|| Recuerdanos por favor || *Akihiko x Misaki*

Un accidente, un bebé milagro, una oportunista y más.

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    A c c i d e n t e



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    Los personajes no me pertenecen solo a Shungiko Nakamura.
    ---------------


    Pov Autora...


    Eran 7:50 pm en la ciudad de Osaka, mientras muchas personas se encontraban en su tranquilo hogar en una de las carreteras de Osaka se hallaba un hombre de cabellos plateados quien conducía tranquilamente cuando de pronto una llamada interrumpió el silencio del auto


    Vio de quien era la llamada logrando sacarle una sonrisa


    Tomó sus manos libres y contestó


    —Hola amor—



    —Cariño te interrumpo?—.



    —Por supuesto que no, jamás interrumpes amor—



    —Solo quería saber en donde estas y si ya comiste—



    —Si ya lo hice y estoy en la carretera, cambiando de tema te gustaría ir a cenar?—



    —Me alegra saber que no estas descuidando tu salud y sobre lo otro no se si pueda, sabes tengo un atractivo esposo y le deseo preparar una cena especial—



    —Pero que suertudo aquel hombre, y a que te refieres con especial? Acaso sera una cena donde el postre seras tú?—



    —Oye acaso me estas espiando? O es acaso que me puedes ver atreves del celular?—



    —Que te puedo decir.. yo lo sé todo no por nada soy el gran Usami Akihiko—



    —Entonces no te molesta que dejemos la cita para otro día?—



    —Amor tu comida es la mas deliciosa en el mundo y claro que no me molesta y mas porque sé que el postre será el más dulce que alguien jamás en su vida probará, amor te veo esta misma noche—



    —Cariño cuídate mucho y recuerda que aquí te espero. ..
    Espera un momento aquí hay alguien que quiere hablar contigo—


    —¿Hola?—


    —¡Hola papi!. ¿Donde tas?—



    —¡Hola princesa!. Estoy manejando para ya llegar con ustedes—



    —Papi, hoy me voy a domid a la asa de mi abuelito y tambén onii-chan y onne-chan—


    —Ya veo, cuídate mucho y dile a tus hermanos que los quiero mucho, mañana tú mamá y yo iremos por ustedes—



    —iSi papi!. Yo tambén te quedo mucho—



    —Amor cuídate y nos vemos en un rato—



    —Claro cariño, ahí estaré, hasta al rato—


    Y tras colgar el peliplata conducía con mas alegría

    Realmente amaba y adoraba a su castaño después de todo, gracias a él, su vida se llenó de alegrías llamados Hijos.

    Un poco mas y estaría cerca de su amado castaño y cuando eso ocurriese él...


    Un fuerte golpe lo interrumpió un automóvil quien estaba en sentido contrario lo embistió sacándolo de la carretera haciendo que el automóvil del peliplata rodara





    En otro lugar...


    Un castaño se sostenía fuertemente el pecho pero para ser mas preciso... su corazón


    —Usagi-san— Exclamó en un susurró mientras que lágrimas caían de sus mejillas.


    Si tan solo hubiera sabido que aquellas lágrimas serían solo el inicio de muchas más.


    Ya eran mas de las 10 de la noche y un castaño se encontraba esperando a su amado pelo-plateado el cuál se suponía tenía que haber llegado hace mas de una hora.


    Caminaba de aquí allá intentando no gritar de frustración, se sentía tan mal era como si un horrible dolor le oprimiera su corazón. Con cada cinco minutos que pasaba sentía una horrible necesidad de querer arrojar cosas para asi intentar desahogarse. ¿Pero, desahogarse de que?.

    Sin poder contenerse decidió llamar al peliplata pero nuevamente era el buzón de voz el único quien respondía. Fue entonces que llamó a la editorial para saber si hubo una firma de autógrafos de última hora pero para su mala suerte no era así. Inclusive el ahora presidente mejor conocido como Isaka-san, se sorprendió al escuchar que el famoso escritor aun no había llegado.


    Fue entonces que el oji-esmeralda se frustró empezando a derramar lágrimas de desesperación al no saber nada sobre el padre de sus hijos y amor de su vida.

    De un momento a otro el ojo verde se levantó del suelo para asi limpiarse las lágrimas.

    —¡No!— gritó el oji-esmeralda con temple —No voy a echarme a llorar no lo haré!. ¡No por mis hijos!— habló con una increíble determinación empezando a sobar su pequeño vientre.

    Caminó hasta su habitación para revisar todos sus cajones ya que buscaba un número en especial, tras un desastre de ropa encontró lo buscado. Y tras marcar el número en dos ocasiones pero sin ser respondido, decidió seguir intentando hasta que aquella llamada había entrado.

    —¿Hola?— respondió una masculina voz

    —¿Tōdō eres tú?— preguntó el oji-esmeralda


    —Oh, eres tú misaki pero hace cuanto tiempo que no hablamos dime como has—conversaba alegremente aquel hombre más sin embargo el castaño lo interrumpió

    —Necesito que me ayudes, usagi-san no ha regresado a casa y nadie sabe de él— habló desesperado el oji-esmeralda

    —Ya veo, solo intenta tranquilizarte yo veré que hacer, dime sabes el lugar en donde estuvo por última vez?— cuestiono el moreno

    —Lo llamé hace un buen tiempo y el dijo que estaba en la carretera de Osaka y que pronto vendría pero no ha llegado y no contesta su celular y en la editorial me dijeron que se supone que ya era hora de que él llegara— explicó el oji-esmeralda al borde del llanto

    —Haré lo imposible, así que por favor solo intenta tranquilizarte— pidió el moreno

    El oji-esmeralda espero caminando de un lado a otro. Sabía perfectamente que debía tranquilizarse pero ¡Como lo haría!. Desde la tarde tenía un horrible nudo en la garganta. Se sobó el vientre para después suspirar pesadamente. Nuevamente las ganas de llorar parecían ganarle. Pero no podía y no porque no pudiera sino porque no debía, tenía que ser fuerte. El llorar no solo lo afectaba a el sino a su bebé.

    Sonrío con melancolía. Se suponía que esa noche debía ser una noche inolvidable ya que un bebé lo era. Si, justamente esa velada especial era para decirle al padre de sus hijos y muy amado esposo, que el milagro había ocurrido ya que un hermafrodita solo podía engendrar tres hijos sin embargo ellos habían logrado engendrar a un cuarto.

    Nuevamente volvió a llorar, más sin embargo el sonido del teléfono lo levantó del suelo. Contestó con la esperanza de que fuese su pelo-plateado más sin embargo se había equivocado —Lo encontramos— respondió tōdō pero su voz era seria haciéndole saber al oji-esmeralda que no había sido en buenas circunstancias.


    —¿En donde?— cuestiono el oji-esmeralda con la voz a punto de quebrar


    Tras decir la dirección del hospital el oji-esmeralda fue no sin antes llamar al padre de su amado. Una vez había llegado, el moreno miró con preocupación al castaño.

    —¿En donde está?— cuestiono el oji-esmeralda con la mirada cristalina

    —Esta en terapia intensiva al parecer necesitan de tu autorización para operarlo— explicó el moreno

    —¿Es necesario? – cuestiono el oji-esmeralda con preocupación

    —Solo si quieres que sobreviva— respondió un poco tosco el moreno

    Y sin pensarlo dos veces el oji-esmeralda decidió firmar. Tras hacerlo, la operación inicio teniendo como promesa aquello dicho por el especialista, "Haremos hasta lo imposible".

    Caminó lentamente hasta su amigo, que lo miró tristemente logrando sentir vulnerable al castaño quien
    abrazó al moreno en busca de apoyo. Tras unos minutos el padre del peliplata llegó apurado con ropa deportiva. Miró al ojo-esmeralda quien tenía los ojos en el suelo apretando fuertemente su puños.



    —Misaki-kun— habló el pelinegro llamando la atención de el ojo-esmeralda, quién no dudo en abrazarlo y tras contarle lo acontecido el pelinegro lo miro con sorpresa seguido de tristeza.

    {Desde hace unos años atrás el pelinegro había aceptado el amor del ojo-esmeralda hacía su hijo}. {Realmente le estaba agradecido por los nietos que eran completamente perfectos a su manera}.

    El ojo-esmeralda tomó la palabra.

    —Se suponía que hoy le diría que nuevamente volvería a ser padre— habló el castaño con una sonrisa la cual se rompió por el llanto y así volverse a desmoronar.—¿Familiares del señor Usami Akihiko?— cuestiono el galeno con insistencia

    —Como está mi hijo doctor— cuestiono el pelinegro

    El galeno negó con su cabeza logrando con esa acción detener el corazón del ojo-esmeralda.

    —Cayó en coma— respondió el galeno con tristeza

    Más tristeza fue la del ojo-esmeralda al escuchar aquello. Entonces las lágrimas silenciosas se volvieron audibles y aquel pequeño sollozo se convirtió en un llanto incontrolable, Fuyuhiko prontamente envolvió al castaño en sus brazos para intentar darle apoyo de alguna forma.

