Investigando el Yaoi
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Capítulo uno "Como conocí a Tenma Matsukaze".
Todos sentimos en un momento de nuestra vida que fallamos, que algo nos faltó hacer para conseguir nuestro ansiado objetivo... Qué desfallecimos con un acontecimiento, que simples y pocas palabras dichas por alguien nos harían tanto daño.
Que la vida se nos va de las manos y nosotros sólo podemos sentarnos a mirar como se va, allí, por la lejanía, por el horizonte..por el infinito.
Lloraste, joder que dolía. Suplicaste por que se detuviera, que parase con la tortura. Tus alas blancas y frágiles no podían ayudarte a escapar ahora; estabas acabado o...eso parecía.
*Se narrarán los sucesos a partir de ahora como si fuese el presente, en primera persona por Tsurugi Kyousuke.*
El profesor sé para frente a nosotros, nos indica que uno a uno por orden de lista nos presentemos ante lo que sería, nuestros nuevos compañeros.
Ninguno causa gran interés en mi, todos eran muy poco llamativos.
Es el turno de ese chico con raros remolinos sobre la cabeza. Parece curioso, levantare mi vista de la ventana y despejare mis pensamientos para llenarlos de el.
—Mi nombre es Tenma Matsukaze, estoy seguro de que todos seremos amigos y ¡Juguemos un partido de fútbol!— Esa sonrisa.... Ese entusiasmo....
—Muy bien Matsukaze puede tomar asiento. Tsurugi adelante.—
Rechisto entre dientes cerrando los ojos y haciendo una mueca de pesadez me levanto de mi puesto y me posó adelante del curso.
—Tsurugi Kyousuke.— No dije más, eso de agregarle más palabras a una presentación que sólo requería mi nombre bastaba. Sentí las miradas penetrantes de todos pero en ningún momento abrí los ojos, no hasta que ese chico que se presentó momentos antes que yo me sonreía de oreja a oreja, era el único sonriendo y eso me hizo abrir ligeramente los ojos para verle disimuladamente de reojo.
—Bien, toma asiento. Si Hakuryuu, dime.—
Mi compañero albino había pedido la palabra y yo ya estaba sentado a nueva cuenta en mi cómodo rincón del aula simplemente me cruce de brazos y abrí por completo los ojos para observar al castaño llamado Tenma ubicado dos filas adelante de mi puesto pero en la misma línea pegada a la ventana.
—Profesor ¿es cierto que las habitaciones serán compartidas?—
No pude evitar cambiar mi vista en dirección al adulto del lugar, eso me intrigo e interiormente pedía por que fuese unitario.
—Así es. Deberán hacer tríos para compartir habitación y estaba a punto de darles la noticia.—
—Vale.—
—En el receso quiero que entre ustedes escojan con quienes dormirán y compartirán cuartos, si quedan personas solas deberé yo mismo asignar los grupos. Para los nuevos que no lo sepan, los cambios de grupos por cuarto serán únicamente posibles al terminar el semestre.—
Muchos de mis compañeros se daban miradas entre ellos como si ya estuviesen concordando con quienes compartir cuarto. A mi la situación ya no me gustaba para nada, aún que...jamás estuve feliz con que mis padres me metiesen a un internado de puros hombres. Venga que hay muchos homosexuales aquí, es evidente... Y más aún si se comparten los cuartos.
No es como que le tenga mala a los homosexuales ni nada pero, no siento que tenga mucho que hablar con ellos aún que claro; yo no soy de decir muchas palabras en general.
¡Hasta qué al fin suenas campana!
Gran mayoría salió corriendo al patio como si fuese cosa de vida o muerte, parecían unos animales de corral....
—¿Tsurugi cierto?— La voz de alguien me saco de mis pensamientos vagos captando mi mirada al instante.
—Si.— Era ese castaño extrañamente feliz por lo que yo creía era nada.
—Un gusto, espero y seamos muy cercanos y buenos amigos. Yo soy nuevo aquí ¿y tu? ¿Me acompañarías a conocer las instalaciones del instituto?—
¿Qué acaso se cree loro? Habla demasiado y es irritante...
//Tu sonrisa era sincera, no eh vuelto a ver a otra persona que pueda hacer una tan radiante como la tuya...parecías tan inocente con esa actitud positiva, como si no supieras toda la cruda realidad.//
Suelto una mueca de incomodidad pero como yo también era nuevo, me serviría también para ver y conocer el lugar. Me levanto de mi puesto y guardándome las manos en los bolsillos inclino un poco mi cuerpo hacia adelante con los hombros ligeramente arriba y asiento a tu propuesta.
—Bien ¡Vamos!— Momento, oí no me tomes de la mano.
—Tsk...— Chasquee la lengua y me solté del agarre que me tenías de la mano pero tu ni cuenta te diste ya que...comenzaste a caminar entusiasmado mirando con asombro todo lo que íbamos recorriendo del instituto.
*De vuelta con el presente de nueve años en el futuro.*
Y así fue el primer día, en el que conocí a Tenma.
El patio solía estar por las mañanas húmedo y con pequeñas gotas de rocío, habían escasos árboles pero de que habían, habían.
Los pájaros de distintas clases comían los insectos de ese sitio pero cuando la campana sonaba ellos volaban para no tener que interactuar o llegar a ser agredidos por algún alumno... Esos animales son muy precavidos... Al igual que yo.
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