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BAJO LOS TACONES DE ARIANNE
Hola y bien venido a este nuevo proyecto, yo soy Btalkrajo y en ocasiones se me mete el gusanillo y decido escribir y en ocasiones alguien entra y le da por leer mis ideas, agradezco el tiempo de tu lectura y espero disfrutes de este fan fic en un universo alternativo, lamento mucho si encuentras algunas conductas chocantes, creo que todos tenemos nuestra visión de los personajes y espero que la mía no le falte el respeto a la tuya.
Btalkrajo
Sinopsis
Kirishima Zen un hombre divorciado recientemente decide darle un giro a su vida cansado de estarse compadeciendo de sí mismo. Mientras que Yokozawa Takafumi quien trabaja en un centro de danza sueña con caer en las redes del amor y establecerse con alguien que no sea un encuentro casual… ambos se conocen por azares del destino una tarde y sin saberlo poco a poco se van encontrando a si mismo
Detalles
Principales: Kirishima y Yokozawa Secundarios: Todos lo que pueda involucrar Universo: Alterno Advertencias: Giro Inesperados – Lemon – FanFic
Nota 2: Los personajes pertenecen a Nakamura-sensei, sin embargo solo han sido tomados esencialmente y por ello sus actividades no se desarrollan en el plano específico de la autora. La historia es mía pero tratare de mantener la línea de la personalidad en los personajes.
Bajo Los Tacones de ARIANNE
Se deja caer en el sillón de su sala como hundiéndose en la miseria que le corresponde es un momento como este, no ha planificado su día de esta manera pero al final cuando ha dejado el trabajo no tenía más ganas de hacer nada que revolcarse en esa mierda. Ahora la bicicleta azul de su hija estaba contra la pared y más que un poco de polvo se iba estableciendo sobre ella como lo hacía sobre los muebles de la casa. Kirishima abrió su estante y saco una sopa de microondas sin importarle que el cubo de la basura ya estaba por encima de su límite.
Comiendo su cena de supermercado en su mesa sola en casa volvió a pensar en su despreciable esposa, porque ella era una maldita y esto nadie podría negárselo. Había sucedido hace dos meses cuando llego de casa y ni su esposa ni su hija estaban en casa, el espero mirando un partido en la televisión y comió los restos del almuerzo que estaban en la heladera, todo lo más normal de su día a día, cuando la noche se hizo oscura decidió llamarla e insistió por más de dos horas hasta que su llamada fue atendida. “Dios Sakura tuve miedo de que hubiera pasado algo” un silencio se cómo entre ellos “No lo has leído” afirmo la vos de la mujer que por quince años había sido su mujer “Leer que – dijo confuso – tenías un viaje planeado, no recuerdo que me dijeras nada de eso” “Te he dejado Zen” luego le colgó, pero de ahí en más el solo repetiría en su cabeza ese ensayado y tan asqueroso Te he dejado, y he ahí que ella era una maldita, porque solo un ser miserable hubiera sido capaz de ensayar las palabras que le diría mientras rompía su vida. Zen tiro los restos de su cena al bote repleto de la basura, no estaba listo para tirar los envases desechables vacíos, tenía ganas de que Sakura viera lo que haya sucedido desde que se fue, aún no había vaciado las gavetas que tenían ropa de ella ni los útiles del baño o la cocina.
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Yokozawa Takafumi dio un salto para alcanzar la puerta del metro, tenía su ropa de baile negra un pantalón holgado y una camiseta y unos tenis Nike que acababa de comprar, puso la música en su iPod mientras se movió rumbo a un sitio vacío, tomo el libro de su bolso y lo abrió por la pagina que le correspondía, se odiaba a si mismo por haber dejado que ese libro se hubiera empolvado antes de rescatarlo del estante, pronto llegaría al final y entonces podría avanzar al siguiente tomo, noto que una chica sentada más adelante lo miraba parpadeando y sonriendo, la joven se veía bastante bonita y de seguro podría invitarla a cenar… eso en el remoto y descabellado caso de que quisiera salir con alguna chica, siendo que no regreso a su lectura ignorante estoicamente las miradas de la joven.
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Kirishima Zen abrió nuevamente el ordenador para buscar lo que no se atrevía a mencionar en vos alta, odiaba a su esposa por haberlo abandonado cuando él la necesitaba pero no podía culparla completamente, una vez más internet no le resolvía el problema de la frigidez, pensó en su esposa y luego observo algunos videos, pero no pudo hacer nada con eso, su hombría y su orgullo se sentían cada día mas heridos, antes había podido fingir que si su esposa y el no tenían sexo era por la rutina y el cansancio pero desde que ella decidió (por cuenta propia) que quería otro hijo, la frustración había crecido a límites insospechados la impotencia de Kirishima era dolorosamente humillante.
Pero luego de revisar pornografía siguió tan flácido como antes y se machacó pensando en que era lo que fallaba, que era lo que había cambiado y cuando. Forzó su mente y no pudo menos que reaccionar al hecho de que las pocas ocasiones en las que había llevado a su esposa a la cama estaba ebrio e incluso eso le había reprochado ella cuando al fin pudo verla “¿Crees que eso es un hombre? Alguien que cierra los ojos mientras esta en la cama conmigo por unos minutos hasta terminar… no voy a soportar más tiempo esto – luego de las suplicas y las humillaciones de Zen ella pareció confusa y solo dijo – En serio no lo sabes…”
¿Saber qué? ¿Qué era lo que debía saber? Ah… si, ese asuntillo de mierda sobre que su esposa estaba acostándose con un compañero de trabajo, si Kirishima lo sabía, incluso lo comprendía. Lo que no comprendía era el abandono.
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La chica deja una nota sobre el libro de Yokozawa antes de bajar del metro, él lo observa “Llámame” luego lo arruga y lo tira al suelo.
- Dios porque siempre te pasan esas cosas – Ritsu ríe animado
- No lo sé, voy a ponerme un cartel que diga ¡GAY quiero una cita con un chico, chicas déjenme en PAZ!!
- Me alucinaría verte con un cartel de ese tipo
- ¿Qué es lo que debo hacer?
Yokozawa se dejó caer al suelo con una mano sobre su frente de manera dramática, estaba cansado de las insinuaciones de chicas o los chicos que siempre querían las cosas de modo escondido.
- Moriré virgen – dijo simulando que lloraba
- No eres virgen… quieres que te lo recuerde
- Solo porque me prometió que después yo iría abajo… Soy una princesa… medio macho pero princesa – Yokozawa si había tenido sexo en su vida con chicos en el pasado, pero realmente quería saber cómo era ser la parte que recibía, lo deseaba como una fantasía pero no pasaba y su ex novio había preferido terminar la relación que cumplir con lo que Yokozawa consideraba, era lo mínimo de reciprocidad
- Por suerte para mi yo no tengo ese problema - Ritsu sonreía de oreja a oreja
- Sí, porque todo en ti grita PASIVA… salvo que…ah sí, tu mejor amigo es heterosexual y no tiene ni puta idea de que estás enamorado de el
- Eso no es verdad
- ¿en serio? – dijo en tono cansado
- Si… tu eres mi mejor amigo y eres gay, - Ritsu le da un beso en la mejilla - él es el amor de mi vida, con quien disfrazo mis anhelos… lo que me convierte en hipócrita, pero no es relevante porque mi afecto es honesto y tengo claro que es unilateral…
- ¿Quién dice que somos amigos?
Ritsu le arroja la toalla y sale del salón rumbo a las duchas, Yokozawa continua un minuto más en el suelo sonriendo.
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Kirishima Zen se mete en la cama son las once de la noche, básicamente temprano. Cierra los ojos cansado, decide mientras programa la alarma de su móvil que ya es momento de buscar ayuda…
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Kirishima Zen hizo lo que la psicóloga le pidió durante seis semanas, dibujo, escribió, respondió y no existía ningún tipo de cambio respecto, pero aquel día vino una serie de preguntas sin sentido, aunque nada podría tenerlo, era un hombre treinta años con un trabajo estable, una buena constitución física y un atractivo notable.
- No soy homosexual - dice en tono sereno – tengo impotencia eréctil… ser impotente no me hace gay
- Es cierto, lo que te hace impotente es no desear a una mujer
- Estoy casado, mi esposa es hermosa… ¿quiere ver su foto?
