboles mudando de hojas le hacían sentir aún mayor nostalgia.
    Akihiko se detuvo al notar la mirada de Hiroki perdida entre los árboles, ambos pensaban lo mismo y los dos lo sabían, se quedaron parados y en silencio contemplaron las hojas caer.
    —Tengamos un día de campo. —dijo el mayor, el castaño lo miró sorprendido—.
    — ¡Ajá! ¿Podría saber cuándo? Entre semana apenas tenemos tiempo y los domingos tenemos las labores domésticas.
    —Al diablo la limpieza, contrataré a alguien que limpie por nosotros. —Tomó de la mano al castaño sin mirarlo—. De verdad quiero pasar un día sin preocupaciones, contigo. —Sintió una enorme necesidad de sentirlo a su lado, así que continuó su camino sin soltarlo y hablando lo que les gustaría comer ese día, a lo que el pequeño no puso objeción alguna—.
    Llegó el domingo y ambos estaban entusiasmados, un día antes se habían apurado con sus deberes así que también estaban un poco cansados, pero valdría la pena, Hiroki se levantó un poco más temprano que Akihiko para preparar el almuerzo, quería que no faltara nada para que todo fuera agradable, a pesar del cansancio, tenía un semblante tranquilo y feliz. De pronto salió apurado el peliblanco con la camisa sin abotonar, dejando mostrar unos abdominales bien marcados que el castaño no pudo dejar pasar desapercibidos.
    —Discúlpame Hiroki, tengo que salir un momento, el tonto de mi padre me llamó pero no me quiso decir más. Si no voy es capaz de venir y no quiero que nos arruine el día. —Terminó de abotonarse la camisa, se acercó al pequeño dándole un beso casto en la frente—. Te veo en el parque a las 3 ¿Si? Prometo que llegaré puntual.
    —Está bien. —Dijo el Hiroki volteando los ojos—. Pero si llegas un minuto tarde te mato. —Se cruzó de brazos en un gesto solemne—
    —Estaré ahí pronto. —Se dio la vuela, tomó su bolsa y salió sin más—.
    —Bueno, supongo que no podía ser todo perfecto. — Suspiró con resignación—.
    ………….
    —Buenos días, joven Akihi…
    Tanaka, el mayordomo, no terminó la frase, pues el peliblanco entró de lleno a la mansión de su padre. Entrando directamente a la oficina de este, se sentó en frente del escritorio, donde su padre se encontraba leyendo el periódico.
    —Dime que se te ofrece. Tengo cosas importantes que hacer el día de hoy y aún tengo que manejar dos horas para ir de regreso. —Dijo para que su padre fuera al grano—.
    Buenos días, querido hijo. Yo he estado bien, gracias por preocuparte. —Exclamo con sarcasmo—. ¿Quieres que Tanaka te traiga un poco de té y sentarnos a charlar tranquilamente? —Sonrió divertido—.
    —No estoy para tus juegos padre. —Comenzaba a molestarse—. Te repito que tengo cosas más importantes que hacer.
    —Pues cancela todo, debes pasar al menos un día de calidad con tu padre.
    —Debes llamarme con anticipación
    — ¿Qué? ¿Qué dices? —Se levantó de su asiento exagerando admiración—. Ahora resulta que tu padre necesita sacar cita para ver a su propio hijo. Estos hijos ingratos, ya no saben lo que es el respeto a sus mayores… —Siguió con su drama, y cuando comenzaba con el no había fuerza que lo parara, al canoso no le quedó más alternativa que rodar los ojos y esperar a que su padre se cansara de esa loca actuación—.
    Por su parte, Hiroki terminaba de darse un baño, después de convivir diario en pareja, los pequeños detalles, como el arreglo diario, se hacían a un lado y ya no era de tal importancia, por lo que era normal que ambos estuvieras con ropa holgada en casa, así que pensó tomar cartas en el asunto y vestir de manera especial para su amado el día de hoy.
