Mientras dormías

MisakixUsagi. Misaki Takahashi es un joven que se siente muy solo, la única alegría que tiene es ver todos los días al misterioso hombre del que está enamorado. Basado en la película de mismo título.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 1: El hombre misterioso

    Misaki Takahashi nunca había creído en el amor a primera vista, siempre había pensado que aquello era un invento de Hollywood para que la gente fuera al cine a ver comedias románticas, pero eso cambió a principios de octubre.

    Misaki trabajaba vendiendo tickets en el metro con la esperanza de algún día poder pagarse la universidad. Vivía con su gato Bocazas y lo más parecido que tenía a un amigo era su vecino jubilado. Sí, su vida era deprimente pero Misaki intentaba no pensar en ello.

    Aquella mañana estaba siendo tan aburrida como siempre, para Misaki no pasaban las horas, tenía el trabajo más monótono del mundo. Nunca pasaba nada. Una anciana le pidió un billete y él se lo vendió con una sonrisa y deseándole que tuviera un feliz día. Cuando la anciana se fue, Misaki sintió como si alguien le diera una patada en el estómago y le dejara sin respiración. Se quedó pasmado observando a aquel hombre que quería comprarle un ticket para el metro. Misaki supo que aquello era amor a primera vista, como el que él siempre había considerado ficción.

    - Un billete, por favor.- Aquel hombre habló sin mirarle pero aquello no desanimó a Misaki. Se había enamorado y por primera vez en mucho tiempo sentía que su vida tenía sentido. El hombre pagó y se fue sin dirigirle la mirada y Misaki suspiró pensando en lo mucho que desearía ser arropado por aquellos brazos.

    - Es perfecto...- Murmuró Misaki con una sonrisa boba. La chica que estaba esperando para ser atendida le miró extrañada pero no dijo nada.

    Misaki llegó a casa tarareando y dando pequeños brincos. Entró en aquel viejo edificio y subió por las escaleras hasta el quinto, donde estaba su pequeño piso. Bocazas salió a saludarle y se enredó entre sus piernas de forma cariñosa. Misaki se agachó y lo cogió en brazos.

    - ¡Hoy he conocido al amor de mi vida, Bocazas!

    - Miau.

    - No me ha mirado pero es mejor así, hoy no estaba en mi mejor momento. Mañana me pondré muy guapo para ir a trabajar por si vuelve.- Le dijo Misaki al gato.- Tengo que hacer que se fije en mí. Es tan atractivo... No es que yo sea superficial, Bocazas, pero como no he hablado con él, en lo único que me he podido fijar es en su físico y es perfecto. Es el hombre ideal. Jamás me había sentido de esta forma...

    - Miau.

    - Que sí, que ya te suelto.- Dijo Misaki dejando en el suelo al gato. En aquel momento la puerta de su piso se abrió y entró su vecino.

    - Buenas tardes, Misaki.- Le dijo el anciano.- Me había parecido oírte parlotear, lo cual no es muy normal en ti.

    - Hoy ha ocurrido algo en el trabajo.- Dijo Misaki.- Me he enamorado.

    - Para que luego digas que tu trabajo es aburrido.- Dijo el hombre sentándose en el sofá.- Bueno, cuéntame cómo ha sido.

    - Me ha comprado un billete.

    - Ah, ¿y qué más?

    - Nada más, eso ha sido todo.- Respondió Misaki.- El problema ha sido que no me esperaba que aquello pasara y me he quedado bloqueado.

    - ¿Pero habéis hablado?

    - Bueno, me ha pedido un billete...

    - Ay, Misaki...

    - Pero no pasa nada, me he prometido que si le vuelvo a ver hablaré con él.- Dijo el joven decidido. El anciano le sonrió de lado.

    - ¿Serás capaz de hacerlo?

    - ¡Pues claro, Yamada-san!- Asintió Misaki.- Ha sido un auténtico flechazo, sé que estoy destinado a estar con él.

    - ¿Desde cuándo crees en el destino, Misaki?

    - Desde hoy.

    - Sí que te ha dado fuerte este amor tuyo.- Dijo el anciano.- Pero me alegro, hacía mucho tiempo que no te veía así de animado, solo espero que no acabes herido.

    - Eso no va a pasar, te digo que este hombre es perfecto, lo presiento.- Sonrió Misaki.

