CONQUISTANDO TU CORAZÓN

Empieza el ultimo año de Hogwarts de nuestros muchachos, y estará lleno de sorpresas, amor, alegría.También de misterio y tristeza.(Darry;RonXBlaise;HermioneXPansy;NevilleXTeo;RemusxSeverus,SiriusX?)

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  1. kiriekuru-chan~
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    Me encanta leer yaoiii
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    :=NEWWWA: :=NEWWWA: :=NEWWWA: Hola de nuevo, llevo un tiempo sin escribir nada pensando y pensando en qué historia podría escribir, hasta que puff, toda esta historia se presentó en mi mente como una ola de ideas. Pero como suele pasar, hay veces en las que un artista ya no tiene ideas y tiene que esperar a que venga el momento.
    Vale, no seáis muy duros y por favor espero que os guste mi nueva historia, hace tiempo que no escribía, por motivos personales.
    Así que aquí está mi nueva historia... disfrutadla.




    Conquistando tu corazón









    Capítulo I



    Era un día soleado de verano, después de haber vencido a Voldemort, Harry se había ido a vivir con Sirius a la mansión de los Black, podría decirse que ya tenía una familia y lo que era tener un amor paternal a su lado, no era su padre biológico, pero no importaba, le quería igual. Al final resultó que la maldición no le dio pero el velo lo mando a un mundo alternativo, gracias a Hermione y a Remus lograron sacarlo de ahí.
    -James, cachorro, ¿quieres ir a jugar al quiddich?-preguntó Sirius entrando es su habitación con una sonrisa y parándose en el marco de la puerta.
    -Sí, voy ahora, deja que mande esta carta.-dijo Harry mientras le daba la carta a Lulu, su nueva lechuza, echaba de menos a Hedwing, pero no se podía hacer nada.
    Al terminar de escribir la nota le dijo a Lulu que la mandara a la casa de los Weasley, y salió junto con Sirius al jardín para jugar al quiddich.
    Sirius se quedaba embobado de vez en cuando mirando a Harry sonreír, jamás le había visto sonreír y reír con tanta felicidad y eso le hacía reír a él también. Se parecía tanto a ellos, recordó con melancolía, la dulce Lily y su gran amigo James. Como les echaba de menos, no hay ni un día en el que o se arrepienta de haber cambiado su turno con esa asquerosa rata, aquel que era su amigo, les había vendido como perros a todos.
    Tras un largo día de risas, caídas, golpes y más risas, acabaron rendidos en el sofá riendo de las historias que contaba Sirius sobre sus padres.
    -Jajaja, ¡¿Enserio?!-preguntó Harry riendo.
    -Si, el pobre James tuvo una confusión con Lily y esta le dio una bofetada que le dejó marca durante una semana, jajajaja, lo que pagaría por volver a ver ese golpe.-comentó Sirius riendo.
    -Se querían...¿verdad?-preguntó con melancolía, intentando acordarse de algún recuerdo con ellos, pero no encontraba ninguno.
    -Cachorro...-susurró Sirius acercándose a Harry y atrayéndole a su cuerpo para abrazarle.
    Harry se acurrucó en él y empezó a llorar.
    -Ya, cachorro, ya, suelta todo lo que has guardado todos estos años.-dijo Sirius paternalmente.
    -No es justo, ¿por qué?, yo no quería esto, no quería ser famoso, no quería vencer a nadie ni ser el salvador de nada... quería conocerlos... quería saber lo que es tener un padre y una madre. Tener una familia, Sirius, una que me aceptara tal y como soy, no como los Dudley, y, sobre todo quería saber lo que se sentía al decir papá y mamá.-dijo llorando y liberando todo lo que había estando guardando todo durante estos años.
    -Cachorro, si pudiera y supiera algún hechizo de revivir a las personas, te devolvería a Lily y a James, no lo dudes, pero es imposible, aún que, siempre podrás hallarlos en tu corazón.-dijo mientras le acariciaba la espalda y le besaba la cabeza.
