Resolviendo Dudas Existenciales. Finalizada 29/05/2019

Después de cinco años en una relación con el Gran Usami Akihiko, Misaki comienza a preguntarse ciertas cosas a si mismo, comienza a tener dudas... "¿Acaso...SOY GAY?" (Posible Cross con sekaichi)

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    San miguel de Tucumán, 6 de octubre del 2016




    Notas de la autora: Bueno antes que nada no sé qué va a salir de esto, estoy un poco indecisa de cómo va a ser esto, quizás quede como un two-shot o una historia con un par más de capítulos, supongo que dependerá de ustedes y del apoyo que le den a esta descabellada idea que me viene rondando la cabeza desde hace semanas.

    Desde ya les doy las gracias por tomarse el tiempo de leer esto, no tengo advertencias que añadir por ahora.

    Es un fic de comedia por el momento, con algo de romanticismo.
    Lo único que me queda declarar es que Jonjou Romantica, y Sekahiichi hatsukoii no me pertenecen ni ninguno de sus personajes.

    Por cierto, el titulo creo que es provisorio.


    Resolviendo Dudas Existenciales.

    Capítulo 1: Duda existencial.
    By Sioa Uchiha-san


    Misaki Takahashi de veintitrés años de edad, es un hombre joven que hacía unos cuantos meses había finalmente cumplido ese hermoso sueño que era finalmente recibirse de la universidad y había comenzado a trabajar a tiempo completo en la editorial Marukawa.
    Aún estaban casi frescos en él sus nervios, cuando finalmente lo asignaron a la sección en la que desempeñaría sus funciones como empleado, y para su suerte o su desgracia había sido enviado al departamento Emerald de shoujo manga. Aun no trabajaba como editor, estaba ahí para aprender, por ahora era algo así como el asistente de todos: un trabajo por demás estresante debía admitir.

    Su vida era total y completamente… Desastrosa, pero eso no era algo a lo que no estuviera ya acostumbrado. Seguía viviendo en el mismo lugar, compartía departamento con el afamado escritor de best sellers Usami Akihiko a quien él cariñosamente llamaba Usagi-san, su actual novio. Había sido difícil convencer a su hermano sobre permanecer allí, ya que este insistía con que era mejor que se independizara y fuera a vivir solo, pero tras una larga charla con los mas que validos argumentos de que conseguir un departamento no era sencillo, que los costos de renta son muy elevados, el hecho de que ahora como trabajador y parte de la masa productiva de la sociedad sería mejor para él estar acompañado, al menos hasta que se habituara, además de sacar a relucir disimuladamente que Usagi podía ayudarlo para aprender del trabajo como editor, en fin se habían agarrado de cuanta idea cruzo sus cabezas para lograr que Takahiro desistiera de la idea de que Misaki abandonara el lujoso apartamento, y muy a regañadientes habían conseguido la aceptación del sobreprotector hermano mayor.

    En fin, el joven castaño de brillantes ojos verdes, no podía ser un sujeto más común y simplón, un chico muy educado, bueno para la cocina, la repostería, los quehaceres domésticos, con una paciencia que sobrepasaba lo humano, fue un estudiante promedio, se esforzaba en su actual trabajo, vivía con la pareja que ya había aceptado que amaba, y tenía sus complejos como por ejemplo que; jamás llegaría a medir más de un metro setenta y si lo pensaba un poco le aterraba la idea de que cuando envejeciera comenzaría a encogerse, o mejor dicho a encorvarse , y eso lo haría lucir aún más bajito. Tenía su manga favorito, cuyo magaka estaba enamorado de él, una de esas tantas cosas que le hacían preguntarse en silencio y con lágrimas cómicas cayendo por la comisura de sus ojos “¿Por qué a mí?”, disfrutaba de salidas con su amigo Todou y aun en ocasiones podía encontrarse con Sumi, aunque su comunicación con él se veía muy reducida a solo ser vía redes sociales y celular.

    Sin embargo, había algo más, algo más que desde hacía unos meses turbaba la tranquila mente del este “chico normal”, y no sabía con quien hablarlo. Si, tenía a sus amigos como ya fue explicado, pero la realidad era que con Sumi no podía hablarlo porque no era algo para conversar por mensajes de texto, y con Todou, bueno… era su amigo y lo apreciaba, pero sus dudas tenían que ver nada más y nada menos que con su orientación sexual: no era un tema que estuviera dispuesto a tocar con él, para nada, en lo absoluto, era demasiado vergonzoso.

    Usami Akihiko muchas veces en los últimos dos meses, quizá, había notado que su adorado Misaki estaba extraño. A veces mientras limpiaba parecía perdido en sus pensamientos, otras se lo quedaba mirando por incontables minutos con una expresión extraña en su rostro, con algo así como duda, incertidumbre, curiosidad, confusión, vergüenza y aunque le había preguntado qué le pasaba, el menor solo evadía el tema alegando que no estaba mirándolo, que simplemente imaginaba cosas y le soltaba alguna frase típica de él como “No piense nada pervertido” “¿Por qué estaría mirándote?” “Usagi-san, quizás llevas mucho sin dormir bien”. Comenzaba a cansarse de la situación y le preocupaba un poco todo eso, pero prefería ignorarlo y confiar en que el castaño hablaría con él cuando estuviera preparado.

    Por su parte Misaki ya no sabía qué hacer, se sentía un completo idiota, para empezar ¿Por qué empezaba a cuestionarse ahora su sexualidad? ¡Por él amor de Dios! ¡Hace cinco años que vive, y tiene por amante a un hombre! ¡`Y QUÉ PEDAZO DE HOMBER!... Todos los colores se subieron a su rostro en ese mismo instante. Ahí, exactamente ese era el problema. Ese, él de ahí, eso que acababa de pasar por su cabeza… ese apelativo tan… tan… tan inapropiado. ¿Cómo que “qué pedazo de hombre”? ¿Qué pasaba con él? Siempre pensó, o al menos hasta no mucho era algo que no había abandonado del todo su mente, que a él le gustaban las mujeres, Usagi era su excepción y conservaba la ilusión de que al menos una vez una linda jovencita se le confesara… al menos una linda jovencita que no fuera de la familia Usami. Siempre pensó ¿Cómo hubiera sido tener una novia? ¿Besar a una chica? ¿Salir a una cita con una compañera de la facultad? ¡¿Tener una jodida adolescencia normal?! Pero ahora, mientras se cuestionaba eso con un poco de madures y retrospectiva, pudo darse cuenta de que jamás, y con eso quería decir jamás, se había sentido atraído por una mujer, en nada, en lo más mínimo. Es decir, si, las mujeres le parecían bonitas, en más de una ocasión reconocía a la belleza femenina, por ejemplo con Aikawa reconocía que ella sin lugar a dudas era una mujer preciosa, quizás loca como ella sola, pero preciosa. Sin embargo ni con ella ni con ninguna mujer había sentido “atracción”, llego a atribuirlo al hecho de que, aunque le pesara, estaba perdidamente enamorado de su pareja, pero vamos ¡era hombre! Y aunque él intentara negarlo ¡tenia hormonas, por Dios! Y para sumarle aún era joven y se supone que un joven puede tener o más bien tiene esas pequeñas subidas de lívido, ver a una chica atractiva como mínimo debía despertar en él algún deseo, pero no, nunca le había pasado.

    Dio el más largo y cansino suspiro que hubiera dado en su vida, era un tema estúpido pero estaba volviéndolo loco, además Usagi había notado que estaba inquieto y muchas veces le había cuestionado los motivos. Bajo su mirada ¿Hacía cuánto tiempo estaba cortando ese estúpido rábano? Otro suspiro escapo de su boca e intento desesperadamente alejar ese fastidioso tema de su mente para concentrarse en terminar de cocinar.

    Cerca de una hora después ya tenía la mesa puesta, con los platos servidos y tras quitarse su delantal subió unos pocos escalones y alzó la voz. -¡Usagi-san! ¡La mesa está servida! ¡Ven a comer!- Esperó pocos minutos para obtener su respuesta, ya que la puerta del estudio se abría abruptamente dejando ver a un agotado escritor que comenzaba a arrastrarse por el pasillo en dirección a planta baja, porqué a eso que hacía no se le podía llamar caminar. Una sonrisa suave se dibujó en sus labios mientras tomaba su lugar en la mesa, esperando a su comensal que no tardó mucho en situarse frente a él.

    -Usagi-san ¿Cómo vas con el manuscrito? Espero que esta vez no hagas renegar a Aikawa-san y lo termines a tiempo.- Comentó mientras ambos agradecían la comida y se disponían a degustarla.

    -Bien, no falta mucho para que lo termine. – Afirmó el mayor con gesto adormilado, y el rostro ensombrecido de cansancio.

    -Si estas al día con tu trabajo, deberías tomar un descanso y dormir un poco.- Recomendó el castaño.

    -No puedo, el plazo se vence en solo tres días.- Afirmó el escritor cosa que no sorprendió para nada a su pareja.

    -Oye, deberías tomar más en serio tu trabajo y no causarle tantas molestias a Aikawa-san-Esas conversaciones eran tan comunes y rutinarias. Usagi siempre era así, el día que realmente terminara un manuscrito a tiempo sin casi morir en el proceso entonces se preocuparía porque de seguro algo malo le debía estar pasando.

    -¿Y tu trabajo? ¿Tienes que ir a la editorial hoy?- Preguntó mientras degustaba su almuerzo, tenía que admitir que adoraba la comida cacera de su amante, no sabía cómo había sobrevivido antes de la llegada de él.

    -No hoy es mi día de descanso. Aprovechare para limpiar la casa y ordenar las habitaciones, hace mucho que no tengo tiempo suficiente como para hacer una limpieza profunda.- Afirmó con tranquilidad.

    -Suenas como la esposa perfecta.

    -Usagi…- Murmuró en tono de advertencia por ese comentario, sintiendo una de sus cejas titilar en un tic nervioso que había desarrollado tras convivir cinco años con ese mañoso niño rico.

