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valgyaled+1
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¡Hola!
Soy nueva y nunca antes he publicado una historia por aquí, es la primera. La verdad es que me encanta leer y escribir, y me he decidido por una historia de esta parejita que me encanta :3
He visto que hay muy pocas historias de ellos, asi que también ha sido una de las razones por las que me he decidido por ellos.
Les dejo el prólogo de la historia, si veo que les gusta la continuaré
Besos~PRÓLOGO
Miyagi corregía unos trabajos de literatura en su despacho. Se acarició la sien irritado, todos sus estudiantes eran unos inútiles. Además, no paraba de escuchar unas risas fuera que le estaban molestando. El tiempo de descanso ya había acabado.
Se asomó por la ventana, visualizando un grupo de tres muchachos, fumando y charlando animadamente en la parte de atrás de la universidad. ¿Qué hacían ahí a esas horas?
Resopló y se levantó, dejando de corregir los trabajos. Debía de dar un toque de atención a esos muchachos.
Cuando estuvo fuera, pudo comprobar más de cerca que esos tres chicos estaban vestidos con pantalones negros y chaquetas de cuero.
—Genial, encima tendré que lidiar con los estudiantes chulescos de la universidad.
Cuanto más cerca estaba, más fuerte era el olor del cigarro. Se paró detrás de los tres estudiantes, pero ninguno se giró ante su presencia. No se habían dado cuenta o estaban ignorándole.
—¿Qué creéis que estáis haciendo? —mencionó, sobresaltando a los tres muchachos.
Los tres mencionados se giraron a la vez. Uno de ellos era un chico bastante alto, moreno y de ojos verdes. Le conocía, era uno de sus estudiantes. Bastante malo, por cierto. Se llamaba Keita. El segundo era un moreno de ojos azules, también uno de sus estudiantes, llamado Ryu. El último de ellos era un muchacho rubio cuyos ojos eran de un peculiar color grisáceo, más bajo que los dos anteriores. Este último le miraba muy sorprendido. Ese chico le sonaba de algo, pero no era uno de sus estudiantes.
—¿M-Miyagi? —murmuró el rubio completamente sorprendido.
—¿Eh?
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Me ha gustado el prólogo, aunque muy cortito.
Se ve muy prometedor.
Esperaré con ansias la conti.. -
valgyaled+1 .
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Me ha gustado el prólogo, aunque muy cortito.
Se ve muy prometedor.
Esperaré con ansias la conti.
Muchas gracias por comentar <3
Ahora mismo subo la conti
Besos~CAPÍTULO 1
Ese no era para nada el chico que recordaba. El chico que estaba enfrente suya era completamente diferente a aquel muchachito que había conocido hace tres años. Iba vestido con una camiseta de leopardo, una chaqueta de cuero y unos pantalones negros ceñidos. Llevaba un arete en su oreja derecha. También había cambiado su peinado, ahora lo llevaba hacia arriba. Además, por lo que parecía, tenia tatuajes en ambos brazos. ¿De verdad ese era el mismo muchachito inocente que había conocido hace tres años y hermano de su antigua esposa?
—¿Shinobu? No te había ni reconocido, que cambiado estás —murmuró aún sorprendido.
—Es lo que tienen que pasen los años —contestó como si fuera obvio.
—S-Supongo que sí
Notaba cierto odio y rencor en la forma en la que Shinobu se dirigía a él. No entendía por qué, tampoco habían hablado mucho. Inmediatamente después de casarse con su hermana se marchó a estudiar a Australia.
—¿Por qué has vuelto? —preguntó sorprendido. Su padre le había comentado en alguna ocasión que estaba muy bien ahí.
—¿En serio no lo sabes? —preguntó irónico— después de divorciarte de mi hermana esta ha tenido que volver a casa y mi padre no podía permitirse el pagarme los estudios allí. Por esa razón estoy de vuelta.
Miyagi estaba totalmente sorprendido. El rubio le sonrió irónico y antes de girarse y marcharse, le dedicó unas últimas palabras bastante rencoroso.
—Muchas gracias por joderme la vida de nuevo, Miyagi.
El chico le odiaba, eso estaba claro. Estaba siendo un poco injusto con él, no era su culpa si su hermana Risako no tenía ingresos por si misma y su padre no podía pagarle la escuela de Australia. Entendía su odio hacia él, pero no iba a estar viviendo en un matrimonio infeliz toda su vida.
Suspiró entrando en clase. Tampoco le tendría que ver más, podrá soportar esas miradas de odio y rencor de vez en cuando. O eso pensaba.
