Lágrimas de cielo azul OneShot-extra (SasuMina-NaruSasu-SasuNaru) ¡Subido extra 1!

La historia de un tritón y un amor imposible. Sasuke sabía que nunca podrían estar juntos, pero no había podido evitar enamorarse de un humano.

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  1. pri_sasukelove20
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    Extra 1: Te amo




    —Naruto. Naruto, despierta.

    Por más insistencia que hiciera sacudiendo sus hombros, el joven blondo no mostraba signos de despertarse. Dormía como una piedra, y se preguntaba como hacía para conciliar el sueño al aire libre y con el frio calando los huesos. No lo decía por él, sino por Naruto, un tritón soportaba las bajas temperaturas y estaba acostumbrado gracias a las cualidades de su cuerpo, pero en un humano las cosas varían.

    —¡Que te despiertes, mocoso!-le dio un coscorrón en la cabeza, perdiendo la poca paciencia.

    —¡Ah, eso duele, bastardo!-abrió los ojos de golpe, mientras sostenía su cabeza por el dolor.

    El azabache frunció el seño.

    —Te lo advertí varias veces, idiota. Es peligroso que duermes aquí, mira el cielo, ya es de noche. Vete a casa.

    El oji-azul se levantó del césped sacudiendo sus ropas y adoptó una cara más serie de lo normal, observó a Sasuke fijamente lo que puso incomodo a este ultimo.

    —Te estaba esperando…

    El tritón de hermosas escamas azules bajó la mirada, odiaba que le mirara de esa manera, le hacía sentir completamente vulnerable. Se arrimó más en la orilla empapado como era costumbre, las gotas resvalándose por todo su pecho y humedeciendo el suelo con la larga cola acomodada a su lado.

    —Naruto, debes saber que no siempre podremos vernos.

    —¡¿Por qué no?!-preguntó molesto.—¿Romperás nuestra promesa…?

    —Yo nunca dije eso, cumpliré mi palabra. Pero Naruto, al igual que tú, yo tengo una vida debajo del agua. Habrá ocasiones en las que no podré frecuentar esta zona, tengo responsabilidades como todo tritón. Que provenga de una familia legendaria, no me hace inmune a mis tareas.

    No podía cuestionar nada. Sasuke era honesto, solo quedaba atesorar todos aquellos maravillosos momentos en el fondo de su corazón y no arrepentirse nada.

    ¿Qué clase de pensamiento era ese?

    Parecía que fuera a morir…

    ¿Morir?

    —¿Naruto, me oyes?

    —¿Ah?

    El ojinegro relajó su expresión tratando de tranquilizarse. Naruto le desesperaba en muchas ocasiones, no debería sorprenderle ya.

    —Me iré entonces… no quiero molestarte-le dio la espalda sintiendo angustia en su interior.

    —Tú nunca me molestas-sostuvo su muñeca suavemente, el frio y cálido contacto provocó en ambos una corriente electica.

    —Sasuke…-susurró.

    Se dio vuelta repentinamente y se dejó caer junto al tritón para abrazarlo con fuerza. Un ansiado contacto que siempre necesitaba desde la muerte de sus padres, un acto de cariño al cual Sasuke no se rehusaba nunca.

    —Sasuke-jadeó.

    —Tranquilo-su pasiva voz despertaba paz en el blondo, una paz que creía algo fuera de este mundo. —Naruto, ven cuando quieras, solo avísame cuando y te esperaré, aquí en la orilla.

    Hundió su rostro en el hombro del moreno captando la dulce fragancia que desprendía su cuerpo. El olor del agua de mar y algas.

    —Te quiero-susurró quedito—Te quiero, Sasuke.

    El hombre mitad pez suspiró, mirando el firmamento estrellado. La bella atmosfera nocturna con un manto resplandeciente de estrellas. Cerró sus ojos acariciando las hebras rubias.

    —Yo también.





    Aquel fuerte apego hacia el humano comenzó desde su primer encuentro. Los deseos suicidas de Naruto se alejaron cuando él entró a su vida. Se parecían tanto, él y Minato eran tan similares, pero no, no podía confundirse.

    Nunca más. Nunca más sufriría por amor. El mayor pecado que podría cometer seria fijarse en Naruto, fijarse en él únicamente porque se parecía a su antiguo amor. No lastimaría el corazón de ese niño. Pero permanecería a su lado hasta que labrara un camino propio e hiciera una familia, entonces volvería a desaparecer en el océano.

    El día en que esos ojos azules derramaron lágrimas sobre él. El hijo de Minato pedía ayuda en silencio, una razón de vivir, Sasuke se la daría. Él se la daría hasta que pusiera los pies en la tierra y se convirtiera en un autentico adulto.

    Los meses comenzaron a transcurrir rápidamente. Su relación se afianzó sólidamente, el instinto de protegerlo y tener afecto por él. La lucha empezó en los siguientes días hasta llegar semanas y convertirse en meses nuevamente.

