The Ultimate Despair (La última gran desesperación)[5to ANIVERSARIO]_Original

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  1. ali__FOREVER[fAiThFuL]
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    Titulo: The Ultimate Despair (la última gran desesperación)
    Personajes: YO, Hetalia 1p y 2p
    Parejas: Usuk2p, Gerita2p
    Aclaraciones: Hola a todos mis amados hetalianos, fujoshis o simplemente amantes de los fanfictions… hoy, exactamente hace cinco años, comencé a escribir no solo en este fandom… sino que aquí fue donde comenzó mi carrera como escritora, ya ha pasado el tiempo y yo misma eh crecido como tal. Para este aniversario, quiero conmemorarlo con una historia… una continuación de la que lo inicio todo: “The Last Hope”; pero esta vez, con todo lo que eh aprendido en estos años… en dado caso que no hayan leido mi primera historia, aquí mismo les dejo el enlace para que la vean (tengan compasión con ella, antes escribía así, ahora eh mejorado)... espero que disfruten de esta nueva historia y de esta nueva aventura, al igual que deseo que sigamos juntos por otros cinco años más ^^.
    Descripción: Puede que no venga de este mundo… y que sus asuntos no sean de mi incumbencia… pero eso no significa que no me preocupe por ustedes, porque aunque no lo quieran admitir… ustedes son mis amigos
    Advertencia: Tortura, Violencia, Lenguaje Vulgar
    Genero: Misterio, Romance, AU

    >>> The Ultimate Despair <<<


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    Capitulo 01: Inicio

    En mitad de una guerra, muy lejos de los edificios de-construidos, muy a la distancia del contaminante aire que el cielo carmesí proveía… un escondite resguardaba a los líderes de tal conflicto internacional, siéndose conocidos como… los del Eje. Eran temidos y respetados, pero conforme pasaba los años, la guerra no les era benéfica, más rendirse no era la opción… nunca se entregarían a los Aliados. Poco tiempo tenían, requerían de un plan… de repente, el gran general japonés se le ocurrió una gran idea: portales tras-dimensionales, de esa forma lograrían con mayor libertad la transportación a grandes distancias y a posibles ataques sorpresas… sin muchos recursos, comenzaron con el proyecto, necesitaban ganar la guerra de cualquier medio posible… o al menos eso creía su líder italiano.

    -Si las coordenadas resultan a la perfección, esta máquina será de gran ayuda para derrotar a los Aliados- sin despegar sus ojos a la máquina y a sus científicos, el japonés reportaba con gran orgullo a su maestro, quien ante las noticias y el gran trabajo de sus hombres sonreía con gran orgullo.
    -Excelente… Kuro, no podría esperar menos de mi general
    -Jefe… ¿está seguro de esto?- su leal mano derecha rubio se acercaba a él con cierta inseguridad, recibiendo por parte de su jefe una mirada de sorpresa, aunque claro… estaba siendo sarcástico
    -Más que nunca- luego de habérselo confirmado, las pruebas habían comenzado. Fueron simples y ni siquiera habían probado con un humano, más al poco de ser activada las luces empezaron a fallar, cayendo escombros y alarmando a todo residente del mismo… un sonido ensordecedor y la falta de iluminación fue su conclusión; aun sin verlo, el italiano ya sabía lo que había sucedido, más eso no le impidió que se acercara a ver lo que había ocurrido para la provocación de una explosión.
    -¿Qué sucedió?- sonaba furioso, sus trabajadores revisaban algunos escombros a parte de las lecturas… eran temerosos de lo que su jefe hiciera.
    -Parece que un insecto se metió a la máquina… se arruino- ante tal afirmación, el italiano demostró una mueca de frustración y empezaba a maldecir en susurros, de no haber sido por sus compañeros, ya habría cadáveres en mitad de aquella sala
    -Un momento…- además de una voz asombrada lo que hizo que se calmara -Parece que hay algo que debe ver- la misma voz comentaba al italiano, ocasionando que el mismo se acercara incrédulo… más no se impresiono ante el estallido de escombros y quejas entre lo que quedaba de los restos. Una joven que aparentaba los 18 se levantaba del suelo mientras se limpiaba su rostro, como si realmente la explosión no le hubiera afectado en nada, de cabellera larga cafeína y unas ropas casi al estilo de la Inglaterra moderna con un toque italiano por los acabados, una extranjera podría pensarse.

