DIGIMON ADVENTURE: The Legacy of Evil

Una historia basada en Digimon Adventure 1 y 2, narrada por Takeru. Capítulo 4: La última campanada (Davis revive su pasado y toma importantes decisiones que tendrán que ver directamente con TK)

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  1. Shadow in the Light
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    DIGIMON ADVENTURE: THE LEGACY OF EVIL







    Capítulo 3: Océano tormentoso






    Me sentía tranquilo, en calma, las palabras de Matt, me permitieron desconectar unos instantes, instantes que iluminaron por completo mis ojos perdidos, mis labios y mi tez pálida recuperaron su color y su belleza. Mientras desayunaba con Matt, pude sonreír con sus típicas payasadas e incluso preocuparme de asuntos de poca o ninguna importancia. Yo, mi propio carcelero, me había dejado salir, aunque con libertad condicionada.

    Emociones y sentimientos de una vida cotidiana que esperaba que durasen más, pero presentía que aquella calma no se repetiría en mucho tiempo, presentía que la calma precedía a un caos interior que no estaba seguro de si podría superar.


    -Matt: TK, deberíamos salir hoy, a que nos dé un poco el aire -Matt intentaba de nuevo que no se apagase la llama "viva" que había logrado encender-.
    -TK: Sí, de acuerdo -No me sentía con muchas ganas de salir, pero Matt tampoco iba a negociarlo-.
    -Matt: Perfecto, pues voy a cambiarme, no creo que esté bien visto ir en pijama por la vida -Me sonrió nuevamente-.
    -TK: No, yo tampoco lo creo -Agregué un tanto distraído-.


    Me levanté de la mesa, era circular y se encontraba en el fondo del salón, junto a un ventanal de gran tamaño que cubría techo y suelo. Dejaba pasar una potente luz, desde luego, era un buen día para airearse, en la zona de Japón en la que nos encontrábamos, las nubes no solían dejar pasar mucho la luz del Sol, siempre estaba nublado, pero en éste extraño e intenso día, el cielo estaba completamente despejado. Resultaba sarcástico pensar en todo lo que mi cuerpo y mente habían sufrido, la oscuridad que se había originado en mi interior apagando toda señal de voluntad, de fuerza... Y ahora, ahora el cielo resplandecía, iluminaba el mañana, propiciaba esperanzas, advertía que el día, sería grandioso.

    Fuí a mi habitación, dando pequeños pasos, distraído, pensando ahora en Matt. Cada día Matt se involucraba más y más en mi bienestar, no dejaba de cuidarme y sabía exactamente lo que necesitaba. ¿Qué había de mí? ¿Qué le había ofrecido yo? Sí, yo le quiero como a nadie, pero cuando me preocupo por él, lo hago sólo por lo evidente. A veces, siento que Matt esconde algo que no le deja avanzar, algo que le mantiene prisionero de sí mismo, un secreto que no puede confesar, pero que desearía hacer con todas las fuerzas posibles. Se lo he notado siempre en la mirada, siempre que me sonreía y me calmaba, que me veía dolido y abatido, siempre que me miraba fijamente, sus ojos expresaban un deseo que sus actos no cumplían. El deseo de hablar, de actuar. Un destello que su corazón enviaba a modo de S.O.S.

    Siempre eludí aquel destello, pensaba que eran imaginaciones mías, y que si Matt necesitaba algo, me lo diría, eso es lo que él siempre había hecho conmigo.


    -Matt: ¿Aún no te has vestido? -Agregó interrumpiéndome-.
    -TK: Ah... yo... ahora voy -Me encontraba un poco deshorientado ante la inesperada aparición de Matt-.
    -Matt: ¿En qué pensabas ahora TK?