- Porque asumes que él no desear a una mujer te hace homosexual
- Usted lo dijo
- Dije que las mujeres no te atraen sexualmente… podría tratarse un fetiche, podríamos buscar lo que realmente te provoca, pero tu instantáneamente…
- ¡No soy un marica!
- ¿Marica?
Los ojos de la doctora lo atraviesan Irina es extranjera, el principal motivo para hacer consulta con ella pero se ve francamente serena mientras lo mira.
- Solo fue una vez…
- ¿te acostaste con un hombre?
- ¡No! ¡¿Qué le sucede?! – ella espera mientras él toma en sus manos un libro de su mesa, Las aventuras de Robinson Crusoe, las hojas están gastadas – fue cuando estaba en la escuela, yo tenía doce y el trece… me dio un beso…
- ¿en los labios?
- Si… era mi mejor amigo así que me sentí feliz con eso… mi madre nos vio, me prohibió hablar con él otra vez y me metió en las clases de Kendo, futbol, boxeo… cosas de varón…
- Sakura-san ¿lo sabe?
- Nadie lo sabe
- Tú lo sabes, tu eres alguien, alguien muy importante… voy a pedirte algo Zen, quiero que pienses solo en ti, olvida a tu hija, a tu esposa, a tu madre y piensa en ti… tu mereces ser feliz y aunque Kirishima Zen no lo acepte, la verdad es que Kirishima Zen está sufriendo mucho, amas a Sakura como a una gran mujer pero no la deseas, ella no te completa y todos sus intentos te han forzado a hacerte daño y este es tu cuerpo no tienes que dormir con nadie si no lo deseas… no es malo
- Ella solo quería otro hijo
- ¿Qué es lo que tú quieres?
Zen miro a Irina, podía decirle todo a Irina, nadie más que ella lo comprendería.
- Quiero decir no… quiero decirle no a mi madre sobre las clases de futbol, quiero decirle no a Sakura cuando se confesó, quiero decirle no en el altar el día de la boda y quiero decirle que no… que no es… un…
Zen comenzó a llorar, Irina lo dejo llorar.
- No es malo Zen… y tienes que aprenderlo.
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“Uno, dos, tres, cuatro ¡Aaaarriiibaaa!!” dice mitras mueve la cadera frente al espejo esperando que sus alumnos le sigan el ritmo, las chicas lo hacen con mucha gracia pero los chicos lo hacen con más concentración. Yokozawa no cree que la coreografía sea complicada así que no hace caso de los tropiezos de las alumnas nuevas.
- Hari si te quedas atrás no serás capaz de mejorar – dice fuerte sobre la música y siguen bailando con el ritmo
Yokozawa trae la ropa de danza que muy a su pesar lo hace aún más masculino, la camiseta sin mangas pegada a su cuerpo resalta los músculos de sus brazos y el pantalón holgado le da el aspecto de un hombre de gimnasio más que un bailarín.
- Vamos… muevan la cadera
Yokozawa se seca el sudor y toma un trago largo de agua, su clase tiene cuatro chicas y dos chicos, pero ellas siempre tratan de filtrar con él y los chicos de filtrar con ellas. Se siente algo solo en esta situación pero tampoco es tan grave, él podría ir detrás de alguien si quisiera pero eso siempre terminaría convirtiéndolo obligatoriamente en el activo así que se quita la camiseta húmeda sin prestar atención a sus estudiantes que lo observan. Es lo más ilógico, él y Ritsu se llevan de maravilla porque son iguales pero Ritsu tiene esos rasgos suaves que lo hacen parecer adorable mientras el termina siendo intimidante.
- Hola... – dice cuando descubre al sujeto mirando la pizarra de las clases, el hombre tiene un aspecto frio y una mirada severa – Mi nombre es Yokozawa… ¿busca a alguien?
- No, no en realidad, solo que el asesor se averió y note al bajar las gradas que hay un centro de danza aquí
- Oh… si, bueno, la verdad no es como si fuéramos una escuela de danza, más bien somos un lugar para bailar…
Kirishima miro la pared ARIANE estaba escrito en letras curvas.
Kirishima observa uno de los salones, hay un grupo de chicas haciendo lo que él cree debe ser Yoga con y otro salón donde las chicas bailan osadamente…
- Tú… ¿Qué enseñas?
- Cumbia
- Cambia
- No… cumbia, enseño ritmos latinos, en eso nos especializamos es muy bueno para des estresarse y desconectar del mundo laboral
- ¿bailas todo el día?
- En intervalos de tiempo porque solo tenemos dos salones… - Yokozawa sonríe mirando esos ojos marrones tan intrigantes
- Kirishima Zen – el hombre le tiende la mano para saludarlo - ¿cree que yo pueda tomar clases?
- Claro que sí, la idea es divertirse
- Eso es lo que más necesito…
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Luego de explicarle a la dependienta que hacía mucho no usaba ropa de deporte y que se había inscrito en una clase de danza de la cual ella parecía sumamente interesada y le hacía preguntas de todo tipo que él no sabía responde, al fin Kirishima se hizo de lo necesario para las clases que tomaría tres días a la semana en ARIANE, compro unas zapatillas tenis para interiores y camisetas y dos pantalones deportivos. ARIANE estaba a escasas calles de su trabajo, justamente en el edificio de su psicóloga, la que lo había hecho replantearse su sexualidad… pero contrario a su deseo, ella no tenía una cura mágica que hiciera que a él le gustaran las chicas. “Quieres que muestre algunas pesas” había dicho el dependiente varón de la tienda, tal vez porque había considerado insulsa la plática de su colega sobre el baile. Era un chico atractivo y Zen lo miro con detalle, siempre había mirado a los chicos de ese modo, no lo veía como algo malo pero ahora se preguntaba si los otros hombres notarían o no si un chico era guapo o si lo calificarían como tal. “No gracias, esto es todo lo que necesito” pago y salió de ahí. Llego a casa para abrir el ordenador y buscar algo que no había buscado antes. Nuvid.com/sexo-gay.
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- Otro día en el paraíso, como están amores – Kisa sonreía mientras se metía en la sala sonriendo a sus estudiantes
- Yokozawa era el encargado de la música pero no la trajo – aviso un chico mirando a Kisa consternado - ¿Qué vamos a hacer?
- Ocho… sin la música no podemos hacer la coreografía, pero aún podemos… - Kisa sonríe amable - planificar el vestuario
Yokozawa mira avergonzado al grupo, había olvidado la música y ahora no tenían como ensayar. Se sentía tonto por estar pendiente del teléfono, pero al parecer solo le había parecido a él ya que aquel hombre Yasuda Gou no le llamaba.
- Bueno... podríamos ensayar sin música para practicar los tiempos
Y al fin todos vuelven a sonreír, Yokozawa se pone a la derecha y espera la señal de Kisa. Yokozawa hace una mueca dándose ánimos a sí mismo para seguir adelante, no puede ser tan malditamente masculino como para no encontrar un chico activo que se fije en el... y es que... mientras salta sobre sus pies Yokozawa desea ser por una vez quien recibe las flores o quien es sujetado en un beso pasional e inesperado. “Despierta Tonto” sonríe y regresa a concentrarse en Kisa y el tiempo, no les queda mucho para poder hacer el show que quieren y aun no dominan la principal atracción de su baile.
Bajo los tacones de Ariane
Zen dejo su mochila en un locker cercano a la puerta, y se quitó la sudadera, aunque en su juventud había hecho ejercicio y se mantenía firme, su piel no tenía el bronceado de los otros ni la definición marcada en los brazos, pero no se fijó en eso, se fijó en Onodera Ritsu que bebía agua en ese momento… Kirishima no tenía intenciones reales de formar una pareja con absolutamente nadie, solo el deseo de poder estar convencido de que, en efecto, era gay. Antes no lo había pensado o no había querido pensarlo, se había cerrado en sí mismo para no hablar del tema negándose no solo el obtener placer con su cuerpo sino además el sentirse libre. Mientras más lo pensaba más caía en que todo se había derrumbado cuando comenzó a editar a Ijuuin, aunque habían sido amigos en la infancia y mantenían un trato muy familiar actualmente Ijuuin era gay y si no lo gritaba a los cuatro vientos, tampoco tenía intenciones de esconderlo. “Le has estado envidiando sin saberlo” pensó en eso por horas, días prácticamente y más caía en que le gustaría ser más como Ijuuin… libre.
