El amante del Dragón|| Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos)

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    :=NEWWWA:
    Soy nueva por esta sección del foro. Estoy muy nerviosa pero no podía aplazar esto.

    Para empezar me encanta Juego de Tronos y ahora que ya he leído algunos libros de Canción de Hielo y Fuego definitivamente me he enamorado de los personajes, pero cuando entre aquí para buscar algun fanfic no encontré ninguno, lo que me parece muy extraño ya que la serie es muy popular (Sobre todo ahora que esta empezando la sexta temporada). Así que decidí crear uno, no sé que tan aceptado sea por eso solo he hecho el prólogo.

    Si les interesa díganmelo y escriban un comentario y muy pronto subiré el primer capítulo.

    Como tengo otros proyectos pendientes creo que solo serán unos tres capítulos, no lo sé, apenas estoy estructurando todo. Y quien sabe, si este fic les gusta puedo hacer otros de los personajes de Canción de Hielo y Fuego.

    Bye bye



    El amante del Dragón|| Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos)

    Aegon (El Conquistador) x Aliker


    Aegon_the_Conqueror


    Prólogo


    Aegon el Conquistador era un enigma para todo aquel que lo rodeaba, incluso para sus hermanas y señores de la corte. Todos sabían que era diestro con la espada, que era uno de los mayores guerreros de su tiempo, pero jamás participó en un torneo o se le vio en un combate de cuerpo a cuerpo. Sus mejores amigos (y tal vez los únicos) eran Orys Baratheon y Balerion, el Terror negro.

    Nadie lo conocía mejor que su hermana/ esposa Rhaenys o eso se pensaba, hasta que una noche después de volar en uno de sus acostumbrados viajes por Poniente se encontró con una magnifica criatura que lo asombró y lo aterro del mismo modo.




    Edited by ~Akemi~ - 2/6/2016, 05:51
     
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  2. Dyalune
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    xD Hola, espero poder leer toda tu historia por que también amo Juego de Tronos. Quiza no hay fanfics por que es mas fácil hacerlos cuando la historia original concluye ademas de que el autor adora a matar a todos jajaja.

    Esperare con ansias
     
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  3. COCO9KILLER
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    Amo juego de tronos
    Espero con ansias la continuación :3
     
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    A mí me extraña, me frustra y me hace sufrir que no hayan fanfics de GOT aquí. (?) Ando re viciada con la saga y necesito desahogarme, we. A lo gay. (?)

    ¡Muero de ganas de leer tu fic!
     
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    Hola.
    Perdón por el retraso. Verán, la inspiración para este fic nació cuando comencé a leer el libro “El mundo de Hielo y Fuego” Un libro realmente bellísimo (sobre todo por sus ilustraciones) que si son fans de la saga deberían leer. Bien pues en este libro hablan un poco sobre la Conquista de Aegon y su reinado, y es algo que a mí me encantó. Cuando subí el fic ya tenía una buena parte del capítulo, pero me di cuenta que en realidad en el libro no hablan mucho sobre la personalidad de Aegon, lo cual me detuvo bastante pues lo quería hacer lo más fiel posible, pero en fin, espero que haya quedado bien.

    Sin más les dejo el capítulo 1 esperando que les guste, y también agradezco sus comentarios, de verdad estaba muy nerviosa cuando subí esto, pensé que nadie lo leería, pero aquí están, lo cual me hace muy feliz.

    Bye bye

    Separador


    Oveja que amenaza dragones



    El rey veía desde el lomo de Balerion la caravana que los seguía. Eran unos cuatrocientos hombres, entre ellos soldados de su guardia, jóvenes señores y damas de la corte que le seguían el paso al apuesto rey. Sonrió y acaricio las escamas de su dragón.

    -Tenemos que bajar, pronto anochecerá y necesitamos un lugar donde descansar. Saldremos mañana, antes de que salga el sol.- Belerion rugió y bajó lentamente cuando, desde las alturas vieron una posada. Los señores siguieron sus pasos y cuando el joven rey toco tierra todos se aglomeraron a su alrededor. La dueña de la posada salió a recibirlos y se arrodillo a los pies del rey, este le indico que se levantara con una suave sonrisa y después comunico a todos sus seguidores.

    -Descansaremos aquí esta noche, y mañana al amanecer seguiremos- Acto seguido le entregó a la posadera una bolsita llena de monedas de oro y esta lo encamino al patio trasero de la posada un lugar amplio donde habían talado los árboles para construir las improvisadas caballerizas; un lugar perfecto para que Balerion descansara.