    -Auch… eso dolió… Italia, por favor, ten más cuidado cuando me pases los dulces… me diste en la cabeza- cuando por fin alzo la vista la joven y quedo totalmente asombrada al ver su nueva ubicación y a quienes ya la tenían rodeada -¿Eh? ¿Italia, que te paso? ¿Por qué usas esa ropa tan…?- sin poder terminar, el alemán fue el primero en atacar con una pequeña daga que el mismo lanzo hacia la joven…
    -No le hables así a tu país superior- aunque claro… casi sin esperarlo, logro esquivarla, para asombro de los espectadores debido a que nadie es capaz de evitar un ataque a distancia del alemán, a excepción de sus compañeros. Sin creerlo, el alemán quería volver a intentar su lanzada, pero fue interrumpido por su italiano.
    -Tranquilo Lutz
    -¿Lutz? No entiendo, ¿acaso están probando trajes para la fiesta de América?- preguntaba aun incrédula la joven, más nunca se imaginó que al simple hecho de mencionarlo provocara el mayor escándalo de toda su vida
    -¡¿ERES ALIADA DE ESE HIJO DE PUTA COME HAMBURGUESAS?!- sin demoro y con una gran ira, el italiano la tomo de sus ropas casi viéndola directo a los ojos mientras sus hombres se distanciaban de él; el japonés y el alemán preparaban sus armas en dado caso de necesitarlas, acercándose todo lo posible a su líder y a la extraña. Ante tal reacción, la joven por fin logro recapacitar de su situación, casi hasta el punto en responder de la misma forma que ellos.
    -Ustedes… ¿Quiénes son ustedes?- preguntaba con seriedad
    -Nosotros somos los del Eje…- contesto de la misma forma el japonés, sin dejar de apuntarle con su katana, provocando en la joven una ligera molestia.
    -No me refería a eso…- sin temor alguno, empujo al italiano hacia sus compañeros, ocasionando que los mismos bajaran la guardia por la preocupación de su líder, mostrando así el gran respeto que le tenían… y quizá algo más; sin embargo, no era el momento para deducirlo, la joven prosiguió con su cuestión -¿Cuáles son sus nombres?
    Dudaron un momento en contestarle, pero al ver como su compañero japonés les indicaba con la mirada que no había problema… dejaron que el prosiguiera en su respuesta -Mi nombre es Kuro Honda, él es Lutz…- y esperando a la aprobación de su líder, dio por terminado la presentación oficial de todos -Y nuestro líder… Luciano Vargas
    -Y-ya veo…- sabiendo lo que había ocurrido, la joven desespero “disimuladamente” mientras retrocedía hacia un intento de salida -Saben, me acabo de acordar que tengo cosas por hacer, ya saben… lugares que visitar, cosas que comprar… y además…- al notar como se alejaba de ellos, con un simple chasquido los sirvientes de Luciano se hicieron tras de ella, apresándola con todas sus fuerzas. Luciano, al ver como la extranjera había sido inmovilizada, se acercó a ella victorioso, acariciando su rostro con su dedo delicadamente.
    -¿Creíste que con tu cuentecito íbamos a bajar la guardia, espía?
    -No soy ningún espía, yo no vengo de aquí- esbozo la joven esperanzada de que le creyeran, lo cual no resulto… hubo un nuevo intento para que la soltaran -No lo entienden, en realidad no vengo de este mundo… mi mundo es distinto… ustedes no son así en mi mundo- habiéndola escuchado atentamente, Luciano se alejó de ella y de sus hombres… dándole tiempo para meditar su situación, cuando lo había hecho, se volteo para verla y le sonrió ampliamente, a tal grado de causarle algo de pánico a la joven.
    -Llévensela a su celda- habiendo dicho su orden, se dio de nuevo la vuelta mientras esperaba que sus hombres le obedecieran.
    -Por favor escúcheme… esto es un terrible error, auxilio- pedía con “miedo” la joven al ver como la sacaban de aquella habitación y sin dejar de visualizar a los ojos de los otros miembros del Eje, causando cierto escalofrío por parte del alemán. Al haber desaparecido de aquel sitio, tanto Kuro como Lutz se acercaron a Luciano curiosos de lo que su líder planeaba
    -¿La torturara, jefe?- preguntaba algo incrédulo Lutz
    -No, sería aburrido- comentaba de manera despreocupada Luciano, causando asombro por parte de sus compañeros, más del rubio alemán.
    -¿Se encuentra bien? No es normal que se aburra con las torturas- habiendo notado ese asombro, Luciano se acercó peligrosamente a su compañero y, con sus brazos, rodeo con extremo cuidado el cuello de Lutz en un patético intento de abrazo.
    -Creo que será más divertido si ella me contara sobre ese “mundo” del que proviene- se lo decía sin despegar sus ojos en los del alemán, pero sin excluir de la conversación al japonés -Si tenemos contacto con ese poder, seremos capaces de derrotar a los Aliados- sonriendo infantilmente acerco sus labios a los de su “amante”, siendo correspondido al poco tiempo y separándose de él casi al instante -No lo crees, ¿Lutzie?
    -Si jefe

