¿Te conozco?—Two Shot

Izaya se negaba a aceptar estas sensaciones de estar en el aire cada vez que veía al rubio. Sus pensamientos solo se centraban en idear, evitar y eliminar este inconveniente.

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  1. Yatsura-Nanami Koro Ni
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    NOTAS: ¡Hola a tod@s!
    Soy nueva en el foro, así que si notasen un error ya saben porque xD
    Contiene un personaje creado por mí, totalmente fuera de la serie.

    Declaimer: Los personajes le pertenecen a Narita Ryohgo.
    Pareja: ShizuoxIzaya.
    Serie: Durarara!!
    Género: Drama.
    Advertencias: Ninguna.

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    Introducción:

    El edificio ardía en llamas. La gente gritando pidiendo ayuda y otras marcan con desesperación a los bomberos, casi todos los residentes habían salido de la construcción, pero alguien más faltaba, el hombre más odiado de la ciudad.

    ¡Faltaba Orihara Izaya!

    Fue el mismo pelinegro el causante del siniestro, mientras todos corrían buscando una salida, él se quedo sentado en medio de lo que una vez fue su sala; no le importa si el techo u otras cosas se cayesen a pedazos.
    Comenzó a toser y sabía muy bien que el oxígeno se acababa, por lo tanto, también con su vida. Más sin embargo estaba decidido a acabar con su miserable existencia.

    Hace unos meses había descubierto su "detestable" amor por su mayor enemigo,conocido como el hombre más fuerte de Ikebukuro, su amor por Heiwajima Shizuo.

    A pesar de ello el ojicarmín trató por todos los medios para deshacerse de ese maldito sentimiento que le hacía sentir unas estúpidas mariposas en el estómago. No obstante Orihara tenía muy en claro que el rubio no sentía lo mismo, eso era un hecho innegable.

    Izaya no resistiría más, el aire ya no llegaba a sus pulmones solamente el humo del fuego, sus ojos se iban cerrando lentamente, pero "ella" no acabaría con él tan fácilmente. Él era un Dios y no se dejaría vencer tan fácilmente.

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    01

    Ciudad de Ikebukuro, 13:00 horas.

    •Inicia la hora de descanso por costumbre, se puede observar a muchos trabajadores saliendo de las oficinas por algo a lo cual llevarse a la boca y saciar su hambre, también a niños pequeños tomados de la mano de sus madres dirigiéndose a casa luego de la escuela. Todas las calles estaban abarrotadas de gente y para el informante era la vista perfecta.

    Como amaba a sus humanos no importaba si fuese totalmente unilateral, y, como era todos los días mientras echaba una mirada a la ciudad que no dejaba de moverse tal como era Ikebukuro, pudo distinguir esa inconfundible cabellera rubia perteneciente a esa temperamental bestia; él era su juguete favorito.

    Había notado que no solo era el moreno de rastas, que tenía por jefe, quien lo acompañaba sino que se les había unido una joven de ojos violeta, tez clara y con melena dorada. ¿Acaso esa empresa estaba tan obsesionada con que su personal fuera de cabellos rubios?

    Y mientras seguía haciéndose preguntas sin sentido tuvo que irse hacia atrás para evitar que la máquina le impactase sin remedio en la cara.
    ¡Ups! Fue descubierto y sabía que era el momento indicado para echar a correr, pues apenas aterrizó en el 1° edificio ya tenía a Shizuo pisando le los talones. Le fascinaba ver al rubio con esa mirada de intensa rabia, sencillamente le encantaba y de cierta forma...tal vez y solo tal vez, en lo más profundo de su retorcida consciencia, le excitaba.

    —¡Izaya, maldita escoria! ¡Voy a matarte!—rugió Heiwajima.
    —Vamos Shizu-chan, tienes que buscar otra táctica de intimidación—respondió juguetona mente.
    —¡Acabaré contigo, pulga infeliz!
    —¡Oh, por favor perdona mi vida, Shizuo-san!—gritó en un tono dramático y burlón.