    Al día siguiente, Misaki fue a trabajar con una energía poco habitual en él. Se había despertado muy pronto para poder probar diferentes tipos de peinado, aunque finalmente optó por el de siempre, pues con los demás se veía un poco extraño. Se sentía nervioso pero ilusionado, era posible que aquel día comenzara su romance.

    Misaki puso su mejor sonrisa y se sentó en la silla, con la esperanza de que pronto apareciera su nuevo amor. La ventanilla quedó abierta al público y comenzó a pasar gente para comprar los billetes.

    Pasaron unos minutos y Misaki de repente vio a aquel hombre del que no podía parar de pensar. Comenzó a sentir como los nervios se intensificaban pero aquello no duró mucho, pues los nervios fueron rápidamente sustituidos por una sensación de decepción. El hombre, en vez de comprarle el billete a Misaki, había optado ese día por comprarlo en una máquina. Misaki observó desilusionado como el hombre se alejaba de ahí para salir al andén.

    Después de aquel suceso, Misaki decidió que no se iba a rendir tan fácilmente y aquella noche se le ocurrió una idea. A la mañana siguiente, nada más llegar a la estación, Misaki colocó carteles que ponían "fuera de servicio" en todas las máquinas.

    Aquella mañana fue un auténtico caos, mucha gente se quejó de que no funcionaran las máquinas y de que tuvieran que hacer largas colas en la única ventanilla que había para comprar los tickets. Misaki sabía que le iba a caer una buena bronca de su jefe pero no le importaba, nada más ver a su amado justo enfrente de él, supo que aquello había valido la pena. Sacó el billete para su futuro marido y se dispuso a decir la frase que tanto había practicado.

    - Que día un buen tengas.- Dijo Misaki y cuando se dio cuenta de la idiotez que había soltado se le borró la sonrisa. No supo si le había escuchado o no, pues el hombre se marchó sin mirarle ni decirle nada. Aquello era desesperante.

    Octubre llegó a su fin y Misaki seguía sin haber hecho ningún avance. Era muy frustrante tener un amor no correspondido. Yamada-san le decía que se olvidara de aquel hombre y se buscara a alguien mejor pero para Misaki era imposible creer que existiera alguien mejor que el hombre de la estación.

    Fue a mitad de noviembre cuando Misaki descubrió algo acerca de su amor. Como todas las mañanas, a las 7:45, el hombre de su vida entró por la puerta de la estación y se acercó hacia su ventana.

    - Un billete, por favor.- Le dijo aquella voz sensual. Misaki sonrió y le dio el billete mientras el otro le tendía el dinero.

    - Usami-san, qué sorpresa.- Dijo un hombre a su espalda.- ¿Va a la oficina?

    - Sí, tengo la reunión con los inversores.- Respondió su amado alejándose de él junto al otro hombre.

    - Usami...- Murmuró Misaki con una sonrisa.- Misaki Usami, no suena mal.

    - Joven, ¿me vas a atender hoy o mañana?- Le dijo una mujer dando un golpe con el bastón en la ventanilla, haciendo que Misaki se sobresaltara.

    - Sí, perdone...

    - Los jóvenes de hoy en día siempre en las nubes. En mis tiempos cuando trabajábamos no nos poníamos a...- La mujer continuó hablando pero Misaki no la escuchaba, solo podía pensar en que por fin sabía algo del misterioso hombre.

    El tiempo fue pasando y entraron en diciembre. Ya se notaba el ambiente festivo, aunque todavía faltaban días para Navidad. La estación estaba decorada y Misaki sentía que aquel era su momento. Los milagros siempre ocurrían por esas fechas. No era que el necesitara un milagro, claro que no, pero llevaba dos meses detrás de él y todavía no había conseguido que supiera de su existencia pero todo era posible en Navidad. ¿Y si le hacía un regalo? ¿Sería muy raro regalarle a un desconocido? Tal vez bombones. No, bombones se regalan en San Valentín, pero Misaki se negaba a a esperar dos meses más.

    El hombre que le robaba todos los suspiros entró en la estación haciendo que Misaki perdiera el hilo de sus pensamientos. El joven sonrió como cada mañana mientras Usami se acercaba hasta su ventanilla.

    - Un billete, por favor.- Dijo dándole el dinero.

    - Tenga. Que pase un buen día.- Misaki sentía aquello como una victoria, había conseguido formular una frase con sentido. Era un pequeño paso pero era un paso al fin y al cabo.