Se puso en la fila con los otros y pensó en eso, no era del todo cierto, amaba a Hiyori y era muy feliz de saberla su hija porque eso nadie podía arrebatárselo y aunque ahora Sakura se negara a dejarlo estar con su hija el confiaba en que pronto podría hacerlo, esperaba poder encontrarse con su esposa sin tener aquellos arranques tan desagradables… se estiro junto con los otros estirando los brazos y piernas, no buscaba un romance, solo quería encontrarse a sí mismo, a quien era.
- Kirishima ven conmigo – Onodera lo llevo a un lado para que ensayaran, aunque le daba vergüenza en realidad no había logrado hacer ninguno de los movimientos correctamente – No… izquierda, izquierda alto derecha, derecha aplauso… - - Eso hice - - Es que no te mueves… los pies son lo importante y tú los mantienes firmes en el suelo, eso está bien para el kendo, pero esto es más rítmico - - Oh… - Aprender a bailar resultaba mucho, mucho, mucho más complicado de lo que hubiera querido que fuera, si movía las manos olvidaba mover los pies y viceversa, además de que los movimientos de cadera lo avergonzaban, lo que era ridículo ya que todos a su alrededor hacían lo mismo.
- Otra vez… no te rindas - :
Recogiendo a Sora del sillón Yokozawa se dirigió a su recamara, le habían dicho una y mil veces que no durmiera con el gato, pero Sora no podía ser disminuido a un felino común, tenía artes mágicas que siempre lo hacían sentir mejor y por ello no hacía caso de nadie y dormía con su felino, a veces Sora decidía subirse a su cabeza, a veces se ponía sobre su pecho – entonces tenía pesadilla – pero casi siempre dormía a su costado izquierdo.
Se tumbó con el gato sobre él y comenzó a leer los mensajes en el móvil, por las reuniones con sus padres no había podido dar sus clases de baile y Onodera lo había suplido a cambio de un sábado, Yokozawa no tenía inconveniente, al fin y al cavo llevaba muchos sábados metido en casa, al menos salir le haría bien. Puso la alarma y comenzó a acariciar a Sora.
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- Lo haces muy mal – Onodera reía mostrando sus pequeños y blancos dientes – creo que voy a rendirme contigo… olvídate de bailar - Kirishima se reía por el tono trágico con el que su maestro se quejaba, mientras reía ampliamente, tenía unos ojos verdes esmeralda que se le marcaban más cuando reía, y por si eso no fuera suficiente su piel parecía de nívea, el reclamo se hacía tierno en los labios de ese chico de ojos brillantes.
- Es fácil para ti, llevas años bailando yo no - - No creo que fuera tan malo ni al… co…mienzo - Kirishima se gira instantáneamente a ver lo que el chico veía y eran una pareja, la pareja no tenía nada salvo que el varón era Takano Masamune quien era uno de los editores de su trabajo. Ellos dos no eran realmente amigos, aunque habían salido a beber de vez en cuando. Kirishima sonrió cuando el azabache lo reconoció con una cauta sonrisa, no le hacía ninguna ilusión que se rumoreara sobre él y no podía confiar plenamente en Takano quien siempre divulgaba cuando salía con una mujer por los pasillos de la oficina.
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- Solo los ancianos duermen tan temprano – decía la voz al otro lado de la línea y Yokozawa sonrió - - Bueno… mañana tengo que salir a correr temprano - - ¿correr? No es suficiente con todo lo que bailas… porque si necesitas quemar calorías yo creo saber cómo ayudarte - - Iokawa… hablamos de eso - - Lo se… es solo que… - Yokozawa sintió un nudo en el pecho, aun recordaba el agrio dolor de haber sido dejado, Iokawa lo había lastimado y sabía que se hería al fingir que podían ser amigos, había aceptado con la ilusión de que el hombre lamentara sus palabras y pudieran recuperar su relación, pero no… Iokawa parecía llamarlo ahora solo para una cosa en específico y si bien Yokozawa lo había permitido no era lo que quería, Kisa y Ritsu creían que él tenía la surten por el mango, pero poder hacerle el amor a Iokawa carecía de todo valor si Iokawa no le amaba.
- ¿Estás en la puerta? - - Si - - Te abro ahora… - Se miró en el espejo, era su culpa por ser alto y fuerte, si fuera solo un poco más como Ritsu o Shouta no tendría este problema… no podía negarse a sí mismo que disfrutaba el sexo, pero hacerlo de ese modo parecía estarle mermando algo que tenía dentro, algo personal.
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Después de unos días Yokozawa dejo de mirar el móvil, era claro que aquel sujeto no le llamaría e Iokawa solo lo haría en cuestiones necesarias, dejo caer su maletín mientras las chicas recogían sus maletines y le movían las pestañas de ese modo tan bonito que tenían, Hari se había tomado la molestia de maquillarse solo para verse guapa al despedirse de él, era bonita, pero sin duda se veía más bonita con la máscara de pestañas y el labial.
- Oniichan llegaste tarde - - Si, tuve un lio por ahí - - Ensayaran hoy el numero para el teatro - - Si ¿quieren quedarse? - - Si… pero… - - Oh es verdad tienes las clases de la universidad – Hari sonrió algo avergonzada – no te retrases, eso sí, no olvides que las queremos ver ahí ese día… espero se sorprendan - - Claro que si Oniichan - Oniichan, aquel apodo parecía haberse extendido a todos, pero solo las chicas parecían felices de utilizarlo. Solo levanto levemente las cejas cuando encontró a Onodera riendo la mar de contento con el nuevo... Irashima o algo así, no estaba en su clase así que no le conocía de nada más que la vez en que le dio el formulario para su inscripción, ahora parecía un miembro activo en las clases de Ritsu y con todos los asuntos de sus padres no había podido sentarse a charlar con sus amigos. Entro sereno y Onodera termino de inmediato su plática con el castaño guapo y se fue directo a él.
- Tengo que contarte algo espantoso, es más que horroroso… no se ni como hablar de esto - - ¿Qué paso? - - No lo vas a creer - :
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Kirishima Zen noto como los ojos de Onodera dieron un brinco de emoción y se fueron directamente al Azulado, un tipo de aspecto rudo y mirada severa, las chicas siempre parpadeaban innecesariamente frente a él, aunque no tenía un solo atractivo o era que a Kirishima no se lo parecía, le parecía un sujeto común, nada que ver con la figura estilizada de Onodera o los rasgos de porcelana que tenía Kisa, ellos eran verdaderamente agradables.
Se acomodó en su línea para seguir los pasos que Kisa ya ignorando a Onodera, seguro el chico - en caso de tener alguna inclinación homosexual – estaría colado por el Azulado.
- En uno en dos en tres, vamos manos y pies al mismo tiempo - : :
Un estruendo sonó de golpe y Kirishima salto entre los bailarines abriendo la puerta y encontrando a Arizawa en el suelo, la silla plástica estaba rota, Kirishima no tuvo que pensarlo mucho, era claro que había cedido al peso del hombre, es más, le pareció ridículo que un hombre de ese tamaño se hubiera subido a una débil silla de plástico.
Onodera reía a carcajadas mientras el sujeto se levantaba torpemente, tal vez le había dolido más de lo que admitía, entonces Kirishima le paso el cuerpo por debajo del brazo y sujetándolo por la cintura lo ayudo a caminar los siete pasos que separaban a Arizawa (porque ese era el nombre que Kirishima creía) con el sillón cómodo de la entrada. En un parpadeo vio unos ojos azules cobalto oscuro que lo atraparon y lo hicieron mirar una piel más que tersa que estaba solo manchada por una arruga en el entrecejo. La sensación inquietante no le gusto para nada.
- Gracias – sentados aparto su cuerpo del cuerpo de Kirishima - - De nada…hum – como no estaba seguro de su nombre, no se animó a ponerse en evidencia, sin embargo, el otro pareció notarlo - - Yokozawa Takafumi, enseño aquí - - Kirishima Zen, aprendo aquí - Ambos soltaron una carcajada serena, Kirishima pensó que aquel nombre le iba de maravilla al sujeto, era un nombre fuerte, entrecerró los ojos pensando si acaso Yokozawa podría ayudarlo en su nuevo y además desconocido interés por Onodera o seria que el sujeto también estuviera interesado en el chico. De hecho, la única razón para ayudar a Yokozawa había sido la de ganar el favor de Ritsu. Los ojos verdes del joven sonreían amables ante la caballerosidad de Kirishima.