    Pensé en decírselo, de veras pasó por mi cabeza, decirle que siempre había notado en su interior ese destello que se contrariaba consigo mismo, que sabía que ocultaba un secreto importante. No lo hice, aquel no era el momento, nunca veía el momento, me daba miedo descubrir su secreto. Tantos empeños en ocultar aquel misterio flameante, luchando consigo mismo por mantener en silencio su propia voz interior, contrariando a cada instante su propio ser con tal de no decir, de no expresar, ni un mínimo gesto, ni una mínima palabra ¿Qué clase de enigma sería? En dadas ocasiones, hay cosas que es mejor guardar en silencio pase lo que pase, por el bien de todos.


    -TK: Pensaba en comerme un helado, hace muy buen día ¿Verdad? -Sonreí con disimulo-.


    Yo sabía que Matt no se creería la mentira, pero también sabía que no me lo preguntaría dos veces. Si yo decidía mentirle, el captaba que no me sentía dispuesto a contárselo.


    -Matt: Compraremos uno entonces, pero vamos ¡Vístete ya! -Protestó-.


    Llegué finalmente a mi habitación, sin darle más vueltas a la cabeza, me dirigí hacia mi armario y saqué la camiseta roja con el pequeño estampado que anteriormente había guardado, debido al gran calor que hacía. Me puse la camiseta y me dispuse a salir de la habitación.


    -Matt: ¡No me lo puedo creer! Resulta que sí eres capaz -Añadió con sarcasmo-.
    -TK: No seamos cínicos Matt, no seamos cínicos -Respondí con retintineo-.
    -Matt: ¿De qué vas enano? -Al tiempo que se burlaba, me daba unas palmaditas en el hombro, intentaba provocarme-.
    -TK: Lo que te gusta hacer el tonto Matt ¿Quién es el enano aquí, eh? -Reí con sutileza-.


    Continuamos peleando varios minutos, insultándonos y pegándonos con delicadeza, aunque en pequeños momentos, no con tanta. Finalmente, Matt cogió sus llaves y abrió la puerta de casa y para nuestra sorpesa:


    -Matt y TK: ¡IZZY!
    -Izzy: Ho... hola chicos -Dijo con inseguridad, como si le hubiesen cazado robando-.
    -Matt: ¿Cuánto ti...? -Matt calló unos instantes- No entiendo ¿Acabas de venir? ¿Qué casualidad, no?
    -Izzy: Matt, que nos conocemos, no estaba espiando si eso es lo que piensas -Dijo con firmeza-.
    -TK: Izzy ¿A qué has venido? -En ningún momento pretendía ser un reproche, aunque sonó como tal-.
    -Izzy: ¿A qué vengo? ¿Quieres que me vaya?
    -TK: Perdona, no me malinterpretes Izzy, no quería insinuar eso... -No sabía qué más decir, después de todo, Izzy era el más frío de todo el grupo-.
    -Matt: Pensábamos salir a tomar un poco el aire Izzy ¿Te vienes? -Intervino Matt salvándome del incómodo contratiempo-.
    -Izzy: De acuerdo, pero tengo que hablar con vosotros, es importante.
    -TK: ¿De qué se trata? -Pregunté muy nervioso-.
    -Matt: Buscaremos en el parque un lugar con intimidad para hablar -Sugirió Matt quitándole importancia a mi pregunta-.
    -Izzy: Perfecto -Finalizó Izzy-.


    Tomamos el ascensor con impaciencia y descendimos hasta la planta baja. Por regla general, siempre usaba las esaleras, me asustaban los ascensores, me hacían sentirme inseguro. No se debía a ninguna casualidad o rareza, tuve una larga, asfixiante e inolvidable experiencia en el ascensor de mi propio portal, cuando vivía con mis padres. Fue con diferencia una de las experiencias que más cambiaron mi persona e incluso la de Matt.



    FLASHBACK




    Me dirigía a mi casa después de un cansado día jugando con los amigos del colegio, tenía 9 años, cerca de cumplir los 10. Mientras andava me sentía observado, tenía la sensación de que alguien me seguía. Me puse muy nervioso, no sabía cómo actuar, no sabía qué hacer. Tan sólo era un crío de 9 años, que no debía de estar sólo, cuyos padres desatendían muy a menudo.

