Arrebol. (One-Shot) [SaruMi]

"Saruhiko no era nada más que una simple nube, y Misaki era un sol."

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Welcome To My Strange World ♥
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    93
    Location
    *~*In Wonderland*~*

    Status
    Offline
    Creo que sin importar cuanto tiempo pase, siempre vuelvo a escribir sobre mi OTP uvu <3
    PD: A veces creo que debería escribir sobre otras parejas pero les juro que no puedo, los sentimientos de gorda fan me ganan (╥﹏╥)

    Título: Arrebol.
    Anime: K Project.
    Pareja/Ship: Fushimi Saruhiko x Yata Misaki [SaruMi]
    Género: Romance, Drama.
    Advertencia: Un poco de feelings, nada grave…Creo (?) Y repetición de nombres intencional uvu
    Disclaimer: Ni K Project ni sus personajes me pertenecen, si no el Sarumi sería tan canon como el Vikturi y Mikoto aun estaría vivo </3

    (◕‿◕✿)(◕‿◕✿)(◕‿◕✿)

    El mundo estaba compuesto de muchos colores: El verde de las hojas, el azul del cielo y del mar, el marrón de los troncos de los árboles y mucho más. Cada una de las personas de esta tierra veía esos colores de manera diferente. Algunos veían los colores vivos, como si ellos pertenecieran a ese mundo de color, y otros solo convivían con los colores y veían solo una sombra monocromática.

    Saruhiko no pertenecía a ninguno de esos dos grupos, ya que él no veía los colores ni tampoco en su escala de grises. Entonces, ¿Qué es lo que veía Saruhiko en su día a día? Nada, solo ruido. Desde que el peliazul recordaba siempre fue así, la gente frente a él solo eran una sombra burlesca que pasaban a su lado, los árboles, el cielo y el mar, no eran nada más que parte de un ecosistema del que formaría parte cuando muriera. Nada tenía sentido y nada tenía importancia.

    La primera vez que vio algún color fue tan fuerte que por un momento lo cegó, el primer color que vio fue el tono ámbar en los ojos de un chico sonriente.

    Saruhiko no se percató en que momento realmente fue que su mundo se comenzó a llenar de color, pero si se podía dar cuenta que la razón de ello fue Misaki, el niño que por primera vez le sonrió de verdad.

    Poco a poco los días en los que solamente vivía en un mundo rodeado de la nada comenzaron a tomar forma y sentido al pasar el tiempo junto con el castaño, el ruido desapareció y fue reemplazado con su risa y su voz, y las sombras se transformaron en él. Misaki sonriéndole, Misaki acompañándole, Misaki durmiendo apoyado en él, Misaki limpiando sus lágrimas y apoyándole cuando se dio cuenta por primera vez de lo roto que estaba, Misaki y sus mejillas sonrojadas, Misaki riendo, Misaki solo siendo él.

    En algún momento el castaño se transformó en un pilar fundamental para él, tomando todo a su paso y derritiendo todo el hielo que era Saruhiko, para instalarse en él, incluso sin saberlo el propio Misaki.

    Saruhiko se dio cuenta de la peor manera lo importante que era Misaki cuando lo dejo atrás.

    Realmente al ojiazul le costó bastante superar aquella y tomar una decisión sobre qué hacer, poco a poco estaba volviendo a caer en el hoyo sin fondo que era su vida y ahí se dio cuenta: Saruhiko no era nada más que una simple nube, y Misaki era un sol.
    Saruhiko solo flotaba siguiendo el viento sin control alguno esperando que el momento llegara para desaparecer y caer como agua. En cambio Misaki siempre brillaba e iluminaba todo a su paso, contagiando a la gente con su calor, tiñendo a Saruhiko con un poco de su luz, pero el sol no siempre estaba allí, en algún momento tenía que irse a iluminar otro cielo, y cuando eso llegara solo dejaría frió y oscuridad detrás de él.

    Entonces Saruhiko tomo la decisión de irse antes de volverse agua.

    Pero aquello fue peor.

    Desvanecerse dolía, romperse, disolverse, desaparecer. Día a día Saruhiko se perdía un poco más, las sonrisas brillantes que recordaba se transformaron en miradas de resentimiento, los abrazos que compartían se volvieron en golpes y gritos de dolor, y el cariño que se profesaban se desvaneció y en cambio ahora el sol sentía odio, ya no le iluminaria más, y estaba bien, o eso se decía. Mejor una muerte rápida que una lenta.
    Saruhiko creía esconder muy bien sus ojos rojos por días y noches sin dormir, el llanto bajo sonrisas sarcásticas y el dolor en su corazón bajo una máscara de indiferencia. Después de todo su sol nunca ha sido muy inteligente pero otras personas si se daban cuenta.