    — ¿Cómo le gustaría a Akihiko verme vestido? Umm... —En su imaginación no pudo evitar verse con solo un cascabel en el cuello, orejas de gato y una tanga del que se desprendiera una sensual cola de gato—. ¡¿Queeeeé?! —Un notorio sonrojo se apoderó de él—. Soy un tonto. —Se dio ligeras palmaditas en la cara para alejar esa imagen de él, vestido de gato, de su cabeza—. ¿En qué estoy pensando? Es que estoy formulando mal la pregunta ja-ja. Vayamos de nuevo. ¿Con que ropa le gusta verme? —Pensó un momento—. Bueno, en realidad… Le gusta mucho más… verme sin ropa. *Sangrado nasal full* ¡Nooo! ¿En qué estoy pensando de nuevo? Estoy visualizándome para un día de campo, no para una noche pasional. —Un momento de melancolía se apoderó de nuevo de el—. Supongo, que estoy un poco emocionado por el día de campo… y, como hace un mes que no hacemos el amor… por eso todas esas ideas extrañas vienen a mí. ¡Si! Es por eso, no es que me haya convertido en una clase de pervertido o algo así Jajaja... —rió para sí mismo—. Vallamos al armario para ver que tengo Ja-ja

    —Ese estúpido viejo… —el peliblanco caminaba apresurado por los pasillos en busca de un teléfono—. Tan fastidioso como siempre, hacerme manejar dos horas solo para soportar sus tonterías.
    Cuando Fuyuhiko había terminado con su exagerado drama, notó que su irrespetuoso hijo ya no estaba en el estudio con él, pues el don de la paciencia era algo que no se le daba muy a menudo. Inconscientemente Akihiko había llegado hasta la entrada de su antigua habitación, hace tanto que no estaba ahí, a pesar de que dejaba en su escritorio las novelas que solía escribir, no se quedaba más de 5 minutos ahí dentro, pues por alguna razón era la habitación más fría de la mansión.
    Vio su antiguo librero aún como él lo había dejado, parecía que el tiempo no había transcurrido en esa habitación, de pronto se recordó a él mismo, sentado siempre cerca de la ventana, rodeado de personas pero a la vez tan solo.
    —Fue Hiroki. —Se dijo así mismo mientras hojeaba sus cuadernillos—. Quien me sacó de esa triste rutina, con él vivía una nueva aventura diaria, aunque éramos solo chiquillos—. No pudo evitar sonreír tiernamente.
    Salió de nuevo en busca de un teléfono, pues el suyo con las prisas lo había dejado olvidado.
    —Hijo mío… ¿Cómo te atreves a dejarme hablando solo? —De pronto se oyó la voz de Fuyuhiko caminando detrás del peliblanco—.
    —Ahora no papá, necesito hacer una llamada.
    — ¿Qué asunto es más importante que pasar tiempo con tu padre? —Hizo un puchero viéndose venir un nuevo drama—.
    —Lo siento padre, pero ya tenía planes con Hiroki y solo vine porque me aseguraste que era un asunto muy importante. —Por fin había encontrado un teléfono y se disponía a marcar—.
    — ¿Con Hiroki? ¿Ese chico tan adorable? ¿Por qué no lo dijiste antes? Pudimos haberlo invitado y pasar un día encantador los tres. —pregonaba felizmente—.
    —Eran planes solo para dos. —contestó mascullando y perturbado por tal sugerencia—.
    Por más que marcaba, Hiroki no contestaba, ¿Por qué demonios no contestaba? Si aún faltaba para la hora de la cita, era imposible que haya salido con tanta anticipación, el odiaba esperar.
    ………….