Empezó a dar clase. De pronto, llamaron a la puerta.
—Adelante.
—Vaya, que agradable sorpresa —comentó una voz bastante irónica.
No podía ser. El destino y la suerte estaban en su contra. De todas las clases de literatura que se imparten, Shinobu tenía que asistir a su clase.
—Siéntate rápido y preséntate.
El chico eligió sentarse al lado de sus dos amiguitos. Genial, el trio calavera al completo en su clase.
—Me llamo Shinobu Takatsuki.
Tengo 19 años y hasta hace un año estudiaba en Australia. Por cosas del destino o de mi vida de mierda he acabado aquí metido con todos vosotros, unos completos inútiles de la literatura.
Terminó su presentación con una sonrisa maliciosa sentándose de nuevo. Miyagi estaba realmente sorprendido. Eso iba a ser más difícil de lo que se esperaba.
—Desgraciadamente, los trabajos que he corregido están bastante mal. Por ello, he decidido haceros un examen dentro de dos días para ver si de verdad sabéis algo de esos autores que habéis hablado.
La noticia dada por Miyagi provocó mucho revuelo en sus clases. Escuchaba maldiciones hacia su persona en voz baja, y no tan baja.
—¡No se habla más! Cuanto más os quejéis más contará el examen para la nota final —sentenció mosqueado de tanto revuelo. —Ya es la hora, pueden irse.
—Takatsuki, tu espera un poco —le dijo antes de que el rubio saliese por la puerta.
—¿Y este qué quiere? —preguntaron los dos amigos del chico a la vez.
—Id adelantando, ahora os alcanzo.
Al momento de quedarse solos, Miyagi hizo un gesto para que se acercase.
—¿Qué ocurre?
—Quería comentarte que tu no has hecho el trabajo del que hablo y no sabes nada de los autores que hemos estado viendo durante este tiempo. Por lo tanto, no hace falta que hagas el examen. Los trabajos estaban tan mal que el examen lo hago más que nada para ver si de verdad tus compañeros saben algo.
—Quiero hacerlo.
—¿Eh?
—No me hace falta hacer el trabajo para saber muchísimo mas de esos autores que los inútiles de mis compañeros —afirmó rotundamente.
Antes de salir por la puerta, se giró y sonrió seguro, dejando al profesor totalmente desconcertado.
Edited by valgyaled - 8/9/2019, 01:34. -
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Me ha gustado el capítulo.
La cosa entre los dos está que arde.
Esperaré con ansias la conti.. -
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CAPÍTULO 2
Había llegado el día del examen. Entró en el aula. Todos los alumnos estaban muy nerviosos, aprovechando los últimos momentos antes del examen para repasar. Menos uno. No podría creer lo que veía.
Shinobu estaba besándose con un chico. Le tenia agarrado del cuello de la camisa y movía sus labios ferozmente sobre los del otro muchacho. Al separarse, el otro chico estaba completamente sonrojado. Mientras que Shinobu pronunció un pequeño “meh”.
Seguía sin asimilar que aquel niño había cambiado tanto. ¿Habría alguna razón? Decidió dejar de pensar en ello y repartió los exámenes.
—Son las once y media, tenéis hasta las doce y veinte. El examen dura aproximadamente 50 minutos.
Se sentó en la silla y comenzó a ordenar las hojas de su escritorio. Echó un vistazo a sus alumnos, todos estaban bastante concentrados. Menos él. Shinobu estaba con la espalda apoyada completamente sobre el respaldo de la silla y las piernas subidas sobre la mesa. Pero ¿dónde se creía que estaba?
Se acerco a la mesa donde estaba el rubio. Seguía igual. Incluso había cerrado los ojos.
—¿Qué crees que haces? Fuiste tu quien me dijiste que ibas a hacer el examen, pienso contártelo como a cualquiera de tus compañeros.
El rubio abrió los ojos divertido.
—Ya lo sé, estoy descansando, viejo. Ahora me pondré a hacerlo, no te preocupes —contestó relajado.
—Te quedan veinte minutos, sino te pones ya no te dará tiempo.
—Sisi.
—Mira, haz lo que quieras. Pero en mi clase no vas a estar sentado así, baja los pies de la mesa.
—De acuerdo —aceptó.
Miyagi volvió a su mesa. Quedaban diez minutos. Shinobu acababa de empezar a hacer el examen. El profesor estaba seguro de que no le daría tiempo.
