CONQUISTANDO TU CORAZÓN

Empieza el ultimo año de Hogwarts de nuestros muchachos, y estará lleno de sorpresas, amor, alegría.También de misterio y tristeza.(Darry;RonXBlaise;HermioneXPansy;NevilleXTeo;RemusxSeverus,SiriusX?)

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  1. kiriekuru-chan~
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    Me encanta leer yaoiii
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    -Mooo~ Isa-chan ya basta. :=BUABUA: :=BUABUA: :=BUABUA: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO:
    -Está bien pero para de hablar que ya es hora. :=ummse: :=ummse: :=tardesds: :=tardesds:
    -Lo sé.... bien aquí tenéis el nuevo capítulo... Disfrutadlo. :=MAULS: :=MAULS: :=MAULS:






    Capítulo III






    A la mañana siguiente, Draco se despertó debido a los rayos de sol que entraba por la ventana y se fijó en Harry, quien dormía tranquilamente sobre su pecho. Empezó a acariciar sus cabellos y a pasar su mano por toda la cara cariñosamente, como leves caricias. Harry sonrió y abrió los ojos y miró a Draco, quien le devolvió la sonrisa.
    -Buenos días.-susurró Harry.
    -Buenos días, bebé.-le contestó Draco mientras le acariciaba sus cabellos con suavidad:-¿Has dormido bien?
    -Muy bien...-dijo mirando las mantas y enrollándolas entre sus manos y sintió como Draco le alzaba la cabeza suavemente.
    -¿Qué te pasa?-le preguntó preocupado mirando a Harry a los ojos.
    -Nada... solo que... parece raro... esto.-balbuceaba.
    Draco sonrió con dulzura. Adoraba esta parte de Harry, el sonrojado y balbuceante, como un niño pequeño perdido, pero vio en esos ojos el miedo a ser herido y tristeza y se juró internamente que haría lo imposible para que Harry fuera feliz:-Harry... no es algo que un Malfoy alga normalmente o usualmente...-empezó a hablar poniéndose en frente de Harry:-Harry estoy completamente enamorado de ti y quiero que sepas que haré todo lo que esté en mi mano con tal de que seas feliz, pero primero voy a conquistar te... te amo.-dijo mientras le daba un pequeño toponcito en los labios y un beso en la frente y salió de la habitación.
    -Tonto... ya lo has hecho.-comentó sonriente.
    Harry se vistió con una camisa blanca, con unos pantalones verde pistacho y unos zapatos marrones junto con una chaqueta de color marrón.
    Mientras Draco había recibido una carta de Pansy... rogaba que le ayudara.

    Querido Draco:

    En primer lugar te diré: Te lo dije y en segundo
    claro que te ayudaremos, pero te daré un pequeño adelanto.
    Primero alagar lo bello que está todos los días, y mantener una conversación que
    a el le guste, por ejemplo, de sus gustos.
    Después ve entregándole una flor distinta cada día, yo te
    ayudaré. Regala le bombones, poemas...
    Te aseguro que le gustará.
    Se cordial con el y mima le y cumple sus caprichos.
    Comienza hoy por una Acacia Amarilla que significa amor secreto.
    Buena suerte y me despido.


