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''Esta tierra sagrada no será perturbada, no mientras yo reine en ella''.Nombre:
Masao Sakurai.
Edad:
19 años.
Cumpleaños:
16 de marzo.
S/S/U:
Uke.
Sexualidad:
Cree ser heterosexual.
Ocupación:
Heredero del trono del reino de Kakei.
Historia:
Nos remontamos a una época donde las batallas entre distintos reinos eran persistentes. Eiji Sakurai, heredero al trono del reino de Kakei, contrajo matrimonio con la hija del clan Hasegawa: una hermosa joven llamada Sachiko. Aquel matrimonio no fue solo por conveniencia, sino porque aquella mujer que parecía ser tan dura, verdaderamente estaba interesada en el futuro rey. De esa forma, ambos se convirtieron en los nuevos reyes de esas tierras.
Pocos años después de contraer matrimonio y en pleno inicio de la guerra en su terreno, nació quien sería el primogénito de la familia. Decidieron nombrarlo Masao, un nombre digno de quien sería el rey en el futuro. Debido a su inocencia y belleza angelical, muchos decían que aquel niño poseía poderes divinos ocultos. Sus padres aprovecharon aquella situación para que muchas más personas se unieran sus tropas. De esa forma lograron que un hombre sumamente inteligente y perspicaz, se volviera su aliado; aquel hombre luego fue nombrado Estratega Real y, a su vez, se le confirió la protección del pequeño Masao.
El honorable señor, tenía su propia familia; pero le habían prohibido hablar con respecto a su trabajo en el palacio. Todos en su pueblo creían que tan solo era un guardia más.
Varias personas se hicieron cargo de la crianza del infante, como heredero del trono debía ser capaz de realizar todo tipo de labores y tener conocimiento que otros no tuvieran. Su guarda personal, se encargo de enseñarle a manejar la espada y los secretos para descifrar cuáles serán los ataques de sus enemigos. Siempre le aconsejo mantenerse tranquilo y obedecer a todos los principios que cada persona del palacio le había inculcado.
Así, en medio de guerras, Masao creció solo con un objetivo en mente: volverse el mejor rey y emperador que esas tierras jamás hubiesen tenido. Pero no todo marchó a la perfección. En su cumpleaños número diez, su mayor el enemigo, los miembros del clan Sakata atacaron sin piedad alguna el reino, asesinando en el proceso no solo a inocentes, sino a su madre y dejando gravemente herido a su guardián.
Estando en su lecho de muerte, aquel hombre le encomendó al mayor de sus hijos proteger al príncipe, aún con aquella condición de que no podía contarle a nadie más de su familia sobre eso. Pocos días después, el valeroso Estratega Real murió.
Esa noticia había sido devastadora para Masao. Perdió a dos personas muy importantes para él y de ningún modo podía dejar que esto volviera a suceder. Muy probablemente, este hecho lo hizo madurar y engrandecer aquel deseo de volverse más fuerte y poderoso en todo sentido.
En esos días, fue presentado oficialmente su nuevo guardián el cual, aunque fuera el hijo de esa persona que tanto apreciaba, no veía como alguien capaz de cuidar ni su propia espalda; pero estaba equivocado. Solo fueron necesarias veinticuatro horas para que este joven, que lo excedía algunos años en edad, le demostrara de lo que estaba hecho.
Decir que estaba algo celoso era poco, Masao no entendía por qué una persona tan joven incluso tenía mejores habilidades que quien fue su padre y, aunque tal vez no era tan carismático como el ahora difunto, tenía una perspectiva tan única de la vida que lo hacía parecer tener un aura especial, distintivo. Lo quería cerca de él y a la vez lejos.
Con el pasar del tiempo, fue desarrollando sentimientos mucho más fuertes por aquel chico, sentimientos que no lograba entender del todo. Pese a todo esto, Masao no trataba al muchacho de la manera más amable, tan solo le pedía las cosas y lo obligaba a realizar sus peticiones; de ninguna manera podía permitirse caer ante aquella tontería que, al parecer, todos llamaban amor.
Personalidad:
Elegancia, en su rasgo que viene arraigado a él no solo por su nombre, sino por su caballerosa forma de ser y su enorme sentido de la finura y perfección. Jamás dejaría algo a medias, cada acción que comete debe ser concretada de la mejor manera y con resultados favorables. Siempre planifica con antelación cada cosa que hará, sin descuidar ni el más mínimo detalle para que todo salga como él quiere.
Tiene un gran sentido del honor, aunque muchos dudan de esto ya que parece ser muy severo. Su semblante suele ser serio, inclusive llegando a ser frío. Suele guardar distancia de la gente del pueblo, especialmente porque ellos creen que es algo parecido a un Dios y, bueno, a Masao no le molesta ni una pizca seguir aquel juego.
Es bastante maduro y centrado para ser tan joven. Suele tomar la posición de líder, aunque en situaciones extremas puede sucumbir a la presión. Masao no sabe bien lidiar con los sentimientos, especialmente si estos no son los que ''necesita'' para convertirse en el mejor emperador de todas las generaciones de los Sakurai.
Su forma de reaccionar hacia las personas no siempre es la mejor. Es amable y bondadoso con quienes tiene relaciones no tan cercanas e importantes; mas, cuando alguien comienza a agradarle su mente suele quedarse en blanco y termina comportándose arrogante y hasta prepotente.
Se esfuerza mucho por ser el mejor líder que su reino pueda tener, es bastante apasionado y pone su alma y corazón en cada una de sus batallas. Posee una gran sabiduría que intenta usar de la forma correcta.
Gustos:
√ Los libros.
√ Todo tipo de ceremonias que realizan en el palacio.
√ Tomar té a solas en su habitación.
√ Meditar.
√ Sus finos ropajes.
√ Recibir la gratitud del pueblo y sus halagos.
√ Adquirir conocimientos.
Disgustos:
× El desorden.
× Ser vencido por su guardián en las prácticas con espada.
× Las arañas.
× Perder a sus hombre en batalla.
× Fracasar en sus planes.
× Que no sigan sus órdenes.
× Personas mediocres.
Extras:
◦ Por más que lo niegue, está enamorado de su guardián.
◦ Al ser un señorito, hay muchas cosas que no puede hacer solo, como atarse el obi.
◦ Si bien está al tanto de las situaciones del pueblo, jamás podría entender su realidad. Nunca ha tenido que vivir en miseria.
◦ Es de los pocos habitantes del palacio que constantemente tiene acceso a distintos tipos de educación.
◦ Una vez que se convierta en el Rey de Kakei, planea apoderarse de todo el imperio de Seiri.
Apariencia:
SPOILER (click to view)“Soy como el viento, libre y fuerte, la vida es juego”
Nombre:
Kanale Ayase
Edad:
21 años.
Cumpleaños:
30 de agosto
S/S/U:
Seme
Sexualidad:
Bisexual
Ocupación:
Guardián del futuro Emperador del reino de Kakei.