    Y la persona que le ayudo fue el que menos esperaba.

    Anna siempre fue una chica muy despierta, algo callada pero se daba cuenta de todo a su alrededor y era bastante madura para su edad. O al menos eso le decía Reisi con mucho orgullo.

    Anna fue la primera que se dio cuenta que Saruhiko no estaba bien y comenzó poco a poco. La primera vez que sintió que algo no iba bien fue cuando vio una de sus peleas, al terminar siempre se iba Misaki con una mezcla de ira y tristeza y nunca volteaba, pero en ese momento Anna decidió que estaba bien que no lo hiciera, porque lo más probable es que no supiera que hacer con la expresión que mostrara Saruhiko en su cara.

    No era normal ver en el ojiazul esa expresión como si tuviera ganas de llorar.

    Anna decidió investigar un poco más y se dio cuenta de muchas cosas.

    Anna iba bastante seguido al cuartel de SCEPTER 4, ya que Mikoto cuando iba la traía a que buscara el libro que gustara de Reisi y Anna una de esas tardes se decidió a investigar.

    El ojiazul esa tarde no trabajaba pero seguía en el establecimiento encerrado en su habitación, al parecer eso era muy normal. A Anna no le costó mucho poder entrar al recinto donde estaban las habitaciones y hacerse su camino hasta donde estaba la de su ex compañero, pero no se atrevió a entrar hasta un buen rato después.

    Para alguien ese ruido hubiese sido algo banal, probablemente ni siquiera se hubiesen dado cuenta o no le habrían dado la importancia necesaria, pero Anna reconocía ese leve sonido. Saruhiko, detrás de esa puerta estaba llorando. No era un llanto histérico y ruidoso, si no que era suave y triste, como si te diera una sensación de dolor, resignación. Anna decidió que era difícil de transmitir lo que sentía, pero era contagioso.
    Solo se atrevió a abrir la puerta cuando el llanto había cesado y realmente le costó mucho determinar cuánto tiempo había pasado, pero probablemente demasiado, ya que en el exterior el sol se estaba escondiendo. Cuando entro a la habitación se dio cuenta que era algo pequeña, solo con una cama, una puerta que probablemente daba a un baño, y dos muebles, uno tenía un computador y otro estaba lleno de juegos algo viejos y papeles arrugados.

    Saruhiko yacía recostado sobre el mueble del computador dormido agotado. Cuando la pequeña se acercó se dio cuenta que tenía el rostro rojo y húmedo con bolsas bajo los ojos, incluso dormido Anna podía asegurar que no se encontraba en paz. Y no le costó mucho adivinar la razón de su intranquilidad.

    Fue un día de lluvia en el que el Sol volvió a brillar.

    Ese día Munakata Reisi había decidido que era una buena idea llevar a sus subordinados de confianza al bar del Clan Rojo, con la excusa que debían estrechar lazos. Pero todos sabían que esto solo era algo personal, el brillo en los ojos de Suoh Mikoto lo confirmaba.

    Anna miraba a todos lados en busca del chico de gafas pero no lo encontraba, y por el día que era eso le preocupaba. Tirando de la manga de Misaki camino hasta el Rey Azul.

    -¿Saruhiko? –Pregunto Anna simplemente.

    Por un momento hubo una leve pizca de confusión en el Rey, era extraño que Anna preguntara por alguien que no fuera Mikoto o alguno de los rubios de su clan, pero al dar una rápida mirada al chico que se encontraba incomodo detrás de la ojirroja obtuvo su respuesta.

    -Fushimi-kun no quiso venir, lo iba a traer de todas maneras pero no tenía buena cara. –Explico Reisi de forma sincera causando que una pequeña mueca de preocupación se formara en su normalmente inexpresivo rostro.

    Hoy era un mal día para Misaki y Saruhiko. Hoy era el aniversario del día en que Saruhiko dejo HOMRA. El día en que el ojiazul se alejó definitivamente del sol.

    Anna sin decir nada aun tirando de la manga del castaño camino hasta la puerta del bar y empujo al chico afuera.
    Yata se volteo a mirarla algo confuso y enfadado al oírla preguntar por aquel que consideraba un traidor.

    -¿Anna? –Pregunto sin entender porque lo estaba sacando del bar.

    -Anda a buscarlo. –Se limitó a decir con un aire de ansiedad en su voz.

