Principe de Slytherin

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  1. CrewTing823
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    Titulo: Príncipe de Slytherin

    Pareja Principal: Harry/Draco

    Pareja Secundaria: Ron/Theo

    Aclaraciones: Puede que en esta historia Draco sea muy distinto al verdadero.

    Resumen: Draco sabe que si tiene que sufrir por ellos, lo hará, por qué son sus Slytherins, por qué él es su príncipe de hielo, por qué son sus verdaderos amigos, que nunca lo dejaran y que él tampoco lo hará, por qué no le importaría dar la vida por ellos.

    Por sus verdaderos amigos....

    ~~~ ø ~~~ <---- Significa que es un cambio de escena


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    Capitulo 4.

    -¡Los Aurores atacan!- se escucho a un mortifago con miedo, Bellatrix lo miró furiosa, pues siendo mortifagos no tienen que tener temor alguno, sino luchar hasta la muerte de todas formas, no cualquiera podría ingresar allí.

    -¡Tenemos que llevárnoslos ya!- grito Fenrir subiendo las escaleras de la mansión, Bellatrix resoplo con enojo y negó con la cabeza.

    -Yo me quedare a pelear, tu saca a los malditos de aquí, pero intenta que no se vean entre si- Fenrir asintió, un mortifago la miro curioso -¡El pequeño de los malfoy se pondría a pelear y eso nos causaría un problema, por eso no quiero que vea a theodore!-

    -¡Están entrando!- grito otro Mortifago, Bellatrix le miro con sorpresa.

    -¡¿Como es posible?! -Bellatrix no podía creer eso posible ya que solo los mortifagos y los malfoy podrian entrar, nadie más que ellos.

    -Lucius malfoy viene con ellos -dijo un mortifago respondiendo a su pregunta.

    Bellatrix grito furiosa -¡Maldito Traidor a la Sangre!- salio enseguida de la habitación en la que se encontraba y camino hacia la entrada de la mansión, donde un grupo de mortifagos se encontraba esperándola- ¡Esta noche abra guerra!.

    ~~~ ø ~~~


    -¡Basta de torturas!¡es hora de irnos de paseo!- dijo Fenrir entrando a la habitación donde 3 hombres se encontraban apuntando con sus varitas a un Draco Malfoy lleno de sangre, sus ojos vendados y atado de pies y manos contra la pared, con heridas en todo el cuerpo, algunas estaban abiertas y expuestas, entre aquellas se encontraba una enorme herida en su rostro que le llegaba desde la mejilla hasta la barbilla.

    Draco tenia la cabeza inclinada hacia abajo, cansado y con frió, había sido torturado por miles de hechizos que él nunca antes había conocido, hechizos que le habían cortado la piel lentamente, a veces hasta estaba a punto de morir pero siempre llegaba Bellatrix a curarle y empezar nuevamente las torturas que parecían jamas acabarse, pero Draco estaba más concentrado en otros gritos que no paraban de escucharse que parecían ahogarse en su propio dolor y llanto.

    Esos gritos le asustaban de sobremanera, nunca antes había escuchado gritar a alguien tan fuerte y que demostraba el dolor, si, el había gritado pero eso a el no le importaba.

    -¡Traigan al otro chico!- era un chico, Draco pensó en Theo y su corazón pareció detenerse para después bombear más rápido y comenzó nuevamente a tratar de desatarse, sus muñecas ya estaban en carne viva.

    -¡THEO!- grito con todas sus fuerzas, Fenrir se maldijo mentalmente y se acerco a Draco para darle un golpe en el estomago, que a Draco le saco el aire por unos agonizantes segundos hasta que su voz volvió y comenzó a gritar de nuevo -¡¿es Theo, verdad?!¡Déjenlo, por favor!¡Matenme, torturenme...hagan lo que quieran conmigo pero por favor, por lo que más quieran...déjenlo!- a medida que hablaba su voz se iba apagando para dejarse escuchar un desgarrador llanto que hizo asustar un poco a los mortifagos que lo torturaban, llegaran a sentirse dudosos de lo que estaban haciendo en aquellos momentos.

    -Déjenlo.... déjenlo...matenme...- decía entrecortadamente, Fenrir rió con su horrible voz.