    -Es tu día libre Misaki, quizás deberíamos salir a hacer algo.

    -No Usagi-san, tú tienes trabajo que hacer y yo quiero limpiar la casa. – Afirmó seriamente llevando otro bocado a sus labios. –Si terminas a tiempo, podemos salir en mi próximo día libre.

    -¿Estás seguro? Es que yo solo quería pasar el día con mi Misaki- Comentó el novelista, mirándolo a los ojos con una expresión picara en los suyos. –Aunque podemos divertirnos aquí, quizás puedas darme inspiración para mi novela.

    -¡Ni lo sueñes!- Contestó con el rostro encendido, siempre que el mayor pedía “inspiración” se traducía a “hagamos que Misaki no pueda caminar normal por un par de días”.

    -Eres malo conmigo.- Alegó el peliplata para luego soltar una floja y baja carcajada.

    El almuerzo había sido normal, se molestaron un poco, Akihiko exigió que él fuera el postro, básicamente le dio un escobazo y lo mando a trabajar y ahora estaba lavando los platos mientras su amante estaba arriba escribiendo.

    Y así paso su tarde, tras terminar en la cocina, como ya había dicho paso cerca de tres horas limpiando la casa, quizás más, pero a su cabeza volvieron sus cavilaciones, quizás no estaría mal llamarlas “dudas existenciales”.

    Estaba un poco harto del asunto, bien ya le quedaba claro, al menos de cierto modo, que las mujeres no eran su “objeto de deseo” ¿Cómo había llegado a esa conclusión? Bueno eso era complicado de explicar, además de vergonzoso, porque cierto es que él no era del tipo de sujeto que “se calienta” con cualquier cosa, mucho menos estando en una relación seria o algo así ya que de por si aún le costaba bastante admitir lo estimulante o excitante que era para él su pareja, pero el problema radicaba en que con estas preocupaciones en mente había llegado al penoso, muy penoso, extremo de buscar material erótico en línea. Buscar fotos de mujeres desnuda, incluso se había atrevido, con los auriculares puestos en un volumen tan bajo que a él mismo le había costado escuchar, a ver porno heterosexual en internet, pero nada, no había conseguido sentir nada. Un poco asustado al notar que definitivamente una mujer desnuda no le movía un solo cabello había decidido borrar el historial, apagar su computadora y mirarla con odio y desconfianza desde esa vergonzosa incursión, como si aquel aparato tuviera que ver con sus problemas o fuera un vil traidor a su persona.

    Sentado en la sala revolvía sus cabellos con desesperación y las palabras de Usagi resonaron en su cabeza. “Sabes que no importa lo que sea, Misaki, si tienes algún problema puedes hablarlo conmigo… compartirme lo que te pasa, y quizás pueda ayudarte, siempre puedes hablar conmigo. Confía en mi” El mayor le había dedicado esas palabras hacía poco menos de una semana y media y comenzaba a pensar que quizás era buena idea hablar con él.

    Bien, a situación desesperada, medidas desesperadas. ¡Necesitaba hablar con alguien o se iba a tirar del puto balcón! Armándose de valor, se levantó del sofá y subió las escaleras dirigiéndose a paso decidido al estudio del novelista.

    -Usagi-san ¿Puedo pasar?- Preguntó tras tocar un par de veces.

    -Entra…- Escucho la escueta afirmación que le fue otorgada como respuesta y sintiendo su mano temblar ingreso en el cuarto. ¿Le estaban temblando las piernas o era idea suya? -¿Qué sucede, Misaki?

    -Ah, bueno… yo… yo…- Estaba balbuceando, odiaba balbucear, se sentía un idiota. No podía mantener sus ojos en Usagi, ni siquiera podía ponerlos en el piso, las paredes no parecían interesantes asique volteó los ojos a la estantería y la colección de novelas BL parecía estarse burlando en su cara por lo que terminó por mirar el techo sintiendo que hasta humo debía estar saliendo de sus orejas por lo caliente que tenía la cara.
    -Misaki…- No entendía que pasaba, pero su pequeño uke estaba al borde de un ataque, no sabía de qué pero aprecia que iba a caer inconsciente en cualquier momento. Levantándose de su escritorio, dio una última calada a su cigarrillo y lo apagó en el cenicero para finalmente pararse frente al joven “futuro editor”. -¿Qué sucede Misaki? ¿Paso algo malo?

    No podía ni hablar, no se atrevía, las palabras no salían ¿En qué momento pensó que era una buena idea hablar con el gran Usami Akihiko de algo como eso? Con movimientos casi robóticos negó con su cabeza para evitar preocupar más al mayor.

    -¿Entonces? ¿Qué pasa? – No había respuesta a sus preguntas así volvió a sentarse en su silla, girándose para ver al menor a los ojos. –Misaki, siéntate en el sofá, respira profundo… y dime que ocurre.

    Asintió un par de veces, si a eso si lo podía hacer, nervioso su cerebro le ordenó a sus piernas moverse y con pasos tan notoriamente aparatosos como ridículos se sentó en el mueble, llevando sus manos a sus rodillas con su cabeza inclinada mirando el suelo. ¿Cómo pretendía Usagi que se calmara si no dejaba de mirarlo a la cara? ¿Qué no se daba cuenta que estaba avergonzado? ¡Seguro ese depravado lo hacía a propósito! Respiró profundo, una, dos y hasta tres veces e increíblemente se sentía más tranquilo.

    -¿Estas mejor?

    -Sí.

    -¿Qué sucede? – Preguntó armándose de paciencia, una que oficialmente no tenía y que se le estaba acabando ¿Qué pretendía Misaki metiéndose a su oficina con ese gesto tan lindo? Seguramente el menor veía a decir que extrañaba que lo tocara, y que quería que le prestara más atención, ah… sería tan genial que Misaki se acercara a él pidiéndole que le diera una salvaje noche de…

    -Solo quiero hablar.- Bueno… ¿Se vale soñar o no?

    -¿Hablar? ¿De qué?

    -Vas a burlarte.- Afirmo convencido de eso, sin siquiera mirarlo.

    -¿Burlarme? Misaki no digas esas incoherencias ¿Sucedió algo malo? ¿Algo te preocupa?

    -No, no es algo malo… es solo que hay una… una tontería que está dando vueltas en mi cabeza desde hace mucho y… me está volviendo loco… no sé con quien hablar y… y yo pensé… pensé que podría… ha—hablar contigo.- Todo le temblaba, no solo el cuerpo, hasta el alma se le había convertido en gelatina mientras pronunciaba esas palabras. ¡Dios cuanto valor necesito para hablar! Usagi era su pareja, se supone que debería poder hablar con él de esas cosas… pero en verdad era la primera vez que estaba en esa situación y la incertidumbre de no saber cómo entablar la conversación mesclada con el miedo y la vergüenza que le causaba él tema de la misma lo estaban poniendo de los nervios.

    El rostro Usami se llenó de ternura, ¿Y ese chico tenia veintitrés años, casi veinticuatro? Pero si parecía un tierno niño asustado, además ¿Quería compartir con él algo que le preocupaba? ¿Lo buscaba a él para un concejo? No podía estar más que extremadamente alagado, su pecho se llenaba de orgullo de que su Misaki buscara refugio en él por alguna de sus inseguridades, seguramente se tratara de eso que lo había tenido distraído el último tiempo. –Bueno Misaki, claro que puedes hablar conmigo ¿Qué es esa “tontería” que te da vueltas en la cabeza?

    -Realmente vas a burlarte…- Murmuró incomodo, abrazando a Suzuki-san, que hasta hacía poco estaba muy cómodamente sentado a su lado en el sofá. -¡Prométeme que no te vas a reír! ¡O te juro que no te cuenta nunca más nada!

    -¿Qué eres? ¿Un niño de kínder?

    -¡USAGI!

    -De acuerdo, de acuerdo, lo prometo. ¡No voy a reírme!

    Misaki lo pensó, miró a su casero esperando algo que le indicara que él mayor no estaba mintiendo y tras meditarlo por varios minutos hundió su cara en el peluche, hablando bajito mientras ocultaba su rostro. –C—Creo que soy gay…

    -¿Qué dices Misaki? Si no quitas a Suzuki de tu cara no puedo entenderte.

    Revolviéndose incomodo en su lugar el castaño apretó con más fuerza al animal de felpa y esta ve habló más claro y algo. ¡Al mal paso, darle prisa!

    -¡CREO QUE SOY GAY! – Ok, quizás no era algo tan necesario, que prácticamente hubiera gritado aquellas palabras y con el rostro en llamas volvió a ocultarse contra el mullido peluche.




    Continuara……








    Notas finales: Ok, probemos suerte. ¡Si les gusta esta cosa entonces la continuare! Si no será otro de mis tantos fics fracasados xDD (¿?
    Ni yo sé cómo rayos va a terminar esto… pero bueno… si les agrado, las hizo reír, quieren saber que va a pasar, si quieren enterarse de la posible historia enredada y romántica que vendrá después de la incómoda charla entonces solo dejen un review….

    Lo admito, tengo muchas cosas pensadas para esta historia, pero es un argumento un poco extraño y no sé cómo les caiga a ustedes… además he abandonado esta lugar por tanto tiempo que ya no sé si mis lectoras siguen por ahí… ¿Misaki-san? ¿InuNoe? ¿Melyoan? ¿Natsu-chan? ¿Alguien sigue por ahí? Que alguien me dé amor que me siento solita y nueva T.T… aunque llevo acá más tiempo que el polvo… Ah…. Bueno
    Sinceramente espero que lo hayan disfrutado. Háganmelo saber. ¡BESITOS!


    Edited by schöne shun usagi-san - 29/5/2019, 07:07
     
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    Pollito taquero
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    A mi me gustó, sobretodo tu forma de narrar.
     
