🌟🌈 Rainbows & lights 🌈🌟 || Akihiko x Hiroki

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    Rainbows & lights

    ||Akihiko x Hiroki ||


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    Akihiko y Hiroki eran más que mejores amigos, habían crecido juntos pues la madre de Hiroki había trabajado en la mansión de los Usami, donde ambos se conocieron cuando eran niños.

    Compartieron secretos y aventuras, pero cuando Akihiko se va del país pierden toda comunicación.
    ¿Qué pensará Akihiko al ver que su mejor amigo trabaja en un club nocturno?

    QUOTE
    Nota: No sé porque estoy haciendo esto, apenas ayer publique un nuevo fic y ya estoy aquí de nuevo. Ugh ¿por qué soy así?
    La verdad es que ya estaba escribiendo lo del nuevo fic y este lo tenía pensado publicar hasta mucho después, pero ya estoy iniciando con el segundo capítulo y dije ¿por qué no iniciarlo de una vez? seguramente mañana por la mañana me arrepentiré pero mientras tanto aquí les dejo esta idea
    que según yo ya está estructurada, pero como siempre pasa cuando planeo cosas, tal vez cambie en algún futuro lo que se supone era mi idea original de como voy a avanzar con la historia. En fin ahora unas cuantas advertencias.

    •Mención de trafico y uso de drogas.
    •Prostitución.
    •Hiroki vestido con prendas "femeninas".
    •August.
    •Y muchas cosas más según vayan avanzando los capítulos.


    Edited by ~Akemi~ - 28/1/2018, 18:12
     
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    Woow otro fic más de tu autoría Aekemi chi, eso me encanta al igual que el resumen, ya quiero leer el primer capítulo

    Gracias por no dejar el for, esperaré ansiosa la conti, cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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    Otra historia suya que emoción.
    Se ve interesante, no veo la hora de leer el primer capítulo.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Don't you know I ain't fucking with them good boys?
    Know you love me like ain't nobody here, boy
    If you want it, boy, you got it
    Ain’t you ever seen a princess be a bad bitch?


    Akihiko acababa de llegar al país.

    Tanaka ya lo esperaba en el aeropuerto, tan formal como siempre. Sin embargo, cuando lo vio acercarse le sonrió con afecto y Akihiko le devolvió la sonrisa.

    No hablaron mucho en su camino a casa, pero Akihiko lo prefería así. Se concentró más en admirar la ciudad y notar lo mucho que había cambiado a lo largo de esos años. Sonrió con nostalgia cuando se fueron perdiendo los grandes edificios y se adentraron en una de las zonas residenciales más lujosas de Tokio.

    —Su padre estará feliz de verlo después de tantos años. — Akihiko no estaba tan seguro de eso. No había regresado a su casa después de que su padre se enterara que había abandonado la universidad en Londres, para perseguir su sueño de ser escritor, y la única razón por la que lo recibían ahora era porque se había convertido a lo largo de los años en un escritor reconocido y exitoso.

    No se parecía en nada al joven de dieciocho años que había partido hacía cinco años. Aun así, no debatió con Tanaka y asintió a todo lo que decía. Su mayordomo hablaba de como su padre trabajaba arduamente a pesar de su edad y de cómo su medio hermano había estado ayudándolo en la empresa.

    Cundo cruzaron las puertas de la mansión Akihiko notó que algo era diferente. No sólo el color blanco que había remplazado al azul en las paredes, o la alfombra nueva y blanca que adornaba el suelo o el aroma a roble en lugar a lavandas en el aire, era algo más. De pronto lo sintió faltaba alguien entre sus brazos.

    —Tanaka ¿dónde está Hiroki? ¿Sigue trabajando en el jardín? — Tanaka se quedó en su lugar quieto como una piedra y Akihiko al ver que no obtendría una respuesta de su mayordomo se encaminó al lugar donde creía que obtendría respuestas.

    Cruzo la sala principal y la cocina hasta la puerta trasera. De espaldas estaba un joven de cabello castaño regando las rosas que crecían en largas enredaderas por la pared. Akihiko se acercó a través del pasto húmedo y verde, pero cuando estaba por llegar hasta el joven este se dio la vuelta, Akihiko notó entonces que no se trataba de su amigo.

    Retrocedió sobre sus pasos, confundido.

    Cuando regreso al salón sus maletas ya no estaban, en su lugar su padre y su hermano lo esperaban. Compartieron un saludo seco y Akihiko suspiró decepcionado, nada había cambiado en esa casa.

    —¿Te quedaras aquí? —Preguntó su padre, con esa voz tranquila que siempre lo sacaba de quicio.
    —Sólo por hoy, he conseguido un departamento en la ciudad —. La verdad es que no le emocionaba la idea de estar mucho tiempo en lo que alguna vez había sido su hogar, y que ahora por alguna extraña razón se sentía más frío y solo de lo que recordaba.
    —Perfecto. Muchos de nuestros conocidos se han enterado de que regresabas al país— Mencionó su medio hermano. A Akihiko a veces le asustaba lo mucho que se parecía a su padre incluso en el tono de voz —Y nuestro padre ha organizado una fiesta esta noche en la mansión.

    Akihiko casi puso los ojos en blanco como cuando era niño, pero decidió que era mejor no decir nada. No tenía ni una hora en el país y no tenía la intención de iniciar una discusión con su familia tan pronto, así que no tuvo otra opción más que asentir sin objetar por nada. Cuando su padre y su hermano estaban por retirarse Akihiko tomó por una muñeca a Haruhiko.