    Harry quería decirle una cosa a Sirius, una cosa a la que llevaba dando vueltas en su cabeza una y otra vez.
    -Sirius.-le llamó.
    -Dime cachorro.
    -Yo... podría... emm bueno... no se cómo decirte lo.
    -Tranquilo, confía en mi. Ya sabes que puedes contar conmigo y decirme todo lo que quieras.
    -No te molestaría si te llamo... papá, ¿verdad?
    Sirius no cabía en su asombro. Nunca nadie le había dicho esa palabra. Mentiría si no ha tenido un profundo sueño deseando de que alguien le llamara así. Se fijó en Harry, había sufrido tanto él solo, y ahora estaba entre sus brazos preguntándole que si podría llamarle papá. Se sentía tan bien, pero a la vez tan mal, no había estado con él todos estos años y sentía que les estaba quitando el cariño de Harry a Lily y a James. Pero ya pensaría en eso, ahora lo que importaba es hacer que Harry se sintiera como en una familia de verdad.
    -James.-le llamó la atención apartándole
    Harry pensó que no quería que le llamara así y empezó a llorar. ¿Cómo podría pensar eso?
    -No cachorro, mi bebé no llores, claro que me puedes decir papá.-dijo Sirius mientras le limpiaba las lágrimas.
    -Papá... se siente bien decirlo.-dijo Harry mientras bostezaba.
    -¿Tienes sueño bebé?-le preguntó.
    -Si.-dijo él.
    -Ya es tarde, vamos a la cama.-dijo Sirius levantándose.
    Harry extendió los brazos hacia Sirius y este sonrió. Se fijó en que había una pequeña diferencia entre James y Harry. Este último era mucho más pequeño y tenia una figura estirada, como la de una mujer, pero sin llegar a ser lo y era más cariñoso. Rió y lo cogió en brazos, no pesaba casi nada, seguro que era por esa familia muggle y le hirvió la sangre. Harry era tan noble, no fue justo que pasara por eso y que le trataran así.
    Lo llevó a su habitación, lo dejó en la cama y se fue a la habitación de Harry a por su pijama. Volvió a su habitación y se lo entregó.
    -Antes ve a ducharte.
    Harry asintió y se fue al baño, mientras que Sirius se fue al baño que había en la habitación de su hermano. Cuando se terminó de duchar se entretuvo mirando las fotos que tenía su hermano en sus habitación, en una de ellas estaban los dos de pequeños y riendo, y estaban sus padres sonriendo les y abrazando les. Ojalá las cosas nunca hubieran cambiado y ese hombre no hubiera convencido a sus padres de que se comportaran así. Volvió a su habitación y se encontró a Harry dormido con las gafas puestas. Negó con la cabeza, de tal palo tal astilla. Se acercó y se las quitó, las puso en la mesita de noche, se acostó y apagó la luz.
    Inconscientemente Harry se acercó a Sirius buscando ese calor paternal que hacía sentirse protegido.
    Sirius sonrió y lo acercó a él.
    Por primera vez, ninguno de ellos tuvo pesadillas.
    A la mañana siguiente ambos se levantaron para desayunar e ir a comprar algunas cosas a Londres Mágico.
    -Harry ¿estás listo?-le preguntó
    -Si, papá.-dijo Harry sonriendo.
    Ambos tocaron el transportador y llegaron justamente al lado del Big Ben Magic. Ambos se dirigieron a la principal tienda de ropa cara que vieron. Un Black seguirá siendo un Black al fin y al cabo.
    A Sirius se le fue la cabeza comprando ropa y capas para cualquier evento, también compró algunas botas, vans y botas, también se compró ropa para el.
    -Ven Harry, vamos a alguna peluquería en la que puedan... domar o al menos darle un look algo más... adecuado.-dijo mirando con horror el pelo de Harry.
    -¿Qué hay de malo en mi pelo?
    -No hay nada malo, pero tienes falta de cortar lo y de darle un look más apropiado a tu edad, más... hmm... ¿cómo decirlo?... sensual.-dijo al final.