    — ¡Listo! Ya todo está en orden. Pero… ¿Y las servilletas? —Hace una semana que se habían terminado, pero como nadie comía en casa se habían olvidado de reponerlas—. Bueno, es buena hora… supongo que puedo pasar al supermercado a comprarlas… y de paso un bocadillo, compraré los dulces que le gustan a Akihiko. —Sonrió para sí mismo, estaba notablemente feliz de tener un respiro—. ¡Oh! Y podría pasar a entregar estos libros que pedí prestados desde hace dos semanas, espero llegar antes de que cierren la biblioteca.
    Hiroki salió por la puerta con todo listo para un día de campo perfecto.

    —Estúpido Hiroki ¡Contesta! —El timbre sonaba y sonaba, pero nadie contestaba al otro lado de la línea—. Tengo que irme, si salgo en este momento tal vez llegue a tiempo. —Salió de la casa casi corriendo cuando de pronto apareció un auto deportivo muy elegante—.
    — ¡Akihko, espera! —Su padre iba a jalarlo cuando el peliblanco frenó en seco—. En realidad si era algo importante por lo que te cité el día de hoy. Solo te pido una hora más.
    —No tengo una hora, tengo una cita muy importante a las 3pm, ya te lo había dicho. —en su mente no paraba de rondar la idea de Hiroki enfadado, pero lo que en realidad le preocupaba era aquel sentimiento sofocante, esa desesperación por llegar al lado de Hiroki y sentir que todo está bien a su lado, tener un día junto a él, un día de tranquilidad a su lado, conversando de sus sueños, tonteando e imaginando como sería su futuro, un día normal como los que solían tener hace ya muchos meses—.
    Se concentró de nuevo en el coche que acababa de llegar, del deportivo perlado bajó un hombre joven muy elegante, vestido con un traje negro a rayas que lo hacía ver delgado y con excelente porte, era un tipo castaño muy atractivo, se acercó al peliblanco con paso lento y una gran sonrisa.
    —Señor Akihiko, es un gusto conocerlo por fin en persona. Su padre y Haruhiko me han hablado mucho de usted y cada vez crecía más mi curiosidad por conocerlo.
    —Mu-Mucho gusto, gracias… pero, podría decirme ¿Quién es usted y por qué tenía tantas ganas de conocerme?
    — ¡Oh! Que maleducado, tanta era mi emoción que olvidé presentarme. Mi nombre es Isaka Ryuuichirou, y soy editor en jefe de la editorial Marukawa, vengo a ponerme a sus servicios. —Dijo el castaño con una sonrisa provocadora—.
    — ¿De una editorial? Pero, yo no necesito para nada de una editorial. No entiendo. —El peliblanco estaba realmente confundido, ¿Era una broma?—.
    —Le explicaré. Un día vine a visitar a Haruhiko, mientras lo esperaba no pude evitar husmear un poco por cada rincón de la casa. —Dijo mientras hacía un puchero de vergüenza—. Sin querer di con una libreta suya en la que pude darme cuenta, bajó la crítica de un editor que ha tenido bajo su cargo los mejores títulos. —Enderezó la postura con total orgullo—. De que usted tiene un gran potencial como novelista, genios como usted nacen cada 100 años, así que no puedo perder la oportunidad de que se una a nuestra editorial. Sé que tiene muchas más historias de las que leí.
    —Pero, jamás había pensado en la posibilidad de ser novelista. —El peliblanco solía escribir en cada momento que podía, pero jamás pensó en la posibilidad de publicar alguna de sus historias, el solo escribía por amor a las letras—. No creo tener el potencial.
    — ¿Es una broma? Se está subestimando de más. —Se admiró por la ingenuidad del chico—.
    —Pero no son asuntos que se discutan en la salida. —Intervino el padre de Akihiko. Vallamos al estudio y podrán discutirlo junto con una taza de té—. Sugirió conduciéndolos a la estancia.