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  3. »Riva alegom
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    Wajajaja me encanto! Que divertido esta super!
    Espero el siguiente cap :=MUSEEN:
     
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  4. Ami-Chan19
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    Me gusto el fic, y sobre todo tu forma de narrar es woow
    Esperare pacientemente la conty

    Cuidese sensei
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    Hola gente.

    4EVERyaoi, Riva Alegom y Ami-chan 19: Estoy muy contenta de que les haya gustado tanto el fic y mi forma de narrar, eso es un gran alagó para mi. Hace mucho que no escribía nada, espero que el siguiente capitulo no las decepcione.

    Lo subiré hoy, cerca de las cuatro de la tarde hora Argentina.
    Un beso.

    De verdad gracias por el apoyo :D Espero seguir leyendo sus comentarios.

    Bye Bye.

    Sioa Uchiha-san

     
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    San Miguel de Tucumán, Viernes 7 de Ocutbre del 2016



    Resolviendo Dudas existenciales.

    Capítulo 2: Develaciones de una charla incómoda.


    By Sioa Uchiha-San.

    Incómodo, profundo e incómodo silencio, el cuarto estaba lleno de él. Misaki seguía con el rostro hundido en la mullida espalda de Suzuki-san, evitando mirar a su casero, esperando escuchar su risotada. ¡Hasta él sabía lo ridículo que había sonado!

    Frente a él, el gran Usami Akihiko tenía los ojos abiertos como platos, mirando la tierna escena frente a él, parecía que su castaño estaba a punto de llorar por la vergüenza. Si, por se quería reir, estaba haciendo tanta fuerza por no carcajearse que hasta le dolía la garganta, pero… era un tema delicado, Misaki jamás volvería a buscarlo para hablar con él si se burlaba ahora. A tientas busco sobre el escritorio su cajetilla de cigarrillos, le dio un par de golpes en la parte posterior contra el vidrio de su escritorio y luego tomó uno de los filtros que sobresalió entre sus labios, retirando el cilindro de la cajetilla para luego encender su vicio y dar una profunda calada.

    -Misaki.- Lo llamó, pero esa voz profunda y aterciopelada solo había conseguido que el joven se encogiera en sí mismo, apretando con más fuerza al oso. Si no fuera porque era un objeto inanimado ya hubiera matado a esa pobre criatura por la fuerza con qué lo estrangulaba. -¿Qué te hizo pensar que sos gay?... El hecho de que sales conmigo desde hace cinco años, o que te gusta cuando yo te…- Se vio interrumpido al tener que agacharse a la velocidad de la luz justo antes de que una de sus pesadas novelas impactara de lleno en su cara, escuchando como esta golpeaba la pared tras él.

    -¡USAGI! ¡Fue una pésima idea hablar contigo! ¡Me voy!- Temblando como una hoja a merced del viento de otoño, el castaño se levantó y camino rápida pero atolondradamente a la puerta, con el sonrojo de su rostro ya expandido hasta sus orejas.

    Eso era muy extraño, jamás había esperado que el menor viniera a él para platear semejante tema. Levantándose de su asiento, apresuró su cuerpo a reaccionar, tomando al castaño por la muñeca y apoyando su otra mano en la puerta para evitar que saliera lo acorralo sin darle muchas más opciones. Lentamente inclinó su rostro hasta el oído del más bajo. –Misaki.- Por Dios, como detestaba que el novelista hablara contra su oreja, que susurrara su nombre de esa forma, lo dejaba tan vulnerable e indefenso, tan a su merced. –Tranquilo, lo siento, no era mi intención avergonzarte. No te marches, hablemos.- Le propuso, apartándose de él lentamente.

    -¿No vas a decir más cosas vergonzosas? – Preguntó aun de espaldas al más alto, tragando saliva con dificultad.

    -Te lo prometo.- Aseguró el escritor, esperando y rogándole al Dios de turno que su uke le creyera.

    Con duda, el futuro editor regreso a su lugar en el sofá sin tener la menor idea de cómo continuar esa conversación evitando a toda costa ver a su amante a la cara e intentado relajarse volvió tomar a Suzuki-san entre sus brazos.

    -Misaki, relájate, dime ¿Qué te hizo pensar que sos gay? Digo ¿Por qué te lo cuestionas ahora? Creí que ya debías tenerlo claro.- Habló con tranquilidad el peliplata, dando una nueva calada a su cigarrillo.

    Eso era tan jodidamente incómodo, su mirada subió por primera vez a encontrarse con las gemas violáceas de su amante, odiaba cuando él se mostraba tan maduro y tranquilo, lo hacía sentir como si fuera un chiquillo. ¿Cómo era posible que Usagi pudiera tomarse todo con tanta calma? ¿Cómo podía preguntar tales cosas con ese gesto tan apacible? El sentía que estaba al borde de un ACV. Jugando con sus manos tragó saliva, y se forzó a estar a la altura de la conversación, ¡Ya tenía casi veinticuatro años! ¡Tenía que poder hablar de esas cosas sin que le diera un ataque de algo! Además… aunque sonara a disco rayado, Usagi era su novio, tenía que ser abierto con él o al menos intentarlo.

    -Bueno, es qué desde que entre a trabajar a departamento de Emerald… he estado preguntándome algunas cosas.- Respondió dubitativo.

    -¿Desde qué entraste a trabajar? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

    Esa pregunta, ¡Ay, señor bendito! ¡ESA PREGUNTA! Apretó con más fuerza a Suzuki e intentó desviar la mirada… evitaría ese tema por ahora, ni él mismo quería pensar en eso, no quería. –Es solo que, y—yo siempre creí que… estaba seguro de que me gustaban las mujeres.- Comentó intentado redirigir la conversación.

    -Ajam…- ¿Creía que era idiota? Acababa de evitar su pregunta, de una forma muy obvia. ¿Qué se traía ese niño? -¿Y qué paso?

    -Es que me puse a pensar, e—en… en nosotros. - ¿Por qué tenía que sonreír así? Qué no lo estuviera viendo no quería decir que no se daba cuenta de la estúpida y enorme sonrisa que había provocado en el rostro del afamado escritor con sus palabras. –Y tú sabes que tú… bueno que tú eres mi primera relación y nunca me cuestione en realidad como fue que terminamos juntos… quiero decir… fue todo extraño pero tan natural, me negué a pensar que yo fuera gay y simplemente asumí que tú eras “la excepción” - ¡Por el cielo y el infierno! ¡Qué alguien le borrara la estúpida sonrisa de la cara a ese engreído! -Pero ahora, analizándolo… me di cuenta de que nunca me ha “gustado” ninguna mujer.

    Que cosas tan reveladoras estaba diciendo su querido novio, no podía dejar de sonreír y sentir que su propio ego estaba inundando el cuarto al recordar y escuchar de esos suculentos labios que él era “la excepción” que era su primera relación, y claro él mismo se encargaría de que fuera la única. -¿Cuál es el problema con todo esto, Misaki? ¿Qué te preocupa? No tiene nada de malo.

    -No, no es que tenga algo de malo, es solo qué me siento extraño al pensar en todo esto.- Aseguró el joven ahora un tanto más tranquilo, hablar con Usagi no era tan difícil, si se relajaba era tan simple. Cuando Akihiko se disponía a escucharlo, a simplemente estar ahí para él se sentía tan tranquilo, tan protegido. –Pero es qué es un gran… no sé cómo decirlo… es un gran golpe para mi darme cuenta de que en realidad no me gustan las mujeres, que no me provocan nada, yo aún esperaba que alguna chica alguna vez se me declarara. – Comentó dando un largo suspiro, sintiendo que sus mejillas disminuían un poco de temperatura aunque permanecían tibias.

    -Misaki, hay algo que no me estás diciendo.- Afirmó el mayor, apagando su cigarrillo en el cenicero. -¿Qué tiene que ver tu entrada en el departamento Emerald con todo esto? Dijiste que estas cuestiones empezaron a rondar tu mente cuando entraste a trabajar ahí.

    -Ah, no, nada… ya te dije solo estaba replanteándome cosas esos es todo. – Afirmó nervioso el castaño.

    Era idea suya o ¿Acababa de meterse un elefante en la habitación? Su mirada se afiló, y la clavó acusadoramente en esas esmeraldas hermosas y brillantes que ahora lo esquivaban como si se tratara de la mismísima peste. ¡Misaki estaba ocultando algo! Se levantó de su asiento por tercera vez, y se aproximó al sofá, dejándose caer junto al más joven notando como un estremecimiento lo recorrió de pies a cabeza para luego retroceder, alejándose de él cuanto pudiera.

    -¿Usagi? ¿Q—Qué pasa?- Inquirió el menor mientras sentía su espalda chocar contra uno de los poza brazos y venía en cámara lenta como ese hombre mimado se abalanzaba sobre él. ¡Estaba perdido!

    -Mentiroso.- Aseveró mientras se recostaba prácticamente arriba de su amante y tomaba su barbilla para obligarlo a que mantuviera su mirada. –Confiesa Misaki, o tendré que hacerte hablar de otras maneras.- Advirtió mientras una de sus manos acariciaba descaradamente los muslos internos del más bajo, en una caricia insinuante, para luego colarse lentamente bajo la camisa, rosando sus fríos dedos contra la cálida piel de su vientre.

    -¡¿Qué haces?! ¡No! ¡Usagi! ¡Espera!... ¡¿Dónde crees que estas tocando infeliz?!- Protestó, revolviéndose debajo de su cuerpo, intentado sacarse de encima a su calenturiento casero. ¿Por qué será que ese hombre quería arreglar todo con sexo? ¿Cuál era su maldito problema? Y entre tire y afloje, había logrado deshacerse del agarre del mayor pero en el proceso ambos habían aterrizado en el suelo. -¡Tonto! ¡Míranos! ¡No se puede hablar nada en serio contigo!- Se quejó frotando su adolorida cabeza después del golpe.