Historia:
Mientras existían eternas y sangrientas batallas una pareja se unía en matrimonio, eran prósperos con el dinero, y muchas tierras, en esa época de guerras contantes, eran comerciantes de vinos, eso era una bendición, al poco tiempo tuvieron tres hijos su mayor orgullo, el mayor Ayase, el del medio kiku y el menor Fin, todo parecía perfecto para la familia kanale, tenían posición eran prósperos, siendo una familia unida.
El padre de los Kanale era Mink Kanale, por sus méritos en poco tiempo fue nombrado estratega real, poniéndose a su cargo al futuro rey, su familia sabía que trabajaba para el gran palacio pero desconocían el valor de aquel trabajo, ya que desconocían que él era el encargado de cuidar al joven rey.
Ayase creció con el amor de su madre, aprendiendo de su padre el arte de la espada, defensa personal, y todas las destrezas necesarias para ser su sucesor al ser el hijo mayor, destacándose en todo ya que era bueno aprendiendo (aunque el solo pensaba que heredaría el negocio familiar)
Pero en día, cuando el futuro rey tenía diez años atacaron el palacio matando a la familia real, dejando herido de muerte al padre de Ayase, pero antes de morir le dejo a el trabajo de cuidar al joven rey, que no tuvo más opción de aceptar el cargo, y guardar el secreto de ser la mano derecha de aquel niño, hasta de su familia como su padre antes que él.
Con solo 12 años tuvo que cumplir esa misión, aunque al ser un chico muy maduro para su edad acepto encantado aquel honor, su familia pensaba que solo era un sirviente real, pero aun así estaban orgullosos de él.
Luego tuvo que conocer al futuro rey, y entender que lo cuidaría durante toda su vida, Ayase noto que no le caía bien, pero debía aceptar su destino, debía ser el mejor, la figura perfecta de guardia fiel, tuvo que demostrar sus conocimientos a Masao el futuro rey, su padre lo había entrenado bien, así que paso la prueba, se sentía satisfecho de sus logros, solo era cosa de pasar como un simple soldado para todos los demás, sentía que debía ser el mejor así su padre desde donde quiera que estuviese estaría orgulloso.
Con el tiempo se encargó de velar de Masao, aunque este no se lo ponía fácil, tratándole fríamente, y algo cruel todo el tiempo, aunque Ayase siempre le respondía con una linda sonrisa, ya que sentía que la vida era muy hermosa para sufrir por los demás.
Últimamente al tenerlo cerca sentía una extraña alegría, aunque el atribuía a la costumbre, que como pasaban tanto tiempo juntos era algo normal, además aunque fuese amor eso no sería posible.
Personalidad:
Es un joven muy apasionado, siempre dispuesto aprender, siente que la vida es un eterno aprendizaje así que siempre los veras haciendo algo, ya que el estar estático le es aburrido, trata de ser el mejor en todo porque siente que menos es no hacer nada.
Vive la vida con una eterna alegría, siente que si haces las cosas con la mejor disposición todo saldrá mejor, así que trata de ayudar en todo lo que pueda a los demás siendo paciente y compasivo.
También es una persona fuerte,ya que al haber madurado tan joven tuvo que controlar sus emociones, aunque las cosas no fuesen sencillas,las enfrentaba con valor,aprendiendo a no mostrar sus emociones en su rostro,por más que lo intentes no sabrás que piensa.
Es muy maduro, aunque no por eso es frio, más bien demuestra que la madurez no significa la seriedad absoluta, que hasta en las situaciones más estresantes puedes mantener la calma, cosa que le ha ayudado en su trabajo con el joven Masao, viviendo una vida pacífica.
Sabe lidiar con todos por igual, siendo muy amigable y compasivo, ya que siente que ayudar a los demás mientras esté vivo es su prioridad, pareciendo algo infantil a veces, aunque sabe controlar sus emociones así saber cómo lidiar con cada persona.
Se comporta según la situación, con Masao es paciente y considerado, con los demás trata de mantener una postura de chico amable,amigable y compasivo.
Es muy inteligente, siempre lo veras tratando de aprender algo de los demás, ya que suele adaptarse a cualquier situación, para él no hay imposibles.
Gustos:
√ Practicar con su espada.
√ Cantar cuando está solo.
√ Probar comidas exóticas.
√ Pasear sin rumbo fijo.
√ Ayudar a otros.
√ Aprender cada día más.
√ Estar rodeado de gente.
Disgustos:
× La gente muy ordenada.
× Sentirse solo.
× El café.
× La frialdad de Masao
× No hacer lo que se proponga.
× Sentirse un inútil
× Personas Arrogantes.
Extras:
◦ Le encanta mirar la luna en soledad.
◦ Es súper independiente.
◦ A veces sueña con Masao sin entender el porqué.
◦ Sabe leer y escribir a la perfección, teniendo una muy buena educación.
◦ desea enamorarse aunque piensa que si lo hiciera ese amor no sería posible, ya que solo tiene ojos para el futuro rey.
Apariencia:
Un nuevo día comenzaba en el hermoso reino de Kakei. Los sirvientes más cercanos a Masao ingresaron a su habitación para despertarlo. Los primeros rayos de luz iluminaban el castillo y su bello jardín frontal lucía más esplendoroso que nunca.
- Joven Masao, por favor despierte, ya ha amanecido- pronunció suave una de sus sirvientas, la cual se llamaba Chiyo. Ella era un tanto mayor, casi como una abuela. Se encargaba de ayudarlo a vestirse y hasta de lavar su cabello. Era la única que tenía permitido aquello, nadie más podía ver el cuerpo del heredero sin ninguna prenda, y si la mujer lo tenía permitido era porque, inclusive, fue un tiempo la sirvienta personal del ahora rey.
- ¿Tan rápido? Sentí que no pasó ni un segundo desde que cerré los ojos- se quejó aún adormilado y quitó las cobijas de encima suyo. dormía con un kimono blanco, el cuál era lo equivalente a su pijama.
- El joven Kanale lo está esperando afuera, será mejor que se apresure- al decir esto, el de cabellos claros pareció despabilarse. ¿Tan temprano y ya lo estaba molestando? No creía que fuese necesario que él estuviera allí en ese momento. Su reino vivía un estado de paz en esos tiempos, así que no veía importante la protección, especialmente porque él también sabía protegerse bastante bien. suspiró pesado y acomodó sus largos cabellos. La señora soltó una risita y tomó su mano para ayudarlo a levantarse. Tenía que tomar un baño antes de visitar a nadie.
Pasó un rato antes de que terminara de asearse. Chiyo, junto a las sirvientas de menor rango, alistaron su ropa y acomodaron la habitación del joven. Masao salió cubriéndose con la misma vestimenta blanca con la cual dormía, pero su cuerpo ya estaba seco. La mujer mayor pidió a las más jóvenes que salieran para ayudar a Sakurai a vestirse. Sí, había muchas tareas que el chico no podía hacer por su cuenta; pero así era la vida de todos los de la realeza, por lo cual no era una situación extraña.