    Pero el también estaba fatal y ahora ¿Que se supone que debía hacer?.

    ¿Como se lo dirían a sus tres pequeños nietos, menores de 9 años?.

    ¿Como habría de apoyar a el esposo de su hijo?.

    Todo esto y mas rondaba la mente, de Fuyuhiko Usami.



    Continuará....



    Edited by .Gabriela. - 1/8/2018, 21:18
     
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    || T r i s t e... N o t i c i a ||


    Pov autora...

    Intentaba tranquilizarse pero el dolor era insoportable. ¡Como demonios!. Todo había cambiado, frustración, tristeza, rabia, dolor y unas inmensas ganas de tirarse a llorar como si de un niño pequeño se tratara.

    Pero como si fuera una señal, sintió un leve golpe en su vientre. No era como si de una contracción se tratara era mas bien como una pequeña patada. Sabía que sonaba ilógico pero el lo había sentido así.

    Su llanto se detuvo y ahora solo hipeaba, acarició su pequeño vientre. Tras unos segundos de estar hipiando, el ojo-esmeralda se calmó por completo. Sorprendiendo a su suegro y amigo (El último mencionado, quién se mantenía al margen).

    Y con una extraña determinación, el castaño limpió todo rastro de lágrimas. Mirando atentamente al Galeano el castaño le dirigió la palabra.

    —Quisiera ver a mi pareja— pidió.

    El galeno le miro un tanto sorprendido pero después de salir de su asombro, le índico la habitación de su pareja. El castaño se disculpó con su suegro y amigo para así dirigirse hacía la habitación de su pelo-plateado.

    Siguió las indicaciones del médico y fue así que llegó hasta la habitación 231. Al estar a escasos centímetros de la puerta, el castaño se tensó por completo, al recordar lo antes sentido, el ojo-esmeralda tomó valor y abrió sin mas preámbulos.

    Al ver a su amado de esa manera tan lastimera, el de tez durazno tragó en seco, se acercó hasta la camilla en donde su amor se hallaba, le acarició la mejilla o lo que pudo de ella, ya que la máscara de oxigeno no le permitía acariciarlo mucho. Inconscientemente derramó lágrimas, había tomado una decisión pero al ver a su pareja en aquel estado era suficiente para quebrarlo.

    La misma patadita se hizo presente y el ojo-esmeralda recordó su decisión. Suspiró fuertemente para después tomar la palabra.

    —¡Te amo!— expresó como si fuese una declaración —¿Sabes lo mucho que te he amado?— cuestionó al peli-plateado y nuevamente retomó la palabra —Porque te amo, no me daré por vencido— a pesar de pronunciarlo, el oji-esmeralda parecía querer llorar (nuevamente).

    Tardó por lo menos cuatro minutos para volver a dirigirse a su pareja

    —Te estaré cuidando hasta que despiertes— comentó el oji-esmeralda, acariciando las hebras plateadas de su amor —Prometo que cuidaré a nuestros hijos..... el doble de lo que hago ya— expresó el castaño con una leve sonrisa que desapareció como apareció (Menos de cinco segundos) —No me permitiré dejar caer por más difícil que sean los obstáculos, yo te prometo que te esperaré sin importar el tiempo— finalizó el oji-esmeralda dándole un cálido beso en la frente al peliplata.

    El castaño miró por completo al pelo-plateado para después posar su vista en las manos de su pareja

    Eran tan frías al tacto pero después de sostenerlas por un momento, estas se volvían.... cálidas. Tomó con sumo cuidado las manos de su amante, y lentamente las dirigió hacía su pequeño vientre.


    —Prometo cumplir todo lo que dije pero tu debes de prometer que harás todo de tu parte, por despertar— pidió el oji-esmeralda

    —Cuando despiertes, te llevarás una muy hermosa sorpresa sabes, un nuevo integrante se unirá a la familia— comentó el oji-esmeralda con felicidad mezclada con tristeza.

    —Espero se parezca más a ti— pensó el castaño en voz alta.

    —Disculpe— pronunció una enfermera quién acababa de entrar —La hora de la visita terminó— finalizó para después retirarse.


    El castaño vio a su amante con mucho amor para después depositar un beso en sus hebras plateadas y tras un "Mañana vendré" se terminó de despedir. Al salir de la habitación, no pudo evitar suspirar con pesadez.

    En menos de un día, su vida y la de su familia había dado un giro de 360º. Y ahora la parte difícil venía, ¿Como le diría a sus hijos que su padre estaba en coma?.

    Con lo apegadas que eran sus hijas, con su padre, realmente sería difícil el hacerlo.

    —Es hora de irnos— comentó su suegro con la expresión decaída.

    El oji-esmeralda solo asintió, tras despedirse de su amigo tanto nuero como suegro se dirigieron a la mansión de los Usami.

    —¿Ellos... saben lo de su padre?— cuestionó el castaño.

    —Todos se encontraban dormidos, lo mejor será decirles mañana— recomendó el azabache.

    Al llegar a la mansión el leal mayordomo, les esperaba con una taza de té ya que el antes mencionado se había enterado de la triste noticia.


    —Tanaka— llamó el patriarca Usami al mayordomo —Prepara la habitación para Misaki, por favor— pidió cansadamente el azabache.

    —Ya está listo, señor— explicó el mayordomo.

    —Gracias, iré a descansar— pronunció el ojo-esmeralda para después dirigirse hacía la habitación que ya sabía cual sería.

    Al entrar, los recuerdos invadieron su mente, justamente era esa habitación en donde su pelo-plateado y él, solían dormir ya que había veces en donde a petición de sus hijos, ambos se quedaban a dormir y ni que decir de los despertares, siempre en las mañanas sus tres hijos terminaban encima de ellos.

    Risas que ahora hacían un eco, a paso lento el oji-esmeralda se tiró encima de la cama. Intentó dormir pero no lo logró, miró el reloj para darse cuenta de que había pasado toda la noche en el hospital así como parte de la madrugada.

    —"Te Amo"— eran las palabras de su pareja quién se las repetía, una y otra vez.

    Entre recuerdos y momentos hermosos el castaño se quedó dormido. Eran las 7:55 de la mañana, Akihiko (primer hijo de Akihiko y Misaki ) había despertado.

    Se dirigió hacía la cocina pero al ver la puerta semi abierta, de la habitación donde sus padres solían quedarse no lo dudo mucho y se acercó a dicha habitación pero extraño le fue solo ver a su madre y no a su padre.

    Su madre parecía dormido pero no estaba cubierto con ninguna sábana, al acercarse al rostro de su madre, pudo apreciar que tenía los ojos un poco hinchados.

    El niño de ocho años, acarició el rostro de su mamá, el castaño se despertó al sentir como alguien lo tocaba, tras parpadear varias veces el oji-esmeralda se dio cuenta de que era su pequeño hijo y el mayor de los tres.

    Se enderezó para así sentarse en la cama, miró a su hijo por un momento, ¿Como se suponía debía decirle lo de su padre?.

    —Usagi-chan— le llamó por su apodo —Tengo que contarte algo pero— fue interrumpido por unas voces.

    —¡Papi, mami!— gritaba una pequeña de dos años y medio, seguida de una niña mayor de cinco años.


    El ojo-esmeralda tragó en seco, no quería desmoronarse pero al ver como sus dos hijas buscaban con la mirada a su padre, era algo que lo entristeció.


    —Princesas, hay algo que deben saber— pronunció el oji-esmeralda con la voz quebrada.

    El castaño intentaba explicarles a sus hijos lo ocurrido pero del dicho al hecho era muy diferente. Les pidió a los tres que se acercaran y estos obedecieron.


    —Mami, ¿Y papi?— cuestionó la pequeña de los tres.

    Misaki tragó en seco, la voz parecía no querer salir.

    —¿No regresó ayer?— cuestionó la mediana de los tres.

    Y el ojo-esmeralda derramó unas lágrimas para después limpiarlas rápidamente, le había prometido a su pareja que no se dejaría caer y así sería.

    —Escúchenme hasta que termine, ¿Si?— pidió lo último con una expresión seria. Los Usami Takahashi solo asintieron.

    —Su padre, si llegó ayer pero....— las palabras parecían atorarse en su garganta provocado un nudo. Tras unos segundos, el de hebras castañas logró pronunciar palabra.

    —Su papá, tuvo un accidente en el auto y ahora está en el hospital— exclamó el ojo-esmeralda, esperando que sus hijos asimilaran la noticia.


    —Quiero ir a verlo— comentó con los ojos cristalinos la mediana, de nombre “Sakura”.

    —No pueden, papá se quedará en el hospital pero quizás en unos días él regresará pero deben entender que él... está dormido y quizás duerma por un tiempo y tarde en despertar— confesó el castaño.

    —Mami, queyo id con papi—
    pidió la más pequeña con lágrimas en sus ojitos.

    —Princesa, no puedes— expresó el oji-esmeralda.