    El castaño se quedó observando a su amor que estaba esperando en el andén. Usami era el hombre más elegante que había visto jamás, siempre iba muy bien vestido. Misaki se preguntaba cómo sería su casa, ¿sería tan elegante como él? En verdad a Misaki aquello no le importaba mucho, era mera curiosidad, lo único que le importaba era estar junto a él.

    Observó como dos hombres se acercaban a Usami y le decían algo. Todo parecía normal, hasta que de repente ambos comenzaron a forcejear con su amado. Misaki se quedó sin saber muy bien qué hacer y cuando reaccionó para llamar a seguridad, ya era demasiado tarde, uno de los dos hombres había empujado a Usami a la vía.

    Misaki no se lo pensó. Salió corriendo de allí en dirección al andén. Conocía muy bien todos los horarios y sabía que en poco más de un minuto pasaría un tren. La gente se llevó las manos a la cabeza cuando vieron a Misaki saltar a la vía. Vio a Usami inconsciente, sus mechones negros caían por su frente y, de haber estado en otra situación, Misaki se los hubiera apartado con cariño pero se limitó a pegar su cuerpo al del mayor y a hacer fuerza para levantarle del suelo.

    No supo cuánto tardó, no era consciente de lo que pasaba a su alrededor, pero justo cuando estaba subiendo el cuerpo de Usami al andén, vio las luces del tren que se acercaban hacia él. Reaccionó y rápidamente saltó al andén, quedando tumbado junto a su amado. La gente comenzó a concentrarse en el andén, todos querían saber qué había ocurrido. Vino una ambulancia y la policía.

    Estaba contándoles lo ocurrido a dos policías cuando vio que iban a llevarse a Usami en la ambulancia. No supo muy bien qué le llevó a gritar aquello pero lo hizo y ahí fue cuando empezaron todos los problemas para Misaki.

    - ¡Esperad, soy su prometido!- Un hombre le hizo una señal para que se acercara.

    - ¿Es usted el prometido de Haruhiko Usami?

    - Sí, claro, por eso le he salvado...- Mintió Misaki. El hombre sonrió y le indicó que se subiera a la ambulancia.

    Misaki cogió la mano de Haruhiko, deseando que las cosas se hubieran producido de otro modo. Misaki sabía que lo que había hecho no estaba bien, tal vez aquel hombre estuviera casado, pero sabía que si se lo llevaban Misaki probablemente no volvería a verle y era un riesgo que no podía correr.
     
    Top
    .
  2.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Siii nuevo trabajo.
    Me ha gustado el primer capítulo.
    Yo ya vi la película, y me encantará leer tú adaptación.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  3. la_prima_de_misaki-kun
        +1   +1   -1
     
    .

    User deleted


    que loco

    aunque

    me imagino su reaccion cuando despierte
     
    Top
    .
  4.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 2: Los Usami

    Llegó al hospital y tuvo que quedarse en la sala de espera pues no le permitían pasar. Misaki esperó de pie, con un nudo en el estómago, a saber algo de aquel desconocido del que estaba enamorado.

    Poco tiempo después, una enfermera le indicó que pasara a la habitación donde se encontraba Haruhiko. Misaki sintió mucha pena al verle en la cama con magulladuras en el rostro. El menor se acercó y agarró con suavidad su mano, iba a decirle algo cuando cuatro personas entraron en la habitación.

    - Mi hijo...- Murmuró el hombre más mayor acercándose a la cama.- Mi pobre hijo...

    Misaki se puso pálido y se levantó intentando pasar lo más desapercibido posible pero fracasó. Uno de los que acababan de entrar, un joven de pelo castaño, le miró con el ceño fruncido.

    - ¿Y tú quién eres?- Le preguntó haciendo que todos le miraran.

    - Yo...pues...- Tartamudeó Misaki muy nervioso. La enfermera de antes se asomó y muy emocionada habló.

    - Su prometido.- Dijo la mujer.- Es una historia preciosa, ha sido él quien le ha salvado. Eso sí que es amor verdadero.

    - No, yo...

    - ¿Prometido?- Volvió a hablar el castaño con el ceño fruncido.- Haruhiko nunca nos ha presentado a nadie...

    - ¿Has salvado tú a mi hijo?- Le preguntó el hombre y Misaki asintió.- No te imaginas cuánto me alegro de que vayas a ser parte de la familia... Es la mejor noticia que podía recibir hoy, después de lo ocurrido...

