DIGIMON ADVENTURE: The Legacy of Evil

Una historia basada en Digimon Adventure 1 y 2, narrada por Takeru. Capítulo 4: La última campanada (Davis revive su pasado y toma importantes decisiones que tendrán que ver directamente con TK)

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  1. Shadow in the Light
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    DIGIMON ADVENTURE: THE LEGACY OF EVIL






    Capítulo 1: Un eco sin fin




    El tiempo lo cura todo se suele afirmar, para Davis parecía que el tiempo no pasase, anclado en el pasado, culpándose de no haber sido un salvador para Ken y prefiriendo ocupar el lugar de su amado. Resulta imprevisible saber cuando desistirá de nuevo e intentará quitarse del medio. Su cuerpo vive, pero su corazón se fue con Ken desde que la historia se encargó de mantenerle como un mero recuerdo. ¿Cómo podría yo confesarle mis sentimientos? No, sólo sería un estorbo, un imbécil que elige siempre los peores momentos, un hipócrita. Es cierto lo que Sora dijo, tres años es mucho tiempo, pero para una persona incapaz de escapar de su pasado, un pasado que se repite una y otra vez en su mente, en sus recuerdos, en sus sueños, en cada instante de su vida... El reloj no se ha movido ni un minuto para Davis, revive aquella historia y nadie ni siquiera yo, aunque lo desee con todo mi ser, somos capaces para sacarle de aquel estado de shock. Me gustaría estar en su cabeza, en su mente, poder ver y sentir lo mismo que él, para entenderle realmente, porque aunque crea entenderle, un sentimiento tan oscuro no puede ser visto, ni la luz parece poder encontrar recovecos por los que iluminar ese sentimiento.


    Me encontraba en mi habitación, despertando de una pesadilla intensa, una pesadilla que me hizo sudar, temblar, llorar, gritar, temer, romperme en mil pedazos, no recuerdo haber vivido nunca un sueño o pesadilla con tanta claridad, mis sentimientos estaban confusos, no tenía claro si necesitaba echar a correr, gritar o llorar, quizá quisisese hacer todo aquello al mismo tiempo, pero no podría encontrar palabras para describir con claridad que sentimientos me amarraban la mente sin dejarme pensar con claridad, era como estar en una cárcel en la cual yo era mi propio carcelero.

    Cuando desperté, sudaba por todas partes, dejando en mis sábanas ríos resbaladizos y malolientes, en el suelo se encontraba mi despertador, al parecer durante la pesadilla debí de golpearlo con fuerza pues se encontraba a una distancia de unos cinco metros apróximadamente de la mesilla. Con gran confusión y mareado, me levanté lentamente de la cama, intentando apoyarme en mis pies, que no parecían sostener mi cuerpo, estaba completamente abatido, me sentía como si fuese la primera vez que me ponía de pie, como un bebé que está aprendiendo andar. Hasta que pude incorporarme del todo tuve que apoyarme en mi cama varias veces para no caer, resbalando en ocasiones a causa del sudor, que debió de deshidratarme por completo, aunque no me sentía con sed, estaba demasiado confuso como para poder distinguir entre cualquiera de mis necesidades.

    Fue al incorporarme por completo cuando mis recuerdos brotaron de mi mente y me liberaron de aquel bloqueo tan siniestro y perturbador. Sentí en aquel instante un golpe en mi interior, un golpe de más de cinco toneladas que me rebentó totalmente por dentro, sentí un dolor desgarrador y estuve a punto de desmayarme. La pesadilla se hizo vida de nuevo en mis recuerdos y pude entender la razón por la que me sentí de aquella forma tan desagradable, aunque en estos instantes puede decir que hubiese preferido no recordar.


    ----------.----------


    La noche nunca había resultado tan intranquila, ni tan oscura. Las nubes cerraban el cielo con gran densidad hasta el punto de quedar a pocos centímetros por encima de mi cabeza, podía apreciar que me encontraba en un terreno rocoso, con rocas oscuras, casi negras y muy puntiagudas, capaces de hacerte heridas graves con un pequeño y estúpido golpe. Me encontraba sólo entre aquella densa niebla y el camino rocoso y extenso que a penas podía distinguir debido a la niebla. Sentía frío, sentía miedo, pero sabía que algo ocurría, algo que no quería ver, algo que intentaba esconder.

