Ropas engañosas (ONE-SHOT)

parejas: TaiyoxKinsuke y NamikawaxMakoto

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    Diosa del amor yaoi!
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    Buuuueno!! Hasta aquí un nuevo one-shot, creo que quiero intentar atrapar a Misutore, xd aunque lo veo lejos, ella tiene demasiados, jajajaja, ahora hablando en serio, últimamente me apetece más hacer one-shots que seguir fics, ¿Por qué? Porque nadie me comenta los fics que escribo y eso me deprime, tsk! Aunque escribo más por mí, ver que tus fics no tienen ningún comentario entre capis, hace que se me pasen las ganas de seguirlos Pero como me apetece escribir, uso ideas que tengo guardadas en el pc y escribo one-shots, xd
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    ROPA ENGAÑOSA


    En un sala estaban unos cuantos chicos hablando sobre cosas del amor, si, era un tema muy habitual en el mundo, pero no entre chicos, eso se debía a que uno del grupo estaba teniendo problemas en el amor, aún no se le habían declarado y eso era algo grava, aunque sin saber como la conversación había derivado a cosas inimaginables, y por ese motivo teníamos a dos chicos muy sonrojados negando con vehemencia ante los comentarios de ciertos chicos.
    ―Pero os quedaría bien, ¿Por qué no queréis? Sois muy afeminados… ―decía un peli-azul con tono de burla.
    ―Y a lo mejor se equivocan, y os dejan embarazados pensando que sois chicas ―intervino un rubio de gafas de sol― aunque primero tengo que embarazarme yo ―siguió diciendo pensando en cómo conseguir eso.
    ―Pero yo no voy a ponerme esto ―dijo otro rubio, este de ojos rojizos, muy sonrojado.
    ―Ni yo tampoco ―respaldo un castaño con una cola baja y floja y una banda blanca.
    ―No seáis así será divertido ―dijo el peli-azul mientras se reía.
    ―Si tan divertido parece hazlo tu ―salió en defensa un peli-rosa con dos coletas.
    ―Vamos, Kirino, que no hablamos contigo, aunque si te sueltas las colas también serías una linda chica…
    ―Pero como te atreves ―dijo ofendido y algo sonrojado― aparte yo ya tengo a Shindo ―dijo apartando la mirada con los brazos cruzados.
    ―Sí, un suertudo ―se rió nuevamente el peli-azul.
    ―Kurama, cállate ―dijo más rojo.
    ―Ya deja de molestar a la pantera rosa, esto es mi derecho ―dijo uno de los rubios mientras sonreía― pero si sería un lindo afeminado.
    ―Mira quien fue hablar, la rubia del grupo.
    ―Kinsuke también es rubio.
    ―Yoichi ―dijo este que no quería que le metieran esa tonta pelea.
    ―Tranquilo Kinsuke, no tenemos por qué hacer esto…
    ―Lo sé… pero…
    ―Pero habíamos hecho una apuesta y por lo tanto os tocar pagar y esto es la paga… ―dijo de nuevo Kurama quien se estaba divirtiendo mucho.
    ―¿No es esto un poco cruel? ―preguntó Aoyama mientras Shuu asentía con la cabeza.
    ―Solo tienen que dar una vuelta vestidos con este toldo negro, tapados de pies a cabeza solo dejando ver un ojo para que les confundan con mujeres ―le quitó un poco el asuntó Miyabino.
    ―Pero de este modo tal vez alguien les haga algo… ―expuso Shuu, el cual estaba preocupado.
    ―Esa sería una parte divertida ―dijo Kurama.
    ―No, Kurama, no lo sería ―le contradijo un Kirino preocupado.
    ―Los podrían llegar a matar después de violarlos ―dijo el positivo Hayami sudando por los nervios.
    ―No exageres ―dijo Tenma algo asustado.
    ―No lo haremos ―negaron ambos ukes de ojos rojizos asustados ante la perspectiva de que algo les pasara.