    El mareado peliblanco no sabía qué hacer, no podía negar que la idea de ser novelista le llamaba más de lo que le había interesado cualquier cosa, y valla que eso es muy difícil. Sacudiendo la cabeza y dejando salir un gran suspiro caminó de nuevo hacia el teléfono de la casa—. Tengo que hacer una llamada, en 5 minutos los alcanzo. —Después recordó que Hiroki odia esperar y lo molesto que se pone y dijo—. Bueno, mejor que sean 15 minutos. —Tardaría un poco más para lograr que no se enoje, al menos, no mucho. Marcó 3 veces seguidas pero nadie contestaba—. Bueno, trataré de nuevo más tarde. ¡AHHHH! ¿Por qué no me avisó con tiempo mi padre? —Dejó caer el teléfono con fuerza sin notar que la línea quedó descolgada. Sus ojos morados daban vueltas, esperando que todo terminara en 10 minutos para salir corriendo al lado de Hiroki—.
    Tal como lo había planeado, Hiroki terminó sus compras y entregó los libros poco antes de las 3.
    —Bien, todo está hecho. —Sacó de su bolsillo su celular para corroborar la hora.- ¿¡QUEE!? ¿20 llamadas perdidas? Pero, son de la casa del papá de Akihiko. —Entrecerró los ojos—. El tonto seguro volvió a olvidar el celular, bueno, si le marco tal vez todavía siga ahí. —Devolvió la llamada *El número que usted marcó está fuera de servicio* Colgó—.
    —Qué raro, ¿Qué habrá sucedido? Seguramente me marcaría para avisarme que llegaría un poco más tarde. ¡Idiota! —Dijo molesto—. Sabes que odio la impuntualidad. —Suspiró con melancolía y miró al cielo—. Pero hoy de verdad quiero estar contigo, te esperaré tanto como sea necesario, así que ven pronto.

    —Le aseguro que no se arrepentirá señor Akihiko. —Isaka estrechó la mano del futuro novelista—. Lo esperamos en la editorial el lunes para firmar el contrato.
    —Gracias por su interés, estaré puntual el lunes. Si me disculpa, tengo que llegar a una cita muy importante y voy bastante retrasado.
    —Gracias a ti Akihiko y de nuevo disculpas por mi retraso, pero la carretera está muy lenta, al parecer hubo un accidente y hay paso solo por uno de los carriles, imagina…
    — ¿Qué? —El peliblanco sintió como el tiempo se le venía encima—. No puede ser, tengo que darme prisa si quiero salvar el resto de la tarde. Hasta luego. —Gritó mientras se subía al el elegante convertible rojo y se perdía entre el camino, levantando nubes de polvo ante la mirada sorprendida de Isaka “¿Qué chico tan impulsivo” Pensó—.

    Eran cerca ya las 4 de la tarde y el calor del embotellamiento sofocaba al peliblanco que deseaba convertir ese deportivo en un helicóptero y pasar ese mar de autos que se desplazaba con desesperante lentitud, ¿Podría ser que el castaño pudiese esperarlo un poco más? ¿Cómo preguntárselo? ¿Cómo comunicarse con él? ¿Cómo podían las personas vivir sin el celular antes de que se inventara? En este momento le sería de gran ayuda el suyo ¿Cómo pudo olvidarlo? Golpeaba el volante una y otra vez como si con esto pudiera desaparecer ese sentimiento de culpabilidad. Él sabía que no podría llegar, pero quería aferrarse a la idea de que aún podría hacerlo.
    Hiroki comenzaba a poner la manta sobre en fresco césped, su amado ya estaría por llegar ¿No? Dejó a un lado la sombrilla y la cesta, acomodaba con enorme calma la manta, así cuando llegara aquel personaje impuntual el castaño le diría “¡Ah! Lo siento, ¿Te hice esperar mucho? Me quedé un rato de más en la biblioteca y se me fue el tiempo”, “¿Qué? ¿Tú también acabas de llegar? Menos mal, empecemos a comer entonces, debes tener hambre” Y así no perder el tiempo en discusiones, era capaz de tragarse su orgullo con tal de pasar un buen rato. Pensaba en la conversación que tendría para el cuándo llegara, mientras ponía los platos ahí, ammm, no, de pronto le parecía que quedarían mejor allá. Sin prisas, en 10 minutos más estará por llegar Akihiko ¿Verdad?
