•{αtrαpαme, si puedes}•

Private with: † Miss Skull †

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  1. •Shena Uchiha•
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    Escuché con interés la respuesta de la muchacha, riendo -Bueno, por mi parte le prometo ni hablar de política ni fumar puros-Comenté, divertido, nunca me había gustado fumar... aunque beber era otra cosa. Le devolví la mirada que ella me dirigía, si no fuese por ese jodido nazi ya me hubiese ido con ella a otro lugar 'más divertido'. Reí con sutileza y disimulo ante la cara que me ponía el rubio, casi que podía escuchar sus dientes chirriar... Quizás si estuviese un poco más loco de lo que ya estaba le hubiese jalado las mejillas como le hacían las mujeres mayores a los niños; pero aun me quedaba algo de cordura. Suspiré al momento en que aquella delgada y delicada mano se separó de la mía para tocar de nuevo a aquel jodido alemán... No había pasado ni media hora y ya lo odiaba. "¿Hermanos? Si yo pensaba que eran..."Pensaba, perplejo, pero es que... ¿Qué clase de hermanos se besaban en los labios y se comportaban de forma tan celosa con el contrario? Creo que o yo estaba muy atrasado en los tiempos, o ellos eran los extraños aquí.

    Me fijé en la cicatriz que sobresalía por debajo del parche al momento en que la chica la acarició "Si yo hubiese sido quien te lo arrebató tampoco te habría dejado el otro..."Pensaba, entretenido con la forma de actuar de ambos, aunque preferiría mil veces que Hermann no estuviese presente. También me percaté de como el padre los miraba con cara de 'separaos ya', al parecer no le gustaba que sus hijos se comportasen tan cariñosos entre ellos... Bueno, supongo que era comprensible, yo mismo al no conocerlos había malinterpretado la situación, pensando que eran pareja, cualquiera que los viese podía hacerlo... pues, a mi parecer y puede que al del señor Müller también: esa forma de tratarse era bastante extraña; por favor, parecían dos enamorados... Excluyendo los coqueteos de la fémina para conmigo, claro.

    Por un momento pensé que sería mi oportunidad al ver que la apartaba -Tss...-Oh no, claro que no, el señorito no hizo otra cosa que ponerse en medio de ambos, estaba claro que no pensaba dejar que me acercase a ella... Miré hacia otro lado, nunca había estado tan incómodo, y menos estando una mujer de por medio... El silencio incómodo fue roto por la joven, fue entonces cuando atendí, observando con curiosidad de qué se trataba el 'regalo', ni que fuese para mí... Casi me congelo al ver el anillo, aunque eso se pasó rápidamente, pues al segundo mi sangre estaba hirviendo de rabia "Este hijo de perra... ¿No solo asesino, sino que también ladrón?"Lo peor de todo es que aquel anillo me resultaba conocido... aunque no podría decir exactamente a quien pertenecía, ese emblema era común en el país por lo tanto habría miles de anillos parecidos a aquel, aunque no tan hermoso. Aunque tuve que relajarme cuando la chica se dirigió a mi de nuevo, no podía dejar que se notara, pero al escucharla decir aquello todo el encanto que tenía para mí se esfumó, se me olvidaba que ella también era tan nazi como todos los que estaban allí. -Así es, pero no es tan hermoso como usted... Por favor no ensucie su boca hablando de esos putos comunistas-¿Hipócrita? ¿Mentiroso? Si, bastante. Iba a darle mi nombre, pero de nuevo el imbécil del hermano intervino.