    El aire, que estaba totalmente calmado, empezó a agitarse, cada vez cobraba más fuerza hasta el punto de obligarme a retroceder, interpreté aquel viento agitado como un reproche, un reproche por mantenerme quieto y no querer ver la verdad. El viento continuaba haciéndome retroceder, hasta cerrarme el camino y acorralarme entre una gran roca afilada como la hoja de un bisturí. El viento no iba a detenerse, era como si alguien lo controlase y quisiese hacerme ver aquello que yo no deseaba saber. Finalmente me rendí y grité al viento:


    -TK: ¿Qué quieres de mí? ¡Hazme saber la verdad!


    Tenía miedo, pero no existía ninguna otra opción, abrir los ojos o dejar que una roca del tamaño de un elefante me partiese por la mitad.

    El aire dejó de soplar con fuerza, se tranquilizó por completo, pero una brisa leve acarició mi rostro, fue como sentir la mano de mi hermano cuando busca tranquilizarme y darme paz, pero el tacto no era el mismo, no era mi hermano quien me acariciaba, tampoco era el aire, el aire sólo era un medio para transmitirme aquella sensación tan tranquilizante.

    La niebla se esfumó por completo, el cielo estaba completamente negro como el azabache y podía ver el camino, no era muy diferente de lo que podía ver antes, el camino rocoso se extendía hasta la línea del horizonte, con rocas y más rocas por todas partes, el suelo estaba prácticamente liso, algunos baches podían encontrarse de por medio pero no eran muy acentuados, el camino era ancho y muy extenso, no era capaz de distinguir el final de aquel camino.

    Los recuerdos me vinieron a la mente, la última de las batallas, el final de la historia, me encontraba en el mundo Digital y aquella era la zona oscura donde Malomyotismon hizo su fracasado intento de destruir el mundo Digital. Reviví aquellos instantes y todo se volvió real, en aquel solitario camino donde sólo yo y el viento nos encontrábamos, Malomyotismon tomó forma, su voz y su risa demoniaca sonaban en mi cabeza.


    -Malomyotismon: Tú lo mataste, Tú lo mataste, Tú lo mataste, Tú...


    Aquellas palabras se repetían en mi cabeza constantemente, me estaba volviendo loco, yo lo maté, ¿A quién maté? ¿Maté a Ken?
    El aire cobró vida de nuevo, con más fuerza que antes y fue entonces cuando toda la historia de lo ocurrido en aquel instante decisivo, instante en el que Ken perdió la vida. Se representó tal y como fue una vez la historia, aquel vacío terreno empezó a llenarse de formas que dieron vida a todos los que estuvimos allí, a todos los que pertenecemos a esa historia pasada.


    Yolei y Cody estaban muertos, empotrados contra las rocas que había metros más allá, Davis gritaba furioso y desolado, Ken también lo hacía, Kari lloraba sin poder dejar de pronunciar sus nombres:


    -Kari: ¡YOLEI! ¡CODYYY! -Desgarraba escucharla gritar por ellos, dejando su alma, pensando que así volverían a la vida-.
    -Malomyostismon: Están muertos y todos compartiréis su destino, gobernaré vuestro mundo y gobernaré este mundo -Burlando y riendo sin control-.


    Davis y Ken unieron fuerzas y se enfrentaron con todo y por todo contra Malomyotismon. ¿Y yo? ¿Qué estaba haciendo yo? ¿Por qué no soy capaz de recordarlo?

    Imperialdramon se batía contra Malomyotismon intentando hacer tiempo para... ¿Para qué? ¿Dónde estaba yo en aquel momento, qué hacía?


    -Kari: ¡TK! -Gritó ensordeciendo mis oídos-, ¡CORREEE!