    -Nos honra con su presencia su alteza.- La dijo la posadera a Aegon que hacía solo tres años había tomado el poder de aquel reino recién fundado.
    -Espero que haya suficientes habitaciones para mis acompañantes y para mí.
    -Las hay su alteza, no se preocupe, mi posada es una de las más grandes de este camino. Hay suficiente lugar para usted y para unos comerciantes que han venido esta tarde desde las Islas del Verano. Han traído a muchos comediantes y marionetistas que de seguro querrán darle un espectáculo.

    -A la reina Rhaenys le hubiera encantado venir.- Le dijo con una sonrisa el rey a la humilde posadera.
    -También trajeron muchas sedas delicadas, algunos perfumes, y mujeres hermosas. Estoy segura que alguno querrá hacerle un regalo.
    -Eso no le gustara tanto a la reina.- Le comento con una sonrisa en los delgados labios.
    -Y qué me dice de usted su alteza ¿No quiere a una de esas delicadas flores?
    -Tengo ya dos esposas a las que amo, no necesito una tercera por muy hermosa que sea.
    -Las cálidas tierras son mágicas, y alguna de esas criaturas lo hechizara, estoy segura.
    -Si me hechizan, Visenya hará que Vhagar los queme vivos.- Bromeo Aegon, pero logró que la posadera se pusiera pálida.

    ~۵~


    Por la noche, una vez que todos se asentaron, una gran hoguera se prendió en el patio. Las damas y los señores bailaban alrededor del fuego, los comerciantes aprovechaban y vendían sus exóticas mercancías a los más acaudalados. Los comediantes bromeaban y los marionetistas entretenían a los niños que corrían de un lado a otro.

    Aegon estaba sentado en una mesa bebiendo vino y viendo todo con una ligera sonrisa en los labios, así era él, justo y amable con sus amigos, pero de carácter duro y aterrador con sus enemigos. A su lado estaba su dragón, viéndolo todo con los afilados ojos, ya había cenado seis ovejas esa noche, por las que el rey había pagado a la posadera.

    Todo parecía en paz hasta que un grupo de comerciantes solicito la presencia del rey en la hoguera. Todos aplaudieron cuando el gallardo rey se acercó al fuego y sus cabellos plateados brillaron. Le asignaron un lugar cerca de la fogata y enseguida uno de los comerciantes habló.

    -Hemos recorrido mucha tierras en los últimos años, y en todas nos han llegado relatos de la valentía y la ferocidad del Rey Dragón, eso por eso que mis colegas y yo le queremos hacer un regalo a un rey que estamos seguros pasara a la historia.
    -¿Y qué clase de regalo van a hacerme?- les preguntó con una sonrisa un tanto burlona.
    -Hemos traído hermosas doncellas de todos los rincones del mundo, desde doncellas de espesos bosques hasta bastos desiertos y de la más exótica belleza. La doncella que pida será suya con solo pedirlo.
    -Me temó que no puedo aceptarlas. Con dos esposas tengo más que suficiente.
    -Estamos seguros de que cambiara de opinión cuando vea nuestra mercancía. Por lo menos déjenos intentarlo.

    Aegon se estaba cansando de aquel asunto, pero dejó que los comerciantes siguieran con su teatro, solo para entretener a los señores que lo acompañaban esa noche.

    Ante la hoguera desfilaron decenas de hermosas jóvenes, que le robaron el aliento a varios de los señores y caballeros que acompañaban al Rey Dragón. Todas se presentaban dóciles a él, con la cabeza agachada y envueltas en finas sedas. Había de todo tipo, de piel blanca como la nieve o negra como el carbón, con pecas y lunares, pelirrojas y castañas, con apretados chinos en la cabeza o cabello lacio como cascadas. La respuesta de Aegon era siempre la misma. Besaba la mano de la doncella y le decía que aunque era muy hermosa, en su corazón solo habitaban sus esposas.

    -¡Pero que sorpresa! ¿Por qué no me han llamado para darle un presente al Rey?- Se oyó la voz al fondo cuando el rey besaba la mano de la última doncella. Todos se voltearon hacía la voz que pertenecía a un mercader bastante grueso envuelto en finas sedas, oro y diamantes.
    -¿Quién eres tú?
    -Solo soy un humilde comerciante, que le regalara la más hermosa flor de Los Siete Reinos.
    -Has llegado tarde Rymen. El rey no está interesado en ninguna de tus doncellas.- Dijo uno de los presentes.
    -Pero yo no voy a presentarle ninguna doncella.

