El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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  1. exerodri
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    Yaoizando
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    Holaaa ¿como estan? !espero que de maravillas!. tercer domingo consecutivo que actualizo. Por ahora vamos bien, jeje. les dejo el tercer capitulo de mi historia, donde los chicos parten al viaje. espero que les guste. Muchas gracias a los que comentan y a los que leen en silencio. lo se por que yo era uno de esos XD jajaja

    En este capitulo me atreví a introducir algo de mi cultura musical, el tema se llama "juegos de seduccion" de Soda Stereo. los invito a escucharla, si no la conocen. si les gusta el rock de seguro les gustara.

    Muchas gracias por los comentarios!!!
    *Sasarai-san me dio mucha gracia lo de "la necesitooo!" jajaja me alegro que te guste la historia!





    Capitulo 3: La Partida



    Punto de vista de T.K

    Al fin había llegado el miércoles. Durante las clases nos explicaron cómo nos organizaríamos para partir al campamento. Eran las 7 P.M, faltaba una hora para que nos encontráramos en la escuela para partir. Llamé a Kari para preguntarle porque no había ido a la escuela ese día y no contestaba mis mensajes. Algo extraño en ella.

    -¿Hola?- reconocí esa voz

    -Hola ¿Tai? Habla T.K ¿Cómo estás?

    -Hola T.K, todo bien, ¿a qué se debe el honor?

    - Solo quería hablar con Kari y preguntarle porque no fue a la escuela.

    -¿nadie te dijo? Kari hoy despertó muy enferma, con fiebre, mocos y todo el kit completo. No podrá ir al viaje con nosotros. ¿Quieres que la despierte así hable contigo?

    -Ahh no, no, déjala pobre. Ella era la que estaba más entusiasmada por este viaje- suspiré- Nos vemos allí entonces.

    -Ok, nos estamos viendo.

    Saber que Kari estaba enferma y que no nos acompañaría en el viaje fue una noticia horrible. Pero no había nada que pudiera hacer. Con tristeza tomé mi bolso y me dirigí a la escuela.

    -----------------------*-------------------



    Me fui encontrando uno a uno con mis compañeros y amigos. Ya estaban ahí Tai, Davis, Izzy, Ken y mi hermano, conversando de las típicas tonterías de las que solían conversar.

    -Hola chicos- saludé al grupo en general- ¿Dónde están Joe y Mimí?- agregué al notar sus ausencias.

    -Joe no vendrá ya que él es del 6° y los de ese curso no viajan ¿recuerdas? - me contestó Izzy- y Mimí ehh… - el pelirrojo no pudo terminar la oración por lo gritos que lo irrumpieron de repente.

    Solo bastó levantar un poco la mirada para ver como una montaña de valijas era arrastrada por un joven, guiado por Mimí, que lo único que hacía era regañarlo por cualquier cosa.

    -¡Ten mucho cuidado con esa valija rosa! Ahí llevo mi colección de zapatos, y cuidado con la roja también, es más cara que tu casa, y no te atrevas a… ¡Hola chicos! Qué bien se ven ¿Están listos para pasarla bien?- preguntó la castaña sacándose los anteojos de sol al vernos.

    -Hola Mimí- contestó Davis primero que todos- wow ¿Por qué tantas valijas? Si nos vamos una semana, no un mes.

    -¿De qué hablas? Solo llevo lo justo y necesario, como ser las lociones, el bronceador, los vestidos de seda, la colección de sombreros…

    Mientras Mimí seguía con su lista de artículos “súper-necesarios” vi como mi hermano caminó hacía una alicaída Sora, que se acercaba lentamente. Me sorprendí al ver que no traía ninguna valija o bolso consigo.

    -Sora ¿Por qué estás tan triste? ¿Y tu valija?- preguntó mi hermano.

    -Matt… no podré ir con ustedes- contestó Sora, mirando el piso.

    -¿Qué? Pero… ¿Por qué?

    -Mi mamá quiere que vaya a lo de mi abuela para cuidarla, está muy enferma. Quiere que vaya aprovechando que esta semana que no tendré clases. La escuela nos devolverá el dinero que pagamos.

    -Pero… ¿Por qué no me lo dijiste antes?- le recriminó Matt enojado.

    -Quise hacerlo ayer en la salida del cine pero…- Sora parecía quebrarse poco a poco.

    -Está bien, no llores… me quedaré contigo.

    -No seas tonto, no es necesario.

    -No, me quedaré contigo, al diablo este viaje.

    -No Matt, está bien, en serio. Ve y disfruta, luego me cuentas como fue todo, con lujos de detalles- Sora esbozó una de las sonrisas más tristes que vi en mi vida, aunque sincera.

    Luego de insistirle varias veces más, Matt decidió aceptar a regañadientes el pedido de su novia. Todos la abrazamos y nos despedimos de la peli-naranja. Me sentía mal por ella. Primero Kari, luego Sora.

    Mi hermano fue el último, quien le dio un beso en los labios antes de que ella se fuese.

    Punto de vista de Tai.

