|
|
|
Bien, esta vez si que pondré nota de autora antes del capi! Espero que todas esten pasando un gran verano como yo. Tras el parón que sufrí de casi un año, se me han acumulado las ideas y vuelvo a estar muy ilusionada con esta historia! Como siempre acepto todo tipo de criticas, ideas, consejos, chocolate... Espero que disfruteis de edte nuevo cachito!
Capitulo 2. La tinta no es agradable
-Los de primer año por aqui! Por aquí los de primer año!
La voz grave del semigigante retumbaba en la estación. Con su farol en la mano, vestido con su grueso abrigo, Hagrid cumplía su misión de guiar a los novatos hacia las barcas que los llevarían por primera vez al que desde ese día sería su nuevo hogar. Los jovenes magos y brujas bajaban del Howarts Express.
Los alumnos de los demás cursos se iban adelantando para subirse a los carros encantados que los llevarían al castillo. Muy pocos de ellos veían a los cestrals, por lo que una vez más los alumnos de Howarts habían olvidado que eran estos curiosos e incomprendidos animales los que tiraban de sus carruajes.
Como prefecta Sara debería haber subido en uno de los primeros, pero se había quedado atrás. Escaneaba la multitud de los de primer año, buscando a sus hermanos para asegurarse de que efectivamente Scorpius había encontrado a Albus. O....más bien que realmente había ido a buscarlo. Suspiró de alivio al verlos a ambos bajar juntos del tren. Sonriendo, empezó a atravesar la marabunta para acercarse a ellos.
Scorpius miró a Albus, que bajaba del tren solo unos pasos tras él. El moreno destilaba nerviosismo por cada uno de sus poros. Scorpius lo entendía, pero él era perfectamente capaz de disimularlo para que no se le notara.
-Date prisa. Quiero coger una buena barca- dijo el menor, mirando molesto a los demás novatos que ya estaban con Hagrid y probablemente llegarían al embarcadero antes que ellos.
-Importa mucho la barca en la que vayamos?
-Si te da igual acabar en el fondo del lago jugando con el calamar gigante,entonces no- le dijo Scorpius sonriendole malicioso
-.....-albus palidecio algo- vamos rápido.
En ese momento ambos fueron agarrados y empujados en un abrazo rapido pero asfixiante. Cada uno recibio un beso en la frente de parte de su hermana. Por suerte para ellos, nadie les miraba.
-Que coño crees que haces?- siseó Scorpius, frotandose vigorosamente la frente como si de ese modo pudiera borrarse el beso
A su lado Albus había enrojecido y miraba a su alrededor para asegurarse de que nadie había visto eso.
-Buena suerte en la ceremonia de selección, no os veré hasta después...o mañana, si a ninguno le toca en Slytherin- se agachó hasta quedar a la altura de ambos- Pase lo que pase esta noche, quiero que recordeis una cosa. Estar en una casa o en otra no cambia quien eres. Pase lo que pase, ni se os ocurra sentiros decepcionados. Sois dos jovenes magos increiblemente prometedores, y la casa a la que vayais habrá ganado un miembro maravilloso. Da igual cual sea. Nuestros padres, y James y yo....estamos orgullosisimos de vosotros.
-Hola Sara-dijo una voz profunda que se acercaba, mientras una enorme sombra cubria a los tres.
Aunque ya habían oído hablar de él, tanto Scorpius como Albus abrieron mucho los ojos y dieron un paso hacia atrás.
-Hola Hagrid. Ya no te los distraigo más- le dijo, sonriendole de oreja a oreja- adios chicos!- concluyó despidiendose con la mano mientras salia corriendo hacia los carruajes encantados.
-Vosotros debeis de ser Albus y..el pequeño Scorpius,no?