    •El otro ya no le respondió y por horas se limitaron a lanzar y esquivar. Mientras tanto los compañeros de Shizuo que se quedaron atrás, no tuvieron más remedio que continuar solos. Y cuando llegó la hora de retirarse a casa, el blondo hizo acto de presencia y Tom se limitó a solo suspirar muy por el contrario de la muchacha que vió con los ojos muy abiertos a Heiwajima.

    Ella disfrutaba silenciosamente de la vista que le ofrecía su senpai, sin que él lo haga intencionalmente, su camisa desabrochada, su cabello despeinado y sus jadeos por el evidente cansancio. Definitivamente sería una vista de lo más sensual de no ser por los cortes que llevaba en diferentes partes de su cuerpo, ella tomaba esos cortes como una clara reclamación de pertenencia de quién sea que se los haya hecho, ya averiguaría la identidad de ese individuo visto horas atrás.
    La voz de Tanaka la saca de su embobamiento y la ojivioleta al reaccionar nota que Shizuo nuevamente ha desparecido, estaba a punto de hacer una mueca no muy usual de ella, decidió mejor preguntar.

    —¿A dónde ha ido Shizuo-senpai ahora?—murmuro ocultando su enojo por la falta del ojiavellana.
    —¿Ah? Solo ha ido a buscar un baño, no te preocupes enseguida regresa. Por cierto vamos a ir a comer al Russian Sushi, ¿vienes?
    —Afirmativo, tengo la tarde libre así que los acompañare. Tom-senpai quisiera hacerle una pregunta—era ahora o nunca.
    —Sí, claro. Dime—respondió el de rastas amablemente.
    —¿Quién era el hombre de vestimenta negra que Shizuo-senpai perseguía?—ella necesitaba respuestas.
    —Oh, eso. Bueno él era Orihara Izaya, el auto proclamado némesis de Shizuo y por lo que me acuerdo ellos lo son desde la preparatoria. Es lo mismo cada vez que se encuentran, corriendo de aquí y allá dejando destrozos por todos lado, es algo molesto a veces.

    •Y ahí estaba, estaba ahí la razón suficiente para tener una justificación válida para eliminar a ese tal Orihara, estaba ya planeando las cosas y estrategia que necesitaría para deshacerse completamente de él. Pero Tom prosiguió con su explicación.

    —Pero ten mucho cuidado con él, no es un buen tipo. La mitad de la ciudad le odia y quisieran verle muerto, la otra mitad le tiene mucho miedo por ser el 2° hombre más fuerte de Ikebukuro. Además es un informante, creo que hasta él te conoce más que tu mismo.
    Además es una persona muy inteligente, siempre a dos pasos más adelante que nosotros y sobretodo siempre tiene a una chica detrás de él como si fuese su guardaespaldas, ese par sin duda es muy peligrosa. Será mejor que no te involucres con ellos de ninguna manera.

    •¿Ella? ¿Tener cuidado? ¿De ellos? Tenía que ser una buena broma, pero era normal. Ni Tom ni mucho menos Shizuo debían saber a lo que se dedicaba, temía que el rubio la odiara de enterarse.
    Necesitaba información de Izaya y urgente, también de esa chica que estaba todo el tiempo con él. Quizá ella era un punto débil de él, necesitaba saber mucho de el azabache, ignoró todo cuando Heiwajima volvió con ellos.

    —Lo siento de nuevo, Tom-san—murmuro a penas llegó a ellos.
    —No te preocupes, Shizuo. Siempre es lo mismo así que no hay problema, olvidemos esto y vayamos a comer. Muero de hambre.
    —Claro—respondió ligeramente apenado.

    •La rubia comenzaba a gustarle y mucho su senpai, quizá tener una relación no era tan malo después de todo. Y con esos pensamientos camino en silencio con los dos hombres.
    Mientras tanto en uno de los edificios, la castaña sonreía con sus habituales sonrisas, "ella" estaba ansiosa. "Ella" ya quería darle todo de si a Orihara. Quería tenerlo solo para su disposición. Y entre tanto y tanto llegó lo que ansiaba desde hace meses, claro que era algo que quería mucho después de tener a Orihara en sus "manos".
    Esa pequeña alimaña no interferiría en sus planes aunque tampoco tenía que subestimarla.
    "Ella" estaba muy feliz.