    Los murmullos se extendieron por todo el campamento, pero cesaron cuando el rey habló con una voz firme y dura.
    -¿No dijiste que me darías a la flor más bella de Los Siete Reinos?
    -Y se la daré su Alteza. Una flor tan bella y de tan hechizante olor que no podrá rechazarla. Ni todas las doncellas que le han presentado esta noche tienen una belleza tan pura ni son tan raras como la flor que tengo preparada para usted.

    El comerciante chasqueo los dedos y entraron al patio un gran hombre con la piel obscura y detrás de él una criatura que hizo que todos los presentes soltaran un exclamación e incluso que el rey se levantara de su lugar; un doncel.

    Todos lo reconocieron por su falta de estatura y las curvas que se veían a través de la fina seda que portaba. Tenía la piel blanca y suave, el cabello negro enredado y disperso en pequeñas ondulaciones, y sus facciones estaban finamente cinceladas. Él no bajó la mirada como lo hicieron las doncellas, clavó en el rey sus profundos ojos azules como el agua; y el agua siempre apaga el fuego, sin importar cuán grande sea esté.

    -Aliker ha sido mi última adquisición su majestad. Lo compre en las Islas del Verano, el único lugar en todo el mundo donde nacen donceles, criaturas casi tan mágicas como sus dragones.- El doncel tenía las manos sujetas con cuerdas y cuando el hombre que lo llevaba intento que diera un paso al frente este se resistió.-E igual de indomables.- Esta vez el hombre lo jaló más fuerte, haciendo que el chico tropezara y callera en el barro. Las carcajadas sonaron por todo el lugar e incluso una risita escapó de los finos labios del joven rey.

    -Le pertenecerá si lo pide…
    -Yo no le pertenezco a nadie- Interrumpió el doncel, haciendo que las risas de todos en el lugar se detuvieran. Su voz afilada y altanera atrajo a Aegon, y aunque el chico estaba cubierto de barro, sus ojos ardían con un orgullo que jamás había visto. Y eso lo enfado y excitó del mismo modo.

    Todos esperaban algún castigo para el insolente joven y este no tardó en llegar.
    -No seré yo quien decida el futuro de este doncel. ¿Por qué no dejamos que Balerion decida si debo quedarme con el chico o no?- A todos les pareció una maravillosa idea y aclamaron a Aegon.

    El dragón se acercó lentamente al chico, y cuando estuvo a solo unos centímetros de su delicado rostro lo olfateo, lo que no se esperaba nadie es que el chico le gruñera, un gruñido gutural que hizo al dragón dar un paso atrás.

    El dragó quedó tan desconcertado como su jinete y el doncel los miró con altanería, arrodillado en el barro. Balerion estaba a punto de lanzar sus llamas contra el joven, las personas se agitaron y gritaron ante el peligro, pero Aegon acaricio a su dragón y lo domó. Sobre todo, los dragones eran criaturas orgullosas, pero al parecer no tanto como los donceles, pues Aliker no mostró temor en aquellos ojos que ya habían conquistado al rey.
    -Me lo quedare.- Exclamo el orgulloso Aegon.- Sera un excelente entretenimiento en Rocadragón.- No lo dijo con burla como se esperaba de Aegon, lo dijo con una voz amable, y para sorpresa de muchos, en especial del doncel, Aegon se desabrochó la capa roja y se la echó sobre los hombros en un movimiento gentil para después tomarlo entre sus brazos.

    ~۵~


    -¡Suéltame! ¡Bájame ahora mismo!- el doncel en su hombro se removía y pataleaba, acción que Aegon encontraba bastante cómica. En cuanto entraron a su habitación Aegon la cerró con llave y después dejó a Aliker sentado sobre la cama. El doncel se acercó a la puerta, y forcejeo un rato con ella, pero estaba claro que no iba a abrirla.- ¡Déjame salir!
    -No lo creo pequeño, ya oíste a ese mercader, me perteneces.- le dijo calmadamente el rey.

    Aegon caminó despacio hasta el doncel, con una daga en la mano. Aliker puso sus manos frente a su rostro y cerró los ojos, esperando que lo peor pasara, pero para su sorpresa el rey tomó sus manos y cortó las cuerdas que apresaban sus muñecas.

    -Están un poco maltratadas, pero se curaran rápidamente.- Le dijo Aegon, examinando las marcas purpuras que habían quedado en esa piel blanca.

    Al levantar la vista, Aegon notó que el menor está estaba cubierto de barro y esté ocultaba las finas líneas del rostro del doncel. Le sonrió con gentileza y lo llevo al otro extremo de la habitación donde había una puerta que conectaba a un cuarto de baño. Dentro ya les esperaba una bañera de bronce repleta de agua con olor a menta y flores.