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En un arranque de celos Yokozawa se marchó a la oficina de admisiones y aunque no era el día que le correspondía comenzó a cargar la información del mes sobre los cursos, tenían no más de 80 alumnos distribuidos en los diferentes horarios, ni que decir del costo que comenzaba a generar el no tener más alumnado. Pero no era eso en realidad, era la manera en que el sujeto ese había mirado a Onodera, aunque era su amigo entre ellos existía una rivalidad de siempre que nunca había pasado a mayores, primero porque no era culpa de Ritsu si cualquiera se fijaba en él y segundo porque Yokozawa la verdad no estaba del todo interesado en nadie. Una vez armado el portafolios Yokozawa lo coloco en el estante. Kisa que como de costumbre tenía una cita paso volando rumbo a las duchas luego de su clase y Ritsu se marchó a ver a Takano… y ahí estaba el punto débil de Yokozawa, en algún momento ambos habían estado devotamente enamorados de su amigo, pero a diferencia de Yokozawa el ojiverde no había logrado minimizar ese amor.
- Yokozawa… ¿seguirás? – Kisa sonreía con la bolsa en la mano - - Si, voy a mandar unos correos – se fijó en Kisa que parecía especialmente feliz - ¿con quién saldrás? - - ¡Secreto, secreto! - - Huh tu siempre alardeas sobre las personas cuando sales - - Si. Pero este me gusta mucho así que lo mejor es no decir nada… Chao Caro Mío… - y lanzando un beso desapareció de la oficina. - Su estudio de danza era pequeño, solo tenían dos salones para las clases, aunque en ambos salones las paredes tenían espejos que servían para que los chicos siguieran los maestros y para que ellos ensayaran su coordinación. Después estaba la oficina de inscripciones un lugar mediano a chico que tenía los registros de los alumnos y la computadora de trabajo y al fondo las duchas y vestidores, que eran del tamaño de un solo salón y además estaban divididas entre varones y chicas. Cuando decidieron montarlo no habían creído que ganarían tan poco dinero, pero tampoco habían creído que sería tan divertido hacerlo.
- Yokozawa-san - Por un segundo no reconoció al sujeto, vestía unos janes y un jersey negros bajo una americana café. El tipo era un sueño. Tenía esos ojos almendrados y marrones que parecían saber todo de ti en una mirada y una boca que por extraño que fuerza sobre un cuerpo tan amplio era delicada, su cuerpo estaba bien balanceado y su voz… Yokozawa sacudió su pensamiento, no era la primera y no sería la última vez que alguien inaccesible le gustaba.
- Kirishima… hoy no hay clases nocturnas ¿lo sabe? - - Sssi – el tipo sonreía de lado – bueno en realidad buscaba a Ritsu ¿lo ha visto? - - Ah… eh.. bueno si, él ya se retiró – Yokozawa noto la decepción en el rostro del hombre que se palmeo el bolsillo automáticamente. - ¿Lo necesitaba para algo? - - No, bueno no exactamente… - el sujeto parecía estar meditando cuando las dos alumnas que Yokozawa esperaba se asomaron - - Oniichan – dijo una – ya terminamos así que nos retiramos… Buen trabajo hoy - - Buen trabajo, con cuidado y directo a casa - - ¡Si! - Yokozawa sentía un afecto amplio por sus estudiantes, tanto las chicas como los chicos se tomaban en baile con seriedad y se respetan mucho entre ellos, aunque los chicos siempre trataban de ligar con ellas, no eran cansinos o molestos y por eso Yokozawa les tenía más afecto. Apago el ordenador y se puso de pie con las llaves en la mano saliendo, Kirishima miro el cartel. “Concurso de danza Freedoom”
- Kirishima-san lo lamento, pero voy a cerrar - - Oh claro – Kirishima pareció pensante y luego abrió la boca una vez más - ¿Yokozawa-san tienes planes para ahora? - - ¿Planes? - - Si. Vera, pensaba invitar a Ritsu al cine cuando este terminara su clase, pero me retrase… - - Podrá invitarlo otro día - - Si… bueno ya compré los tickets - - Ah jajaja eso es ser muy confiado… ¿Qué haría si él le dice que no? - - No creo que me dijera que no – aquella autosuficiencia le pareció chocante y Yokozawa estuvo a un segundo de decirle que no, pero la verdad no tenía nada que hacer e ir al cine gratis era una opción adecuada. - ¿vendría al cine conmigo? - - Solo si no hace preguntas extrañas. – aviso – si quiere saber algo de Ritchan pregúntele usted mismo - - Acepto… ¿cosas sobre usted si puedo preguntar? - Yokozawa cerro el piso y se despidió del portero, como no era su día de clases iba con jeans y una sudadera su camiseta blanca era de su talle adecuado con lo que no era ni ajustada ni holgada, choco con Kirishima cuando este se viro y se detuvo de golpe delante de él, estaban a menos de cinco centímetros y el atractivo sujeto lo miraba fijamente, Yokozawa se sintió nervioso.
- Sip son azules… - - ¿Qué cosa? - - Tus ojos, no estaba seguro de si eran azules o negros, pero son azules… nunca había visto unos ojos azules tan oscuros - - Perdóname por eso - - Son muy… - - Oscuros - - Llamativos, estuve pensando en tus ojos toda la mañana - - No te hablare de Ritchan - - Oh vamos… no te hago un cumplido porque quiera saber algo de tu amigo, lo digo en serio tus ojos son muy llamativos y además… ¡Genial va a llover! - “Además qué” quería saber Yokozawa, pero mirando de nuevo Kirishima era demasiado guapo y obviamente le iban los del tipo de Ritsu… cuando entraron al ascensor para llegar a las salas de cine, Yokozawa noto que tenían básicamente la misma constitución física. Ambos eran altos de hombros firmes y manos grandes, había chicos que saltaban sobre Yokozawa, pero ahí estaba el asunto, ser gay no implicaba que cualquiera le gustara, a Yokozawa le gustaban los tipos como Kirishima y esos tipos nunca se fijaban en él. Por absurdo que fuera en un mundo de hombres, Yokozawa era muy masculino para los demás.
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Bajo los tacones de Ariane
La película fue más entretenida de lo que habían imaginado y al salir Kirishima Zen decidió que podría tratar de hacerse amigo de Yokozawa, creyó que el sujeto podría comprenderlo de algún modo... ¿Qué modo? Pensó de manera simple, pero en realidad daba los mismo, sus antiguos amigos habían desaparecido junto con ella... ella... ella odiaba el cine lleno de gente desconocida y Kirishima no diría que lo amaba, pero hacia mucho que no veía una película en un cine, dejo su soda sobre la mesa sin ver nada en realidad, le hubiera gustado que Ritsu estuviera ahí, siempre que estaba con él era como olvidarse de ella.
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Yokozawa comía en silencio, pese a que estaban sentados cara a cara en la mesa ninguno de los dos hablaba, no tenían nada de qué hablar en realidad, Yokozawa realmente no diría nada de su amigo... pero por otro lado Kirishima no era su amigo y le iría a contar en cuanto estuviera libre a Ritsu que el sujeto estaba interesado en él. Aun si Kirishima le gustaba no tenía sentido esperar algo así que estaba a favor de que Ritsu tuviera su oportunidad de ser feliz, quien supiera si acaso no se enamoraran... aunque le hubiera gustado que Kirishima mencionara otra vez lo de sus ojos...
- ¿Por qué te sonrojas?
Kirishima al fin lo miraba, justo en el momento en que su cara ardía, ahora ardía realmente, estaba avergonzado por haber sido descubierto.
- Lo siento... piensa en lo que pensabas no debí mencionarlo
Kirishima desvió los ojos, y Yokozawa apago la vergüenza. O más bien la indiferencia de Kirishima la apago
La gente transitaba entre risas y conversaciones, todos ellos ignorando completamente a los dos sujetos sentados con fideos fríos y coca cola, salvo unos ojos café que brillaban de una manera desesperada, Yokozawa noto que esos ojos miraban a Kirishima, le pareció gracioso pero una mano jalo a la niña, la mano parecía apurada en alejarse del patio de comidas, Yokozawa soltó un “las conoces” Kirishima se giró y su sorpresa inicial mostro un dolor agónico, la niña no decía ni una palabra mientras era llevada de ahí por la mano que tiraba de ella, una cabellera casi rubia caía a la cintura fina de la mujer que con vaqueros y una camisa blanca alejo a la niña de sus ojos.