    Al rato salieron de la peluquería y Harry llevaba un look más desenfrenado y por decirlo de alguna manera domado. Le habían cortado un poco el pelo y luego le habían dado una espuma para poder peinar su pelo y darle así un toque despeinado y sensual, a Sirius le habían dado un producto que servía para alisar el cabello y le habían cortado un poco las puntas.
    -Ahora vamos a ir a una óptica a que te quiten la miopía, ya he pedido cita, vamos.
    Al llegar a casa el pobre Harry estaba reventado y se fue a la cama. Al parecer dormir con Sirius le gustó y ahora ambos dormían juntos.
    Los dos pasaron un verano muy divertido. Para el cumpleaños de Harry vinieron todos sus amigos y lo celebraron a lo grande.
    El día después de su cumpleaños recibieron la carta de Hogwarts, Sirius se puso loco de contento y justamente al día siguiente fueron al Callejón Diagón a comprar todo lo necesario. Cabe decir que se encontraron con la familia Malfoy. Narcissa y Sirius siempre se llevaron bien aún cuando él era la oveja negra de la familia, pero no podía decir lo mismo de Lucius o de Draco, de tal palo tal astilla.
    -Sirius, que alegría verte, ¿qué tal primo?
    -Bien Narcissa gracias por preguntar ¿y ustedes?
    -Muy bien gracias por preguntar, un día podemos quedar y tomar un té, hace años que no lo hacemos.
    -Estaré encantado de ir Cissy, hola Draco... la última vez que te vi eras un niño pequeño.
    -Hola tío Sirius.-dijo cortante.
    Sirius se fijó en que Harry se había quedado embobado mirando a su sobrino y sonrió como si fuera la primera vez que se le ocurría una brillante idea.
    -En realidad, ¿por qué no hoy? Vamos, haré una cena familiar.-dijo con una sonrisa.
    -De acuerdo, estaremos encantados de ir, ¿a qué hora?-preguntó Cissy.
    -A las seis.-dijo Sirius.
    Dicho esto se despidieron y siguieron por sus caminos. Al llegar a casa Harry le preguntó.
    -Sirius, ¿por qué les has invitado?
    -Se que te gusta mi sobrino, James, te he visto.-dijo con una sonrisa picarona.
    -A mi no me gusta nadie, a demás es un hombre.-dijo con una cara de horror.
    En ese momento supo que nadie le había explicado a Harry que las parejas homosexuales estaban bien vistas en el mundo mágico, maldijo otra vez a esa familia muggle.
    -Harry sientate, a ver, dime por qué crees que está mal.-preguntó intrigado.
    -Por qué no se puede, es raro y malo.-dijo haciendo una mueca.
    -¿Quien dice eso?-indagó Sirius.
    -Todo el mundo.-dijo nervioso mirando sus manos.
    -¿Quién es todo el mundo?-preguntó haciendo se una idea-
    -Los muggles.-dijo Harry y Sirius sonrió.
    -Harry, aquí la homosexualidad está bien vista, no es nada malo ni raro.-dijo relajado.
    -¿Me vas a dejar de querer por qué me gusten los hombres?-preguntó preocupado.
    -No, claro que no, de hecho a mi también me gustan los hombres.-arguyó con una sonrisa tranquilizadora.
    -Vaya no lo sabía. Entonces habrá alguien que te llame la atención.-dijo Harry.
    -Lo hubo, Harry, lo hubo.-dijo melancólico.
    -¿Ya no?¿Qué pasó?-preguntó.
    -Ya no, murió.-dijo recordando el día que le dieron la noticia.
    -¿Quién fue?
    -Ya te lo contaré más adelante, ahora vamos a poner la ropa en el armario y a colocar lo demás.
    -¿Colocar?-preguntó desconcertado.
    -He comprado muebles y múltiples cosas para cambiar la decoración de la casa. Está demasiado apagada, vieja y sosa, como la dueña que la decoró.-dijo Sirius recordando a su madre.
