¡A la Caza! [KnB] (MuraHimu) {finalizado}

¿Logrará el cazador de Yosen hacerse con su presa?

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    ¡Hola de nuevo! ♥
    Ah~ llevaba un buen tiempito sin hacer nada de KnB, los echaba de menos, así que me he animado a crear esta historia.
    Para sorpresa de muchos -o de ninguno-, esto NO es un one-shot, de hecho no sé cuántos capítulos tendrá, aunque sospecho que no será demasiado largo..., en fin, eso sólo se verá con el tiempo :3

    Como sea, espero que os guste!! ^^


    Título: ¡a la caza!
    Anime: Kuroko no basket.
    Pareja: Murasakibara Atsushi x Himuro Tatsuya (MuraHimu).
    Género: humor, romance…, más adelante habrá Lemon, pero no de momento.
    Notas: en esta historia Himuro es gay. ♡
    ---------



    ¡A la Caza!
    CAPÍTULO 1.

    Si te acuestas con una mujer no hay el menor de los problemas, quizá sólo lo haya si te acuestas con más de una. En cambio, si con quien te acuestas es un hombre, los problemas no paran de crecer; mucho más cuando ocupas el rol femenino en ese encuentro, pues cuán adictivo es.
    Eso lo sabía Himuro muy bien, conocía a la perfección la sensación de ser “llenado” con la testosterona materializada de otro hombre, a fin de cuentas con el tiempo necesario el cuerpo a todo se acaba acostumbrando. Sí, claro que las primeras veces le resultaba incómodo -si no doloroso-, pero sólo bastaba encontrar un buen acompañante con la experiencia como guía para que el dolor fuera totalmente solapado por el placer.

    Le seguía confundiendo el completo tabú que era el sexo (ya fuera hetero u homosexual) para los japoneses, llevaba aquí un tiempo viviendo y podía notar la represión en esta sociedad; cuán distinto eran estos barrios a los de la soleada San Francisco, claro que aquella ciudad es casi como la Meca para la población homosexual no sólo de EEUU sino del mundo, así que simplemente no podía comparar ambos ambientes. No era extraño entonces que la frustración sexual llamase a su puerta más tarde o más temprano, pudo ignorarla durante bastante tiempo gracias al baloncesto, pero hay ámbitos que su deporte favorito no puede satisfacer. Y era bastante incómodo despertar cada mañana con un campamento montado entre sus piernas, problema que debía solucionar, para su mala fortuna, en solitario; suerte que su habitación en los dormitorios de Yosen era individual, si no ya hubiera vivido más de una incómoda escena con quien hubiera sido su compañero…, o quizá le hubiera invitado a ser partícipe de la misma.

    A sus oídos llegó, por parte de un animado programa de variedades nocturno, la existencia de ese popular barrio rojo, más concretamente su región oeste, ésa famosa por sus locales enfocados al público homosexual…, y pese a que su apariencia era tentadora -o así lo mostraban en ese reportaje-, este ambiente no atraía para nada al tirador de Yosen, lo excitante en el complicado juego del amor es el arte de la seducción: acercarte a tu presa y ver cómo cae ante ti sin oponer resistencia alguna. Podría afirmar que junto al sexo, lo que más echaba de menos era esa maravillosa sensación que también experimentan los mejores cazadores tras su pieza.

    Ya vestido con ropa más cómoda que el uniforme escolar fue al entrenamiento del equipo, aún con esa idea todavía rondando por su mente: cacería. Se preguntaba quién podría ser su siguiente “víctima”, por así llamarle, se debatía entre usar el término «víctima» o «presa», en este contexto ambas palabras resultaban sinónimas. Rió un poco entrando al pabellón, allí ya estaba la dura entrenadora indicando cómo sería el entrenamiento de hoy, pero no estaba todo el equipo, faltaba un integrante, probablemente el más importante.

    — Oye Himuro, ¿dónde has dejado a Murasakibara? —le preguntó Kenichi estirando sus brazos, preparándose para el ejercicio.

    — Hablas como si Atsushi fuera mío, capitán… —suspiró—, no sé dónde está, no soy su niñera.

    — Como sea, ya vendrá —decía la entrenadora sacudiendo su shinai de madera—. ¡Comenzad el entrenamiento!

    Dicho y hecho, nadie quería probar el duro filo del arma que Masako siempre cargaba. Sin embargo fue un sonoro golpe del shinai quien recibió al jugador que faltaba, apenas pudo disculparse, recibió otro golpe por llamarla «Masa-chin» en lugar de «entrenadora», y le arrastró a la cancha, donde no paraba de quejarse por una nueva marca roja que habría nacido en su espalda.

    — Es doloroso… —refunfuñaba con el golpe en su piel aún doliente.

    — ¡Murasakibara ten cuidado, es Himuro quien lanza! —le gritó Kensuke incapaz de frenar el avance del otro.

    Como de costumbre, los movimientos del azabache eran precisos, cada gesto se enlazaba al siguiente de una manera fina y elegante, pareciendo una armoniosa danza difícil de detener. Pero dicha danza tan silenciosa fue abruptamente cortada con la presencia del verdadero as, estiró su brazo y aquello bastó para golpear el balón, luego avanzó un par de pasos con intenciones de botarlo, pero entonces sintió algo cayendo frente a él, fuera lo que fuera, le obligó a frenarse.

    — ¿Eeeeh? —agachó lentamente la mirada, viendo a Himuro sentado en el suelo a poca distancia de sus propios pies—. ¿Estabas ahí, Muro-chin?

    — Tú… —suspiró, debía calmarse, incluso aunque su sangre hirviera en estos momentos, sabía que debía calmarse.

    — Eres tan pequeñito… —ladeó la cabeza—, no te he visto.

    — No es que yo sea pequeño, es que tú eres malditamente alto.