    Te quiere tu gran amiga
    Pansy Parkinson

    Draco cuando terminó de leer la nota sonrió y se cambió. Se puso unos pantalones azules claros junto con una camisa de color blanca y zapatos oscuros y una corbata verde. Cogió la flor y salió hacia la habitación de Harry. Tocó la puerta y le abrió Harry ya vestido con el pelo revuelto, sensual.
    -Bebé que bien te ves.-dijo mirándole de arriba a abajo, haciendo que Harry se sonrojara.
    -Emmm...¿Querías algo?-preguntó nervioso.
    -Dicen que los ángeles no existen pero acabo de ver uno... y que se vería muy bien con esta bella flor.-dijo cogiendo le la mano y besándola y después colocó la flor sobre su mano no sin antes besar uno de los pétalos mientras miraba a Harry y se perdía en sus ojos verdes esmeraldas.-Te veré en el salón.-dijo mientras se daba la vuelta y se iba con una sonrisa en los labios.
    Harry se quedó en la puerta mas colorado que un semáforo, miró la flor y sonrió y se sonrojó aún más. Entró de nuevo a la habitación y convocó un jarrón con agua y colocó la flor en él, sabía el significado de la flor. Era verdad lo que decía Draco, le estaba conquistando poco a poco. Llegó al salón y se colocó al lado de Draco. Ambos vieron que en el salón estaban sus padres. Narcissa estaba leyendo una carta apartados de los dos hombres que hablaban de negocios. Draco vio, como su madre al terminar la carta la arrugó, como si estuviera verdaderamente enfadada y acto seguido, la quemó y se dirigió a los demás.
    -Perdonadme, pero he de hacer una cosa.-comentó antes de perderse por la chimenea.
    Todos miraron a Narcissa y se preguntó el por qué de tan mal humor y cuál será eso que tiene que hacer.
    -Chicos, buenos días, venga tenéis que desayunar, pronto será la hora de irse a Hogwarts.-dijo Sirius.
    -Buenos días, vamos ahora mismo.-habló Harry soñoliento.
    Draco y Harry se fueron al comedor, donde los duendes les sirvieron un zumo de calabaza, tostadas y pastas de frutas a los dos.
    -Draco...-lo llamó Harry.
    -Dime.-contestó.
    -¿Por qué crees que tu madre estaba tan enfadada?-preguntó.
    -Ni idea bebé, pero no debe ser nada bueno.-arguyó Draco con la mirada perdida.
    -Draco...-lo volvió a llamar.
    -Dime bebé.-dijo y se levantó para sentarse al lado de Harry.
    -En Hogwarts no me vas a ignorar... ¿verdad?-preguntó Harry. Él estaba empezando a enamora de Draco y no quería que esto fuera solo un juego. Le dolería demasiado.
    -Jamás.-dijo mientras le tomaba del mentón y le miraba a los ojos con seriedad y sinceridad:-Termina de desayunar Harry, te estuve observando durante años y no comes nada.-dijo serio.
    Harry comió de mala gana, se había acostumbrado a comer casi nada.
    -Pero no tengo hambre.-dijo notando que su estómago le empezaba a doler y le empezaba a dar arcadas.
    -Harry.-le llamó la atención haciendo que se girara para mirarlo:-¿Tienes problemas a la hora de comer, como... anorexia o bulimia?-le preguntó serio.
    -Emmm...-no habló más, miró al plato y se le saltaron las lágrimas:-No lo se... hace solo unos meses que me vine con Sirius, pero... con los Dudley comía siempre lo mínimo o simplemente me dejaban semanas sin comer.-dijo mirando al suelo y con leves sollozos.
    -¿Sabes qué vamos a hacer?-le preguntó Draco. A él siempre le había preocupado la apariencia de Harry, tan escuálido y tan débil, y viéndole ahora, así, tan triste y desprotegido, llorando, le revolvió el estómago y se le ocurrió algo para que no estuviera triste.
    -Dime.-gimoteó.
    -Cada día vamos a ir comiendo una porción de más, para que tu estómago se acostumbre e iremos a ver a un medimago, le diré a nuestros padres que saquen cita para el fin de semana que viene, para que se lo digan a McGonagall.-dijo Draco mientras le apretaba las mejillas cariñosamente.
    Harry no dijo nada, solo le abrazó siendo correspondido por Draco.
    -Tenemos que irnos.- comentó Harry acordándose que se irían ya para la estación.
    Así que se fueron a la habitación a guardar los pijamas en la maleta y ambos salieron de sus habitaciones a la misma vez. Harry sonriente y un Draco enfadado.
    -Puf... es verdad... ese Weasley.-empezó a maldecir en susurros. Draco siempre había pensado... y pensaba... que el pelirrojo estaba enamorado de Harry. Pues no le iba a dar el gusto. Sonrió maligno. ¿Qué mejor manera de conquistar al moreno que empezando por ser bueno con sus amigos? Decidido, hoy, un Malfoy y Slytherin, se sentaría entre leones.
    -¿Qué estás murmurando?-preguntó Harry.
    Y a Draco se le ocurrió una cosa:-Lo bien que te quedan esos pantalones ajustados... te levantan el trasero.-dijo pasando por delante dándole una nalgada a Harry y sonriendo al notar el enorme sonrojo de Harry.-Sip, no hay nada mejor que ver a Harry Potter sonrojado y no era mentira, realmente esos pantalones azul oscuro le levantaban ese jugoso trasero y nada que decir de la camiseta gris pegada con esa chupa de cuero.
    -Maldito pervertido.-murmuró Harry caminando hacia el salón dónde seguramente estarían todos esperándolos.
    -Pero te encanta... acepta lo.-comentó sonriente y arrogante Draco.
    Harry no comentó nada más y siguió andando. Parecía una señal de tráfico.
    Ambos entraron en el salón y...