    -Solo quiero que Misaki diga la verdad, si no me lo cuentas todo entonces no puedo ayudarte. – Contestó mientras volvía a sentarse con tranquilidad en el sofá, cruzando sus piernas con elegancia y acomodando a Suzuki que en el forcejeo había quedado patas arriba en el suelo.
    -¡No puedo contarte todo porque vas a enojarte y hacer cosas innecesarias!- ¿Qué acababa de hacer? ¡Acababa de cavar su propia tumba! El aura negra, la aterradora aura negra comenzaba a emerger detrás del aterrador Usami Akihiko. Él estaba acostumbrado al pésimo humor al despertar de su casero, acostumbrado al odio que destilaba cuando su editora lo obligaba a trabajar por días sin dormir, acostumbrado a la demoledora presencia asesina que lo rodeaba cuando alguien interrumpía sus momentos de intimidad pero nunca iba a acostumbrarse ni a dejar de “temer” a Usagi-san cuando lo rodeaba la pesada atmosfera obscura de los celos.

    -¿Por qué iba a enojarme? ¿Quién se te acercó? ¿Alguien te hizo algo? ¡Le diré a Isaka-san que te saqué de ahí en este instante! – Tras esas palabras ya tenía su celular en la mano y estaba marcando el número del ejecutivo.

    -¡No! ¡Usagi-san! ¡No lo llames!- Antes de pensar sus acciones el pequeño ya estaba abrazado con uñas y dientes al brazo del mayor intentado quitarle el celular e impedir la llamada. -¡Es mi trabajo! ¡No puedes hacer eso! No quiero que me cambien, me gusta donde estoy, nadie me hizo nada, no tienes que exagerar así. – Hablaba en tono de súplica sin estar consciente de sus palabras.

    -No voy a llamarlo si me dices porque iba yo a enojarme por lo que no me quieres decir.- Dictaminó mirando a los ojos verdes mientras bajaba su mano con el celular. –Confiesa Misaki.

    ¡Chantaje! ¡Eso era chantaje! ¡Ay cuando ese maldito caprichoso actuaba así, le daban ganas de matarlo! Respirando profundo e intentado mantener la compostura se sentó en la silla del escritor, cruzando sus brazos. -¿Qué sabes del departamento Emerald?

    -Es el sector de shoujo manga de la Marukawa, por lo que escuche el editor en jefe es insufrible. – Contestó mientras encendía un cigarrillo intentado mitigar su mal humor ¿A dónde quería llegar Misaki?

    -Takano-san es un poco gritón, y arrogante, además de muy estricto pero es un buen jefe.- Defendió el menor desviando la mirada con el rostro tenuemente sonrojado.

    Wouw, alto, espera ¡¿Sonrojado?! ¡Sonrojado por defender a su jefe! ¿Qué estaba pasando ahí? ¡Exigía una explicación! Y más vale que sea coherente.

    -¿Por qué lo defiendes?

    -Solo digo la verdad, la gente dice cosas malas de él pero es una buena persona, incluso me felicito cuando hice las cosas bien.- Comentó con una sonrisa. –Aunque antes de eso me dijo que era un bastardo inútil…- Comentó casi con lagrimitas en los ojos.

    -Lo voy a matar.- Levantándose intentó salir del cuarto pero pudo sentir el peso de Misaki abrazándose a sus caderas e impidiéndole caminar.

    -Espera Usagi, Takano-san es una buena persona, no me hizo nada, además es mi jefe no tiene nada de raro que se moleste conmigo si hago las cosas mal.

    -Ese no es el punto ¡¿Por qué lo defiendes?! ¡Además aun no me explicas que tiene que ver tu trabajo en ese maldito lugar con el descubrimiento de tu homosexualidad!

    Arcoíris, un hermoso arcoíris pintado en su rostro. La vergüenza lo estaba consumiendo y sin pensarlo ajustó más sus brazos en la cadera de su novio. ¿Por qué Usagi era tan directo?

    -Si te digo… ¿No te pondrás celoso?

    Los músculos en tención, su mandíbula fuertemente apretada, sus puños cerrados y sus uñas clavadas en sus palmas ¿Qué era lo que le estaba pidiendo Misaki? Se hacía a una vaga idea de lo que pasaba, pero no podía ser eso… simplemente no podía.

    -Lo intentaré… pero tienes que decirme toda la verdad.

    Incómodo, de nuevo profundo e incómodo silencio. Esta vez ambos se miraban a la cara, de frente, y el aire podía cortarse fácilmente con un cuchillo. El joven recién recibido de economía estaba intentado ordenar las ideas en su cabeza pero no podía, lo suyo siempre fue hablar a lo torpe, y lo desastroso pero ahora ni eso podía hacer. Una última inhalación profunda. ¡Bien, que sea lo que Dios quiera!

    -En realidad, Usagi, me pregunté sobre este tema por primera vez hace poco más de un año cuando… cuando conocí a Ijuuin-Sensei. – Tención multiplicada por mil, en menos de un minuto ¡Bien hecho Misaki! ¡Gran forma de empezar! Ese ceño fruncido es porque está comprendiéndote, no es que quiera descuartizar a nadie, claro que no. ¿Por qué no mejor buscas una forma menos complicada de matarte? Provocar a tu novio no parece la mejor de las ideas. –Y—yo me di cuenta de qué él era muy apuesto, cuando nos sonreía o era amable conmigo, me di cuenta de que me parecía un hombre muy atractivo y eso hacía que en parte mi admiración por el crecie…- Casi saltó de la silla ante el ruido del puño de Akihiko golpeando el respaldar del sofá mientras se tensaba aún más en el sofá. –C—Calma Usagi-san

    -¿Me pides que me calme cuando estás hablando de esa forma de ese bastardo? ¡Entonces el si te gusta!

    -No, claro que no. Ya te dije que es diferente, él solo me agrada como mangaka solo estoy diciendo que me pareció atractivo, nada más.- Intentó explicar con seguridad, no quería que Usagi tuviera dudas al respecto de ese tema tan delicado. -¿Me dejaras continuar?- El gruñido que salió de entre esos apretados labios fue su única respuesta y luego de tomar otra bocanada de valor, prosiguió. –El caso es, que me di cuenta que nunca había mirado a otro hombre y pensado “Wow, que apuesto” y eso me dejó un poco inquieto, nunca me había pasado eso, al menos de forma tan nítida y consciente pero preferí ignorarlo y seguir con mi vida, además no quería tener más problemas.- Afirmo intentado ignorar la mirada tan penetrante del escritor sobre él.

    Ya no le gustaba a donde estaba yendo esa charla, ya no quería saber, ya no quería que Misaki le confesara nada, solo quería fingir que eso no había pasado y que su tierno y dulce uke nunca había confesado que ese mangaka de quinta le parecía atractivo. ¡Basta! ¡Hora de que se acabara la broma! ¿Dónde estaban las cámaras ocultas? Eso ya no era divertido.

    -¿Y entonces que pasa con tu trabajo?

    -A eso voy…- Comentó tensamente. –Ya había escuchado de boca de Kirishima-san y de algunos compañeros cuando trabajaba de medio tiempo en Marukawa que el departamento de Emerald era un lugar extraño, para empezar porque a pesar de ser una sección dedicada a la edición de Shoujo Manga, estaba compuesta solo por editores hombres.- Una revelación interesante y muy, muy molesta. ¿Cómo que todos hombres? Eso cada vez lo estaba fastidiando más. –Además todo el mundo tiene hasta un poco pánico de hablar de esa sección porque como tu escuchaste, todos le temen bastante a Takano-san, en especial cuando estamos a fin de ciclo y se la pasa gritando y arrojando cosas creo que tiene algún tipo de problema personal con Onodera-san, siempre le grita más a él o se burla de él o lo lleva con él cuando tiene que salir de la editorial, es muy exigente con él aunque conmigo últimamente hace lo mismo… como por el momento soy solo un asistente para todos también me vuelve un poco loco.- Aseguró con los nervios a flor de piel… estaba evitando llegar al punto del asunto y el rostro ya desbordado de hastío de su pareja le advertía que debía apurarse. –El caso es, que otro de los rumores que hay sobre esa sección, es que no solo son todos hombres… sino que son todos atractivos, hay gente que llegó a decir que son contratados ahí por su belleza.

    Ese era el límite de su paciencia. –Aunque bueno, creo que eso no es verdad, después de todo a mí me contrataron y me enviaron ahí. – La risa forzada de Misaki solo hacía que sus ansias de sangre aumentaran.

    -Espera un minuto…- Unos segundos de silencio se impusieron entre ambos y Misaki comenzaba a sentir la necesidad de huir de allí. –Estas queriéndome decir… que empezaste a dudar de si eras gay cuando entraste a trabajar a un lugar donde solo hay hombres apuestos…

    Procesando, procesando, por favor espere hasta que la información sea analizada. Hubo un error al decodificar la información, por favor inténtelo más tarde. Error 404 CELOS.

    -Misaki…

    -… ¿Usagi-san? ¿Qué pasa? ¿Por qué te acercas? ¿Usagí?... –Fundirse en la silla parecía físicamente imposible hasta ese momento, en que su novio estaba acercándose a él de esa forma. ¿Para qué habló? ¿Quién había dicho que era buena idea consultar con su amante sobre ese tema? ¡Porque tenía que ser tan idiota! La sensación de ser levantado lo inundo con un vértigo horrible y clavando sus manos a la espalda de su amante intento patalear mientras la puerta del estudio se abría y era arrastrado a la habitación que compartía con el novelista desde hacía pocos meses. -¡Usagi-san! ¡Usagi! ¡Bájame! ¡Bájame te digo! – Y entonces fue arrojado con fuerza sobre el mullido colchón y silenciado con un desesperado beso que fue incapaz de rechazar. Cuando finalmente al aire se había hecho necesario cortaron el nexo y el castaño miró a los ojos a su amante. –Oye… espera… detente.- Pidió ahora serio empujándolo con decisión al sentir las manos grandes y frías comenzar a recorrer su cuerpo. -¡Te dije que pararas!

    -¡Te gusta tu jefe!- Sentenció molesto el escritor, pero al mismo tiempo dolido, sus ojos estaban apagados y sin tener más opción, había parado sus avances.