    — ¿Es así? —dijo tendiendo su mano, Himuro la sujetó para poder tenerse en pie más fácilmente—. Entonces sólo deberías hacer más ruido para al menos oírte.

    — Lo que tú digas, no te distraigas de la práctica.

    — Haaai~ —y volvió a su sitio en mitad de un cantarín bostezo.

    En cuestión de segundos la situación se repetía, de nuevo era Himuro el que entraba en el área más pequeña, con sólo Murasakibara defendiéndola. Lo novedoso aquí fue el grito que soltó el azabache justo antes de tirar, el cual confundió al resto del equipo, y fue suficiente como para que el balón no encontrara ningún obstáculo en su trayectoria, ganando los deseados 2 puntos.

    — Himuro, ¿está todo bien? Me preocupa ese griterío, aru —le preguntó Liu con su divertido acento.

    — Estrategia —contestó mirando a quién se supone debía defender la canasta—. Atsushi, te he dicho que no te distraigas.

    — Muro-chin, estás empezando a molestarme.

    — Oh, ¿en serio? —sonrió con la mirada irritada que se había ganado.

    El resto de la práctica transcurrió sin más novedad que los gritos, ya por parte de ambos: Himuro antes de lanzar gritaba “¡ATSUSHI, ESTOY AQUÍ!” y Murasakibara le respondía “¡TE ESTOY VIENDO, MURO-CHIN!” mientras desviaba sus tiros. El resto del equipo se encontraba bastante confundido en estos momentos, mirando atónitos la práctica.

    — ¿Pero qué demonios está pasando? —se preguntaba el capitán sin saber muy bien qué hacer.

    — Siempre he dicho que la comunicación es importante, pero no en este extremo…

    — ¡¿Queréis parar de una vez este espectáculo y jugar de manera normal?! —les gritaba la entrenadora moviendo de un lado a otro su shinai, intentando poner orden entre los jugadores.


    =====


    La práctica terminó siendo ya casi de noche, se retiraban algunos a descansar y otros a repasar las tácticas de su siguiente oponente. Himuro caminaba junto a Murasakibara con dirección a los baños situados en los dormitorios, no era agradable mantener el sudor encima durante tanto tiempo, pero las duchas del pabellón estaban en mantenimiento; ambos se extrañaron por no ver a nadie por los pasillos, pero teniendo en cuenta que ya era bastante tarde le restaron importancia.

    — Aaah, estoy hambriento —se quejaba el más alto mientras se quitaba los pantalones, no pudo notar la fija mirada de Himuro puesta en él.

    Ahora mismo le analizaba de arriba a abajo, no podía negar el buen físico que el pelivioleta se gastaba, no en vano era jugador de baloncesto…, comenzó a pensar que quizá, y sólo quizá, Murasakibara le sirviera para lo que tanto había echado en falta desde que pisó el suelo japonés.

    — Atsushi —le llamó haciendo el primer movimiento, se acercó a él sujetando su camisa—, te ayudaré a desvestirte, ¿está bien?

    — Umh —asintió con la cabeza, luego estiró ambos brazos a la vez que retrocedía, quedando en las manos de Himuro su camiseta empapada en sudor, cosa que pareció no molestarle en absoluto.

    — Bien, vamos a la ducha ahora —dijo echándose a andar, asegurándose de memorizar cada centímetro de piel que pudo ver, sobre todo “esa” parte que nunca se mostraba al público. Tuvo que admirar su tamaño, le hacía justicia al resto del cuerpo.

    Sonrió escuchando el suspiro de pura satisfacción que soltó el otro una vez se encontró bajo el agua caliente; eran duchas individuales pero no demasiado íntimas, pues era una mampara translúcida la encargada de separar cada cubículo. Por ello a Himuro no le supuso el menor de los esfuerzos desviar la mirada hacia su derecha, viendo la silueta del cuerpo contrario, memorizándolo. Tendría que agradecer la altura de su compañero, Murasakibara era tan alto que su cabeza sobresalía sin problemas por sobre el empapado cristal que los separaba, al igual que buena parte de sus hombros.

    — De verdad eres enorme, Atsushi —comentó enjabonando su cabello, aclarando luego el champú.

    — Es molesto, siempre me golpeo con los marcos de las puertas —refunfuñaba totalmente estático bajo la ducha, dejando que el agua se paseara libremente por sus músculos.

    — Yo pienso que es genial, un chico alto siempre será más llamativo —le dijo mirándole con una sonrisa en el rostro, ahora el menor debería avergonzarse y murmurar una tímida respuesta.

    — Dices cosas muy extrañas, Muro-chin —salió de la ducha sin molestarse en taparse—, no te entiendo muchas veces, ¿sabes?

    Himuro chasqueó la lengua, había subestimado a su presa, este golpe no lo vio venir pero no permitiría que volviera a ocurrir; salió tras él después de secarse y cambiarse, tuvo que agradecer que el otro no caminara muy rápido, lo encontró al final del pasillo.

    — Atsushi, ¿puedo pasar esta noche contigo? —preguntó una vez le hubo alcanzado, ahora sin lugar a dudas debía sonrojarse y asentir tímidamente.

    — ¿Eeeh? —le miró bastante desganado—. No me molesta si se trata de Muro-chin, ¿pero por qué?

    — ¿Y por qué no? —otro chasquido de lengua, se serenó antes de dar cualquier excusa—. Será divertido, ¿no crees?

    — En absoluto.

    — Eso es un poco cruel —murmuró con la voz un tanto afligida, posiblemente así se ganara el favor del otro.

    — ¿Lo es? —ladeó la cabeza en un gesto pensativo—. Yo veo más cruel que vengas a mi habitación sin avisar, no cabremos en mi cama.

    — No te preocupes por eso, siempre puedo dormir encima de ti.

    — Muro-chin, no invadas mi espacio personal.