    ~Continuara~

    Edited by ali__FOREVER[fAiThFuL] - 2/11/2017, 17:10
     
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  2. ali__FOREVER[fAiThFuL]
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    -Por aquí

    Capitulo 02: Encierro

    Aún a pesar de las circunstancias en las que se encontraba, la joven miraba con cierta calma la habitación que apenas le habían ofrecido, su mirada no mostraba asombro pero si incredulidad. Kuro fue quien se adentró de primero, mostrándole que estaba bien el pasar a su nueva habitación, además de esclarecer las dudas en el aire -Lamento las innecesarias acciones de mi maestro, pero como uno de los países más respetados es su obligación mantener esa reputación intacta… se quedara aquí encerrada por unos cuantos minutos, para la hora del almuerzo la liberaremos y nos acompañara… ya en la noche la escoltare a otra habitación mucho más acogedora que esta para que descanse, ¿quedo claro?- dijo con toda seriedad posible, haciendo que la joven aun dudara de su estadía en ese lugar
    -Déjame entender esto- dijo de manera inesperada hacia Kuro -¿Soy su prisionera pero me trataran como a una invitada?
    -¿Tienes problemas con ello?- comentaba el japonés con un hilo de fastidio, pero eso no inmuto a la joven de su tono sarcástico.
    -Para nada, solo quería estar segura de algo- dicho eso, ella no dejaba de mirar su “celda” muy curiosa, a tal punto de inclusive ignorar la presencia de Kuro
    -Como digas…- sabiendo que no iba a decir nada más, el japonés se dirigió fuera de la habitación y regresando a su puesto al lado de Luciano. Para cuando se había retirado, la joven comenzó a demostrar preocupación a su alrededor, buscando una salida posible o una solución de su problema actual.

    “De todos los lugares, ¿Por qué tuve que ser enviada aquí…?”

    ~FLASH BACK~


    -¿Otros… universos? ¿Es posible?- comentaba el japonés en cierta reunión establecida en la casa de Italia, rodeados de un montón de dulces internacionales mientras se estaba acompañado del italiano, de Prusia y de la joven; aunque claro, la pregunta la había dado hacia la joven viajera
    -Japón, yo soy la prueba viviente de esa posibilidad- comentaba con una risa ligera, haciendo que el mismo se diera cuenta de su equivocación.
    -Tienes razón
    -¿Significa que existen otros como nosotros?- comentaba incrédulo el italiano, haciendo que la misma joven se pensara mejor una respuesta, no deseaba asustarlos.
    -Bueno… es complicado… son ustedes y a la vez no lo son- pero al no poder encontrar las palabras correctas, se había rendido con esa charla -La misma alma pero con una vida distinta

    ~END THE FLASH~



    “¿… y ahora?”

    ~FLASH BACK~


    -¡¿Estas embarazado?!- dijeron al unísono todos los presentes de esa reunión; mucho antes de la plática central, estaban sorprendidos de no solo ver un bulto formado en el estómago del italiano, sino que en todo ese transcurso no les había comentado de la noticia. Aun por ello, todos no podían estar felices por el joven italiano.
    -Ve~
    -Italia, ¡¡Felicidades!! No lo puedo creer…- comentaba la joven con una gran sonrisa mientras se abrazaba al italiano.
    -Tampoco nosotros- comentaba con ligereza sin despegarse de su amiga.
    -Vaya, vaya, vaya… parece que mi hermanito es una fiera en la cama- decía orgulloso el prusiano, pero al poco recibió un fuerte golpe en la cabeza por parte de la joven, una mini pelea comenzó a partir de ello.
    -Se respetuoso- comentaba el japonés como un medio para calmar a ambos de su discusión, para luego mirar a Italia con una ligera sonrisa, demostrándole cuan feliz estaba por sus aliados y amigos -Con este ya van tres, Italia… deben usar más protección
    -Heraheraherahera~

    ~END THE FLASH~



    “Tengo que resolver el problema de este mundo si quiero volver antes del parto de Italia, debo mantenerme firme y atenta”

    Eso era lo que pensaba la joven mientras divagaba en su inmensa habitación, no consideraba que iba tardar demasiado, pero muy en el fondo presentía que aún faltaba algo… en el exterior de esa mansión. Su encierro duro media hora, un guardia fue a escoltarla al gran comedor, donde Luciano junto con Lutz y Kuro la estaban esperando para cenar, ante su llegada los tres la miraban con seriedad… era más que obvio que tenían preguntas para ella; aun así, dejaron que tomara asiento y probara un poco de lo servido… al menos los primeros cinco segundos después de haberse sentado.