    ~ · · · · ~

    Narcissa entró en una casa destartalada, pero se sorprendió al ver el interior, todo estaba como nuevo.
    -Es un hechizo, por eso a primera vista parece destartalada.-comentó una voz.
    Narcissa se asustó un poco, pero reconoció la voz y bajó la varita.
    -¿Por qué?-preguntó ella.
    -¿Por qué, qué?-le contestó la persona con otra pregunta.
    -Sabes a lo que me refiero, no te hagas el tonto.-dijo de mal humor.
    -Vaya Cissy, no cambias.-comentó sonriente.
    -Le has hecho daño, mucho, y, ¿ahora vienes como si nada?-preguntó enfadada.
    A la figura se le oscureció la mirada y la perdió un rato mirando a la nada, pensando en todos estos años:-Tuve que hacerlo, o sino, él estaría muerto.
    -No puedes huir más, cada día se hunde más en su soledad, solo te quiere a ti.-comentó Narcissa.
    -Aún no... espera un poco.-dijo.
    Narcissa se acercó a la figura con aire amenazante:-Te lo diré una sola vez... aparece y pronto, estoy segura de que no aguantará mucho y hará alguna tontería y te lo digo de verdad, y como no aparezcas prepara te... porque el Señor Oscuro no te habrá matado, pero yo, si lo haré. Así que se un hombre y afronta las cosas y afronta las ya.-le dijo.
    -Cissy... procura que esta tarde no vaya nadie a la mansión Black.-le comentó con una sonrisa.
    -Me habías preocupado diciendo que aún no era el momento.-arguyó enfurruñada.
    -No es el momento porque Harry y Draco deben ir a Hogwarts, si me presento lo único que podría lograr sería un caos, prefiero ir en la tarde.-dijo él.
    -Que todo te salga bien, ¿sabes que vas a tener que enamorarlo de nuevo...no?-preguntó.
    -Cissy... le amo y si tengo que arrodillarme frente a todo el mundo mágico para pedirle perdón, no dudes en que lo haré.-explicó con seguridad.
    -¡Por Merlín! ¡Qué dejado estás! ¡Ni pienses que vas a ir a verlo así!-exclamó.
    -Cissy...-intentó hablar pero fue cayado.
    -¡No! ¡Ahora mismo vamos a comprar y a que te arreglen ese pelo! Mientras me cuentas qué es lo que te ha pasado en estos 17 años.-chilló histérica a la vez que pronunciaba un hechizo translador.
    Ambos aparecieron en una tienda de ropa y Narcissa se puso manos a la obra... al cabo de una hora, Narcissa ya llevaba 20 bolsas con ropa... como se nota que es una fan de la ropa.
    -Toma, ponte esto, ni pienses que vas a salir de aquí vestido así.-dijo mirándole de arriba a abajo.
    El hombre no le negó nada y se fue a cambiar, y, cuando salió, Narcissa lo arrastró hasta una peluquería.
    -Ahora, cuenta me.-comentó mientras que al joven le arreglaban el pelo.
    -Estuve un tiempo en coma en el mundo muggle, después me las apañé para vivir hasta que viera que era el momento de aparecer.-comentó.
    -¿Y tuviste que esperar 17 años?-preguntó.
    -Debía hacerlo, lo único que quería es que estuviera a salvo.-dijo.
    -Fue a Azkaban por un delito que no cometió.-dijo enfadada.
    -Lo sé. Me enteré hace un año.-dijo mirando a la nada.-Cree me cuando te digo que hubiera hecho todo lo que estuviera en mi mano con tal de que esté feliz y que no hubiera ido a Azkaban.-habló mientras sus ojos se empañaban.
    -Lo sé y cree me a mi, él no te culpa de eso, te culpa de que no estés con él.-dijo ella.
    -Ya... pero eso, esta tarde, va a cambiar.-habló.