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    Y por más azares de la vida que nadie sabe acabaron vistiendo de ese modo tan estrafalario y asustados andando por la calle uno al lado del otro dando la prometida vuelta, cuando de lejos vieron a un par de chicos que iban hablando aunque más bien parecía que estuvieran peleando. Asustados intentaron irse lejos ya que uno de ellos parecía un delincuente juvenil y tenían miedo. Tenía el pelo largo una cicatriz en la cara, seguramente por alguna pelea, y un parche en el ojo. En esos momentos les parecía más aterrador de lo normal. El otro chico tenía el pelo naranja y tenía una cara afable, tal vez el otro chico lo estaba atracando o algo por el estilo, pero si fuera así el peli-naranja no estaría sonriendo. Era una rara escena pero no querían saber más de ella solo querían regresar a casa. Intentaron irse de allí, pero no fue con suerte, ya que ambos chicos los vieron y sonrieron. Habían visto un par de siluetas tapadas con las ropas típicas que debían usar las chicas para salir a la calle, y que las hacía ver algo eróticas, al no saber como serían.
    ―Vaya, que tenemos aquí ―dijo Namikawa.
    ―Parecen dos chicas de ojos rojizos ―respondió el otro que se había fijado en los ojos que se podían ver por el único agujero que había en la ropa.
    ―N-no… ―tartamudeó Makoto intentando decir algo en su defensa.
    ―Linda voz ―dijo Taiyo con una sonrisa― ¿y la tuya cómo es? ―le preguntó a Kinsuke, aunque por las ropas no tenía claro cuál de los dos era.
    ―Bueno, vamos princesas, pasaremos un buen rato ―dijo Namikawa mientras ambos llevaban a los ukes al callejón mientras estos estaban más que asustados.
    ¿Pasarlo bien? Eso era lo típico que te decían antes de violarte, no tranquilizaba mucho. Ahora maldecían esa maldita apuesta, ya habían pensado en esa posibilidad pero no lo habían creído posible si solo daban una vuelta. Estaban aterrorizados pero sabían que no podrían hacer nada por mucho que se resistieran, no sabían qué hacer. Una vez llegados en el callejón oscuro y húmedo, los dos semes quitaron la ropa que tapaba sus caras. No se veía mucho pero los ojos rojos de ambos chicos relucieron en el oscuro callejón como si fueran los ojos de un gato. Ambos violadores del callejón se quedaron observando esos hermosos ojos que habían dejado un impacto en sus corazones. A medida que sus ojos se iban acostumbrando de nuevo a la oscuridad del callejón fueron distinguiendo detalles, como el peinado. Namikawa se fijó en una banda blanca que llevaba la chica en la frente, y en sus cabellos recogidos en una cola baja que estaba apoyada en su hombro. Sonrió pensando en que esta vez había conseguido una hermosura para pasar el rato. Y por su contra Taiyo estaba observando su chica, la cual tenía el pelo muy largo y suelto y muy sedoso al tacto.
    ―Eres muy linda ―le dijo mientras jugueteaba un poco con su cabello.
    ―Y-yo… ―tartamudeó muy nervioso.
    Quería decirle que no eran chicas así tal vez los dejarían ir, estaba seguro de que ellos los dejarían si sabían la verdad. Ellos no eran unas lindas chicas, tenían “eso” aunque fuera un poco pequeño, pero el tamaño no importaba. Lo tenían y eso era lo importante. Por lo que tenían que demostrar eso, y para empezar era importante decirlo.
    ―No so-somos chi-chicas ―dijo sacando fuerzas de flaqueza.
    ―Somos chicos ―le respaldó Makoto igual de nervioso peor haciendo esfuerzos para no tartamudear.
    ―¿En serio? ―se rió Namikawa sin creérselo― eso debo comprobarlo ―dicho esto acercó su mano a la entrepierna del castaño con dio un respingo a la vez que daba un pequeño gritito nervioso―. Al parecer dicen la verdad ―le dijo a Taiyo aunque se notaba que no tenía la más mínima intenciones de dejar ir al chico― pero eso en verdad no me importa.
    Dicho esto sonrió, y empezó a quitar levemente la ropa, es decir apartó la ropa necesaria de ese vestido y quitó lo que tapaba sus partes íntimas. Mientras lo hacía aprovechó para acariciar esa fina piel, gustoso por ese tacto tan suave. Nunca había tocado una piel tan sedosa como esa, ¿estaría bien cuidada o sería así? No le dio más importancia y siguió disfrutando de esa suavidad mientras acariciaba más ese cuerpo. Por algún motivo le vinieron ganas de besar ese chico tan lindo así que eso hizo. Se acercó al rostro de ese chico y lo besó, haciendo que el menor se tensara. Era su primer beso y se lo había robado un violador de un callejón. Ese chico le mordió el labio inferior consiguiendo que abriera sus labios e introduzco su lengua en su boca jugando con esta mientras acercaba sus dedos a su entrada, la cual acarició pero se paró antes de meterlo. Algo en él le estaba parando en ese momento. Tal vez fuera ese miedo que veía en el chico o esa inocencia, pero nunca le había importado eso hasta ese momento. Se separó un poco y pudo ver mejor al menor ya que el sol se había movido un poco en el cielo y alumbraba mínimamente el callejón. Su cabello castaño estaba un poco despeinado, tenía los ojos muy abiertos por el terror, estaban aguados y algunas lágrimas caían por sus mejillas. Eso se le hizo muy tierno. Suspiró y miró al chico antes de secarle las lágrimas y darle otro beso. No podía ganar contra tanta ternura.
    ―Ponte de nuevo la ropa ―le dijo mirándolo fijamente― dime que te gusta.
    ―L-los libros… ―respondió empezando a ponerse la ropa aliviado y sorprendido.
    ―Entonces vamos a la librería, te compraré uno.
    ―¿Po-porqué…?
    ―Si no lo quieres no te lo compro ―le dijo un poco de mal humor.
    ―S-sí lo quiero…
    Y así se fueron ambos de ese callejón, esta vez con Makoto sin taparse la cara con esas ropas. Suponía que esa apuesta ya no tenía importancia después de ese susto y ni siquiera quería pensar en eso. No muy seguro de si debía o no siguió al mayor, de todos modos era mejor que te compraran un libro a ser violado en un callejón. Miraba curioso al chico que tenía un parche en el ojo, era muy extraño ese cambio y no entendía porque ahora quería comprarle un libro, él había dicho que no le importaba si era un chico, entonces ¿no le había gustado su cuerpo? ¿Su cuerpo tenía algo malo? Él lo veía bien… Al final no le dio más vueltas al tema ya que habían llegado a la librería.