    -Y bien…- no perdió el tiempo Luciano, haciendo que la joven asentara lo que apenas había tocado con sus manos, eso sin dejar de verlo -Decías que vienes de otro mundo, ¿no?- sonaba juguetón, pero su mirada demostraba otra intención -Me gustaría… saber un poco sobre “TU” mundo- al hacer énfasis del otro mundo, la joven sintió muy adentro de ella una inmensa ira a punto de estallar… pero, en vez de gritar o lanzar los cubiertos, simplemente le sonrió con ligereza y lo miro directo a los ojos, ocasionando que el suso dicho se incomodara un poco
    -Con gusto, me encantaría decírselo… claro… tomando en cuenta que en “MI” mundo, “MI” Italia es más sincero que “ESTE” Italia- comentaba con cizaña, aunque decir que hubo gusto en sus palabras seria lo correcto para describirlo. No obstante, Luciano se congelo ante tal insolencia.
    -¿Perdón?- comentaba indignado, haciendo que la joven por fin dejara de jugar con sus cubiertos y se levantara molesta de su asiento.
    -No me trates como una tonta, soy más lista de lo que piensan… y se más de lo poco que me has dicho y demostrado
    -¡¡INSOLENCIA!!- decía Luciano imitando a la joven, mientras Lutz y Kuro se posicionaban esperando una orden de su líder.
    -¡¡NO, NO SOY INSOLENTE!! ¡¡TU LO ERES!! ¡¡OCULTANDO LA RELACION QUE TIENES CON LUTZ, ESO SI ES INSOLENTE!!- gritaba furiosa, impactando a todos los presentes, asustando a más de uno de su tono de voz, como si conociera la misma intensidad que el de su jefe.
    -¡¡SUFICIENTE!!- habiéndose cansado de todo, Luciano aporreo sus manos en la mesa, haciendo que los cubiertos cayeran al suelo… consiguiendo un ambiente pesado y silencioso, esperando al primero que diera un paso para iniciar la guerra, o al menos eso era lo que pensaban los sirvientes, quedaron impactados al ver a su señor con una mirada de confusión e ira -Te quiero… fuera… de este lugar… ¡¡Lutz!! ¡¡Kuro!!- llamo a sus compañeros mientras indicaba con sus dedos lo que tenían que hacer, siendo obedecido por los mismos que se acercaban a ella.
    -No me toquen, puedo irme sola- habiéndolos empujado, la joven se dirigió a la puerta principal para salir de ese lugar, tenía mucho que investigar. Aun impresionados de su “valentía”, Kuro miraba impactado a su maestro, quien aún procesaba lo dicho por la joven; mientras tanto, Lutz ya se había retirado del lugar, tenía otra misión importante que resolver.
    -¿Cómo… se dio cuenta de eso? Vigílenla- pedía Luciano a Kuro, sintiendo un horrible dolor de cabeza.

    ~Continuara~
     
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  3. ali__FOREVER[fAiThFuL]
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    Capítulo 03: Avance

    En mitad de una ventisca repentina, la joven caminaba a fuera de los terrenos del Eje, casi a punto de arriesgarse a la batalla externa, pero decidida en su elección -Jamás creí que odiaría a una Italia… pero, por dios, este…- antes de siquiera continuar entre sus quejas, una mano la detuvo del hombro como señal de que se detuviera; al momento en que dio la vuelta, se sorprendió de ver al alemán.