    —¿Dónde está Hiroki? No lo he visto en la mansión ¿y la señora Kamijou?
    —Ellos ya no trabajan aquí Akihiko ¿no te habías enterado? — Su hermano se desprendió suavemente de su agarre sin darle tiempo de preguntar por qué.

    Se retiró a la habitación que había sido suya cuando era pequeño y notó que nada había cambiado, ni siquiera el cuadro de corcho lleno de fotografías y dibujos. Encontró su foto favorita rota se las esquinas y ligeramente aburrida, eran Hiroki y él cubiertos de pasto y bañados por los rayos del sol.

    Akihiko pocas veces había conocido el arrepentimiento, no lo había sentido cuando abandonó su hogar o su carrera, ahora lo sentía al darse cuenta de que había abandonado a su amigo.

    —❤—


    La fiesta estaba siendo terriblemente aburrida.

    Había personas que lo felicitaban ahora que era un escritor reconocido en Japón, pero que se habían mofado de él cundo dejó su carrera truncada en el extranjero. A Akihiko le asqueaban esas personas.

    Sin embargo, algo bueno debía de salir de todo ese circo. Se encontró con viejos amigos con los que había mantenido en contacto y cuando los invitados de sus padres se habían retirado y él estaba demasiado borracho para pensar con claridad se dejó guiar por aquellos a los que llamaba amigos y se alejó de la mansión.

    Manejó su auto a través de las calles de Tokio, dejando la exclusiva zona de la ciudad donde había vivido para internarse en los barrios más bajos que conocía. Llegaron sin saber a donde dirigirse, guiados por las luces de neón que los cegaban, hasta que dieron con lo que parecía el lugar indicado.

    El letrero de neón con un intenso color rojo indicaba el nombre del lugar; Bad Habits.

    Sus compañeros y el mismo ya están bastante ebrios para quejarse por la música tan alta, o el olor a tabaco y alcohol, al contario los disfrutan y los anima. Se sentaron cerca de lo que parecía un escenario principal, que en esos momentos estaba vacío a excepción del tubo servía para las bailarinas y los bailarines. Pero muy pronto eso cambió. La música se volvió baja y lenta, las luces neón y brillantes se cambiaron por unas luces pasteles y suaves, el escenario era lo único que se veía con claridad, se ilumina, como si un milagro estuviera a punto de pasar en ese lugar.

    Escuchó a los hombres murmurar a su alrededor. Akihiko casi no los entendía, sus voces parecían lejanas y estaban en un idioma que Akihiko no podía identificar, pero una palabra era repetida por todas aquellas bocas, ansiosas de una criatura, una que respondía al nombre de Petit.

    Akihiko centró su atención en el escenario y lo vio aparecer, no era una bailarina, pero era mejor que una. Tenía las piernas largas, envueltas en medias de red unidas a un liguero, con la piel llena de pequeños diamantes y se movía al ritmo de la música.

    Akihiko se encontró a si mismo siguiendo con la mirada las delgadas caderas y la manera en que la delicada espalda se curveaba conforme la música avanzaba. Pero entre más rápido iba la música Akihiko podía reparar en los delicados dedos de los pies que estaban al desnudo sobre el escenario, también admiraba la forma en la que el cabello del bailarín cambiaba de castaño a rojo de acuerdo con la iluminación que lo hacían parecer un ángel rodeado de un aura roja. Un ángel en llamas; se encontró pensando.

    Se perdió en su piel satinada y en sus delicados dedos alrededor del tubo. Pudo notar sus labios, moviéndose de acuerdo a la letra de la canción y curvándose en una sonrisa, sus piernas separándose mientras los hombres a su alrededor suspiraban y gruñían. Todo es tan caliente y delicado que Akihiko no cree que sea real.

    El pequeño ángel desciende de la tarima, acercándose a los hombres que estiran sus billetes a cambio de una caricia y él acude a todos, dándoles un pequeño pedazo de paraíso.

    Akihiko sacó su billetera y extendió un billete, esperando que el pequeño ángel escuche su llamado y acepte su ofrenda. Lo hace.

    Lo ve acercándose, con pasos tortuosamente lentos. Sube a su mesa quedando arrodillado frente a Akihiko, sus piernas cerca de su rostro y Akihiko mete el billete entre las aberturas de red. Cuando el pequeño ángel se inclina Akihiko exhala su aliento contenido y cierra los ojos.

    —Petit—Murmura como muchos hombres han hecho esa noche. Pero la voz que escuchó después lo deja inquiero y lo aleja del Edén para arrastrarlo cruelmente de nuevo a la realidad.
    —Akihiko.


    QUOTE
    Hola~
    Perdón por la demora, pero quería que este capítulo fuera lo más perfecto posible y aun tenía algunos espacios que no sabía muy bien como llenar, creo que está bien, la verdad me gusta mucho y espero que a ustedes también les guste.

    Muchas gracias a Mely y a Anne por sus comentarios, ustedes siempre me están siguiendo en mis locas historias sin importar cuanto tiempo las deje sin actualizar y por eso las amo. Este capítulo lo hice con especial cariño para ustedes, espero que lo disfruten y que crean que la espera ha valido la pena.