—El examen ha acabado. Por favor acercaos a mi mesa e id dejándolo —mencionó mientras recogía sus pertenencias de la mesa.
—Aquí tienes, viejo —dijo divertido siendo el primero en dejar el examen sobre la mesa.
Miyagi se quedo gratamente sorprendido. No era posible que ese niño hubiese terminado el examen en diez minutos. Encima lo dejaba todo chulesco.
Miyagi llegó a su casa pronto. Dejó el maletín que siempre llevaba a clase sobre la mesa del salón, no sin antes coger los exámenes de hoy, y se tumbó en el sofá con un boli rojo preparado para corregir algunos.
—¿En serio? —murmuró sin poder creer algunas respuestas que leía. Sus alumnos eran inútiles.
—Otro suspenso —dijo dejando el examen en el montón de los que había corregido. Cogió el siguiente, que resultaba ser de Shinobu.
—A ver el niñito…
Acababa de terminar de corregir el examen y no podía creer lo que veía. Shinobu tenía un diez. Un jodido diez y no había estado en ninguna de sus clases.
—Que interesante… —murmuró mientras sonreía y dejaba el examen en su correspondiente montón.
Al día siguiente, Miyagi tocó la puerta del despacho del director. Le había llamado esta mañana, mientras acababa de corregir los exámenes, porque tenía que comentarle algo.
—Adelante.
—Buenos días Sr. Takatsuki —saludó al entrar. Efectivamente, ese hombre era el padre de Shinobu.
—Siéntate, Miyagi.
—¿Qué ocurre, señor director?
—Me han informado que se va a hacer un concurso de literatura internacional este año. Cada país tendrá un representante y muchas universidades de Japón competirán porque uno de sus estudiantes represente el país. La universidad cuyo estudiante represente Japón ganará mucho prestigio, es una oportunidad única.
El profesor escuchaba atentamente, incitando al director a continuar.
—Había pensado en hacer una competición en la universidad, y quien gane será el estudiante que mandaremos para representarnos. Necesitamos el mejor nivel para poder competir con las mejores universidades de Japón.
—Me parece una buena idea, señor.
—Puede apuntarse quien quiera. Cuanto más estudiantes haya, mejor. La competición es buena para que cada uno saque lo mejor de sí —comentó ante la atenta mirada del profesor. — Igualmente, Kamijou y usted conocen mejor que nadie a sus estudiantes. Por ello, pueden recomendar a los mejores.
—Permítame la pregunta, sr.director. Pero ¿los estudiantes que ganan con todo esto? —preguntó— quiero decir, la universidad gana prestigio. Pero ¿los estudiantes?
—Esa es la mejor parte —sonrió— el estudiante que gane la competición internacional recibirá una beca para terminar sus estudios fuera. Con todo pagado —aclaró ante la sorprendida mirada del profesor. Era muy buen premio, la verdad.
—He oído que me has mandado llamar viejo. ¿Qué quieres? —preguntó el rubio ante la pensativa expresión de su profesor.
—Siéntate, Shinobu —señaló la silla que estaba enfrente de su escritorio— no sé si tu padre te habrá comentado ya lo del concurso literario.
—No me ha comentado nada.
—Van a hacer un concurso de literatura internacional. Tu padre quiere hacer una competición en la universidad para decidir a qué estudiante mandar como representación de nuestra universidad y que este compita por ser el representante de Japón.
—Y… ¿por qué me cuentas esto?
—Mi compañero Kamijou y yo vamos a recomendar algunos estudiantes para participar en el concurso de la universidad. Y, yo había pensado en recomendarte —aclaró ante la sorprendida mirada del más joven.
—¿Cómo? ¿Por qué querría yo participar en algo así? —enfureció ante la propuesta— Además…, ¿qué tendría qué hacer?
—Le hemos propuesto a tu padre un taller de literatura como actividad extraescolar de ayuda para los estudiantes que quieran participar en el concurso.
—¿Eso significa que tendría que pasar tiempo contigo después de clases? —murmuró pensativo— ¡no me da la gana! Además, ¿por qué querría participar yo en algo así?
El profesor se acarició la sien frustrado. El chico sentía tanto odio por él que no podía pasar ni un poco de tiempo junto a su compañía.
—El premio para aquel estudiante que gane la competición internacional de literatura es una beca para estudiar fuera en el país que el ganador elija, con todo pagado.
Tras unos segundos de silencio, el más joven abrió los ojos tras haber meditado.