    -Por aquí jovencita- susurraba Lutz hacia la joven mientras le indicaba un camino secreto. Sin duda de su intención, la joven le siguió hasta una cabaña que, aun abandonada, parecía estable. Al abrir la puerta, de repente la sensación de calma se apareció y con mucha confianza la joven entro y visualizo las propiedades de la cabaña: una cama, una mesa y una pequeña cocina, sobreviviría por unos días. -Por favor, siéntete libre de hacer lo que quieras en este lugar- comentaba con demasiado calma Lutz, tanto así que la joven no pudo esperar y fue directo con él.
    -¿Por qué Lutz? ¿Por qué lo sigues, sabiendo el daño que te causo?- pregunto confundida, esperando que su respuesta fuese la misma que las anteriores versiones de él. Por su parte, Lutz no demostró emoción alguna, más si una gran sinceridad ante su respuesta
    -Tu misma dijiste la respuesta en la cena- comento de manera serena, más no dudo en hacerle a la joven una pregunta -¿Pero cómo lo sabias?
    -Porque yo vine a ayudarlos- contesto de inmediato, sorprendiendo un poco a Lutz; pero en vez de seguir preguntando, fue interrumpido por una mano amable que apenas acababa de llegar. Cuando ambos se dieron cuenta, Kuro se había aparecido.
    -Lutz, Luciano requiere tu atención en la mansión- informaba hacia el alemán, logrando que el obedeciera, no antes de siquiera despedirse de la joven. Para cuando se había ido, el silencio entre el japonés y la joven no tardó en aparecer, pero también no duro demasiado.
    -Te escucho… Kuro, dime como sucedió esta relación- la joven fue directa con el japonés, no tenía tiempo que perder, así como tampoco quería seguir molestando a quien no pertenecía al problema. Viendo lo decidida que estaba, Kuro solo dio un ligero suspiro antes de acomodarse en la mesa.
    -No puedo decirte mucho porque incluso desconozco como sucedió… pero sé que este romance fue forjado con el paso de los años, quizá desde que eran unos infantes- miro con determinación a la joven, y prosiguió -En tu mundo… ¿el maestro y Lutz también eran así de cercanos?
    -Lo son… porque no tuvieron miedo de ser felices juntos- decía la joven con cierto rencor, Kuro había adivinado a donde iba parar esta conversación -Tú me dijiste que Luciano mantenía una reputación de “líder omnipotente”… ¿Por qué? ¿Qué lo motivo a serlo? Si el motivo de ser líder le impide estar con Lutz, ¿Por qué no dejarlo? ¿Acaso su arrogancia es mayor que su felicidad?- las preguntas eran demasiado hirientes, que Kuro tuvo que controlar sus impulsos y responder a la joven.
    -Él ha pasado por horribles cosas en el pasado…- por la forma en cómo empezó, la joven había recapitulado sus teorías sobre las italias -“Abusado mental, física y sexual desde que el Imperio Romano desapareció, separado de su hermano y tratado como un esclavo mientras lo forzaban a trabajos humillantes, sin poder confiar en nadie, sin amigos o familia del cual apoyarse”… no me sorprende que haya terminado de esa manera
    -Él se fue por el camino fácil- comento arrogantemente, sorprendiendo al japonés de su suposición -Mi Italia también paso por lo mismo, y quizá peores cosas… pero aun así no perdió su espíritu dulce y encantador, así que esa no es excusa de su comportamiento
    -Tal vez tu mundo sea demasiado “amable”… pero en este mundo, no existe esa estúpida alegoría de “felicidad absoluta”- esbozo Kuro en señal de que la joven se equivocaba -Todos vivimos en un tormento sin fin, y más desde que ese estúpido de Alex se hizo cargo de los Aliados
    -¿A… lex?- cuestionaba la joven, más solo le tomo unos minutos para darse cuenta de quien podría tratarse -¡¿ÉL?!- dijo sorprendida en extremo, a tal grado de que Kuro notara su conocimiento.
    -Entiendo, así que conoces al gringo ese
    -Bueno…
    -Tengo curiosidad, ¿Cómo son en tu mundo? ¿Solo es ese mundo, o es posible la existencia de otros?

    No hubo mucho que decir, eran cosas que la joven quería mantener resguardados como un cofre del tesoro, pero no podía negar lo que sus ojos habían visto… ya no podía negar todo lo que ella vivió; sin otro remedio, se lo dijo a Kuro, le menciono sobre los mundos, sobre las calamidades, a cuantos países conoció y a cuantos tuvo que decirle adiós. Para cuando su explicación termino, Kuro no tenía las palabras correctas para continuar… es más, él se había petrificado, un hombre con su complejo serio no era capaz de sentir tanto miedo… pero lo tenía, temía de todo lo experimentado y aun después de todo, seguía estando viva.

