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"El tiempo lo cura todo... una herida en la piel... una cicatriz del cuerpo... incluso... ¿un corazón roto?... ¿un espíritu destrozado?... ¿un alma en mil pedazos?... El tiempo, lo cura todo, al igual que sólo el amor puede sanar las heridas más profundas..."
* Ficha Yuriko-sama:SPOILER (click to view)Nombre: Stefan di Benetto
Edad: 22 años
Sexualidad: Homosexual
S/U/S: Uke
Nacionalidad: Italoamericano
Personalidad: Stefan es del tipo serio y frío, le gusta mantenerse al margen de cualquier situación, cumple con lo que se le pide en el trabajo y nada más que eso, no tiene una real aspiración o sueño que cumplir o simplemente nunca se lo ha planteado. Suele decir lo que piensa incluso si eso le causa problemas, no es nada amable si lo que quiere es que te alejes de él y le des su espacio. No confía demasiado en las personas de hecho, no confía nada, es bastante difícil que puedas hacerte llamar su amigo pero cuando lo seas más te vale que no le traiciones porque entonces el cortará toda relación contigo. Ya saben, es mejor cortar de raíz, según él. Es alguien muy independiente, si quiere ir a cualquier parte no necesita ni permiso ni compañía de nadie para ir donde quiere. En las relaciones suele mostrarse muy confiado, si lo que quiere es disfrutar de una noche de sexo sabe bien a quien recurrir de entre sus conocidos pero no por eso significa que esté apegado a ellos de alguna forma, para él simplemente es un intercambio beneficioso entre dos personas. Muy en el fondo (pero muuuuy en el fondo) queda algo del joven adolescente retraído y tímido que era, aquel romántico que deseaba encontrar a su persona ideal y que nunca pudo olvidar a su primer amor y que tristemente fue quien más le lastimó y le hizo cerrarse por completo, claro, además de ciertos asuntos personales que no puede superar (¿quién podría?) no es que él se haga la víctima, al menos no ahora, pero todavía hay una parte dentro de él que está muy herida y frágil. Desde años no llora, cosa que pasaba seguido cuando era tan sólo un joven, pero a veces siente esa oleada de sentimientos agazaparse en su interior, oprimiendo su pecho, gritando por salir, es entonces cuando él prefiere irse de festa o acostarse con alguien para alejarse de ese sentimiento que él creía olvidado.
Historia: ¿por donde comenzar?, supongo que por el principio. Stefan era un chico con una familia aparentemente feliz. Un padre dedicado quien proveía a su familia de todo lo que hiciese falta. Una hermosa madre que hacía el papel de ama de casa que cuida de sus hijos. Sin embargo, detrás de la fachada de familia feliz se encontraba un secreto, el padre de Stefan abusaba de él constantemente desde que cumplió los 8 años y luego hasta los 15 años, cuando él comenzaba el instituto. Ahí fue donde pasaba la mayor parte del tiempo hasta que se hacía lo suficientemente tarde para que su padre o no estuviese o se encontrara dormido, mientras se escondía en el colegio, algo retraído, tímido y alejándose de la multitud, conoció a un chico del cuál se enamoró y el cual correspondía a sus sentimientos pero que después de pocos meses desapareció sin explicación alguna dejándolo sólo. Stefan sufrió mucho cuando su primer amor desapareció, pues pasando el tiempo con él, quedándose en su casa y simplemente charlando, olvidaba la basura de familia que tenía, pues sí, su madre cabía en el mismo costal pues Stefan estaba seguro que ella sabía lo que su padre hacía con él y aún así nunca dijo nada o hizo nada para tratar de detenerlo, era imposible que ella no supiese algo así ¿no?. En pláticas con su enamorado hablaban de vivir juntos lejos, Stefan nunca le dijo la razón por la cuál deseaba irse de casa, pero se notaba que estaba desesperado por hacer ese sueño realidad. Cosa que nunca pasó. Cuando él cumplió los 18 años se fue de la casa de sus padres y decidió vivir sólo, no quiso seguir con la universidad pues en realidad no sabía que quería hacer de su vida, consiguió un trabajo en el restaurante en el cual trabaja actualmente.
Gustos:
♥ Masturbarse (está en una etapa caliente) xD
♥ Los perros (ya saben lo que dicen de los que gustan los perros ¬¬....)