—Eso significa que si gano podré largarme de aquí y no tener que volver a verte nunca más.
—Exacto.
—De acuerdo. Me apunto a ese dichoso concurso de literatura —sentenció ante la orgullosa sonrisa del mayor.. -
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Me ha gustado el capítulo.
Las cosas entre Miyagi y Shinobu cada vez están peor.
Esperaré con ansias la conti.. -
valgyaled+2 .
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Hola buenas, ¿cómo están?
Siento mucho la espera pero estaba ocupada y además cuando me ponía a escribir no tenía inspiración. Igualmente espero que les guste el capítulo y les espero en el siguiente.
Besos
CAPÍTULO 3
—Asi que te has apuntado al concurso de literatura. ¿No crees que estás jugando con fuego, amigo? —comentó su amigo Keita, quien era el más sensato de los tres.
—¿Jugando con fuego por qué? Es una oportunidad única, gano el concurso internacional y me vuelvo a Australia. No tendré que volver a saber de Miyagi nunca más.
—Ambos sabemos los sentimientos que tenías por Miyagi —suspiró, dirigiendo la mirada a su amigo.
—Lo sé. Pero esos sentimientos que una vez tuve por él son completamente diferentes a los que siento ahora. Por su culpa lo pasé fatal y no pienso volver a caer en lo mismo —aseguró muy convencido.
—Solo digo que tengas cuidado, vas a pasar mucho tiempo con él después de clase.
—Lo sé. Gracias por preocuparte por mí.
Shinobu tenía muy claro que no volvería a caer por Miyagi. Se había enamorado de Miyagi cuando tenía 16 años y luego este se casó con su hermana, eso le rompió el corazón en mil pedazos. Por esa razón, decidió irse a estudiar a Australia y olvidarse de él.
En realidad, le costó mucho más de lo que esperaba. Había sido su primer amor. Durante su estancia por Australia intentó por todos los medios olvidarse del mayor. Hasta que se dio cuenta de que la única manera de olvidarle era dejando todo su pasado atrás. Por eso, tuvo ese cambio tan radical de estilo y sobre todo de personalidad.
El nuevo Shinobu era culpa de Miyagi.
Hoy era la primera clase del taller de literatura dirigido por Miyagi. Shinobu se encontraba enfrente de la puerta de la clase donde se impartiría el taller. Suspiró, cerró los ojos y agarró el pomo de la puerta. Cuando estaba a punto de abrir, otra mano se apoyó sobre la suya. Se giró ante ese toque y vio al dueño de esa mano.
—¿Tú también vienes al taller de literatura? —preguntó un chico más alto que él de ojos verdes y pelo negro. Llevaba un piercing en la ceja.
—Sí —contestó. La mano de aquel chico aún seguía sobre la suya. El chico al darse cuenta, la retiró.
—Encantado de conocerte. Me llamo Kou —sonrió.
—Igualmente. Soy Shinobu.
—¿Eres nuevo?
—Sí. Estudiaba fuera hasta este año.
—¿Cómo es que has vuelto?
—Circunstancias de la vida —contestó con cierto rencor en su voz.
De pronto, la puerta se abrió. Miyagi miraba la escena extrañado, cruzando miradas con ambos chicos.
—¿Vais a entrar o pensáis quedaros aquí de charla?
—Lo siento señor —se excusó el chico, pasando por al lado del rubio y guiñándole el ojo— me he entretenido hablando con esta ricura.
Tanto Shinobu como Miyagi se quedaron muy sorprendidos ante el desparpajo de aquel chico. El rubio no puede evitar ponerse un poco nervioso por el cumplido pero se recompuso rápidamente. Rápidamente, cruzó la puerta, evitando la mirada del mayor.
Dentro del aula estaban separados por dos grupos. Uno los estudiantes de Kamijou y otro los estudiantes de Miyagi. Estaban en un círculo con Miyagi en el centro. Shinobu se encontraba al lado de un chico castaño de ojos verdes. El chico que había conocido antes de entrar se encontraba en el otro grupo, al parecer era estudiante de Kamijou.
—Para poder conocernos un poco más, vais a hacer una exposición de un libro que os haya marcado en la vida. Por parejas. Para evitar conflictos, las parejas se formarán con la persona que tengan a su derecha —comentó Miyagi.
—¿Cómo vamos a escoger un libro que nos haya marcado en la vida por parejas? —preguntó Shinobu, no le encontraba el sentido.
El mayor sonrió ante la pregunta del rubio.