    -Ya veo… es… interesante…- balbuceaba confundido, era muy obvio que fingía -No… más bien… es aterrador, suena peor de lo que nosotros vivimos
    -Es algo que también deduje cuando los vi en la cena- confeso la joven con ligereza, provocando una risita pequeña en el japonés.
    -Eres muy observadora
    -Debo serlo, es mi trabajo- le correspondió de la misma forma, para después enfocar su mirada a la entrada principal -Como también sé que Luciano estuvo escuchándonos todo este tiempo…- sin sorprender del todo a Kuro, la joven se levantó de su lugar y alzo su voz lo más que podía para que el italiano le escuchara -¡¡HEY, YA QUE TUVISTE LOS COJONES PARA SACARME DE TU MANSIÓN, AL MENOS TENLOS PARA HABLAR CONMIGO!! ¡¡O ACASO ME TIENES MIEDO!!- de manera inesperada, un cuchillo salió volando en dirección de la joven, más solo paso de largo hacia la pared que estaba detrás de ella -Tomare eso como un no- siendo descubierto, y sin demoro alguno, Luciano se adentró a la cabaña y se colocó de frente de sus inquilinos… sin dejar de ver a la joven con cierto rencor.
    -Kuro, déjanos solos… quiero hablar con ella- y como era de esperarse, el japonés obedeció a su orden y sin mirar atrás, al poco de que se fue, la joven no dudo en ser quien comenzara su conversación
    -¿Y bien?
    -¿Cómo… lo supiste…?- dijo de manera calmada Luciano, pero no duro demasiado y perdió los estribos -¡¿CÓMO SUPISTE QUE LUTZ Y YO ESTAMOS SALIENDO?!- sin importar cuan temible o desesperante que luciera, la joven permaneció en calma durante sus facetas de locura. Sonrió ampliamente y utilizo un tono de voz sarcástico
    -Por favor… son tan obvios… además, la mayoría de los Italias del Sur salen con las Alemanias- dijo sin temor alguno, provocando en el joven italiano confusión -Puede que sea estúpida en los distintos trabajos que me imponen, pero eso no quiere decir que no pueda con este… necesito saber el que te impide estar con él… dudo mucho que sea la excusa de “él no siente lo mismo que yo”- ante los argumentos de la joven, Luciano ya no sabía cómo sentirse, tenía muchas emociones y ninguna se acercaba… lo habían descubierto, al no tener más remedio, le abrió su corazón
    -No puedo… simplemente no puedo… permitirme sentir de nuevo
    -¿Temes que te lastimen de nuevo?
    -Ya estoy acostumbrado al dolor, ese no es un problema…- cabizbajeo con vergüenza -Lo que realmente temo- con aquella afirmación, la joven se dio cuenta de la razón, simplemente reacciono sorprendida, con un ligero sentido de seriedad
    -¿Es perder a los que amas, como en el pasado?
    -Eh de suponer que tu Italia también perdió a su abuelo Roma y a Sacro Imperio Romano- interrumpió con seriedad Luciano, provocando cierto enojo a la joven, pero no lo suficiente como para negarse a contestarle
    -Lo hizo, y aún si dejaron de tener forma física… no significa que ellos no sigan estando aquí… específicamente… aquí- ante el comentario, la joven poso una de sus manos al pecho del italiano, confundiéndolo demasiado; por lo cual, soltando una risilla, continuo con su explicación -Ustedes los Italias deben entender esto: los humanos son quienes deciden el camino que deben tomar su propia existencia, aferrada a las exigencias del hombre… y sin voluntad propia…- la conversación parecía andar por la dirección que el joven Luciano se negaba a escuchar de nuevo -Y aun así…- dando un giro inesperado y llenando en los ojos del italiano cierto rayo de esperanza en sus ojos -Tienen la mayor libertad de todas, al igual que vidas maravillosas
    -¿Qué tiene de maravilloso una vida inmortal pero extremadamente frágil?- comentaba desilusionado Luciano mientras apartaba la mano de la joven, siendo esta quien le contesto con una sonrisa amable.
    -Que no están solos
    -No te entiendo en lo absoluto- comento Luciano, alejándose de ella unos pocos centímetros. Sintiendo como, de una u otra forma, el italiano la comprendió, con una sonrisa ligera se acercó a donde estaba él y poso una de sus manos en su hombro.
    -Algún día lo harás…- lo miro directamente a los ojos, demostrando que ella está consciente de que sucederá –Créeme- encaminándose a la puerta, la joven le extendió la mano de manera alegre -¿Qué tal si damos ese gran paso juntos?- preguntaba muy feliz de haber avanzado con él. Solo hubo un momento de duda en el italiano, porque antes de darse cuenta… la cabaña había explotado, con ellos dentro… pero tomados de la mano


    ~Continuara~
     
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  4. ali__FOREVER[fAiThFuL]
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    Capítulo 04: Confusión