    Eso es todo lo que tenía que decir, nos estaremos leyendo en el próximo capítulo.

    PD: Respecto a la historia la verdad es que quiero seguir un poco el color del arcoíris, así que los nombres y la imagen son por eso, algunas veces se repetirán los colores, pero esperó que eso no pase mucho.
     
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    Me ha encantado el capítulo.
    Adoro como escribes así que siempre estaré esperando tus historias y tus actualizaciones.
    Cómo será que Hiroki ha terminado trabajando en este lugar?
    Ya Akihiko lo ha visto ahora qué pensará de él?
    Me gusta la manera de describir la actuación de Hiroki.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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  6. Arwen09
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    Hermoso capítulo!!! Amo tus historias y estoy muy feliz de que nos deleites con una nueva.
    Muchas gracias Akemi!! 😄😄
    Adoro el Hiroki-Akihiko como expresé en otras oportunidades tiene ese sabor a prohibido que me encanta jeje
    Hiroki es tan sexy!! Lo amo! Imaginarlo asi bailando tan exquisitamente es dinamita, muero por saber la reacción de Akihiko. Y que sucedió mientras Akihiko estuvo fuera.
     
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    Kyaaa pero que capítulo!! Akemi chi sin duda te salió perfecto el capítulo, me encantó las descripción de Hiroki en el escenario, me pregunto el por qué Akihiko no lo reconoció en seguida, pero de seguro es que tiene una máscara

    Ya quiero saber cómo reaccionará Akihiko y que pasará luego *w* esperaré súper ansiosa la conti, cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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  8. brÿtthanÿ /(•w•)/
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    Oh cielos a mi me ha encantado, amo con locura a esta pareja, fui mi primer otp viendo el anime pese a que a Akihiko lo pusieran con Misaki a mi nunca termino de convencerme... amo a Hiroki, mi primer uke adorado... excelente trama, continuación plss!!!
     
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    Yeah, she loves when everybody's watching
    She knows the way her body moves
    She loves the way they all crawl back when she says
    That she loves nobody else but you.
    She's on the loose



    Despertó en su nuevo y bonito departamento en el centro de la ciudad, donde los autos eran más ruidosos y las luces no se apagaban nunca, una combinación muy mala tomando en cuenta el dolor de cabeza que no parecía querer irse y las nauseas que lo atacaron cunado intentó ponerse de pie.

    Las paredes blancas y carentes de vida junto a los mueves que olían a cuero nuevo lo rodeaban, además su amigo Isaka estaba ahí en su cocina que aún olía a desinfectante y por las cosas a su alrededor podía adivinar que se encontraba cocinando.

    —Por fin despiertas, pensé que tendría que llamar a emergencias— Isaka le apuntaba con su espátula cubierta de huevo a medio cocer.
    —No es para tanto, y no deberías de estar en mi cocina harás que algo se estropee o me envenenaras con lo que estas haciendo — Akihiko se sentó en la mesa con movimientos torpes y dejó que Ryu dejara el plato medio cocinado frente a él.
    —No seas exagerado Akihiko, además tú no podrías hacerlo mejor—Akihiko tuvo que aceptar que era cierto, aun cuando se encontró varios trozos de cascaron en su desayuno.

    —¿Por qué me trajiste aquí? Mi equipaje todavía se encuentra en la casa de mi padre
    Ryu lo miró mal y Akihiko supo que no tuvo que haber preguntado
    —Lo hice porque ustedes, malditos alcohólicos no podían ni sostenerse ayer por la noche y tuve que conducir por toda la maldita ciudad para dejarlos es sus casas, la casa de tu padre se encuentra al otro lado de la ciudad no iba a conducir hasta allá.

    Después de eso el desayuno siguió en silencio. A Akihiko secretamente le avergonzaba su comportamiento, pero entre recuerdos confusos hubo un pequeño momento de claridad en su mente. Soltó una pequeña sonrisa se lado y miró a Isaka frente a él que no dejaba de hacer pequeñas muecas que delataban que a él tampoco le agradaba del todo el sabor del desayuno que había preparado.
    —Sabes, tuve un sueño bastante extraño—Bebió la taza de café que su amigo había puesto frente a él, por lo menos eso estaba bien; amargo y cálido—Íbamos al barrio rojo y entrabamos a un club nocturno con luces de neón.
    —Y enloquecías de amor por un bailarín exótico ¿cómo se llamaba?

    La gravedad se encargó de que tanto los palillos como la mandíbula de Akihiko cayeran.

    —❤—



    Sus sueños estaban plagados de luces de neón tan resplandecientes que lo cegaba, conversaciones a todo volumen y olores que lo asfixiaban y lo dejaban mareado e indefenso, pero cuando cerraba los ojos el ruido era remplazado por un sonido blanco que lo aterraba y al mismo tiempo lo llenaba de paz, ya no había luces radiantes ni manos tocando su cuerpo. Estaba sólo, y eso lo ponía terriblemente triste.

    El usual pajarito que se encargaba de llamar a su ventana pasado del medio día lo hizo despertar. Estaba demasiado cansado y pensaba seriamente en dormir otro poco, pero ante la insistencia de ese extraño bicho se levantó del diván que utilizaba como cama y abrió la ventana de golpe haciendo que el pajarillo saliera volando.