    ¿Por qué? ¿Por qué sentí alegría cuando Sora dijo que no vendría con nosotros al viaje? ¿Qué clase de amigo era? Siempre había querido lo mejor para Matt y Sora, por eso no entendía aquellos sentimientos de felicidad.

    Bueno, seré honesto... la primera semana que estuvieron juntos yo no los quería ni ver. Sentía un profundo rechazo a la idea de ellos dos como pareja hasta que un día…

    Flashback

    -¡Tai espera!- escuché la voz de mi mejor amigo llamándome, pero hice de cuenta que no había escuchado nada- ¡Tai!- seguí ignorándolo mientras continuaba caminando por la cera de vuelta a mi casa.

    Una mano me agarró del hombro y me obligó a dar media vuelta.

    -¡¿Pero qué demonios te pasa?!- su rostro reflejaba mucha ira, me asusté un poco- ¿¡por qué me estas ignorando así?! ¡¿Qué te hice?!!

    -Pff como si te importara- contesté mirando hacia otro lado.

    -¡Contéstame!- me gritó agarrándome de ambos hombros, noté como sus ojos estaban enrojecidos como si estuvieran a punto de llorar. Eso fue un golpe bajo, ya que no me lo esperaba.

    -Yo ehh… - no pude continuar, me quedé mirando esos ojos azules que denotaban dolor.

    -¿Es que todavía sientes cosas por Sora?-me preguntó Matt zarandeándome- ¡pensé que habías sido sincero conmigo cuando me dijiste que no era así!, ¡te dije que me alejaría de ella si tu quisieras!

    -¡Claro que no!- salí de mi trance- eso es parte del pasado- y estaba seguro que era así.
    Alguna vez de niños había sentido una fuerte atracción por Sora, pero eso estaba completamente superado para mí, no tenía dudas.

    -¡¿Entonces?!- me gritó apoyándome contra el paredón- no creo haber hecho nada malo para merecer tu indiferencia- dijo mirando el suelo.

    ¡¿Pero que le estaba haciendo?!

    -Matt... yo… ehh- no me salían las palabras, no había palabras para decir, en realidad no tenia explicación para mi comportamiento. Había actuado sin pensar.

    Los había estado evitando a él y a Sora durante una semana y no tenía una razón ni para mí mismo. ¿Qué clase de idiota hace eso? No podía creer el mal que les había hecho a mis dos mejores amigos, totalmente injustificado. Sentí como si una catarata de sentimientos culpabilizadores caía sobre mí de repente.

    - ¡Lo siento mucho!- grité cerrando los ojos, rompiendo en llanto.

    No aguantaba más, no podía seguir haciéndome el fuerte ni mucho menos el enojado en ese momento. Matt me miró asombrado, evidentemente no esperaba esa reacción mía. Hace muchos años que no me veía llorar.
    -Tai…

    - … no digas nada. Es todo culpa mía- iba diciendo las palabras como podía, mi garganta estaba hecha un nudo, en tan solo unos segundos me había quebrado completamente. Como si algo en mi se hubiera roto y dejó fluir todos esos sentimientos de golpe.

    -Por favor discúlpenme, no sé que me pasó, pero sé que estuve mal- dije entre llantos, para después lanzarme sobre él y abrazarlo.

    No podía controlar mi cuerpo, como tampoco mis ojos que parecían dos grifos abiertos. El rubio sin decir nada me rodeó con sus brazos, quedándonos así hasta que pude recuperarme.

    Fin de Flashback

    Recordando ese día, me di cuenta la suerte que tuvimos que nadie pasara por esa calle en ese momento, hubiera sido muy vergonzoso. Le hice prometer a Matt que no contara nada a nadie, ni siquiera a T.K o a Sora. Con ella me disculpé también, aunque tampoco le di una explicación. Solo las aceptó, contenta de que todo volviera a estar bien entre nosotros.
    ¿Qué era lo que me estaba pasando? ¿Hasta cuándo duraría?

    En lo que estaba metido en mis pensamientos, vi como se acercaba nuestro medio de transporte: un colectivo de de larga distancia, de dos pisos. Todos nos quedamos un poco boquiabiertos ya que nunca pensamos que nuestra escuela fuese capaz alquilar algo así.

    -¡Muy bien, estamos a punto de partir!- gritó el director con esa vos ronca de siempre, percudida por los habanos que siempre fumaba escondido en su oficina- júntense para que Kevin tome asistencia y vayan subiendo… ¡Kevin! ¡Kevin! ¡¿Dónde estás inútil?!

    A todos nos divertía como aquel ogro trataba al joven preceptor. El director siempre había tenido mal genio. Para ser un tipo bajo en estatura tenía un carácter que daba miedo.

    -¡Aquí estoy señor!- gritó el joven con un monto de papeles desorganizados en sus manos, apareciendo en medio de la muchedumbre de alumnos y padres.

    -¡Date prisa tonto! Que ya estamos atrasados-dijo el viejo metiéndose en el colectivo.

    Sinceramente me sorprendía que el director viniera con nosotros, no parecía del tipo de personas que les gustase viajar. Más bien parecía de esos que salían a comer a un bar y se quejaban de hasta el color de los cubiertos.