    Narcissa sonrió y no volvieron a hablar del tema. En vez de eso le estuvo preguntando que había hecho durante esos años en el mundo muggle.
    -Fui profesor de historia.-arguyó.
    -Historia muggle... y es entretenida.-preguntó.
    -Ha de decir que si.-objetó.
    Al terminar Narcissa se quedó maravillada. Al muchacho le había quedado el corte de pelo como anillo al dedo. El estilo se llamaba “undercut” le quedaba muy bien.
    -Mira, si hasta pareces más joven.-se burló.
    -¡Mira quién lo dice!-exclamó el juguetón.
    -No te pases.-amenazó.
    -Dejaré en paz tu vejez.-objetó con los brazos en alto en son de paz.
    -Mocoso.-murmuró.
    -Cissy... ya no somos niños.-comentó.
    -Aún así sigues siendo un mocoso para mi.-dijo.
    -¡Pero si solo nos separan dos años!-exclamó frustrado.
    -Lo mismo da.-dijo ella.
    El muchacho se rindió, sabía que iba a ser imposible conversar con ella cuando se ponía en ese modo a si que salió de la tienda siendo seguida por una malhumorada Narcissa detrás de él.
    -¿Has olvidado tus modales? ¡No puedes dejar a una mujer hablando sola!-exclamó enfurruñada haciendo un berrinche como una niña pequeña.
    -¡Mira cómo lo hago!-le gritó de vuelta.
    -Vale, vale...tú ganas.-dijo vencida y vio como el muchacho sonreía arrogante.
    -Lo sé.-comentó.
    -¿Vas a comprarle algo?-preguntó Narcissa.
    -¿A quién?-preguntó confuso.
    -¿A quién sino genio? A Sirius.-habló.
    -¿Y por qué tengo que hacerlo?
    -Emmm... no sé... porque... te largaste dejándole solo una nota y una rosa, porque fingiste tu muerte, te perdiste sus 17 cumpleaños, le dejaste en Azkaban y... ¿piensas ir a su casa sin ningún detalle?-preguntó enfadada.
    -Vale, vale... ya entendí.-dijo.
    -¿Y bien?-volvió a cuestionar.
    -¿Y bien, qué?-preguntó astido el muchacho.
    -¿Qué le vas a comprar?-preguntó.
    -Estoy pensando Cissy, no molestes... emm... haber... no le gustan las joyas... ni las cosas bonitas... ¿Qué tal?... sí, creo que le gustará.-murmuraba.
    -¿Qué le vas a comprar?-preguntó.
    -Diecisiete rosas, una carta y un cachorro.-comentó con una sonrisa.
    Narcissa no estaba muy segura, pero no dijo nada, al fin y al cabo él conocía mejor que nadie a su primo y estaba segura de que lo que le iba a dar a Sirius funcionaría.
    -¿Qué raza le vas a comprar?-preguntó Narcissa.
    -Emmm... ¿Qué tal dos cachorros?-preguntó.
    -Buena idea...¿Y que raza?-cuestionó de nuevo.
    -Un cocker spaniel ingles y un springer spaniel inglés, a él le encantaban...-dijo recordando cuando le dijo que le gustaban esas dos razas.
    -¿Y de qué color?-preguntó Narcissa.
    -Si hay... un cocker marrón claro y un springer marrón oscuro, de preferencia, ambos hembras, creo que tiene ganas de tener una preferencia femenina en casa.-comentó en respuesta.
    Narcissa no dijo nada más.
    Ambos de dirigieron a una tienda de animales y el joven cogió a los cachorros tal y como había querido, ambas hembras, una cocker marrón clara y una springer de marrón oscuro. Eran tan bonitas, sobretodo la springer, esos ojos le recordaban a Sirius, eran tan parecidos. A demás, compró muñecos con los que los cachorros podrían jugar, champú, cepillos, cepillos de dientes especiales para perros, comida, cuencos para la comida y camas junto con unas mantas para las temporadas de frío.
    -¿Y ahora?-preguntó Narcissa quien llevaba en brazos a uno de los cachorros.