Una vez que estuvo listo, salió a buscar a su guardián. Iba a paso lento, de todos modos no le importaba si estaba ahí o no, aunque...- Debo tranquilizarme- pensó al sentir que su pulso se agitaba. Al encontrarlo al final del pasillo que guiaba hacia su habitación, se acercó con los brazos cruzado- En el momento que veas que me estoy acercando a ti, debes darme una reverencia como el resto de plebeyos- dijo cortante- ¿Cuál es tu justificación para venir a buscarme tan temprano? ¿Acaso no sabes que tengo muchos cosas pendientes?- Maso solía ser así de frío y severo con Ayase, ¿La razón? Sinceramente, ninguna.
Quienes pasaban cerca (los habitantes del castillo), solo se quedaban mirando y murmuraban ''Ahí está otra vez Masao- sama regañando al pobre Kanale'', al parecer muchos ya se habían dado cuenta que el bondadoso futuro rey era extrañamente déspota con la persona que cuidaba día y noche de él.
Edited by †NeKros† - 4/1/2016, 23:12
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La vida esta alli entre oscura y brillante...me asusta y me seduce, deseo tocar el cielo, dejare de pensar y alcanzare las estrellas.
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Kanale abrió los ojos lentamente, se sentía agotado la noche anterior no pudo dormir plácidamente, porque tuvo que cuidar a su señor al no haber suficiente vigilancia ya que algunos guardias tuvieron que ausentarse unas horas, así que tuvo que velar su sueño toda la noche, solo pudo irse a descansar pasada la media noche, aunque ese era su deber un honor que no podía rechazar, aunque quisiera, suspiro levantándose lentamente, aunque estuviese cansado debía continuar con el entrenamiento de su joven señor, Masao debía aprender todo lo que el sabia para así ser el mejor emperador, así que lo mejor era comenzar el día con una sonría.
Se levantó de la cama, entrando al baño de invitados, cuando debía resguardar de Masao sin ir a casa, se quedaba en el cuarto de invitados, el cual era sencillo, cosa que no le importaba en absoluto, solo era cosa de cuidar de su joven amo, aunque tuviese que arriesgar su propia vida, hace mucho había jurado protegerlo aun a costa de su vida y eso era lo que haría, tal vez fuese un destino algo triste y solitario para alguien tan joven para el pero no le importaba, su honor le era más importante, ya que había dado su palabra y eso era algo más fuerte que la vida libre que pudiese disfrutar, él era un guerrero y así debía vivir hasta que dejase este mundo.
Se ducho de prisa, se colocó su ropa lentamente, arreglado su armadura, a los ojos de todos solo era un sirviente, un soldado más, ese era su destino, su honor, su obligación, su vida, sintiéndose aliviado de poder desempeñar tal tarea de la mejor forma posible, con fuerza y mucha paciencia.
Al terminar de arreglarse se miró al espejo sonriendo al verse impecable como siempre, aún era temprano pero sentía que lo mejor era comenzar de una vez, últimamente al pensar en Masao sentía una extraña presión en su corazón que no podía entender, aunque el ocultar estos sentimientos tan confusos le era sencillo, salió de aquella habitación caminado a la entrada del cuarto de su amo, mirando a una linda sirvienta sonriéndole dulcemente- por favor podría decirle al joven señor que lo espero, y muchas gracias-dijo tranquilamente, tratando de no mostrar sus sentimientos a los demás, solo era cosa de ser un perfecto guerrero y nada más.
Lo espero al final del pacillo, era mejor mantener las distancias con su joven amo, solo era cosa de esperar como buen soldado y comenzar el entrenamiento, suspiro para sí mismo, debía parecer tranquilo, y no mostrar ninguna emoción.
La voz de su señor lo saco de sus pensamientos, lo vio cruzando los brazos diciéndole aquello, mejor era ser el de siempre- lo tomare en cuenta,disculpa
mi impertinencia-dijo haciendo una reverencia dándole su mejor sonrisa, se levantó acercándose a su amo mirándole fijamente- bueno...te busco para ver si has mejorado tu manera de pelear con la espada, y ver que te encuentres muy bien, puedo verlo a simple vista pero mejor es verificar-dijo divertido, la actitud de Masao hacia él, al principio era dolorosa pero ahora le parecía divertida, aunque no podía entender porque era alguien bueno y justo con todos los demás y a él lo trataba de esa manera tan arrogante y algo cruel, solo podía creer que era para remarcar su relación amo-protector, que no debían pasar de allí nunca y Masao solo se lo demostraba con cada actitud fría hacia él.SPOILER (click to view)cualquier cosa que no te guste dimela, a divertirnos
Edited by Saira Nierez - 11/12/2015, 09:20. -
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- Bien, que no se vuelva a repetir- dicho esto, acomodó hacia atrás un mechón de su largo y celeste cabello. Disfrutaba que el mayor hiciera todo lo que él le pedía, casi sin chistar. Lo observó mientras se acercaba a él, la poca distancia entre ellos no la sentía agradable, lo ponía nervioso y eso lo molestaba de cierto modo- ¿Dudas que haya mejorado? De verdad me sorprende que pienses de esa forma a estas alturas- Masao no era malo con la espada, hasta se podría decir que su habilidad era impecable; no obstante, en un mundo donde los estilos de lucha evolucionaban constantemente y se reinventaban nuevas técnicas para combatir al enemigo, el joven no podía confiarse y dejar de practicar.
Su mentor había sido el padre de Kanale. Él le dio aquellas bases que lo ayudaron a posicionarse como uno de los hombres de la realeza con mejor habilidad en la espada; sin embargo, Kanale lo superaba con creces. Si Masao era excelente, se podría decir que su guardián era casi perfecto en el manejo de aquel arma. Ese hecho le producía celos, y bastantes. Al escuchar su segunda razón para visitarlo tan temprano, abrió grande los ojos y apartó la mirada- Me ves todo el tiempo y, como dices, se nota a simple vista que estoy bien- el que se preocupase por él lo hacía feliz... en el fondo de su duro corazón.
Se alejó unos cuantos pasos de él y recargó su espalda en una de las paredes de madera- Todo ha estado tranquilo últimamente. Me gustaría salir un día a visitar mi pueblo- cuando decía ''su pueblo'' se refería a los habitantes de Kakei, esas personas humildes que tanto lo amaban y lo veneraban como si fuese un Dios. Ya era costumbre para él comentarle a su guardián lo que haría, después de todo este debía acompañarlo a donde él quisiera ir.. -
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Lo escucho asintiendo, noto que se alejaba un poco de él, estaba nervioso?, kanale veía aquello algo sorprendido, aunque tal vez aquello solo fuesen suposiciones suyas, sonrió ante esos pensamientos sin fundamento a su parecer ya que pensar en que Masao pudiese sentir algo hacia él, solo sonaba a una mala broma.
-bueno, si quieres podemos ir al pueblo, solo pasear sin rumbo, disfrutar de un momento sin tantas responsabilidades, solo ver a la gente normal sin tantos formalismos, ya que tu mandas y yo obedezco, ya que pienso que aunque seas el futuro rey aun eres un joven que desea una vida normal, aunque lo niegues-dijo mirándole sin nada de duda en sus palabras, no entendía porque al decir aquello le sonaba como si estuviese invitándole a una cita, pero lo bueno era que Masao solo vería aquello como un paseo normal, nada fuera de lo extraordinario.