♥ Escuchar música
♥ Espacios al aire libre
♥ Dibujar, o sólo garabatear
♥ La soledad, un poco
♥ El invierno
Disgustos:
x Que lo utilicen
x Vivir con sus padres (por eso vive sólo)
x Las personas insistentes/acosadores
x Las personas que se esfuerzan, cuando saben que no lograran nada
x Las personas abusivas
x El verano
Apariencia:
Cuando estaba en instituto:
Hoy:
Extras:
- Ahora sólo tiene un amigo cercano en quien puede confiar, aunque no le ha contado toda su historia.
- Trabaja en un restaurante como mesero
- Por la noche le gusta visitar los bares gay donde puede encontrar a alguien con quien engancharse, si tiene ganas.
- Puede trabajar de barista, pero no lo hace porque dice que "afecta" su vida nocturna
- Casi siempre duerme durante la tarde para recargar baterías y salir por la noche
- No ha contactado con sus padres desde que dejó su casa.
* Ficha Mz_UndertheRose:SPOILER (click to view)» Nombre: Alessander Benedict (Xander Lightwood)
» Edad: 24 años
» Sexualidad: Homosexual
» S/U/S: Seme
» Nacionalidad: Americano
» Personalidad:
Alessander es alguien fuerte, luego de todo lo que vivió aprendió a como tomar las cosas de la mejor manera y hay pocas cosas que logran perturbarle. Siempre se preocupa por los demás, busca que las personas a su alrededor no sufran, ver el dolor de sus seres queridos es algo que nunca le ha gustado. Es inteligente y muy observador, además de ingenioso y astuto, así que de alguna manera siempre logra conseguir lo que busca y si no moverá cielo y tierra para conseguirlo, no es alguien que se rinda fácilmente. Es ambicioso, de una buena manera, siempre quiere conseguir más para lograr ir avanzando. Los retos son algo que el disfruta mucho. Lo que le ha tocado vivir le ha enseñado que nada bueno salen de las cosas fáciles. Mientras más difícil sea mejor para él, después de todo cuando más se lucha para alcanzar algo, mayor es la recompensa y de esa manera las cosas se aprecian mucho más que si se hubieran conseguido fácilmente. Tiene un sentido del honor demasiado alto. Odia con todo su ser a los delincuentes y a las personas deshonestas. Es muy honesto y sin pelos en la lengua, detesta mentir, ya que por mucho tiempo su vida fue una mentira y eso no trajo nada bueno, fue todo lo contrario. En el amor es alguien pasional, se preocupa mucho por el bienestar de su pareja. Cualquier cosa que él pueda hacer para su ser amado lo hará. Es cariñoso sin llegar a empalagar, pero por más que ha salido con algunas personas no puede sacarse de la cabeza a su primera y único amor. No existe nadie más, para él aquel chico es la única persona destinada para estar a su lado, ya que es la única persona con la que se logró conectar tan profundamente.
» Historia:
Hijo de una adorable ama de casa y un empresario respetado. Se puede decir que creció en una familia de buena posición económica, ya que mientras crecía nada le hizo falta. No eran millonarios, ni nada parecido, eran como cualquier familia americana de clase media-alta. Cuando empezó en la escuela siempre fue un alumno excepcional, responsable, respetuoso y con una habilidad innata para atraer a las personas a él, aun así su grupo de amigos era reducido, constando únicamente de un par de chicos. Cuando entró a la preparatoria su padre fue transferido a otra zona del país, ahora su salario era mucho mayor del que había tenido, así que ahora podían darse el lujo de mudarse de la pequeña ciudad donde vivían, todo con el apoyo de la empresa en la que su padre trabajaba. Con el cambio tuvo que dejar a sus amigos y adentrarse a una nueva preparatoria. Como era de esperarse no le fue difícil adaptarse a su nuevo entorno, aunque aún seguía sin tener verdaderos amigos en su escuela, después de todo él era algo selectivo con las personas con las que se rodeaba. No fue hasta que conoció a un chico algo tímido y retraído que sintió que había encontrado una persona en la que podía confiar. Poco a poco se fue ganando la amistad de aquel silencioso chico y junto con eso un sentimiento hermoso empezaba a nacer en ambos corazones. Alessander soñaba con el momento de marcharse con aquella persona tan especial que se había incrustado fuertemente en su corazón. Todo era hermoso, casi como en un cuento... pero la vida suele tomar giros crueles e inesperados.