    -A la floristería.-dijo sonriente mientras cargaba al otro.
    Ambos fueron a la floristería y pidieron un ramo de diecisiete rosas.
    -Cissy mentiste.-pronunció el joven.
    -¿A qué te refieres?-preguntó.
    -No me perdí 17 cumpleaños... me perdí 18.-comentó:-Por eso el ramo de diecisiete.
    -Vaya.-fue lo único que dijo.
    -Bueno, ahora que tenemos todo, he de preparar una carta.-comentó.
    -Te llevo, yo tengo que ir a dejar a la estación a los chicos.-habló.
    Narcissa trasladó al muchacho a su casa y de allí se despidió y de fue a la mansión Black. Cuando llegó, se encontró con los chicos, quienes entraban en el salón con las maletas y se fijó mejor, Harry sonrojado y su hijo sonriendo. ¿Qué se ha perdido?
    -¿Qué me he perdido?-preguntó.
    -Nada.-habló Harry antes que Draco al ver las intenciones de este.
    -Nada.-pronunció el también.
    -Bueno chicos... hora de irse.-comentó Narcissa sonriente.
    Y así, todos se trasladaron hasta la estación, donde la mayoría de la gente ya se despedían, otros subían a buscar sitio o para buscar a sus amigos y contarse lo que no se habrían podido contar por carta.
    -Portaros bien y que no nos llegue ninguna carta.-dijo Lucius.
    Los chicos asintieron y se despidieron.
    -Adiós papá.-dijo Harry mientras abrazaba a Sirius.
    -Cuida te cachorro, y escribe me todas las semanas.-le dijo.
    Cuando Harry se estaba despidiendo de los señores Malfoy, Sirius se acercó a Draco.
    -No dejes que le ocurra nada.-le pidió.
    -Descuida, estará bien, yo me encargaré.
    -Si me entero que le haces algo malo... Voldemort solo será una hormiga en comparación conmigo.-comentó con aire siniestro que causó miedo en Draco pero supo disimularlo.
    -Jamás lo volveré a hacer.-dijo antes de que sonara el silbato que indicaba el primer aviso.
    -Nos veremos en navidad.-dijeron los chicos y se subieron en el tren.
    -Supongo que tu buscarás a tus amigos.-comentó triste Draco.
    -Ven.-dijo mientras le cogía de la mano y le arrastraba hasta el vagón en el que sabía que estarían sus amigos.
    Mientras iban andando los alumnos se quedaban de piedra. No todos los días veías a Malfoy y a Potter agarrados de la mano y sin pelear.
    -Draco... nos miran.-dijo cohibido.
    -Pues deja les.-respondió este con simpleza, pero sin soltar su mano.
    Ambos siguieron andando. Harry estaba feliz, Draco no le había echado a un lado y eso lo ponía contento. Se pararon enfrente de un camarote y Draco... enfadado de la mirada de los demás se volvió hacia ellos de mala gana.
    -¿Qué os pasa? ¿Acaso queréis una foto?-preguntó borde y burlonamente.
    Nadie dijo nada y con rapidez, se largaron tan pronto como habían venido.
    -Deberías ser un poco más amable.-dijo algo nervioso por si Draco le hablaba mal.
    -Pero Harry~... me ponen de mal humor que sean tan cotillas.-comentó enfurruñado, pero dulcemente.
    -Lo sé.-dijo él.:-Pero al menos intenta lo.
    -Lo haré, pero no prometo nada.-dijo.:-Bueno, entremos.
    Ambos entraron encontrándose con la mirada alegre de Pansy, la socarrona de Blaise y la inquisidora de Theo, junto con la curiosa de Crabbe y Goyle.
    -Buenos día Harry...¿Te podemos llamar así no?-preguntó Pansy.
    -Si... solo si yo puedo llamaros por los vuestros.-contestó.
    -¡Por supuesto!-exclamó.