    Colocaron la ropa y Sirius le dijo a Harry que se duchara y que se pusiera alguna ropa de la que habían comprado, mientras él decoraba la casa. Eran las doce, le daba tiempo a cambiar los muebles y los papeles de la pared y hacer la comida, bañarse y vestirse. Había pensado en lo que había visto en el Callejón, qué mejor manera de unir a Harry con su sobrino, había visto una pequeña mirada hambrienta de parte de su sobrino a Harry y se le había ocurrido sacar los dotes de los Potter, esa sensualidad que escondían. Será una cena formidable, pensó juguetón.
    Cambió completamente el salón de la casa, ese papel rojo oscuro, lo cambió por un crema y los sofás negros y de cuero, a unos blancos y de piel, con cojines de color rojo, verde y azul. Cambió la lámpara de araña a una más moderna. Retocó un montón la chimenea, esta era negra y la cambió a piedra y de color marrón, y puso unas cortinas blancas, cambió el suelo de mármol oscuro, a uno de madera claro.
    Pasó al salón, siempre odió ese color de la pared frío y austero de color verde oscuro y esa mesa marrón con esas sillas de madera recubiertas de un rojo vino y esas cortinas negras, todo eso quitaba luz a la sala y la hacía más pequeña y esa lámpara de araña de color negro. Primero cambió el color a un color gris claro, la mesa a un color blanco y las sillas del mismo color con cobertores azules, y esa lámpara negra a una dorada y brillante con retoques en plateado, y las cortinas las puso de una seda de color rosa pastel y ese suelo de color marrón oscuro a uno de color blanco y de mármol, los armarios, los cambió a un tono blanco con detalles en plata y dorado.
    Cambió el color de los pasillos de color gris oscuro a un color blanco, y esa madera del suelo y la de la pared a una de color grisácea, con tonos rosa pastel.
    Luego pasó a las habitaciones, quito esos papeles y las pintó blancas, las camas de madera oscura, las pasó a una madera clara y las sábanas de color crema con cojines marrones y rojos, las cortinas las puso de un gris claro, eso pasó en todas las habitaciones, en la biblioteca, lo único que hizo fue cambiar ese color rojo a un blanco y las mesas a unas de color marrón claro y renovar el suelo, todas las puertas fueron cambiadas a madera de roble.
    Y por último en la cocina, cambió ese papel marrón oscuro por un rosa pastel y los armarios negros y oscuros a unos blancos y aclarados, cambió todos los utensilios viejos a unos nuevos y a los elfos les otorgó ropa y no esos manteles sucios y desgastados.
    -Kreacher, puedes ir a comprar esto y luego quiero que te tomes la tarde libre.-dijo Sirius con una sonrisa, a Kreacher nuca le cayó bien, pero sabía que lo que había hecho hoy le había tocado un poco la fibra sensible.
    -Grrr, si.-dijo enfurruñado.
    Mientras Kreacher compraba eso, fue a la habitación de Harry y lo encontró terminando de ponerse la camisa. Guau, que cambio. Harry se había puesto unos pantalones ajustados, demasiado, le resaltaban las piernas y... para que negarlo, la cintura, la camisa era blanca y llevaba algunos botones de arriba sueltos, luego se había colocado una chaqueta de color negra y se había remangado las mangas y el pelo se lo había dejado desenfrenado, ahora que no llevaba gafas se le notaban sus ojos, y se había puesto unos zapatos de vestir de cuero, guau. Tan parecido a James cuando tuvo su primera cita con Lily.
    -Vaya... estás... no tengo palabras.-dijo Sirius.
    -Gracias papá.-dijo Harry.
    -Creo que hoy en la cena llamarás la atención de cierto personaje.-dijo mientras le guiñaba un ojo.
    Harry se sonrojó, hoy al ver a Draco se había quedado embobado, no llevaba su pelo con gomina ni iba tan elegante, iba espectacular, con sus pantalones pegados y esa camisa. Se le caía la baba.
    -James cierra la boca, se te cae la baba.-dijo Sirius burlonamente.