    Mientras el cielo se oscurecía, fuimos subiendo uno a uno al micro, conforme Kevin nos nombraba por nuestro apellido, por orden alfabético y de curso. Primero entraron los 3°s, donde estaban Davis, Ken y T.K. Luego los 4°s, donde cursan Mimí e Izzy y por ultimo pero no menos importantes los 5°s donde estábamos Matt y yo.

    El interior del colectivo era bastante atractivo. El piso de arriba tenia los asientos forrados con esa tela bien suave que no sé cómo se llama. Había televisores de esos bien chatitos que colgaban del techo cada 3 o 4 hilera de asientos. Incluso, había un par de plays-stations por las cuales los muchachos se tiraron de cabeza a agarrar los controles. En el piso de abajo, solo había espacio para 10 personas, ya que el resto del largo del colectivo era ocupado por la cabina de los choferes y por el espacio donde iban las maletas. Cuando el micro se empezó a mover, todos miramos por la ventana, saludando a los padres que estaban ahí moviendo los brazos despidiéndonos.

    La noche cayó rápidamente, así que los choferes prendieron las luces del interior del vehículo para que no estuviéramos a oscuras. Prontamente dejamos de ver el paisaje conocido de la ciudad para seguir por la carretera estatal.

    Los primeros momentos arriba del colectivo fueron un solo descontrol, con los chicos jugando, gritando y moviéndose de la emoción. La única autoridad en el piso de arriba del vehiculo era Kevin. Un desastre total. El director y los profesores se olvidaron de todos nosotros, viajando en la cabina con los choferes, dejando al pobre del preceptor solo con el cuidado de aproximadamente 100 chicos de entre 14 a 16 años. Más que autoridad de una escuela estaba de niñero. Pobre imbécil jeje.

    Con el paso de la primera hora los ánimos se fueron calmando. Pasaban una película por los televisores que nadie veía, el audio era horrible.
    Uno de los compañeros de Izzy había llevado una guitarra y como toda la escuela sabía que Matt era el líder y cantante de una banda, todos le pidieron que interpretara una canción.

    -Vamos Matt, toca algo por favor- le suplicaba una de las chicas haciéndole ojitos al rubio- cantas muy lindo.
    Matt tartamudeó un poco sonrojado:

    - La verdad que no se es que ehhh… -

    Al igual que T.K, a Matt nunca le gustó que lo halaguen. Eran iguales en ese aspecto.

    -Vamos Matt, no te hagas el de rogar y toca una canción- le dije parándome y poniendo la guitarra en sus manos.

    -Bueno, si no me queda otra- dijo devolviéndome la guitarra, eso me sorprendió- pero tu tocarás mientras yo canto, no es justo que haga todo el trabajo yo solo.

    -¿Qué? ¿Estás loco? No estoy listo para tocar al frente de tanta gente- susurré a su oído.

    -Claro que sí ¿Después de tantos años siendo un caradura ahora te viene a picar el bichito de la vergüenza? Eso es imposible- dijo dejándome con la guitarra y apartándose de mí como si la decisión ya estuviera tomada.

    - Bueno a ver…una que sepamos todos mmm ¿Les parece una de Soda Stereo?- preguntó Matt a la muchedumbre que estaba a nuestro alrededor, obteniendo un “¡Sí!” generalizado.

    -Bien, Tai…“Juegos de seducción” la hemos practicado ¿te acuerdas?

    -Em sí, creo que si- dije no muy seguro.

    -Vamos tu puedes- me dijo mirándome a los ojos y sonriendo.

    Debía ser una de las pocas personas a las que Matt sonreía de esa forma tan amigable. Nunca le gustó ser muy expresivo con sus emociones. Que me sonriera así de esa forma me hizo sentir raro. De alguna forma supe que no podía decirle que no. Me puse en posición, dispuesto a empezar con la canción.

    - Uno, dos, tres ¡va!- gritó el blondo mientras yo tocaba los primeros acordes del tema.
    Matt empezó con su voz privilegiada:

    “Voy a ser tu mayordomo
    Y vos harás el rol de señora bien
    O puedo ser tu violador
    La imaginación
    Esta noche todo lo puede

    Te llevaré hasta el extremo
    Te llevaré HE! HE! HE!”



    En la parte donde decía He He He todos cantaron con nosotros, incluso vi como Kevin se sumó al coro. Parecía un alumno más.

    Me costaba mucho estar concentrado y no perderme con el ritmo o las notas, pero hacia lo mejor que podía, mientras veía como Matt cantaba con todo su energía puesta en ello.

    “Abrázame,
    este es el juego de seducción”



    Las chicas obviamente se derretían viendo y escuchando al rubio cantar. Gritaban como poseídas. Me aguanté las ganas de reír al ver como Matt se ponía cada vez más y más rojo con las cosas que le gritaban.
    Y así tocamos toda la canción. Me equivoqué en varias oportunidades pero al parecer nadie lo había notado. Nos aplaudieron y pidieron que hiciéramos otra. Como mi repertorio (si es que se le podía llamar así) era muy limitado, le entregué la guitarra a Matt para que siguiera solo.