    ~ · · · · ~

    Era su caligrafía de eso estaba seguro... dudaba en abrirla... ¿Estaría soñando? Pero tomó valor y con manos temblorosas abrió la carta.

    Para mi querido Sirius.

    Aquí te dejo las 17 rosas que me faltaban por darte para
    tus cumpleaños. Esos, los cuales me he saltado y no he estado presente y
    no sabes cuanto lo siento y deseo tanto pedirte perdón y que me perdones.
    Ahí tienes tu ramo y esos dulces cachorros que espero que te
    hayan robado el aliento, pero no más del que me robaste a mi.
    Lo siento por no haber aparecido durante estos 17 años, siento
    no haber estado contigo cuando me necesitabas, pero era necesario o sino
    él iría a por ti. Intenté proteger te, ¡Merlín si lo intenté!
    Te pido perdón, pero si yo te perdía, me volvería loco y lo mejor que
    puede hacer fue desaparecer.
    Sé el dolor que te causó mi “muerte” pero era necesario
    Sabes que te amo y que estaré dispuesto a esperar por ti o a
    volver a conquistar te, porque lo haré.
    Te amo mi amor, solo quería lo mejor para ti.


    Con cariño y profundo amor.
    Te quiere tu amado



    Al terminar de leer la nota se desplomó, estaba vivo, él estaba vivo...¡Merlín estaba vivo! Se levantó rápidamente y empezó a mirar a su alrededor.
    -Tan despistado como siempre.-comentó una voz a sus espaldas.
    Sirius se dio la vuelta y lo vio... Allí, en el sofá, sentado con una sonrisa dulce y esos ojos que lo miraban con profundo amor.
    -...-Sirius no podía pronunciar palabra... miraba al hombre que estaba delante de él. Era él... no pudo hacer nada más que correr hacia él y desplomarse a llorar sobre el abrazándole y llorando desconsoladamente.
    -Shh, bebé, ya ha pasado... estoy bien... estoy aquí... no me voy a ir... solo quiero saber algo...¿Me perdonas?-preguntó suavemente sobre su hombro.
    -Si... siempre.-gimoteó.
    El muchacho no aguantó mas y lo besó. Lo besó como si no existiese el mañana, probó esos labios que tanto le habían hecho falta.
    -Te amo.-dijo cuando se separaron juntando sus frentes.
    Sirius rió alegremente y para el muchacho, fue el mejor sonido de su vida.:-Yo también... te amo.
    Se oyó un quejido y ambos se giraron hacia los cachorros y rieron al verlas pelear juguetonamente y acercarse a ellos.
    -No te has olvidado.-comentó Sirius.
    -Jamás me olvidaría de una cosa que te hace feliz o que te gusta.-dijo él.



    Continuará






    ¿Quién será la pareja de Sirius? ¿Os hacéis una idea? ¿Qué pasará en el tren? Todo estoy y mucho más conforme la historia se vaya desarrollando... Byeeee~


    -Ya está... :=BIENODOE: :=BIENODOE:
    -Te vuelves a olvidar de algo. :=detective: :=detective: :=detective:
    -No... esta vez no me he olvidado de comprar helado. :=nuse: :=nuse: :=nuse:
    -María.... :=ummse: :=ummse: :=ummse:
    -Oh es verdad... :=ideasss: :=ideasss: :=ideasss:
    -¿Ya? :=nuse: :=nuse: :=nuse:
    -Tengo que estudiar adiós~ :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=duouou: :=duouou: :=duouou:
    -Un día de estos la mato. :=MUAHAHA: :=MUAHAHA: (n/a: lo dice en forma de susurro.) En fin... lo haré yo. :=WORKIN: :=WORKIN: :=WORKIN:

    Gracias @Fernanda Alvarez1, @Antooop, @Yuuri Bezarius por vuestros comentarios, por leer mi historia y porque os guste mi historia. El nombre de la pareja de Sirius vendrá en el capitulo que viene, por favor no me matéis mientras tanto.
    Y gracias a los demás que están leyendo mi historia. :)
    Hasta la próxima. :)

    Cocker Spaniel


    http://static9.depositphotos.com/1594920/1...aniel-puppy.jpg


    Springer Spaniel


    http://footage.framepool.com/shotimg/qf/58...orro-marron.jpg


    Camas (solo tenéis que imaginaros otra de diferente o igual color)


    www.mascotaspe.com/wp-content/uploa...ara-perros2.jpg


    Undercut (no le hagáis caso al hombre... solo es el pelo)

    www.undercuthairstyle.com/novit/wp-...t-hairstyle.jpg

    Edited by kiriekuru-chan~ - 20/12/2015, 15:59
     
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