    ===

    Cenaron en el comedor principal y, tras entrar en la habitación, Himuro comprobó que el menor no le mentía, un vistazo fue suficiente para notar que ese colchón no medía dos metros, ¿cómo hacía el otro para dormir en él? Pronto lo descubriría. Ni siquiera preguntó de dónde había sacado esas golosinas, decidió ignorarlo yendo a la cama, se sentó en ella antes de acostarse, olisqueando el champú impregnado en las sábanas. Ese olor junto al del propio Murasakibara le gustaba.

    — Muro-chin, es imposible que ambos durmamos ahí —le miró comiendo una a una las dulces Nerunerunerune, su snack favorito.

    — Ya te he dicho que no te preocupes —sonrió girándose hacia él aun en la cama—. Sí cabemos, mientras no nos separemos demasiado.

    — No me emociona dormir tan pegado a otra persona —dijo entre suspiros agachando sus hombros.

    — Vamos, vamos, no es tan grave —dio palmaditas en el colchón, allí se acostó el menor y Tatsuya trepó por su cuerpo hasta quedar arriba—, ¿ves? Sin problema —la sonrisa era victoriosa esta vez, ahora sin lugar a dudas el otro debía avergonzarse con su cercanía.

    — Es molesto.

    — ¿Eh?

    — Me molestas —volvía a refunfuñar comiendo otra chocolatina—, te tengo encima, me das calor y me quitas espacio en la cama. Son todo molestias.

    — ¿No puedo hacer nada para que te sientas mejor conmigo aquí? —ésta era, ésta debía ser la pregunta que mandara lejos la indiferencia del pelimorado; pero sólo para asegurarse de que comprendía, decidió acercarse a él y quitarle de un mordisco el chocolate, rozando a propósito sus labios—. ¿Aún crees que no puedo hacer nada, Atsushi~?

    — Ahora eres todavía más molesto, Muro-chin —al contrario de la voz sugerente de Himuro, la del menor sonó bastante irritada—. Tenía doble de caramelo con avellanas y chocolate con leche, era mi favorita y me has quitado casi la mitad.

    — ¿Tú estás hablando en serio? —preguntó ahora asombrado, ¿había perdido su habilidad de seducción o era que al otro no le afectaba en absoluto?

    — ¿Eh? Por supuesto —murmuró abriendo otro envoltorio, aunque Himuro lo apartó de un manotazo, cayendo el chocolate al suelo—. ¡Muro-chin!

    — ¡Cállate y céntrate en lo que tienes en frente! —apretó sus hombros mirándole—, ¡¿es que no puedes verlo o qué te pasa?!

    — Ahora veo que la extra especial con relleno de frambuesa está muy lejos, no lo entiendo, ¿por qué la has tirado? —dijo mirando los ojos confundidos del azabache.

    — Está bien, está bien… —rió—, todo está bien —suspiró relajándose, no debía perder la calma de aquella manera. Se acomodó el cabello estando aún arrodillado sobre el otro, bonita vista era aquélla; acabó por bajar de la cama, cogió la famosa chocolatina y se la entregó—. No pienses que he tirado la toalla, esto sólo acaba de empezar.

    — ¿Eh? ¿El qué? —le miró mientras caminaba hacia la puerta.

    — No importa —sonrió girando su cabeza hacia él, ya con su mano en el pomo—, necesito calmarme y pensar. Nos vemos mañana en la práctica, no vengas tarde o la entrenadora te reñirá de nuevo.

    — Umh, buenas noches, Muro-chin —se despidió desde la cama sin poder ver la sonrisita en el rostro del mayor.

    Incluso en su habitación mantenía la sonrisa, esto no era un rechazo, ni mucho menos una derrota, era un reto, ¿cierto? Eso era: un RETO.
    Echado en su cama pensaba en miles de cosas que podría hacer, millones de escenas que pondría en juego para lograr su objetivo…, era la primera vez que alguien le evitaba con tanta soltura, de una manera tan calmada e indiferente que si bien antes le provocaba frustrados suspiros, ahora le arrancaba las carcajadas.

    Quería lograrlo, debía lograrlo, de hecho deseaba lograrlo: el número 9 de Yosen caería rendido a sus pies.

    . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Y hasta aquí llega el primer capítulo~
    ¿qué os ha parecido? A mí personalmente me encanta cuando es el uke quien debe tomar las riendas para ganarse la atención del seme~ *3* a Himuro le queda un largo camino por delante (?)
    En fin, muchas gracias a quien lo haya leído...., y me encantaría veros de nuevo en la conti~♥

    chao! ;D


    Edited by Yaoi-Life! - 20/6/2015, 19:16
     
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  2. ~Donquixote Lu~
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    Soy el primer comentario! (?
    Soy tu fan (?? Autografo, quiero autografo (??
    ME ENCANTO!!!!!!!! LO AME!!!! QUIERO LA CONTI! YO QUIERO! QUIERO MAS! xDDD
    sdsadfssadassada -muere-
    Te adoro <3 Adoro como escribis, es tan sadsdasdadsadasdas
    ¿Notaste quien soy? okno xD
    En fin....SDASDSSDASDASDASDASDASDASDASDASDAS CONTI!!!!!!!
     
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  3. Mary Jane Holland
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    Pufff, tus fanfics siempre me encantan asi que obvio me encanto que fuera mas que un one-shot aunque a mi si me sorprendio un poco, pobre Himuro la tendra dificil pero despues ni lo va a querer dejar <3, a mi tambien me agrada la idea de un uke exigiendo la atencion de su seme (como debe de ser) owwwwwwwww tus historias siempre son taaaaaaaan, TAAAAAAAAAAN buenas <3
    Aaaaaaaaaaasssshjk espero lo siguiente! :D
     
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  4. Benita
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    Joo, Yaoi san me ha encantado. Ha decir verdad ya me iba a dormir pero cuando vi que habían publicado algo sobre Kuroko no Basuke, tuve que leerlo, fue mucha tentación para mi x'D ~ Jajaja me gusto mucho la actitud de Murasakibara, ¿quien necesita sexo si tiene dulces? Jajajaja Himuro tendrá un largo trabajo que hacer, ya lo quiero leer. Jajaja me gusta mucho esta pareja, es tan kfkzovlskvkLv, ¡Murasakibara es amor!