Al verlo sentía que su cercanía era muy importante para él, solo estar cerca lo alegraba, no entendía por qué pero se consolaba pensando que aquello solo era cosa de costumbre, que aunque su amo fuese frio siempre, sentía una muy fuerte amistad y simpatía por él.
Se acercó a este parándose a su lado mirando el suelo del pasillo, solo deseaba disfrutar del silencio de la quietud que sentía al estar cerca de Masao, no sabía que sentía su amo por él, sabía que a cierta forma sentía algo de malestar, pero no sabía hasta qué grado le caía mal, y no entendía por qué pero solo en pensar en eso lo hacía sentir algo triste, aunque no se notaba su cambio de actitud.
-bueno mejor es que mejores rápido para que te conviertas en el mejor emperador de todos-dijo entrecerrando los ojos algo triste, mientras sentía que aunque eso pasara, seguiría estando a su lado, no entendía porque pero eso lo hacía sentir ansioso, notar que habían pasado años juntos, y nada parecía cambiar, que podía serle de ayuda en todo lo que hiciese falta, y al mismo tiempo sentía que nunca llegaría a entenderlo completamente, ese corazón frio e impenetrable a sus ojos.
No entendía porque al sentirlo tan cerca solo deseaba tomar su mano, sentir el rose de su mano con la suya, sabía que eso nunca pasaría, pero en sueños lo tocaba, hasta lo abrazaba, al estar así parado a su lado, recordaba esos sueños tan extraños que últimamente le molestaban y no podía evitar sentir algo de felicidad, por esas cosas que nunca pasarían, que su amo solo lo trataría de esa manera siempre, aunque en cierta forma eso era mejor que cada quien tomase su lugar, el su amo y el solo su fiel guardián, así kanale sentía que podía vivir una vida honorable muy tranquila y en paz sin sentimientos confusos que modificaran su intachable conducta.
Roso el cabello de Masao mirándole divertido-oye realmente pones mucho cuidado a tu apariencia, fuese bueno que pusieses la misma atención en el entrenamiento amo mío-dijo separándose mirando el paisaje, a sus ojos no había reino más hermoso, y más próspero que este, y que todo solo mejoraría con el pasar del tiempo, ya que sentía que su amo sería muy buen futuro rey, ya que tenía mucha fe en él, solo era cosa de guiarlo en su camino dándole toda su ayuda para que eso fuese posible, solo ser su compañía sin demostrar ni duda ni dolor, solo dándole toda la calma que sentía al verlo a los ojos.
Edited by Saira Nierez - 13/12/2015, 11:36. -
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- ¡Yo no quiero una v...!- antes de poder contradecirlo, Kanale le respondió con esa astuta respuesta. Puso una expresión de claro fastidio y revoleó los ojos- Bien; pero debes saber que bajo ninguna circunstancia me comportaré como otra persona más. Ellos me veneran y yo me comportaré de acuerdo a mi estatus- era como si Masao no conociese la palabra ''relajación''. Al estar con el joven Ayase se ponía particularmente terco.
Y luego, se hizo el silencio. La expresión de Sakurai era exactamente la de malestar- ¿Por qué está tan cerca?- pensó, aunque la distancia entre ambos era considerable, la normal; no obstante, el solo pensar que sus brazos podían llegar a rozarse por sobre la tela lo ponía muy nervioso. Le angustiaba sentirse así a causa de una trivialidad. Él era tocado, no en el mal sentido de la palabra, por personas ajenas constantemente, inclusive en el campo de batalla; pero el solo hecho de que esa persona fuese el azabache, cambiaba por completo el panorama. Apretó los labios y giró el rostro hacia el lado opuesto para que su guardián no pudiese ver su rostro. Aunque por fuera parecía que realizaba esta acción porque lo odiaba, simplemente lo hacía para no encontrarse con su mirar.
Al escuchar sus palabras, miró el suelo y, habiéndolo pensado muy bien, escogió mentalmente lo que diría- Y para que te conviertas en el mejor guardián, lo que tu padre más deseaba- si bien eso lo mencionaba con total sinceridad, quizá decir lo de su padre solo era para que no creyese que también pensaba en su futuro ya que, en pocas palabras, intentaba decirle que él lo quería a su lado cuando fuera emperador.
Muy ido en sus pensamientos filosóficos con respecto a la vida futura, fue sacado de sí al sentir la mano de Kanale deslizarse por sus cabellos. Su corazón comenzó a latir muy rápido, jamás se había sentido tan avergonzado en la vida, hasta que...- Déjate de tonterías y camina- bueno, así era el mayor: considero y, como Masao lo tachaba, bromista. Comenzó a caminar a paso ciertamente acelerado- ¡Y para que lo sepas, toda persona de la realeza debe tener una apariencia impecable!- se detuvo- Además, como dice la gente del pueblo, soy demasiado hermoso- no quería seguir discutiendo; sin embargo, parecía que le gustaba presumirle los halagos que las personas le daban.
Realmente estaba siendo infantil- Cuando lleguemos allá, me gustaría pasar a saludar al herrero del pueblo y mirar un poco los mercados. Necesito saber que todo anda bien.. -
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Kanale sonrió notando la actitud de su amo ante el rose con su cabello,porque actuaba así tanto odio sentía hacia el,suspiro notando como su amo caminaba tan deprisa-vamos entonces-dijo caminando lentamente a su lado,tanto tiempo juntos y la actitud de Masao hacia el no cambiaba ni un poco,sólo era cosa de adaptarse y ser sólo un frío guardián y ocultar sus sentimientos dentro como siempre hacia.
Miró de lleno a Masao realmente era muy hermoso, lo más probable fuese que se casaría algún dfia haciendo su vida,kanale no entendía porque con sólo imaginar eso dolía su corazón, pero debía aceptar que eso pasaría,notó que lentamente llegaban al pueblo, los aldeanos los miraban,sonrió al ver que todos les daban paso para pasar,todos miraban a su amo como si de un dios se tratase,como sería ser el,admirado por todos y aunque lo negara sólo entre tanta gente,como una linda muñeca que no podía hacer más que hacer lo que se esperaba de el sin mostrar sus verdaderos sentimientos, al pensar en eso se sentía triste, sentía que el tal vez pudiese tener una vida normal algún día pero Masao siempre viviría de esa manera.
Lo miró a los ojos-oye que quieres hacer primero,hoy complaceré todos tus caprichos,hoy no tienes que ser tan perfecto todo el tiempo, trata de relajarte un poco-dijo dándole una dulce sonrisa.