    -Italia, ¿podrías repetirme lo que acabas de decir?- cuestionaba seriamente Inglaterra hacia el italiano, tanta fue su forma de hablar que el mencionado reacciono de manera asustada por el miedo de causar un mayor enojo al inglés.
    -I-inglaterra, estoy diciendo la verdad… simplemente se desvaneció
    -Inglaterra-san, Italia-kun dice la verdad, puedo confirmarlo- interrumpió de manera repentina Japón, con la intención de defender a su amigo. Al ver como el japonés se interpuso en su interrogatorio, Inglaterra se dio cuenta de que estaba sobre-actuando y decidió tranquilizarse.
    -Japón, no es que dude del argumento de Italia, pero me parece casi imposible que “así de la nada” desapareciera
    -Pero es cierto que nuestra damisela anda perdida después de pasar el tiempo con Ita-chan y Japón- comento un poco incrédulo Francia hacia los presentes. Lo que había empezado como una reunión amistosa, o un “baby shower” para el italiano, termino siendo una convocatoria de emergencia, y con todos sus amigos: Italia, Alemania, Japón, Prusia, Inglaterra, Francia, España y Rusia, raro ¿no lo creen?
    -¿Entonces supones qué alguien de la casa de Italia la secuestro?- comentaba a la defensiva Alemania cuyas intenciones era proteger a su amado esposo de cualquier insinuación negativa a él o a su casa, provocando cierto pavor al francés.
    -T-tranquilízate Alemania, no me refería a eso
    -Aunque tampoco habrían razones de que la secuestraran, ningún humano conoce de su existencia a excepción de nosotros los países- interrumpió al alemán el ruso, tenía un buen punto que todos conocían y, que a partir de eso, debían resolver.
    -Entonces podríamos decir que uno de nosotros se la llevó- dijo de repente Inglaterra, aun incrédulo de suponer tal tontería
    -Sin embargo, no concordaría con el testimonio de Italia y Japón…- volvió a interrumpir Rusia; de todos, él era el más curioso de la situación. Con dicha curiosidad, miro a Italia y a Japón para preguntar -¿Podrían repetir lo que sucedió?
    -S-si… ella, Prusia y Japón vinieron porque les había comentado lo de mi embarazo y ellos querían hacerme una fiesta para celebrar, p-pero entre tanta plática sobre los multiversos nos dio hambre, así que Japón fue a preparar unos bocadillos y en eso, trate de ayudar… p-pero tropecé y Prusia me ayudo… y-y le iban a caer los dulces… no nos dimos cuenta que desapareció, con luces y efectos de películas… y… y…
    -Está bien Italia, es suficiente- lo detuvo Rusia a través de la señal de su mano, parecía que le había cansado, y causo cierta tristeza al italiano.
    -Lo siento
    -No te preocupes, con esa explicación me dio una idea de lo que sucedió… por cierto, felicidades por tu embarazo- comentaba el ruso hacia el italiano, para luego reiterar la duda que surgió de su mente -Solo por curiosidad… ¿De qué trataba esa plática de “multiversos”?
    -Bueno…
    -Eso fue mi culpa, lo siento- Japón dijo mientras interrumpía a Italia, al igual que con mucha cortesía prosiguió a contestarle a Rusia -Tenía curiosidad de donde se había ido en estos años, se lo pregunte y nos comentó algo respecto a esa teoría de los multiversos… pero no era algo concreto, no quiso hablar mucho al respecto.
    -Supongo que debió ser horrible- dijo directamente Rusia, provocando en los presentes cierto escalofríos al pensar que su amada amiga paso por algo terrible y sola. Notando ello, Japón quiso corregirse.
    -P-pero… con lo poco que nos dijo, descubrí algo impresionante: es cierto la teoría, y existen distintos mundos donde existimos como países y como humanos
    -Ya veo… entonces si hubo grandes avances, da~…- habiendo re-ordenado sus ideas, Rusia le sonrió a todos con sinceridad y fue al grano -Ahora esta es mi teoría: Fue mandada a otro universo
    -¡¿QUÉ?!- dijeron todos al unísono, siendo Rusia el más sorprendido de su grupo.
    -¿Por qué se sorprenden? Recuerden como fue que ella llego a nuestras vidas, y a la misma como se fue durante 200 años hasta ahora
    -Buen punto- comento España aun sin creerle.
    -Y tu Inglaterra, ¿acaso ella no te dijo nada al respecto cuando llegó?- pregunto Rusia a Inglaterra, recibiendo de él cierto esquivamiento de ojos.
    -Eso…- no sabía cómo decírselos, pero si de alguna forma podía liberarse de ese peso y ayudarla, debía hacerlo ahora -No me dijo nada, cada vez que preguntaba… su mirada cambiaba… parecía estar distante, con el tiempo deje de cuestionarle, nunca creí que era importante
    -Pues ahora te das cuenta de que sí lo es… como sea, no hay otra explicación que esa