-...vuelve a llamarme pequeño y te cortaré la lengua sabandija
-...si, sois clavaditos a vuestros padres-murmuró Hagrid, recordando al petulante Draco Malfoy que había llegado el primer año- bueno, daos prisa y subios a un bote. No querreis llegar tarde a la bienvenida,no?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Un escuadron de barcas alumbradas por faroles se deslizaban en la negrura del lago. El reflejo de las luces en el agua tomaba formas fantasmagóricas y sombras bajo la superficie de criaturas que los vigilaban escondidas en los bosques subacuaticos. Sobre ellos, las nubes que habían cubierto por la mañana Kings Cross habían sido sustituídas por un cielo límpido y tachonado de estrellas como nunca lo habían visto. El unico ruido aparte del agua eran las conversaciones murmuradas en las barcas y el de los remos al chapotear.
Albus se centraba en el remo, mirándolo tan fijamente que si el remo fuera una persona probablemente se habria sonrojado. Su hermano lo miraba a él desde el otro lado de la barca con la misma intensidad. Si Albus hubiera levantado la vista, hubiera notado los ojos del rubio fijos en el y probablemente se sonrojaría. Pero cuando lo hizo, no fue porque hubiera notado la intensidad de su mirada.
-......Estas balanceando la barca- murmuro el moreno
-No lo hago
-Si lo haces!
-No lo hago!- replicó mirando a su hermano, enfadado.
Albus iba a volver a hablar, cuando algo se movio detrás de Scorpius. Algo alargado, pringoso, y que salía del agua. Se le abrieron mucho los ojos y comenzó a ponerse pálido.
-El....el....el.....
-y ahora tartamudeas? Que rayos te pasa cenutrio?- pregunto scorpius
Iba a seguir hablando, cuando el tentáculo que tenía detras suya se dejó caer en el borde de la barca desestabilizandola.El rubio se tambaleó hacia atrás a punto de perder el equilibrio. Albus estaba aterrado, pero al ver a su hermano a punto de caer al agua no se lo pensó dos veces y se lanzó tratando de agarrarlo.
El agua estaba helada. Ambos chicos boqueaban y braceaban intentando mantenerse a flote. Albus chilló al notar algo pringoso rozarle la pierna, pero se las arregló para no hundirse y encaramarse a la barca.
-Scorpius! Dame la mano!
Con la ayuda del moreno Scorpius logró subir de nuevo a la barca, pero casí se cae otra vez cuando el mayor se le abrazó con todas sus fuerzas, jadeando.
-...hey. Hey Albus, ya está- le calmó, dandole palmaditas en la espalda-hemos...escapado del pulpo ese.
Rapidamente reacciono y se soltó, volviendo a sentarse en su sitio.
-...hay que seguir.
La barca, que estaba encantada para no separarse del grupo, comenzó a avanzar a un mayor ritmo que las otras. Cuando se miraron el uno al otro, Albus se echo a reir.
-...y ahora que te pasa?- tienes todo el pelo negro!-señalo su hermano con el dedo.
Scorpius se toco sus bonitos mechones rubios para descubrir que, efectivamente, sus manos se pringaban de negro. Miro a Albus.
-...y tu la cara!
Albus comprobo que era cierto, riendose todavía.
-Crees que ha sido el calamar?-preguntó frotandose la cara contra la túnica
- no creo que haya muchos bichos aqui capaces de soltar tanta tinta.
-cierto.....oye, te sabes algún hechizo para limpiar esto?
Rodando los ojos, Scorpius saco una varita y uso fregotego para devolver a la cara de su hermano su bonito tono claro natural. Por su parte tambien se limpió, y ambos usaron sendos hechizos de calor en un intento de secar su ropa. Lo lograron más o menos aunque Albus seguía notando, para su verguenza, que era incapaz de secar su ropa interior. Pero pronto eso perdió toda la importancia cuando ambos vieron aparecer ante ellos la silueta del castillo.
-Howarts-dijo Scorpius en una exalación
-Nuestro nuevo hogar-murmuró Albus
-Donde jugar al quidditch
-Conocer gente
-Aprender hechizos
-Ganar la copa de las casas.
Se volvieron a mirar y ambos sonrieron algo. Las dos sonrisas, a pesar de parecer tan distintas, mostraban los nervios y las ganas de ambos por lo que se avecinaba.
-Si no vas a Slytherin...preparate. Porque le patearemos el culo a tu casa en la copa de quidditch y en la de las casas.
-Eso habrá que verlo.