    Fue entonces cuando me dí cuenta de todo, hacían tiempo para que Malomyotismon no me atacase, yo estaba... estaba en el suelo, intentando incorporarme, Angemon estaba a mi lado, me ayudaba a levantarme, Malomyotismon aprovechaba la ocasión para acabar conmigo y lo hubiese logrado de no ser por... Angemon, Malomyotismon estaba a punto de golpearme con sus garras afiladas y rojizas, cada una medía cerca medio metro, la sangre resbalaba por sus garras, la sangre de Yolei y de Cody. Angemon evitó el golpe sacrificando sus propio cuerpo. Davis y Ken aprovecharon el momento para lanzar una ofensiva total a Malomyotismon, Imperialdramon se elevó por el aire, unió sus dos brazos juntándolos contra su pecho y cargó un ataque que al lanzarlo, iluminó todo el lugar cegándonos por completo durante unos instantes, Kari reaccinó e hizo evolucionar a Gatomon en Angewomon. Eficazmente Angewomon lanzó una flecha de luz que disparó contra el aturdido Malomyotismon. La flecha golpeó a Malomyotismon y logró herirle desatando un rayo de luz que dejó a Malomyotismon unos instantes indefenso.


    -Davis: Imperialdramon ¡Vamos!
    -Ken: No dejes que se recupere, es nuestra oportunidad.


    Imperialdramon le asestó una serie de golpes a base de puñetazos y patadas en la cara, los dos costados y el pecho a Malomyostismon, quien parecía no responder ante los golpes.

    Mientras todo aquello ocurría fui a ayudar a Angemon, quien aún continuaba en el suelo tendido, cuando me acerqué a él, pude distinguir una gran herida abierta en la espalda que probablemente se hizo al chocar contra las rocas y, varios arañazos que se extendían desde su costado derecho hasta su estómago, arañazos a causa de las garras de Malomyotismon. Zarandeé a Angemon implorándole que se levantase, pero no respondía. Imperialdramon continuaba su ofensiva a duras penas, pues empezaba a estar agotado, mientras que Malomyotismon seguía sin responder a los golpes, parecía paralizado, pero aun así los golpes no tenían ninguna clase de efecto contra él, aparentaba ser intocable.

    Angemon despertó y mi Digivice reaccionó, conseguí que Angemon digievolucionase en MagnaAngemon. Sin mediar palabra alguna MagnaAngemon elevó las alas y echó el vuelo, con su gran espada, Excalibur, atacó a Malomyotismon, sin efecto ninguno.


    -Ken: ¿Qué demonios ocurre? ¿Por qué no hace nada?
    -Davis: No tiene sentido, diría que espera a que nos cansemos, pero es imposible que los ataques no le surtan ningún efecto.
    -Ken: Ataquemos entonces todos juntos, con todo lo que tenemos.
    -TK: Eso no será necesario -Estaba completamente seguro de lo que decía-.
    -Kari: La... 'Puerta del Destino'... ¡Claro eso es!
    -Malomyotismon: Calladitos estáis más guapos, es mi turno de atacar -Como si un rayo hubiese caído sobre nosostros nos quedamos completamente paralizados, las palabras de Malomyotismon calaron nustros huesos-.
    -TK: MagnaAngemon ¡Deprisa! -Estaba completamente desesperado, nada bueno se avecinaba-.
    -Ken: ¿Todo este tiempo ha estado concentrado su fuerza? No es posible.
    -Davis: Es un farol de seguro que es un farol -Davis intentó calmar el ambiente, pero todos sabían que no se trataba de ningún farol-.
    -Kari: No podemos permitir que actúe, será el fin, hasta que MagnaAngemon prepare la 'Puerta del Destino' nuestra misión es hacer tiempo.


    MagnaAngemon se elevó por el cielo y con Excalibur dibujó con lentitud un círculo en el cielo, que a su paso con la espada dejaba una línea fina de la cuál brotaba una energía de color morada que se esparcía por el aire.

    Imperialdramon aunque agotado volvió al ataque, pero no tuvo oprtunidad de hacer nada, Malomyotismon disparó de su pecho una onda oscura, densa como la niebla, que impactó contra Imperialdramon dejándolo inmóvil y sin fuerzas.


    -Malomyotismon: Éste será vuestro final -De nuevo rió como si del demonio mismo se tratase-.
    -Angewomon: ¡Flecha del cielo!


    Angewomon lanzó varias flechas contra Malomyotismon que parecían ser del todo ineficaces, las flechas rebotaban contra su cuerpo sin dejar huella alguna sobre Malomyotismon. De nuevo, Malomyotismon se deshizo de Angewomon como si de un insecto pequeño e indefenso se tratase, la atrapó de una pierna y la zarandeó dando giros irregulares en el aire, hasta que la golpeó contra el suelo, abriendo una grieta de poco grosor que se extendió unos centímetros.