Cerca de allí había un kiosco de venta de dulces compró dos entregándole uno a Masao-entre tu y yo,me gustaría verte tranquilo y feliz algún día,aunque se que como eres nunca lo harías,y menos conmigo ya que se que me detestas, pero trata de ser más como un joven,no ser tan impecable todo el tiempo-dijo lentamente, no quería importunar a su amo,con cosas como esas pero kanale aún era un joven,y a veces se preguntaba porque la actitud de su amo hacia el dolía tanto,y sus emociones lo delataban,lo bueno que era bueno en recobrar su buen humor rápidamente.
Cerca había un pequeño parque con muchas flores kanale le señaló eso a su amo,quería compartir esas pequeñas cosas con el,sólo pasar el tiempo juntos lograr entender ese corazón tan perfecto y tan impenetrable, todos pensaban en el como alguien feliz pero realmente lo era?,kanale sentía que tanta perfección no quería decir que su vida fuese llena de tanta felicidad, aunque tal vez sólo eran suposiciones suyas y su amo era muy feliz.
Se sentó en una fuente que allí había sólo disfrutando del sol en su piel,mientras miraba a su amo,el debía cuidarlo y protegerlo en todo momento,esa era su labor,se sentía tranquilo de hacer eso,no le pesaba en absoluto, hace tiempo lo había decidido,así que debía seguir de esa manera siempre ya que su trabajo era su vida y lo hacia de la mejor manera.
Sólo era cosa de parecer alguien frío,alguien que nunca sentía ni pena ni dolor,sólo un perfecto guardia,cruzó sus brazos mirando a su amo,sentía que últimamente su amo se ponía nervioso en su presencia porque sería eso?, pero le agradaba verlo así ya que sentía que tal vez un poco no le caía tan mal,como parecía que tal vez le tuviese un poco de aprecio y esa simple idea alegraba su corazón,y lo hacía feliz aunque nadie pudiese notar su alegría al verle a los ojos. -
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Ambos comenzaron a caminar. Masao llevaba su mano derecha dentro de la manga izquiera, lo mismo con la otra mano. Siempre caminaba erguido, con aire de grandeza y una mirada seria llena de esa superioridad característica de un hombre tan poderoso. El viento movía sus cabellos grácilmente al caminar. La gente se quedaba admirada mirando a Sakurai caminando, ¿Realmente podía ser un hombre tan bello? El joven miró a cada uno de los habitantes del pueblo para regalarles una bondadosa sonrisa, todo para cautivar aún más sus corazones.
- ¿Ca... caprichos?- se quedó mirándolo fijamente durante unos segundos- ¿Intentas decir que soy caprichoso?- le reclamó y luego largó un suspiro- No me estabas prestando atención antes, ¿Verdad? Quiero visitar los mercados y luego al herrero- giró el rostro hacia la izquierda- Deja de decirme eso, si las cosas no son perfectas no me siento a gusto, ¿Entiendes?- siendo un regaño, también le estaba expresando cómo se sentía. A veces lograba entender del todo por qué Kanale le decía que no fuera tan perfecto, tal vez estaba celoso o algo...
Tomó el dulce y observó aquel alimento mientras el mayor le hablaba- Estoy feliz y tranquilo, no todos mostramos la felicidad u otros sentimientos de la misma forma que el resto lo hace- sus siguientes palabras lo dejaron pasmado. No sabía como responderle. No quería que pensara que lo odiaba, pero tampoco quería admitir que era todo lo contrario. Apretó levemente la mano que sostenía el dulce y desvió la mirada- No te detesto... Deja de pensar trivialidades- terminó diciendo- Y... no sé como ''comportarme'' como un joven, siempre he pesando que me comporto como uno- se defendió.
Masao lo siguió hasta aquel pequeño parque. El contraste de las verdes hojas y las flores era algo que le encantaba. Comió el dulce sin pensar mucho sobre el hecho de que fue Ayase quien se lo dio. Sabía muy bien... extrañamente bien- Si no tienes cuidado caerás en el agua- mencionó para molestarlo, en tanto, él se acercó a un árbol para sentir el aire fresco y la sombra que este proporcionaba. Aquella sensación refrescante le daba tranquilidad.
Podía observar a su guardián siendo bañado por el suave sol, lo que solo lo hacía ver más cálido de lo que era- Es vergonzoso sentir celos del propio sol- se agachó y tomó una flor proveniente del árbol que ya se había caído de este- Kanale, si quieres puedes pasar a visitar a tu familia mientras yo platico con el herrero- le sugirió. Al parecer la naturaleza había calmado un poco su típico mal humor con el azabache.SPOILER (click to view)Em... ¿Fuente?:
Dejémoslo así porque no sé bien si en la época de samurais ya tenían fuentes estilo europeo (?). -
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Escucho lo que Masao le decía sonriéndole dulcemente, la mayoría de las personas del pueblo veían a Kanale como un guardia más, como un escolta algo frío que acompañaba a su amo sin mostrar expresión alguna, aunque si debía ayudar a alguien no dudaba en hacerlo pero solo a su perfecto amo le sonreía, tal vez para el su sonrisa le pasaba desapercibida como el resto de sus expresiones solo para él, pero a Kanale eso le importaba en absoluto solo era feliz con el hecho de poder permanecer a su lado.
Noto que este comía el dulce aparentando no notarlo, se sentía pleno de ver que hasta su joven amo podía disfrutar de las cosas dulces de la vida sin parecer un joven perfecto todo el tiempo, en ese hermoso jardín miraba el contraste de la brisa del viento mesclado con el olor de las flores pareciendo que su amo estaba cubierto con un dulce encanto, que a sus ojos parecía un sueño, como un ángel que descendía desde el cielo.
Escucho lo que le decía mirándole intensamente- dejarte solo?, estarás bien sin mí?, si te soy sincero me preocupa que algo malo te pase en mi ausencia, muy poco nos separamos, aunque siento que eres muy fuerte, así que vamos donde el herrero, te hare caso iré a ver a mi familia-dijo caminando lentamente, este chico era todo para él, no podía entender como alguien podía ser tan dulce y al mismo tiempo tan frio al mismo tiempo.
Caminando a su lado notaba que su amo había mejorado tanto, que sus modales eran perfectos, la gente a su alrededor lo miraban como presos de un hechizo, bajando la cabeza, mostrando respeto al estar cerca de él.
Al poco tiempo estaban justo en frente de la casa del herrero, cuantas veces habían recorrido juntos esos lugares, para ambos el pasar tanto tiempo juntos ya era costumbre, miro a Masao haciéndole una reverencia levantándose susurrándole al oído- por favor no hagas un desastre sin mi volveré pronto, no me extrañes demasiado-dijo separándose mirándole fijamente, saliendo rumbo a su casa, no entendía porque al separarse de su señor sentía una fuerte presión en su corazón, como un dolor interno, como si debía permanecer siempre a su lado.