Cuando Alessander tenía 17 años se enteró que el prometedor trabajo que tenía su padre era el narcotráfico. Desde hacía años su padre había trabajado con vendedores de drogas y era por eso que se habían mudado, para extender la red a nuevas zonas y así ganar aún más dinero. Todo había salido bien, pero una cadena es igual de fuerte que su eslabón más débil. Debido a un desliz las cosas se habían complicado y ahora toda su familia estaba en peligro. Su padre buscando protegerles decidió confesar a la policía todo lo que había sucedido, con la única condición de que protegieran a su familia. Fue así como Alessander y sus padres fueron ingresados en el programa de protección a testigos... Ahora el problema era que él debía marcharse, irse lejos y dejar su vida, sus amigos... incluso a su persona tan amada. Como regla no podía decir nada, simplemente tendrían que desaparecer sin mirar atrás, para así no poner en peligro a su familia ni a su amado, después de todo aquel grupo para el que trabajaba su padre estaba tras de ellos. Así fue como Alessander tuvo que tomar una nueva identidad (Xander Lightwood) para poder seguir con su vida de la forma más normal que pudiera. Vivió varios años bajo la protección de la policía, haciendo caso a todo lo que ellos dijeran hasta que el caso estuvo finalmente cerrado, con toda aquella banda de maleantes tras las rejas. Ahora que todo ha terminado ha decidido regresar en busca de aquel amor que dejó y no pudo olvidar, esperando que todo pudiera volver a ser como antes.
» Gustos:
- Los animales.
- La música tranquila.
- Dar caminatas al aire libre.
- Tocar el piano.
- Los días nevados o fríos.
» Disgustos:
- Las drogas y todo lo relacionado a ellas.
- Los días de calor extremo.
- Los sonidos demasiado fuertes.
- El dulce en exceso.
- Su padre.
» Apariencia:
Cuando era joven:
Ahora:
(Solo ignoremos los ojos de serpiente xD
No quise alterar la imagen por derechos de Copyright)
» Extras:
- Por más que trató de olvidar a su primera amor nunca pudo, por esos sus relaciones nunca terminaban de funcionar.
- Tiene una Husky Siberiano llamada Naya.
- Desde que se enteró lo que hacía su padre le tiene un gran resentimiento, ay que por su culpa no pudo quedarse al lado de la persona que amaba.
- Trabaja como pianista por las noches.
Un sonido agudo y repetido me sacó de mi plácido sueño a eso de las 6 de la mañana, ubiqué debajo de mi almohada la fuente del molesto ruido, mi móvil me avisaba que era hora de levantarme para comenzar con mi rutina diaria. Apagué la alarma y medio dormido aún dejé la cama para dirigirme al baño, me miré en el espejo "diablos! me veo como una mierda... tal vez hoy no salga..", me dije a mi mismo.
Me metí a la ducha dejándome mojar por el agua fría, era lo que necesitaba para poder despertar totalmente. Ni siquiera me tomé el tiempo suficiente para relajarme, pues si lo hacía seguro me quedaría dormido, así que rápidamente salí de la ducha. Me sequé el cabello y ubiqué la ropa que usaría hoy, elegí un vaquero negro y una playera blanca con el logo de los Rolling Stones al frente.
Tomé mi billetera, mi móvil al cuál le coloqué los auriculares y salí de mi apartamento para dirigirme a mi trabajo. Eras las 8 y 10, seguro mi amigo Marco también se encontraría en camino ya hacia el restaurante. Mientras caminaba por la calle puse el reproductor de mi móvil y comencé a escuchar algo de música que me relajara y me mantuviera alejado de lo que pasaba a mi alrededor, me deje llevar casi de manera automática hasta el restaurante donde entré por la puerta de empleados directamente a la zona de los casilleros y vestidores. Tenía razón, Marco ya estaba ahí -buen día Stefan... te ves cansado... ¿saliste anoche?...- me preguntó curioso y con una sonrisa, a lo que yo le miré molesto -¿que te importa? si no salgo contigo no puedo divertirme?...- respondí de manera más relajada pero aún con tono retador... -no que va... puedes hacer lo que quieras... pero sabes que el jefe te matará como te vea con esa cara... y hablando de no salir conmigo, hace tiempo que no te pasas por mi casa a beber algo...- me respondió de nuevo con una sonrisa. Marco era un buen amigo, confiaba en el lo suficiente y podía charlar de manera normal, además también aguantaba mi forma de ser, no es como si tuviéramos algo especial, simplemente, nos entendíamos.