    La noche estaba oscurísima, no se veía nada por las ventanas, ni siquiera las estrellas en el cielo. Pasaron las primeras dos horas del viaje, nos dieron una cena en una bandeja, bastante fea por cierto, y después nos entregaron una frazada a cada uno para taparnos durante la noche. Llegado momento, el chofer desde su cabina apagó las luces y los chicos lentamente se fueron durmiendo. Todos menos yo ¿Cómo poder dormir en una posición tan incomoda? A pesar que el asiento se inclinaba un poco hacía atrás, no había forma de encontrar una posición que me permitiese descansar.

    Decidí levantarme y caminar un poco, a lo mejor encontraba a alguien despierto para conversar. Pero no había nadie. Se hubiera podido escuchar el vuelo de una mosca en aquella quietud. Caminé en silencio envuelto en mi frazada. Avancé por el pasillo y vi a Davis dormir con el mando de la consola de videojuegos en la mano, compartiendo la frazada con un compañero suyo. Me reí de la imagen, pero luego pensé "¿Qué hacía Davis allí?" Se suponía que compartiría la frazada con T.K. Al rubio no lo veía por allí.

    Al seguir caminando, vi varias parejitas durmiendo abrazados y sonrientes. Como no había frazadas para cada uno, no habían pedido que comportáramos si era posible.

    “Soy el único que está solo” pensé en un suspiro. Hasta Izzy dormía acompañado de Mimí bajo la misa manta. Cualquiera hubiese pensado que eran novios.

    Llegando a la escalinata que conectaba los dos pisos del colectivo, que estaba en la parte frontal del vehículo, lo vi. Envuelto en su manta como si fuese un tamal, Matt dormía profundamente. A pesar de la oscuridad, pude ver que dormía con el seño fruncido ¿Estaría soñando? ¿O acaso el enojo por no estar con Sora le perseguía hasta en dormido? Seguramente era eso último. Y yo me había alegrado al saber que la peli naranja no viniera. Al recordar eso sentí asco de mi mismo de nuevo.

    Bajé por la escalinata sin hacer ruido. Tenía la esperanza que alguien estuviese despierto y me pudiera acompañar en mi insomnio de carretera. Cualquiera me hubiese servido de compañía, incluso si Kevin era el único despierto. Pero al bajar vi la misma escena que arriba. El director, los 2 profesores que nos acompañaban, Kevin y algunos alumnos más, todos dormidos. Me desilusioné.

    Era lógico ¿Quien iba a estar despierto a esa hora, Tai idiota? Resignado a pasar la noche despierto, sentado en mi asiento en silencio, me dispuse a subir de nuevo.

    Pero antes de hacerlo, en un último vistazo, algo llamó mi atención. En la última fila de asientos, alguien estaba durmiendo solo y desabrigado. Al acercarme me di cuenta que era T.K, dormía hecho una pelotita por el frio. A pesar que era de noche, el aire acondicionado seguía prendido a full. Algo lógico teniendo en cuenta que el colectivo estaba lleno de adolecentes con todas las hormonas alborotadas. Solo Dios sabía qué tipo de olores hubiésemos sentido si el aire se apagaba.

    Me pregunté porque no había subido arriba para buscar a Davis, con quien compartiría la cobija, u otra persona que quiera hacerlo. Todas las chicas se hubieran peleado por dormir abrazadas con el blondo ojiazul. Sin nada más que hacer, decidí quedarme allí con él. Al sentarme a su lado me di cuenta que los asientos abajo era mucho más blandos y cómodos…con razón el menor se había quedado allí, yo hubiese hecho lo mismo.

    Me le acerqué e hice que mi frazada nos tapara a los dos. Al tocarle la mano me di cuenta que estaba helado. Si yo no hubiese llegado, de seguro el rubito se enfermaba. Después de unos minutos el calor había vuelto a su cuerpo. Al esperar a que me llegase el sueño, observaba como TK dormía.

    No sé porqué, pero al ver el rubio dormir me quedé así como... hipnotizado. Era tan parecido a Matt a su edad. Vi cada detalle del menor: su boca, su nariz, su cabello ligeramente revoltoso. Como un impulso que aparece de repente y sin previo aviso, acaricié la mejilla del rubio con suavidad. Luego, jugué con su cabello intentando hacerle rulos con mis dedos, pero era muy sedoso y lacio así que los rulos no se formaban. Al darme cuenta de lo que estaba haciendo me detuve, algo desconcertado. Eso se había puesto raro ¿Por qué no podía dejar de mirarlo y tocarlo? De repente, sentí miedo de que alguien me hubiese visto.

    Al fijarme a mi alrededor, completamente avergonzado, me di cuenta que todos dormían. Al lado del pasillo, que separaba las dos filas de asientos, Ken dormía compartiendo la frazada con una chica. Para mi suerte parecía estar profundamente dormido. Sintiéndome raro por lo que acababa de hacer con T.K, me enfoqué en dormirme. Al día siguiente llegaríamos al campamento y no quería estar cansado.

    ------------------------------------*---------------------------------------



    -Ahhh que bien dormí- dije mientras bostezaba al despertarme.