    Izaya llegó a su edificio, entró y educadamente saludo a la sonrojada recepcionista, no importaba ya que la castaña solo era una de sus amadas humanas, él no tenía preferencia por nadie.
    Al abrir la puerta de su departamento pudo percibir el delicioso aroma de estofado, Kurosawa y Namie estaban en la cocina y para ser honesto le resultaba extraño ya que parecía que ellos eran una familia, apartó esos pensamientos irracionales y se percató que la chiquilla salía a darle la bienvenida.

    —¿Y esas heridas?—suspiró—Otra vez Shizuo ¿no?
    —No te estreses con esos problemas Yumiko-chan~
    Esa bestia unicelular le encanta tener la idea de que me matará algún día—respondió con mera importancia.
    —Yo digo que lo conseguirá si sigues así Izaya, te confías demasiado y eso será tu perdición—intervino Yagiri.
    —Oh, Namie-san~ Qué cruel~ Deberías preocuparte más por tu querido jefe—murmuró juguetona mente el azabache.
    —Ya quisieras, yo solo tengo ojos para Seiji—dijo atontada la mujer al pensar en su pequeño hermano, como le amaba.
    —Uff Namie-san detesto cuando te pones en tu plan de hermana incestuosa.
    —Tú…—susurro roja por la furia y la vergüenza.
    —No creo que estés en el derecho de decir tal cosa Iza Iza, tu amor por la humanidad no es muy común que digamos.
    —¿Ah, si? Y que hay de tu amor por trozos de papel en las paredes, ne~
    —Se llaman posters y no tiene nada de peculiar es muy común en la fangirls, ahora cierra la boca y déjate curar para que puedas comer tranquilo.
    —Claro que sí, mamá—quería burlarse un poco.

    •La de ojos brogoña no le dirigió más la palabra y se limitó a tratar las heridas, no eran tan graves como para a ir con Shinra, al terminar Namie ya se había retirado. Nuevamente iban a cenar los dos solos y a pesar de ello no le molestaba, conocía a tanto a Izaya como a Shizuo en todos los aspectos. Excepto en esos cuando dejaron de solo decir mamá o papá, añoraba aquellos días en los cuales podía tenerlos en sus brazos.
    Shizuo era el que se dejaba dar algo de cariño, pero con Izaya hace mucho que se habían puesto una barrera. No tenía problema con ello pues le comprendía perfectamente aunque en el fondo, para ella, seguían siendo sus dulces niños que a pesar de todo los adoraría siempre. Mientras pensaba en ello servía la comida e Izaya tomaba una ducha rápida.

    Shizuo por su parte recién salía del Russian Sushi no sin antes despedirse de sus compañeros y se encaminó a su hogar, metió una mano a su bolsillo buscando su caja de cigarrillos y al sacarlo no había ninguno. Chasqueo la lengua en señal de molestia tendría que pasar por la tienda de convivencia por uno nuevo, pero ya en el establecimiento no encontró la marca que el gustaba. Estaba tan cansado como para ir a la tienda más cercana que había y se encontraba a 10 cuadras, ni hablar, tenía que aguantarse hasta mañana, nuevamente se dispuso en su caminata cuando sintió la proximidad de un objeto que logró atrapar entre sus manos y al observarlo noto que era la dichosa caja de cigarrillos que le calmaban.

    Curioso alzó la mirada encontrándose con la de Kasuka, ¿qué hacía él aquí a estas horas?

    —Nii-san estaba buscando esa marca en específico, ¿verdad?
    —Gracias, Kasuka. Pero ¿qué haces aquí? Se supone que estabas en Francia filmando una nueva película, bueno solo digo no es que me moleste tu presencia ni nada.
    —Me dieron una temporada de descanso y decidí pasarlo contigo si no te importa—le respondió tan inexpresivo como de costumbre.
    —No, no, me alegra. Tu compañía siempre es bienvenida—murmuro con una sonrisa.
    —Puedo llevarte a casa en mi auto—propuso el más bajo.
    —No te molestes, iré caminando y gracias por los cigarrillos.
    —Nii-san—insistió—Déjame llevarte.