Edited by Yuriko-sama - 5/1/2015, 22:40
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Desperté mucho más temprano que los días anteriores. Había regresado hacía casi una semana y aun no tenía señal alguna de él. Cuando decidí regresa pensé que sería mucho más sencillo encontrarle. Claro, no había tomado en cuenta la posibilidad de que no siguiera viviendo donde lo había hecho, un gran error de mi parte, después de todo habían pasado varios años desde que me había marchado. Aun así no pensaba rendirme. El día anterior había encontrado lo que parecía una pista. Mientras caminaba por las calles había creído ver a alguien muy parecido a Stefan, no podía estar cien por ciento seguro de que fuera él, pero aun así le seguí. Le vi entrar a un restaurante y por lo que logré ver desde fuera él trabajaba ahí. Cuando me duché y estuve listo salí de la habitación del apartamento que estaba rentando, no sin antes tomar las llaves y todo lo necesario de la mesita de entrada. El restaurante no quedaba a más de unas cinco calles de donde me estaba quedando, así que luego de caminar un poco llegué sin problemas, después de todo había vivido aquí por un par de años y conocía e la mayoría de los lugares. Entré y tome lugar en una de las mesas desocupadas. No quería llamar demasiado la atención. No estaba seguro de encontrarme a salvo al cien por ciento. Corrían los rumores que gente que trabajaba con mi padre seguía por aquí y no quería correr muchos riesgos, sabía que era lo que me esperaba si alguien me descubría. Para mi suerte los años habían estado de mi lado.
Había cambiado mi apariencia un poco. Mi piel antes un poco pálida había tomado un color más dorado, mi cabello también había cambiado gracias al sol y el ejercicio constante había hecho que mi constitución, antes delgada, se volviera un poco más musculosa. Todo eso hacía casi imposible reconocerme, una ventaja, pero un problema a la vez. Mientras estaba fingiendo leer el periódico que había encontrado en la mesa le vi entrar. Ahora que estaba más cerca de él estaba seguro que era mi Stefan, no me había equivocado. Él también había cambiado, pero podía poner mi mano al fuego, estaba seguro que ese era Stefan. Ahora debía proceder con cuidado. Si todavía habían personas tras de mí no podía descuidarme. Si Stefan me reconocía le pondría en peligro y no me perdonaría eso. Así que esperaba poder hablar con él, en un lugar en el que fuera seguro hacerlo.. -
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Al terminar de hablar con Marco en los vestidores me cambie, poniendome el clasico ubiforme de mesero, un pantalón negro, una camisa blanca, un chaleco a juego con el color del pantalón y zapatos. Era algo mas que nada tradicional pero al dueño le gustaba de esa forma, en fin, yo no tenia nada que decir al respecto, tampoco era como que me inportara. Aunque me sentía como una mierda, tome aire y puse la mejor de mis sonrisas, algo de lo que nadie podía quejarse era de mi servicio, y eso era una ventaja para mi, nunca hubiera pensado que mantener las apariencias fuera a servirme de algo pero ahora veía el resultado de años de mantener un bajo perfil aún cuando tu vida se cae a pedazos. Claro, parecía era don natural o algo, gracias a eso siempre obtenía buenas propinas y favores de los clientes.
Atendi dos mesas que estaban en mi seccion con mi amable actitud, aunque dentro pensara que la pareja que estaba ahi eran un par de idiotas y el hombre de entrada edad era un tacaño odioso y aparte un imbecil total, nada de eso lo demostraba mi cara. Tal vez deberia ser actor, ahora que lo pienso, aunque tal vez terminaría ppr aburrirme demasiado pronto. Suspire resignado, hoy parecía no haber buena clientela o nadie que llamara mi atención. Al menos no hasta que vi a un tipo que entraba y se sentaba en una de las mesas con cierta tranquilidad, ni siquiera parecía tener prisa porque le atendieran, Marco eataba ocupado asi que decidí tomar la orden, despues de todo Marco ya tenía mucho en sus manos y dudaba que se molestara por que atiendese una mesa de su seccion, me acerque con actitud gentil hasta la mesa, extendí un menu al chico -buenos días, ¿esta listo para ordenar? - mostre mi mas amplia sonrisa, realmente, viendole tan cerca podia notar que él era justamente mi tipo, sin embargo eso de salir con los cliebtes no siempre era una buena idea, lo habia aprendido por la mala unos meses antes, un tipo con el que me había acostado y que visitaba regularmente el lugar se había quejado con el jefe cuando no acepte su invitacion de salir juntos, no entiendo como puede haber quienes aun creian que solo por haberte acostado con ellos una cez ya tenian derecho sobre tu vida... -¿puedo ofrecerle café? ¿o tal vez un té?- era mi trabajo atender a los clientes y yo lo hacia como era debido ni mas ni menos.