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    Volviendo al callejón oscuro, ya no tan oscuro, donde aún estaban un rubio, que era lamido y besado en el cuello, y un peli-naranja que disfrutaba de esa suave piel. Había quitado ese manto negro que el menor llevaba encima aprovechando que había algo más de calor por los pequeños rayos de sol que entraban en el callejón. Estaban ambos escondidos en una parte del callejón donde nadie los podía ver, así que no tenía por qué temer. Había visto como su amigo se había ido con ese chico sin haber hecho nada. Le parecía que estaba perdiendo una oportunidad pero no le dio importancia y siguió jugueteando con el cuerpo de ese chico que no se resistía. Lo miró al rostro viendo lo sonrojado que estaba ese chico, sus lágrimas que bajaban por sus mejillas como se mordía el labio inferior mientras todo él temblaba. Algo en su corazón dio un vuelco y sonrió.
    ―¿Cómo te llamas? ―le preguntó un poco interesado en el menor.
    ―Ki-Kinsuke ―respondió tartamudeando muy nervioso.
    ―Yo me llamo Taiyo ―le dijo como presentación, aunque tal vez no era este el mejor momento― eres muy hermoso, ¿te lo habían dicho?
    ―N-no…
    ―Me alegra ser el primero ―dijo con una sonrisa dirigida hacía el menor antes de besar su mejilla― Me gustas ―le dijo como si nada― seré cuidadoso contigo, ¿te importa si sigo?
    Kinsuke lo miró algo confundido mientras se sonrojaba más por esos comentarios. No entendía nada. ¿Por qué ahora le preguntaba si quería? Antes no parecía importarle mucho. No sabía qué hacer, estaba nervioso y no podía pensar bien. Ese chico le parecía lindo y no parecía mala persona, pero no se podía fiar de alguien que peleaba en un callejón y después quería aprovecharse de él.
    ―¿Po-porque me-me lo pre-preguntas a-ahora? ―preguntó miedoso.
    ―No lo sé, me gustaste, eres muy hermoso. Normalmente no lo hago, peor tu eres especial, pareces un ángel.
    ―Y-yo… ―estaba muy sonrojado y nervioso y no sabía que decir.
    ―Estoy duro ya ―le dijo con una sonrisa antes de besar sus labios― prometo que disfrutaras de ello.
    Dicho esto y sin esperar respuesta alguna le quitó la única pieza que traía, aún, el menor y se sentó en el suelo atrayendo al menor sobre de él. Mojó sus dedos con su saliva y empezó a dilatar la entrada del chico con cuidado mientras disfrutaba de su cuerpo acariciando y jugando con él con suavidad. Escuchó pequeños gemidos del menor que le mostraban que lo disfrutaba y sonrió motivándose un poco más.

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    El castaño andaba por la calle detrás del pirata, esta vez sonriendo mientras abrazaba el libro que empezaría a leer en cuanto se sentara en algún lugar aunque aún había algunas dudas en su mente. Miraba la espalda del chico que había encontrado en el callejón y que tenía pinta de delincuente juvenil, no entendía como había cambiado todo des de un inicio.
    ―Esto… Gracias por el libro ―le dijo como agradecimiento.
    ―De nada ―dijo el otro tranquilamente mientras andaba por la calle.
    El castaño se sintió un poco triste por ello ya que él esperaba un poco más de conversación con ese chico, aunque en verdad se preguntaba porque no había huido al tener la oportunidad. Suspiro levemente con carita triste.
    ―¿Quieres ir a tomar algo? ―le preguntó Namikawa al escuchar ese suspiro, no era bueno hablando con la gente.
    ―S-sí ―respondió nervioso aunque un poco más alegre.
    Llegaron hasta un pequeño lugar y entraron allí. En esos momentos no había mucha gente y eso se agradecía por parte de ambos. Una vez allí pidieron algo para beber y se quedaron allí callados sin decir nada. Hasta que Namikawa vio la ropa que vestía el menor y sonrió.
    ―Y bien princesa, ¿Por qué vistes así?
    ―¿Pri-princesa? Yo no soy una princesa ―se quejó con un dulce enojo que hizo sonreír más al mayor― y e-eso fue por una a-apuesta…
    ―Así que perdiste una apuesta… ―dijo aún más divertido.
    ―Bueno, Ki-Kinsuke y y-yo… ―dijo acordándose en ese momento de su amigo― Aaah, Kinsuke!! ¿Estará bien? ―preguntó de repente sintiéndose culpable por haberse olvidado de él en ese momento.
    ―Estar bien lo estará aunque a lo mejor ya no sea virgen ―dijo riendo un poco antes de ver la mala mirada que le dio el menor― Taiyo no es malo, solo un pervertido, no creo que le haga nada malo.
    ―¿Y violarlo no es algo malo? ―preguntó enfadado por lo que comentaba el mayor.
    ―Tal vez lo sea ―dijo con una sonrisa― pero tal vez no, si él también lo quiere ―dijo acariciando la mejilla del católico consiguiendo un sonrojo en ella, por lo que sonrió más.
    ―Él no querrá ―dijo convencido de la inocencia y pureza de su mejor amigo, a la vez que se separaba de esa mano escondiendo su rostro detrás del libro que le acababa de comprar el mayor.
    ―Eso no puedes saberlo ―le dijo como si nada― tal vez se gusten como nosotros.
    ―¿Gu-gustar? T-tu no m-me gu-gustas ―dijo más sonrojado mientras miraba más fijamente el libro.
    ―Tu si me gustas ―le dijo con tranquilidad mientras miraba las reacciones de ese lindo chico― ¿Y cómo te llamas?
    ―Ma-Makoto ―respondió pasando por alto el primer comentario del mayor o al menos intentándolo.
    ―Yo soy Rensuke ―dijo solo su nombre esperando que este le dijera por él y no por su apellido.