    -¿¡Ah!? ¿¡Por qué tengo que ir a buscarlo precisamente a él!? –Soltó en un grito, cualquiera pensaría que esa actitud era solo por odio hacia el ojiazul pero Anna veía algo más. En medio de su rabieta podía notar su mirada herida y un dolor escondido en su voz. El mismo dolor que notaba en las risas fingidas de Saruhiko.

    -Por favor… Anda, anda. –Comenzó a jalarlo hacia afuera con una actitud impropia de ella, siempre acostumbrada a verla prácticamente como una muñeca inmóvil y calmada al lado de su rey. Misaki no entendía porque se comportaba así, ¿Por qué justo ese día? ¿Acaso nadie se daba cuenta?

    -¿¡Por qué!? ¿¡Por qué lo debo ir a buscar!? –Misaki se soltó sintiendo las lágrimas picar, sin importarle que estaban llamando la atención de todos a su alrededor, incluso los de su propio clan y los del azul.

    -Porque no quiero que vuelva a llorar solo. –Anna contesto volviéndolo a empujar con pocas fuerzas.

    Misaki quedo helado, simplemente la miro sin decir nada y luego vio el suelo. Era imposible describir el ruido que se habría producido en su cabeza.

    Apretó los parpados y todos esos pequeños detalles que se esforzaba en ignorar volvían a su cabeza, todo lo que siempre se esforzó en ignorar y olvidar, desde el principio. Cuando Saruhiko se fue, el dolor en su mirada oculta en su actitud hostil y el cómo lloraba en silencio cuando creyó que se había alejado lo suficiente de él. Como cada vez que lo hería en algún encuentro actuaba como un demente pero notaba un ligero remordimiento en su mirada, como cada vez que lo insultaba o se alejaba el a veces se esforzaba en conseguir su atención y notaba como se rompía ligeramente su voz. O como cuando lo encontraba solo su mirada lucia triste y vacía. Como cuando lo conoció.

    Antes de que el propio Misaki se diera cuenta estaba corriendo entre calles vacías y mojadas. Tropezando en algunas ocasiones son sus propios pies pero sin detenerse, no supo cuánto se demoró pero no tardó mucho en encontrarse frente a una puerta grisácea, jadeando sin aire y con la ropa húmeda pegada a su cuerpo, al igual que su cabello. Entro sin vacilación alguna sin tiempo de poner en orden sus pensamientos.

    Todas las luces se encontraban apagadas y ponía notar un bulto en la cama temblando, al parecer sin haberse percatado de que el castaño había entrado a su habitación. Misaki se aproximó al cuerpo que se estremecía por los silenciosos sollozos y en un rápido movimiento quito las mantas que lo cubrían. Debajo de ellas se encontraba Saruhiko con el rostro empapado, su piel pálida contrastaba con sus mejillas enrojecidas por el llanto, tenía el cabello revuelto y estaba sin sus gafas. Misaki al verlo no pudo pensar en el como un traidor, si no que vio al mismo chico frágil y roto que conoció, por lo cual, antes de que el ojiazul siquiera pudiera decir su nombre se metió dentro de la cama, sin importarle que su ropa estuviera mojada y apretó el rostro del menor contra su pecho, abrazando su cuerpo con fuerza.

    Saruhiko temblaba contra Misaki, sin saber que hacer o decir, realmente no esperaba que apareciera de esa manera, de hecho al principio no lo había reconocido ya que al estar sin gafas solo pudo ver su silueta difuminada, solo cuando lo abrazo reconoció su olor. Froto su rostro contra su hombro, pudo ser después de horas o minutos que se pudo calmar, Misaki en ningún momento dejo de acariciar su espalda en silencio con la mirada pegada en algún punto muerto.

    Aunque ambos compartían la misma edad, Misaki era mayor por 4 meses y normalmente se comportaba de una manera muy infantil, esta vez pudo manejarlo a la perfección, dándole el apoyo que no había recibido desde que fue dejado lentamente por él.
    Saruhiko se alejó un poco, notando como su ropa ahora estaba húmeda y caliente por el chico, lo miro luego de limpiar las lágrimas de su rostro para darse cuenta que él también lo estaba mirando y sintió sus mejillas calentarse levemente. No sabía que decir, en parte quería agradecerle por sostenerle de esa manera, pero también quería saber que hacia allí cuando se supone que debía estar en el bar celebrando con todos y riendo, en vez de estar con él, quien consideraba un traidor. Sentía un nudo en la garganta, sintió una suave caricia en la mejilla y los labios de Misaki presionarse contra su frente.