    Fue extraño despertarse y sentir el movimiento del colectivo. La luz del día entraba por la ventana. Al ver hacía el exterior me di cuenta que el cielo estaba nublado. No sabía qué hora era, aparentemente había sido uno de los primeros en levantarme, por más extraño que fuese. Todos seguían durmiendo. Intenté ver la hora en mi celular pero algo me sorprendió.

    -¿Pero qué…? – pregunté confundido, todavía adormecido.

    Había algo que me impedía moverme. Entonces me di cuenta: el blondo menor me abrazaba apoyando su cabeza en mi pecho, durmiendo al parecer bastante cómodo.

    “Dios esto es embarazoso, si alguien nos ve podría pensar mal” pensé mientras sentía como se me calentaba el rostro.

    ¿Qué debía hacer? ¿Despertarlo? ¿Intentar moverlo suavemente para apartarlo de mí y tratar de no despertarlo? No, no podía interrumpirle el sueño, el rubio parecía estar sonriendo dormido.

    Algo me impedía poder molestarlo. Sin darme cuenta sonreí. Sentía todo el cuerpo del rubio sobre el mío. Lentamente, la vergüenza se fue transformando en un extraño regocijo. Logré liberar un brazo sin despertarlo y acaricié su cabello como lo había a la noche.

    “Parece un ángel”.

    De repente, aparté la mano a la vez que mis ojos se abrían como dos platos. Se estaba despertando ¿Qué tendría que hacer? ¿Cómo le explicaba aquella situación?

    -Ya sé, me haré el dormido, que lo “solucione” él- me dije mentalmente mientras cerraba mis ojos- Tai, eres un genio.

    Punto de vista de T.K

    ¡Qué pereza sentí al despertarme! No quería levantarme nunca, estaba tan cómodo.

    "¡Un momento! ¿Sobre qué o mejor dicho sobre quien estoy durmiendo?" Pensé aun acurrucado y somnoliento sobre una almohada que no recordaba haber tenido anoche.

    ¡Era Tai! ¿En qué momento había llegado él ahí? ¿Por qué estaba abrazándolo? No quería pasar otro momento embarazoso con él, con lo del sábado ya era suficiente. Al separarme de él, sin querer lo moví un poco, lo suficiente para despertarlo. El castaño abrió los ojos con mucho esfuerzo e hizo un bostezo colosal.

    -Se despertó el bello durmiente- dijo revolviéndome el cabello con una mano y refregándose los ojos con la otra- ¿Cómo dormiste? Espero que bien.

    -¿Ah? Ahh si, si, bien, gracias por preguntar- le contesté un poco lento, todavía estaba medio dormido- oye Tai ¿Dónde está Davis? Se suponía que dormiría con él.

    -Está durmiendo arriba, al bajar te vi muriéndote de frio y decidí compartir mi frazada contigo- de repente, el moreno cambió su mirada de dormido a una de enojo- ¡Eres un tonto! ¿Cómo te vas a dormir así, tan desabrigado y con
    este frio ¡Te pudiste enfermar muy feo! después Matt nos mataría a todos por no cuidar de ti.

    - Ya, ya, no exageres, te pareces a él preocupándote tanto por cosas tan pequeñas- le dije- no fue mi intención, Davis me dijo que ya volvería pronto y me puse a esperarlo, pero al parecer el sueño me venció antes de que él volviera.

    -Mmm menos mal que bajé para abajo, sino te iba a agarrar hipotermia o algo así- dijo revolviéndome el pelo de nuevo, como odiaba que la gente hiciera eso ¿que tenía mi pelo que todos lo vivían tocando?

    - Si serás tonto, no bajarías para arriba ¿No?- le dije sonriendo, ¿cómo podía ser de 5° año y hablar tan mal?

    -Para colmo que te salvo la vida ¿Te atreves a corregirme? ¿Dónde quedó el respeto?- dijo subiéndose sobre mí para empezar a hacerme cosquillas en el estomago y las costillas.

    - ¡Basta! jajajaja ¡No por favor! jajaja Sabes que jajajaja soy muy sensible a eso jajajaja ¡No!- le supliqué entre risas y lagrimas tratando de controlarme para no despertar a todo el colectivo.

    No era muy sensible a las cosquillas, era extremadamente sensible. Bastaba con que me rozasen el estomago para desatar una risa involuntaria e incontrolable.

    - Basta te lo suplico jajajaja ¡Haré lo que sea!

    -No hasta que me pidas perdón- me dijo mientras seguía con su tortura. No podía zafar de sus garras por más que intentara.

    - Perdón jajaja ¡perdón!

    - No hasta que digas que soy el más inteligente y sexy- dijo con una sonrisa, sabía que me tenía a su merced, maldito Tai.

    -jajaja eres el más jajaaja… inteligente jaja… sexy… jaja ¡y guapo!

    - No había dicho que me digas guapo, pero gracias de todas formas- dijo sonriéndome y cerrando los ojos, mientras seguía haciéndome cosquillas. Era verdad, no me lo había pedido ¿Por qué lo dije entonces?

    -jajaja dijiste que me… jajaja soltarías- ya no podía más, me faltaba el aire.

    -mmm ya veré si tengo ganas de soltarte- me dijo sonriente, incrementando la velocidad de sus manos en mis puntos débiles.