    Nee, ¡espero conti!, hace un tiempo que no seguía algún fic tuyo y ksogksjglsovnz escribes muy bien, me emociona :'D
     
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    yaoi, arte o perversión?
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    En mi casita disfrutando una buena serie ♥

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    Que lindo te esta quedamdo la historia ya quiero sabedr que mas va a hacer muro-chin para enamorara a murasakibara , lo que no saabe que va terminar rendodo a susu pies .continualo0 esta hermosio :=PAMDAXX: :=duouou: :=BUABUA:
     
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    Let's Dream.

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    irhgiurfrhgfiuvufhdfh
    geniaaaaal!!!!
    y aparte murohimu >w<
    está hermoso!!!
    waaaaa, te juro que casi me desmayo leyendolo TTwTT
    waaaaa MURASAKIBAKA!!!!
     
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    A veces debemos rompernos para que por las grietas del alma entre la luz.

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    Nunca habia leído sobre ésta pareja...

    Pero sin embargo tu fic me gusto y la trama que es más original y no lo típico de que el seme es quién debe dar el primer paso.

    Bueno espero la conti...

    Hasta luego n.n
     
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    [ ¡zorra, zorra! ]

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    Hola de nuevo~~
    Ya está aquí la conti, con nuevos avances para nuestro(?) Muro-chin!! ewé

    Aww, muchísimas gracias por leerme!! >////<
    SPOILER (click to view)
    ~Donquixote Lu~: ¿quién será, será~ el tiempo nos lo dirá~? crisleo digooo..., me encanta tu ava º///º el KidLaw es amor, KidLaw es vida!! (??
    awww, ahora convulsiono en el suelo como una epiléptica con Parkinson (bella metáfora?) porque has venido a comentar desde las lejanas tierras de FB~ >w< ¡muchas gracias por seguir la historia~! ^^

    Mary Jane Holland: la pareja me sedujo precisamente por eso, en este caso sería Himuro el uke, pero también quien lleve las riendas en la relación..., porque está claro que si esperamos por Murasakibara, bueno, armémonos de paciencia entonces(?? xD
    muchas gracias por leerme con tantas ganas, me halagas!! >////<

    Benita: el yaoi de KnB es pura tentación~ ¬w¬ (??
    sexo? bitch please, yo tengo CHUCHES!! (aww, Mura, eres amor, te queremos uwu~) siii, sin duda Himuro tiene que hacer un gran trabajo aquí para conquistarle..., o disfrazarse de chocolatina, quizás eso funciona, no? xD --yo no descartaría la idea, sólo por si acaso (?)
    aww, si dices cosas tan lindas como ésa sobre mi escritura(?) me harás ASDASDa~(?? >///< muchas gracias!!!

    romantica_1: huhu, Himuro y sus planes para la conquista del titán púrpura (?), esperemos que todo vaya sobre ruedas y no tenga que hacer maravillas para "atrapar" al nº9~~ *3*

    Yai~Chan: --dios mío, tu ava me hace explotar: MAKOTO *A*
    aww, muchas gracias!! Me alegra que te haya gustado tanto! Ojalá la conti te guste igual!! >///<

    Miyuki_Kishimoto: oh, mi fic será tu primer MuraHimu..., ahora me siento extrañamente responsable por esto(?) Me comprometo a crear una historia medianamente decente para no hacer huir de aquí ^^u (?)
    oh, compartimos opinión ahí; normalmente es el seme quien va tras el uke, y me gustó mucho la idea de hacerlo a la inversa con un uke más lanzado y un seme..., bueno, el seme es Murasakibara, él va por libre en la vida, dejémoslo así xD

    - - - - -



    CAPÍTULO 2.

    El desastroso resultado de ese examen le arrancó un profundo suspiro a Murasakibara, no había obtenido ni 2 puntos, y supo que debía estudiar bastante más si quería aprobar la asignatura. Volvió a suspirar en el área defensiva -no parecía emocionarle demasiado el entrenamiento- y Himuro se acercó a él tras pasarle el balón al capitán, quién continuó la jugada hasta la canasta contraria.

    — Atsushi, ¿te pasa algo? —preguntó—. Estás suspirando demasiado.

    — No me va bien en inglés, si no lo hago bien en el próximo examen acabaré suspendiendo al final del trimestre.

    — Oh —tras unos segundos donde reflexionaba en silencio: sonrió—, así que inglés, ¿quieres que te ayude? Puedo darte algunas clases privadas.

    — ¿Eh? ¿De verdad me ayudarías?

    — Por supuesto.

    — Muchas gracias, Muro-chin.

    — No es nada —la sonrisa en sus labios se ensanchó, pero por supuesto, sin ápice de inocencia en ella.

    Himuro comprendía que el siguiente movimiento sería el interesante juego entre alumno y profesor, sin quererlo se emocionaba con la idea, pasar las tardes a solas con Murasakibara, sólo era cuestión de tiempo que cayera ante él.

    ===


    — Hehe, llegas temprano —le saludaba al abrir la puerta ese soleado sábado—, ¿estás preparado?

    — Supongo —se alzó de hombros pasando a la habitación, cargando en su mano derecha una bolsa repleta de chucherías, y en la izquierda unos pocos apuntes con lo básico del temario que debía aprenderse.