    Una lucha por sus sentimientos. Naruto era Naruto, no Minato. Nadie reemplazaría a su amor, pero no podía evitar sentir atracción por el blondo ruidoso e imbécil. Sasuke lleva mucho tiempo viviendo, no era en vano sus años, sabía mantener el control sobre sus emociones. No volvería a cometer el mismo error, no otra vez.

    Cállalo. Cállalo con todas tus fuerzas. Después de todo, soy un simple tritón… Naruto y yo, jamás podríamos…

    —Amarnos-miró el cielo estrellado.

    La esperanza de amar a alguien fuera del agua, era nula en todos los sentidos.





    Aquella noche resultaba ser bastante normal, pero marcaría para siempre a ambos. Especialmente a Sasuke, que se había resignado. Juntos en la orilla hablaban de banalidades hasta que Naruto comentó algo que lo dejaría aturdido.

    —Son las doce de la noche-miró su reloj pulsera con una pequeña sonrisa—¿Sabes qué día es hoy, Sasuke?

    El azabache sonrió de medio lado bajo la luz de la enorme luna.

    —Lo sé-le miró.

    Naruto se ruborizó y bajó la cara apenado.

    —Naruto-murmuró. Su mano llevaba algo muy especial consigo, algo que solo sería para él—Feliz cumpleaños-extendió la palma hasta el rubio y la abrió dejando al descubierto la hermosa joya de las aguas más profundas.

    Una perla verde jade.

    —Sasuke…-la tomó de la mano humedad y la admiró con dulzura. Similar a la que tenía su padre, solo que esta difería el color.—Es hermosa.

    —Es toda tuya, Naruto. Viaje muy lejos para conseguirla, ¿te gusta?

    El rubio le miró con ternura y amor. Sus ojos no podían ser más expresivos. Se abalanzó sobre el azabache acostando su cabeza en el hueco de su hombro.

    —Me encanta.

    —Naruto…

    El corazón comenzó a acelerarse, era inevitable. El calor de Naruto era trasmitido a su cuerpo, aún si vestía ropa, podía sentir la temperatura corporal del otro, y su cercanía lo ponía más nervioso. Era tan bobo, sonrió.

    O Eso creyó.

    —Sasuke, puedo oír tus latidos-se apartó, pero solo un poco. Sus respiraciones estaban rozándose.

    —No es… nada-su voz dudó. Dudó de sus acciones. Su cuerpo le traicionaba, maldición.

    —Estás sonrojado-admitió, mostrando una amplia sonrisa.

    —¿Cómo puedes saber eso?-se puso nervioso—Está oscuro.

    —Por eso, no me detendré, no ahora-le miró de una forma que el tritón no supo identificar—Sasuke… no puedo más.

    —¡¿Ah?!

    Lo tiró al suelo y se acomodó sobre él, con la larga cola entre sus piernas. Tomó sus manos y las unió a las suyas, Sasuke estaba sorprendido pero su rostro no lo demostraba. ¿Porqué luchar contra algo que él había soñado tener?

    Besar a Naruto era su más preciado deseo.

    Minato, siempre te amaré.

    Ese amor nunca se olvidaría, pero uno debía seguir adelante ¿verdad? Sasuke era un pez, pero no uno normal. Necesitaba afecto. Necesitaba amor, pero… ¿Por qué se había enamorado por segunda vez de un humano? ¿Por qué del hijo del hombre que amó? ¿No se consideraba traición?

    ¿Por qué lo ansiaba tanto sabiendo que dolería luego apartarse de él? ¿Por qué quería besarlo sabiendo los problemas que acarrearía?

    ¿Por qué?

    —Sasuke-murmuró contra sus labios, una mirada llena de determinación pesaba sobre él—Te Amo. Te amo, Sasuke.

    Puso la mente en blanco y lo hizo. Hizo lo que su corazón deseaba. Y eso era, probar los labios del hombre que había vuelto a darle esperanzas y que seguramente le rompería el corazón una vez más.

    No importa. No me importa. Solo quiero besarlo. Quiero trasmitirle mis sentimientos con mi beso.

    Quiero amarlo.


    Lo jaló de su nunca y abrió sus labios con su lengua. Los ojos del blondo no podían estar más abiertos, la sorpresa se la había llevado él. No había tiempo por perder, Sasuke degustó toda su cavidad que le supo deliciosa. Naruto se relajó, cerró sus ojos y correspondió al acto.

    En esa noche bajo la luz de luna, se contemplaban dos figuras unidas. Se abrazaron uno al otro sin separarse.

    —Te amo, Naruto.

    Él le miró con una dulce sonrisa en medio de lágrimas silenciosas, para luego volver a fundir sus labios sintiendo el mayor placer del mundo, el ser correspondidos.

    ¿Qué les deparaba a un humano y a un tritón ahora?
     
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9 replies since 17/12/2014, 03:48   395 views
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