    -ahh chicos, por favor, es muy temprano, vayan a tocarse al baño ¿sí?- dijo Ken del otro lado del pasillo que separaban los pares de asientos, mientras se acurrucaba con su frazada.

    Ese comentario evidentemente puso nerviosos a Tai, que dejó de torturarme con sus cosquillas, sentándose de nuevo en su asiento…no sin darme antes un golpe en mi pecho. Yo se lo devolví. Lentamente, el resto de los pasajeros se
    fueron despertando uno a uno.

    Kevin fue uno de los primeros en despertarse. Después de desperezarse y peinarse con las manos, subió las escaleras para ver como se estaban comportando los chicos que viajaban en el piso superior. Por el silencio que había, se notaba que todavía la mayoría seguía durmiendo. Lo único que se escuchaba era los ronquidos del director, quien dormía con toda la boca abierta, babeándose gran parte de su camisa. Uno de los choferes se le acercó y lo movió suavemente, quizás con un poco de miedo.

    A pesar de la delicadeza que tuvo el chofer, el director se despertó exaltado, tirando golpes al aire y gritando cosas incoherentes. Todos los estudiantes reímos.

    -Jaja viejo loco- dijo Tai susurrando. Me asusté al creer que el director lo había escuchado, pero no fue así por suerte. Se lo hubiese hecho pagar al moreno, estaba seguro.

    Luego de susurrarle algo al oído a nuestro director, el chofer volvió a su lugar de trabajo, desapareciendo detrás de la cortina que separaba la cabina del resto del colectivo. Después de eso el mandamás de la escuela se paró en medio del pasillo.

    -¡Gente a despertar!- gritó mientras se desperezaba en frente de todos- haremos una parada para desayunar en la próxima gasolinera. Solo quedan un par de horas más de viaje. Mientras nosotros desayunamos, los choferes harán una revisación técnica del colectivo. ¡No quiero que nadie se separe!- luego, subió las escaleras para comunicar la noticia arriba.

    Con Tai pasábamos el tiempo jugando a un juego que él tenía en su celular y conversando con Ken, quien ya estaba despierto. De vez en cuando mirábamos el paisaje de afuera, había bosques a ambos lados de la carretera. Con aquel día gris, parecían los bosques de la película “The Blair Witch Project”. Tai nos contó, a Ken y a mí, historias de miedo que según él habían ocurrido en bosques parecidos. Estaba seguro que las acababa de inventar con tal de intentar asustarnos. Recordaba como de niños nos aterrorizaba a Kari, Davis y a mí con sus historias. Pero ya estaba grande y no me asustaba tan fácilmente con sus cuentos, aunque… reconocí que no me gustaría estar solo en aquellos bosques.

    Después de un rato llegamos a la gasolinera que el director había dicho. Primero descendimos del ómnibus los que estábamos en el piso de abajo. Una vez afuera, con Tai y Ken esperamos a que salieran nuestros amigos que viajaban en el piso de arriba, para entrar a desayunar juntos al bar de la estación. Mientras los 3 veíamos como salían todos los chicos uno a uno, esperando a que aparecieran nuestros amigos, vi que bajó cierta rubia la cual al verme se me acercó sonriente y dijo:

    -Hola T.K ¿Cómo dormiste?

    -Hola Mara. Bien, bien, gracias por preguntar- me reservé el detalle que había dormido abrazado a Tai. Supuse que era mejor evitar esa parte.

    -¿Sabes? tuve un sueño muy peculiar anoche ¿Quieres que te cuente?

    -Bueno, adelante- dije sonriendo aunque en realidad no me interesaba, había dicho que sí solo para no ser descortés.

    -Soñé que estaba secuestrada en una torre, y tu venias en un caballo blanco a rescatarme, parecías todo un caballero- dijo sonrojada mirando al suelo- que curioso ¿No?

    -Ahh si, bastante jejeje- lo que acababa de escuchar me había avergonzado mucho, no sabía que responder, ¿un simple “gracias” era suficiente?- que suerte tienes, yo no pude soñar nada jaja- dije sabiendo que era lo más estúpido que había dicho en mucho tiempo, no se me ocurrió otra contestación.

    Se rió, no entendí porqué. No había dicho nada gracioso

    - Que pena ¿entramos a desayunar o te quedaras aquí parado durante todo el descanso?

    -Estaba esperando a mis amigos para que entremos juntos ...al parecer se pusieron de acuerdo para bajar al último- dije con un poco de enfado al ver que todavía no bajaban del colectivo- si quieres nos puedes acompañar.

    -Ahh no, no hay problema, la próxima comemos juntos ¿Te parece?- dijo la chica acercándose y peinando mi flequillo con sus dedos.

    No sabía si eran ideas mías, pero estaba demasiado cerca. Involuntariamente tragué saliva con dificultad y abrí y cerré mis manos rápidamente sin que se diera cuenta. Sentí como que todos nos miraban. Debían estar esperando que nos besemos o algo así.

    -Claro, cuando quieras- dije tratando de ocultar mis nervios de tenerla tan cerca.

    Ella sonrió como solía hacer y se alejó para juntarse con sus compañeras.