    Se estiró pese al sueño y al verse en el espejo notó que era más cabello despeinado y ojeras que persona, sonrió ligeramente ante tan tonto pensamiento y salió de su habitación, apenas un cuarto donde cabía su minúsculo diván y un pequeño baúl donde guardaba sus pocas pertenencias. El pasillo estaba sólo cuando se dirigió al baño para lavar su rostro. Al fijarse en el espejo notó que las ojeras que cargaba desde hacía unos días atrás aún no desaparecían y Hiroki sabía por qué. Aquellos ojos violetas y perspicaces no salían de su cabeza por más que quería borrarlos.

    Todavía tenía la imagen de Akihiko fresca en su cabeza. Años atrás siempre había admirado la expresión sobria que tenía a pesar de ser un adolescente y ahora que era un hombre podría haber hecho juego con el traje clásico y elegante que portaba, pero aquella noche tenía el cabello despeinado y sus rasgos faciales eran salvajes; las luces brillantes no hacían más que acentuarlos. Sus labios estaban enrojecidos y Hiroki pensaba que en algún punto de su visita al barrio rojo su corbata tendría que haber desaparecido, su cabello plateado parecía flotar por el aire. Él no pudo quedarse tanto tiempo, apenas sintió las heladas manos de Akihiko poner un billete entre sus medias bajó de su mesa para ocultarse detrás del escenario.

    —¡Hiroki! —La voz lo golpeó como un látigo y lo obligó a dejar de pensar en Akihiko —El agua se está escurriendo, no ganaras los suficiente para cubrir el recibo este mes— Hiroki es bruscamente empujado, no comprende el enojo de Asahina hasta que siente el agua en sus pies descalzos y el sonido de la llave siendo cerrada llega hasta sus oídos.

    —Lo siento, no me di cuenta— Es una disculpa inútil, pero sabía que eso aplacaría a Kaoru. Kaoru suspira y estira su cabello hacía atrás. Hiroki lo ve de pies a cabeza, planteándose que se ve terriblemente apuesto en su uniforme.
    —Como sea, recuerda que hoy viene el cobrador no quiero que nos atrasemos con la renta— Kaoru camina alejándose del baño, tal vez demasiado cansado por la guardia nocturna que acaba de cubrir, además de la suya propia. —Tan solo deja el dinero sobre la mesa. No quiero que ese viejo esté llamando a la puerta a horas inapropiadas…

    Kaoru no continua con el discurso que está teniendo, no cuando Hiroki se aferra a su espalda y desliza sus manos a través de su camisa. Kaoru es cálido, siempre lo ha sido y siempre ha sabido como contener a Hiroki, como evitar que se rompa en miles de pequeñas piezas. Siente el aliento helado de Hiroki en su mejilla y sus mansos cálidas en el borde de su pantalón, se dice a si mismo que no debería sucumbir ante los encantos de Hiroki, ante sus labios suaves o ante las estrellas sobre su piel.

    Pero lo hace.


    —❤—



    Han pasado días desde su visita a Bad Habits y la ansiedad lo está consumiendo. Se pasa horas pensando en que tal vez todo es una mala jugada de su mente, tal vez aquel rostro provocativo y cautivador que contemplo aquella noche detrás del velo del humo de cigarrillos no es el mismo que él recuerda, muchas personas tienen el cabello castaño y ojos grandes y expresivos, muchas personas tienen aquellas curvas y ángulos donde debe haber curvas y ángulos, muchas personas tienen esa piel de terciopelo y esa aura que las invita a no dejar de mirarlas nunca ni por un segundo, ni aunque la vida se les vaya en ello.

    Pero muy dentro de sí, Akihiko sabe que se está engañando, pues la voz dulce y confusa sigue sonando en su cabeza.

    Isaka lo encuentra perdido en sus pensamientos cuando entra a la oficina de su editorial. Aún no han encontrado ningún editor para tan terrible y desorganizado escritor, así que él personalmente se estaba haciendo cargo de la odisea que era que Akihiko escribiera, aunque fuera solo unos cuantos párrafos, pero la mente del escritor parecía estar en blanco; totalmente vacía.

    —¿Qué es lo que pasa contigo? Desde hace varios días estás más idiota de lo acostumbrado—Isaka no se caracterizaba por su paciencia o su tacto y el ver afectado a su amigo no sacaba su mejor lado como persona.

    —Creo que conozco al bailarín de la otra noche —Las palabras saben extrañas en su boca una vez que las dice, en su garganta estaban espesas y livianas como la niebla en una mañana soleada pero una vez fuera parecían reales.

    —¿El de Bad Habits? ¿Estas seguro? —No sabe por qué Isaka parece tan despreocupado cuando él casi se está muriendo por dentro —¿Eso es lo que no te deja pensar? Que tontería.

    —Tengo que volver a verlo y estar seguro de que no es él. Así tal vez estaré más tranquilo— Es mentira; se repite y no deja de hacerlo ni siquiera cuando escucha las risas y los comentarios inapropiados de Isaka, pero al final cuando su amigo accede a llevarlo de nuevo a aquel lugar Akihiko teme por lo que se le pueda revelar

    —❤—



    Había dejado a Kaoru dormido en su cama. Asahina tenía el cuarto más grande de su departamento, donde por lo menos cabía una cama matrimonial, un ropero y algunos muebles pequeños. Kaoru había insistido en que lo compartieran, pero Hiroki se había negado, después de todo la mayor era quién más aportaba a su pequeño y roto hogar.