    Harry volvió en si y se puso tan rojo como el pelo de los Weasley. Eso hizo que Sirius soltara una carcajada.
    -Voy a hacer la cena, ¿vienes?
    -No, ahora iré, voy a escribir a Hermione y a Ron.-dijo mientras se sentaba en su escritorio.
    -Vale, si bajas y no estoy, me estaré duchando.-dijo Sirius.
    Después de un rato. Sirius terminó de hacer la cena. Había hecho una ensalada, un entrecot de ternera y una tarta de chocolate. La comida preferida de su prima. Le dijo a Kreacher que preparaba la mesa mientras el se duchaba.
    Después de ducharse, se arregló el pelo y se lo ató con una cinta blanca, se puso unos pantalones blancos con una camisa negra y se echo la chaqueta en el hombro y se colocó unos zapatos oscuros, se remangó las mangas y se desabotonó los tres primeros botones y salió a por Harry para ir al comedor, eran las 5:45, no tardaría en venir.
    -James, vamos, no van a tardar en venir.-dijo mientras miraba como Harry se estiraba.
    -Voy.-dijo levantándose.
    Ambos se dirigieron hacia la chimenea, y Sirius abrió la red flu para que pudieran entrar a la casa.
    Decir que Harry estaba nervioso era poco, estaba hecho un manojo de nervios, no sabía si podrían llegar a ser amigos, o lo volvería a insultar como siempre, recordar eso le causó un leve dolor de estómago.
    -Relájate James.-dijo Sirius.
    -Si, papá.
    De pronto la chimenea empezó a brillar y asomó su prima junto con su hijo y justamente después Lucius. Su hijo y esposo habían tenido una pequeña disputa de por qué tenían que ir a esa cena, <<simplemente porque no quiero perder lazos con la única familia que me queda, por muy mal que os caiga os aguantáis, o si no, fuera de mi casa, a demás, Harry nos salvó, le debemos un favor y un poco de respeto.>> fue lo único que dijo mientras se arreglaba el pelo, un Black siempre gana, pensaron los dos Malfoy.
    -Cissy.-dijo cariñosamente mientras abrazaba a su prima, esta llevaba un vestido negro que resaltaba sus curvas y unos tacones negros.
    -Sirius.-dijo ella devolviendo el abrazo.
    Los dos Malfoy iban de traje oscuro y de camisas claras.
    Draco e había quedado embobado mirando a Harry, estaba...umm... para chuparse los dedos. Con ese aire despreocupado, ese pelo indomable y esa ropa... ¡Merlín!... con esos pantalones que le marcaban las caderas y ese culo y esa camisa remangada y desabrochada con esa chaqueta y esos ojos sin esas gafas, ese tono verde esmeralda pura... una obra de arte.
    A Lucius le pasó igual, vamos, por una mujer muy guapa que tenía seguía siendo hombre. ¿Quién no miraría esa asombrosa figura?
    Sirius sonrió, no solo había logrado que el cambio de Harry llamara la atención a sus sobrino, sino que también Harry había robado la atención de Lucius, jah, debería dedicarse a la moda.
    -Harry, que guapo que estás.-dijo Narcissa.
    Harry había aprendido como comportarse cuando tenía a familias tan importantes delante de él, gracias a Sirius, le dijo que con la que se tenía que tener más clase y educación era con las mujeres, si te ganabas a las mujeres, te ganas el respeto de los hombres. La verdad es que las familias puras de magos tenían protocolos a seguir.
    -Muchas gracias señora Malfoy, usted también está realmente hermosa.-dijo mientras le tomaba la mano y la besaba. Lo hizo con tanta delicadeza, naturalidad y sensualidad, que era casi imposible. Si era posible eso hizo que los Malfoy, padre e hijo, abrieran aún más si se podía la boca.
    Sirius pensó que a este paso, serían dos perros babeando, eso le causó gracia y le hizo sonreír con malicia.
    -Oh, muchacho, llámame Narcissa o Cissy, como prefieras.-dijo Narcissa.
    Entonces supo que ya se había ganado el respeto, y sonrió con dulzura.