    Himuro observó los malamente garabateados folios ya sentado en el suelo, el espacio del que disponían no era muy amplio, mucho menos teniendo en cuenta la altura de ambos. Además de la cama y una estantería con varios libros, apenas había una pequeña mesa baja del más puro estilo japonés que en invierno servía como kotatsu y un armario empotrado en la pared que daba al baño.
    Justo a su lado tenía al menor comiendo patatas fritas, mientras leía las oraciones mal traducidas podía escuchar su continuo CRUNCH-CRUNCH al masticar antes de tragar, sonrió al mirarle de reojo, aquella divertida imagen le recordaba a un hámster…, un gigantesco hámster púrpura de más de 2 metros de altura.

    — Atsushi, ¿qué has puesto aquí? —preguntó logrando que Murasakibara se inclinara hacia él, dejando su cabeza casi apoyada en su hombro.

    — ¿Dónde?

    — Aquí: “could you please turn on the…?”, no entiendo la siguiente palabra.

    — Ummh, me pregunto qué pondrá.

    — Pero es tu letra, deberías entenderla.

    — ¿Quizá ‘raito’?

    — Es /lait/, no /raito/ —le corrigió.

    — ¿Rait?

    — No, no, con L: /la-it/.

    — Raito.

    — No, es con L, como love o life.

    — Esa letra es difícil para los japoneses, Muro-chin.

    — Es una L, ¿qué tiene de complicado?

    — No me gusta —refunfuñó volviendo a su sitio, siguiendo con las patatas.

    — Venga, repite conmigo, es fácil.

    — No quiero.

    — Atsushi, hazle caso a quien te intenta enseñar —rió—. Soy tu profesor ahora.

    — ¿Debo llamarte Muro-chin-sensei?

    — No, mejor no —negó varias veces con la mano—. A ver, repite después de mí: “I like you”.

    — /ai raik yu/

    — Con L te estoy diciendo: /ai LAIK yu/ —vocalizaba de manera muy forzada aquella palabra—, ¿comprendes? LA-IK.

    — Raik.

    — Con L…, /la-ik/.

    — Definitivamente no me gusta —Murasakibara se negó a seguir intentándolo y Himuro suspiró llevándose la mano a la sien.

    ===


    Los días fueron pasando y pese a que el menor progresaba bastante bien, casi de manera espléndida, en su conocimiento del idioma (a excepción de ciertas normas de pronunciación), pues la cacería del improvisado profesor no parecía avanzar en lo más mínimo, continuamente atascado en el mismo punto.

    Y hasta aquí llegaba su paciencia, debía pasar de una vez a la acción, a este ritmo la situación entre ambos no cambiaría nunca y no estaba dispuesto a esperar más por ese ansiado encuentro en su cama. A diario se preguntaba cómo se sentirían esas gigantescas manos acariciando su piel o cuál sería el sabor de sus besos…, sospechaba que esconderían un regusto dulce, pero debía descubrirlo cuanto antes o la impaciencia acabaría por consumirle.

    Otro fin de semana llegó y Murasakibara volvió a tocar esa puerta que ya conocía casi de memoria, a este ritmo podría aprenderse cada línea y abolladura en su madera. Se abrió recibiéndole un muy amable Himuro, nuevamente se sentaron a los pies de aquella mesita, estando sobre ella las muchas chucherías de uno y los refrescos que el otro había servido para aliviar el calor del día.

    — Has mejorado mucho, Atsushi —le dijo con una pequeña sonrisa, más que a propósito había dejado su rodilla apoyada en la suya, comenzando el contacto—. Ya apenas tienes fallos con los verbos irregulares, estoy seguro de que aprobarás el examen.

    — Gracias por los ánimos —contestó abriendo un paquete de helados, hoy era un sábado incluso más caluroso que el anterior—. ¿Por qué hace tanto calor? Es molesto —no tardó en quejarse llevándose el primer helado a la boca, dejando que el hielo le refrescara.

    — Parece que tendremos este tiempo unos días más —mantenía la sonrisa mirándole comer, sin apartar la mirada un solo segundo de sus labios—. Atsushi, ¿puedo probarlo?

    — ¿El qué? —le miró confundido, ahora el azabache había apoyado ambas manos en su muslo.

    — El helado por supuesto —rió—, ¿de qué otra cosa podría estar hablando? —sólo él conocía el doble sentido tan obvio que escondían sus palabras, mala suerte que Murasakibara no lo hubiera notado.

    — Pero éste es mío, y los otros también los quiero, tengo calor.

    — Sólo un poco, ¿puede ser?

    — No.

    — Por favor~~ —le resultaba un tanto bochornoso tener que rogar por un helado, pero esto le permitía acercarse cada vez más y más a su objetivo, ya eran unos pocos centímetros los que le separaban de él—. Un pequeño mordisco, ni siquiera lo notarás, ¿no puedo?

    — Mmmh…, preferiría que no —refunfuñaba frunciendo el ceño—, pero debo agradecerte de alguna forma que me hayas ayudado, así que…, ¿cuál quieres? —le ofreció mostrándole la caja.

    — El que tú estás comiendo ahora mismo.

    — ¿Eeeh? ¿Por qué el mío?

    — Porque no me comeré uno entero, con un poco es suficiente.

    — Sigue sin gustarme la idea de compartir mis cosas —prácticamente a regañadientes aceptó lo que Himuro pidió, retiró el helado de su boca ofreciéndoselo—, supongo que con Muro-chin haré una excepción.

    “Entonces, ¿soy especial?”, sonrió inclinándose lentamente hacia él, con fingida inocencia le dio un pequeño mordisco, estremeciéndose cuando el frío golpeó de manera agradable sus dientes; incluso así miraba los ojos del pelimorado en todo momento, mientras lamía y saboreaba la superficie del hielo no apartó la mirada, supo que debía mantenerla.

    — Muchas gracias por el helado —dijo al retirarse, relamiendo con calma sus labios, esperando cualquier señal para iniciar el siguiente movimiento, más atrevido y comprometedor.