Lo bueno era que su casa quedaba cerca de la casa del herrero, toco la puerta, notando que su hermano Kiku le abría la puerta- donde estuviste-le preguntaba dejándole pasar, que debía responder , estaba cuidando al futuro emperador, suspiro mirándole más tranquilo- tuve que ayudar en el palacio, no preguntes-dijo sin prestarle más atención, el pareció conformarse con su respuesta, porque se fue a otro lado, entro a la cocina mirando a su madre saludándola con un beso en la mejilla, ella estaba acostumbrada a sus salidas, ella al igual que todos pensaban que Kanale solo ayudaba con la vigilancia del palacio o en la cocina real, ninguno sospechaba que trabajaba directamente con Masao, así era mejor, ya que este era un secreto que era mejor, que no se supiese nunca, al igual que su padre antes que él.
A veces ese secreto era pesado, pero era cosa de la vida que tuviese esa misión, entro en su cuarto, tomando algo de ropa, para dejarla en su cuarto en el palacio, a veces debía quedarse y pedir ropa para dormir a la servidumbre real le daba vergüenza, mejor dejaba algo de su ropa allí en caso oportuno.
Mirando su cuarto, no había cambiado nada desde que había comenzado con su trabajo, él lo prefería así allí parecía como el tiempo detenido, en esa época, cuando era un niño que pensaba que heredaría un comercio de vinos, cuando era solo un niño que nunca pensó que su vida seria de alguien más porque al ser un guardia real, o mejor dicho el guardia de Masao, su vida le pertenecía a este, y si debía morir por él lo haría sin dudar, suspiro tratando de pensar un poco antes de volver con su señor- porque últimamente, sueño tanto con él, porque me imagino como seria tomar su mano, abrazarlo delicadamente-pensaba bajando la mirada pero fuese cual fuese la razón, debía ignorar esos sentimientos tan confusos ya que su amo, nunca lo vería más allá de la relación que llevaban ahora, pero sentía que cada momento juntos debía atesorarlos, guardarlos en su memoria sin entender bien la razón, tan solo sentía que su compañía era todo para él, y debía cuidarlo siempre, y solo mirarlo como un ángel inalcanzable, tan perfecto que sus manos nunca lo alcanzarían, pero ese era su destino cosa que haría con orgullo y sin vacilar.SPOILER (click to view)Siento la demora he estado muy enferma en estos dias, se que es algo tarde pero feliz año nuevo. -
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- No te preocupes por mi, estaré bien y será una visita rápida después de todo- mencionó para que este no se preocupara. No tenía ni idea de por qué intentaba tranquilizarlo, pero lo hizo. Caminaron juntos hasta la casa del herrero. Muchas personas pensaban que Kanale tenía suerte de permanecer siempre a su lado, al lado de aquel joven que era considerado un Dios. Llegaron hasta la puerta de la casa del herrero y su guardián le hizo una reverencia, despidiéndose formalmente de él y luego... ¡Le susurró algo al oído! Esa cercanía verdaderamente lo ponía nervioso, quizás demasiado- ¡No soy tu! Soy una persona bastante cuidadosa- le respondió sin dejar de sentir como su corazón se aceleraba, aunque eso podía ser interpretado por otros como un producto de la ira.
Tocó la puerta de la casa del herrero y esperó a que este abriera. Era un hombre mayor, solitario ya que había perdido a su familia en la guerra. Masao todavía recordaba el rostro de la querida esposa de ese hombre.
- J...joven Masao- rápidamente se arrodilló y luego hizo una reverencia en el suelo. No podía creer que el heredero al trono lo estuviese visitando personalmente.
- Señor Kawaguchi, no debe hacer eso- extendió su mano y lo ayudó a levantarse. No veía correcto hacer que un hombre de tal edad se inclinara de esa forma. El herrero ya tenía varios años y aún trabajaba fabricando katanas, arcos y otras armas para la guerra. La perseverancia y labor de Kawaguchi era de admirar. Gracias a él las vidas de sus guerreros pudieron mantenerse a salvo, pese a todas las tragedias sucedidas durante la misma. Si él no hubiese estado, habría perdido a más de la mitad de sus hombres- La katana que medio... sigue estando conmigo, es mi compañera leal.
- Es un honor haberla fabricado para usted, joven Sakurai. Me sorprendió mucho que su padre no quisiera heredar la que él tiene, que ha pasado de generación en generación para su familia. Creo que siempre lo ha visto a usted como un hombre que debe forjar su propio camino, con sus propias manos y su propia espada- le comentó mientras buscaba donde sentarse.
- ¿Usted lo cree así? Yo aveces pienso que él ama demasiado esa espada como para dármela- rió levemente. Su risa tan amable causaba la felicidad en quienes la veían. Se veía hermoso cuando reía.
- Qué cosas dice- mencionó alegre, remarcando aquellas líneas de expresión cercanas a las comisuras de los labios y los párpados- Por cierto, ¿Y el joven Ayase? Es extraño no verlo con usted- pensaba que Kanale escoltaba a Masao al pueblo porque era de ahí y conocía mejor el lugar, así podían protegerlo mejor. No sabía que era su guardián.
- Está visitando a su familia...
- Ya veo... Él es un buen muchacho, ha llegado lejos como su padre. Mi esposa y yo siempre no debatíamos, ella diciendo que regresaría para hacerse cargo del negocio familiar y yo le decía que seguiría su camino de guerrero en el palacio- le dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.
Masao desvió la mirada y no dijo nada.
- ¿Se molestó con él? Me han contado que son algo distantes- agregó Kawaguchi.
- N... No es eso. Kanale es el mejor de su división, pienso ascenderlo pronto; pero- se detuvo unos segundos- Nunca había pensado que quizá él nos abandone para seguir el comercio de vinos, tal vez es lo que quiere- apretó los puños- Es egoísta, pero no lo dejaré ir. Su presencia es necesaria para proteger al reino, al igual que la del General Nara- concluyó y miró en dirección a la puerta- Bueno, debo retirarme. Fue un gusto verlo.
- El gusto fue mío. Por favor, siéntase libre de venir cuando lo desee. Gracias por su visita.- al decir esto, Masao abrió la puerta y salió para esperar a Ayase. Esa conversación, le había provocado un a gran confusión. Quería estar junto a él.SPOILER (click to view)Tranquila
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El sentía que su amo era muy importante, pero no entendía muy bien la razón, mirando su cuarto solo se debatía entre su vida y lo que se esperaba que hiciera, pero debía entender que todo debía ser así, que aunque la compañía de Masao le hiciese sentir distinto últimamente no podía cambiar el destino de ambos, por más que quisiera.
Suspiro alejando esos pensamientos, tomo el pequeño bolso con su ropa, dándole una última mirada a su habitación saliendo despidiéndose de todos, al salir de allí podía sentir como parte de ese niño se quedaba encerrado en esa habitación vacía, como si parte de su alma siempre estuviese en lo que pudo haber sido, al salir de su casa, miro aquella gran casa rosando la puerta de su hogar con sus manos.
Kanale no se arrepentía de ser el guardián de Masao solo era cosa que a veces se preguntaba que al ser solo un joven podría hacer bien su trabajo, que si su amo notaria todo lo que tuvo que sacrificar por estar así con él, pero aunque nunca lo notase era muy feliz de estar con él, aunque sintiese muchos sentimientos encontrados no se arrepentía de nada.