    - ¿Pero a alguien le había comentado que se iba a casar?- Preguntó aquel castaño.- Vale que nunca ha sido muy comunicativo pero...

    - Hiro-san, seguro que le daba vergüenza con lo reservado que es.- Dijo un chico muy alto y sonrió a Misaki.- Es un placer conocerte, ¿cómo te llamas?

    - Misaki Takahashi, pero ha habido un...- Comenzó a decir pero el padre de Haruhiko le interrumpió.

    - Misaki, de no haber sido por ti... Sufro del corazón y creía que me moriría al ver a mi hijo en coma pero el saber que está con alguien, alguien que le quiere tanto como para salvarle... No te imaginas lo aliviado que me siento.- Le dijo el hombre claramente emocionado.- Nada más mi hijo despierte os casaréis, te lo prometo.

    - Es muy mono, no le pega nada a Haruhiko.- Comentó una chica.

    - No le hagas caso a mi sobrina.- Dijo el hombre.- Por cierto, yo soy Fuyuhiko. Ellos son Hiroki y Nowaki, nuestros vecinos pero son como familia, y ella es mi sobrina Kaoruko. Bueno, seguro que Haruhiko te ha hablado mucho de nosotros...

    - Sí, aunque muy por encima.- Asintió Misaki incómodo por la situación.

    - Y ya sabes quién falta...- Sonrió Fuyuhiko.

    - Sí, por supuesto.

    - Le hemos avisado y dice que llegará mañana, tenía una firma fuera de la ciudad.

    - Sí, Haruhiko me comentó que anda muy ocupado últimamente.- Se atrevió a decir Misaki.

    - ¿De verdad te ha hablado de Akihiko?- Preguntó Hiroki y Nowaki le miró con cierto reproche.

    - Hijo, lamento que nos hayamos conocido en estas circunstancias.- Le dijo Fuyuhiko.

    - Sí, ha sido una auténtica tragedia...- Asintió Misaki.

    - Pero tengo esperanzas y sé que mi hijo se pondrá bien, que pronto despertará.

    - Estoy seguro de ello.- Dijo Misaki.

    - Debes de estar agotado, Misaki. Hoy me quedaré yo con mi hijo y...

    - Tío, no creo que sea buena idea.- Dijo la muchacha.- Necesitas descansar, será mejor que vayamos a casa. Si despierta nos avisarán.

    - Kaoruko tiene razón.- Dijo Hiroki.

    - Pero no quiero dejar a mi hijo solo...- Dijo el hombre con rostro triste y Misaki sintió mucha lástima por él.

    - No se preocupe, yo me quedaré con él.- Dijo Misaki.- Solo tengo que ir un momento a mi casa a por unas cosas y a dar de comer al gato, pero volveré en nada y me quedaré toda la noche.

    - Misaki, no me creo la suerte que tengo de tenerte como yerno...- Fuyuhiko le abrazó y Misaki sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas. No recordaba cuándo fue la última vez que le dieron un abrazo y mucho menos uno tan paternal como aquel.

    Misaki salió del hospital con la intención de tardar lo menos posible. Entró en el edificio y subió las escaleras de dos en dos. Se metió en su apartamento y Bocazas le recibió maullando, ya que hacía horas que debería haber comido. El joven sacó una lata de comida para gatos del armario y la puso en el cuenco de su mascota. Luego fue a su habitación con la intención de coger su neceser y algo para entretenerse en el hospital. En aquel momento entró su anciano amigo en el apartamento con cara de pocos amigos.

    - Misaki, ¿dónde te habías metido? Me tenías muy preocupado.

    - Yamada-san, he hecho una idiotez y me he metido en un lío.- Le dijo Misaki hablando de forma acelerada.

    - ¿De cuánto se trata? No tengo mucho ahorrado pero algo se nos ocurrirá...

    - No es eso. ¿Recuerdas al hombre del que te hablé? El de la estación.

    - Sí, llevas meses que no hablas de otra cosa.- Suspiró el anciano.

    - Pues hoy le han empujado a las vías y no sé qué me ha pasado, creo que he tenido un subidón de adrenalina o algo así, pero he saltado a por él sin pensarlo.- Le contó Misaki mientras preparaba una mochila con sus cosas.- Ha pasado todo muy rápido, no sabría explicarlo bien. El caso es que cuando se lo iban a llevar, me ha podido el pánico de no volver a verle y he dicho que era su prometido.