    Después de sacar un poco de dinero de su escondite secreto —que en realidad no era más que un ladrillo suelto en una de sus paredes— y de dejarlo sobre la mesa en la sala se despidió de Asahina con un beso en la coronilla de su cabeza, donde se hacía un pequeño remolino que a Hiroki le parecía adorable y que sólo podía disfrutar cuando Kaoru dormía escondiendo su rostro en la almohada justo como en ese momento lo hacía.

    Lo único que iluminada las calles era la precaria y amarillenta luz del alumbrado público. Por lo general Hiroki prefería tomar el autobús a su trabajo, pero esa noche quería respirar el contaminado aire de la ciudad y dejarse envolver poco a poco por los anuncios llamativos y la música a todo volumen que empezaba a escaparse de algunos locales vecinos. Para su sorpresa llegó sorprendentemente temprano y se dirigió a su camerino, que compartía con otro de los bailarines, una marcada diferencia con respecto a los novatos que se amontonaban todos frente a un solo espejo y luchaban por las secadoras de cabello y las sombras cromadas del tocador.

    El se desvistió sin prisa y se puso el conjunto que usaría esa noche. Usaba unos shorts demasiado cortos a los que ya se había acostumbrado y por su cabello y alrededor de la única prenda que luciría esa noche caían en cadenas pequeños y refinados diamantes.

    Se aplicó brillos sobre los hombros y el vientre, así como en sus mejillas y en el contorno de su rostro, se aplicó apenas un poco de hidratante sobre los labios y entonces ya estaba listo para ser corrompido esa noche. Ensayó su sonrisa frente al espejo, era la parte más difícil y la que más tiempo le tomaba, tanto que cuando se dio por satisfecho con el resultado de incesantes prácticas e intentos fallidos por parecer provocativo y cautivador sus demás compañeros ya estaban en el club, listos para salir en cualquier momento al escenario.

    Uno a uno fue saliendo y mientras más avanzaba la noche más confianza adquiría Hiroki, en algún punto de la madrugada dejó de ser el pequeño e indefenso niño para convertirse en el rey del lugar. Se dejó envolver por las risas de los chicos en sus diminutos trajes y un aura mítica se dejó caer sobre ellos. Cuando estuvo en el escenario ya no era Hiroki, era Petit por quién todos suplicaban, incluso el mismo Hiroki.

    Se entregó a los deseos de sus amantes, bailando y dejando que la pedrería sobre él brillara en contacto de las luces artificiales, formando iris de todos los colores imaginables e inimaginables.


    QUOTE
    Hola ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?

    La verdad es que he me he retrasado en mis proyectos porque este es mi último año escolar y creo que me estoy emocionando demasiado, he tenido tantas cosas que hacer que la verdad mi escritura ha pasado a segundo plano, además creo que no tenía ninguna idea clara para este capítulo pero por fin esta tarde me senté en mi escritorio y no me he movido hasta que lo he tenido listo.

    Otra cosa por la que me he tardado es porque no he encontrado imágenes que me gusten lo suficiente. Verán las letras de las canciones y las imágenes quiero que sean perfectas y que avancen conforme a los capítulos, de hecho no estoy de todo convencida de la imagen que he elegido para este capítulo por eso no se sorprendan si encuentras una diferente en unos días c:

    Veo que a todas les ha gustado mi Hiroki bailarín(? espero que también les guste en este capítulo c; Muchas gracias por sus comentarios hoy los estuve leyendo y me han hecho el día.

    Nos leemos~

    PD: Casi se me pasa mencionarles que espero que compartan el mismo gusto musical que yo para que disfruten su lectura. La canción de la semana pasada fue Bad Decisions de Ariana Grande y la de este es on the loose de Niall Horan


    Edited by ~Akemi~ - 31/3/2018, 01:46
     
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    Hola Akemi chi!! cómo has estado?

    Noooo pero qué pasó?! yo quería la reacción directa de Akihiko y Hiroki, no que el baka se emborrachara tanto que al final pensara que todo fuera un sueño, bueno ya que, al final Akihiko igual irá a buscar a Hiroki y espero que Hiroki le de una buena explicación *w*

    Gracias por la conti, cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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    Me ha encantado el capítulo.
    Qué mal que Akihiko se emborrachara y creyera que todo era un sueño, pero va a ir otra vez para averiguar si es Hiroki.
    No veo la hora de ver el encuentro de esos dos.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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  12. Arwen09
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    Me muero de emoción!! Están a un paso de verse otra vez. Ninguno de los dos puede dejar de pensar en el otro.
    Ese Isaka me hace reír, ninguno sabe cocinar bien jajaja
    Gracias por traernos otra conti!! Lleva su tiempo y dedicación.
     
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    What the hell were we?
    Tell me we weren't just friends
    This doesn't make much sense
    But I'm not hurt, I'm tense
    Cos' I'll be fine without you babe



    Fue lo primero que Akihiko vio cuando entró al club.

    Había muchos bailarines con menos prendas que Hiroki, los había más atrevidos, que permitían que los clientes pusieran sus manos sobre sus suaves pieles, aunque fuera solamente por unos efímeros segundos, sin embargo, seguía siendo Hiroki quién más destacaba; como una joya brillando en medio del escenario.