- Vamos Kanale adelante no tengas más dudas-pensaba alegre caminado al encuentro con Masao, no debía pensar tanto, porque era solo cosa de protegerlo siempre, así su misión estaría bien cumplida, y todas sus dudas se aplacarían, calmando su confundido corazón, lo vio a fuera de la casa del herrero.
Al verlo sintió una rara presión en su corazón, una extraña alegría que experimentaba últimamente, como si siempre debiese estar con esa persona, como si su lugar era justo a su lado, como si todo lo malo valiese la pena si pudiese estar con él.
Se acercó a este mirándole muy contento- oye vamos a dar un paseo por los mercados sé que quieres ir, así que vamos señor mío -dijo dándole su mejor sonrisa, parándose muy cerca quedando frente a él, notando la cercanía entre sus caras, podía percibir su olor, esa fragancia más allá de lo más delicioso, se separó, notando que se sentía nervioso.
Se paró en puerta de la herrería mirándole fijamente, no entendía la razón pero Masao lo esquivaba siempre, pero aunque así fuera le encantaba su cercanía, sentía que si se separase del estaría muy triste, porque aunque su amo fuese alguien fuerte, a veces sentía que no sería el mismo sin él, o eso esperaba Kanale, que al menos pensara en el a veces.
- Que dices vamos, además es muy pronto para volver al palacio, porque aunque te de igual me gusta pasear contigo-dijo tomándolo solo por un momento de su mano, notando que la gente se arremolinaba caminado al mercado, intentando esquiar a la multitud, caminado a su lado soltándole al notar que estaban frente a las tiendas del mercado.
No sabía que sentiría Masao luego de eso, pero para él fue un sueño tomar su mano- lo siento, no lo volveré a hacer nunca, siento si ocupe tu espacio personal, yo sé que no estás acostumbrado a eso, discúlpame-dijo algo avergonzado bajando la mirada.
Kanale deseaba entenderle más, saber qué cosas pasaban por esos ojos, si lo repudiaría absolutamente, o solo se sentiría nervioso después de eso, vio una linda pulsera en un quiosco de artesanías comprándola dándosela a Masao en su mano- es un regalo, espero te guste-dijo dándole una dulce sonrisa, el solo deseaba que pudiesen llevarse bien, asi el podria estar en paz, aunque no pudiese sentir las emociones que le embargaban al estar cerca de Masao, solo esperaba que el tiempo lo guiase para poder no sentir mas que respeto y admiracion por el, ya que eso era lo mas conveniente, porque su vida juntos siempre debia seguir igual.SPOILER (click to view)Espero te guste mi respuesta. -
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Tuvo que guardarse la enorme alegría que sintió al verlo para sí mismo. Ocultó sus manos dentro de las mangas de su kimono para que no se notase como estas estaban temblando, solo producto de toda esa energía alegre que corrió por su cuerpo solo con verlo. Kanale también se notaba muy contento- ¿Estará feliz de verme o será porque acaba de visitar a su familia?- salió de sus pensamientos al escuchar la sugerencia del azabache. Bueno, sí, Sakurai realmente tenía ganas de dar un paseo por los mercados. Dio un paso hacia atrás al notar la cercanía entre sus rostros. Frunció el ceño para evitar sonrojarse -No le muestres tu debilidad, Masao- se mentalizó.
Apretó los labios solo prestando atención a sus palabras, mas unas en especial se quedaron resonando en sus pensamientos: ''... aunque te de igual me gusta pasear contigo...''- de pronto, sintió la mano de su guardián sujetar la suya. Su corazón comenzó a latir aceleradamente ante su tacto, de hecho, la misma estaba temblando ante el nerviosismo. Quería estrechar el agarre, no obstante, aquello significaría echar al caño su orgullo.
- Está... bien- terminó diciendo, intentando no parecer alterado por aquella acción tan repentina. Se tocó los dedos de la mano mano contraria la que el sujetó. Ante sus disculpas llenas de vergüenza, solo pudo quedarse en silencio. No sabía exactamente que decirle; abrió los labios como queriendo responder, pero las palabras nunca salieron. De verdad esperaba que estuviese mintiendo y alguna vez lo volviese a hacer. Esa sensación de tomar la mano de la persona que más quería era hermosa... Alto, ¿La persona que más quería? Sacudió la cabeza- Olvídalo- respondió brusco ya que fue lo único que se le ocurrió.
Mientras este compraba quién sabe qué cosa, el de cabellos claros intentaba relajarse; no obstante, fue en vano. Abrió grande los ojos al ver aquella pulsera. Pensó en decirle ''no quiero nada de tu parte'', pero sus ojos brillaban tanto que era imposible engañarlo si lo miraba de aquella forma. Masao la miró, la tomó con sus dedos y estiró la mano, como en un aparente intento de devolverla- Gracias- pronunció con la amabilidad que usaba con todas las personas y nunca con Kanale- Pónmela- subió un poco su manga, dejando ver la blanca y suave piel de su muñeca.
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A kanale le sorprendió la mirada en los ojos de Masao era como si estuviese feliz o emocionado por aquel sencillo regalo, como si su corazón tan inexpresivo para él, le mostrase dulzura, como si estuviese tan feliz que no supiese expresarlo, aunque solo fuesen suposiciones suyas se sentía contento de pensar que aunque solo fuese un poco le caía mejor al contrario, noto que su amo le acercaba aquella pulsera como si quisiese dársela diciéndole que se la pusiera, vio cómo se subía la manga dándole espacio para que se la colocara mejor.
Kanale sentía su corazón latir muy fuerte en su pecho, se sentía tan lleno de tantas emociones juntas, ver que este podría tratarle distinto, lo ponía muy ansioso sin saber qué hacer, por un corto periodo de tiempo permaneció mirándole con el brazo extendido como si viese un ángel, suspiro tomando aquella pulsera dándole su mejor sonrisa, aquella que solo tenía para él y nadie más.
-Me alegra ver que te gusto, cuando te lo propones sueles dejarme sin palabras-dijo eso tomándole suavemente de la muñeca, como si le aterrase hacerle daño, como si su compañero fuese tan frágil como el cristal más delgado, le coloco aquella pulsera muy avergonzado tratando de no mostrar expresión alguna, pero al ser un soldado era bueno en eso.
Cuando hubo colocando aquella pulsera en la muñeca del contrario levanto la mirada mirándole fijamente a los ojos-siendo sincero te queda bien cuídala por favor, oye vamos a recorrer todos los puestos de este mercado estoy contento, así que vamos-dijo bajándole la manga a Masao.