    —Mami, quieyo id a ve a papi ¿Si?— insistió la pequeña a lo que su madre negó con la cabeza y la abrazó.

    La pequeña empezó a llorar así como Sakura, ambas mientras abrazaban a su madre. El oji-esmeralda intentaba consolar a sus hijas lo cual era inútil.

    El llanto de las niñas se escuchaba fuera de la habitación, cada vez más fuerte. La madre de las antes mencionadas, miró a su hijo quién se limitaba a llorar en silencio. El castaño le limpió las lágrimas a su pequeño para después apegarlo hacía el.

    El pequeño peliplata lo abrazó y aun llorando, miró a su madre para después dirigirse hacía él.

    —Yo te cuidaré— exclamó el primer hijo con lágrimas descendiendo hasta su cuello —Los protegeré de todo, ¡Te lo prometo!— gritó el pequeño ojo-lila empezando a llorar mas fuerte.

    El oji-esmeralda se quebró ante semejante gesto por parte de su pequeño conejo.

    —Gracias, Gracias, Gracias— susurraba el ojo-esmeralda abrazando a su pequeño.

    Además de agradecer semejante fuerza, le agradecía a su niño el hecho de darles más razones para no dejarse caer.

    —Yo también los cuidaré— comentó el patriarca de los Usami desde el umbral de la recamara.

    Al ver a su abuelo, “Cammy” (La más pequeña). Fue corriendo hacia su abuelo, quién la recibió e inútilmente intentaba tranquilizarla.

    —Pa...pi— exclamó la nena entre sollozos.



    En el hospital....



    —¡Doctor!— llamó una enfermera quién pedía con urgencia al médico del peliplata.

    —Que ocurre— cuestionó el galeno.

    —El paciente de la 231, está sufriendo una hemorragia— comentó la enfermera un tanto asustada ya que era novata.

    El galeno prontamente actuó y haciendo lo mejor posible, detuvo la hemorragia.

    —Llamen a los familiares— pidió el médico a la enfermera. Está, solo asintío.


    { En la mansión Usami }


    Después de la impactante noticia, la mansión Usami se hallaba en silencio. El desayuno fue en completo silencio, apenas los niños probaron bocado así como su madre.

    Tras terminar de almorzar, la llamada del hospital alertó a Misaki quién estaba dispuesto a irse sin siquiera haberse cambiado, mas sin embargo la enfermera quién llamó, dijo que su amante estaba fuera de peligro por lo que el ojo-esmeralda se tranquilizó y por recomendación de su suegro, se baño y vistió una diferente muda de ropa.

    Una vez listo para asistir al hospital y tras varios intentos para hacer entender a la pequeña Cammy que debía ir pero no la podía llevar, esta terminó cediendo, justamente cuando estaba a punto de irse.

    El mayordomo le llamó diciéndole que su suegro deseaba hablar con él. Tras dirigirse al estudio y tocar la puerta para después recibir un "adelante" el ojo-esmeralda se encontró al patriarca Usami, sentado en un sillón.

    Este le hizo una señal para que misaki tomara asiento que se hallaba delante suyo, el silencio lo rompió el pelinegro quien miraba consternado al ojo-esmeralda por semejante situación.


    —Cuentas con todo mi apoyo, tanto económico como moral— expresó Fuyuhiko.

    —Gracias— agradeció el castaño lo suficiente fuerte para ser escuchado.


    —Ahora que Akihiko está en ese fatídico estado, quizás lo mejor será que ustedes se queden aquí— propuso el pelinegro.


    —Gracias, realmente le agradezco enormemente el apoyo— habló con voz apagada el ojo-esmeralda.


    —También quiero hablar contigo sobre otro tema— mencionó el patriarca más serio —No te estás alimentando correctamente y eso me preocupa, no olvides que debes de cuidarte por tus hijos como por el próximo en venir y ni que decir de Akihiko— expresó el pelinegro preocupado.

    Realmente no intentaba presionar al castaño pero en el estado que el ojo-esmeralda estaba, el menor no se podía dar el lujo de contraer una enfermedad.

    —Prometo no descuidarme— comentó el ojo-esmeralda.

    —Te lo agradezco— dijo el azabache levemente.

    Tras la conversación con su suegro, el ojo-esmeralda se fue al hospital.

    Las enfermaras le explicaron lo que había ocurrido en la mañana y que el doctor que atendía a su amante, deseaba hablar con él. Tras terminar con un paciente, el doctor fue hasta su consultorio en donde el castaño le esperaba.


    —Buen día— saludó cortésmente el médico. Y de la misma forma fue saludado.


    —Le he mandado llamar por lo que ocurrió esta mañana— comentó el galeno.


    —Porque ocurrió— cuestionó el ojo-esmeralda preocupado.


    —Señor, por favor tranquilícese— pidió el médico al ver que el castaño se empezaba alterar —Lo que ocurrió fue a consecuencia del accidente y que algunos daños internos que aun no sanan adecuadamente por lo que me temo que esto podría ocurrir recurrente— explicó el galeno.

    —¿Que es lo que intenta decir?— preguntó el oji-esmeralda.


    —Lo mejor para su pareja es estar internado en el hospital— respondió el doctor con un semblante serio.

    Misaki se quedó en silencio, creía que por lo menos tendría al pelo-plateado cerca de sus hijos pero al parecer el destino no lo creía así.

    —Es su decisión— expresó el galeno.

    —Si lo mejor para él, es quedarse aquí, pues... Que aquí se quede— expresó triste el castaño.

    —Será lo mejor— susurraba el médico.

    El castaño estaba a punto de salir del consultorio cuando de pronto una fuerte punzada lo hizo soltar un pequeño gemido de dolor.

    —¿Se encuentra bien?— cuestionó el doctor preocupado.


    Al ver como el ojo-esmeralda estaba a punto de desvanecerse el galeno actuó prontamente, evitando que el castaño cayera al suelo.


    —¡Enfermera!— llamó el doctor en busca de apoyo.


    Continuará...


    Edited by .Gabriela. - 19/7/2018, 17:25
     
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    ¿ S u e ñ o ?



    Pov Misaki...


    Un dolor invade mi cuerpo, la luz es demasiada blanca. ¿En donde estoy?, ¿Que me ocurrió?, ¿Y porque me duele tanto mi vientre?.

    Estas y más preguntas rondan en mi cabeza la cual me duele. Intento acostumbrarme a la luz y tras varios segundos lo termino logrando. Al parecer me encuentro en el hospital en una habitación, veo mi brazo y me doy cuenta de que está conectado a mi intravenosa un suero.

    No sé que hora es pero espero no sea tan tarde, me siento débil para siquiera levantarme. Quizás deberían dormir un rato más...

    -----------

    Al despertar nuevamente, siento mi cuerpo más ligero pero no lo entiendo. Al parecer el suero se ha acabado, de pronto algo llama mi atención y es que apenas me doy cuenta, de que en una mesita cerca de mi costado izquierdo, hay una extraña charola de plata.

    Como el suero ya se ha terminado, me quito el pequeño tubo transparente que hacía que el suero entrara en mi. Intento averiguar que es lo contiene la charola pero al intentar levantarme mis piernas tiemblan haciéndome caer. Al estar en el suelo veo unas extrañas pinzas que pareciera que se usan para sustraer algo del tamaño de un... ¿Bebé?.

    Como las pinzas están debajo de la camilla las intento jalar hasta mi. Tras varios intentos lo terminé obteniendo al verlo bien, me quedo estático y es que las pinzas están cubiertas de sangre. ¡¿Como no me di cuenta?!. Sospecho en quién las usaron.

    ¡No quiero mirarme!. Tengo miedo...

    Con una de mis manos tanteo mi vientre el cual está completamente plano. No siento a mi bebé, bajo la vista para ver que esto no sea cierto, las lágrimas no tardan en aparecer y es que no entiendo. ¿Como? O ¡¿Porque?!.

    Aviento las pinzas hasta el otro extremo de la habitación. Un dolor me invade y una mancha de sangre se empieza a visualizar en mi vientre a través de la bata del hospital.

    —¡No, no no nooooo!— comienzo a alterarme al ver como mi sangre se empieza a esparcir en el suelo.

    De pronto una gran cantidad de sangre sale de mis piernas y me termino de alterar para entrar en pánico. Intento ponerme de pie, apoyándome en aquella mesa la cual deseaba llegar pero al hacerlo me termino por arrepentir. Las palabras no salen de mi boca, siento como mi voz se comienza a quebrar.

    —No... es cierto— hablo incrédulo al ver como un pequeño feto se halla sin vida en aquella charola, ¡No puede ser!. ¿Mi bebé?.

    Al concluir lo obvio no puedo evitar gritar de dolor y rabia. —¡Esto es una mentira!— grito con dolor, no creí que pudiera sentir un dolor tan inmenso después de la muerte de mis padres.

    Tomo al pequeño feto de tan solo cuatro meses y me dejo caer de rodillas para asi acomodarlo entre mis brazos, no puedo creerlo y es que aún le faltaba vivir tantas cosas pero ahora quedará como un doloroso “No pudo ser”.