    Siempre había sido así. Hiroki siempre destacaba en cualquier lugar al que iba, era el centro del mundo para Akihiko que eternamente lo observaba a la distancia.

    Durante un momento Akihito ya no se encontraba en el club, rodeado el calor de innumerables cuerpos que se movían a su lado, cubierto por el olor del tabaco, el sudor y las lágrimas, sino que se encontraba sobre el césped recién cortado, rodeado de las flores silvestres que se daban en el pequeño bosque detrás de su casa.

    —❤—



    No podía decir que recordaba el momento en el que conoció a Hiroki, porque él siempre había estado a su alrededor. Toda su vida habían permanecido juntos, incluso antes de que ninguno de los dos pudiera hablar o caminar y sólo se habían separado cuando Akihiko dejó el país.

    La madre de Hiroki había actuado como su niñera desde que Akihiko tenía memoria, cuando su madre lo había rechazado haciendo sus maletas y no volviendo nunca a la mansión y de esa manera Hiroki se había vuelto como su hermano, más cercano incluso que la persona fría y seca que su padre había llevado una helada mañana de invierno, y que su había presentado como el medio hermano de Akihiko.

    Cuando eran pequeños ambos se escapaban de la mansión, atravesando los jardines cercanos y adentrándose en el bosque, pero siempre sabían que, al regresar, en la cocina los esperaría una humeante taza de chocolate caliente en invierno, cuando sus manos se congelaban por haber levantado ciudades de nieve, o un té helado que les quitara la sed después de una larga tarde de travesuras en el verano.

    Hiroki había pasado tanto tiempo a su lado que a Akihiko le parecía imposible decir el momento exacto en el que se había enamorado de él. Tal vez había sucedido a los cinco años, cuando Akihiko le lanzó una bola de nieve en el cabello, y el sol brilló a través de las ramas marchitas de los árboles haciendo que el cabello de Hiroki brillara con tintes dorados, o tal vez sucedió cuando tenían diez años y Akihiko se había vuelto un niño con un halo de melancolía que sólo podía desaparecer cuando Hiroki le sonreía de esa manera tan pura cuando le mostraba sus escritos o sus libros favoritos.

    Quizá en el pasado habían vivido mil vidas juntos y desde siempre se habían amado, cuando solo eran espíritus en el viento, antes de encarnar en carde y huesos de nuevo. Akihiko no lo sabía, sólo sabía que a sus quince años no podía apartar los ojos de Hiroki, no cuando leía a su lado en completo silencio, con los ojos llenos de brillo y los labios curvados en una sonrisa, tampoco podía dejar de verlo cuando les dejaban terribles cuentas matemáticas y Hiroki fruncía el ceño respingando su diminuta nariz, o cuando se acostaban sobre el pasto lleno de flores y los rayos del sol iluminaban las pestañas de Hiroki, como miel sobre sus ojos. Una tarde Akihiko se había inclinado para probarla.

    —¡¿Qué crees que haces estúpido?!— Hiroki se había sonrojado y alejado, pero Akihiko lo mantenía debajo de él. Incluso había tenido la osadía de reírse en su cara, sosteniendo sus mejillas y subiéndose a su torso, y en algún momento entre los rayos del sol, las risas y los gritos furiosos, todo se quedó en silencio, ni siquiera los pájaros siguieron su trino, no cuando sus labios se unieron, en un momento que duró horas.

    El momento seguía fresco en su mente, al principio todo había sucedido deprisa y desordenado, manos nerviosas que se movían sin ninguna dirección previamente trazada, posteriormente sólo fue dulce y pacífico, las manos de Hiroki ascendieron hasta su nuca, desplazándose por sus hombros y después marcando sus costados, Akihiko aún recordaba lo suave que estaba su cabello ese día y lo delicada que le pareció la curva de su espalda contra el césped.

    En algún momento había abierto los ojos, chocando sus pestañas contra las de Hiroki y había visto la intensidad con lo que lo miraba, con sus ojos cafés dilatados. Los minutos se transformaron en horas y ambos seguían rodando sobre el pasto, a veces se apartaban y entonces Akihiko acariciaba el cabello de Hiroki, sus mejillas, sus orejas e incluso la pequeña curva en su cintura, entonces Hiroki volvía a buscarlo con necesidad y todo comenzaba de nuevo.

    En ningún momento hablaron siquiera, no hacía falta.

    Después de eso todo había sido más y más. Se besaban en las esquinas de la mansión, en los momentos en que la madre de Hiroki se encontraba cocinando, o cuando el hermano y el padre de Akihiko se encerraban en el estudio, hablando de números y cifras que a nadie le importaban. Se besaban y acariciaban contra los estantes de libros, sobre el escritorio de Akihiko, a un lado de pinturas y jarrones caros que abundaban en la casa e incluso en el comedor, cuando pensaban que nadie los veía, pero su lugar favorito siempre sería el pequeño bosque que los guardaba en su follaje y los dejaba descansar en paz.

    —❤—



    —¡Akihiko! —Isaka estaba tomándolo por la manga de su camisa y lo llevaba dentro del club, rodeado a las personas que les impedían el paso —He visto a tu bailarín en el centro del escenario —Puede reconocer la burla en la voz de Isaka, pero en ese momento no le importa, no cuando está tan cerca de Hiroki, cuando por fin puede apreciar su rostro con los ojos vidriosos y rotos.