    -Podemos decir en base a los argumentos de Rusia-san, que si esta en otro mundo… y la falta de información de esos posibles multiversos… significa que ahora mismo se encuentra en peligro- comento de manera seria Japón hacia sus compañeros mientras demostraba una mirada terrorífica, causando mayor el impacto de pánico a los presentes.
    -¡¿Hasta esa conclusión llegaste?!
    -Bueno, en el peor de los casos… sino, nos hubiera contado con mayor naturalidad sobre esos mundos que prevalecen… de no hacerlo, es porque son peligrosos y no quería preocuparnos, ¿no?
    -Luego pensaremos en ello, lo que importa es que vayamos a donde se encuentra ella… Japón, ¿será posible que construyas alguna máquina que nos ayude?- pedía Inglaterra lo más serio posible, esperando en camino la aprobación de los presentes de secundar sus planes; pero en primera, a Japón.
    -Tomara algo de tiempo, pero creo que es posible… claro, con ayuda de ustedes, si me lo permiten
    -Lo que necesites, cuando la máquina este lista partiremos, así que preparen todo lo que necesiten, no sabemos cómo será ese otro mundo
    -Quiero ir con ustedes- comentaba el italiano con decisión en la mirada, además de levantarse de su asiento con mucha dificultad debido al embarazo de ocho meses presentes. Al darse cuenta de ello, Alemania fue quien lo tomo de su brazo para detenerle.
    -No Italia, en tu condición no sería lo correcto que vayas
    -Y tú menos West- interrumpió Prusia a su hermano menor, provocando en el cierta reacción negativa en su mirada -Se lo que me dirás, pero toma en cuenta que muy pronto nacerá ese bebe e Italia te necesitara para el parto…- dicho ello, Alemania sabía que debía estar con Italia, pero tampoco quería abandonar a la amiga que, en primer lugar, les ayudo en estar juntos. Viendo ello, Prusia poso una de sus manos en el hombro de su hermanito y le sonrió de tal forma que le tranquilizaría la preocupación -Descuida, tu asombroso hermano la traerá de vuelta
    -Entonces deja que vaya contigo Prusia- comentaba de paso España, ya teniendo preparado algún armamento de emergencia que tenía en la casa de Italia. Ante el ofrecimiento, Italia reacciono sorprendido.
    -Pero España-niichan, ¿No te necesitara Niichan, y tu hijo?
    -Estarán bien, desde que se enteró de tu embarazo, anda día y noche preocupado por tu salud y de que Alemania no te descuide junto con los niños… cuando le avise del viaje, vendrá hasta aquí en el siguiente vuelo con mi pequeño, una agradable reunión familiar, ¿no lo crees?
    -Entonces yo también le hablare a mi Cana, para que vaya con los niños a visitar al tío América- habiendo escuchado a los que se ofrecían, Francia también decidió en acompañarles mientras indicaba con su teléfono que ya estaba hablándole a su adorado esposo. Dicho esto, Inglaterra lo miro en preocupación de su repentina decisión, lo cual Francia decidió aclarar sus dudas -Se lo que piensas Inglaterra… y si tú vas, iré contigo… juntos hasta el final- dicho eso, le guiño el ojo como lo hacía en el pasado, provocando en el inglés cierto rubor por recordarlo
    -Idiota, como si te necesitara
    -¿Debería ir con ustedes?- comentaba Japón en duda, recibiendo por su parte la mano del ruso en uno de sus hombros, indicándole lo que tenían que hacer los dos.
    -Mejor quedémonos aquí a vigilar la máquina, en dado caso que se necesite algunos ajustes de emergencia- habiendo aclarado las dudas, se dirigió al prusiano y, de manera sorpresiva, saca su tubo de hierro y se lo entrega a Prusia en las manos -Llévate la varita mágica, puede serte útil- siendo tan “amable” de entregárselo, Prusia sintió una ligera vergüenza ante su acción que no sabía que decirle… debido a un gran secreto que ambos resguardaban
    -G-gracias
    -Oye Francia, como que esos dos se traen algo, ¿no?- cuestionaba curioso España hacia Francia al haber notado la actitud de ambos, provocando cierto coraje por parte de su amigo francés.
    -Son muy obvios con eso… ¿Por qué no disimulan un poco más?
    -¿Qué se traen ustedes dos?- comentaba Prusia al ver como sus dos mejores amigos “secreteaban” entre sí, casi con decir que se estaban acomodando en una esquina para hacerlo.
    -Eso deberíamos preguntarte- comentaba juguetón Francia mientras se balanceaba al hombro de su amigo albino, tratando de hacerle entender que ya sabían su secretito. Pero en vez de seguir discutiéndolo, solo sintieron la mirada asesina de Inglaterra mientras los motiva en hacer algo.
    -Basta con sus estupideces, ya dije lo que debemos hacer, ¡¡Así que muévanse!!

    “Ali… espera por tu hermano un poco más”



    ~Continuara~
     
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