    Es tan pequeño, quizás iba a ser una hermosa niña o quizás un precioso príncipe cosa que jamás sabré, ni veré. Las lágrimas descienden y no quiero evitar que sea así, ya no me importa la promesa. Me quedo quieto con mi bebé en brazos, transmitiéndole un poco de mi calor como si eso lo traerá de vuelta. Los minutos pasan, volviéndose horas. Mi llanto comienza a cesar volviéndose inaudible. Lo miro, tan pequeño y preguntas comienza a rondar mi mente.

    ¿Ahora que haré?, ¿Como se los diré a sus hermanos?; ¿Que le diré a usagi-san?.

    ¿Como ocurrió esto?, ¿Fue mi culpa?. Quizás es así, sin tan solo me hubiera cuidado mejor, sin tan solo hubiera sido una mejor madre esto no estaría ocurriendo, mi bebé seguiría vivo.


    Si tan solo hubiera, ¿Hubiera?. Al parecer es como dicen, el hubiera existe pero el pronunciarlo con lleva un enorme dolor o arrepentimiento.


    —Perdóname mi hermoso bebé, mami es el peor ser humano porque no supe cuidarte— le susurró entre sollozos al feto que se halla en mis brazos.


    De un momento a otro la puerta se abre y una enferma llama al doctor. El hombre se adentra a la habitación y me mira con tristeza para después pedirme que se lo entregue a lo que yo solo niego y me aferro mas a mi bebé.


    —Esta muerto— me dice como si no fuera obvio. —Por favor vallase— le pido completamente ido del dolor por la perdida de mi bebé “Milagro” .

    El hombre con doctorado se rehúsa y me dice demasiadas cosas que no entiendo, yo solo tengo ojos para ver a mi bebé y oídos para escuchar a la culpa.


    Usagi-san.... apenas fue ayer, cuando me dejaste y ahora pierdo otro pedazo de los dos. No sabes lo mucho que te necesito, por favor regresa.


    —Misaki-sama— escucho que me llaman pero simplemente no puedo contestar.


    —Mami— escucho esa hermosa voz, es de uno de mis bebés.

    De un momento a otro, abro los ojos y la intensa luz blanca me lastima las pupilas. Tras parpadear algunas veces, puedo ver que aun sigo conectado al suero pero pronto acabará.

    Volteó a ver mi vientre y miro su abultada forma lo acaricio para comprobar que aún mi bebé esta ahí.


    —¿Todo fue un sueño?— susurro para mi mismo.


    —¿Que soñaste mami?— me pregunta mi nene.

    Lo giro a ver y hago que se acerque a mi, lo abrazo y le digo que nada importante para no preocuparle. Al voltear puedo ver a mi suegro al pie de la camilla, me mira un tanto preocupado.


    A pesar de ello, no puedo dejar de evitar sentirme tranquilo al saber que había sido todo una cruel pesadilla. Y con ello reafirmo mi promesa.

    “Prometo no dejarme caer y levantarme pese a cualquier situación. Prometo proteger a mis hijos y con hijos, también me refiero a mi bebé”.

    SPOILER (click to view)

    Lo reescribiré. Siento que necesito mejorar, aunque sea un poco. Gracias por sus comentarios y tiempo.




    Edited by .Gabriela. - 1/8/2018, 21:02
     
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    Pov Autora...


    Tras regresar del hospital, tanto Misaki como su suegro e hijo, fueron directo a la mansión. Una vez que llegaron, Tanaka-san fue quién los recibió. Fuyuhiko quién con el paso del tiempo sabía de las expresiones de su mayordomo, percibió que había ocurrido algo en su ausencia así que decidió que tanto su nuero como nieto se adelantarán para conversar a solas con el fiel sirviente.


    Una vez solos, las sospechas del patriarca Usami fueron ciertas, al parecer en su ausencia, su nieta, (la mediana) había hecho un gran desastre en su propia habitación, así también; se negó a comer para después terminar llorando por su padre, Tanaka le terminó por relatar que ahora su nieta se hallaba más tranquila.

    Fuyuhiko no sabía que hacer por lo que solo se retiro a su recamara, de un momento a otro recordó algo, cuando la madre de Akihiko había fallecido, el antes mencionado había hecho algo parecido a lo de su hija, solo que este lo hizo en un estudio. Se negó a degustar cualquier alimento por dos días hasta que la paciencia de Fuyuhiko se había agotado por lo que entró al estudio solo para ver que su hijo se aferraba al retrato de su madre. Se había equivocado al evitar hablar del tema con su hijo pero otra vez no lo volvería hacer.

    Se dirigió tranquilo hasta la habitación de su nieta, tocó la puerta para después entrar. Había muchas cosas destrozadas pero lo que más le llamó la atención fue que la mayoría de esas cosas eran las que su padre le había obsequiado. La niña tenía los ojos rojos e hinchados por el llanto, al ver a su abuelo la niña no lo pensó dos veces y rápidamente se abrazó a él.


    Empezó a llorar mientras repetía que su padre era un mentiroso, su abuelo estaba sorprendido, porque además su nieta empezaba a gritar una y otra vez que su padre era un mentiroso.


    Sabiendo que su madre la podía oír, y este no se acababa de salir del hospital, Fuyuhiko la abrazó para que así su llanto se ahogara en su pecho.

    La niña lloró por un lapso corto pero eso ayudo a desahogarse. Tras calmarse la niña, le confesó a su abuelo que ella no odiaba a su papá pero si le dolía mucho que su padre estuviera en ese estado. Su abuelo le abrazó y le prometió que un futuro cercano estaría con su padre, a lo que la niña solo asintío triste mientras seguía abrazada de su abuelo.

    –––––––—–

    Pasaron las semanas y el oji-esmeralda iba muy frecuente a visitar a su pareja, como había prometido. Por otra parte, la mansión Usami se había vuelto demasiado silencioso. Los niños solían ser serios e incluso depresivos, más la pequeña Sakura quién adoraba estar con su padre ya fuera en la editorial, ella era quién más se apagaba a su progenitor.

    La pequeña Cammy se hallaba deprimida, a tal punto que empezaba a dejar de hablar con frecuencia a pesar de que le encantaba conversar con su abuelo y hermanos. Esto preocupó mucho al patriarca quién intentaba animarla pero la nena parecía no querer cooperar. Al ver esto, el castaño supo que debía hacer algo pronto. Así que Misaki compró un lindo conejito y gracias a ese conejito tanto Sakura como Cammy se animaron un poco. Por otro lado, el pequeño Akihiko hacía todo lo posible para ayudar a su madre, intentando parecer que había asimilado bien la situación o que lo conllevaba mejor que sus hermanas pero realmente se sentía un tanto triste al ver aquella silla, vacía.


    Y a pesar de todo, el tiempo empezó avanzar pero la situación de Akihiko parecía la misma. En el mismo estado de coma, como en un principio con la diferencia de que sus heridas externas comenzaban a sanar.
    Siempre que Misaki lo iba a ver, le relataba lo mucho que sus hijos le extrañaban así también le comentaba el crecimiento de su hijo quién ya empezaba a notarse pero el peliplata no parecía reaccionar favorablemente.

    Las semanas se volvieron meses y el pequeño feto ya era más grande. A penas Misaki se podía mover y es que estar embarazado no era cosa fácil. Siete meses y medio, estaba a muy poco de dar a luz, el castaño se vistió para ir con su pareja. Mientras se pudiera mover, lo iría a ver.

    La sorpresa se presentó al ver que su cuñado recién llegaba después de tanto tiempo. El antes mencionado se disculpó con el ojo-esmeralda ya que hasta apenas se había enterado de la noticia. Ya que el de anteojos se hallaba en diferentes países y por ello era difícil de localizar. El castaño le comenzó a relatar lo acontecido desde el fatídico dia.


    En otro lugar...


    Un enfermero recién trasladado al hospital en donde cierto pelo plata se hallaba, comenzaba su turno.

    El enfermero era solo un aprendiz por lo que solo debía de ayudar a sus sempais pero de pronto escuchó a las enfermeras decir que el paciente del 231 era demasiado guapo. La curiosidad fue más en el chico por lo que fue a comprobarlo, al acercarse el chico quedó embobado por lo atractivo del pelo plata.


    Lo miraba fijamente, observaba como el paciente se movía de a poquito a poquito. El chico siguió observando sin esperar que algo sorpresivo ocurría ante sus ojos fue entonces que el pelo plata empezó a mover su mano para así abrir los ojos.


    Como si de una jugada del destino se tratara el ojo-esmeralda empezó a sentir como su bebé deseaba salir ya. Se asustó al sentirse diferente a los demás embarazos y es que con los otros embarazos, el castaño había llegado hasta los nueve meses e incluso un poco más. Alarmado por las contracciones Haruhiko decidió llamar al doctor de cabecera, de la familia.