    Lo ve rodeado de hombres que lo comen con la mirada y que aun así no se atreven a tocar su piel hasta que él se los permite. Akihiko no sabe si es una tortura o un deleite verlo de esa manera.

    —¿Y bien? —Ryu lo miraba con una expresión aburrida, esperando el momento en que pudieran salir de ahí —¿Ya podemos irnos? —Isaka conocía a Akihiko pues ambos habían asistido a la universidad juntos y aún después de Usami la había abandonado habían seguido comunicándose, Ryu estaba seguro de que cualquier conocido de Akihiko no podía estar ahí, después de todo Akihiko venía de una de las mejores familias de Japón, incluso con antepasados aristócratas ¿por qué estaría relacionado con un bailarín como ese?

    Sin embragó cuando Isaka vio el rictus preocupado de Akihiko, cuando notó la tristeza en sus ojos y como se le escapó la respiración, lo sujetó de las mejillas, haciendo que Akihiko apartara la mirada del bailarín.

    —¿De verdad lo conoces? Debes de estar jodiendome Usami Akihiko —No lo estaba. El escritor estaba conmocionado, perdido en sus memorias y en el pequeño ángel que brillaba, pecaminoso sobre las baldosas relucientes que lo reflejaban tal y como era; como un ser roto, y vacío que aun así no perdía su brillo entre todo aquel caos y locura.

    —Es la joya de nuestro local. Una vez que miran a Petite ningún cliente puede sacárselo de la cabeza —Era un hombre en un reluciente traje el que les hablaba, con el cabello perfectamente recortado y un acento forzado que se escabullía a través de unos dientes blancos como perlas, con los ojos calculadores y amigables—¿Puedo ofrecerle una función privada, señor Usami?

    Akihiko ignoró por qué ese hombre sabía quién era, así como a su amigo cuando este le dijo que no era una buena idea. Lo único en lo que podía centrarse era en Hiroki que estaba a punto de desaparecer del escenario, lo sabía por el tono de la música elevándose cada vez más, anunciando la partida de Petite.

    —❤—



    Llegó a su camerino tambaleándose, anestesiado por la euforia que permanecía en sus venas.

    Se sentó en la silla de terciopelo rojo frente a su gran espejo, riendo completamente solo. Y ahí, con la luz blanca sobre él levantó la vista tratando de encontrar su reflejo, pero no estaba. Lo único con lo que se encontró fue con un chico de ojos vidriosos y desorientados con las mejillas teñidas de un rojo furioso, los labios hinchados y brillos por toda la cara.

    Sin saber por qué, lágrimas ardientes comenzaron a deslizarse por su cara, empapándola. Lloró hasta que los brillos escurrieron por sus mejillas como cera derretida, ni siquiera fue consiente de en qué momento su jefe había entrado y cuanto tiempo lo había escuchado sollozar. Sólo pudo sentir su pañuelo de algodón limpiar el desastre que era su rostro y su vida.

    —Te necesito listo en quince minutos. Un cliente muy especial ha pagado para verte, te espera en la habitación ocho —Hiroki asintió y le quitó el pañuelo de entre las manos a ese hombre frío y cálido que lo destruía y lo cuidaba.

    —No quiero que sea ese horrible ministro, la última vez no dejaba de tocarme con sus asquerosas manos —Hiroki sabía que sería imposible aún así para él rechazarlo, ese club no se caracterizaba por ser barato, muchas personas importantes de Japón e incluso de otras partes del mundo iban ahí a dejar sus pequeños pecados y secretos, dejando que se ahogaran entre el neón y la música demasiado alta para ser escuchada más que para aquellos bailarines que se sentaban en sus regazos y se acurrucaban sobre sus pechos, tanteando sus corazones y sus armas escondidas entre las finas telas de sus trajes.

    —Ese ministro no volverá a entrar a este establecimiento, además lo detuvimos antes de que intentara algo más ¿no es así? —Su jefe buscaba entre el guardarropa algunas prendas que pudiera usar, mientras Hiroki pasaba una toalla húmeda sobre su piel, quitando del sudor y el maquillaje —Este es un escritor, acaba de llegar a Japón, estuvo aquí la semana pasada, pero nadie supo quién era — Hiroki sintió como sus manos se helaban y se sostuvo del tocador para no caer al suelo. Él sabía perfectamente bien de quién se trataba. — Ganaras bastante esta noche, y después de todo lo necesitas, no has aceptado funciones privadas desde hace semanas.

    Hiroki apenas sintió las manos de su jefe quitando los diamantes y los delgados shorts, ni siquiera se dio cuenta de en que momento habían arreglado su cabello y aplicado de nuevo el iluminador sobre su rostro. Simplemente cuando se dio media vuelta y se observó al espejo estaba vestido con un diminuto short de encaje negro, unos ligueros se aferraban a sus muslos con la única utilidad de hacerlos deseables y una gargantilla con un diminuto diamante al frente. No quedaba ni un rastro de el rostro demacrado que se había reflejado minutos atrás, pero ahí, Hiroki tampoco encontró su rostro, aquel era el rostro de Petit, siempre fresco e incorruptible, deseable, pero no sincero.

    Caminó por el pasillo que llevaba a los cuartos privados aferrándose al albornoz negro que se arrastra por el suelo, alejándose del ruido que eran los vestidores y el escenario principal y sin quererlo crueles memorias llegaron a su mete.