    Daban las 5 de la tarde ¿O las 6? ¿Cómo saberlo? Akihiko no llevaba ni reloj y le parecía que desde que salió no había avanzado ni un kilómetro. “Hiroki ¿Aún me esperas? Es imposible” Pensaba el peliblanco, mientras a lo lejos comenzaba a iluminarse Tokio.
    ¿Eran las 5 o las 6 de la tarde? No quería saberlo ¿Akihiko se habrá olvidado de la cita? Hace ya varios minutos que Hiroki se había terminado los bocadillos que había preparado, en realidad no tenía hambre, pero debía disimular, no quería que se notara que lo habían dejado plantado, así que sacó el libro que tenía planeado leerle a Usagi y fingió haber preparado una tarde para él, solamente para él, así luciría menos patético de lo que ya se sentía.
    El cielo estaba ya completamente obscuro, la carretera comenzaba a fluir de forma normal, lástima que aún faltaba cerca de 40 minutos de camino y el peliblanco estaba agotado, ya no estaba seguro de si quería llegar a su departamento -porque era seguro que su pequeño ya no estaría en el parque- sabía que le esperaba una hora de reclamos por parte de su demonio ¿Como una cosa tan pequeña podía tener tanta fuerza a la hora de discutir? No quedaba más que darle la razón y pedirle perdón con unos besitos, que primero rechazaría pero enseguida lo tumbarían al lugar más cercano. Siguió conduciendo veloz, había un dolor en su pecho que no lo dejaba respirar con tranquilidad. Tal vez era el tráfico que lo había puesto un poco de malas—. Discúlpame, Hiroki.
    Las luces del parque se encendieron y las ultimas parejas comenzaban a marcharse, el castaño ya había puesto de vuelta las cosas en la canasta—. “¿Por qué no llegaste, idiota?” —sonrió mientras levantaba la canasta, estaba seguro que su prometido estaba bien, dicen que las malas noticias son las primeras en llegar, entonces ¿Qué les había impedido encontrarse? Caminaba con paso lento bajo las farolas del parque—. Demonios, esto es realmente deprimente. —Había esperado tanto este día, quería que todo fuese tan… Como antes—. No debí esperar tanto de este día, además, es un simple día de campo, podemos posponerlo para la próxima semana. —Eso quería creer él, sabía que no tendría fuerzas para repetirlo, sentía un dolor en el pecho—. “¿Son ganas de llorar? ¡Para nada!”.
    Su mirada comenzaba a nublarse cuando de tras alguien lo llamó.
    — ¡Hey! ¡Disculpe! —la voz se acercaba—.
    — “¿Akihiko?”. —pensó el castaño dándose la vuelta esperando ver al peliblanco—.
    —Olvido su sombrilla. —una silueta alta se acercaba a él jadeando. No era Akihiko—. Oh, Hiro-san, que sorpresa encontrarte aquí. ¿Vienes a menudo tan tarde?
    —Nowaki. —Se sorprendió Hiroki de verlo de pronto—. ¿Qué haces aquí?
    —Toma. —Le entregó la sombrilla—. La olvidaste, iba llegando justo cuando tú te marchabas. ¿Ah? ¿Y esa canasta? —Miró triste la canasta que cargaba el pequeño—. Ya veo viniste a una cita con Akihiko ¿Verdad? ¿Dónde está? —Buscaba con la mirada por los alrededores—.
    — ¡Por supuesto que no! —Dijo enojado el castaño—. Vine… a leer un rato, SOLO, pero perdí la noción del tiempo y voy de vuelta a mi departamento.
    —Ah, ya veo. —Sonrió de esa forma tan cálida que lo caracterizaba—. ¿Puedo acompañarte? Parece que vamos por el mismo rumbo.