    -Claro Cissy.-dijo dulcemente.
    Sirius sonrió, Harry con su sola presencia, hacía que toda la gente le mirara, tenía esa sensación que te producía que tenías que mirarlo y no apartar los ojos de ahí.
    -Mucho gusto Potter.-dijo Lucius dándole la mano.
    -Igualmente señor Malfoy.-dijo Harry.
    -Preferiría Lucius.-comentó.
    -De acuerdo Lucius, yo igual.-otro punto a favor de Harry.
    -Potter.-saludó Draco con asentimiento de cabeza y un apretón de manos.
    -Malfoy, preferiría que me llamaras Harry.-devolvió el saludo de la misma manera.
    -Solo si me llamas Draco.-arguyó.
    Sirius sonrió, Harry los tenía a todos en el bote, perfecto.
    -Pasemos al comedor.-dijo Sirius guiando a los Malfoy al comedor.
    -He visto que has cambiado la decoración y los colores de las paredes.-comentó mirando la sala.
    -Si, la veía muy apagada y solitaria con los colores y el mobiliario que había comprado mi madre.-explicó Sirius.
    -¿El jardín sigue igual de espléndido?-preguntó Narcissa, siempre que venía de pequeña le encantaba visitar el jardín.
    -Si, acabamos de saber que a James se le da bien cuidar de las flores, ha traído más flores al jardín y le ha dado un gran cambio.-comentó Sirius.
    Es verdad en el verano, Harry salía todos los días a cuidar del jardín, le había comentado que en casa de los Dudley se encargaba de cuidar el jardín, le dijo que hacer eso le servía para olvidarse de los problemas y entretenerse cuando estaba aburrido y no tenía nada que hacer y que se sentía acompañado.
    -¿Si? Harry, ven, dime qué cambios has hecho.-preguntó.
    -Si gustas, podemos ir a verlo.-dijo Harry mientras le entregaba su brazo para que Narcissa lo cogiera.
    Ambos se encaminaron al jardín, y los hombres se quedaron sin saber qué decir.
    -Deberíamos...-dijo Draco señalando por donde se habían ido los dos.
    -Si...-dijeron Sirius y Lucius a la vez.
    Al llegar al jardín se quedaron maravillados. Había en el centro una fuente con unas figuras que parecían ser sirenas. También había caminos de piedras y múltiples plantas de distintos tipos y colores, rosas, crisantemos, claveles...
    -¿Veis aquella casa de allá?-preguntó Sirius.
    -Si.
    -Es un invernadero, James lo mandó a construir esta verano, ahí tiene, desde mandrágoras hasta plantas muggles exóticas, vamos, os sorprenderéis, el diseño del jardín lo hizo él.-dijo sonriente, Harry amaba sus plantas.

    ~ · · · · ~

    -Es muy bonito, por fuera parece una simple casa.-comentó Narcissa.
    -Si, está encantado para que parezca una casa y sea pequeña.
    -¿Qué flores tienes?-preguntó.
    -Aquí tengo: mandrágoras, adormideras, adonis vernales, allium, alstroemerias... y aquellas de allá son exóticas, lamento no decirte los nombres, pero son complicados y difíciles de recordar, los muggles se complican demasiado. Y aquellas son unas rosas que me regaló un jardinero especializado en plantas raras. Son como rosas, pero más grandes y de color negro y el tallo es rojo.
    -Que bonitas, es increíble de que cuides tu todas estas plantas.
    -Me encanta cuidar de mis plantas, me relajo y me entretengo y no pienso en problemas ni nada.
    -El jardín esta incluso más bonito de lo que recordaba, oh, ¿y aquellas de allá?-preguntó señalando.
    -Son verbenas, y plantas para hacer infusiones.-explicó.
    Harry se acercó a un armario y lo abrió y de él sacó algunos sobres.
    -Son semillas de rosas, lirios alstroemerias, lisianthius y ave del paraíso, la ultima una flor un poco rara, es aquella de allá, parece realmente un ave, ten, son para ti.-dijo.