    -Te dije que ibas a molestarte y hacer cosas innecesarias. No me gusta mi jefe, no de esa forma.- Respondió con su ceño fruncido el menor.

    -¿Entonces?

    -Comencé a preguntarme sobre mis gustos, porque me di cuenta de que definitivamente me parecen atractivos mis compañeros de trabajo, y de alguna forma sí, me gustan, pero no como tú crees, no como… como me gustas tú.- Intentó explicar con el rostro en llamas nuevamente. –Primero pensé que había algo malo en mí, que me estaba volviendo loco o estaba enfermo… nunca me había detenido a pensar en lo atractivo que era otro hombre y toda la situación se me hizo un poco bizarra.- Admitió avergonzado ante la mirada acusadora del caprichoso millonario, aunque esta poco a poco se fue suavizando. “Como me gustas tú” Eso había sido más que suficiente para apaciguar sus dudas.

    -Entiendo… Oye, Misaki.- Despacio esas manos frías se pasearon desde la mejilla derecha del castaño hasta sus hermosos cabellos acariciándolos con cuidado. Que sensación más increíble provocaban esas grandes manos en el menor, se podía sentir en paz bajo esos mismos suaves. –Tranquilo, no estoy molesto… es un poco tarde, ya tienes veinticuatro años, pero no tiene nada de malo ni es tan raro que descubras tu sexualidad… si quieres hablar conmigo sobre eso está bien, yo te escuchare.

    -Usagi-san… esto es vergonzoso.

    -Lo sé.
    -¿Seguro no te molesta?

    -Me vuelve loco…

    -¿Entonces por qué quieres que te hable de eso?

    -Por qué te amo, Misaki, y quiero que confíes en mi… no quiero que me ocultes estas cosas. Además mientras nadie te guste como te gusto yo todo está bien. –Nervioso, el menor estuvo a punto de protestar por esas palabras pero tras un largo suspiro simplemente se resignó, llevando sus manos a acariciar la espalda del escritor que ahora estaba recostado sobre su pecho, aplastándolo pero respirando de esa forma tan tranquila y suave, con esa expresión llena de paz que hacía que fuera inútil intentar molestarse con él.

    -Gracias Usagi-san…

    El silencio se instauro entre ellos, pero esta vez, era uno lleno de tranquilidad y todo el peso que había estado cargando por meses, todo el estrés que estuvo a punto de volverlo loco hasta hacía apenas unas horas simplemente desapareció. Se sentía tan tranquilo entre los brazos del escritor, respirando el aroma que desprendían sus sabinas y su cuerpo, sintiendo el acompasado ritmo de su corazón y el propio que solo deseo permanecer así para siempre. ¿Hum? ¿Qué era eso? ¿Y esa sensación? Unos besitos suaves comenzaban a subir desde su pecho a su cuello, provocándole un estremecimiento que azotó todo su cuerpo. -¿Usagi-san? ¿Qué haces?

    -Ya que te quedado claro que eres gay… ¿Por qué no experimentas un poco más? Podes descubrir más cosas que te gustan… además necesito recargarme… - Murmuró con aquella pesada voz, cargada de deseo contra su oído.

    -¿He? ¿Qué? ¡No! ¡Pervertido! ¡Suéltame! ¡Suéltame, te digo! … ¡USAGI!

    De muy poco valieron sus palabras, aunque bueno, eso no era una novedad… después de todo él también quería sentir un poco a su Usagi-san.


    ¿Fin? ¿O Continuara?



    Notas de la autor: AHHHHHHHHHHHH COMO COSTO ESTA MIERDA. Bueno, mil gracias a todas ¿45 visitas? Dios no esperaba tanto en tan solo un día. Me alegro de que les haya gustado esta historia un poquito amorfa… la cosa puede continuar o puede quedar así… En realidad eso depende de ustedes.
    No tiene caso que yo continúe con esto si no se si les agrada. Espero que esta continuación no las haya decepcionado, al menos yo me reí como loca mientras la escribía, al menos en algunas partes xD aunque me ha quedado un pelin romántico en algunas otras cosas.
    Bueno como siempre, las quiero. Contestaré sus comentarios siempre.

    Un beso.

    Sioa Uchiha-san


    Tema aparte... ¿Alguíen sabe porque no se vé mi firma?
     
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  7. Ami-Chan19
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    Continúa la, no es que sea pervertida pero quiero lemon....ok sone pervertida
    Te vuelvo a repetir.....Me encanta tu forma de narrar y me gusto de que se trata tu fic....fue muy profundo


    Cuidese sensei
    Bay bay
     
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  8. GioUsami
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    Me encantó :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: continúa porfis...
     
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  9. »Riva alegom
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    Jaja me encanto !
    Si si ai si continuacion!! :=arribarriba:
    Me divierte tu fic ya dije me encanta
     
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    La Locura es un placer que solo los locos gozan...

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    GioUsami Hola: Bienvenida al fic, es un placer tener a gente nueva aquí comentando :D me alegra que te gustara la historia.

    Ami-chan19 De verdad me alegra muchísimo que te gustara mi forma de narrar, es un tanto particular, no estoy muy segura de donde saque esa forma de escribir pero es gratificante leer que alguien le gusta la forma en que escribo. Bueno no se si este fic tendrá lemmon, quizás un poco más adelante , ya veremos que pasa ;D si no eres la única en pedir lemmon quizás lo piense y ponga algo más adelante.

    Riva alegom: Mil gracias, me hace feliz que te encante el fic :D Gracias por tu apoyo.

    Ahora chicas quería aprovechar para recordarles que estoy subiendo un fic que tiene como protagonistas a Ritsu y Takano-san pero también una participación muy especial de Misaki y Usagi-san, es una historia llena de celos, pasión, romanticismo humor y drama. Estoy resubiendolo con correcciones y con algunos cambios. Si pasan por ahí, agradecería sus comentarios.

    https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=73112604


    Ahora a lo importante... La continuación de Resolviendo Dudas Existenciales sera subida esta noche, quizás dentro de un par de horas, mas tardar en cuatro horas estará up!

    Un beso gente :D

    Sioa Uchiha-San
     
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  11. GioUsami
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    Que bueno que tendremos conti de este hermoso fic :=amors: estaremos esperando ansiosamente :=DFSDFSD:
     
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    San Miguel de Tucumán, sábado 8 de Octubre del 2016.

    Notas de la Autora: ¡Aviso importante! En este capítulo aparecerán los personajes de Sekaiichi Hatsukoii. Este capítulo es que más comedia contiene hasta ahora, asique espero que disfruten del absurdo humor que tengo para ofrecer.


    Resolviendo Dudas existenciales.

    Capítulo 3: ¡Vergüenza publica!

    By Sioa Uchiha-San




    Parecía que todo volvía a la normalidad ¡Al fin sentía su cabeza en paz! Ese día estaba de mejor humor, más atento, más calmado y todo gracias a haberse atrevido a hablar con Usagi-san. Su día volvía a la rutina, después de haber podido compartir sus inquietudes con su novio al fin sentía que todo estaba en orden. Se había levanto, haciendo maromas para no despertar a su pareja en el proceso, se duchó , se vistió, preparó el desayuno, comió y tras dejar todo listo en la mesa para que el escritor se alimentara al despertar, escribió una escueta nota con el mensaje “Me fui a trabajar. Misaki” y salió del departamento con dirección a Marukawa ¡Ay, ese prometía ser un buen día!

    O quizás no ¿Qué había pasado? Acababa de poner un pie en la sección Emerald y todo era un caos increíble. Los escritorios de todos sus compañeros era un caos, Hatori estaba juntando algunas cosas en su portafolios mientras hablaba por teléfono en tono acelerado y molesto para luego pasar junto a él, apenas dirigiéndole una mirada antes de salir casi trotando con dirección al ascensor. Kisa estaba revisando su computadora con un ceño fruncido ignorando todo a su alrededor, Mino, bueno Mino siempre tenía esa sonrisa perturbadora en su rostro… No sabía si ese sujeto era sinceramente feliz o solo un psicópata encubierto, Onodera estaba hundido en una montaña de papeles y más allá en el escritorio más grande y un tanto apartado Takano tenía sus pies cruzados sobre este y hablaba a los gritos por el teléfono fijo. Ese iba a ser un día muy duro, era preocupante como el optimismo le duraba cada vez menos en ese trabajo.

    -¡Takahashi! ¡¿Qué crees que haces?! ¡Ponte a trabajar!

    -Si, Takano-san.- Su jefe podía ser un adonis, pero tenía un carácter del infierno. Pronto el castaño estaba corriendo de un lado a otro, haciendo copias hasta que finalmente por órdenes poco amables del jefe de editores terminó sentado junto a Onodera ayudándolo con el storyboard con el que estaba peleando para finalmente salir con él de la editorial en dirección a ver a la mangaka, había muchas cosas que corregir.

    -----------------

    El afamado novelista y autor de best sellers Usami Akihiko despertó perezosamente en su cama, estirando sus extremidades de forma casi felina en busca del cálido cuerpo de su amante a su lado, pero solo encontró sabanas arrugadas y frías. Un gruñido disconforme y gutural escapo de entre sus labios y abrió sus ojos con recelo, confirmando lo que ya sospechaba, Misaki no estaba. Volteó su mirada al reloj sobre la mesa de luz, ya pasaban de las nueve de la mañana, su pequeño novio seguramente ya debía estar en el trabajo “rodeado de hombres atractivos” ¡Ojala se fueran todos al infierno! ¡¿Qué pretendían dándole algo que mirar a su amante?! ¡Maldito grupo de infelices afeminados adictos al romance! ¿Por qué más hombres se dedicarían a la edición de shoujo? La respuesta era obvia ¡Eran un grupo de locazas homosexuales! ¡Mozos sin bandeja! ¡Traga sables! ¡Mariposas libres por la pradera! Ojala murieran de una forma horrible ¿Por qué Misaki prefería permanecer ahí? Ya le había dicho que no hacía falta que trabajara, si ambos se decidían a decirle a Takahiro de su suyo, él tranquilamente podía mantener al castaño por el resto de su vida y así no tendría que ir a trabajar a un lugar como ese.