    -Así es-Le guiñé un ojo, encantado con la sonrisa y mirada que me ofrecía, yo no era ningún pervertido que se calentase con algo así, no, a mí solo me gustaba jugar... Su comentario sobre mí me tomó un poco por sorpresa, incluso mis mejillas se acaloraron un poco, usualmente coqueteaba con mujeres tan introvertidas que ni por asomo dirían algo así, claro que ella de introvertida no tenía nada -Por favor, comparado con usted soy un adefesio-Bromeé, ni siquiera yo me lo creía... Ella era hermosa, si, pero yo no me quedaba atrás, y no era por ser narcisista o egocéntrico... Pero muchos quisieran tener mi cara, bueno, mi cuerpo quizás no sería tan fuerte o grande como me gustaría, pues era un palillo al lado del nazi... pero la ropa lo arreglaba, y, además, aunque no tuviese una comolexión impresionante tenía porte, que para mí era importante. Y si no lo era, pues las miradas que llevaban sobre mí desde que había salido del coche no se a que se debían. Una débil voz me hizo apartar los ojos de la llamativa rubia, sorprendiéndome un poco al ver a la castaña... Era igual que una pequeña muñeca de porcelana, no era tan hermosa como Inga, pero tenía su encanto, o al menos así era para mí. Le sonreí con amabilidad, notando al instante en que volvió a hablar la mala relación que tenía con la mencionada, y también los celos al ver el anillo que le había regaladl a su hermana, también pude fijarme en como cubría el propio disimuladamente "Así que esta si que es su prometida..."Pensé con cierta curiosidad... Casi me echo a reír ante la pequeña 'pelea' entre ellas, siempre había adorado las indirectas que se lanzaban las mujeres cuando no se caían bien, eran juegos inteligentes no como los de los hombres, que al segundo lo arreglaban todo a golpes... y lo digo así porque yo no me incluyo, digamos que en ese sentido soy más como una mujer, aunque si hay que arreglarlo peleando físicamente al fin y al cabo, aunque trate de evitarlo en ocasiones, tampoco me molesta mucho. Al final el alemán me hizo un favor y se fue con su prometida, dejándome a solas con la rubia, que tampoco tenía intención de hacerme demasiado caso, estaba más concentrada en matarlos con la mirada.

    -Por supuesto-Respondí, encantado con la situación, mientras era arrastrado hasta la pista de baile... Si era para darle celos a aquel imbécil no me importaba ser utilizado para nada. Tomé con cuidado a la rubia y comenzamos a bailar, pero sin mirarnos el uno al otro, pues incluso yo miraba hacia la otra pareja solo para ver como el hombre se retorcía de rabia al ver a su hermana en mis brazos... La única que me daba pena en todo esto era la pobre castaña, que era terriblemente ignorada. Reí sin disimularlo al ver a Hermann irse como alma que se lleva el diablo, hecho una furia. Volteé hacia Inga tras escucharla hablar -Haa... mujeres-Resoplé mientras ella se alejaba.. dejándome plantado... Aunque, solo por molestar, lo haría. Pero antes me acerqué a la chica de los cabellos castaños -No se preocupe, cuando tenga más seguridad en sí misma ella no tendrá nada que hacer a su lado-Le regalé una de mis sonrisas bajo las miradas celosas del resto de mujeres de alrededor... Ya que a la pobre nadie le hacía caso, al menos yo quería hacer que se sintiese algo valorada, aunque ni siquera me conociese, después de todo, probablemente nunca más nos volveríamos a ver.

    Después me acerqué a la mesa de entremeses al igual que había hecho el otro, llenándome un vaso antes de dirigirme al balcón junto a él, tal y como me había pedido la rubia -No vengo a molestar-Mentira, pero no quería que me matase allí mismo... -Me ha enviado su hermana, está preocupada..-Me recargué en la barandilla del balcón, dándole un par de tragos a la bebida de paso, observando el cielo... tenía un sabor muy fuerte, pero no era tan malo -Es comprensible que se le moleste conmigo... si yo tuviese una hermana como ella también actuaría así, señor Müller...-Le observé de reojo, dándole un nuevo trago a la bebida. Tres jodidos tragos y ya empezaba a sentir mi rostro acalorarse -Pero tenga claro que yo no pienso hacerle nada, aunque no le guste, he venido a trabajar y después no tendrá que volver a aguantarme-Reí, claro que con no hacerle nada me refería a nada que ella no quisiera, pero eso no lo podía decir... Además, tenía que aprovechar a tratar de caerle un poco mejor, sino sería un problema para mi misión... Una de dos, o le caía al menos un poco mejor, o me odiaba todavía más.
     
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43 replies since 26/6/2014, 14:27   4446 views
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