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    Cuando acabaron con ese acto, el peli-naranja le acarició sus cabellos y le besó los labios. Había sido increíble ese chico de verdad era especial, al menos para él. Su cuerpo lo había notado cuando se habían hecho uno. Cogió la ropa del menor y se la puso por encima tapándolo para evitar que cogiera frío. Tenía un cuerpo y una voz hermosos, y por lo que había notado era un chico muy tierno e inocente. Tal vez debería de haber sido más cuidadoso pero el chico parecía disfrutarlo. Sonrió por ello y lo acarició viéndolo dormido en su regazo. Lo vistió y se arregló a si mismo antes de salir con el menor en brazos de ese callejón y se fue a un lugar cercano donde había algún que otro árbol. Se sentó en el pie de uno de ellos y sentó al menor a su lado, esperando a que este despertara mientras observaba lo bello que era. Sonrió y jugó un poco con el cabello de este.
    ―Hmm… ―se escuchó al cabo de un rato a la vez que el rubio abría un poco sus ojos.
    Taiyo lo miró fijamente mientras este despertaba y sonrió más ampliamente al ver esos ojos rojos abiertos. Viendo como el menor miraba un poco asustado a su alrededor, antes de encontrarse con unos ojos azules que desprendían un brillo que asustaba más.
    ―Buenas tardes Kinsuke ―le dijo el mayor mirándolo con una sonrisa.
    El chico se sobresaltó un poco y luego lo miró un poco preocupado y miró su cuerpo, viendo que su cintura estaba rodeada por el brazo del peli-naranja. ¿Por qué? ¿Y donde estaban? Vio a su alrededor y reconoció el lugar. No estaban muy lejos eso lo tranquilizó un poco.
    ―Ho-hola…
    ―¿Cómo te sientes? ―le preguntó con una sonrisa haciendo que el menor se sonrojara.
    ―Bi-bien… creo que no me du-duele nada… ―dijo sonrojándose más― ¿me-me ve-vestiste… tu-tu? ―preguntó avergonzado viendo que llevaba la ropa bien puesta.
    ―Sí, si te hubiera dejado allí estarías indefenso y resfriado por la humedad del callejón.
    ―Gra-gracias ―dijo un poco nervioso.
    ―Kinsuke ―le llamó el peli-naranja intentando conseguir su atención― ¿me odias? ―le preguntó al recordar que no le había dejado responder antes.
    ―N-no ―dijo ladeando la cabeza un poco confundido por ello― ¿po-porque de-debería…?
    ―Siendo sinceros, te he violado en un callejón, creo que sería lo más normal ―dijo un poco más serio.
    ―Bu-bueno… ta-tal vez… pe-pero me gu-gustó… ―dijo el rubio viendo la hierba que había en el suelo.
    ―¿Entonces te gustaría hacerlo de nuevo? ―le preguntó más que feliz y excitado por la idea.
    ―¿A-ahora? ―respondió mientras negaba levemente.
    ―¿Otro día? ―cuestionó esperanzado abrazando al menor quien se sonrojó más y escondió su rostro en el pecho del mayor mientras asentía― genial, ya deseo que llegue el momento.
    ―Ta-Taiyo… ¿E-esto… lo ha-haces con to-todos? ―dijo preguntando una duda que pasaba por su cabeza des de hacía un rato.
    ―¿Con todos? ¿Quiénes?
    ―Con t-todas las pe-personas c-con quien lo-lo hici-ciste…
    ―¿Eh? ―se quedó un poco pillado pero luego sonrió― No lo he hecho con demasiadas personas y no, sólo contigo.
    ―¿Po-porque?
    ―Ya te lo dije, eres especial y me gustas.
    ―¿E-entonces… n-no vas a ha-hacerlo con na-nadie más?
    Taiyo escuchó al menor y se rió por esa pregunta, era tan tierno e ingenuo, aunque tenía razón al preguntar eso, hasta el momento no había sido fiel a nadie, aunque no eran pareja, bueno eso le hacía la faena un poco más fácil. Sonrió al pensar en eso y se acercó al rostro del menor mientras lo cogía por el mentón para que sus miradas chocaran.
    ―Sólo si aceptas ser mi novio ―le dijo notando un sonrojo en el menor y como este tragaba saliva.
    ―E-esto… es un poco pre-precipitado ―tartamudeó con muchos nervios por esa declaración tan rápida.
    ―Entonces podemos estar un tiempo de amigos antes de eso, ¿te parece mejor? ―preguntó sonriendo más al notar un leve asentimiento por parte del rubio.