—Esa es la cuestión. Cada uno tendrá un libro y para conocernos mejor tendréis que leer el libro de vuestra pareja. A lo mejor conseguís que esta cambie de opinión o cambiar vosotros. Luego podéis coincidir o no. Arregladlo vosotros.
Shinobu sonrió. La idea del viejo era buena porque no solo hacía que la pareja se conociera mejor sino que también leyesen dos libros en lugar de uno.
Miró a su derecha y aquel chico castaño de ojos verdes le sonría animadamente. Era su pareja. Al terminar la clase, se acercó a él.
—Encantado de conocerte. Me llamo Shinobu Takatsuki y soy tu pareja para la exposición —se presentó con una sonrisa.
El chico le tendió la mano y las estrecharon.
—Me llamo Misaki Takahashi y estoy encantado de conocerte —respondió de la misma manera.
—¿Tienes alguna idea para la exposición? —preguntó el rubio, interesado.
—Me gusta mucho el libro de “Luces de Bohemia” de Valle Inclán. No sé si lo conoces.
—No, no lo conozco pero me lo apunto para leérmelo —miro alrededor y añadió pensativo— ¿sabes si en la biblioteca tienen este libro?
—Sé que hace algunos años lo tenían. Pero únicamente tenían un ejemplar, pregunta.
—De acuerdo.
—¿Y de qué libro quieres qué hablemos por tu parte?
—Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
—¡Lo conozco! —exclamó entusiasmado—no me lo he leído nunca porque no he tenido tiempo pero siempre me ha llamado mucho la atención.
—Yo lo tengo. Te lo puedo dejar.
—Te lo agradecería mucho.
—Mañana mismo te lo traigo —afirmó— si me disculpas, voy a ir a la biblioteca ya mismo a ver si disponen aún del libro.
—De acuerdo. Hasta mañana Shinobu-Kun.
—Hasta mañana Misa-chan.
Shinobu entró a la biblioteca y comenzó a buscar el libro que le había recomendado su compañero de taller. No lo encontraba por ningún sitio. Cansado, decidió preguntarle a la bibliotecaria sobre el libro.
—Hola, buenas tardes. Me llamo Shinobu Takatsuki y estoy buscando un libro.
—Dígame el título, por favor —pidió la mujer, con cara de pocos amigos, ajustándose las gafas en el proceso. Era una mujer mayor, unos 50 años, pelo negro con bastantes canas, unas gafas de montura morada y piel blanca como un fantasma. Por encima del labio superior, asomaba una prominente verruga.
—“Luces de Bohemia” de Valle Inclán.
—Un momento por favor —dijo mientras escribía el nombre del título del libro en su ordenador.
—No está. El ultimo ejemplar que nos queda lo tomaron prestado hace unos días —añadió tras comprobarlo en la búsqueda.
—¿Podría saber quién? —preguntó esperanzado. Podría pedirle a aquella persona prestado el libro, iban a ser unos pocos días.
—El profesor Miyagi You.
—Genial… —murmuró entre dientes.
El chico no podía creer la mala suerte que tenía. No había libros en el mundo que justo el viejo tenía que tomar prestado ese mismo de la biblioteca la semana que lo necesitaba. Estaba comenzando a pensar que el destino jugaba con él.
—Muchas gracias —dijo con una mueca parecida a una sonrisa y se marchó de ahí.
—Adelante —dijo el profesor pensativo apoyado sobre el respaldo de la silla de su despacho mientras le daba otra calada a su cigarrillo.
—Deberías de dejar de fumar tanto viejo. Un día de estos vas a estirar la pata.
—¿Shinobu?
El chico estaba enfrente suya mirándole fijamente.
—¿Qué te trae por aquí? —preguntó apagando rápidamente su cigarrillo.
—Necesito pedirte un favor.
—Dime.
—Necesito que me dejes el libro de “Luces de Bohemia” que has tomado prestado de la biblioteca. Es para la exposición del taller, es el libro que mi compañero me ha recomendado —aclaró ante la atenta mirada del mayor.
—Claro que te lo dejo pero en estos momentos no lo tengo aquí, está en mi casa. Pásate luego por ahí y te lo doy.
—¿Sigues viviendo en el mismo apartamento feo y pequeño que vivías antes de casarte con mi hermana?
—Sí —afirmó sorprendido ante la sinceridad del rubio.
—Bien. Gracias viejo.
Y se marchó sin decir ni una palabra más.