    Al llegar el doctor, el ojo-esmeralda parecía más tranquilo, el doctor explicó que ese embarazo era un poco más complicado al ser un "Embarazo milagro" por lo que el castaño debía permanecer dentro de la mansión así como también no debía de caminar demasiado ya que ello le provocaría un parto instantáneo.

    El castaño intentó explicar al galeno que debía de ver a su pareja quién se hallaba en coma pero este le reafirmo lo que había explicado y es que el bebé podía nacer prematuro y al ser un " Bebé Especial" lo mejor sería descansar ya que de no hacerlo su bebé podría padecer de alguna enfermedad. Por ser la salud de su bebé, el ojo-esmeralda tuvo que aceptar no ir al hospital.


    En otro lugar...


    El joven enfermero se había asustado al ver que el peli-plata había despertado por lo que terminó por caer de sentón. El hombre atractivo había despertado y justo cuando el le miraba, acaso ¿Era eso una señal?. Quizás sería como en las películas y por ello debía asumir su responsabilidad, el joven enfermero empezó a soñar despierto. Soñaba que si el de pelo plateado le miraba, sería como amor a primera vista y por ello tenía que mirarlo para así enamorarse mutuamente. Tantas películas de romance que el joven había visto lo comenzaban a traumar. De un momento a otro, el enfermero se levantó dispuesto a enamorar al pelo plata pero un suceso el cual no estaba en sus planes ocurrió.

    —¿Porque todo está obscuro?— cuestionaba el escritor con voz rasposa al mismo tiempo que intentaba pasar su mano encima de su rostro.Para después comprobar lo obvio.



    —Estoy ciego... — susurró el pelo plata.


    —¿Que ocurre?— cuestionó el galeno al escuchar ruidos en aquella habitación.

    —Estoy ciego— respondió el pelo plateado con pesadez.

    —¿Y tú que haces aquí?— cuestionó el doctor al ver como el pelo negro estaba en la habitación.


    —Me equivoqué de habitación— se excuso el joven de ojos grises a lo que solo recibió una mirada de incredulidad por parte del galeno.


    —Hazme el favor de retirarte— pronunció el galeno un tanto molesto ya que el joven enfermero no debía adentrarse a las habitaciones de aquel piso.

    El pelo negro solo se retiró sin pedir perdón o algún permiso, se preguntaba el como haría para volver a ver al pelo plateado ya que al parecer y por el tono que había usado el doctor, no sería fácil.


    En otro lugar....


    El pelo negro con anteojos ayudó a su adorable cuñado a su habitación, el escuchar como las cosas habían sido tan difícil desde la ausencia de su hermano era sumamente triste. Se quedó en la sala en donde había retratos en donde sus sobrinos sonreían junto a sus padres y ni que decir de su padre, nunca se hubiera imaginado que su padre podría sonreír de aquella forma o que lo hiciera sin querer aparentar felicidad falsa como lo hacía en los tiempos en donde él era un niño. Al parecer el que Misaki estuviera con Akihiko, no solo había cambiado la vida de su hermano sino también la de su padre y en parte la suya.

    —Disculpe— se escuchó un débil llamado de la servidumbre.


    —¿Que ocurre?— preguntó el azabache.


    —En la linea se encuentra el doctor Watanabe— anunció la sirvienta.

    —¿Quién?— Cuestionó el de anteojos un poco confundido.


    —Es quien está tratando a su hermano, señor— explicó la empleada.


    El pelo negro solo agradeció la explicación y le ordenó retirarse para tomar la llamada.

    —Diga— contestó el pelo negro.

    —Disculpe, ¿Quién es usted?— cuestionó el galeno al no reconocer la voz.

    —Soy el hermano de Akihiko— se identifico él.

    —¡Oh! disculpe, no había tenido el placer, soy Watanabe Akitsu y soy quien está tratando a su hermano.


    —Un placer mi nombre es Usami Haruhiko, disculpe cual es el motivo de su llamada— interrogó el Usami.


    —Su hermano acaba de despertar— se pausó el médico para luego continuar. —Pero ha perdido la vista— exclamó seriamente el doctor.


    —¿¡Qué!?— respondió asombrado el azabache —Enseguida voy— dijo para después colgar.

    De un momento a otro, Haruhiko se hallaba conduciendo y pensando el como ayudar a su hermano, la situación era complicada pero no debía recurrir a su cuñado (Le llama cuñado por respeto) ya que este se hallaba en cinta.


    Por suerte el había atendido la llamada y no Misaki. Antes de dirigirse al hospital le había dicho a la servidumbre que no le mencionaran nada acerca de la llamada tanto a Misaki como a sus sobrinos.


    Una vez que llegara al hospital, vería la forma de ayudar a su hermano y de no preocupar a su cuñado. Tras llegar y estacionar su automóvil, se dirigió hacía las recepcionistas quien a penas le dijeron "Hola" ya que el doctor le atendió apenas le vio. Una vez dirigidos a su consultorio el médico le comento algo al Usami el cuál le dejo perplejo.

    —¿Que es lo que está diciendo?— cuestionó incrédulo el pelo negro.

    —Lo sentimos mucho pero es como le acabo de comentar— pronunció serio el doctor.

    —¿¡Mi hermano perdió la memoria!?— repitió exaltado el de anteojos.

    —La lesión fue mayor de lo que esperábamos, al parecer el accidente si dejó graves secuelas— explicaba el doctor Watanabe con pesar. El de anteojos se quedó mudo, una cosa era la ceguera pero la memoria era algo mucho más difícil.

    —¿Quiere verlo?— preguntó el galeno.

    El de pelo negro solo movió levemente la cabeza en forma de aceptación.

    Mientras tanto, un joven enfermero se había adentrado a la habitación el del ojos lila quién al principio se hallaba molesto pero después de un rato, comenzó a conversar con el de ojos grises. Si bien, el chico no era la séptima maravilla pero de que era agradable no cabía duda. Su forma de ser no era dulce era mas bien un tanto atrevido lo cual agradaba al pelo plateado.

    —Entonces... ¿Cuál es tu nombre?— interrogó el de ojos amatista.

    —Natsume Hibara pero puedes llamarme Hiba— respondió coqueto el enfermero al mismo tiempo que se acercaba al guapo pelo plateado.

    —¿Cuantos años tienes?— volvió a las preguntas el escritor.

    —21 años— respondió —¿Y tú?— preguntó el muchacho ya hablándole de usted al de ojos lila quién solo sonrío.

    —Olvidas que no recuerdo— comentó el albino tranquilamente.

    —Pues hay que averiguar— dijo el pelo negro al tiempo que veía la información del escritor que se hallaba en un cuadernillo en la esquina de la camilla.

    El pelo negro se dio cuenta que el guapo albino era mayor que el y por más años de lo que esperaba pero también descubrió su apellido el cual era muy reconocido asi también el tipo de sangre del escritor.

    —¿Y cuantos años tengo?— preguntó el pelo plateado.

    —Aquí no dice— mintió el ojos grises y es que si el enfermero decía la verdad, quizás el pelo plateado se alejaría para no ser tachado de pedófilo.

    —Te puedo preguntar algo— pidió en cierto modo el mayor.

    —Acabas de hacerlo— bromeó el enfermero a lo que el albino sonrío. —Adelante, pregunta— aceptó el menor.

    —Eres agradable, por lo que he llegado a decidir que quiero que me cuides hasta recuperarme— pidió el pelo plateado y enseguida el joven enfermero lo abrazó al pensar que el ojos amatista se le declaraba con esas palabras. Justo en ese instante la puerta se abrió dejando ver a un azabache sorprendido asi como el doctor que lo acompañaba

    —Qué rayos está ocurriendo aquí— levantó la voz el azabache.

    El enfermero se separó al momento viendo como el recién ingresado a la habitación, lo asesinaba con la mirada.

    —Retírate en este momento— ordenó el galeno al menor quien no lo pensó dos veces.

    —Quién eres y porque gritas en mi habitación— fue el turno del escritor de levantar la voz.

    —Usami-san, este es su hermano Haruhiko— respondió el galeno esperando la reacción de su paciente.

    —¿Tengo un hermano?— preguntó confundido el albino.

    —Nos dejaría a solas por favor— pidió el azabache para después cerrar la puerta después de la salida del galeno.

    El de ojos negro no sabía donde comenzar, debía primero hablar de su salud o de lo que acababa de ver.

    —¿Quién era el chico que te estaba abrazando?— preguntó el pelo obscuro.

    —Un enfermero— respondió tranquilo.

    —¿Porque te abrazaba?— siguió interrogando.

    —Le pedí que fuera mi enfermero hasta recuperarme y me abrazó— hablaba tranquilamente el de ojos lila.

    El mayor solo suspiró realmente no quería decir de más pero esa situación podría llegar a causar disturbios en un futuro cercano y sin quererlo empezó a regañar a su hermano quien parecía fastidiarse pero el azabache solo quería prevenir que algo mas ocurriera con el enfermero. El ojos lila se tomó de las sien y es que no entendía el problema, no recordaba el momento en el que había dicho que había golpeado a un hombre para tal sermón. De un momento a otro, leves recuerdos aparecieron en su memoria, todos ellos eran de un Haruhiko quién solo quería hacer menos al escritor

    Fue entonces que pensó, porque debía de escuchar sermones de un hermano que lo único que hacía era decirle lo mal que hacía las cosas.