- Hiyo...
Aquel dolor se incrusto en la piel de Yokozawa, odiaba esa parte de sí mismo donde el dolor ajeno se amplificaba en él, ahora le dolían los dos, el hombre que pronunciaba destrozado esas palabras y la niña que había tenido que irse en silencio.
- Perdona... es solo que llevo tres meses sin verla...
- ¿Quién era?
- Mi exesposa Sakura... – pero Yokozawa no se refería a la mujer, el casi nunca distinguía a las mujeres, salvo por sus amigas las mujeres en general eran siluetas sin rostro, pero a la niña si la había visto... aquellos ojos marrones que destilaban amor por ese hombre, solo había una manera de explicarlo...
- ¿era tu hija?
- Si... no tengo permitido verla hasta que... – Kirishima no quería hablar de su vida realmente, no con un extraño al menos, pero Sakura parecía haberse llevado a todos sus amigos junto con ella, sus amigos estaban casados en su mayoría y habían sido llevados por el lado oscuro, Sakura... volvió a mirar el rostro severo que perfilaba con unos ojos muy oscuros esperando – ataque a mi exesposa, no en realidad, pero sí...
- La golpeaste o...
- trate de secuestrarla, ella me había abandonado y pensé que si nos alejábamos de todo podríamos resolverlo, ella pensó que yo quería asesinarla y un colega de su trabajo - no menciono que ese era el amante de su esposa - que pensó lo mismo llamo a la policía, me arrestaron pero explique que no pensaba matar a mi esposa... me pusieron citas con una psicóloga criminal y hasta que ella no determine que soy apto... no puedo ver a mi hija – las últimas palabras venían cargadas de un peso crudo que Yokozawa lamento realmente
- creo que eso no es justo, tu hija no tiene nada que ver con un arranque de ira... o de amor como sea que lo veas
- los hijos siempre están en medio Yokozawa... aunque uno no quiera son el arma perfecta para herir al otro, Sakura tiene a mi hija y me hace mucho daño que me prohíba verla... si yo fuera un demente y quisiera lastimar a mi esposa...
- no harías daño a tu hija, lo veo en tus ojos... – Yokozawa no era un perfecto lector de almas, pero la expresión agónica de Kirishima no era fingida y le motivaba a creer que no sería capaz de herir a su propia hija con el fin de lastimar a la madre esta... aunque si la madre tenía miedo de él, tendría que haber un motivo y eso hizo que Yokozawa no dijera mas
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Yokozawa Takafumi desechó la idea de que Kirishima Zen estuviese interesado románticamente en Onodera, lo más seguro seria en todo caso que el sujeto se encontrara agradecido con la amabilidad de Ritsu, Yokozawa sabía que Ritsu tenía ese carácter que hacía a uno sentirse cómodo con él, era muy directo, pero con esos adorables ojos verdes uno casi nunca se ofendía con su franqueza, venía a ser una más de las cosas que le envidiaba a la gente bonita, a él los mismos actos no le hacían ver bien. Entonces junto con esos pensamientos desechó la idea de un Kirishima ínfimamente interesado en él, al parecer el hombre solo estaba atravesando un divorcio complicado, las clases de baile lo sacaban del tedio de la soledad y lo divertían mientras caían justo con sus citas con una psicóloga que había buscado el por su propia cuenta para que le ayudase.
Romper un noviazgo era muchas veces endemoniadamente doloroso, pero un matrimonio era algo fuera de la imaginación de Yokozawa, además Kirishima había afirmado que aún tenía esperanzas de volver con ella, “Que ingenuo... las mujeres no abandonan su hogar, si lo hacen, no regresan nunca” no lo había dicho, pero era lo que él sabía por experiencia.
- Hola
- Hola – respondió, era una chica menor de ojos avellana y rostro en forma de corazón, le sonaba haberla visto por algún lugar, pero no recordaba donde
- Hace tiempo que no le veía... creía que se había mudado
- No.… solo ocupado
- Yo estaba por irme, pero puedo ayudarle... ¿busca algo en específico?
Yokozawa no sabía quién pudiera ser la chica ahí delante suyo, iba más o menos con regularidad a Marimo Books porque tenían un café delicioso y podías leer mientras consumiera en el local. “Ya estaba por irme” repitió una vocecilla en su cabeza.
- ¿trabajas aquí?
- Eh... si... desde hace dos años...
- Te has... - Yokozawa comenzó a sentirse muy incomodo
- Ah... sí, me he cortado el cabello, antes no llevaba flequillo, no me reconociste por eso... soy Matsumoto
- ¡Claro!... te cambia mucho
No sabía que más decir aparte de aquello.
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Onodera Ritsu escuchaba con atención el chismorreo de la tarde, parecían más que entretenidos sacando sus conclusiones sobre lo acontecido con Yokozawa y Kirishima, aunque Ritsu estaba sorprendido de pensar que Kirishima hubiera buscado a Yokozawa, había creído que el hombre le hacía algunas indirectas, tal vez solo era un coqueto o quizá él había mal interpreto las señales, no estaba molesto de ninguna manera, Yokozawa era su persona favorita y si conseguía alejarse del plasta de Iokawa mejor que mejor.
Iokawa era un hombre agradable pero demasiado conflictivo, se habían peleado en una ocasión porque el sujeto tenía unos celos enfermos en su contra y Ritsu que sabía muy bien que Iokawa había roto con Yokozawa, seguía preguntándose dos cosas, una, ¿Por qué Iokawa buscaba a Yokozawa solo para tener sexo? Y dos, ¿Por qué merodeaba el estudio de baile sin atreverse a entrar? Ambas preguntas lo molestaban, se había sorprendido de que terminara con Yokozawa, pero no le sorprendía verlo espiando, solo lo molestaba.
- ¿Quién crees que haya invitado al otro? – Kisa meditaba con seriedad
- Supongo que Kirishima, Numfy no me ha mencionado nada sobre algún interés sobre el sujeto
- Bueno si vio los ensayos del show que haremos en el teatro, seguro se volvió loco por Numfy – Kisa y Onodera llamaban Numfy a Yokozawa de cariño, el apodo había nacido sin intención en una fiesta hace años y tanto ese como el Oniichan estaban vigentes, Yokozawa intimidaba mucho más de lo que era peligroso en realidad. Onodera salto al ver a Ann entrar en la pequeña oficina que tenían, aunque Ann y el habían sido amigos desde niños cada día estaban más distanciados, Onodera tenía un motivo... Ann era la novia de Takano Masamune un editor de manga de quien él llevaba enamorado durante años, camino a saludarla, aunque eso era todo lo que hacían sonreírse, decirse hola y luego quedar, pero no verse nunca.
- Bueno - decía Ann en vos calmada – puedo conseguir una tela mejor pero no sé si... hola
- Hola
- Te llamare después Nunfy, para mandarte las muestras
- ¿Cambiaran la tela? - Onodera estaba algo molesto con eso, Yokozawa terminaba siendo siempre demasiado quisquilloso con la indumentaria que usaban, pero no contaban con el tiempo para hacer los trajes otra vez
- Solo la chaqueta de Numfy, ayer ensayamos con el vestuario y se rasgó en la espalda, ¿Cómo te fue a ti con la cita? Valió perderte el ensayo
- Fue divertido, pero no más de usual
- Genial, espero que me cuentes todo... mira me llevo la carpeta del diseño veré a Numfy mas tarde y se la entregare... te veo después quiero detalles
- Claro que si Ann... saluda a Takano
- Si le diré que le mandaste saludos
¿Por qué ahora era así?
Yokozawa decía que todos los sentimientos tenían un final, Onodera rezaba para despertarse y no odiar a Ann como la odiaba... no era correcto, pero ella tenía todo lo que el soñaba...
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Kirishima Zen entro y espero como siempre a que ella le dijese donde sentarse, Pero ella no dijo nada, solo sirvió un vaso de agua y se lo entrego con la misma solemnidad con la que le entregase la llave que encerrara todo lo malo que le sucedía, Irina no se parecía en nada a la trabajadora social que tenía que ver dos veces al mes para probar que no asesinaría a su esposa. Irina era una profesional, su traje lo decía, el collar de perlas de fantasía y los aros finos la respaldaban, tenía el cabello corto y lizo que la hacía ver más joven de lo que era y Kirishima la respetaba, algo en ella lo influía a respetarla lo suficiente para confiar en ella y contarle todo lo que sentía, vivía o había vivido.