    -Nos llevaremos a los dos chicos a otro lugar, este ya no es seguro, debemos hacerlo rápido por qué en la casa prohíbe la desaparición- los otros mortifagos asintieron lentamente sin dejar de ver al chico que lloraba y gritaba inhcorencias.

    Justo cuando Theo era arrastrado hacia la habitación donde se encontraban Fenrir los dos mortifagos y Draco, se escucho una explosión tan fuerte que vibro toda la mansión. A esa explosión le siguieron más y demasiadas voces se escuchaban. Fenrir maldijo nuevamente en voz baja y desatando a Draco con un hechizo no verbal, lo agarro del cabello y lo comenzó a arrastrar por el suelo sin importarle los quejidos y los gritos de dolor, ni la sangre que caía de sus heridas a cada movimiento y que esta dejara la sangre en el suelo.

    Theo se encontraba igual que Draco, tenia toda la ropa rasgada, las heridas por todo el cuerpo, el pelo negro oscuro estaba sucio y lleno de sangre, los labios resecos y las manos atadas con una cuerda invisible, este también era arrastrado por los cabellos y la sangre salia de sus heridas a cada movimiento.

    Salieron por otra puerta que estaba detrás de la mansión, los jardines se veían y cuando Fenrir quiso seguir avanzando, fueron interceptados por un grupo de aurores, saco su varita enseguida y al igual que los demás mortifagos, los hechizos comenzaron a volar por todo el lugar, Draco se saco la venda que tapaban sus ojos.

    Los abrió y los cerro rápidamente, la luz de la luna alumbrando le había hecho cerrarlos, cuando los abrió nuevamente, vio a su querido amigo Theo en el suelo siendo sostenido por un mortifago de los cabellos, vio su oportunidad de pelear contra el mortifago cuando este estaba distraído lanzando hechizos a otro Auror, estaba débil, pero el saber que su amigo estaba vivo le dieron un poco de fuerzas para seguir, quizá debía ser de aquella manera, aun cuando está a punto de morir tiene que luchar, sin importar los dolores o sufrimientos.... debia seguir.

    -¡Maldito- grito el Mortifago al sentir como alguien lo empujaba y lo tiraba al suelo haciéndolo soltar la varita y a Theo, quien quedo en el suelo de rodillas sollozando de dolor.

    -¡Maldito! Morirás por lo que le hiciste a Theo- grito Draco al ser empujado lejos por el hombre y dar justo con la varita, la cual agarro y apunto al hombre.

    El mortifago lo miro con odio -¡Te odio!- volvió a gritar Draco -¡Expediarmus!- el hombre fue a dar contra el suelo metros lejos de él, quien se acerco arrastrándose a su amigo, que seguía con la venda puesta en los ojos.

    -Tranquilo- susurro sacandole la venda, Theo al escuchar la suave voz de su amigo se quedo quieto en su lugar con los ojos aun cerrados a pesar de que las vendas ya no estaban en estos -Abre tus ojos y mírame, Theo- le dijo poniendo sus manos llenas de sangre sobre las mejillas de su amigo, quien abrió lentamente los ojos, tratando de acostumbrarse a la luz de la luna, cuando pudo del todo, las lagrimas caían libremente de sus ojos mirando a su amigo.

    -Draco...- susurro él, Draco sonrió con amor y algo de dolor abrazando a su amigo y sollozando despacito.

    -Ho, Theo...¿como?- pregunto bajito sin importarle estar entre mortifagos y aurores peleando.

    -No lo recuerdo- le contesto, pero Draco en ese momento sintió como una fuerza lo tiraba contra la pared de la mansión y la sangre salia de su boca -¡DRACO!- grito Theo mirando asustado a su amigo, pero antes de que pudiera arrastrarse hacia donde se encontraba Draco, uno de los aurores lo agarro del cabello como lo hacían antes los mortifagos, los cuales se encontraban todos en el suelo atados con un incarcerus.

    -¡Malditos mortifagos, ustedes la pagaran caro pudriéndose en azkaban!- Grito un Auror de pelo castaño y ojos cafés.

    A Theo no le intereso escuchar y peleo con el auror que lo sostenía para ir hacia donde su amigo se desangraba.

