El gran Varón (un poco de Taichi x Yamato) One-shot

No se puede corregir a la naturaleza, por más que uno trate de dominarle, hay cosas que no cambian

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    Este es mi primer one-shot, espero sea de su agrado, este one-shot tiene temas que aún son considerado un poco tabús en la sociedad, como los travesti, prostitución y otros temas por el estilo. Espero lo disfruten. (Advertencia: Lenguaje vulgar, discriminación y muerte).

    El gran Varón.



    En la sala de un hospital, a las 9:43, nació Yamato Ishida, el orgullo de su padre Hiroaki por ser varón, desde pequeño, Yamato siempre fue un chico un tanto diferente a los demás, siendo más frágil y sensible que los otros varones, cosa que en cierto modo fastidiaba a Hiroaki, quien quería ver a su hijo jugar con los otros niños, ser un macho, cuando Yamato tenía 8 años, su padre lo descubrió maquillándose con las cosas de su madre, Hiroaki enfurecido lo tomo de sus rubios cabellos – ¡¿Pero qué chingados crees que haces?!- gritó Hiroaki enfurecido – ¡N-No es lo que parece papá!- gritó Yamato llorando – ¡Cállate! ¡Yo tuve un hombre, no una vieja!- gritó y abofeteó a su hijo, quien solo lloro más fuerte, mientras entraba su madre gritando – ¡Hiroaki ya deja al niño!- dijo empujando a su esposo y abrazando a su hijo –Ve a lavarte la cara Yamato, el maquillaje es solo para mujeres, hijo- dijo de forma calmada la madre del rubio, quien asintió y se fue a lavar el rostro –Lo estás malcriando Natsuko- dijo Hiroaki serio –No tenías porqué golpearlo, siempre fuiste un bruto- dijo ella saliendo de la habitación. No sé puede corregir a la naturaleza.

    Días después de eso, Hiroaki se disculpó con su hijo y salieron a pasear por el parque, Yamato iba de la mano de su padre, con una sonrisa dibujada en su rostro –Hijo mío, quiero que cuando crezcas estudies la misma profesión que yo tengo, quiero que seas mi sucesor en la empresa- dijo aquel hombre orgulloso de su puesto y de imaginar a su primogénito como su sucesor, el pequeño rubio asintió –claro que sí, papá- dijo el oji-azul sonriendo ante el sermón de su padre, su padre lo abrazó y le dijo que fuera a jugar con los demás niños, Yamato asintió un tanto dudoso, pero fue a jugar con los demás niños solo para enorgullecer a su padre, estaba jugando fútbol, era torpe, pues no tenía mucha práctica en ese deporte, pero al menos su padre termino complacido de ver a su hijo jugar como un “varón” normal – ¿Te divertiste hijo?- preguntó Hiroaki, Yamato lo miró con una sonrisa un poco forzada –S-si papá, me divertí- dijo y poco después regresaron a casa. Árbol que nace doblado, jamás su tronco endereza.

    Un par de años después, cuando Yamato tenía 13 años, asistía a la secundaria ya, era un chico sociable y muy gentil, caballeroso pero para rareza de su padre, nunca llevo a alguna novia a su casa, Hiroaki le insistía que tuviera una novia, que probara que era un hombre de verdad, Yamato simplemente lo pasaba por alto, pues no se sentía para nada atraído hacia las mujeres, era un poco extraño para él, aunque nunca, desde pequeño nunca pudo imaginarse una vida al lado de una mujer –Yamato ¿Cuándo me presentaras a tu novia?- preguntó Hiroaki con seriedad, el rubio lo miro serio y dijo –Primero déjame conseguir a la novia- dijo sin darle gran importancia al asunto –Hijo, tienes 13 años, eres bien parecido como tu padre ¿Y no tienes novia?- preguntó desconcertado –Quiero centrarme en mis estudios- dijo Yamato –Una novia significa bajar mi rendimiento en la escuela, ahora mismo no me interesa- sentenció y se fue a su habitación, dejando a un desconcertado Hiroaki sentado en la sala.

    Los días pasaron y Hiroaki se ponía un poco más insistente con el asunto de la novia, aunque Natsuko hablaba con el –Hiroaki, él tiene razón, en estos momentos sus intereses deben ser la escuela, él sabe porque no quiere tener novia, puede afectarle en su rendimiento académico- dijo Natsuko con tranquilidad, mientras Hiroaki un tanto ansioso la miraba –Puede que tengas razón… Pero me preocupa que mi hijo sea maricón… Eso sería vergonzoso- dijo cruzando los brazos –No quiero a un putito en mi familia- sentenció, Natsuko lo miro molesta – ¿Y qué si lo fuera? Quizá tu no aceptes a Yamato en el caso de que fuera homosexual, pero yo sí, es mi hijo- dijo seria –Pues en el caso de que eso pasara… ¡Tú también te largas de esta casa con el!- exclamó molesto, Natsuko lo miro seria –Pues no te adelantes a los hechos- sentenció y se fue a la cocina.