    —Lárgate en este instante— exigió el albino con molestia.

    —¿Qué?— preguntó el azabache deteniendo su sermón.

    —Quiero que te largues en este momento— habló fuertemente el pelo plateado.

    El azabache intentó acercarse a su hermano pero este lo rechazó después de gritarse un par de cosas el pelo negro salió de la habitación para ir a las escaleras de evacuación y así llamar tranquilamente a cierta persona.

    Mientras que el albino estaba molesto por las palabras de su hermano, como se atrevía a decir que lo hacía por su bien, si siempre lo trato mal pero cuanto descaro cabía en su hermano, pensó Akihiko.

    Fue entonces que escuchó la puerta abrirse le volvió advertir a su hermano que se alejara pero se había equivocado ya que solo era el enfermero.

    El pelo plateado se disculpó y el ojos grises solo se le acercó y abrazó.


    —Tranquilo, yo te cuidaré— pronunció el muchacho al momento de besarle la cabellera.



    Continuará....

     
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    Me han gustado los dos capitulos.
    Acaba de aparecer y ya no me gusta este enfermero.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Pov Autora...




    Mientras que el escritor era consolado por el enfermero, Haruhiko estaba sin expresión, observando la puerta de entrada del hospital; hasta que vio a quién esperaba.



    —¿Que ocurrió?— cuestionó un tanto exaltado el patriarca Usami.

    —Ven— le llamó el de anteojos al tiempo que se adentraban al consultorio del doctor Watanabe.


    Mientras tanto, en otro lugar se hallaba un ojo esmeralda sobando su gran vientre. —Tranquilo bebé— decía mientras acariciaba su ya muy grande vientre.

    A pesar de que no quería alterarse el hermafrodita se hallaba un tanto angustiado sin saber el porque. Se preguntaba el como estaría su amado y si debía ir a verlo. Tras pensarlo detenidamente el castaño decidió ir y es que su bebé también estaba inquieto. Quizás, ir a ver a su amado pelo plateado le haría relajarse. Tuvo que pedir un taxi ya que el chofer de la familia no se hallaba, asi también tuvo que mentir ya que la servidumbre no quería dejarlo ir les había dicho que iría a la editorial Marukawa para ver al presidente ya que hacía mucho no le veía.

    Mientras tanto, Haruhiko le cuestionó a su padre el que hacer, este se quedó pensando seriamente pero al no saber como proceder decidió primero ver a su hijo.

    Mientras tanto el pelo plateado le contaba sus aflicciones a Hibara, quién solo fingía preocupación.


    —¿Es todo lo que recuerdas?— interrogó el de pelo negro intentando obtener información útil.

    —Recuerdo que... mi padre solo era llamado asi por respeto pero jamás se preocupó por mi, siempre había intereses de por medio y nuestro bienestar al final— declaró el escritor un tanto triste por lo pocos recuerdos de su “familia”. Por alguna razón el pelo plateado solo tenía recuerdos de su infancia y parte de su pubertad pero no recordaba a Takahiro y ni mucho menos a su Misaki.

    El enfermero se preguntaba el porque un hombre como el pelo plateado estaría soltero y tras pensarlo una y otra vez llegó a una conclusión, el atractivo albino debía de tener alguna pareja u novia por lo cual era mejor apurarse y enamorarlo cuando de pronto escuchó como la puerta empezó abrirse, rápidamente el enfermero se escudó detrás del escritor para cualquier riña.


    —¿Quién es usted?— cuestionó Fuyuhiko al ver como el enfermero se hallaba detrás de su hijo.


    —La verdadera pregunta sería del porque está usted aquí— cuestionó el escritor con molestia.

    —Eres mi hijo y me interesas— respondio el patriarca.


    —Si claro— comentó el albino con sarcasmo.


    —Déjenos solos— ordenó Haruhiko al enfermero.


    —Los que deberían irse, son ustedes— dijo el pelo plateado muy directamente y sin rodeos.


    —Si quieres al rato regreso— sugirió el ojos grises pero el pelo plateado habló. —¡No! tú te quedas y ellos se van— sentenció el albino, más que todo, para molestar a su padre y hermano.

    —Nosotros somos tú familia— expresó molesto el de anteojos,


    —Tristemente— aseguró el pelo plateado convencido de que solo querían sacar provecho de algún modo a la situación.


    —Es mejor se retire en este instante— advirtió el patriarca de la familia.


    —Él no se irá, él es el único que se preocupa por mi— expresó el escritor seguro de lo antes dicho.


    —Pero Misaki...— el patriarca acababa de nombrar a la pareja de su hijo pese a que le advirtieron que las cosas debían ir lentamente.


    —¿Quién rayos es Misaki?— cuestionó el albino al no saber de la persona antes mencionada.


    —Se supone que Misaki y tú se casarían en este año— terminó de relatar Haruhiko.


    La reacción del pelo plateado no fue buena como esperaban.


    —Sabía que algo se tenían entre manos y ¿De quién hija de empresario es?— preguntó molesto Akihiko.


    Tanto el patriarca de la familia como su hijo mayor se quedaron callados realmente querían reír pero ese no era el momento ni el lugar. —¿Entonces quieres que cancelamos la boda?— preguntó un tanto divertido Haruhiko. Y es que cuando su hermano llegara a recuperar su memoria, sería divertido decirle que ahora negaba el casarse cuando era él quien estaba deseoso de unir su vida con la madre de sus hijos.


    —Eso es lo que quiero— aseguró el escritor seriamente.


    —Esta bien, la boda será cancelada, solo espero que Misaki no lo tome mal— comentó Fuyuhiko, seguía el juego de su hijo mayor ya que en cierto modo era divertido.


    —Bueno, entonces no te molesta que yo me case con Misaki— cuestionó el de cabello marrón obscuro, ganándose la mirada de su padre.


    El albino lo dudó un poco algo dentro de el le decía que retirara sus palabras pero por otra parte no sabía como era esa mujer.


    —¿Estas seguro de querer ceder a tu futura familia a Haruhiko?— preguntó la cabeza de los Usami.


    El escritor solo se quedó callado, mientras que el enfermero esperaba que el albino dijera, SI.


    —Usagi-san...— se escuchó resonar la dulce voz del ojos esmeralda.


    El pelo plateado quedó en shock al escuchar ese lindo timbre de voz.


    El Ojo-esmeralda no podía creer que fuera cierto, su amado pelo plateado estaba conciente pero, ¿Cuando despertó?. Al fin de cuentas eso no era lo importante para el castaño, quién estaba a punto de abrazar al padre de sus hijos pero su suegro detuvo su acción.


    —Hablemos afuera— pidió el patriarca Usami.

    Una vez que el castaño y su suegro salieron, el escritor no tardó en preguntar.


    —¿Quién era él?— preguntó, vanamente en un intento de ocultar su curiosidad.


    —Mi futuro esposo— respondió el pelo negro para ver la expresión de de su medio hermano, la cual mostraba sorpresa.

    —¿No te ibas a casar con Misaki?— cuestionó el albino un poco molesto.

    —Él es Misaki— soltó divertido Haruhiko.


    — ¿Qué?. Pero, ¿Misaki no era una chica?— volvió a preguntar el pelo plateado un tanto confundido.

    —Jamás dijimos tal cosa, el hecho que tú hayas deducido eso, no es mi problema— comentó altanero el de ojos obscuros.


    —Pero tampoco lo negaron— recalcó el albino un tanto molesto.

    —Como sea el caso, yo me casaré con él, así que no tienes de que preocuparte— expresaba feliz Haruhiko.

    Por alguna extraña razón, el escritor se hallaba molesto internamente, se preguntaba el porque de la disposición de su medio hermano para casarse con el que sería su esposo, estaba a punto de preguntar pero la puerta se abrió y con ello pudo escuchar al chico quién lo había llamado, ahora que lo pensaba, ¿Como lo había llamado?.

    El chico se escuchaba distante, acaso su padre le había dicho, ¿Que deseaba cancelar la boda?. El pelo plateado se quedó pensativo hasta que escuchó hablar a ese chico.


    —Le agradezco el cuidado a Akihiko-san— mencionó el castaño quién se dirigía al enfermero. Hiba, que estaba al margen de todo, solo pensaba con envidia mientras mostraba una sonrisa hipócrita. El castaño se presentó al pelo plateado quién sentía que el tono de voz del castaño era muy diferente a la que escuchó en un principio. El ambiente parecía un poco tenso y es que nadie decía nada, mientras que el enfermero se preguntaba si el bulto del castaño le pertenecía al albino. Lo mejor sería no decir nada de lo contrario el embarazado tendría un punto a su favor.