    Aliker se sobresaltó cuando sintió las manos del rey sobre sus hombros retirando la capa que momentos antes le había dado. Se dio la vuelta y detuvo la mano del rey. Este rió ante la turbación del joven.

    -Sólo voy a bañarte.
    -Puedo hacerlo solo, no necesito de tu ayuda.

    Sin embargo Aegon siempre hacia lo que quería. Tomó la suave tela de los hombros y la rasgó, haciendo que el suave vestido de seda se rompiera. Aliker trató de tomar la tela con sus manos para cubrirse, pero Aegon volvió a jalar haciendo que el doncel quedara totalmente desnudo e indefenso ante él.

    Aegon lo contempló solo por un segundo. El rostro avergonzado pero con los ojos fieros, el pecho sonrojado, el vientre plano y firme, la piel tierna de los muslos y la cadera, las piernas suaves y delgadas. Podía tomarlo ahí mismo, pero no lo hizo.

    -Entra a la bañera.
    -No quiero.
    -No te pregunte si quieres- Aegon podía ser paciente, pero no demasiado.

    Con un poco de fuerza tomó al doncel, pero tratando de no lastimarlo. Sin embargo Aliker se resistió un momento; eso comenzaba a gustarle. Por lo general no le gustaban las personas sumisas, que se entregaban a él sin poner resistencia, simplemente le aburrían.; el doncel al parecer era bastante entretenido.

    Con trabajo logró meterlo a la tina y una vez dentro tomo un trapo y limpió su cuerpo con delicadeza. Aliker no se esperaba ese gesto, menos viniendo de un rey como Aegon, que montaba dragones y había unido seis grandes reinos. Hizo una mueca cuando el rey comenzó a quitar el barro de su cabello y dar leves masajes.

    -No creas que ese idiota me han engañado, sé diferenciar a un chico de Poniente de uno de las Islas del Verano. ¿De dónde eres?
    -No te importara saberlo.
    -Tal vez no, pero quiero saber en qué otro lugar del mundo hay donceles.
    -Mi abuelo fue un esclavo traído a Poniente de las Islas del Verano y tuvo a mi padre en un burdel, luego mi padre fue sirviente de un señor y aquí estoy.
    -Por eso no eres moreno, ni con los ojos mieles. Que lastima hubieras sido hermoso.

    El rey lo veía con un aire de superioridad que enojó a Aliker. Tal vez fuera un simple esclavo pero no dejaría que Aegon lo humillara.

    -Huiré.
    -Claro.- le dijo el rey con sarcasmo haciendo enojar al doncel.
    -Estoy hablando en serio, cuando duermas tomare todo tu dinero y me escabullirte de aquí.
    -No sé cómo vas a lograr eso, toda la posada está vigilada y el campamento afuera también lo está. Aunque lo consiguieras ¿a dónde irías?
    -A mi hogar.
    -Tú no tienes un hogar, y yo te estoy ofreciendo uno. No sé porque te resistes tanto.
    -Porque solo quieres que sea tu puta.
    -Yo nunca dije eso.- le dijo calmadamente haciendo que el doncel lo viera sorprendido.

    -¿Entonces qué es lo que quieres?
    -Nunca he conocido a un doncel ni a una persona con tanto espíritu como tú. Excepto tal vez a mi hermana Visenya todos me hacen una reverencia cuando paso y me miran con terror cuando monto a Balerion, tú no lo hiciste, ni siquiera te asustaste cuando Balerion estuvo a centímetros de tu cara.
    -Y eso es divertido para ti.
    -¿No lo entiendes niño tonto? te estoy alagando.
    -No soy un niño.
    -Por supuesto que lo eres. ¿Cuántos años tienes? ¿Quince? ¿Dieciséis?
    -Tengo veinte.
    - Yo tengo diez años más que tú, así que si digo que eres un niño, lo eres.

    El doncel lo observó con una mirada amenazante, pero al rey poco le importó.
    -Si te quedas tendrías comida, refugio…
    -Y sería el juguete de tus señores. No gracias.
    -Ni siquiera me dejas terminar.- Le reprendió Aegon.- Te quedarías en Roca Dragón, visito mi hogar cada seis meses, vivirías bien ahí, aun no sé qué es lo que harías, lo esencial sería que aprendieras a leer y a escribir…
    -Me niego a acompañarte.
    -Si no lo haces te dejare en el bosque a tu suerte.- Sentencio Aegon cansado de Aliker.

    Se estaba tomando muchas molestias con ese doncel, podría simplemente haberlo rechazado, o incluso dejar que sus soldados lo tomaran, pero ahí estaba, lavándole el cabello y negociando con él. ¿Quién se creía que era? Le estaba dando una buena oferta, y ese niño malcriado solo le replicaba y le fruncía el ceño.