    MagnaAngemon estaba terminando al fin el círculo, el ataque estaba casi terminado, pero Malomyotismon no pensaba dejar que eso sucediese. Me apuntó con sus dos cañones dentados, de los cuales resbalaba un ácido de color verde amarillento y disparó de nuevo aquella onda oscura y densa.

    Aquel era mi final, no tenía salida, aunque echase a correr la explosión hubiese acabado conmigo de la misma forma, ya sea por el poder mismo de la onda expansiva o al hacerme chocar contra las rocas con su fuerza.


    -Ken: ¡Imperialdramon!


    Ken se subió en Imperialdramon el cuál apenas podía avanzar, pero fue lo suficientemente rápido como para interponerse en mitad del camino, entre TK y la onda oscura.


    -Davis: ¡KEN!


    Un grito ensordecedor, un eco sin fin, la voz de Davis gritando el nombre de su amado jamás podrá desaparecer de mi cabeza.
    La onda explotó, Imperialdramon se desvaneció perdiendo su digievolución fusionada. Ken recivió el resto del impacto, se golpeó contra las rocas y cayó al suelo, y yo... yo quedé prácticamente intacto e inmóvil, bloqueado ante las señales que mis ojos enviaban a mi cerebro.

    MagnaAngemon abrió la 'Puerta del Destino', el círculo tomó forma, una puerta dorada dividida verticalmente por dientes de gran anchura. De ella una fuerza tenebrosa escapó, llevándose consigo el mal, llevándose consigo a Malomyotismon. Mientras todo aquello ocurría, casi a cámara lenta (al menos así lo vivía y lo sentía en aquel instante), Davis corría descontroladamente hacia Ken, llorando, gritando y rogando por su vida.


    -Davis: Ken, por dios Ken ¿Qué has hecho?
    -Ken: Esto...y bi...bien ¿Cómo está... cómo está...? -Ken tosió un par de veces antes de terminar su pregunta-, ¿TK?
    -TK: Estoy aquí, estoy bien ¿Por qué lo has hecho?
    -Kari: Angewomon intenta curarle por favor, haz algo, por favor -Kari rompió a llorar. Angewomon no podía escucharla, en aquel instante se encontraba en el suelo inconsciente-.
    -Ken: Davis, mi vida... sal... saldré de ésta -Volvió a toser-.
    -Davis: Sí, por supuesto Ken, saldremos todos con vida -Davis se echó a llorar sobre el pecho de Ken-.


    Fue en aquel preciso instante cuando Ken me miró y me acarició con su mano, el tacto que sentí... fue aquella la mano que sentí cuando el aire acarició mi mejilla, aquel aire que me obligó a retroceder y me hizo ver la verdad ¿Qué es lo que quería decirme mi pesadilla? ¿Por qué mi mente recuerda éste instante con tanta grandeza y pureza?


    -Ken: Juntos voveremos al mundo humano -Una luz empezó a brillar a nuestro alrededor-, no hay tiempo... para que pueda curarme aquí... TK..., el... aho... ahora... -Tosió de nuevo-, cuida...


    La luz nos rodeó por completo, hubo un pequeño destello, todo se movía a nuestro alrededor y en cuestión de unos instantes estábamos de vuelta en el mundo humano, totalmente confusos y sin poder si quiera despedirnos o hacer algo por nuestros Digimons.

    Poco después, Ken falleció y Davis murió en vida en ese preciso momento. Toda la ayuda que recibimos llegó demasiado tarde, no hubo ninguna oportunidad, aquel fue el final.


    ----------.----------


    Cualquiera diría que nunca actué temiendo que Davis me culparía de todo lo ocurrido. Ken, su amor, su vida, su todo, había muerto, dándo su vida por la mía. Sin embargo, Davis jamás me culpó, jamás me miró con despreció, pues si Ken no se hubiese adelantado, Davis lo hubiese hecho, hubiese dado la vida por mí. Yo si me culpaba a mí mismo, incluso me he catalogado de traidor a mí mismo, yo... ¿Hubiese dado mi vida por él? yo tengo la culpa de todo, porque no hice nada. Y por ello, jamás podría acercarme a Davis y pretender con él, lo que tuvo una vez junto a Ken, no puedo.





    FIN DEL CAPÍTULO 1




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