    Ah, ya lo sabía, debía ser un sueño. Probablemente en medio del llanto quedo dormido boca abajo y esto es una alucinación por las malas noches, la cafeína en su sistema, mala alimentación y el poco oxígeno. Así que si esto era solo un sueño, estaba bien que se acercara, ¿Cierto?

    -Misaki…Misaki… –Repitió su nombre varias veces acercándose aún más, enredando sus dedos en su cabello, sintiendo la distancia entre sus cuerpos desaparecer.

    -Saru… ¿Por qué llorabas? –Misaki pregunto sin alejarlo, notando como su cuerpo extrañaba tener esa cercanía con el ojiazul, aun recordaba su cuerpo, solo que estaba mucho más liviano de lo que recordaba.

    -No quiero hablar de eso, solo quiero estar contigo antes de que despierte. –Luego de decir esas palabras presiono sus labios contra los de él, una vez, y luego otra, sintiendo las lágrimas derramarse nuevamente.

    Dios, cuento lo extrañaba, cuanto lo necesitaba. Su pecho dolía, y sentía su garganta apretada, presiono su cuerpo contra el de Misaki sentándose en su regazo, las manos del de ojos color ambas en su cintura aunque este se alejó después del cuarto beso.

    -¿”Despierte”? Saru, este no es un sueño. Mírame, joder. –Misaki apretó el hueso de su cadera causando que Saruhiko temblara en sus brazos.

    Claro que eso era un maldito sueño, de que otra manera Misaki estaría con él, cuando era obvio que el preferiría estar con su clan. Él nunca fue prioridad, si antes estuvo mayormente presente era porque Misaki así lo quiso, pero Saruhiko siempre tuvo presente que Misaki no lo necesitaba ni la décima parte de lo que él lo necesitaba. Si él desapareciera mañana, nadie lo extrañaría y probablemente después de mucho tiempo Misaki se daría cuenta de su ausencia así sí. Si era un sueño.

    Saruhiko lo miro a los ojos, sin sus lentes o con poca luz costaba distinguirlo pero si notaba su rostro, mirándolo con preocupación y el ceño fruncido, el ojiazul tomo su rostro y beso justo su entrecejo haciendo que lo destensara.

    -Si lo es. Porque nunca estarías conmigo si hubiera una fiesta en el bar, nunca he sido una prioridad. –Contesto simplemente el azul.

    -Eso es mentira y lo sabes. –El cuerpo de Misaki se puso tenso y apretó el ojiazul entre sus brazos.

    Aunque Saruhiko era más alto por 11 centímetros se acomodaba muy bien entre sus brazos y no le costó mucho tumbarlo en la cama, principalmente porque no opuso resistencia, era como si fuese un muñeco y aquello estaba afectando demasiado a Misaki. Este no era el Saruhiko que recordaba, este no era el Saruhiko con el cual había tratado estos últimos años. No tenía su actitud toxica y escalofriante, hasta acosadora que le había caracterizado, era como si ahora estuviera tratando con un simple muñeco, algo vacío, como si fuera un cascaron roto.

    Misaki acaricio su rostro con la yema de sus dedos y apretó su mandíbula sin saber cómo manejar todas esas emociones que se habían despertado.

    -Tu siempre fuiste importante para mi…Yo siempre te vi, y mierda, joder. Saru deberías saberlo. –Misaki lo vio con desespero.

    -No mientas... –Saruhiko aprieto los puños pero término dando una sonrisa triste y resignada.- Si de verdad fuera como dices no hubiese sido dejado atrás.

    -¡Yo no te deje atrás! –Grito tomándolo de los hombros. - ¡Tú fuiste quien me abandono!

    -Yo solo termine lo que comenzaste. Fuiste el que me dejo atrás primero, poco a poco fui olvidado y reemplazado. –Dice sin inmutarse, ignorando el dolor de los dedos del castaño enterrarse en su piel. – Oye Misaki… ¿Esto es un sueño, cierto? Eso significa que puedo decir lo que quiera… Así que me gustaría que me contestaras algo…

    -Que no es un jodido sueño… Pero está bien… ¿Qué quieres saber? –El castaño lo suelta finalmente y se sienta a su lado.