Edited by Yuriko-sama - 3/1/2015, 21:57. -
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Cuando vi como Stefan se acercaba a la mesa pensé que ese era el momento. Si el me reconocía pues tendría que convencerle que habláramos en un lugar más privado, si no era así podía ir tanteando el terreno para encontrar el momento justo para hablar con él. Al verle sonreír tuve que evitar sonreír como un tonto. La sonrisa de Stefan siempre había podido conmigo. Cuando éramos más jóvenes era muy difícil verle sonreír, pero cuando lo hacía sentía que mi mundo se iluminaba. Al parecer no me había reconocido. No iba a negar que me sentía algo decepcionado con eso, pero era mejor de esa forma. Al escucharle preguntar si quería té o café se confirmó que no sabía quién era yo. Stefan siempre había sabido me odio por él té. Eran cosas pequeñas pero esas cosas las recordaba bastante bien. Nunca haba logrado olvidarlas. –Una taza de café americano grande sin azúcar, por favor.- pedí mientras le miraba a los ojos. Sentía que algo había cambiado en él. No estaba seguro de que era, pero su mirada, de alguna forma no era la misma. –También quisiera una croissant de queso.- dije señalando lo primero del menú. La verdad era que no tenía hambre, pero quería seguía hablando con él. Ver s podía descubrir que era lo diferente en él. . -
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La sonrisa de aquel chico realmente parecía sentirle bastante bien en su atractivo rostro... rayos! era demasiado, incluso podría parecer un modelo... si tan sólo no fuera nuestro cliente posiblemente me le echaría encima y lo llevaría a la cama... pero en fin, no se puede tener todo en ésta vida y prefiero tener mi trabajo que un folleteo de una sola noche, anoté en una pequeña libreta que llevaba en el bolsillo del chaleco lo que él había ordenado, tenía gustos bastantes regulares, supongo -Entonces café americano y croisant de queso... ¿algo más en lo que pudiera ayudarle o traerle?...- pregunté amablemente, realmente mi trabajo no era para nada glamoroso pero las propinas siempre eran bastante buenas, Marco siempre me recriminaba como diablos podía ser un total estúpido y sólo en el trabajo un encantador tío... bueno, un talento que se desarrolló con el tiempo.
Me acerqué un poco más a donde estaba el otro para poder señalar en el menú -Lo siento!, olvidé ofrecerle el especial del día...- dije mientras mantenía mi agradable actitud... debo admitir que al final del día a veces siento medio entumido el rostro por tantas sonrisas falsas, pero son gajes del oficio, supongo -Tenemos Panqueques de banana y fresa hoy...- eso era nuevo, al jefe se le había ocurrido la brillante idea de poner el menú un platillo que normalmente no servimos, tanto a la hora de los desayunos como a las comidas, por eso lo había olvidado... "esas cosas debería decirlas desde un tiempo antes, ese maldito viejo..". -
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No aparté mis ojos de Stefan. Había pasado demasiado tiempo sin poder verle, así que ahora quería aprovechar toda oportunidad que tuviera para hacerlo. Cuando se disculpó por no haberme ofrecido el especial del día reí de medio lado. Stefan siempre había sido alguien un poco distraído cuando era más joven así que el que olvidara el especial del día me hizo recordar eso. Recordaba cada pequeño detalle que tuviera que ver con él, jamás había logrado sacarle de mi mente. –No te disculpes.- dije restándole importancia. -Tomaré uno de esos también.- terminaría llevándome algo a casa, de eso no había duda, era mucho más comida de la que solía tomar por la mañana. -Si es posible sin miel o jarabe, por favor. Las cosas extremamente dulces no me sientan bien.- Odiaba el sabor tan empalagosamente dulce de los panqueques cuando se les echaba miel o jarabe, en realidad odiaba todo lo que fuera dulce en exceso. Solo había un sabor dulce que me gustaba y tenía muchos años sin probarlo. Era molesto tenerle enfrente y no poder hacer nada. . -
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Vi la sonrisa de medio lado del chico, de verdad se veía bien y algo en él me recordaba a alguien sin saber exactamente a quién, decidí descartar ese pensamiento de mi mente, después de todo estaba trabajando y no necesitaba distracciones de ningún tipo -perfecto!- sonreí mucho más ampliamente, el viejo nos había dicho que si vendíamos muchos especiales nos daría cierta comisión, era como un concurso entre Marco y yo, lo cuál era genial, nunca está de más un poco más de plata en el bolsillo. Lo que él agregó respecto a lo dulce me sorprendió un poco, realmente había pocas personas que hacían ese tipo de pedidos -no se preocupé, les diré en la cocina que se moderen con el jarabe...- agregué siendo amable -si eso es todo, me retiro entonces, volveré en unos minutos con su orden...- dije mientras me daba la media vuelta y caminaba hacia la ventana que daba hacia la cocina, les di la orden y luego me fui a las demás mesas a seguir con mi trabajo.