    — No hay de qué —se alzó de hombros volviendo a comer, no tardó mucho en acabarlo y comenzar con el siguiente.

    Himuro chasqueó la lengua, incluso soltó alguna maldición en voz baja -aunque hablando en inglés el otro no podría entenderle-; sin duda ésta no era una misión fácil, ¿había más señales que podría mandar? A propósito se había puesto una camiseta bastante holgada que dejaba al descubierto uno de sus hombros, mostrando todo su cuello. El helado lo había lamido de manera lenta y calmada mirando en todo momento los ojos de Murasakibara, atendiendo especialmente a sus pupilas, mas no hubo ni un ligero cambio en ellas, ¿por qué no había tan siquiera una sola respuesta a todo aquel arsenal de sutilezas?

    Quizás iba siendo hora de probar métodos más directos y menos sutiles, no perdería nada por probar y, en cambio, ganaría muchísimo si aquello salía bien…, el riesgo valía la pena en esta ocasión.

    — Atsushi —volvió a inclinarse hacia él, acercándose peligrosamente a su rostro—, te has manchado con el helado —sin molestarse en preguntar sacó su lengua y lamió la mejilla contraria, trepando muy despacito por ella hasta llegar a la comisura de esos labios que se moría por probar. Terminó ya rozándolos, bastaría un pequeño empujón para unirlos en un beso que, por su parte, no sería superficial en absoluto: si pudiera golpearía la campanilla contraria con la punta de su lengua, tras haber explorado el resto de su boca, por supuesto.

    Sonrió, toda barrera -si acaso existía- se derrumbaría ahora de manera irreversible; Murasakibara debía sujetar su cabello con fuerza para besarle hasta robarle el aliento, no se resistiría a ninguno de sus gestos o caricias; y, seguramente, continuara por marcar su tentador cuello tan pálido con fuertes mordiscos, llenando toda su piel de marcas que tardarían -como mínimo- una semana en desaparecer y que él llegaría a mostrar medianamente orgulloso mandando el claro mensaje de “somos más que compañeros de equipo”.

    Con esas gigantescas manos le despojaría de cualquier prenda que estorbara en su camino, acariciando su piel de manera torpe y apresurada, conocía al menor, por eso mismo no podía catalogarle como alguien especialmente delicado…, entonces ¿le llevaría a la cama o le bastaría hacerlo en el suelo? Pensó que sería estimulante hacerlo en la mesa, sobre todos esos desordenados apuntes que había traído, los folios se arrugarían al actuar como improvisado lecho y se empaparían con el sudor que se deslizara por sus cuerpos (aunque sospechaba que el sudor no sería el único fluido corporal que humedeciera el ambiente).

    Él mismo podría enterrar sus uñas en esa espalda tan ancha o tomarse la libertad de subir sus dedos hasta entrelazarlos con esos largos mechones púrpuras a medida que avanzaba, tirando de ellos si el dueño de aquella brillante cabellera se enterrara cada vez más rápido en su interior, entrando y saliendo…, una y otra vez…, cada vez más ardiente, más brusco, más profundo.

    Lograría sin duda que sus piernas temblaran inquietas intentando inútilmente rodear sus caderas, conseguiría que sus ojos se plagaran de lágrimas, que desvergonzadamente recorrerían su agitado rostro -¿y si al ver su salado rastro le daba por lamerlas?- sin duda alguna se las ingeniaría para que su voz se quebrara de tanto gemir su nombre durante tanto tiempo de desatada pasión juvenil.

    — Muro-chin —fue su voz quien le despertó de sus pensamientos, arrancándole un suspiro—, ¿estás bien? Tienes la cara roja.

    — Ah… —¿era ésta su respuesta a las provocaciones que inició? Rió bastante decaído, de nuevo había subestimado la absoluta indiferencia de su presa, sin embargo, no iba a rendirse por algo así—, no, no es nada…, creo que es por el calor.

    — Deberías descansar si te sientes mal.

    — No podré ayudarte si me echo a dormir, ¿no crees? —dijo apoyando la frente en el hombro del otro—. Sólo descansaré un momento, ¿está bien?

    — Haz lo que quieras, Muro-chin —respondió comiendo el helado.

    — Hacer lo que quiera, ¿eh? Ojalá fuera tan fácil —murmuró cerrando sus ojos, debía pensar seriamente en el siguiente movimiento que realizaría.

    No había contado con que de verdad se dormiría en aquella posición, cuando volvió a parpadear descubrió que ya no estaba apoyado en el hombro de Murasakibara, ¿dónde estaba? Movió un poco su cabeza para poder habituarse a la oscuridad, por lo visto ya había anochecido y las luces de su habitación permanecían apagadas. Se incorporó desde dónde estaba, no tenía nada claro por qué estaba echado sobre la cama, ¿en qué momento se había movido tanto?

    Estornudó sintiendo un pequeño escalofrío por su espalda, la manta que le cubría había caído hasta el colchón…, “así que me has traído a la cama para que duerma”, pensó con una pequeña sonrisa dibujándose en sus finos labios; segundos más tarde se arropó con la manta volviendo a acostarse, al menos seguiría durmiendo un rato más, ¿qué importaba cuando su presa se había ido? Aunque ahora que lo pensaba, era frustrante que el cazador no sólo se durmiera en presencia de su presa, sino que ésta tuviera que cargarle para no interrumpir su sueño.

    — Esto es estúpido… —suspiró.

    — ¿Qué es estúpido?

    Se sobresaltó escuchando su voz, se incorporó de golpe intentando encontrarle, ¿desde dónde hablaba? ¿Cómo era posible no ver a alguien de su tamaño? Rió distinguiéndole al fin, seguía en el mismo sitio: sentado tras la mesita, con una linterna en su mano mientras leía los apuntes.

    — Atsushi, ¿qué haces? —preguntó inclinándose en la cama hasta que pudo encender la luz, presionando el interruptor en la pared.