Y con esas palabras ambos bajaron de la barca. Sin darse cuenta, Albus se había aferrado a la túnica de Scorpius. Juntos, se encaminaron al interior de uno de los lugares más maravillosos e increibles del mundo. El colegio Howarts de magia y hechiceria.
En la entrada del castillo, un hombre diminuto les aguardaba. El profesor Filius Flitwick miraba a los nuevos alumnos con sus ojos brillantes. Parecían ansiosos, llenos de nervios, asombrados. Como todos la primera vez que llegaban. Probablemente llegarían a ser magos extraordinarios si les permitian enseñarles. Como subdirector de Howarts su deber era velar por cada uno de los alumnos, pero muy especialmente por aquellos pertenecientes a su casa, Ravenclaw. Presentía que muchas mentes brillantes entrarían este año en el colegio.
-Gracias por traerlos Hagrid.
-Un placer Filius. Espero veros pronto chicos- se despidió el semigigante entrando en el comedor para ocupar su puesto en la mesa del profesorado
- Bienvenidos a Hogwarts. Ahora, en un momento pasarán a través de estas puertas, y se unirán a sus compañeros de clase. Les iré llamando por orden alfabético, se adelantaran y les pondre el sombrero seleccionador. Cuando se les diga su casa, deberan sentarse en la mesa correspondiente con el resto de sus compañeros. Ahora-abriendo las puertas que daban al Gran comedor- síganme.
Los novatos miraban a su alrededor con los ojos muy abiertos. El gran comedor parecía un lugar de ensueño. Los estandartes de las cuatro casas se ergian regios en las paredes y en el techo se veia un msravilloso cielo estrellado. Los demás alumnos, sentados en las mesas, les mirsban con una mezcla de simpatía, curiosidad.....y algo de vergüenza ajena. ¿Realmente ellos habían tenido esas pintas y habían puesto esas caras cuando habían llegado?
La directora McGonagall se adelanto a recibirlos y con un gesto de su mano acalló los murmullos de las mesas.
-Que comience la ceremonia de selección.Uno a uno, los jovenes magos y brujas fueron siendo llamados.
-Allen di Angelo
El pequeño castaño temblaba al acercarse al taburete. Hijo de muggles, sabía muy poco del mundo mágico y no se sentía demasiado seguro. Aún así, trató de mantenerse todo lo erguido que pudo y se sentó derecho en el taburete. Apenas el sombrero rozó su cabeza, su voz se oyó por todo el gran comedor.
-GRIFFINDOR!
La mesa de los leones estalló en vítores de júbilo. Rapidamente le hicieron un sitio y comenzaron a presentarse todos. A cada niño que salía seleccionado para su casa, la mesa correspondiente explotaba de alegría recibiendo a su nuevo miembro. Alice Longbottom fue igualmente mandada a Griffindor, bajo la mirada de su orgulloso y sonriente padre.
Scorpius era el siguiente. Con paso firme y decidido fue hasta el taburete y se sentó lo más erguido posible. Notaba las miradas de todo el mundo sobre él. Cerró los ojos al notar como el sombrero se posaba sobre su cabeza.
-"Hum....dificil.....la mente no esta nada mal, pero le falta humildad....valor....aja aja.......y después...hum....si, tu estarás muy bien en" ........SLYTHERIN!
Scorpius sonrió y se levantó para ir a su mesa. Allí su hermana le hizo señas para que se sentara a su lado y con los otros novatos. Un sinfín de personas le daban la mano y palmaditas en la espalda, y le decian demasiados nombres como para poder recordarlos todos. Ya sentado, vio como Albus le miraba desde donde aguardaba su turno de ser nombrado. Sus ojos se cruzarón, y el moreno apartó la vista.
Estaba nervioso, muy nervioso, más de lo que había estado nunca. A cada nombre se acercaban más al suyo. A su lado, Beatrice tampoco cabía en su propia piel de la ansiendad. Iría después que él. Finalmente el momento que llevaba aguardando y temiendo todo el día llegó.
-Albus Severus Potter
Se adelanto del grupo y fue hasta el taburete.
-Vaya vaya....otro Potter. Veamos a que casa te mando a ti....
|
|