    •Shizuo suspiró y se subió en silencio al coche, Kasuka lo siguió al poco rato y juntos se dirigieron al pequeño departamento del mayor.
    Por la mañana del siguiente día, Izaya se levantaba con unos buenos ánimos, sentía que el día se pondría interesante. Se dirigió al baño por una ducha, al salir se cambio y se dirigió a la cocina por algo de comer. Con algo de aburrimiento se preparó unas sencillas tostadas, nada pesado para comenzar el día.

    Después se sentó frente al computador para proseguir con su trabajo de anoche, estaba muy atrasado con ello, minutos más tarde Namie llega y se siente en su lugar luego de saludar al azabache.

    Tres horas pasaron cuando Orihara se paró, agarro su abrigo y se marchó. Deambula por las calles y por consiguiente se internó en uno de sus callejones favoritos, a pesar de ello podía presentir la mirada amenazadora de alguien más. Estaba alerta de cada sonido y paso que daba la otra persona, hasta que esta decidió atacar primero. Se quedó algo impactado cuando noto que su atacante era una mujer, no era muy usual, ocultaba su identidad con un casco de motorista.
    Esquivando sus golpes tuvo una oportunidad en la cual, con una manotazo, logró quitarle el casco revelando quien era. Su boca forma una perfecta "O" al descubrir a la misma rubia acompañante de Shizuo, esto se puso muy bueno. Que mala suerte la de la bestia, tenía por kohai a una asesina, tal vez podría usarla a su conveniencia aunque en la mente de la ojivioleta no pensase lo mismo.

    Lo único que deseaba era matar a Orihara, quería hacerle sufrir y retorcerse mientras le torturaba lentamente, quería observar como se le iba la vida del cuerpo.

    —Ne~ ¿Quién eres tú? ¿No eres la compañera de trabajo de Shizu-chan?—preguntó curioso.
    —…
    —¿Eh? ¿Eres callada o simplemente no quiere hablarme? Da igual, pero te digo que esos movimientos jamás podrás golpearme ni por casualidad.

    •Grave error, pensó ella, había hecho que su furia se fuese hasta los cielos. Continuaron hasta que la rusa jadeaba cansada por el contrario del azabache que ni sudaba, había sido muy fácil, había esperado más de ella aunque se percató que era una perdida de tiempo. Y con unos cuantos movimientos por los callejones logró escapar del campo de visión de la rubia y esta, rabiada, regresó a casa echando humos por las orejas.
    Mientras Orihara reía entre dientes, se notaba que era nueva en la ciudad al no saber con quien se metía la muchacha. Fue tan ingenua al pensar que podría ganarle siquiera, se apartó del camino para evitar que el pesado objeto le aplastase, sonrió de costado al encontrarse con la mirada de molesta de Shizuo. Este día no había terminado aún.

    Al cabo de unas horas y muchas carreras, logró confundir al blondo y huir sano y salvo a su departamento. Y al llegar a su puerta notó que esta estaba entre abierta, con su navaja en mano entró al inmueble. A penas cruzó la puerta vio el cuerpo de una inconsciente azabache, se acercó rápidamente a tomarle el pulso y soltó un suspiro de alivio al saber que aún respira.
    Miró su calendario y en efecto llegó el día en el que estaba tan débil que ni podía ponerse de pie, se sintió algo frustrado, pues tenía la intención de encargarle a averiguar ciertas cosas.

    Tan sumido estaba en ello que le sorprendió de sobremanera el no ver venir el golpe, el cual impacto contra su cabeza mientras la obscuridad lo engullía lentamente.
    "Ella" lo iba a lograr, "ella" iba a ser feliz, después de Orihara podría también ir tras Heiwajima Shizuo. "Ella" era feliz, inmensamente feliz.
    Shizuo e Izaya muy pronto serían solo de "ella", todo iba a ser perfecto con ellos dos de su lado.

    Edited by Yatsura-Nanami Koro Ni - 29/6/2018, 01:06
     
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    ohhhhhhhhhhhhh
    espero la continuacion!!
     
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