    — Estudio —contestó cubriéndose los ojos por unos segundos, la luz le molestaba—, tengo un examen en unos días, ¿lo has olvidado?

    — No me refiero a eso —volvió a reír poniéndose en pie. Caminó hacia él y se sentó a su lado—. ¿Por qué leías a oscuras?

    — Porque si encendía la luz, te despertaría —hablaba mientras abría otro paquete de patatas fritas, éstas con sabor a queso—, ¿estás mejor ahora?

    — Sí, lo siento.

    — ¿Por qué te disculpas? ¿Has hecho algo malo?

    — No, sólo…, ah —suspiró—, olvídalo.

    — Umh.

    — ¿Por qué no te has ido aún a tu habitación?

    — Porque me estabas llamando hace un momento, en sueños supongo.

    — Vaya… —rió—, eso es un poco vergonzoso.

    — Bastante vergonzoso de hecho —decía comiendo sus patatas—, ¿soñabas conmigo, Muro-chin?

    — Eso parece —volvió a reír apoyando por 2ª vez la cabeza en su hombro, ese contacto podría considerarlo como su única victoria porque el menor no le apartó en ningún momento mientras estudiaba.

    ===


    Le acompañaba por el pasillo bastante nervioso, y por supuesto también un tanto impaciente; incluso cuando el mismo Murasakibara le había asegurado hace unos días que el examen le había salido bien, no podía calmarse, en parte se sentía responsable por la nota que ahora estaba expuesta junto a las del resto de su clase en el tablón de anuncios. El pelimorado aprovechó su altura para poder mirar los números y letras en aquella tabla, mordisqueaba un dulce de chocolate bajando por los nombres, uno a uno hasta distinguir el suyo.

    Mientras, Himuro permanecía a unos pasos de distancia, mirando la multitud de estudiantes primerizos, unos riendo por el resultado, otros gritando y los de más allá llorando por su malísima nota…, suspiró cruzándose de brazos, sin querer apretando sus manos en la tela de su uniforme, ya era obvio que no podía disimular su nerviosismo. Le dedicó un rápido vistazo a aquel titán que sobresalía entre el resto de estudiantes, pero en su expresión y postura no pudo descubrir la más mínima pista de cómo le había ido; sólo cuando se giró hacia él podría sospechar algo…, pero el rostro de Murasakibara permanecía impasible, parecía bastante más interesado en comerse ese chocolate que en el examen en sí.

    — ¿Y bien? —preguntó dando un par de pasos, la espera empezaba a crisparle por completo los nervios—. ¿Qué tal? ¿Cómo ha ido?

    — Umh —ladeó la cabeza tragando el último pedazo del dulce—, he tenido una puntuación casi perfecta, un 97 de 100 en total —sonrió estirando su mano izquierda, con la cual le dio palmaditas en la cabeza—. Es imposible que suspenda si es Muro-chin quien me enseña.

    — M-me alegra oírlo…, felicidades… —agachó rápidamente el rostro a la vez que la mano del otro se alejaba de él, ¿a qué venía el rubor en sus mejillas? ¿Se estaba sonrojando por algo como esto?

    A ser sinceros esa involuntaria reacción de su cuerpo le preocupó más de lo que le gustaría admitir, ¿a qué había venido el brutal sonrojo? ¿Por qué su corazón pareció acelerarse por segundos? Sólo había sido una caricia, ni siquiera eso, apenas unos golpecitos en su cabeza, con unos pocos valientes mechones entrelazándose entre sus largos dedos…, nada más especial que eso. Entonces, ¿por qué le había afectado tanto?

    “Ni de broma, ¿cierto?”, se preguntó alzando la mirada desde el suelo, trepando muy lentamente por el cuerpo del otro: sus larguísimas piernas que ya había visto correr de un lado a otro en la cancha, su tonificado abdomen el cual a veces quedaba a la vista cuando saltaba -forzando el movimiento en la holgada camiseta del uniforme-, su amplio pecho que subía y bajaba acelerado después de cada partido…, hasta que llegó a su rostro, algo en su estómago se removió cuando vio aquella sonrisa algo bobalicona.

    — ¿Estás bien, Muro-chin? —le preguntó inclinándose un poco hacia él, picoteando su frente—. Mu~ro~chin~

    — Ah —espabiló de golpe con esos ligeros toques en su cara—, creo que hoy no podré ir a entrenar. Me está doliendo bastante la cabeza, así es imposible que juegue de manera decente —soltó como excusa—. Entonces…, nos vemos mañana, ¿de acuerdo? —se despidió con la mano comenzando a andar hacia su habitación para refugiarse o al menos ocultar sus nervios, pero se detuvo cuando escuchó de nuevo la voz de Murasakibara llamarle, giró su cuerpo hacia atrás para poder verle y supo que su corazón se aceleró de la misma forma con aquella sonrisa que le estaba dedicando. Esta vez era una sonrisa más tranquila y perezosa, más acorde a Murasakibara: una ligera curva en sus labios que correspondía a aquella mirada tan relajada que la acompañaba.

    — Muchas gracias por ayudarme, Muro-chin —imitó su gesto despidiéndose igualmente con su mano izquierda, la otra sostenía el envoltorio de la chocolatina—. Ten cuidado y recupérate.

    Himuro se apresuró por girar nuevamente y apurar el paso por el pasillo, no sólo el latido de su corazón se había vuelto loco, sino que el molesto rubor había vuelto a agolparse en sus mejillas; “esto no puede estar pasando…”, pensó bastante alarmado sacando las llaves de su habitación, descubriendo que sus dedos temblaban.
    Ahora más que nunca necesita reflexionar seriamente sobre más de un aspecto.

    . . . . . . . . .