El pelinegro abrió la puerta y ahí estaba Shinobu esperando. El chico iba vestido con unos pantalones negros ajustados, unas zapatillas negras, una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra. Llevaba el pelo peinado hacia arriba, como acostumbraba, y olía sutilmente a vainilla.
—Con permiso
Se adentró en la casa del mayor, empujando a este en el proceso. Dirigió la mirada por todo el lugar, estaba igual que siempre.
—Terminemos rápido viejo. Tengo prisa.
—¿Adónde tienes que ir con tanta prisa?
—¿A ti qué te importa? Voy a salir con mis amigos un rato.
—¿A tu padre le parece bien que salgas cuando mañana es jueves y tienes universidad? Por cierto, tienes clase conmigo.
—¿¡Pero a ti qué te incumbe?! ¡Tengo 19 años y estoy en la universidad, podré hacer lo que me dé la gana! —respondió cabreado.
—No he dicho lo contrario. Sólo te quiero recordar que mañana es día laboral y tienes responsabilidades.
—Que sí, que lo sé viejo. Ahora dame el libro y me voy de aquí de una vez.
Miyagi suspiró. Shinobu no le tenía nada de respeto aún siendo su profesor. Por una parte lo comprendía y no podía culparle, el chico le odiaba aunque seguía pensando que él no tenia la culpa. No era feliz en su matrimonio y no estaba enamorado de Risako, no iba a continuar más con esa mentira que no iba a llegar a ninguna parte.
—Espera un momento. Tengo que ir a por una silla para poder coger el libro. Está en la estantería del salón pero está algo alto.
—¡Vamos no me jodas! ¿no podías haberlo cogido antes?
—Ya voy a por él, no te alteres —comentó quitándole importancia al asunto.
—¡Anda y que te den! Ya lo cojo por mí mismo —se alejó hacia la estantería que le habría descrito Miyagi anteriormente.
Al llegar frente a la estantería Shinobu tuvo que ponerse de puntillas y estirarse lo máximo que podía para intentar llegar al libro. No lo conseguía. De pronto, sintió una presencia detrás suya y una mano se apoyaba en su cadera.
—Mira que eres cabezota… —murmuró el más alto muy cerca.
Al chico no le gustaba estar tan cerca de Miyagi, se ponía muy nervioso. Se removió incómodo, notando algo sobre su trasero. No podía ser. Rogaba mentalmente porque no fuese lo que estaba pensando. Notaba un bulto jodidamente grande sobre su trasero, "¿todo eso era del viejo, de verdad?" pensó.
De repente, el más mayor se apartó. Shinobu agradeció a los dioses volver a tener espacio personal.
—Aquí lo tienes —le ofreció el libro.
—Muchas gracias viejo —dijo y se marchó rápidamente hacia la puerta, saliendo de la casa.
—Me quiero matar chicos. Odio admitirlo pero cuando me ha tocado he sentido algo y no quiero volver a sentirme así —confesaba mientras le daba otro trago a su cerveza. El bar estaba bastante lleno y la música muy alta por lo que era difícil entablar una conversación.
—Tranquilo Shinobu, es normal —intentaban relajarle sus amigos.
—Además… dios mío que jodida vergüenza.
—¿Qué pasa?
—Pues que cuando Miyagi se ha acercado por detrás se ha apoyado en mi para coger el libro y bueno… —carraspeó nervioso sin terminar la frase.
—¡No puede ser! —se carcajeaba su amigo Ryu— no me puedo creer que el profesor de literatura se ponga cachondo con unos de sus alumnos. Sin ofenderte Shinobu, sabes que estás cañón —le guiñó el ojo.
—Lo peor es que creo que no estaba empalmado, era su tamaño natural —admitió rojo de la vergüenza.
—¡Wow! ¡buen paquete se carga el profesor! —exclamó su amigo Ryu— ¿debería de pedirle una tutoría? —añadió pícaro.
—¡Ryu! —dijeron ambos amigos al unísono.
Shinobu no paraba de tomar de su bebida. El alcohol le estaba afectando y no podía dejar de rememorar las imágenes del toque de Miyagi sobre su cadera. No quería volver a sentirse así, no podía. Levantó la cabeza y vio al chico que había conocido antes de entrar al taller. Este le miraba fijamente.
Sin pensar mucho en lo que hacía e ignorando los gritos de sus amigos, se acercó a aquel chico, le cogió del cuello y unió sus labios en un sorprendente y apasionado beso.
Edited by valgyaled - 31/3/2020, 01:48. -
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Me ha gustado el capítulo.