    Aegon se secó las manos con una pequeña toalla y caminó hasta la puerta del cuarto de baño.
    -Piensa en lo que te dije. Esta es mi oferta y será mejor para ti que la aceptes.

    Sin más Aegon salió de la habitación dejando al Aliker en la tina, lo oyó abrir la puerta y hablarle a un sirviente, pero no comprendió lo que le decía.

    El doncel rápidamente observó posibles salidas, pero Aegon tenía razón, ni siquiera podía salir de esa habitación y ni se dijera de la posada o del campamento que se alzaba en las murallas de esta.

    ¿Por qué lo quería ese caprichoso rey? Ya dos veces había escapado de poderosos mercaderes que habían tratado de venderlo, pero un rey era una cosa totalmente diferente, además de tratarse de un rey que había unido seis reinos por medio de la sangre y el fuego. ¿Qué oportunidad tenia Aliker contra él?

    El rey volvió a entrar al cuarto de baño, esta vez con una toalla y un poco más relajado.
    -¿Qué has decidido?- Le preguntó a Aliker mientras le daba la espalda y entraba a su habitación. Aliker se envolvió en la toalla, pensando en lo que diría. No tenía nada así que ¿Qué podía perder?
    -Me quedare.
    -Excelente.- Aegon volteo a verlo y Aliker notó que había unas ropas sobre la cama. El rey le tendió un camisón que el doncel tomó rápidamente.
    -Dormirás con esté- Después le mostró unos pantalones de lana, una botas de cuero perfectas para el viaje, y un camisa de lino- Y estas la llevaras mañana. Será mejor que te duermas ahora, mañana nos iremos al amanecer.

    ~۵~


    Como lo había prometido, Aliker se presentó al campamento antes del amanecer. Afuera todos los caballeros recogían las carpas y las damas y doncellas salían de la posada, aun somnolientas.

    Cuando caminó por el campamento todos clavaron sus ojos en él, pero no lograron que bajara la cabeza. Y pese a lo que creían no se había acostado con Aegon, es más, el rey se fue de las habitaciones en cuanto Aliker se había puesto el camisón, y el doncel no lo había vuelto a ver.

    Caminó hasta donde la posadera servía pan y gachas y se sentó bajo la atenta mirada de los soldados que acompañaban al rey. Se preguntaba dónde estaría Aegon, hasta que lo vio llegar con su ropa de viaje y se sentó a su lado.

    -¿Cómo dormiste?
    -Bien- le respondió a secas pero no por eso Aliker desanimó al rey.
    -Qué bueno. Es un viaje largo de aquí hasta Roca Dragón.- Aegon se levantó y se llevó a Aliker consigo.
    -Pensé que iríamos a Desembarco del rey.
    -Primero iremos a mi hogar, te dejaré ahí pero solo unas semanas. Si llego contigo a la corte mis hermanas me mataran.
    -Ya lo creo.
    El rey reía despreocupado acercándose con el doncel hasta Balerion quien al ver a Aliker bufó.

    -Los dragones son rencorosos.- Le dijo Aegon y tomó su mano, dispuesto a que volaran juntos, pero Balerion se removió y se impaciento.
    -Tu lagartija no va a llevarme.- Aliker se alejó rindiéndose a montar a ese orgulloso dragón. –Iré a caballo
    -¿Si te dejó con mis guardias prometes no escapar?
    -Tú lo dijiste a noche, no tengo ningún lugar al cual ir

    Aegon se sintió un poco mal por la tristeza escondida en la voz del doncel y saber que él era el causante. Aliker era solamente un niño asustado y sólo (aunque no lo demostrara) y él se había aprovechado de eso ¿Acaso no era deshonesto?

    El sol comenzó a salir y Balerion rugió. Aliker pudo notar como los cabellos plateados del rey brillaron con una intensidad segadora y sus ojos violetas resplandecieron como dos gemas. ¿En serio iba a irse con ese sujeto?

    Aegon llamó a uno de sus sirvientes y al instante le entregaron a Aliker un corcel blanco como la nieve y que trotaba con la suavidad de la seda. Iba a agradecerle a Aegon cuando Balerion batió sus alas y las desplegó en dirección al cielo, perdiéndose junto con su rey.


    Edited by ~Akemi~ - 8/6/2016, 20:39
     
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    ¡Me encantó!
    Me gustó mucho tu forma de escribir, y adoré a Aliker. Necesita que le den... amor. (?)
    Espero con ansias la continuación.
     
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