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    Estaban en la sala con todos de nuevo, ambos ukes estaban muy pensativos y no habían dicho nada de lo que había ocurrido, y solo esperaban a tener un poco de intimidad para hablar entre ellos. Aunque al parecer eso no lo iban a conseguir por el momento. Los chicos estaban muy interesados en saber que había pasado y muy intrigados por el comportamiento de ambos y el libro que Makoto llevaba entre sus brazos.
    ―A ver cuéntenos lo que pasó ―les dijo Yoichi impaciente.
    ―Nada especial ―dijeron ambos a la vez algo nerviosos.
    ―Sí claro, ¿y este libro de donde salió? ―le preguntó a Makoto.
    ―L-lo e-encontré ―inventó rápidamente.
    ―Se ve muy nuevo.
    ―Es que lo limpié…
    Todos se quedaron viéndolo sin creer esa excusa barata. En serio la gente no encontraba libros tan nuevos por la calle ni tampoco los abrazaban de ese modo como si fuera un tesoro. Por su parte Kinsuke se veía muy sonrojado y nervioso en todo momento y había andado un poco extraño al entrar a la casa. El rubio sonrió, eso era sospechoso, y Kurama se le avanzó en el comentario.
    ―Os encontrasteis a alguien ―afirmó con una sonrisa de persona mala― y a Kinsuke si lo violaron.
    ―N-no e-es cierto ―se defendió este sonrojándose más.
    ―¿Y este sonrojo? ―preguntó Miyabino.
    ―Está claro que le gustó que lo penetraran ―dijo Yoichi riendo por sus adentros mientras sonreía muy ampliamente.
    Ante esto ya no pudo decir nada más así que solo miró al suelo y espero que no le dijeran nada más sobre el tema, pero los otros chicos tenían otras intenciones al respeto y por el momento se centraron en el pobre rubio mientras Makoto temía por su futuro, ya que después le tocaría a él.
    ―¿Eso debe de ir incluido en el síndrome de Estocolmo? ―preguntó Yoichi.
    ―Este es cuando te enamoras de tu secuestrador y no de tu violador…
    ―Cierto, ¿entonces existe alguno en el que puedas enamorarte de tu violador?
    ―Y a mi que me cuentas ―respondió un molesto Kurama― como si eso me importara.
    ―Tienes razón vayamos al grano, ¿Y cómo es?
    ―¿Qui-quien? ―preguntó nervioso y perdido después de escuchar la conversación de Yoichi y Kurama.
    ―Pues tú violador, no será tu tía ―dijo Miyabino esta vez.
    ―Oh, tiene el pelo naranja y los ojos azules ―respondió pensativo.
    ―¿Es guapo?
    ―S-sí… ―tartamudeó más sonrojado aún.
    ―¿Cómo se llama?
    ―Ta-Taiyo…
    ―¿Taiyo? ―preguntó Tenma con una sonrisa― lindo nombre.
    ―S-sí…
    ―¿Y su apellido? ―preguntó Aoyama.
    ―No lo sé.
    Hubo una pequeña exclamación por parte del grupo y después de eso empezaron a pensar en otras cosas. Así que ese chico había violado a Kinsuke, pero se habían presentado y al parecer al rubio le había gustado y no parecía traumado. Algo fallaba allí. ¿Cómo podía ser que después de una violación de un desconocido alguien estuviera feliz y algo tímido? Lo miraron de un modo extraño y luego fueron a por las preguntas de nuevo.
    ―¿Y cómo fue? ¿Por qué estás feliz y no traumado? ―le preguntó Kirino.
    ―Fu-fue lindo… S-se preocupó de n-no ha-hacerme daño… ―dijo con la mirada baja sintiéndose presionado.
    ―Esto no es propio de un violador ―dijo Shuu un poco pensativo― ¿y después?
    ―Me-me quedé dormido y Taiyo me vi-vistió… y se-se que-quedó conmigo… y lu-luego me pidió… d-de ser no-novios…
    ―¿Sedujiste y conquistaste a tu violador? ―le preguntó más sorprendido Fey.
    ―Bu-bueno… yo no hi-hice nada… ―se defendió el pobre rubio que estaba ya al borde de la histeria.
    ―Qué raro eres… ¿y ahora sois novios? ―preguntó Aoyama.
    ―Pues… n-no… le dije que eso e-era muy rápido… ―dijo con una pequeña sonrisa― y de momento seremos amigos.
    ―Eso está bien ―dijo Tenma.
    ―Sí, amigos ―exclamó el pequeño corderito feliz de saber que su amigo tenía un nuevo amigo.
    A todos les cayó una gotita por la sien ante esa respuesta pero no dijeron nada y solo cambiaron el tema, mirando esta vez a Makoto quien ya sudaba frío después de ver como se habían portado con su amigo. Aunque él también quería saber que había pasado, Rensuke había tenido razón al final se habían gustado y lo habían hecho. Kinsuke era demasiado tierno e ingenuo, pero al parecer Taiyo no era mal chico, tal y como le había dicho el chico del parche. Suspiró aunque no sabía si era de alivio o de nervios por la situación en la que se encontraba.
    ―A ver Makoto ¿Y tú, que hacías mientras Kinsuke era amado en ese callejón? ―dijo Yoichi directamente haciendo que el otro rubio se sonrojara por esas palabras.
    ―Y-yo… ―no sabía que inventar, no le venía nada a la mente― fu-fui a una librería… ―dijo aunque eso sonaba muy mal.
    ―¿Así que mientras violaban a tu amigo tú te divertías en una tienda de libros, eh? ―dijo Kurama mordazmente― que buen amigo ―añadió con sarcasmo.
    ―N-no es eso ―se defendió― Re-Rensuke me llevó…
    ―¿Quién es Rensuke? ―inquirió Miyabino.
    ―Esto… es… el chico que estaba con Taiyo…
    ―Así que en tu caso él no te violó sino que te sedujo con un libro, que chico tan inteligente.
    ―N-no fue eso… Solo fue para compensar el mal rato…
    ―¿El mal rato?
    ―Es que, al inicio… bueno… iba a hacer lo mismo que Taiyo y… me puse a llorar…
    ―¿Sólo por eso te regaló el libro?
    ―S-sí, y fuimos a tomar algo…
    ―¡¡Tuvieron una cita!! ―gritó Tenma sorprendido mientras que Shuu y Aoyama asentían.
    ―Yo también quiero… le diré a Kariya que me lleve ―dijo feliz dando pequeños saltitos al pensar en la posibilidad de ir con su novio a tomar algo después de pasar el día juntos en una cita.
    ―¿Y cómo acabasteis vosotros? ―preguntó Fey esperanzado.
    ―Que-quedaremos de nuevo… y me acompañó hasta aquí para que no fuera solo ―dijo con una leve sonrisa.