    A mí no me importaría tener a Himuro como profesor particular......., no, no me importaría en absoluto tampoco si intenta seducirme (aunque en mi caso no le costaría esfuerzo alguno xD)
    como sea~~ espero que os haya gustado el capi~
    ¿habéis visto qué adorable Muro-chin-sensei(?) con sus mejillas sonrojaditas~? *W*
    me derrito ante él, en serio (?)


    y ya, esto ha sido suficiente desvarío por hoy.
    Muchas gracias por leer~ y, si queréis, nos vemos en la conti!!
    chao! ;3
     
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  9. ~Donquixote Lu~
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    ME EN-CAN-TÓ.
    QUIERO MÁS
    Y MÁS
    Y MÁS
    XDDD
    Y el CrisLeo lo estoy terminando ya xD
    Ya posteé un SerZil por si quieres leer (?
    En fin, la cosa es hablar de ti y lo mucho que amo lo que escribís y creo que no me voy a cansar nunca de decirte, hasta me iría a vivir a España para conocerte >.<
    Y sadadsadsadsadas morí, yo también quiero clases de Muro-chin, soy malísima en inglés ajajajaja
    Bueno, ya me retiro, sabés que te adoro! Y me encantó, otra vez xD
     
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    Let's Dream.

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    ¡Viva México Cabrones!

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    WAAAAAA me ganaron el primer comentario TToTT

    YAOI LIFE-SAMA
    amodoré el capitulo >w< está super liiindooo

    ¡Yo sé qué le pasa a Muro-chin!
    Está enamoradito~~

    Chales, MurasakiBaka no capta las señales ¬3¬9 waaaaa
    que lindooo es Himuro soñando con Mura-chin (?

    Me pregunto qué habrá soñado ewe

    waaaaaaa, Murasakibara le importan más los dulces que Muro-chin >o<

    y pos... waaa esque estuvo FAN-TAS-TI-CO

    asi super divis divis:PP dddd'

    hbsuibficuvkxznfkjxnckjfv yo quero que Muro-chin-sensei me dé clases particulares!! TToTT

    waaaaaaaaaaaaa y pos, ya no sé que comentar, solo que Muro-chin necesita lentes si no ve a Murasakibara..... ¿COMO NO VER UN PINCHE BULTO DE DOS METROS?? ¡APARTE LLEVABA LAMPARA!! muro chin está ciego >~<

    y pos, el Ava me lo hizo Eiko-chan >w<

    PD. así bien disimuladamente..... deberías escribir algún MakoHaru *guiño guiño, codo codo*
     
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    yaoi, arte o perversión?
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    En mi casita disfrutando una buena serie ♥

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    me gusto mucho el capitulo .
    ME ENCANTO
    muro-chin yo también soy pésima en ingles pase todo el año con 7 :=BUABUA: no me darías unas clases privadas *w* :=ewriting:

    kyaaaa muro-chin-sensei se esta enamorando de su (único) alumno ( una relación prohibida profesor-alumno kyaaa ) :=uuum:
    [estoy muy loca] :=omgdf:

    VIVA MURO-CHIN-SENSEI!!!.........................ya puedes abrir tu escuela ya tienes a muchas alumnas apuntadas :=yeahyie: :=arribarriba:
     
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    A veces debemos rompernos para que por las grietas del alma entre la luz.

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    Jajaja vaya continuación tan más divertida ^^

    Me encantó, de verdad *-*

    A ese a Himuro le está costando conquistar al frio de Murasakibara n.nU
    Pero eso es lo que lo está haciendo genial y entretenido C:

    Y tienes razón no lo habia pensado de esa manera pero sí, este fic es mi primer MuraHimu :33
    Es que como aún no he visto la serie pues no me llamaban tanto la atención de Kuroko no basket :s
    Aunque no tienes que comprometerte tanto porque asi va me está gustando y mucho ^^

    Bueno, Hasta Luego n.n
     
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  13. inamar
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    omg omg ame tu fic enserio *O* amo a esta parejaaaaaaa, espero con ansias el siguiente cap :D<3
     
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  14. Lenka~Chan14
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    ES HERMOSO qwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwq Juro que te admiro (?) Redactas todo tan bonito y tienes tan buenas ideas qwq Y no pierdes las personalidades de los personajes que es lo mejor de todo <3 ;0;
    Al principio no me gustaba demasiado el MuraHimu, yo era del MuraAka (?) pero tus fanfics enamoran XD Me empezo a gustar la pareja luego de leer tu One-shot de estos 2 :'D Y es que no era para menos eué
    agasdgsdgsdgsd un día de estos dame un hijo
    Me gusta mucho como haces ver la personalidad de Himuro de esa forma tan asdgsdg ya tu sabe ewé Y a Murasakibara le vale XD es gracioso e interesante a la vez, es perfecto <3 c:
    Cómo eres tan genialosa? (Si, genialosa) D:
    Y ya no debería escribir mucho más porque si me doy el lujo de alargar más esto te juro que te escribo la biblia XD
    Seguire atenta para el proximo cap :B


    Bye~ cuidate *-* (?)
     
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  15. kaoru sakuraga
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    *-* una de mis parejas de Kuroko no basket! me gustó tu toque de sensualidad en los fics tan presente como siempre, agsgdg ahora resulta que Himuro es el avergonzado XD cosas de ukes :P :=uuum: Por cierto, respecto a esta pareja, hay un manga yaoi muy hermoso, se llama Wait for me at Udagawachou de Hideyoshico, es un tomo. Los personajes de esta pareja yaoi, se parecen mucho al Murahimu! El seme es así de alto, el mismo peinado y expresión, el uke tiene cabello negro, un peinado similar a Himuro e incluso el lunar!! XD Si no lo haz visto te lo recomiendo al 100%!! y si ya lo haz visto, que opinas de los personajes?? soy la única que pensé que se parecían?? *_* Saludos y conti please!
     
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113 replies since 19/7/2014, 02:29   10169 views
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