    Desafortunadamente, Tai y Ken habían estado detrás de mí escuchando todo. Sus caras demostraban que estaban haciendo un esfuerzo gigantesco para no caerse al suelo y llorar de la risa

    - No quiero oír ni una palabra ¡¿Está claro?!- les advertí furioso.

    Ellos asentaron con la cabeza tapándose la boca para no reír. Sabía que no cumplirían esa promesa

    Finalmente nuestros amigos salieron del autobús. Primero Matt e Izzy conversando entre sí, seguidos de Davis y Mimí, quienes parecían que recién se levantaban… toda la vida les costó madrugar a esos dos. Los 7 nos dirigimos al bar de la estación donde ya la mayoría de los chicos esperaban a que les sirvieran su desayuno. Nos sentamos y nos dispusimos a desayunar. Eran de esos típicos desayunos que sirven en las estaciones de servicio* en medio de la ruta, no muy elaborados pero si muy ricos.

    Mientras volvíamos al colectivo para continuar el viaje, Mimí descubrió que al lado de la gasolinera había una tienda de regalos. Conociéndola a nuestra amiga, no nos sorprendió que nos fastidiara para que fueramos siquiera un rato.
    Todos aceptamos de mala gana menos Izzy, quien dijo que si o si debía volver al transporte por no sé qué cuestión.

    -¡Izzy! ¿Podrías venir a avisarnos cuando ya estén por partir?- le gritó Tai al pelirrojo mientras este se alejaba de nosotros para volver al colectivo. Este solo alzó su pulgar en señal de afirmación.

    -No creo que sean tan tontos de dejarnos- dijo Matt mientras entraba a la tienda seguido de una Mimí entusiasmadísima.

    Una vez adentro de la tienda, nos sorprendimos con su tamaño y variedad de cosas. ¿Qué hacía una tienda así en medio de la nada? Era algo ilógico, muy poca gente viajaba por esas carreteras. La tienda tenia de todo, desde revistas y discos musicales, hasta recuerdos y prendas de vestir. La cajera solo nos sonrió a los 6 desde su mostrador mientras nosotros curioseábamos las diferentes cosas que nos ofrecía el local.

    -¡¿Qué se supone que están haciendo aquí?! ¡Vuelvan al autobús de inmediato!- gritó Kevin abriendo la puerta de la tienda. La cajera lo miró como diciendo ¿y a este loco que le pasa?

    - Por favor Kevin, solo estamos viendo regalos para llevar a nuestras casas cuando volvamos- le dijo Mimí haciéndole ojitos al preceptor.

    -Lo siento señorita Tachikawa pero esto está fuera del protocolo del viaje, debemos regresar- dijo Kevin haciéndose el adulto responsable, un papel en el cual siempre nos costó verlo.

    -Por favor preceptor- me sumé a la suplicas- los choferes todavía están haciendo las revisaciones técnicas del colectivo, tenemos tiempo de ver un poco más.

    -Sí, Kevin- dijo Tai desde atrás mío- además un amigo nuestro nos avisará cuando estén por partir. Relájate y disfruta del lugar con nosotros.

    -Mmm bueno, a decir verdad todavía falta 10 minutos para que partamos así que…- el preceptor no completó la frase ya que una revista de motocicletas llamó su atención. La tomó y se puso a leerla. Nos dimos cuenta que al final él era como uno más de nosotros… le gustase o no.

    Todos continuamos paseando por la tienda. Con Davis, en la sección musical, me puse a ver los discos de algunas bandas que nos gustaban a los dos. Aunque eran pocas las veces que coincidíamos en los gustos musicales, disfrutábamos mucho de lo que si compartíamos.

    -¿Cuánto costará este disco?- me preguntó mi amigo buscando alguna etiqueta en el álbum que tenía en sus manos- es un buen regalo para que me perdones por lo dejarte solo anoche- dijo sonriéndome.

    -¿Qué? No pienses en gastar ni un centavo entonces- le dije quitándole el disco de sus manos y poniéndolo de nuevo en el estante - ya te dije que no estoy enojado, así que no es necesario.

    Por algún motivo, el idiota pensaba que me había enojado u ofendido por dejarme solo anoche y librado a mi suerte con el aire acondicionado.

    -Está bien, pero igual quiero demostrarte que lo siento- dijo mirándome fijamente de forma seria, me incomodé un poco- dije que te lo iba a recompensar y así lo haré- agregó con decisión.

    -Bu-bueno si insistes- contesté haciendo girar mis ojos, odiaba recibir regalos cuando sentía que no los merecía- haz lo que quieras.

    Continúe paseando buscando otras cosas que me podrían interesar, y sin darme cuenta llegué a la sección de peluches. Me llamó la atención el ver que Tai y mi hermano estaban allí, en silencio. Matt miraba los osos de peluche con su rostro rojo, seguramente buscando un regalo para Sora. Era evidente que a mi hermano le daba mucha vergüenza que lo vieran interesado en ese tipo de cosas. Me quedé algo alejado de ellos escondido atrás de una de las góndolas para no incomodarlos, pero lo suficientemente cerca para escuchar:

    -Matt- dijo Tai, mientras mi hermano seguía observando los muñecos- quiero que sepas que lamento que tu y Sora no estén juntos esta semana.