Después de unos cinco minutos escuché la campanilla de la cocina, al parecer uno de los pedidos estaba listo, al verlo supe que era de la mesa de aquel atractivo chico, lo tomé todo y lo puse sobre la charola para luego acercarme de nuevo con aquel chico. -bien... aquí tiene... un croissant de queso... unos panqueques sin miel... y un café americano...- dije con gentileza -¿hay algo más que pudiera hacer por usted?- "tal vez follar... un blowjob... whatever you like!" terminé en mi mente con ironía... y una sonrisa en mi rostro que pocos podrían saber el tipo de pensamientos que cruzaban por mi mente.
Aunque hoy había decidido no salir, supongo que éste tipo me puso de humor... tal vez tendría que llamar a alguno de mis contactos para "saludarle" más tarde.. -
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Aun cuando Stefan se alejó de mi mesa no aparté la mirada de él. Pensaba en que forma convencerle para reunirme con él para poder aclarar las cosas y luego ver como se desenvolvería todo. Trataba de ser lo más discreto posible, había aprendido que lo mejor era no llamar la atención más de lo debido y en mi situación eso no era lo mejor. Luego de unos minutos él regresó con mi pedido. -Muchas gracias.- dije recibiendo la comida con una ligera sonrisa. -Yo creo que es todo por el momento.- dije viéndole a los ojos. -¿A nombre de quien deberé dejar la propina?- pregunté antes de que se marchara de la mesa. Si no me reconocía como Alessander pues no me quedaba de otra más que seguir siendo Xander. Si lograba convencerle de salir conmigo podría llevarle a un lugar seguro para contarle todo lo que había pasado en todos estos años. . -
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Era una lástima que el tipo no fuera de esas personas que comiera en grandes cantidades, así podría seguir contemplándole mientras le atendía, el que fuera mi tipo era un término bastante burdo a decir verdad pues él encajaba perfectamente con mis estándares de calidad, sonreí de vuelta -Entonces está bien...- su pregunta me distrajo, al menos fue considerado al preguntar, seguramente Marco me ganaría esos dolares si se los dejaba -Stefan, por favor...- amablemente volví a sonreír -si eso es todo, me disculpa, pero tengo trabajo que atender... disfrute del almuerzo...- me dí media vuelta y me dispuse a seguir trabajando, realmente había comenzado a llenarse de gente y para mí era una buena hora para ganar mucha plata.
El trabajar en éste lugar siempre era ventajoso, cuando venían mujeres sólo bastaba con una palabra amable, un sutil toque en sus manos o un halago; y en el caso de los hombres a veces también funcionaba eso, pero ellos son más de rapidez en el servicio y que la cuenta siempre sea correcta, con ello siempre obtenía propinas que a veces estaban por encima de mi sueldo. Tan fácil.