    Cuando llegué a la puerta del portal, sentí que ya estaba a salvo, ya estaba en casa. Me relajé y fui directo al ascensor, con impaciencia pulsé el botón y esperé a que éste bajara. ÑIII, alguien había abierto la puerta del portal. ¡PUM! Se cerró con un fuerte impacto, provocando un ruido estremecedor. ¡BING! El ascensor acababa de llegar, mi corazón se aceleraba cada vez más, sentía mucha presión en la cabeza, demasiada presión, en cualquier momento me desmayaría. No paraba de segregar adrenalina, tanta, que me quedé paralizado. Me metí en el ascensor y pulsé el botón con velocidad y nerviosismo, distinguía la figura de un hombre acercándose con amplias zancadas hacia mí, por su aspecto aparentaba tener entre 20-25 años, su pelo era castaño, corto y sutilmente ondulado, lucía una barba que debía de haberse dejado crecer desde hacía poco. Vestía unas deportivas negras cuyos cordones quedaban tapados por la caída de su pantalón vaquero, marrón oscuro. Se acentuaba en él, cierta tendencia a ser un hombre orondo. Llevaba una camiseta completamente oscura y apurada, pegada totalmente a su cuerpo y encima de ésta, una chaqueta de cuero, a juego con el color de sus pantalones vaqueros marrones.

    Me paralicé por completo con mi dedo pegado al botón del ascensor, el cuál no se cerraba, parecía que nunca fuese a hacerlo. Quizá fuese una impresión, al segregar tanta adrenalina, el tiempo debió de paralizarse para mí, tanto como yo mismo me hallaba, totalmente paralizado.

    ¡Al fin! el ascensor hizo el amago de cerrarse, pero el hombre intervino a gran velocidad, impidiendo a la puerta cerrarse y haciéndola retroceder. El hombre entró en el ascensor y pulsó un botón al azar, mientras, me miraba como aprobando su propia decisión, se alegraba de haberme perseguido, lo veía en su mirada.

    Me tiré al suelo del ascensor, arrinconándome en la esquina derecha del mismo, levanté las rodillas hasta poder esconder mi cabeza entre ellas, mientras, con mis brazos, las rodeaba sujetándolas. No había pasado tanto miedo en toda mi vida, seguía paralizado, se manifestaron en mí, deseos de gritar y de llorar, pero el miedo me impedía hacer cualquiera de ellas. ¿Por qué no se me ocurrió si quiera intentar salir de aquel ascensor? Tarde, el ascensor se cerró al mismo tiempo que mi corazón estallaba, ni siquiera entiendo aún como podía seguir latiendo a aquellas velocidades.

    El hombre detuvo el ascensor a mitad de camino. Jamás entendí ese botón ¿Cuál es la utilidad de que un ascensor permita ser detenido antes de llegar a un piso? ¿Para qué nadie iba a recurrir a ese botón? Seguramente fue un violador o un asesino el que diseñó aquel ascensor con aquel maldito y estúpido botón.

    El hombre se quitó la chaqueta marrón de cuero y la dejó caer, se agachó hasta quedar a mi altura y me susurró "dulces palabras":


    -Hombre: Tranquilo joven, no vengo a hacerte daño, vengo a descubrirte un mundo nuevo, a hacerte disfrutar -Dijo sin perder la sonrisa-.


    Me ahogaba, el aire dejaba de entrar en mis pulmones, la presión era excesiva en mi cabeza. Tenía miedo, pavor, terror, no sabía que iba a suceder conmigo, pero sabía que no iba a disfrutar una mierda.

    El hombre se incorporó y se quitó el cinturón que sujetaba sus vaqueros, lo dejó caer, desabrochó sin perderme la mirada sus pantalones y se los bajó hasta la altura de los tobillos. Calzones rojos como la sangre y un bulto en medio más grande de lo habitual. En unos instantes se iba a deshacer de ellos, después me desnudaría a mí y me violaría, lo ví perfectamente claro en mi cabeza.