    —Claro, podemos ir juntos. —Sabía que si iba al lado de Nowaki podría contener las lágrimas, por lo menos hasta estar dentro de la ducha, no quería que le vieran llorar por la calle—.
    — ¿Qué libro leíste hoy, Hiro-san?
    —No creo que te interese, a pocas personas les agrada lo mismo que a mí.
    —No lo sabré si no me dices, por favor Hiro-san, cuéntame.
    —Es algo raro, pues se desarrolla en la edad media, según dice el autor…

    Nowaki se despidió de Hiroki y siguió su camino, una vez dentro del departamento el castaño dejó las cosas sobre la mesa y conteniendo la lagrimas se metió a bañar y dejando escapar ahí hasta la última gota de su tristeza. Algo le dolía y no podía explicar que, solo lloró y lloró hasta que ya no pudo más. Tomó su pijama y se dispuso a dormir, aunque aún eran las 8. Se escuchó la llave del departamento girar en la perilla, sin duda Usagi acababa de llegar. El peliblanco trato de no hacer ruido al abrir la puerta del cuarto.
    —Hiroki… ¿Estas dormido? —El bello durmiente había escuchado, pero no contestó, no porque no quisiera, no sabía cómo reaccionar, sentía que las lágrimas podían volver a brotar en cualquier momento, el mayor esperó unos segundos y caminó hasta la cama, se sentó en una orilla—.
    —Sé que estas despierto… y también sé que estas muy molesto, por favor, discúlpame. El menor se sentó en la cama, y tratando de parecer comprensivo respondió—.
    —No te preocupes, era solo un día de campo, podremos repetirlo otro día. — Fingió una sonrisa—
    —¿Hum? —. ¿De verdad su demonio no estaba molesto? —.Claro, está vez yo lo organizaré, te lo prometo. —De pronto un silencio incómodo—.
    —Todo fue porque un editor en jefe quería hablar conmigo, al parecer mis novelas le gustaron mucho y cree que podríamos publicar unas cuantas.
    — ¡Felicidades! Yo te había dicho que tenías mucho potencial. Me alegro que te hallan descubierto – De nuevo un silencio incómodo—.
    —Y no pude llegar a tiempo porque hubo un accidente en la carretera y…
    —No te preocupes, lo acabo de ver en las noticias, debió ser muy grande
    —Sí, no pude pasar tan rápido como quería. —Otro silencio—.
    Akihiko hubiese preferido que le gritara, le lanzara libros o lo que tuviese a su paso, esa amabilidad le estaba hiriendo más que sus golpes, por su parte Hiroki quería creer que ese día de campo en realidad no había significado mucho para él, además estaba seguro que ese hombre que tenía enfrente ahora tenía un gran futuro como novelista, nunca lo había dudado y se alegraba, claro, pero ahora eso significaba menos tiempo para ellos dos, menos tiempo del poco que les quedaba. ¿Cómo debía lidiar con eso? Le tendió la mana y le dijo.
    —Vamos a dormir, mañana tenemos mucho por hacer. —El peliblanco se quitó la camisa y se recostó, quería abrazarlo pero ese dolor en su pecho no lo dejaba, Hiroki le dio la espalda, no quería que lo viera lagrimear, Akihiko se recostó boca abajo mirando hacia la pared, ambos sentían que algo se había roto en sus pechos, aunque no podían explicarse que, ambos no sabían que no volvería a tener una cita, pero de alguna forma lo sospechaban. Sin decirse nada se quedaron dormidos, uno con el pie encima de otro, como si con ese toque no quisieran perderse, como si fuera un lazo que se esforzaban por mantener. Como las hojas que se aferran a los arboles cuando llega el otoño.


    Gracias por leer :=BIENODOE: Esperen pronto el nuevo capitulo, estará lleno de emociones. :=WIJIS:
    Hasta pronto
     
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11 replies since 6/5/2014, 04:05   366 views
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