- Ella se la llevo, como si yo no mereciera estar frente a mi hija... es mía
- Entonces porque sufres... es tuya, te ama y tú la más y volverán a reunirse y podrás explicarle todo
- Porque la echo de menos... siempre la extraño, su risa y su voz, sus estornudos o la manera en que hace las grullas de papel...porque sin ella no estoy completo
- Se lo que pedirás y mi respuesta es no, no eres apto para estar en presencia de tu ex esposa o de tu hija, no aun Kirishima, puedes enfadarte, pero la realidad es que no abogare a tu favor en este caso.
Se dio vuelta y salió. No quería hablar de nada más.
El pasado era eso y nada ni nadie podía cambiarlo, pero él estaba en otro punto, su futuro se veía como una neblina densa que lo enjaulaba a la más asquerosa perspectiva. Quería estar libre de esa sanción agónica, entro en su casa, y abrió la gaveta, saco los guates de goma y las bolsas de basura, si no podía volver a la vida que algún día tuvo, decidió que no quedaría ni un rastro de que alguna vez la había tenido, abrió el armario y tomo la ropa que quedaba de Sakura arrancándola se la llevó hasta una bolsa grande y a fue metiendo, cuando ella se marchó el casi no lo creía, nadie se iba dejando tanto de si atrás, saco todo mientras lloraba, a solas, donde nadie tendía un pañuelo, donde nadie comprendía que se arrancaba la piel en cada prenda, la amaba, Sakura había sido su compañera y su amante y de todos había confiado en que ella lo aceptaba tal como era y no había nada de todos los sueños que por años fue construyendo, todo lo que ellos habían vivido ahora no existía y solo era una mirada fría y una carta… su miseria nunca seria vista, el dolor de estar tan solo como él lo estaba en ese momento, no había nada… cuando cerro la última bolsa su habitación estaba vacía, su cocina carecía del toque de hogar y su sala estaba a media y en su librero no quedaba ni uno solo de los libros que ya leía, solo la habitación cerrada continuaba siendo un muero de hielo… si Hiyori algún día volvía, no volvería a nada que Sakura hubiera comprado para ella, no había entrado ahí jamás abrió la puerta y al mover la almohada una hoja de papel resbalo al suelo, la letra de Hiyo saltaba a la vista en escuetas líneas escritas con rapidez, ña estrujo con fuerza mientras maldecía no haber estado ahí, Sakura tenía el derecho de dejarlo, de no amarlo, de negarle la verdad pero no tenía el derecho de llevarse, de esconderla, de negársela… menos si Hiyo no quería, volvió a leer las líneas. “Te amo papá, tráeme pronto a casa. Hiyo”
Bajo los tacones de Ariane
- Meneo, meno, paso, paso
Y la música suena mientras Kirishima Zen tropieza con sus propios pies, el sin sentido de querer aprender a bailar. Onodera Ritsu lleva la clase y las chicas hacen un trabajo perfecto en seguirlo, pero para Zen el “meneo, meneo” es insoportable, no se atreve ni a intentarlo porque no le parece lógico ni cómodo que un hombre de su talla menee la cadera de esa manera.
Pero su atención se perdía cuando Onodera lo hacía.
- ¡Oniichan!
Tres chicas saltaron y arremolinaron a Yokozawa que acababa de llegar, tras la ventana del curso se le veía con su ropa negra de gimnasio y los tenis Nike que usaba. Veía a las jóvenes sonreírle descaradamente al instructor y a este devolver todas las sonrisas, Kirishima notaba como caían los ojos en Yokozawa, era fácil saber el motivo, tenía un físico envidiable con las abdominales marcadas y la piel bronceada bajo una mata de pelo oscuro con reflejos azules que delataban un origen chino entre sus ancestros, más que eso tenía los ojos tan oscuros que pasarían por negros, pero luego de haber cenado Kirishima comprendía la fascinación con los ojos azules cobalto de Yokozawa, eran tan rarísimos como los violetas de los cuales solo había visto un par.
- Siempre hace lo mismo, te sonríe, te coquetea y al final te ignora – la vos era de Airi una de las chicas de la clase que parecía molesta en ese momento – a Yokozawa solo le interesa Ann Kohinata, veras que cuando ella viene el deja lo que esté haciendo por estar con ella y eso que ella tiene novio.
Era palpable el resentimiento en esas palabras, Yokozawa no era alguien que rechazara una invitación, pero tampoco fomentaba fantasías y solía ser gentil pero claro con las chicas que se interesaban, de hecho, eran sus estudiantes y sería absurdo comenzar ninguna relación con alguna de ellas… Kirishima automáticamente cayo en cuenta de que sucedería lo mismo si el intentaba acercarse a Onodera, ya que se encontraban en la misma situación de relación.
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- Claro que sí, podemos ir el sábado
Yokozawa se preguntaba internamente porque seguían invitándolo a salir. Encontró sin querer la mirada de Airi desde dentro del salón de clases, aquella joven había sido un verdadero dolor de cabeza, su insistencia había durado más o menos cuatro meses y en esos cuatro meses Yokozawa había llegado a plantearse el explicarle a detalle que él, era igual que Ritsu y Shouta, tal vez así ella comprendería que enviarle mensajes cada hora había terminado por resultarle molesto a él.
Detrás de los ojos de Airi estaban los de Kirishima Zen, un más que agradable estudiante que coincidentemente trabajaba en la misma editorial que Takano Masamune, pero los ojos de Zen no lo veían a él, o no le veían lo suficiente, Yokozawa odiaba eso, aunque no podía quejarse. Había un ramo de flores en la mesa de su pequeña oficina y no tuvo ni que alzar la nota para saber que iba dirigido a Kisa Shouta, los chicos como Ritsu o Shouta siempre recibían flores o tenían novios que los abrazaban y mimaban, era cierto que Ritsu y Shouta tenían buenos sentimientos y eran bastante agradables, pero no por ello los celos en Yokozawa disminuían.
- Hola…
Al oír la voz se despertó de su ensañamiento y encontró a Zen de pie mirándole.
- Buenos días Kirishima, ¿Cómo se encuentra?
- Bien, todo bien gracias – el sujeto era un tanto más atractivo de lo usual, Yokozawa está rodeado de hombres atractivos, pero Kirishima le gustaba así que se le hacía mucho más guapo, en ese momento con un poco de agitación se veía aún más atractivo - Solo que no has venido y quería saludarte
- Sí, me llamaron para dar una clase en el centro de Ballet, fue solo como apoyo, pero me gustó mucho participar de ellas.
- Vaya que bueno, temía que hubieras caído enfermo o
- Si… gracias, perdona me das un minuto…
Yokozawa nunca, sin importar el día dejaba de lado a Ann, ella es su persona favorita en el mundo y hablar con ella está por encima de cualquier otro, en principio porque es la única que está ahí siempre para él y en segundo porque adora ser el mismo con ella.
Ann sonríe a Kirishima con esa cara de durazno que la caracteriza y las mejillas rojas hacen eco del calor fuera del edificio, su pelo está atado en un tranza alemana y una blusa con tirantes muestra una cadenita de oro con un anillo en ella, Kirishima le sonríe y los deja solos, sabe quién es ella, o cree saberlo. Es Ann Kohinata, la mujer a quien Yokozawa ama.
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Yokozawa pide una hamburguesa doble con papas y soda de dieta mientras que Ann pide un sándwich club de pollo. Saben que deberían comer más sano, pero hay días en que les gusta dejarse llevar por su amor a la chatarra y se sonríen mientras llevan sus bandejas a la mesa para comer, sin duda ellos son una pareja soñada, Ann es hermosa y delicada además de honesta y decidida mientras Yokozawa es fuerte, galante y atractivo.
- Y entonces el idiota me dice que mis diseños son demasiado falsos
- Pobre estúpido, ¿no sabe nada de moda?
- Creo que solo sabe hacer faldas para secretarias de gobierno
- Como puede alguien tan cuadrado dar clases de Diseño, tu eres maravillosa
- Lo sé.
Y en la honestidad los dos se sonríen.
El brillo del sol golpea en las calles de verano mientras ellos dos comienzan a comer juntos, Ann lo sabe todo de él incluso el sentimiento agrio de no ser amado.