    Perdí el pavor y el terror, tenía miedo, pero ya no estaba paralizado. Mis ojos cambiaron de expresión, cambio que el hombre notó. Sentí la duda surgir en él y aprovechando la ocasión, me levanté rápidamente y le empujé. No conseguí gran cosa, pero me dió tiempo a pulsar el botón de stop, al segundo toque ponía en marcha el ascensor. Me quedé en medio del botón para que mi agresor no pudiera presionarlo, para él fue fácil deshacerse de mí, me agarró de la melena y me golpeó dos veces contra la botonera del ascensor. El ascensor se resintió y se zarandeó un par de veces, haciéndonos caer tanto a mí como al agresor.

    Rápidamente el hombre se levantó, yo me encontraba aturdido, aquellos dos golpes en la cabeza, me habían causado un leve traumatismo. Para evitar que el hombre diese al botón de nuevo le agarré de una pierna y tiré de ella. No tenía suficiente fuerza como para lograr nada contra él, pero por una vez la suerte se puso de mi lado. Mi agresor estaba muy nervioso, seguramente temía que el ascensor llegara a "tierra", al tirar de su pierna, resbaló y se golpeó contra la pared del ascensor, aportándome unos pocos segundos de ventaja. Me puse a gritar:


    -TK: ¡AYUDA! ¡SOCORRO! ¡AAAAAHHHH!


    El hombre se tumbó encima mía y me hizo callar poniendo su mano en mi boca ejerciendo mucha fuerza, estuvo cerca de dislocarme la mandíbula. Conseguí lo que me proponía, que el agresor se centrase en mis gritos olvidándose del ascensor. El ascensor se abrió ¡Al fin! Sentí como si respirara por primera vez después de mucho tiempo sumergido en un océano tormentoso. El hombre miró hacia fuera dejando de presionar mi mándibula.


    -Joven: ¿¡Qué cojones haces con el niño!?
    -Mujer: ¡Rápido! Ayudádle
    -Anciano: Te vas a enterar asqueroso
    -Mujer: Dale con el martillo, dale, para que aprenda.


    Dos varones, uno de mediana edad y otro de tercera edad que portaba un martillo en su mano derecha, separaron al intimidado agresor de mí. El hombre intentó escapar pero el varón de mediana edad le agarró, dejándole indefenso.


    -Mujer: Ven aquí chico, corre -Sugirió la anciana, venía a rescatarme junto a los varones que se ocupaban del agresor-.


    Mientras el varón joven sostenía al agresor, el anciano golpeó con el martillo el escroto del hombre, que se desmayó casi al instante, tras chillar de forma muy aguda.


    -Anciano: Así aprenderás a mantener la polla dentro de los calzoncillos ¡Degenerado! -Dijo con media sonrisa deslizandose por su mejilla-.
    -???: ¡TK! ¡TK! -Se escuchó a lo lejos-.


    Se trataba de Matt, mi hermano, que descendía a toda prisa las escaleras para reunirse conmigo.


    -Matt: TK, hermano ¡Dios! ¿Qué ha pasado, estás bien? -Preguntó y preguntó mientras me examinaba por completo de arriba a abajo-.
    -TK: Estoy bien, Matt -Respondí con debilidad-.


    Tras comprobar que tenía un par de golpetazos no muy graves se levantó completamente airado y se acercó a los varones que habían dejado K.O. a mi agresor.


    -Matt: ¿Qué es lo que ha pasado, quién es ese?
    -Anciano: Mejor llama a tus padres y encárgate del niño, no te conviene saber lo que ha pasado.
    -Matt: ¡DÍMELO! -Gritó amenazante-.
    -Joven: El chico tiene derecho a saberlo -Concedió el más joven-.


    Le contaron lo que escucharon y lo que vieron, yo estaba en shock y a penas podía recordar bien lo que había pasado en aquel instante, aunque acabase de ocurrir.