    -¡Qué amable!-arguyó Narcissa cogiendo los sobres.
    -Espera, te daré algunas semillas para plantas de infusiones.-dijo Harry mientras le entregaba otros cuatro sobres más.
    -¿ Y aquello qué es?
    Harry se fijó en lo que Narcissa estaba señalando. Un reproductor de música.
    -Es un reproductor de música, he grabado algunas canciones que eran de Walburga, sobre todo ópera, me ayuda a relajarme y a entretenerme.
    -Eres un muchacho muy atento y educado Harry, también te gusta hacer cosas relajadas como cuidar de las plantas y oír ópera y te gusta tomar el té. ¿Qué pasiones tienes a demás Harry?
    -Me gusta leer, libros sobretodo de amor o de pasión.
    -Ahh, vaya. Que afortunado será el qué se case contigo Harry.-dijo Narcissa.
    Harry se quedó pasmado, había dicho “afortunado”.
    -¿Perdoné?
    Narcissa sonrió, era evidente, puede que al chico le gustara jugar al quiddich y todo lo demás, pero tenía una parte femenina, no lo negaba, ni en apariencia ni en forma de ser.
    -No te preocupes, eso está bien visto entre los magos, no te avergüences de lo que eres Harry, nunca lo hagas.-dijo Narcissa.
    -Gracias.-dijo Harry con una sonrisa.
    Acto seguido entraron Sirius, Lucius y Draco.
    -Chico, has hecho un gran trabajo en el jardín, es hermoso.
    -Gracias.
    Lucius podía ver la cara de felicidad que tenía su esposa, parecía una niña pequeña a la que le habían regalado la cosa que más le encantaba, miraba todas las plantas que podía y con devoción. Sonrió con dulzura.
    -Cissy, por qué no invitamos a Harry un día y si quiere que nos ayude a renovar nuestro jardín.-preguntó.
    Narcissa lo miró con un brillo en los ojos y supo que estaba emocionada.
    -Será un placer ayudarles.-dijo Harry con una sonrisa.
    Draco vio que Harry no era como lo pintaban, tenía errores y era bondadoso de corazón, sonrió con dulzura, pero se dio cuanta enseguida. ¿Se estaba enamorando?Sí, pero no podía. ¿Cómo iba a enamorarse Harry de él después de lo que le hizo todos estos años? Tal vez, podrían ser amigos y tal vez, en un futuro podrían ser algo más, y pensó... ¿Y si lo conquisto poco a poco?




    Continuará....




    ¿Quién será la persona que robó el corazón de Sirius?(quiero que me digáis o que os hagáis una idea de quién fue el que robó el corazón de nuestro playboy.) ¿Draco y Harry lograrán estar juntos? Descúbranlo según la historia se desarrolla.
    Os estaréis preguntando de por qué no he matado a Sirius en mi historia, bueno, como podéis comprobar Sirius es un gran apoyo emocional para Harry y veía muy cruel el matarlo como hizo J.K.Rowling, tampoco he matado a Remus, como habréis observado.
    Os juro que en algunas partes como cuando Harry suelta todos sus sentimientos lloré :( :( :( :( como una niña pequeña y tuve que dejar de escribir durante unos minutos, lo se, tengo mucha empatía, ¿eso es malo? Luego hubo algunos momentos en los qué me caía de la silla de la risa, sobre todo la parte en la que Sirius, Lucius y Draco se quedan solos, jajaja nunca me había reído sola tanto en mi vida :=ahjahajhaja: :=ahjahajhaja: :=ahjahajhaja: :=ahjahajhaja: :=ahjahajhaja: .
    ¿Os hacéis una idea de como es la casa redecorada? Pienso estudiar eso, por favor no seáis muy duros con vuestras respuestas y perdonen si hay faltas de ortografía, en eso soy muy tiquismiquis. Y espero que os haya gustado mi primer capítulo de esta maravillosa historia.
    Byeee~ :=arribarriba: :=arribarriba:
     
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28 replies since 25/10/2015, 21:16   3653 views
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