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    Kinsuke estaba tumbado en su cama mirando hacia abajo abrazando su almohada pensando en ese peli-naranja, habían pasado muchas cosas ese día y todo porque lo habían vestido con ese “vestido” de chica. Al principio se había sentido un poco inseguro pero al final le había gustado lo que había pasado. Taiyo era un chico único, tal vez había sido un poco pervertido en algún momento, pero lo había hecho con mucha ternura y delicadeza, más de lo que esperaba. Sonrió mientras pensaba en el chico que lo había “violado” según sus amigos, pero a su parecer habían hecho el amor, tal vez era demasiado pronto para decir eso, ya que se acababan de conocer, pero no podía negar que sentía algo por él.
    Esas manos recorriendo su cuerpo, todo ese acto que Taiyo había hecho especial, esa voz tan dulce que tenía a la vez que alegre, sus ojos tan azules y lindos, que lo miraban de esa forma, sus palabras, todas tan tiernas dirigidas hacia él… se sonrojó mientras pensaba en ello, por algún motivo se había enamorado de ese desconocido, ahora ya tan conocido para él y esperaba que llegara el día en que volverían a quedar, aunque no sabía cuándo sería eso. No sabía nada más de él, solo que se llamaba Taiyo y que le había dicho que él le gustaba y había sido tan amable con él. Pensar eso hizo que sintiera un pequeño dolor en su pecho y una inseguridad muy grande. ¿Y si no lo volvía a ver? Él lo había rechazado y Taiyo le había dicho que podían ser amigos, pero no habían quedado para ningún otro día y no sabía cómo encontrarlo.
    Se giró en la cama intentando convencerse de que eso no importaba, que volverían a verse y a quedar igualmente. Tenía que confiar en Taiyo, sí eso era, debía confiar en él y en sus palabras. Eso le dio un poco de esperanza aunque lo conocía de poco. Era difícil entender tanta confianza de repente por alguien que casi no conocías pero él confiaba en el peli-naranja. Y mientras pensaba en el mayor de porte se quedó dormido abrazando la almohada.