    Con un humor de perros, se levantó de la cama sin molestarle en lo más mínimo que aún se encontraba desnudo tras el encuentro apasionado de la noche anterior y caminó hasta el baño para darse una larga ducha. Minutos después, ya más fresco y vestido aunque aún con un humor terrible, bajó al comedor encontrando la nota del castaño y el desayuno servido. Su rostro se suavizó ¿Cómo podía Misaki ponerlo tan feliz con unas palabras tan escuetas? ¿Con una nota tan simple? Él siempre se desesperaba por transmitir emociones con tantas palabras y el castaño con tan poco lo hacía tan inmensamente feliz.

    Con la sonrisa aun decorando su rostro se dispuso a comer mientras su mente divagaba en la charla que había tenido el día anterior con su amante. La idea de que Misaki pudiera verse tentado por alguno de sus compañeros de trabajo rondaba su cabeza, y no había forma de desterrarla. ¿Y si el castaño se enamoraba de alguno de ellos? ¿Qué hay de esa actitud tan extraña que había adoptado el jovencito cuando defendió a su jefe? ¿Cómo se llamaba? Si no recordaba mal era Takano Masamune. Encendiendo un cigarrillo se sirvió un café y dirigió sus pasos a su estudio. Iba a investigar a ese tipo.

    Una hora y una cajetilla y media de cigarrillos más tarde, Usagi miraba la pantalla de su computador con recelo, así que ese era el famoso jefe de editores del departamento Emerald, bien, al menos reconocía que si era atractivo, mucho a decir verdad y eso no hacía otra cosa que alterarlo más. Debía sacar a Misaki de allí, no tenía otra opción, tenía que sacar a Misaki de ahí.

    Tomó su celular y buscando entre los contactos no dudo en dar al botón de llamar cuando el nombre de su interés, al menos en ese momento, esa sería la primera vez que llamara a ese sujeto por voluntad propia y esperaba por su bien que hiciera lo iba a decirle. Acercó el celular a su oreja escuchando el tono en la espera de ser atendido mientras en la pantalla se iluminaba la palabra “Isaka-san” seguido de un número telefónico.

    -¿Ah? ¿Usami-sensei? ¿A qué debo esta llamada?

    -Necesito un favor…

    -Eso es interesante… ¿Qué estás dispuesto a dar a cambio?- Su voz siempre risueña y teñida de falsa inocencia, ahora se impregnaba de triunfo, picardía y malicia mal disimulada, mientras apoyaba sus codos sobre su escritorio con su celular pegado a su oreja. Eso era interesante, tenía al afamado escritor bailando el malambo en la palma de su mano… Eso iba a ser tan divertido.

    -Lo que tú quieras, pero debes cumplir…

    -Déjame pensarlo… ¿De qué se trata?

    --------------

    Comenzaba a entender de qué se trataba ese trabajo, y de la peor manera posible, acababan de llegar a la editorial, y ya pasaban de las seis de la tarde. Tenían listo el manuscrito y ahora se dirigían a entregárselo a Takano, mas tanto Onodera como él apenas podían moverse. Ese había sido un día totalmente agotador, y había tenido que ayudar con varias cosas bajo la dirección de su compañero, sentía que le dolía el alma, espera ¿El alma puede doler? Pues, aparentemente si. Lo peor del asunto había sido que al expresar abiertamente su cansancio, el castaño mayor había soltando una carcajada argumentando que eso había sido algo ligero, que ya empezaría a ver lo que es bueno cuando le asignaran a su primer mangaka, las cosas podían ponerse mucho peores y ante esa declaración un sudor frio recorrió su espalda ¿De quién había sido la brillante idea de postular para trabajar en Marukawa? ¿Es que no le había alcanzado con ver a Aikawa-san al borde de la muerte por agotamiento durante cuatro largos años?

    Algunas bromas de mal gusto se instalaron entre ambos mientras bajaban del ascensor camino a su sección para entregarle el manuscrito a su jefe, la verdad es que Onodera le agradaba bastante, era un sujeto muy trabajador y estaba aprendiendo mucho de él cosa que lo motivaba aunque el castaño solía decirle que él también era un novato, que no lo alabara tanto.

    Una vez en Emerald, ambos se acercaron al escritorio de Takano-san, dejando sobre esté el sobre de papel madera.

    -¡Aquí tiene Takano-san! Todo ha resultado bien, por suerte. – Comentó con gesto cansado el mayor de los castaños.

    El azabache se tomó unos minutos para revisar por sí mismo el storyboard, con su rostro serio y su mirada concentrada detrás de los cristales de sus lentes para luego alzar la mirada a Misaki.

    -¿Tu ayudaste a Onodera?

    -Ah, bueno, sí, pero él hizo gran parte del trabajo, yo solo me limite a ayudar y a aprender.- Contestó un tanto nervioso al sentir esa almendrada mirada clavada en él. El silencio se instaló entre ellos hasta que finalmente el jefe de editores soltó una divertida carcajada y tras dejar los papeles sobre su escritorio despeino a ambos “editores” con sus grandes y cálidas manos. –Buen trabajo, par de mocosos.

    -¡Oiga!- La queja de ambos no se hizo esperar, aunque claro el tono de Onodera era osco y hostil, mientras que el de Misaki era más bien avergonzado y nervioso.

    -Lo hicieron bien esta vez, me alegra que no lo arruinaran, a estas alturas no puedo estar lidiando con incompetentes. – ¡Vaya forma tenía su jefe de ser amable! ¿Qué clase de problemas tenía? –Por cierto Takahashi, toma.- taras esas palabras señalo una cantidad bestial de storyboars a su lado. –Quiero que leas todo esto, son los mangas que se han editado aquí en los últimos dos años, o al menos, la primera parte, quiero que los analices y luego me expliques el porqué de cada una de las correcciones.

    ¡Señor de todo lo bueno! ¡Que alguien le dijera que eso era broma! ¿No podía ser cierto, o si? ¿De verdad pretendía que leyera y analizara todo eso?

    -¿Qué pasa Takahashi? ¿Es demasiado para ti? – El gesto lleno de burla y sorna en la cara de su jefe le hizo arrugar el ceño y negó con su cabeza.

    -No, claro que puedo.

    ¡Ay pobre inocente paloma! ¿No se daba cuenta que acababa de caer en el sucio juego de Masamune? Tenía tanta pena por él, al menos algo de todo eso era bueno, acababa de averiguar que Takano no solo era un bastardo con él, si no , que era un bastardo con todos sus subordinados ¿Cómo diablos se había enamorado de ese infeliz? Como era de esperarse, Ritsu no tenía ninguna respuesta a esa pregunta, experto la obvia, claro, ¡Era un estúpido!

    -Bien, quiero que los leas en tres días, veamos si tienes madera de editor. – Era tan divertido, ver a ese pobre e iluso novato permitir que lo enterrara en trabajo, y la mirada de lástima que le dedicaba Onodera era perfecta, era como ver a un par de hermanos gemelos, eran jodidamente idénticos e igual de idiotas, pero la verdad era que ese novato realmente ponía mucho empeño quizás si fuera un gran editor algún día, veía cierto potencia en él, además era un tanto más difícil de intimidar que todos y aún tenía la duda de cómo era posible que a pesar de todo el espacio de trabajo de Misaki siempre estuviera impecable sin importar el caos que había a su alrededor, algún día le preguntaría su secreto. –Bueno, fue un día largo, tómense un descanso.

    -Gracias, Takano-san ¿Quiere que le traigamos algo de la cafetería?- Se ofreció el menor, solicito como siempre, con una sonrisa amable en sus labios.

    -Deberías aprender de él, Onodera, él sí sabe cómo tratar a su jefe.- Comentó dedicándole una mirada e su otro subordinado quién le dedicaba una profunda mirada de desprecio.

    -¡Púdrete!

    -Esa no es forma de tratar a tu jefe, Onodera.- Comentó entre carcajadas burlonas y alegres el azabache, cruzando sus brazos a la altura de su pecho mientras el gesto en el rostro de Ritsu cada vez degeneraba más en una expresión de odio.

    Debía admitir que esos dos se llevaban increíblemente bien, no entendía cómo podía pensar mientras parecía que su compañero estaba buscando la forma de matar a su jefe y esté no dejaba de reír, pero algo en su forma de tratarse era muy autentica e íntima, seguramente eran buenos amigos fuera del trabajo. Sin siquiera notarlo, estaba riéndose alegremente mientras los otros dos se gritaban improperios, uno de ellos enardecido de furia y el otro con una sádica diversión pintada en toda su cara y la burla sonando tintineante en su voz.

    -¡Chibi-tan! ¡Nanahikari! ¡Takano-san! Veo que se divierten sin mí, eso es muy cruel.- Comentó con su habitual tono risueño el ejecutivo.

    Las risas se detuvieron y los editores tomaron un momento para mirarse entre ellos.

    -Isaka-san ¿Qué hace aquí? – Cuestionó el jefe, poniendo sobre la mesa la duda que todos tenían en ese momento en sus cabezas. Para esa altura del día, eran los únicos allí presentes, Mino se había marchado, Hatori aún se encontraba haciendo trabajar a su mangaka y Kisa también había abandonado el edificio.

    -¡Eres tan malo, Takano-san! ¿Qué no puedo dar un paseo para visitar a mis empleados?- El silencio sarcástico junto a la expresión incrédula de los tres hombres frente a él fueron toda su respuesta. –Bueno, bueno, en realidad vengo a entregar una noticia importante, Chibi-tan, serás transferido al área de literatura.

    -¿Qué? ¡¿Por qué?!- Preguntó desconcertado el castaño menor.