    Cuando Yamato tenía 18 años, ya en la universidad, comenzó a estudiar mercadotecnia, tal y como su padre quería, aunque él no disfrutaba esa carrera, lo hacía para no fallarle a su padre, por no decepcionarlo; pero esa carrera no satisfacía lo que Yamato anhelaba, él deseaba otras aspiraciones, pero que obviamente su padre despreciaría, Yamato era el mejor en su clase, su promedio más bajo había sido de 9.8, siempre cuadro de honor en primer lugar, su padre estaba orgulloso de su hijo, aunque a este no le agradara la idea de vivir de algo que no le gusta. Cuando crezcas vas a estudiar la misma vaina que tu papá, óyelo bien.

    Los años pasaron, ahora Yamato tenía 21 años, este se fue al extranjero a estudiar, lejos de casa se le olvidó aquel sermón, cambió la forma de caminar, usaba falda, lápiz labial y un carterón, se había hecho con un novio que lo amaba tal y como era, su nombre era Taichi Yagami, se habían conocido una noche, mientras Yamato trabajaba en aquel club nocturno, donde se exhibía, Yamato aún trabajaba ahí, con el consentimiento de su novio, ese club nocturno era un prostíbulo, donde Yamato vendía su cuerpo para ganarse la vida, Taichi trabajaba de noche en un hospital, por lo que el día lo pasaban juntos. Estos dos nunca se habían tocado, Taichi se enamoró a primera vista de Yamato y ambos se habían hecho amigos, posteriormente novios y fue así como llegaron a lo que son ahora.

    Cuenta la gente que un día el papá, fue a visitarlo, vaya que error, una mujer le habló al pasar y le dijo –Hola ¿Qué tal papá? ¿Cómo te va?- Hiroaki extrañado miro a aquella mujer -¿No me conoces? Yo soy Yamato, Yamato tu hijo, el gran varón- dijo el rubio sonriendo, Hiroaki impactado miro a quien era su primogénito, con asco le dio un puñetazo, esto hizo que Taichi saltara contra Hiroaki, dándole un puñetazo igual o más fuerte en la cara, Hiroaki cayó al piso –Olvídate de que tienes una familia, enfermo hijo de puta- dijo esto y se fue enfurecido. Se dejó llevar por lo que dice la gente, su padre jamás le habló, lo abandonó para siempre.

    Tras eso, Yamato se quedó serio, pero prefirió no darle importancia, pasaron 2, 3, 4, 5 años, Taichi y Yamato ya eran más unidos, una noche, decidieron que era tiempo de dar el siguiente paso, Taichi comenzó a desvestir a Yamato, mientras el rubio lo desvestía a él, ambos comenzaron a besarse, hasta terminar desnudos sobre la cama, se besaron fogosamente, Taichi tomó su miembro y el de Yamato, los cuales estaban ya erectos en todo su esplendor y comenzó a frotarlos, ese roce entre sus genitales hacía que ambos sintieran mucho placer, se besaron a la par de ese roce, Taichi comenzó a dilatar la entrada del rubio, mientras este solo gemía, cuando estuvo bien dilatado, comenzó a meter su miembro en la entrada del rubio, quien solo gemía de dolor y placer, así, Yamato comenzó a mover sus caderas, indicando a Taichi que estaba listo para que él se moviera, así lo hizo y ambos terminaron corriéndose.

    Pasaron 2 años más y Taichi tuvo que dejar a Yamato, pues había fallecido en un accidente de auto, el usaba un pequeño Toyota Corolla 1999, el cual, una noche, fue embestido de costado por un camión de carga, que lo arrojó dando vueltas de campana por 20 o 25 metros, Taichi murió por los golpes en su abdomen, su rostro y principalmente, una contusión cerebral provocada al golpearse la cabeza con el poste lateral del auto, Yamato quedó solo, su novio ahora estaba muerto, eso fue un duro golpe para él, pero ahí no acabarían sus tragedias. Y no te quejes, Hiroaki, no te quejes por nada, si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada.

    Mientras pasan los años, el viejo cediendo un poco, Yamato no le escribía, Hiroaki estaba curioso, hasta que por fin hubo noticias de donde su hijo estaba, Hiroaki nunca olvidó el día de esa triste llamada -¡¿Qué?!- fue lo que se escuchó por toda la casa de Hiroaki y Natsuko.

    En la sala de un hospital, de una extraña enfermedad, murió Yamato, es el verano de 2003, al enfermo de la cama 10, nadie lloró… Nadie lloró, esto quedó en la cabeza de Hiroaki por el resto de sus días, no pudo reconciliarse con su hijo, con su primogénito. El que nunca perdona tiene destino cierto de vivir amargos recuerdos en su propio infierno.

    No se puede corregir a la naturaleza, palo que nace doblado, jamás su tronco endereza, hay que tener compasión, basta ya de moraleja, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, el que nunca perdona, tiene destino cierto de vivir amargos recuerdos en su propio infierno…

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    Bien, hasta aquí este one-shot, basado en la canción de Willie Colón, “El gran varón” espero les haya gustado y dejen sus comentarios

    Edited by Kouichi_RedSun - 4/6/2015, 01:30
     
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  2. Killer_Cookie
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    Lo leí cantando jejeje gracias por el fic, es verdad que es más alegre -si es que le puedo decir así- que la canción, además, claro de ser realidad enes algunos lugares del plante aún, debemos mejorar. Espero sigas escribiendo, un abrazo.
     
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1 replies since 2/6/2015, 16:36   400 views
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