Mientras atendía algunas mesas no podía evitar mirar de reojo a aquella apartada mesa donde aquel adonis se encontraba.... -
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Cuando se retiró comencé a comer. Primero me comí lo salado, era lo que más disfrutaba. La verdad era que la comida estaba bastante sabrosa. El café también, era difícil encontrar un lugar en donde el café no necesitara de azúcar para saber bien. Cuando termine el croissant tomé los panqueques. Al probarlos me entré que no estaban nada mal. No estaban exageradamente dulces así que se podría decir que los disfruté. Traté de comer lo más lento posible. Quería seguir observando a Stefan, luego de tanto tiempo lejos deseaba poder admirarle por un poco más de tiempo. De vez en cuando sentía su mirada sobre mí. Me preguntaba si en verdad no me había reconocido, pero cuando estuvo cerca no noté ningún atavismo de reconocimiento por su parte. Al final si logreé terminarme la comida. Estos días había estado comiendo de una manera muy irregular. Hasta ayer había logrado encontrar un lugar en el cual poder tocar para ganar algo más de dinero. Lo que tenía en el banco era solo para emergencias así que no podía daré el lujo de disponer de ese dinero. Cuando terminé busque al chico con la mirada, al parecer estaba muy ocupado por que entre tantas personas no logré verle. Saque mi billetera y dejé el dinero de la cuenta en la mesa. Luego tomé unos billetes más para la propia de Stefan. Con un pedazo de papel que tenía dentro de la billetera logre hacer un sobre bastante improvisado y sobre este puse el nombre del chico. Dentro había puesto junto con el dinero mi número de celular, junto con "mi nombre". Si tenía suerte Stefan llamaría y así le invitaría a salir. Llamé al otro chico ya que aun no salía de la cocina y le di el dinero de la cuenta y el sobre para que se lo diera a Stefan. Así tome el resto de mis cosas y salí del restaurante. . -
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Al verme tan ataviado con los clientes dejé de poder darme el lujo de mirar a aquel chico cada tanto, de manera que, cuando se fue ni siquiera pude verle, había sido una lástima, seguro Marco había recogido el dinero de la cuenta y con ello, mi propina. Eso me molestaba un montón pero no podía decir nada al respecto, después de todo esa había sido su mesa desde un principio. Seguí con mi trabajo apresuradamente, era difícil encontrar tiempo para hablar siquiera con Marco cuando los clientes estaban llenando el lugar, y es que el tiempo del desayuno era la hora en la que más clientela teníamos, incluso más que a la hora de la comida.
Cuando las cosas se tranquilizaron pude hablar con Marco, o de hecho, él se acercó a mí -hey!...- dijo mientras me extendía un pequeño sobre -¿y ésto que diablos es? Sabes que yo no me drogo ¿cierto?...- era imposible que fuera algo como eso pero siempre y cuando pudiera molestar a Marco me iba bien -idiota! deja de decir esas cosas, el jefe podría escucharte y se podría armar un malentendido...- me reí ante su comentario, era un simple miedoso -no, en la mañana aquel tipo de la mesa que atendiste, dejó esto para ti... mira dice tu nombre....- abrí mis ojos un poco más de lo acostumbrado -¿en serio? Gracias...- lo tomé de su mano y lo abrí, era un billete muy bueno para ser propina y no sólo eso dentro venía un papelito con el nombre y el teléfono del tipo "Xander, extraño nombre, pero quien diablos soy yo para criticar?" pensé mientras sonreía y metía el papelillo en el bolsillo del pantalón.
La idea de llamarle a aquel chico rondó mi cabeza gran parte del día, cuando terminé mi turno y mientras me cambiaba pensé que tal vez no sería mala idea llamarle a él en vez de cualquier otro perdedor de mi lista de contactos... tal vez.... -
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Cuando salí del restaurante me dirigí al apartamento que había alquilado para cambiarme. Dentro de una hora tenía que estar en el restaurante donde me tocaría. No podía ir en jeans y en la playera que llevaba, así que tuve que ponerme algo más adecuado al lugar. Un jean negro junto con una camisa blanca a botones y una corbata verde oscuro, durante el día no tenía por qué utilizar algo tan formal como un saco. La verdad era que había tenido suerte en conseguí ese trabajo. El restaurante quedaba solo a un par de calles del apartamento y la paga era relativamente buena, había tocado por mucho menos antes.
Al llegar me dirigí a al encargado y este me dijo que dentro de unos minutos podía comenzar con mi turno. Asentí y me quedé a un lado esperando a que me dieran la señal de que podía subir. Lo que tenía en la cabeza era la duda si Stefan llamaría. Existían las posibilidad de que no lo hiciera, si no lo hacía tenía que encontrar otra forma de acercarme a él. El encargado me dio la señal y yo me acerqué al piano. Por lo que duraba mi turno solo sería yo y el instrumento. Mientras las notas iban llenando el lugar iba adentrándome en mis pensamientos. La primera canción que había elegido era de Ludovico Einaudi, Nuvole Bianche. Era una melodía lo bastante tranquila para no interrumpir las conversaciones de las personas que se encontraban ya en el restaurante, pero lo suficiente mente hermosa para que no solo fuera un ruido de fondo.. -
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Cuando salí del restaurante caminé directo a mi departamento, la duda que me había atacado respecto a llamar a ese atractivo chico se desvaneció tan pronto el aire fresco de la tarde golpeó mi rostro, no era buena idea meterse con los clientes, yo lo sabía así que prefería no hacerlo. Al menos, por el momento. Tiré una moneda al aire, prefería dejarlo al destino o al azar, por decirlo de alguna forma. Decidí mientras caminaba hacia mi lugar, que si el chico volvía mañana al restaurante le agradecería por la propina y pues, no sé, hablaría con él si tenía oportunidad. Si no lo hacía, bueno, entonces tiraría su teléfono.