    Matt pateó al hombre que me intentó violar, le escupió, maldijo su existencia y se echó a llorar, pidiéndome perdón por haberme dejado sólo, se culpó y se cargó la responsabilidad de aquel intento de violación.

    Ese instante, me obligó a madurar y a ver la vida de una forma muy diferente, ese instante, dió vida a un nuevo Matt, que desde aquel día, nunca dejó de sobreprotegerme.

    El violador terminó en prisión, con una condena de 17 años y el escroto rebentado e inservible. Matt aseguró que se encargaría de él en cuanto saliese de la cárcel, aunque no habla de ello, sé que aún piensa en él y en ese instante.


    FIN FLASHBACK





    Nos escontrábamos, Matt, Izzy y yo en un banco alejado de todo el mundo, situado en mitad de una arboleda de gran tamaño y algo extensa. Jamás entendí que pintaba ese banco huérfano en esa despoblada zona, no tenía mucho sentido, pero desde luego resultaba útil para tener intimidad.

    Nos acomodamos en el banco, quedando Matt en el medio, yo a su derecha e Izzy a su izquierda. Matt y yo llevábamos un helado para ambos que lamíamos en rara ocasión.


    -Matt: Bien Izzy, creo que ya puedes hablar ¿No? -Preguntó señalando el lugar, vacío de bullicio y vida humana-.
    -Izzy: Es un buen sitio, sí -Afirmó sin perder detalle del lugar- ¿Me perdí mucho? Tai me dijo que hubo problemas con Sora.
    -Matt: Así fue, Sora nos juzgó a todos de egoístas y de dañinos para Davis. -Explicó Matt con calma-.
    -Izzy: Sora debe de sentirse desplazada, ya sabéis que le gusta llamar la atención y ayudar, esos dos conceptos, la definen de maravilla.
    -TK: Supongo que al no poder ayudar, se habrá venido abajo... y como siempre nos preocupamos por Davis y nunca preguntamos por ella... -Suspiré hondo-, no se puede estar pendiente de todo el mundo y no existe ninguna escusa para su comportamiento.
    -Matt: No, no hay escusa, pero también debemos de entender como se siente Sora, ¿Acaso ella no se dió cuenta de lo que sentías, de cuáles eran tus sentimientos, TK?
    -TK: Sí -Agaché la cabeza, desde luego no podía decir que no, aunque aún me doliesen las palabras de Sora. Me empecé a sentir algo melancólico-.
    -Izzy: Bueno, creo que ya va siendo hora de contaros la razón de mi visita -Añadió cambiando de tema-.
    -Matt: Pues sí que te haces de rogar Izzy.
    -Izzy: Lo sé y me encanta -Confesó con gran entusiasmo-. TK, se trata de tí.


    Un cristal se hacía pedazos y en pedazos se quedaban mis pensamientos. De nuevo, me volvía a sentir confuso, venía para verme a mí, para hablar conmigo de algo importante ¿De qué podía tratarse? El corazón se me aceleraba, notaba los pálpitos en mi pecho y resonaban en mi cabeza. Algo importante, algo importante... En mi cabeza se me repetían continuamente esas mismas palabras.


    -Matt: TK, ¿Estás bien? parece que te acaben de dar la noticia del siglo -Dió un chasquido con los dedos-, vuelve en tí, TK.
    -TK: No, no es nada, estoy bien, no me lo esperaba eso es todo -Sonreí con falsedad y volví mi mirada hacia Izzy esperando respuestas-.
    -Izzy: Probablemente esto te resulte menos esperado aún -Se paró y pareció felicitarse por lo que estaba a punto de decir-, todo esto, tiene que ver con Davis...



    FIN DEL CAPÍTULO 3





    Espero que les haya gustado y que no me odien por dejarlo así. Muy pronto, el siguiente capítulo.
    Agradezco los comentarios ;)
     
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15 replies since 31/8/2014, 07:14   547 views
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