    —❤—



    —¿Por qué no me lo dijiste? —Hiroki había entrado furioso a la habitación de Akihiko, esa que ahora mismo estaba siendo reorganizada pues las repisas que antes estaban llenas de libros ahora estaban vacías y la ropa que antiguamente se guardaba en el closet ahora estaba distribuida en varias maletas sobre el suelo de madera recién pulido.

    Akihiko se encontraba cerca de su ventana, con una expresión melancólica que últimamente no abandonaba su rostro.

    —Antes de entrar de verías de llamar a la puerta Hiroki —Hiroki no le hizo caso, entró a grandes zancadas a la habitación hasta pararse frente a Akihiko, no se encontraba contento y no estaba de humor para uno de los comentarios tontos de Akihiko, este resopló y encaró a Hiroki. —¿Por qué tendría que decírtelo?

    —Porque me habías prometido que iríamos a la misma universidad, porque ahora resulta que te vas a mudar a otro continente, porque se supone que somos…
    —¿Qué somo Hiroki? —La voz tan fría de Akihiko congelo cualquier expresión de rabia que Hiroki hubiera tenido, sus ojos se llenaron de lagrimas sin embargo fue la mejilla de Akihiko la que se tiño de rojo cuando la palma de Hiroki impacto contra la sensible piel, que miles de veces había besado.
    —En ese caso espero que disfrute su estadía en Londres, señor Usami.

    Hiroki bajó las escaleras tropezando algunas veces pues las lagrimas le nublaban la vista, salió de la mansión y corrió hasta que llegó a su pequeño escondite, donde todo era verde y azul pero donde últimamente no podía hallar paz. Desde hacía varios meses su relación con Akihiko no era ni la sombra de lo que había sido, había días en los que ni siquiera se veían, sus besos le sabían mal sobre los labios, pero él los suplicaba aún así, tal vez todo había comenzado desde que le había dicho que no tenía la intención de seguir… con lo que fuera que estaban haciendo.

    Desde siempre había sido así, dos tontos adolescentes que besaban labios extraños. A veces cuando asistían a alguna fiesta juntos y cada uno tomaba a sus amantes de esa noche se veían a través de la habitación y encontraban sus miradas aun cuando tenían sobre sus labios el sabor de una persona desconocida. Pero al final de la noche siempre eran solo ellos dos y aun así siempre se escondía de los demás, siempre se besaban entre las sombras y se murmuraban palabras de amor que sólo en ocasiones especiales eran descifrables.

    Escuchó las ramas romperse a sus espaldas y el pasto doblarse y estirarse, entonces sintió unos brazos cálidos rodeándolo y el aliento helado sobre su rostro.
    —¿Qué nos hemos hecho Hiroki?

    —❤—



    Aún después de tantos años Hiroki no tenía la respuesta, pero eso no importaba ahora, no cuando Hiroki no estaba ahí para sufrir. Abrió la puerta marcada con el número ocho sin mirar realmente adentro.

    —Supongo que ya le informaron las reglas del establecimiento. No se permiten cámaras ni cualquier objeto que pueda dañar a los bailarines— Hiroki le dio la espalda deshaciendo el moño que ataba su albornoz—No se permite la entrada de más de dos personas, ni el uso de drogas mientras se esté con los bailarines— El albornoz de deslizó sobre su hombro hasta que Hiroki finalmente se desprendió de él y lo colocó sobre una percha — No se permite tocar a los bailarines.

    Las luces claras desaparecieron, dando lugar a unas de que tiñeron de rojo la habitación y la música comenzó cuando Hiroki se dio la vuelta, con los ojos fijos en Akihiko —Espero que disfrute de mis servicios, señor Usami.



    QUOTE
    Hola~
    Esta ha sido una semana agitada para mí, pero en cuanto terminé el capítulo anterior ya estaba deseando comenzar con este así que he aprovechado mis tiempos libres y lo he escrito, creo que no quedó tan mal C:

    Ya sé que las dejé con las ganas de una charla como se la merecen estos dos después de no verse en tantos años, pero prometo que el próximo capítulo todo quedará aclarado, es sólo que me gusta mantenerlas en tensión.

    La canción que utilicé como inspiración para este capítulo se llama Friends y es de Chase Atlantic, no se sorprendan si encuentran a este grupo en algún futuro capítulo porque la verdad es que me encantan.

    Otra cosa es que me gustaría sacar algunos capítulos extras para explicar algunos sucesos, como la "amistad" de Hiroki y Kaoru. No sé como voy a desarrollarlas ni como voy a incluirlas en la historia, no sé si hacerlo al final o entre capítulos, pero ya s me ocurrirá algo.

    Muchas gracias por leer y comentar, ya saben que se los agradezco mucho.
    Nos leemos~
     
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  14. Arwen09
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    Me encanta!! Que hermoso cuando Akihiko no sabía cuándo fue que se enamoró de Hiroki.
    Hiroki se armó de valor para enfrentar a Akihiko...no puede ser tan sexy por dios!!
    Porque Akihiko estaba tan frío??
    Muchas gracias por la continuación, aún hay varios interrogantes y eso mantiene las ganas de seguir leyendo otro capítulo.
     
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    Me ha encantado el capítulo.
    Me gusta como describes las escenas.
    Cada vez está más emocionante con todos los interrogantes que hay.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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15 replies since 28/1/2018, 07:51   338 views
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