    -Da igual- comentó Matt con indiferencia- tú estabas mas entusiasmado que yo con que estemos juntos en este campamento… además solo es una semana, ustedes son muy exagerados- parecía estar concentrado, indeciso de cual peluche elegir, había muchos y muy variados

    -Puede ser, igual te ayudaré a escoger un regalo que demuestre tu amor hacia ella- le dijo Tai con una sonrisa. Desde donde yo estaba, me pareció una sonrisa un poco forzada

    -¡Ahg esto es ridículo!- bramó mi hermano agarrando un peluche al azar para y dirigirse a la caja, Tai solo lo siguió en silencio.

    Desde mi escondite detrás de la góndola ladeé mi cabeza de lado a lado al ver la reacción del cabeza dura de Matt. Nunca le gustó demostrar o hablar mucho sus sentimientos. Era algo que al parecer nunca cambiaría.

    Luego de unos minutos más, llegó momento de irse. Yo no había encontrado nada interesante entre todas las cosas de la tienda. Mientras esperaba a que los chicos pagasen lo que habían decidido comprar, me di cuenta que en la tienda también vendían lentes de sol. Sin nada más que hacer, decidí probarme algunos al frente de un espejo de pie que había a unos metros.

    Revisé modelo por modelo del anaquel, buscando uno especifico, cuando entonces los vi. Por un momento pensé que estaba viendo mal, pero no. Hay estaban. Unos lentes iguales a los de Matt, incluso me animaba a decir que eran mejores

    Siempre había envidado unos lentes para el sol que Matt tenía desde niño. De donde los había sacado, no lo sabía, pero siempre me gustaron. Eran de esos tipos de lentes bastante elegantes, que solían usar los policías en las películas, o los pilotos de las aerolíneas modernas. Mi hermano Nunca me los había querido prestar para ninguna ocasión y yo no tenía dinero para comprarme unos iguales.

    Entusiasmado, me probé los lentes al frente del espejo. Nunca había sido un egocéntrico ni nada, pero debía admitir que esos lentes me quedaban muy bien… bastante bien. Quizás pecaba de presumido, pero en el fondo sabía que era la verdad. Siempre había pensado que ese tipo de anteojos me quedaban mejor a mí que a mi hermano. Sin darme cuenta, posaba y hacía caras frente al espejo, luciendo esos lentes que nunca me pertenecerían.

    -T.K- la voz de Ken me sacó de mi fantasía- ¿te comprarás esos lentes? Te quedan perfectos.

    -¿Ah? No, no creo- dije mientras me los sacaba- no tengo mucho dinero ahora, para colmo… - vi la etiqueta del precio- fiuuuu (silbido) son bastante caros. Otra vez será- dije sin más mientras devolvía los lentes al anaquel.

    -Mejor así- interrumpió Matt nuestra conversación- todavía eres una larva, no estás listo para usar unos anteojos así- mi hermano sacó de su bolsillo los lentes que tanto le envidiaba. Se los puso y sonrió de forma burlista.

    "¿Quién se cree? Algún día también tendré mis lentes, y a mí me quedarán mejor que a él ¡Ya lo verá!" grité en mi mente, mientras sentía como mis dientes rechinaban entre sí.

    -¡Vámonos Ken! Volvamos al colectivo- dije a mi amigo del pelo negro, denotando mi rabia.

    -Sí, ya en un rato voy- dijo mientras daba unos paso para atrás- todavía tengo que pagar las cosas que llevo, ya los alcanzo.

    Así salimos todos de la tienda, menos Ken, con todas las cosas que habíamos comprado envueltas y embolsadas. Hasta Kevin había comprado algunas revistas de motos y otras tonteras más.

    Caminando al lado de Davis, riéndonos de una tontería que el moreno había dicho, nos dirigimos hacía el colectivo. Con las carcajadas saliendo de mi boca sin control, miré hacía donde estaba el ómnibus…o donde se suponía que debía estar. No había nada. Mi risa se fue debilitando a medida que movía mis ojos, viendo los alrededores de la estación de servicio. Entonces mi risa cesó por completo. ¡El colectivo ya no estaba por ningún lado! Se habían marchado sin nosotros.

    La incertidumbre y la sorpresa se reflejaban en los rostros de todos, incluso en la de Kevin. Estábamos varados en una estación de servicio en medio de un bosque ¡Estábamos en el medio de la nada!

    -¿¡Como es esto posible!? ¿Cómo se pudieron olvidar de nosotros?- gritó Mimí enfurecida a los cuatro vientos.



    Bueno hasta aqui nomas. originalmente este capitulo no terminaba aqui pero ya se me hacia demasiaaaaaaado largo, asi que lo corte. me costó decidirme en dejarla a Kari fuera de la trama pero era necesario para como quiero que siga la historia, no tanto con Sora XD. Bueno, me despido espero que anden bien. hasta la proxima semana.



    *Estacion de servicio: otra forma de decir gasolinera. donde se recarga combustible y los viajeros pueden estacionar y descansar.

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 00:21
     
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