Que bien que ha aparecido Misaki y es compañero de Shinobu para hacer el trabajo.
Con ganas de leer como acabará Shinobu con ese tipo.
Esperaré con ansias la conti.. -
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porque no hay más? :'v, chalé y ami que la me gustó la historia ;;; . -
valgyaled+1 .
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Hola, ¡he vuelto con un nuevo capítulo!
Lo siento por la espera y espero que se estén cuidando en esta cuarentena.
Intentaré no tardar tanto con el próximo capítulo, muchas gracias por el apoyo. Les leo siempre.
Besos CAPÍTULO 4
Al día siguiente Shinobu se despertó en su cama arropado con un terrible dolor de cabeza. No recordaba nada de lo que había pasado la noche anterior, ¿cómo había llegado a su casa? No tenía ni idea.
De pronto algo comenzó a vibrar en su cama, su móvil. Lo cogió y vio que tenía 4 llamadas perdidas de sus amigos, mensajes del grupo que tenían en común y un mensaje de un número desconocido.Keita: Shinobu cuando te despiertes danos señales de vida porfavor
Ryu: ¡Ese hasta las tres mínimo no se levanta!
Ryu: ¡vaya fiesta en el cuerpo llevaba el chiquillo!
Keita: Ryu compórtate
Ryu: ¡Si tuvimos que llevarle a casa e incluso meterle en la cama que no podía mantenerse en pie de la borrachera que llevaba encima el cabrón!
Ryu: y eso que solo se iba a beber un par de cervezas… pero empezó a bailar con el chico este y se descontroló.
Ryu: Que por cierto, bien bueno que está. Tonto no eres, Shinobu.
Keita: este no se va a despertar y tenemos clase. Encima hoy hay 2hs de literatura con Miyagi.
Shinobu al leer los mensajes padeció, no recordaba nada de la noche anterior. Observó el reloj y no pudo evitar reprimir un grito, ¡eran las 12 de la mañana!
Había faltado a las 2hs de literatura que tenía con Miyagi. Lo peor de la situación es que hoy tenían taller por la tarde y seguro Miyagi le pedía explicaciones. “Tierra trágame” pensaba continuamente.
Tenía un mensaje de un número desconocido que decía lo siguiente:“Espero que hayas llegado bien a casa ricura, tus amigos me dijeron que te llevaban. Igualmente me quedé preocupado, mándame un mensaje cuando te levantes.
¿Te veo luego en el taller de literatura?”
Su cabeza daba vueltas. “Ricura”, ese apodo le sonaba de algo. Antes de contestar a dicho mensaje, abrió el grupo que tenía en común con sus amigos y les escribió un mensaje.“Hola chicos. Me acabo de despertar.
No recuerdo absolutamente nada de lo que hice ayer, me duele la cabeza horrores.
¿Hice mucho el ridículo? Decidme que no por favor”.
En ese momento recibió una respuesta en el grupo.Ryu: no te preocupes amigo. Estamos llegando ahora mismo a tu casa para contarte todo de la noche de ayer.
Para que veas que buenos amigos somos, nos estamos saltando las ultimas 2hs de clase por ti.
Keita: llevamos patatas fritas y mucha comida, tendrás hambre. Además llevamos pastillas para ese dolor de cabeza.
No pudo evitar sonreír. Sus amigos podían ser unos idiotas pero eran los mejores idiotas.
—Por favor contadme todo lo que hice ayer —dijo mirando fijamente a sus dos amigos. Estaban los tres sentados en la cama del rubio comiendo y hablando de la noche anterior.
—Por dónde empezar… —empezó a decir Keita.
—Nos contaste que ayer fuiste a por el libro que necesitabas para el taller de literatura a casa de Miyagi, te tocó la cadera y sentiste algo. Comenzaste a beber rápidamente y de un momento a otro estabas comiéndole la boca a un pelinegro de la mesa de enfrente.
—No me lo puedo creer… —en ese momento recordó a quien había besado.
—Tranquilo Shinobu, el chico está bastante bueno —dijo su amigo quitándole importancia— si no le quieres para ti, déjamelo a mi. Además no le vas a volver a ver en la vida asi que no importa.
—En eso estoy de acuerdo con Ryu
—Ese chico está en el taller de literatura, le conocía de antes. Por eso le besé.
—¡Oh my god! —gritó Ryu completamente sorprendido y pensó durante un instante— bueno piénsalo, ¿no querías olvidarte de Miyagi? ¿por qué no sales con este chico?