- Sabes que pienso… - ella habla con la boca medio llena, pero a él no le molesta - creo que necesitas conocer un extranjero, sí, porque acá no muchos hombres tienen tu físico, entonces no se animan pero que me dices de un americano
- Tú lo que quieres es verme con un negro
- Lo pasarías bien
- Me va a doler
- Pero le decimos pues, que use lubricante y que con cariño
- ¡Vete al diablo!
Ellos son una pareja de sueño, quien los viera creería que hacen la pareja ideal, ella menuda y frágil como una muñeca de porcelana, el alto y gallardo como un caballero de historias de hadas, los dos se comprenden casi con la mirada y se aman con una locura intensa, pero es un amor que es más amor que amistad, Yokozawa le roba un bocado de su comida y Ann le ofrece otro después, algunos ojos curiosos los miran, muchas chicas al paso la envidian, muchos hombres parecen satisfechos, de hecho lo están, una chica guapa al lado de un hombre completo, salvo que Yokozawa no es el novio de Ann ni jamás la ha mirado de esa manera.
- Sigues incomoda con Ritsu
- No soy yo - ella bebe un trago de su agua – es difícil hablarle cuando reacciona de ese modo, actúa como si todo estuviera bien y me gustaría, pero cuando alguien nombra a Masamune él se enfada, es como si me odiara… digo, entiendo que le guste, pero es mi novio, yo no le quite nada a Ritsu… ni siquiera sabía que lo quería…
- Yo te dije
- Me dijiste que se lo quería coger, eso no es decirme que Ritsu se enamoró de Masamune
- Bueno… si… pero aun así no es algo por lo que él deba enfadarse, digo yo no me enfado porque el ojo bonito lo invite a salir
- ¿ojos… bonitos?
La boca de Ann se curvo en una sonrisa pícara mientras cruzaba sus dedos a la espera de detalles más detallados sobre Kirishima Zen, nuevo estudiante y no por poco, el que le robaba el sueño a Yokozawa estos días.
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- Solo quiero ver a mi hija
La expresión de abogado era de solidaridad plena, los antecedentes hubieran entregado a Zen Kirishima la custodia de su hija, tenía ingresos estables y constantes, había existido infidelidad por parte de su esposa, la casa donde habitaban había sido gestada antes del matrimonio y por ello no era parte de la división de bienes, pero Kirishima estaba dispuesto a entregar su departamento a cambio de ver a su hija, Sakura se negaba a ello aduciendo violencia.
- Hubo violencia
- Se ha demostrado que no era un secuestro, se trataba de un intento desesperado por hablar con su esposa – el abogado de Kirishima tenía los ojos fijos en el fiscal mientras Zen miraba con temblor el lapicero en su mano – Tengo un examen clínico gestado por la procuraduría donde cita textualmente y reiteradamente que Kirishima Zen es apto para la crianza de niños, no hay índices preocupantes de violencia y además tiene un trabajo estable, mi cliente no está peleando la custodia, no pelea los bienes, no rehúsa los pagos de la menor y la madre, lo que pide es visitar a su hija, incluso en casos de violencia reconocida se permite al padre ver a su hija
- Mi cliente no quiere más relación con el suyo
- Perfecto entonces. – Usami sonrió maliciosamente - Aduciremos secuestro y abandono de hogar, - el joven se cruzó de brazos, tenía la mirada fiera y fija en el fiscal - avísele a su cliente que iremos a juicio, en tanto – entrego una orden – se ha notificado que Hiyori Kirishima no puede hacer ningún viaje sin la autorización expresa de su padre
- Usami-san… creo que no comprende
- No. Es su cliente quien no comprende
- Esto no fue lo hablado, en ningún momento dijeron que harían algo como esto – el segundo fiscal leía la orden del juez – Sakura-san solo quiere lo mejor para su hija
- También solicitamos una evaluación clínica para ella, dado que acusa a mi cliente de hechos que no sucedieron en realidad, sospechamos de episodios esquizofrénicos
- ¡Una tontería!
- Bueno eso se verá cuando la evalúen
- Usami-san… ¿esto es una broma para usted? Con esta emisión, Hiyori Kirishima deberá ser puesta a tutela
- Si, lo comprendemos – Akihiko Usami cerro su portafolio - una pena, pero actos extremos merecen medidas extremas, mi cliente no hizo nada para merecer un trato como este y su clienta a abusado del amor que Kirishima Zen le profesa, Buenas tardes
Kirishima Zen se puso de pie y salió detrás de su abogado, era joven, pero parecía más que capacitado para llevar un caso como este, lo único que Akihiko Usami había solicitado era plena decisión en cuanto a procedimientos, y al parecer lo tomaba muy en serio.
Zen continuaba sin comprender los acontecimientos recientes en su vida, incluso su ligero descubrimiento sobre su propia sexualidad, no dijo nada de esto ni a su abogado ni a su familia, no sabía que tan perjudicial podría ser comentar un hecho como ese. Se subieron juntos al ascensor mientras el abogado enviaba un texto.
- No nos dejaron alternativa – dijo sereno – nosotros pedimos una conciliación pacifica, ¿Lo entiendes?
- Lo hago
- Kirishima debe saber que las cosas podrían ponerse feas con su exesposa
- No estamos divorciados
- Hágase a la idea
- ¿Está usted casado?
- No
- Pues si se casa, sabrá que uno no se hace a la idea de separarse, había creído que éramos felices, nosotros no peleábamos yo jamás le falte
- Ella a usted sí, no lo olvide. Lo llamare mañana para darle noticias, no contacte bajo ninguna circunstancia a su exesposa, no hable con ella aun si ella lo llama y procure estar con alguien si ella aparece, no queremos que se rompa la orden de alejamiento
Zen asiente mientras el abogado sube a su porche rojo convertible, un tipo elegante de familia privilegiada, no es como si Zen lo odiara ni nada, pero seguía haciendo las cuentas sobre el costo que llevarían los honorarios de ese abogado. No había tenido opción, si era calificado de peligroso solo podría ver a Hiyori dos veces al año con un oficial custodio, no podía soportar la idea de que ellos se separaran.
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Salió rumbo a buscar algo para comer, pero se quedó congelado en su sitio cuando encontró a Ann y Yokozawa saliendo de un restaurante, iban cogidos de la mano y aquello sorprendió a Zen Kirishima al recordar que ella era novia de un colega suyo de trabajo, se quedó quieto en su sitio mientras la boca se le hacia metálica ante esa idea. Seguro Sakura paseaba igual con su amante… ¿Acaso Yokozawa no sabía el daño que hacia? Kirishima Zen comprendió que no podría pasar bocado y se fue en dirección a Marukawa, tal vez nadie lo había hecho por él, pero él lo haría por Takano. Le diría lo que había visto.
Bajo los tacones de Ariane
Los ojos marrones de Takano parecieron centellar mientras Kirishima explicaba su posición y teoría de una manera digna, dado que él estaba en contra de las traiciones y los actos de esa naturaleza, ahora que lo pensaba un poco, muy posiblemente no sería asunto suyo.
Takano Masamune era editor del área de manga shoujo y mientras Kirishima era el Editor en Jefe y llevaban dos años trabajando juntos, dado que Takano hacia un trabajo admirable no habían tenido ni la oportunidad ni la necesidad de conversar más que de trabajo y ahora Kirishima invadía su intimidad de un modo más que irritable, trayéndole la noticia de una posible infidelidad y aun eso no sería tanto... Ann y Yokozawa... eso no era un simple chisme o un comentario bien intencionado ante Takano Masamune eso era Calumnia.