    Draco bajo su mirada a su estomago, donde había una herida enorme y profunda de donde la sangre salia sin parar, su boca se llenaba de sangre que bajaba por las comisuras de sus labios.

    Miro a su amigo Theo, creía que quizá todo estaba por acabar, su amigo estaría vivo, estaría bien, por que sabia que el ministerio no podría encerrarlo al ver sus recuerdos...ellos no podrían ser tan crueles.

    Ahora el podría morir en paz, alejarse de esa sociedad cruel y destructiva, siempre odio la forma en que las personas se comportaban con el, con los Slytherin, sin parase a conocerlos un poco, llevándose por los rumores, solo por qué voldemort había estado en esa casa ellos tenían que sufrir de las discriminaciones desde el primer momento en el que pisaran Hogwarts.

    Toda su vida había pensado que la muerte era una solución muy buena, pero también cobarde, y a pesar de que él lo había pensado muchas veces, siempre miraba la cara de su padre y se decía a si mismo que no podía, no podía dejar solo a su padre en un mundo lleno de crueldad, donde las personas siempre querían destruir la belleza del mundo, simplemente no podía. Pero cuando Voldemort había vuelto, su padre se había convertido en un hombre más frió y cruel como las personas que el siempre odio, lo había maltratado, en esos momentos el pensaba en la muerte como una solución a sus problemas, pero entonces buscaba en los ojos de su padre y se daba cuenta de que algo estaba mal, por que en esos ojos no veía el odio, solo veía una infinita tristeza mezclada con dolor y cansancio.

    Le dolería abandonar a su padre en un mundo lleno de dolor y destrucción, pero el ya no aguantaba mucho tiempo en ese lugar, donde la gente lo único que hacia era lastimarlo, los mortifagos lo hicieron y lo dejaron roto, sin arreglo, dejaron que su corazón se rompiera y su mente se dañara.

    Fue cerrando los ojos lentamente, sintió unos brazos cálidos rodeándolo y una voz desesperada diciendo cosas que no entendía en esos momentos, dejo de sentir todo, se alejo del mundo quedándose en una oscuridad sin fin.

    ~~~ ø ~~~

    -¡¿Que diablos sucedió aquí?!- grito Kingsley llegando junto a Lucius, quien miro con sorpresa y horror el estado de su hijo, se acerco corriendo y lo abrazo contra su pecho.

    -¡Draco! Merlin, merlin, merlin... no te mueras... no puedes dejarme- decía con desesperación en su voz, comenzó a llorar con fuerza sin importarle los aurores, ni la sangre sobre su ropa.

    -¡Llamen a un medimago!¡AHORA!- los aurores asintieron haciéndole caso al ministro y Kingsley en ese momento se dio cuenta de Theo, por la condición en al que se encontraba y lloraba mirando a su amigo al parecer también había pasado lo mismo que Draco.

    Se acerco al chico enseguida y se agacho a un lado de él -Descuida, te sacaremos de aquí, te cuidaremos -comenzó a susurrarle, Theo le miro con los ojos llenos de dolor y tristeza.

    -¡Salve a Draco!¡Salvelo por favor, haré lo que me pida pero salvelo, si es necesario hare lo imposible!¡mateme si es necesario! -las palabras de theo sorprendieron a Kingsley y antes de poder decir algo, en ese momento, varios medimagos aparecieron en el lugar, ahora podían aparecerse pues Lucius había aceptado las apariciones.

    Cuando vieron a ambos muchachos, se horrorizaron y preocuparon, se llevaron a Theo, quien no puso mucha resistencia, en cambio Lucius no soltó a su hijo, sino que se desapareció de ahí junto a los demás medimagos mientras mantenía a Draco entre sus brazos.

    En esos momentos, el Trió Dorado llego corriendo, encontrándose con Kingsley lleno de sangre en el suelo, lo que los asusto mucho.

    -¡Señor!- gritaron horrorizados al verlo lleno de sangre.

    Kingsley los miro en silencio, sin decir nada, estaba demasiado impactado por las palabras del chico Nott, definitivamente, esos chicos estaban demasiado dañados, tanto física como emocionalmente.... y eso le rompía el corazón.
     
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6 replies since 29/12/2014, 08:31   358 views
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