    -Oiga, Isaka-san, no puede sacar a uno de mis editores de esa forma sin hablarlo primero conmigo, menos ahora que estamos a final de ciclo. ¡Takahashi! ¿Tú solicitaste la transferencia?

    -¿Qué? ¡No, Takano-san! ¡Yo no solicite un cambio!

    -Bueno, bueno, no se escandalicen, si empiezan a gritar me dejarán sordo.- Alegó el mayor, ignorando la mirada de odio que el jefe de editores clavaba en él. –Lo siento, chibi-tan, pero Usami-sensei fue quien solicito el cambio y me planteo una oferta que no pude rechazar.

    -¡¿Qué?!

    -Ah, cierto… se suponía que no debía decírtelo.- Comentó pensativo el ejecutivo, encogiéndose de hombros. –Bueno, no importa, a partir de mañana estarás en el departamento de literatura.

    -Espere, yo no voy a aceptar esto ¡Takahashi es mi subordinado! ¿Qué tiene que ver Usami-sensei con esto?

    -¿No lo sabes, Takano-san? ¡Chibi-tan vive con Usami-sensei!- Alegó Isaka mientras pasaba un brazo por los hombros del menor.

    -Isaka-san, esto no me parece correcto, yo no quiero el cambio y Usagi no puede decidir estas cosas ¡No puede cambiarme de sección si no estoy de acuerdo! – Ahora todas las miradas estaban sobre él, ¿Eh? ¿Por qué lo miraban así? ¿Qué había dicho? ¡Oh, Dios! ¡Había dicho
    “Usagi” en lugar de “Usami”! Por favor, por piedad, que alguien le cortara la lengua y lo arrollara con el auto en ese preciso instante, que alguien se apiadara de su alma.

    -¿Usagi? – Consultó Takano, mirando a su nuevo subordinado.

    -Ah, bueno, esto… Lo siento, es solo… Que… ¡No haga caso por favor!- Suplicó con su rostro cada vez más rojo, ¡Ojala la tierra se lo tragara! Ademas también tenía a Onodera mirándolo con los ojos como platos por la sorpresa. –El caso es, Isaka-san, que Usami-san no tiene que ver con mi trabajo, le pido por favor que ignore su petición, no deseo cambiar de área.

    -Oh, Chibi-tan, me encantaría ayudar pero ya acepte el trato con Usami-sensei. ¿Qué me ofrecerías a cambio tú?

    ¡Ay, ese tipo era un desgraciado chantajista! ¡Era un maldito genio! Esas cosas eran lo que le hacía pensar si odiaba al ejecutivo, nunca terminaba de entenderlo, ese sujeto siempre se las arreglaba para que el juego quedara a su favor.

    -Bueno, ¿Qué fue lo que le prometió Usami-san?

    -Aceptar algunos trabajos, hacer una firma de autógrafos, ir a un par de fiestas, una conferencia de prensa…

    -Estas perdido.- El comentario de Onodera no lo tranquilizaba para nada, pero una duda lo hizo voltearse a mirarlo.

    -¿Y tú como sabes?

    -Fui editor de Usami-sensei cuando trabajaba en la editorial Onodera, sé que él jamás accedería a ese tipo de cosas me sorprende que haya aceptado un trato como ese con usted, Isaka-san, en primer lugar.
    -Bueno, no importa, si hago que Usami-san cumpla con su parte del trato sin que tenga que transferirme ¿Olvidaría eso de mandarme a literatura?

    -Oh, chibi-tan, siempre es un placer hacer negocios contigo, bueno, es mejor que me vaya antes de que Asahina me encuentre, Bye bye….

    -Espere, Isaka-san ¿Takahashi se quedará aquí? - Preguntó seriamente el editor en jefe.

    -Si logra hacer que Akihiko cumpla su palabra, entonces si, se queda con ustedes.- Contestó sin voltear, dándoles la espalda mientras salía del lugar con una mano en alto en signo de despedida.

    Estaba muerto, ese escritorsucho de cuarta estaba muerto ¡Cuando llegara a casa iba a descuartizarlo!. Toda la oficina había quedado en silencio y Misaki podía notar como su compañero y su jefe permanecía con su mirada fija en él.

    -¿Q—Qué? ¿Qué pasa?- Se atrevió a cuestionar, girándose para encararlos.

    -¿Qué fue todo eso? ¿Por qué Usami-sensei te quiere fuera de este departamento? ¿Por qué vives con él? ¡Tienes mucho que explicar!

    -N—No es lo que creen, Usag—Usami-san es el mejor amigo de mi hermano mayor, vivo con él por cuestiones personales desde hace unos años y a veces tiene estos arranques de locura de querer protegerme, supongo que como mi hermano le pidió que me cuidara a veces exagera un poco con eso de sentirse también mi hermano mayor, aunque a veces tampoco tienen mucha explicación sus acciones, supongo que solo se le ocurrió que sería mejor que trabajara en literatura, no lo sé.- Explicó apresurada y atolondradamente, entre risas nerviosas, casi temblando al el gesto de Takano que obviamente denotaba que no le creía ni la mitad de las cosas que acababa de decir.

    -Supongo que es entendible, Usami-sensei siempre ha sido una persona complicada de tratar y bastante caprichosa, debes tener mucho carácter para vivir con él.- Comento Onodera, intentado relajar el ambiente.

    -Jajaja… si, supongo, pero no es tan malo.- Contestó aún muy incómodo el nuevo integrante del departamento Emerald.

    -¡Hum!... Bueno, no importa, dile a Usami-sensei que no me importa que sea el escritor más famoso de Japón, nadie se mete con mi trabajo.- Contestó el azabache juntado sus cosas. –Ya es tarde, mejor vámonos de una vez, Onodera, vienes conmigo.

    -¿Y yo por qué?

    -Somos vecinos, idiota ¿Por qué irnos separados si vamos al mismo lado? - Refunfuñando entre dientes el mayor de los castaños se dispuso a juntar sus cosas.

    -Misaki, por lo que me dijiste la última vez, tú también usas la misma línea de tren ¿Vienes con nosotros?

    -¿Ah? ¡Si, Claro! – Aun con los nervios a flor de piel, el novato se dispuso a juntar sus cosas intentando ignorar la mirada molesta y escrutadora de su jefe, parecía que intentaba revolver su alma hasta encontrar lo que estaba buscando y eso lo ponía muy nervioso. ¿Por qué Usagi tuvo que hacer algo tan estúpido? ¡Ahora su jefe pensaba que era un acomodado! Claro, ¿quién no lo pensaría? Acababa de develarse que vivía con el escritor más afamado de Japón y trabajaba en la misma editorial que publicaba sus libros, era obvio que seguramente creyera que había entrado a trabajar ahí por amiguismos y contactos, casi se sentía humillado, pero no importaba él demostraría con su trabajo que merecía estar ahí

    -Takahashi ¿Por qué no mencionaste antes que vives con Usami-sensei?- Preguntó Takano mientras caminaban a la estación.

    -Ah bueno, no me pareció algo prudente, es algo que puede mal interpretarse, no quería que la gente pensara que tengo este trabajo gracias a él, en verdad me esforcé mucho para entrar a trabajar a Marukawa, incluso antes de entrar como permanente había estado trabajando aquí de medio tiempo.

    -Te entiendo, Takahashi-kun, no te preocupes.- Comentó Onodera antes de que Masamune soltara alguna de sus burradas, ese niño no necesitaba los comentarios afilados de ese insensible idiota que tenía por amante. –Ya viste como suele llamarme a mi Isaka-san, es molesto, pero uno se acostumbra a fin de cuentas solo tienes que esforzarte y demostrar que todo lo que tienes te lo has ganado a pulso.

    -Qué lindo es escuchar a un par de idiotas lamentándose.

    -¡Takano-san!- Ambos castaños protestaron, uno como de costumbre muy molesto y el otro simplemente abochornado.

    -En fin, no importa, creo que solo me sorprendió saber que un niño tan simplón como tu tuviera esos contactos.

    -Takano-san a veces no se si no se da cuenta de lo cruel que es, o simplemente no le importa.

    -Simplemente no me importa.- Contestó el azabache soltando una carcajada mientras encendía un cigarrillo, obteniendo un suspiró resignado de parte sus dos subordinados.

    Pobre Misaki, su día que tan bien había comenzado había resultado ser un calvario interminable, no veía la hora de llegar a casa, estaba agotado y al bajar la mirada a los bolsos que cargaba con una cantidad incontable de storyboards se sentía aún más desahuciado, ni siquiera podría descansar, tenía mucho que leer al llegar a casa.

    El silencio entre los tres se había instalado, y parecía no querer irse, pero no era para nada incomodo, de hecho se sentía bien el volver a casa acompañado aunque era un poco extraño que su jefe también estuviera ahí. Al levantar la vista, diviso no muy lejos de allí una tienda y detuvo sus pasos al llegar a ella.

    -¿Takahashi-kun? ¿Qué sucede?- Preguntó Ritsu mirando a su compañero.

    -Ah, disculpen, ¿Les molestaría esperarme? Acabo de recordar que no he podido ir a hacer el mandado y no hay nada para comer en casa asique entrare a comprar algunos víveres.

    -Ahora que lo dices, solo tengo energizaste en la nevera, también debería comprar algo de comer.

    -Ambos son unos descuidados sin remedio. – Acotó el mayor entrando con ambos al mercado donde no demoraron más de media hora.

    -Oye ¿No crees que compraste demasiado?- Acotó Onodera, una vez en el tren mirando las bolsas que cargaba Misaki junto con los bolsos con los papeles del trabajo. –Parece que estas muy cargado como para ir a casa solo.

    -Ah, no se preocupe, Onodera-san, estoy acostumbrado, además no sé cuándo pueda tomarme mi tiempo para ir de compras y no es algo que pueda dejarle encargado a Usag—Usami-san, si lo mando por el recado seguro comprara una cantidad de cosas inútiles que ni les cuento o exagerara con la cantidad de comida, o volverá lleno de juguetes.