- Lo he visto en Ariane – dijo Takano sacando un cigarrillo con la intención de fumarlo ahí mismo – fue sorpresivo descubrir que bailaba ahí
- Es un medio para sacar el estrés del trabajo
- Ann no trabaja ahí, no puede por las clases
- He pensado que debería saberlo, solo eso
- ¿Saberlo? Usted cree que yo debo saber que mi novia iba cogida de la mano de uno de mis mejores amigos luego de haber almorzado en un restaurante de comida rápida... – una sonrisa se hizo amplia en el rostro de Masamune – voy a tomar esto con el mejor de los ánimos y agradecer que viniera a hablarlo conmigo antes de esparcir un rumor sobre mí, otra persona seguramente no haría el camino hasta mi oficina para alertarme de un traición
- Si no me cree es asunto suyo
- Le creo... no la parte de la traición, esa no la creo, pero la de que ellos dos estuvieran cogidos de la mano si la creo, Ann y Takafumi se quieren y en ocasiones tienden a expresar ese afecto en exceso, pero no Kirishima, ninguno de ellos es el tipo de persona que comete una traición, los dos tienen ese talante de ir siempre de cara a los problemas
- Es... impresionante – Kirishima se sentía incómodo ¿sonaban tan estúpidos los hombres enamorados siempre? No estaba seguro, pero de hecho Takano no había tomado en cuenta sus palabras - veo que usted confía en ellos y siendo así puedo asegurarle que es mi última interrupción Kirishima Zen no quería interrumpir por nada la relación de otras personas, consideraba que cada uno debía seguir siempre su camino y lo que acababa de hacer tal vez era más por sí mismo que por Takano, de igual manera no se sentía bien por eso.
Volvió al trabajo con una sensación nueva de tranquilidad, su abogado era alguien temible que no dudaría en hacer todo lo posible por anular esa prohibición sobre el respecto a su hija, su hija era la mejor parte de Kirishima, su parte más humana, mas empática, la parte que le había mantenido a flote siempre.
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- Te amo demasiado como para mentirte - Ritsu estaba solo con Yokozawa en su pequeña oficina – quiero mucho a Ann en serio, es mi persona favorita después de ti y de Takano, pero... ¿Por qué ella? O sea... como te sentirías tu si te enamoraras de alguien y precisamente tu mejor amiga se hiciera su novia
- Sería complicado
Eso dijo, pero para Yokozawa Takafumi sería más doloroso que complicado, si alguien a quien el amase se enamorase de su mejor amiga o amigo Yokozawa sabría que estarían bien juntos y eso lo calmaría, los apoyaría aunque le doliera, esa era su naturaleza. La naturaleza de Ritsu era querer tener lo que deseaba, tenía unos zapatos de tacón rojos valentinos que jamás en su vida había utilizado y que tal vez no usaría, pero ahí estaban, en un armario dentro de su caja solo porque Ritsu los quería. Los de Yokozawa en cambio habían significado el regalo de cumpleaños de su madre, él no podía utilizarlos, pero su madre los luciría mucho mejor y aunque simple eso explicaba la gran diferencia entre uno y otro.
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Ann Kohinata le envió a su novio diez caritas malvadas. Las personas que son injustamente acusadas de una infidelidad por lo general se enfadan un montón, pero Ann comenzó a imaginar los mil motivos posibles y situaciones descabelladas que podrían haber orillado a Kirishima a tomar una actitud como esa.
Ella desde luego no era el interés motivador de Kirishima o como Yokozawa lo había apodado “Maybelline” por sus ojos que eran bastante bonitos, y aquellas pestañas largas. Para Ann ahora comenzaba una misión súper secreta que no debería delatar ante Yokozawa o este se enfadaría, pero Ann definitivamente haría una investigación sobre Kirishima Zen para descubrir si el sujeto en realidad tenía intenciones amorosas con Yokozawa o solo era un entrometido idiota, Ann comenzó a planificar sus tareas al respecto. Ann deseaba que el idiota de Iokawa desapareciera definitivamente y absolutamente de la vida de Numfy, que era como ella apodaba a Yokozawa con cariño, su amigo merecía algo mejor que sexo entre semana.
Ann tomo de su perchero un blase ligero y se colocó las sandalias moradas que iban a juego directo a Ariane, ella no tenía tiempo que perder.
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Mientras sonaba Dangerously de Charlie Puth en su versión mezclada Ann vio a Yokozawa delante de su clase bailando, le gustaba la seriedad con que las chicas y los chicos de Ariane tomaban sus clases. Ritsu estaba sentado en el otro salón haciendo estiramiento con el segundo grupo y ella comenzó a pensar en que podría pintar un mural para ellos cuando llegasen las vacaciones de verano.
- Ann mi amor que bueno verte
- ¡Vida! – le dio dos besos a Shouta mientras se cogían de la mano – no sabes lo que tengo para ti
- Espero que sea el diseño final de los trajes, debemos tenerlos listos para el Freedom, es este sábado
- Eso ya está hecho – ella sonrió – Ritsu y Numfy recogieron los trajes el viernes pasado... ¿Shouta estas bien?
- No... estoy loco y cuando te diga porque vas a golpearme
- No lo hare
- Ok... conocí a alguien y...
Antes de terminar Shouta sintió el golpe en su estómago y una mirada desaprobadora sobre él.
- Prometiste que esta vez te tomarías tu tiempo
- Lo sé pero el caso es que...
- ¿te está acosando?
- No. El caso es que no me ha vuelto a llamar desde que nos vimos y le he escrito y responde escuetamente que tiene mucho para hacer con la universidad y el trabajo ¡No dejo de pensar en el !
- Bueno eso es nuevo, por lo general te aburres tu primero
- Lo sé
- Entonces vamos a buscarlo, no ha nacido el sujeto que vaya a tenerte... ¡Hey tú!
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Kirishima salió de los vestidores con una camiseta gris con un lobo delante y unos pantalones cortos negros, recientemente comenzaba a gustarle más esa ropa y por ahora aún se le veía bien, esperaba envejecer como su padre y mantener el buen físico pasado el medio siglo.
Un vos sonó con fuerza y al girarse se encontró con una mueca que le sonó muy similar a Hiyori, pero venia de una chica adulta.
- Te molesta si tenemos dos palabras
- No
Zen maldijo de inmediato a Takano, si la chica hacia un alboroto de esto, lo mismo a lo que Takano había restado importancia por completo, para él sería abrumadoramente imposible volver, seguro Yokozawa se enfadaría y ahora que lo pensaba ¿Por qué mierda se metía donde no lo llamaban?
La chica bajo las gradas hacia la calle y Zen la siguió, algunas personas pasaban pero no los miraron, el camino con ella hasta estar una cuadra lejos del edificio.
Ella se detuvo a mirarlo, tenía los ojos redondeos de Hiyo ampliados por la máscara de pestañas y el delineador, Sakura usaba maquillaje, Sakura le veía de ese modo cuando él hacía algo malo y Zen al ver la mirada irritada de Ann comenzó a preguntarse ¿Algún día Sakura estuvo contenta con él?
- ¿Te gusta mi novio?
La pregunta fue repentina y Zen se sintió como en un tembló, ¿Qué clase de loca pregunta era esa?
- ¿Qué?
- Que si te gusta mi novio, no es la primera vez que alguien se enamora de él y trata de separarnos pero quiero dejar en claro que soy un rival difícil de vencer y te las veras duras si quieres arrebatarme a Masamune
- No estoy interesado en Takano
- No trates de negarlo, sé que es demasiado sensual para este mundo y que...
- No me interesa tu novio – la atajo – no me interesa en lo más mínimo
- ¿Entonces te gusta Numfy?
- ¿Quién?
- Yokozawa Takafumi, el tío al que estabas mirando atravesó del cristal del salón
- Es una especie broma...
Nada. Nada que han pudiera relacionar con un sentimiento, Kirishima continuaba sereno como la arena en una maceta.
- Oh... entonces... ¿te gusto yo?
- ¡¿Que?! – Zen comenzaba a sentirse asfixiado y asustado por las reacciones tan extrañas tanto de Takano como de su novia, parecía que entendían el mundo de otra manera.
- Es que no entiendo porque alguien que no me conoce de nada, no es amigo de mi novio, no es cercano a Numfy y no necesita inmiscuirse en la vida ajena, le va con chismes a mi novio.
- Lamento mucho el inconveniente, creí que debía decírselo a Takano como un favor entre hombres pero nada más, no me interesa tu novio, ni tú, ni me interesa Yokozawa, solo me entrometí por consideración masculina
- Bien... pues no lo hagas, o la próxima vez le diremos a Yokozawa y no podrás mirarle las nalgas
- Yo no...
¡Eco! Ann se giró en sus pies de regreso al edificio, el tartamudeo y la manera en que los ojos de Kirishima habían delatado que en efecto, si le andaba mirando las nalgas a Yokozawa fueron el primer dato recabado, su misión seria vigilar al sujeto. Aun si era algo completamente irrespetuoso, Yokozawa había escogido mal a sus últimos novios y si Kirishima quería algo con él, esta vez debería pasar por varias pruebas de calidad.
Edited by btalkrajo - 25/6/2017, 19:24
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