Al llegar a mi departamento decidí descansar aún era temprano, mi turno había acabado bastante bien, de modo que podía darme el lujo de dormir y cuando despertara saldría con alguno de mis contactos. Dormí alrededor de dos o tres horas tranquilamente, al despertar decidí darme una ducha y cambiarme para salir. El frío del agua me hacía que me despertase completamente. Me puse unos jeans azules, mis botas industriales negras que me llegan debajo de la rodilla, una playera con lo que parece una mancha de tinta negra y una sudadera del mismo color que la mancha. Revisé mi agenda y llamé al primer contacto, un tipo llamado Andrew quien para su mala suerte no me contestó, seguro estaba con su esposa... el segundo contacto tuvo más suerte, un chico llamado Alan quien parecía apenas había salido de la oficina y me podía ver para tomar unos tragos.
Salí con algo de tiempo, justo para ver a aquel tipo en un bar cercano.. -
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Cuando terminé mi tuno en el piano y estaba a punto de irme me llamó el encargado. Al parecer uno de los chicos que tenían turno más tarde no podría venir, así que se habían quedado sin quien pudiera tocar el piano. El engarrado me preguntó si podía cubrir a chico, también dijo que me pagaría por las "horas extras". La verdad era que el dinero no me vendía mal y tocar era algo que en verdad me gustaba así que acepte. Tendría que regresa más tarde a eso de las siete y media. Por el momento no había recibido la llamada de Stefan y algo me decía que no lo haría. Después de todo sería muy arriesgado llamar a un completo desconocido solo porque sí, aunque yo no era un desconocido para él. Mientras la hora de regresar al bar/restaurante llegaba me dirigí al restaurante de hacía más temprano. Si tenía suerte le podría ver. Mientras caminaba frente al local me di cuenta que no era así, Stefan debía ya haber terminado con su turno. Regresé a mi apartamento y me dediqué a terminar de desempacar lo que todavía tenía en cajas. Aunque tenía unos cuantos días ya instalado la mayor parte de mi apartamento estaba hecho un desastre. Cuando dieron las siete y diez salí del apartamento en dirección al local, no sin antes volver a cambiarme por la ropa de más temprano, solo que esta vez me vi obligado a utilizar un saco, debido a la hora no podía lucir un atuendo semi formal. . -
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"Alan" parecía ser del tipo que escondía que jodía con hombres, después de todo era una persona bastante reservada y mayor, además de eso siempre nos veíamos cerca de mi casa, yo ni siquiera sabía donde vivía o trabajaba, y tampoco es como si me importara. Tal vez tenía alrededor de unos 6 meses de conocerle después de encontrarnos por vez primera en un bar gay donde inmediatamente congeniamos... bueno... nuestros cuerpos lo hicieron.
Después de las ocho llegué a un bar al que solía ir cuando tenía citas, en la puerta me encontré con él, parecía salir apenas del trabajo pues aún llevaba su traje, inmediatamente me le acerqué y le besé la mejilla pegándome a su brazo tan sólo por unos instantes, el actuar algo meloso siempre me retribuía bien, y a él parecía no importarle mucho mientras mantuviera mi distancia mientras estábamos en público. Entramos al lugar y nos dirigimos hasta la barra, la música fue lo primero que noté, era diferente de lo habitual, el chico de la noche no tocaba ese estilo de melodía, la curiosidad pudo más que yo mismo así que busqué con la mirada la fuente de aquel melódico sonido. Lo encontré. Un piano de cola, y tocándolo, no, más bien... acariciándolo... el chico del restaurante de la mañana, Xander.
Caminé junto a mi pareja en ese momento hasta llegar a la barra, realmente era bueno... bastante bueno...
Apariencia "Alan":SPOILER (click to view)POR CIERTO AMO A ESTE TIPO INMENSAMENTE!!!!
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*´`* Second chance *´`* |
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