Kanale se preguntaba al verlo que eran esos sentimientos que latían últimamente en su interior, el deseaba pesar que solo fuese una profunda admiración, solo un anhelo que tendrías por un dios, nada fuera de lo ordinario, que lo más probable fuese que la costumbre lo hacía añorar su compañía como lo hacía a veces, deseaba convencerse a sí mismo, que esto no era más profundo, que aunque fuese así, no podría ser, que aunque sintiese sentimientos por él, no debería mostrarlos nunca, y pensando de esa manera era que calmaba su corazón de cualquier sentimiento que podría llegar a sentir, ya que al ser un fuerte guerrero, y al haber madurado muy joven no podía pensar caer preso de ningún sentimiento, esas cosas románticas no serían posibles para alguien que debía enfocarse en su trabajo y nada más.. -
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Dejó su mano extendida esperando que su guardián le colocase la pulsera. Por un momento pensó que este no lo haría, ya que se había quedado estático por varios segundos. Masao giró su mirada hacia otro sitio y, cuando menos lo esperó, el de cabellos oscuros le colocó la pulsera. Una vez más lo miró, solo que ahora Ayase tenía una sonrisa hermosa en su rostro, una sonrisa que nunca había visto él, mostrase a alguien más. Apretó los labios para no sonreír como un bobo ante esa acción, también temía que a través de su muñeca Kanale sintiera los rápidos latidos de su corazón.
- No digas tonterías, Ayase- si el guerrero por dentro estaba avergonzado, Masao aún más. Quería que se quedaran así para siempre, el suave tacto, la delicadeza como lo trataba era algo que le gustaba mucho, se sentía apreciado. Se encontró con sus ojos y no pudo evitar ponerse rígido por los nervios, inclusive su mirada pasó de ser gélida a una de completa sorpresa- Gracias- pronunció a lo bajo sin saber que más decir. Asintió y lo siguió tranquilamente.
La gente los observaba extrañados, eso provocó que Sakurai recuperará aquella postura elegante y altiva que solía tener. Muy probablemente ellos pensaban que estaba disfrutando de la vida, simple y llanamente como un joven de su edad... no estaban tan lejos de la realidad, aunque, realmente, era Kanale quien ''lo estaba obligando''. Lo siguió y miró de reojo cada pequeño mercado que estaba cerca. Las personas eran muy trabajadores, desde muy temprano colocaban sus pequeños puestecitos y ofrecían sus productos a otros habitantes, inclusive a la gente de la realeza; se esforzaban para que todo tuviera una calidad buena o aceptable.
- Mi príncipe- pronunció una anciana para que él se acercara. Jaló a Kanale del brazo para que lo siguiera hasta donde estaba la mujer- Por favor, acepte este melocotón, es de nuestra mejor cosecha- estiró su mano temblorosa- Usted también acepte uno, jovencito- le dijo a Kanale sonriendo levemente. Masao agradeció suavemente y lo agarró, luego le dio un leve mordisco. Estaba dulce... bastante delicioso.
- Gracias señora- al parecer, el joven heredero respetaba mucho a las personas mayores, bueno, era parte del comportamiento que le habían inculcado. El siempre era respetuoso, especialmente si era con gente más experimentada. Espero a que Kanale tomara también la fruta. Quería ver su reacción.
Edited by †NeKros† - 2/2/2016, 18:54. -
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Mientras caminaba a su lado, sentía que su corazón latía muy rápido aun no podía creer que hubiese tocado su mano, que su amo le hubiese agradecido con ese tono de voz tan distinto, aunque lo negase estaba muy contento, no sabía expresar las emociones que lo envolvían en ese instante, pero daba igual ya que ningún extraño sentimiento por más sincero que pudiese, nunca podría pasar, el entendía que solo serían de esa manera que lo mejor era enterrar todas sus confusiones o emociones en su interior como siempre hacían los solados ser frio ante cualquier cosa aparentado a veces hasta crueldad, Ayase era una persona distinta en muchas cosas a los samuráis de esa época pero sentía que debía ser un soldado frio ya que eso sería lo mejor para ambos.
Mientras caminaban sonrió notando que Masao tomaba su postura de chico perfecto, pero era cierto era muy lindo, aunque para Ayase ver otro tipo de gestos en su amo, le era confuso, le encantaba pensar que su amo podría sentirse nervioso, que podría sonreír dulcemente, sin aparentar perfección todo el tiempo.
Mirando los mercados a su lado, no entendía la razón pero lo embargaba mucha alegría, le encantaba estar en compañía de Masao aunque solo fuese como su guardián, aunque se sintiese algo confundido a veces, miraba a su amo, mientras este miraba los puestos, en silencio, le encantaba ver que hasta el a su manera disfrutaba de la calma de su reino.
Noto que una anciana le hablaba a Masao mirando la escena en silencio, aunque nunca dijese nada le encantaba como este se comportaba con su pueblo, se sorprendió al notar que lo jalaba del brazo notando que su corazón se aceleraba, lo bueno era que su amo nunca notaba sus cambios de actitud, miro que la anciana le ofrecía un melocotón a Masao mirando eso muy feliz, escucho que ella le ofrecía uno a el mirándole sorprendido, por un momento se quedó en blanco como en un trance tan sorprendido que no sabía qué hacer, parpadeo un instante sonriéndole a la anciana- muchas gracias, es muy amable-dijo lentamente, a veces se sentía solo como un joven algo tímido, aunque era bueno ocultando esa forma de ser de los demás, pero por un instante se sintió algo nervioso, volteo a ver a Masao mientras tomaba la fruta dándole un mordisco, notando que este hacia lo mismo, solo deseaba saber que pensaba su amo en ese momento se veía relajado, acaso seria por su compañía o solo era que el estar en el pueblo le calmaba su forma tan fría de ser.SPOILER (click to view)siento la demora mi Internet esta lento, me encanta nuestro rol. -
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Lo quedó mirando durante varios segundos, esperando que alguna expresión se asomara por ese espectacular rostro. Mordiendo la fruta, notó como Kanale también lo estaba observando, aunque el contrario se veía algo... ¿nervioso? No estaba seguro si esa era la palabra correcta- Me encantas, Kanale- pensó e inmediatamente desvió la mirada para no mostrarse débil de nuevo, era lo que menos quería (con más razón estando frente a la señora).
- Me alegro que a ambos les haya gustado- mencionó apacible, sonriendo tiernamente al ver que a ambos les gustó la fruta que con tanto esfuerzo había cosechado junto a sus hijos.
Masao le sonrió gentilmente y se despidió de la anciana para seguir caminado al lado de Ayase. Todavía no se acababa el melocotón- ¿Ves los beneficios que obtienes al estar a mi lado?- una vez más, regresó a su comportamiento odioso. Si seguía siendo tan sereno con el guardián, los límites que él mismo se había fijado, desaparecerían. Pero a todas esas palabras, había algo más de por medio. Sakurai seguía dándole vueltas al asunto de la familia de Kanale, ¿Qué tal si algún día decidía irse? Si eso sucedía, el de cabellos claros estaba seguro de que no podría soportarlo. Debía demostrarle que estar a su lado era mejor que nada; que con él tendría todo y más de lo que un hombre común pudiera desear- Ahora dime algún otro sitio que quieras ver- mordió la fruta con lentitud y un poco del jugo de esta se deslizó por sus boca. Se secó delicadamente y un brillo leve, por la fructosa, se quedó sobre sus labios; este brillo resaltaba el pálido color rosa de ellos.SPOILER (click to view)Tranquila, amí igual me encanta n-n.
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