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    Por otro lado estaba Makoto leyendo el libro que había ido a comprar con Namikawa, y que este había pagado. Estaba feliz por ese libro ya que lo había estado deseando desde hacía un tiempo, pero no solo por eso, también porque se lo acababa de regalar ese chico que acababa de conocer ese día. Parecía una de esas historias de amor que aparecían en los libros, donde la princesa encontraba a su príncipe, aunque normalmente no se lo encontraba en un callejón ni estaba a punto de ser violado por este. Eso eran solo detalles en ese momento. Tal vez sonaba tonto pero le gustaba ese chico, había sido atento con él, aunque amable no sería la palabra que mejor lo definiría había sido agradable pasar ese tiempo con él. Estaba seguro que guardaría ese libro como un tesoro para él por toda la vida.
    Quería ver de nuevo a Rensuke, estaba algo impaciente por el día en que se verían de nuevo. No era que hubieran puesto un día para ello, pero el chico del parche sabía donde vivía y esperaba saber algo más de él. Tenía la sensación de que podía confiar en él, en los libros los príncipes nunca fallaban a su palabra, aunque más que un príncipe parecía un pirata, estos solían secuestrar a bellas damas y llevarlas en sus naves, pero también acostumbraban a tener a una dama en cada puerto con la que tener sexo. Ese pensamiento le molestó y le hizo sentir algo en su pecho, aunque Rensuke no era un pirata, ¿o sí? La próxima vez que lo viera le preguntaría. Sí, eso haría. Si era pirata su relación sería muy escasa y muy solitaria y no quería eso. Así que rezaría a Dios para que no fuera así, eso le inspiraría algo de confianza en que todo iría mejor y sería más seguro.

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    Pasaron los días y ambas parejas habían quedado ya algunas veces, se podía decir que cuatro personas se sentían felices y en su primavera del amor. Tenían flores de cerezo cayendo sobre ellos mientras observaban un lindo paisaje con mucha naturaleza y tranquilidad, con el calor del sol contra su piel y una suave brisa meciendo la hierba bajo sus pies, las hojas de los arboles sobre sus cabezas y sus cabellos. Así veían ellos el mundo por la felicidad que sentían en esos días, por cursi que pareciera.
    Y en uno de esos días se encontraban los cuatro juntos en una cita doble, ¿y porque esto? Porque Makoto había insistido en que quería conocer más a ese peli-naranja que había quitado la inocencia a su amigo antes de conocerse y después tenía el descaro de decir que quería ser su novio. Aunque eso no era malo, le parecía que el chico no tenía muchos principios y no quería que se aprovechara de la inocencia de su amigo. El rubio era muy lindo y a lo mejor solo decía eso para tener sexo y nada más.
    Estaban todos sentados en una mesa de picnic que había en un parque con una bebida delante de ellos mientras se miraban en silencio. Era un silencio un poco incomodo para Makoto, el cual observaba a Taiyo. Este le sonrió y siguió mirando a Kinsuke, era algo gracioso para él ver como el castaño lo miraba y como Namikawa se estaba poniendo de mal humor por ello. Pero era más divertido ver el sonrojo adorable que tenía Kinsuke solo porque él lo miraba.
    ―¿Y qué te gusta de Kinsuke? ―le preguntó el castaño de repente.
    Taiyo lo miró un poco sorprendido por la pregunta y por el tono pero solo sonrió amablemente y pensó bien la respuesta, se sentía como si estuviera pidiendo la mano de Kinsuke a sus padres. El rubio se sonrojó más al escuchar esa pregunta y miró a su amigo avergonzado por eso.
    ―Me gusta todo. Su carácter, es tan tierno y tímido, cuando se sonroja se ve hermoso, más de lo que es. Y su cuerpo es muy bello y se acopla perfectamente con el mío. Su voz es tan dulce y suave que no me cansaría nunca de escucharla ―dijo enumerando algunas cosas― también su cabello tan largo y sedoso, y de un color tan hermoso que le queda muy bien con el contrasto de sus ojos rojos, que siempre tienen esta mirada tan adorable y tierna…
    ―Vale, creo que ya entendimos ―dijo Namikawa harto de tanta palabrería.
    ―Él me lo pidió.
    ―Sí, pero ya es suficiente ―le dijo antes de mirar al castaño― ¿y porque te interesa tanto saber eso?
    ―P-porque Kinsuke e-es m-mi amigo.
    ―Si ya ―dijo el otro molesto por lo que dijo pero luego sonrió, su princesa era tan tierna― pero ahora que lo conoces, podemos irnos ¿no? ―añadió acariciando la mejilla de Makoto consiguiendo un sonrojo en su mejilla.
    ―N-no, aún no ―respondió este intentando sonar convincente.
    El mayor de porte suspiró y aceptó contento por ese sonrojo que había aparecido en las mejillas del lector. Dejó de acariciarlo y siguieron con esa cita doble, donde el menor estuvo todo el rato con la atención fija en el peli-naranja pasando por completo del chico pirata quien estaba algo molesto por ello. En estos momentos estaba seguro que si seguía así podría ser el peor día de su vida, su futuro novio tenía la vista fija en otro hombre, eso era para ponerse de mal humor.
    Makoto por su parte intentaba buscar algún defecto en ese violador pero se había estado portando bien con Kinsuke todo el día así que suspiró derrotado y sonrió mientras miraba a Taiyo pensando en que tal vez no fuera tan malo, eso fue como una chispa en la bomba a punto de explotar que era Namikawa. Cogió al castaño del brazo y se lo llevó de allí rápidamente. Primero pasaba de él todo el tiempo observando a su amigo y luego sonreía mientras lo miraba, eso ya era infidelidad. Lo metió dentro del famoso callejón y lo arrinconó contra la pared antes de besarlo con algo de brusquedad.
    ―¿Tanto te gusta Taiyo? ―le dijo enojado al separarse.
    ―¿Eh? ―preguntó confundido― Bu-bueno, me parece buen chico…
    ―¿Mejor que yo? ―preguntó aún más molesto.
    ―¿Po-porque me preguntas e-esto? ―preguntó el católico algo asustado.
    ―Te has pasado todo el día observándolo y pasando de mi y ahora sonríes mientras lo miras, ¿te enamoraste de él o algo?
    ―N-no ―dijo sorprendido por esas deducciones del mayor― y-yo no lo a-amo, y-yo t-te a-amor a t-ti ―dijo bajando la mirada intentando calmar al mayor con esa declaración aunque estaba muy nervioso por saber que diría este.
    ―Bien, esto está mejor ―dijo el pirata más calmado y con una sonrisa antes de subir el mentón de este y darle un beso más suave, antes de intensificarlo― Yo también te amo ―dijo después de besarlo y antes de empezar a besarlo de nuevo y tal vez alguna cosa más que eso.