—Yo entiendo a Shinobu-kun. Va a ser incómodo a partir de ahora.
—Bueno a lo mejor para el chico no ha sido importante y pasa.
Shinobu carraspeó y les enseñó el mensaje que había recibido del chico.
—Vaya. Esto se va a poner interesante —dijo Ryu con una sonrisa mirando al rubio.
—Por cierto, ¿me trajisteis vosotros a casa? —preguntó el rubio cambiando de tema mientras sorbía de su bebida.
—El chico se ofreció a traerte a casa. Le íbamos a dejar porque parecías bastante cómodo bailando a su lado. Pero… —su amigo Keita calló durante un instante.
—¿Pero…?
—Pero cuando fuimos a verte te lanzaste a nuestros brazos gritando: “¡no quiero volver a sentirme así por él! Por favor, chicos no dejéis que me vuelva a sentir así!” —completó Ryu.
—Entonces decidimos que mejor te llevábamos nosotros, no iba a ser que dijeses algo sobre Miyagi mientras estabas borracho —terminó de decir Keita.
—Gracias chicos.
—Y hicimos bien porque todo el camino estuviste: “¡no me puedo creer que haya sentido algo con el toque de ese viejo! ¡no puede ser! ¡Te odio Miyagi, te odio!” —gritó imitando la voz borracha de su amigo.
Hoy en el taller de literatura empezaban el trabajo sobre el libro de su compañero. Le había traído el libro a Misaki y este la agradeció con una gran sonrisa. Estaban hablando sobre lo que más le gustaba a cada uno del libro que habían elegido, obviamente sin hacer spoilers, cuando levantó la mirada y Kou le guiñó un ojo. No pudo evitar ponerse un poco nervioso.
—Ese chico… ¿te acaba de guiñar el ojo? —pregunto su compañero un poco sorprendido.
—¿¡Q-Qué dices Misa-chan?! —levantó la voz provocando que la mayoría de las personas en el aula se girasen en su dirección entre ellas el susodicho, que sonrió. Miyagi le miraba fijamente muy serio y Shinobu apartó la mirada nervioso.
—L-Lo siento Shinobu-kun, no era mi intención llamar la atención de los demás —se disculpó arrepentido.
—No es tu culpa Misa-chan. Lo siento, no debería haberte gritado —suspiró y le miró a los ojos— ayer ese chico y yo nos besamos.
—¿C-Cómo?
—Ayer salí con mis amigos a un bar y comencé a beber de una forma muy descontrolada porque estuve pensando en un idiota del que estuve enamorado hace tiempo —suspiró pensativo y continuó la historia al ver que su compañero escuchaba atento— no quiero volver a sentirme así por él en mi vida. Y antes de que me diese cuenta estaba muy bebido, me acerqué a ese chico y lo besé.
Antes de que Misaki pudiese replicar, una varonil voz le interrumpió.
—El taller de literatura es para comentar libros, no para comentar la vida amorosa de los estudiantes. Asi que por favor, vuelvan al maravilloso mundo de García Márquez y Valle-Inclán.
Shinobu padeció. ¿Miyagi había escuchado la conversación?
—Después del taller ven a mi despacho, tengo que hablar contigo —añadió mirando fijamente al rubio.
—¿Qué quieres viejo?
—¿Por qué no has venido hoy a mi clase?
Miyagi le miraba fijamente, sin pestañear, esperando la respuesta del rubio.
—M-Me he quedado dormido.
—Mientes. He escuchado la conversación que estabas teniendo con Takahashi.
—¡No te metas en mis conversaciones! —replicó molesto.
—Si no quieres que me meta no hables de ello en el taller de literatura. Por cierto —encendió un cigarro y dio una calada— ¿quién es el idiota del que estabas enamorado?
—¿A-A ti qué más te da? —contestó nervioso.
—Solo me pregunto si la ruptura con esa persona es la razón por la que diriges todo tu odio hacia mi.
Shinobu se levantó de la silla molesto y se dirigió a la puerta.
—¿Adonde vas?
—Para tu información viejo nunca hubo ruptura porque nunca llegamos a estar juntos —abrió la puerta y antes de marcharse añadió— es demasiado idiota para darse cuenta de que estaba enamorado de él.. -
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Me ha gustado el capítulo.
Esperaré con ansias la conti.. -
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quiero ver más we :'v .
Un cambio en el corazónTras estar tres años sin verse, Shinobu y Miyagi se reencuentran con el más pequeño muy cambiado. ¿Qué sucederá? |