    Misaki se sentía un poco extraño y es que su suegro le sugirió no decir nada por que el médico asi lo había dictaminado, el Ojo-esmeralda decidió hablarle de tú a su pareja, hasta que este lo recordase.

    Aunque con Hiba de por medio, quizás las cosas serían un poco complicado para Misaki.

    Tras la llegada del médico, el Ojo-gris se retiró a regañadientes, tanto Haruhiko como su padre se retiraron para dejarlos solos un momento.

    El castaño le cuestionó al Ojo-lila si necesitaba algo a lo que este respondía con una pregunta sobre su persona, el castaño respondía cuidadosamente pero el albino era un tanto terco. Las cosas se ponían difíciles pero lo único que le importaba al Ojo-esmeralda era que su pareja se recuperara asi como la salud de sus hijos.

    Tras terminar la hora de visitas el castaño se fue pero prometió al escritor visitarlo diariamente. Pero al parecer el castaño no era el único que estaba al pendiente del pelo plateado, ya que el Ojo-gris estaba esperando a que el chico embarazado se fuera.

    Tras llegar la media noche, el enfermero quién se ofreció "amablemente" a tomar el turno de un compañero, estuvo esperando que el médico quién atendía al Ojo-lila y que también le había advertido no acercarse, se fuera a descansar.

    Se adentro a la habitación del pelo plateado para después desvestirse y tomando precaución, tomó una silla y la atascó con la puerta. Si bien, en la guerra como en el amor todo es valido o eso pensó el Ojo-gris para respaldar su acción.

    Pero, ¿Lo lograría?.


    Continuará....




    A l u m b r a m i e n t o





    Pov Akihiko...



    ¿Que era eso?.

    No lo podía diferenciar, aquello era parecido a una figura humana demasiada borrosa, debía admitir. Extendía algo, eran muy parecido a unos brazos. Me llamaba pero no lo hacía por mi nombre, el entorno que le rodeaba era de un color claro, de una u otra forma, era hermoso.

    No escuchaba perfectamente lo que decía, su voz parecía perderse y la distancia que nos separaba, era muy grande. A pesar de todo, aquella sombra corría hacia mi.

    Me susurró con dulce voz algo que no entendí, de pronto se empezó alejar y por más que empezaba a correr, no lo alcancé. Frustración, dolor, irá e impotencia, era lo que sentía.

    De un momento a otro, sentí asfixiarme, por más que intentaba respirar simplemente no podía. Grité por ayuda pero no logré siquiera emitir un sonido, toqué mis labios pero estos se encontraban cosidos con hilo y aguja. Fue entonces que tomé unas tijeras y con un sobre esfuerzo, corté los hilos que provocaban mi silencio.

    Abrí los ojos al despertar de mi pesadilla, todo estaba obscuro no había nada, ningún sonido. Realmente es horrible el estar ciego, si tan solo pudiera ver, tal vez no me sentiría asi.


    Pov Autora...



    Lo que Akihiko no sabía, era que el enfermero se le había restregado mientras el se hallaba dormido y justo cuando el pelo negro estaba a punto de desnudar al Ojo-lila, el antes mencionado se empezó a mover intranquilo e hizo extraños sonidos lo que llegó asustar al enfermero y por ello se volvió a vestir para rápidamente retirarse.

    El pelo plateado no pudo conciliar el sueño por lo que se quedó despierto toda la madrugada, justo a las ocho en punto su doctor llegó. Akihiko le explicó el porque no pudo dormir pero el galeno le sorprendió mas su sueño, tras ser un médico veterano, este sabía perfectamente que muchos de los sueños de los pacientes evidentes se llegaban a cumplir por lo que le preocupaba un poco el sueño de su paciente.


    El pelo plateado siguió sin dormir hasta que apareció el enfermero pero Akihiko no le dijo nada y el enfermero se hallaba serio y distante. Se preguntaba si el albino lo había reconocido pero no se atrevía a cuestionar por lo que decidió distanciarse un poco del mayor hasta encontrar la forma de enamorar al pelo plateado.

    La comida del hospital era insípida por lo que el escritor decidió no terminarla por más apetito que tenía, fue entonces que a la hora de visitas, apareció el castaño quién parecía conocer a su pareja por lo que le había preparado un obento. El pelo plateado al estar en aquel estado, no pudo comer bien a lo que el Ojo-esmeralda le ayudó. La forma en la que le ayudaba le era reconfortante al guapo paciente, a pesar de no saber cuál era su situación con aquel chico. Se llegaba a preguntar como era su relación con aquel muchacho, era buena, pasable o muy buena. Por más que le preguntaba, el de ojos Verdes no respondía como quería el Ojo-lila, siempre que parecía querer decir algo de más; el castaño se detenía abruptamente lo que provocaba cierta irritación en el albino quién tenía cada vez más curiosidad por Misaki, lo que mas rondaba en su mente era si se amaban mutuamente o si había algo de por medio. A pesar de ello, el hermoso Hermafrodita, solía cuidar muy amablemente al escritor quién no se daba por vencido con sus preguntas.

    Y asi fueron los días, Akihiko recordaba pequeñas cosas, realmente sin importancia para él pero importantes para el castaño. Mientras que el escritor y el Ojo-esmeralda, pasaban juntos todos los días, el enfermero seguía con su idea de enamorar al pelo plateado pero muchas de sus insinuaciones no le funcionaron por lo que el pelo negro estaba a desesperado por lo que hizo algo que sabía que molestaría al embarazado.

    Un día martes y a la hora de visitas, el castaño estaba a punto de entrar a la habitación de su pareja pero al abrirla se encontró al Ojo-lila besándose con el enfermero a lo que este se separaba del escritor para después poner una expresión de culpa porque el albino lo había besado. A pesar de que era el Ojo-gris quién lo había besado, sabiendo de sobra que el Ojo-esmeralda llegaría puntal, de algo le había ayudado el haberlo visto durante todos esos días.

    Misaki se hallaba incrédulo, sin decir nada solo se limitó a retirase. Mientras que el pelo plateado se hallaba molesto con el Ojo-gris quién se excuso diciendo que realmente le quería y por ende no pudo contenerse. Como el escritor es vidente, no pudo ver que el castaño había estado ahí, le pidió al enfermero retirarse.

    Espero a Misaki pero este no lo fue a ver, se sentía molesto y su humor empezaba a empeorar que incluso se negó a cenar, asi también se desquito con el enfermero y le pidió alejarse por lo que restaba de la semana.

    Y tras dormir de mal humor, el albino despertó con cierta ansiedad por ver a cierto chico pero nuevamente no fue así. A la hora de visitas apareció Tanaka, el Ojo-lila se hallaba un tanto decepcionado mas sin embargo le alegraba un poco el tener a alguien con quién hablar pese a que esperaba escuchar a Misaki.


    Mientras tanto, el Ojo-esmeralda se hallaba recostado y un poco triste, se preguntaba el porque del beso. Prefirió no seguir pensando en eso, se dirigió al jardín para estar un momento solo pero su cuñado le llamó y empezaron hablar. Hablaban de cosas triviales y hasta cierto punto, un tanto divertidas. El de anteojos se tuvo que retirar al sentir un cosquilleo en su abdomen pero justo cuando estaba a punto de irse a la corporación Usami, su padre le detuvo y le cuestionó directamente que sentía por la pareja de su hermano, a lo que él solo respondió un “No estoy seguro”. El patriarca de la familia se hallaba preocupado y es que se había dado cuenta que el castaño parecía ido o muy pensativo a la hora de degustar los alimentos, intentó hablar con el castaño pero este no decía nada, se limitaba a decir que solo era cansancio por el embarazo. Quizás sería mejor el averiguarlo con su hijo, por lo que mañana iría a verlo para asi solucionar, él mismo el problema.

    A la mañana siguiente, Fuyuhiko fue a visitar a su hijo quién en un principio se veía molesto asi como decepcionado. Intentó conversar con el pero Akihiko se mantenía en su postura al no querer hablar. Usagi-chīchī estaba a punto de retirarse pero al ver su reloj de bolsillo, pudo visualizar a sus nietos por lo que no se daría por vencido. Siguió insistiendo a su hijo si algo había ocurrido en los anteriores días pero este se hallaba callado. Fue entonces que Usagi-chīchī decidió hablar sin rodeos. Le cuestionó el porque de la tristeza de Misaki a lo que el pelo plateado se sorprendió al saber que el chico, se hallaba triste. Fue entonces que comenzó a relatar que el castaño no lo había visto desde aquel martes a lo que su padre se le hizo extraño, interrogo a su hijo para saber que había ocurrido el martes pero el Ojo-lila solo le dijo que era el martes cuando no lo visitó pero el patriarca Usami le comentó al pelo plateado que si lo había hecho ya que el mismo lo había visto marcharse antes de irse a su empresa. Fue entonces que el escritor lo recordó. Tras escuchar que aquel enfermero le había besado, Fuyuhiko lo tenía todo claro, el enfermero lo había hecho a propósito y por ello Misaki se hallaba triste. Fue entonces que el patriarca se dio cuenta que nada estaría bien a no ser que ese enfermero se alejara de su familia.