    -Ya veo, según recuerdo Usami-sensei no es muy bueno con las actividades domésticas.

    -Pues no, asique soy yo quien se encarga de mantener el departamento limpio, las compras y de hacer la comida, espero que haya visto que deje el almuerzo listo para que lo metiera al microondas olvide mencionarlo en la nota que le deje esta mañana porque si no lo vio seguramente no debe haber comido en todo el día y a esta hora ya debe estar famélico, además se supone que debería estar rescribiendo su plazo se vende en solo dos días, me dijo que ya estaba terminando pero no le creo nada.

    -¿Te escuchas cuando hablas Takahashi?- Preguntó ahora un divertido Takano. –Suenas como una dedicada esposa.

    -¡Takano-san! ¡No diga esas cosas! Es solo que desde que me mude con él hacer las tareas domésticas es mi forma de pagar la estadía en su casa, ahora que tengo trabajo he intentado pagarle la renta pero él se niega a aceptar mi dinero.

    -Eso no me sorprende, Usami-sensei siempre ha tenido poco interés en su fortuna.

    -Eso no impide que gaste de forma desmedida, siempre le digo que debe guardar algo de dinero para su retiro pero no me escucha en lo absoluto.

    -Repito ¿Te escuchas? ¡Realmente suenas como su esposa! Lo dicho antes ¡Onodera tu podrías aprender mucho de Takahashi!

    -¡Vete al infierno!

    -Esa no es forma de tratar a tu jefe.

    -¡Ya no estamos en el trabajo!

    Ambos hombres voltearon sorprendidos al escuchar el melodioso sonido de la voz de Misaki interrumpiendo su discusión y lo miraron interrogante. –Lo siento, lo siento, es solo que por la forma en la que discuten ustedes parecen muy cercanos y buenos amigos.

    -¿Yo? ¿Amigo de este insufrible? ¡Por supuesto que no!

    -De hecho, si somos muy cercanos, Takahashi, gracias por notarlo.- Aseguró el azabache pasando un brazo por los hombros de su pareja ocasionando que este casi lo empujara con la intención de sacárselo de encima.

    -Aléjese de mí, Takano-san, ya le he dicho que no me agrada que se acerque tanto. Por cierto, Takahashi-kun, realmente te ves muy cargado como para andar caminando solo ¿seguro no quieres que te acompañe?

    -¿Ah? No, ya le dije que no, Onodera-san, no hace falta que se preocupe por mi, estaré bien.

    -Takahashi, deberías aceptar ayuda cuando se te la ofrece, además es tarde para que un mocoso ande solo.

    -No soy un mocoso, Takano-san, no tiene que llamarme de esa forma.

    -Lo que digas mocoso.

    No sabía cómo, pero finalmente se encontraba subiendo por el ascensor del edificio de Usagi acompañado de su jefe y su compañero. ¿Por qué siempre las cosas raras le pasaban a él?

    -Ya que se han tomado el trabajo de acompañarme, me gustaría que se quedaran a cenar como agradecimiento. - Ambos hombres se miraron entre ellos y con una sonrisa cordial asintieron.

    -Veamos si no eres tan inútil en la cocina.

    Frente a la puerta del departamento, coloco la clave para finalmente entrar quitándose los zapatos seguido por sus invitados. -¡Usagi-san! ¡Ya estoy en casa! – Afirmó luego de cruzar el pasillo de entrada y abrir la puerta de entrada a la sala.

    Lo primero que recibió después de eso fueron unos grandes brazos envolviéndolo desde un costado para arrastrarlo al interior de la casa y unos labios cálidos que se plantaban en su cuello.

    -Bienvenido, Misaki.- Aquella profunda voz en su oído hizo que todos los colores treparan por su cara y actuando por puro instinto se quitó de encima al escritor a base de empujones y unos cuantos golpes de su maletín.

    -¡No hagas eso maldito pervertido! ¡Usagi-san! ¡Suéltame! ¡Idiota! – Sus protestas no se hicieron esperar cuando un suave “¡Oh!” le recordó que sus compañeros de trabajo estaban detrás de él y su sonrojo aumento aún más ¡Por amor a todo lo bueno del mundo! ¡Es que las vergüenzas de ese día no iban a terminar jamás! ¡Su jefe y su compañero acababan de ver a Usagi acosándolo de esa forma! ¡Por Dios! ¡Ahora sí, que alguien lo matara! ¡Por piedad!

    -¿Onodera-kun? ¿Qué haces aquí? ¿Y ese quién es?

    Ya libre de los brazos de su casero, se sentía casi incapaz de afrontar las miradas sorprendidas de sus invitados.

    -Usagi-san, digo, Usami-san, ellos son Onodera Ritsu mi compañero de trabajo y Takano Masamune, mi jefe, ellos me acompañaron a casa y se quedarán a cenar.

    -No, ya se van.

    -¡Usagi! ¡Se amable!

    -¡No quiero!

    -¿Siempre tienes que hacer lo que quieres? ¡Compórtate como un adulto!

    -Claro que siempre hago lo que quiero, soy Usami Akihiko.

    ¡AY POR EL AMOR DE DIOS! Si nadie se apiadaba de él y lo mataba, él se encargaría de asesinar a Akihiko, por amor a sus padres que lo haría. Sujetó su cabeza entre sus manos unos segundos ¿Acababa de darle una migraña? ¡Solo tenía veintitrés años! No sabía que iba a matarlo más rápido, si trabajar como editor o vivir con Usami Akihiko.

    -Bueno, no queremos molestar, los dejaremos solos.- Concedió Takano con un tono jocoso, eso era interesante, aparentemente su nuevo subordinado era pareja del afamado autor. Muy interesante, parecía que él y Ritsu no eran los únicos volteados en su sección.

    -No, por favor, ustedes me ayudaron con las cosas, quédense a cenar, no molestan para nada. – Volteó a mirar con enojo al escritor antes de que dijera alguna sandez y por suerte logró silenciarlo a tiempo. –Por favor acomódense en el sillón. – Tras sus palabras se dirigió a la cocina con las compras para finalmente preparar la cena aunque antes, sirvió café para todos acompañado de algunas galletas caseras. –Por favor disfrútenlas. Usagi´-san ¿Sacaste la ropa sucia? Pondré a lavar ropa.

    -Si.

    -¿Pusiste las sabanas limpias que deje en tu cuarto?

    -Si.

    Mientras cuestionaba estas cosas Misaki se movía de un lado a otro poniendo la ropa para lavar y disponiendo todo en la cocina para hacer la cena.

    -¿Almorzaste lo que te deje?

    -Ajam.- Contestó mientras encendía un cigarrillo sentándose junto a Suzuki-san con su mirada clavada en Takano. ¿Asique ese era el jefe que tanto le gustaba a Misaki? No le agradaba para nada, esa sonrisa petulante en su rostro estaba haciendo que perdiera los nervios.

    -¿Necesitas ayuda en la cocina, Takahashi?- Consultó Takano mientras bebía su café, asique su subordinado realmente era toda una ama de casa era divertido ver esa situación tan hogareña desarrollarse frente a él.

    -No, gracias Takano-san, está bien, relájese, es un invitado.

    -Y bueno… es agradable verlo de nuevo Usami-sensei.- Comentó Ritsu intentando aligerar el pesado ambiente.

    -Ciertamente, Onodera-kun, no esperaba que fuera uno de los compañeros de Misaki, me alegra saber que está en buenas manos.- Comentó dando una calada a su cigarrillo y luego un sorbo a su café.

    -Usagi, o fumas o bebes ¡Escoge una!- Se dejó escuchar el regaño desde la cocina, el cual por supuesto fue totalmente ignorado por el escritor y causo una risotada en el morocho.

    -Realmente serías una buena esposa, Takahashi.- La mirada de odio del novelista no se dejó esperar y la protesta del castaño menor tampoco.

    Sin embargo, pesé a lo incómodo del asunto, unos minutos después los tres adultos estaban enfrascados en una fluida conversación sobre diferentes temas de literatura mientras el más joven terminaba de cocinar. Al menos se alegraba de que todo allí se hubiera calmado y que ninguno de sus compañeros hubiera mencionado nada sobre la extraña escena que habían presencia al entrar a la casa, lo que Misaki no sabía es que aún faltaba la peor parte… sobrevivir a la cena.


    Continuara….



    Notas de la autora: OH POR DIOS, al fin termine… quedó muy largo… más de lo que esperaba… quería seguir pero me canse y les prometí que publicaría hoy asique lo dejó hasta acá y los veo mañana…

    Por cierto que manera de reírme mientras escribía esto, espero haberles sacado al menos una sonrisa.

    Pero no esperen que él siguiente capítulo salga mañana, quizás salga a mediados de la semana siguiente… espero que antes que eso… pero no estoy segura ando con algunas complicaciones y trabajo atrasado T.T no tuve mucho tiempo de corregir esto y espero que no tenga muchos errores. ¡Les mando un beso enorme y espero sus comentarios! ¡Por favor… denme mi pan de cada día!

    Me despido por el momento. Que tengan una gran noche :D

    Sioa Uchiha-san .



    Qué alegría poder publicarlo a tiempo, chicas espero que lo disfruten de corazón, creí que me costaría mas esta historia pero esta fluyendo como agua de río... ojala no se corte... mandeme fuerza para que la inspiración no termine :D

    Edited by schöne shun usagi-san - 9/10/2016, 03:35
     
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    Pollito taquero
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    Lamento no poder comentar en el anterior capítulo pero debo decir que ambos me gustaron mucho........ también tengo tarea #OdioLaTarea
     
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  14. Carrie Beff 127
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    Me encanta ❤
     
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  15. GioUsami
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    Ajajja esta muy bueno tu fic. Pobre Misaki que tiene que sufrir todos los caprichos de Usagi.No se preocuoe sensei , mientras mas larga las conty mas se disfruta ...Estaré esperando la conty :=DFSDFSD:
     
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55 replies since 6/10/2016, 16:17   2448 views
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