    -Si según tu yo fui el traidor, ¿Por qué me dejaste solo?... Tu sabias que tú eras lo único que tenía, lo único que me importaba. Pero día a día fui olvidado, para mí siempre fuimos los dos solos en nuestro pequeño mundo, pero un día ya no fuimos dos, si no que tu solo avanzaste y me dejaste atrás. Ya no te tenía para mí. ¿Qué se supone que iba a hacer? Tú seguías avanzando y yo cada vez más atrás, no conseguía poner tu atención en mí. Y cada vez que me hablabas solo lo nombrabas a él… A “Mikoto-San”. Te estaba perdiendo, no, ya te había perdido. Cada día dolía verte y darme cuenta que ya no podía volver atrás, que ya no éramos solo nosotros dos. –Saruhiko apretó los labios en una fina línea antes de continuar.- Entonces entendí que si quería que dejara de doler tenía que cortar el problema de raíz, que así, tal vez hacia eso podrías verme por última vez. Pero me equivoque, cada vez que me mirabas lo hacías con odio. Pero, creo que eso está bien, es mucho mejor ser odiado que ser olvidado.
    Misaki solo dejo que hablara, con la mirada fija en él, pero Saruhiko no lo miraba, tenía la vista fija en algún punto muerto, era como si estuviera soltando todo lo que tenía guardado desde hace mucho tiempo.

    -¿Terminaste? –Contesto el castaño con un tono rasposo, como si tuviera la boca seca. Saruhiko solo asintió con la cabeza y cerró los ojos. – Muy bien, ahora es mi turno.

    Misaki se colocó sobre las piernas del ojiazul y tiro de sus hombros hacia él, juntando sus labios en un movimiento fluido. Sujeto sus mejillas para luego presionar sus labios con furia de nuevo en sus labios, frente, pómulos. Lleno su rostro de besos para luego hundir sus dientes en su cuello sin piedad recibiendo solo un suave quejido.

    -Escúchame bien, esta es la última jodida vez que te lo voy a decir. Esto no es un sueño, y yo nunca te deje atrás, nunca te quise dejar atrás. Para mí que nos uniéramos a HOMRA fue como ser salvados, era pertenecer a algo y formar algo nuevo, juntos. Creí que podríamos ser felices, yo era feliz y cuando te fuiste, la manera en que te fuiste me dolió. Obviamente me iba a sentir traicionado, estúpido mono. Pero jamás pude odiarte, siempre fuiste especial para mí, y ahora no es la excepción. Joder, te quiero, y deberías saberlo mejor que nadie. –Sintió sus mejillas enrojecer suavemente por sus últimas palabras pero lo siguió mirando fijamente, todavía sin soltar su rostro, para asegurarse que le pusiera atención.

    Saruhiko exhalo y desvió la mirada solo un momento para luego mirarlo. Pero su mirada ahora era distinta, era un poco más él. Vio como sonrió y correspondió el abrazo.

    -Repítelo, Misaki.

    -¿Repetir que?

    -“Te quiero”

    El castaño sintió sus mejillas enrojecer y mordió su labio inferior, le daba vergüenza decir esas palabras, pero pareció que lo había animado un poco por lo cual no había nada de malo volver a decirlas ¿No?

    -T-Te quiero…

    Saruhiko solo un jadeo y amplio su sonrisa dándole un escalofrió. Apretó su abrazo en la delgada cintura del castaño y escondió su rostro en su cuello.

    -Yo también te quiero, mucho, mucho…-Susurro contra la suave piel de su cuello.

    -Lo sé. –Misaki acaricio su espalda y pego sus labios a su sien, disfrutando del momento.
    Ambos sintieron como si un gran peso de encima que ni siquiera sabían que traían se hubiera desvanecido, era como si todo por fin siguiera su orden. O al menos la calma del castaño duro hasta que una traviesa mano acariciara “sutilmente” su trasero.

    -¡¿S-Saru?! –Dio un respingón y se encontró una sonrisa que le dio muy mala sensación.

    -Mi-sa-ki~, celebremos que hemos arreglado nuestras diferencias. –Dijo en un tono sugerente el ojiazul, colando su mano dentro del pantalón corto del castaño. Misaki se estremeció al sentir el contacto de su piel.

    -E-Espera un poco, hablemos. –Sonrió nervioso cuando lo dejo recostado sobre la cama, con Saruhiko acomodado entre sus piernas.

    -Tenemos toda la noche para hablar, ahora voy a reclamar lo que es mío. Mi-sa-ki~. –Susurro sobre sus labios antes de morderlos e invadir su boca con su lengua.

    (◕‿◕✿)(◕‿◕✿)(◕‿◕✿)

    Gracias por leer semejante idiotez sin sentido. No quedo totalmente de mi agrado pero tiene amor(?)
    Saranghae a todas <3
     
    Top
    .
  2.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Para un cobarde, no existe la vida; para un héroe, no existe la muerte
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    58

    Status
    Offline
    esto me dio mil años de vida mas
     
    Top
    .
1 replies since 11/2/2018, 02:37   844 views
  Share  
.