    Tras mirar a su hijo decaído, el patriarca de la familia Usami, suspiró fuertemente, lo de el enfermero lo arreglaría después, primero debía animar a su hijo. Sabía que debía decirle cosas que el galeno le había prohibido y eso era, decirle mas sobre Misaki, su Misaki. Tomó asiento en una silla y comenzó. Debía decir varias cosas pero también debía callar sobre sus nietos.


    —Akihiko, deberías pedirle perdón. De una u otra forma, fue culpa tuya, ¿No?.


    —Es extraño que digas eso.


    —Porque lo dices.


    —Recuerdo que solías decirme que nunca me disculpara primero y ahora dices que lo haga. Contradictorio, ¿No lo crees?.

    —Losé y me equivoqué al decirte eso.


    —Porque ahora pareces preocupado.


    —Es porque lo estoy.


    —¿Lo estás?.


    —Soy tu padre y quiero lo mejor para ti.


    —Como siempre, ¿No es así?. Dime el porque quieres que me reconcilie con él, ¿Acaso hay algo de por medio?.


    —La felicidad de mis seres queridos, solo eso.


    —Dime algo, Misaki... ¿Es de la nobleza?. Porque es lo único que puedo pensar al esforzarte tanto.


    —No lo es. Pero a pesar de ello, te hace feliz. Y eso me hace feliz.


    —Dime, ¿Porque lo aceptaste?. Quiero realmente la verdad.


    —Escucha, al inicio de su relación, las cosas eran distintas, no lo acepté pero con el paso del tiempo, me di cuenta de que en verdad te ama.


    —Y que era lo que pensabas de él, en un inicio.


    —Creí que era un vividor, un doble cara, creí que te dejaría una vez que te despojara de todo.


    —Y porque pensabas eso.


    —Porque Misaki era de clase media. Creí que el chico era un avaricioso, pensé que solo jugaba contigo y por ello me opuse a su relación.


    —Que fue aquello que te hizo cambiar de opinión.


    —El tiempo, el tiempo comprobó que Misaki te amaba, sin importar nada.


    —¿El me ama?.


    —¿Crees que si no te quisiera, habría estado a tu lado todo este tiempo?.


    —No losé, ¿Olvidas que estuve en coma?.


    —Misaki estuvo contigo todos los días e incluso los fines de semana. Venía sin falta a verte a pesar de que aveces se sintiera triste. —Es por eso que debes de disculparte, de lo contrario, terminaras por arrepentirte.


    —A que te refieres.


    —Tu hermano, Haruhiko, se siente confundido hacia Misaki.


    —¿Haruhiko le gusta Misaki?.


    —Al parecer es así. —Akihiko, pídele perdón. Verás que con el pasar del tiempo, sabrás que era lo correcto.


    —Pero ni siquiera quiere verme.



    —Yo lo traeré.



    —Confiaré en ti, solo esta vez.



    || En otro lugar ||


    Un Ojo-esmeralda estaba intentando acercarse a la puerta, sabía que debía encarar a su pareja cuando de pronto.


    ¡AHHH!


    —¡Misaki-sama!.


    —¡Tanaka-san!. Misaki-sama, esta en labor de parto— El fiel mayordomo corrió hasta donde se hallaba la sirvienta y el castaño. Ambos ayudaron en acomodarlo en un sillón.



    —Llamen a una ambulancia y al doctor de la familia.


    —¡Se me rompió la fuente!. ¡Ya va a nacer!.

    El castaño se hallaba con los dolores de parto, intentó controlarse pero no lo logró, deseaba tener a su pareja a su lado. Quizás Akihiko le estaría apoyando, tanto verbal como físicamente. Quizás le abrazaría como cuando sus otros tres hijos, habían nacido. Las cosas que el pelo plateado le había dicho a Misaki, este las comenzó a recordar.

    «¡Vamos!. Sé que puedes». «Solo un poco más». «¡Aquí estaré, no te dejaré!». «¡Ya está saliendo!, y es hermosa». «¡Lo haces perfecto mi vida!».


    Pese a que en ese momento el Ojo-esmeralda se hallaba apoyado incondicionalmente, ahora la historia era otra. Lágrimas resbalarón de sus ojos. Necesitaba más que nada a su Usagi-san.

    ¡¡¡AH!!!

    El bebé no quería esperar al hospital por lo que Tanaka, decidió que el parto sería en casa, ordenó a la servidumbre todo lo indispensable para el parto. Las sirvientas se encontraban de aquí y allá, llevando y trayendo todo lo necesario.

    Misaki gritó adolorido que deseaba dar a luz en la bañera. Tanaka y algunos empleados cargaron con sumo cuidado al castaño quién se hallaba con horribles contracciones. Al llegar a la bañera el Ojo-esmeralda se le fue puesto un kimono para asi entrar a la bañera con el agua tibia. Sus anteriores partos habían sido cesárea para evitar algún daño pero en este caso, el bebé no podía esperar por lo que Misaki daría a luz de forma natural.

    Tras desinfectar unas tijeras y tener a la mano varias toallas, el castaño abrió las piernas dentro de lo que cabía la bañera y comenzó a pujar fuerte y dolorosamente.

    —¡No puedo, necesito a Usagi-san!— gritó fuertemente el castaño.


    —Usted puede Misaki-sama— apoyó el mayordomo.

    Por un vago instante el castaño le pareció ver a su pareja quién le miraba con amor.


    ¡AHHH!


    —Lo está haciendo muy bien, ¡Ya viene!.


    Tanaka le pedía pujar mas fuerte, pues la cabeza del bebé se comenzaba asomar.


    —Solo una última vez por favor Misaki-sama, puje fuerte—pedía el pelo negro a sabiendas de que el castaño se hallaba cansado.


    ¡¡AHHH!! gritó el Ojo-esmeralda provocando que el bebé saliera.


    Tanaka tomó al bebé de la bañera, gracias a que aun estaba conectado al cordón umbilical, el nuevo integrante de la familia Usami, no se había ahogado. El mayordomo le pasó el bebé quién lloraba fuertemente como signo de que este se hallaba saludable. Misaki lo puso en su pecho y este se comenzó a tranquilizar, pasaron dos minutos para cortar el cordón, el bebé quién se hallaba más quieto al estar con su mamá fue un momento separado de su madre para que este se pudiera limpiar pues había derramado una gran cantidad de sangre. Misaki agradeció que la placenta del embarazo hubiera salido sin mucho esfuerzo.


    Ayudaron a cambiar de bañera, una de las sirvientas ayudó a Misaki a limpiarse, mientras el castaño se hallaba cambiando, el bebé lo limpiaba y cambiaba Tanaka.

    Con ayuda de algunas sirvientas el castaño fue recostado en su cama, se sentía demasiado cansado, el sueño le comenzaba a vencer, la servidumbre lo dejó solo, de pronto la puerta de su habitación fue abierta.


    —¿Como estás?.


    —Demasiado cansado.



    Una débil sonrisa se formó en el rostro de Misaki. Haruhiko se acercó mas a él. Era extraño porque pese a penas dar a luz, el Ojo-esmeralda se veía hermoso.


    La puerta se volvió abrir y con ello Tanaka entraba con el bebé. Haruhiko miró con emoción al bebé cubierto por una cobijita blanca.


    “Ojalá fuera nuestro”.


    El mismo Haruhiko se sorprendió al darse cuenta de lo que había pensado.


    —Tranquilo, en un momento estarás con tu madre.


    —¿Es varón?.


    —Lo es— aseguró Tanaka.



    || Mientras que en el hospital. ||



    Fuyuhiko estaba despidiéndose de su hijo cuando su celular sonó.


    —¿Qué?. ¿Cómo?. ¡Es niño!.


    Fuyuhiko estaba tan feliz por la noticia demasiado feliz que sin pensarlo abrazó a su hijo.


    —¿Que te ocurre?.


    El patriarca Usami estaba emocionado por lo que soltó sin pensar.


    —¡Tú hijo acaba de nacer!; ¡Es varón!.

    El albino se hallaba extrañado de que hablaba su padre.


    —¿Que hijo?.



    —¡El que estaba esperando Misaki!. ¡Tu hijo y el de él!.


    Akihiko quedó estupefacto, ¿Misaki estaba embarazado?; ¿Eso era posible?. Pero más que todo, ¡Su hijo!.




    Continuará....




    Edited by .Gabriela. - 1/8/2018, 21:20
     
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  9. mio_perver
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    Esta buenísima la historia, no tardes mucho con la actualización por favor😘😘😘
     
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    Me han gustado los dos capitulos.
    Misaki ya ha tenido su bebé que lindo.
    Akihiko sabe que Misaki es su pareja y que han tenido un bebé, espero que ya empiece a recordar algo.
    Por algo ya antes no me hacía gracia ese enfermero, es un bastardo.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Si lo estoy continuando. Buen día.
     
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