    -------------------------

    Taiyo y Kinsuke se habían quedado solos porque Namikawa había secuestrado a Makoto, de eso Kinsuke no se había dado cuenta hasta que se fijó en que el castaño no estaba con ellos, después miró a su alrededor y vio que el pirata tampoco estaba. El peli-naranja miró intrigado lo que buscaba el rubio y sonrió al ver que no estaban ese par.
    ―¿Do-donde fueron? ―preguntó Kinsuke confundido.
    ―No lo sé, pero si están juntos entonces está bien ―dijo cogiendo a Kinsuke de la mano acercándolo más a él para besarlo en los labios― Vayamos a mi casa, ahora no hay nadie.
    Dicho esto se llevó al menor a su casa, más concretamente a su habitación. Se había estado aguantando por unos días y no tenía la intención de aguantar mucho más sus ganas de hacer suyo al adorable rubio. Este se sorprendió pero cuando le dio el primer beso dejó de pensar en cualquier cosa y solo se dejó llevar por el momento y por esos besos y caricias que le daba Taiyo. Y así consumaron su amor por segunda vez. Cuando acabaron con este acto antes de que el rubio se durmiera, el mayor le dio un beso haciendo que este sonriera.
    ―Kinsuke ―le llamó haciendo que este asintiera y abriera los ojos― te amo.
    ―Y-yo ta-tambien… ―dijo sonrojado de repente― t-te amo.
    ―¿Quieres ser mi novio? ―preguntó esperando recibir un sí esta vez.
    ―E-esta bi-bien ―dijo con una sonrisa aceptando esta vez.
    FIN

    -------------------------------------
    Y aquí se acaba este fic, uau, que se me hizo largo este One-shot, xd supongo que es porque tiene dos parejas, no esperaba que fuera tan largo, jeje este fic debía de ser solo de TaiyoxKinsuke, pero al final se me coló la pareja de NamikawaxMakoto, espero que me hayan quedado bien, jeje

    Espero que les guste y que comenten, muchas gracias por leer y hasta pronto.
     
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  2. Krønämî
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    *Aparece volando en un Pegaso del pais arcoiris luminoso* AHHHHHHHHHHHH!!! YA ESTÁ!! TE AMO!! (??) EHEM! Bueeeeeeno, ME HA ENCANTADO!Escribiste de mi pareja favorita! Y de mi angelito! Oh dios! Tu si que sabes enamorarme (?) A lo que hiba, ahí Sr ve la diferencia de esos dos, un siente "placer" con eL sexo y el otro con los libros!! Que dulce Namikawa~ regalandole un librito!! Es que me matan!! En fin....fue tan asasas, ojalá sigas escribiendo de elllos~ y en cuanto tus fics, estoy esperando a que subas el nuevo capitulo. Bueno me despido.


    Ciao! {Viva El RenMako!}
     
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    Diosa del amor yaoi!
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    En un mundo perfecto con mucho yaoi y gente buena :) <3

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    Hola Kronämi, bueno, pues... no sé si un día me inspiro tal vez si escriba de ellos, jaja, al fin y al cabo me encanta esa pareja, xd aunque ahora estoy más metida en hacer fics de mis personajes favoritos (GoenjixShiro) para mi son la pareja perfecta, aunque no son del Go, xd
    y solo tengo otro fic donde salgan ellos, y ahora intentaré subir contis más regularmente, jeje, no sea dicho que no lo hago, jajaja

    Gracias por tu comentario, se agradece :D
     
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2 replies since 25/11/2014, 19:33   201 views
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