    - Misaki...

    - Lo he hecho solo para que me llevaran con él, no soportaba la idea de no saber si estaba vivo o muerto.- Dijo el menor.- Te prometo que pensaba decir la verdad pero la cosa se ha complicado.

    - ¿Y eso?

    - Ha aparecido su familia y una enfermera cotilla les ha dicho que yo era su prometido, así que se han puesto a hablarme y yo he intentado desmentirlo pero...

    - Pero...

    - El padre de él estaba tan contento con la noticia que me ha sabido mal decirle que no era cierto. Además, por lo visto no tiene el corazón bien y ya se había llevado un disgusto...

    - Claro, has salvado dos vidas...

    - Mañana diré la verdad.- Le aseguró Misaki.- Ya se habrá hecho a la idea de que su hijo está en coma y...

    - ¿Está en coma?

    - Sí.

    - Pues entonces mientras no se despierte no hay problema.

    - No digas esas cosas, Yamada-san.- Le dijo Misaki.

    - Mira, tienes dos opciones.

    - ¿Cuáles?

    - Armarte de valor y decir la verdad cuanto antes o rezar para que el coma sea muy largo.

    - Mañana diré la verdad.

    - ¿Y dónde vas ahora?

    - Pasaré la noche en el hospital.- Respondió Misaki listo para salir.

    - ¿Saben dónde vives?

    - No.

    - Pues entonces desaparece y olvida todo este asunto.

    - Saben mi nombre y pueden averiguar fácilmente donde trabajo, la enfermera cotilla lo sabe.

    - Pues entonces solo te queda afrontar el problema y cruzar los dedos para que tu suegro no muera.- Le dijo el hombre.- Tienes todo mi apoyo, Misaki.

    - Tengo toda la noche para pensar cómo decirlo.- Dijo Misaki.- Mañana te cuento.

    Misaki entró en la habitación del hotel y se encontró con que Haruhiko estaba solo. Se sentó en la butaca y agarró la mano del mayor.

    - Nuestra primera noche juntos, no era así como me la había imaginado.- Dijo Misaki en voz baja.- Debes de pensar que tengo algún problema en la cabeza o algo, que lo que estoy haciendo no es normal y no te culpo. Llevo meses enamorado de ti aunque tú...tú nunca me has mirado, pero por fin te tengo delante y puedo decirte que estoy loco por ti. Sé que lo que he hecho no está bien, jamás debí inventarme que soy tu prometido pero... Mi vida no es fácil, ya sé que no es excusa pero desde que mi padre murió he estado muy solo. Vivo con mi gato, el cual solo me busca cuando tiene hambre o necesita que le rasquen, y mi mejor y único amigo tiene sesenta y ocho años. Hay fines de semana en los que no hablo con nadie, ¿tienes idea de lo que es estar cuarenta y ocho horas sin hablar con otro ser humano? Creo que soy de las pocas personas a las que le gustan los lunes, porque sé que al menos en el trabajo estoy en contacto con la gente, aunque solo sea para decir "su billete, que tenga un buen día". No era así como me imaginaba mi vida y, sinceramente, no se la deseo a nadie. Tú eras mi única alegría, verte por las mañanas era el mejor momento del día. Y hoy, con tu familia me he sentido... No sé, tu padre me ha abrazado y he pensado que ojalá fuera cierto, que ojalá pudiera ser mi suegro.- Misaki se limpió una lágrima que se le escapó y continuó hablando.- Soy realista y sé que si te despiertas no te vas a enamorar de mí, más bien al contrario, me odiarás por haber mentido a tu familia. No pido que entiendas mis razones pero, ¿alguna vez te has sentido tan solo como para hablarle a alguien dormido?

    - Misaki.- Dijo una voz a su espalda y el joven se sobresaltó. Se giró y vio al tal Nowaki sonriéndole.- Me alegra ver que ya has llegado, había ido a por un café.

    - Sí, no vivo muy lejos así que...- Dijo nervioso.

    - Me quedaré un rato contigo, si no te importa.- Le dijo Nowaki sin borrar aquella sonrisa y Misaki no podía parar de preguntarse si había escuchado algo de lo que había dicho.- Así nos vamos conociendo un poco.

    - Sí, vale.- Asintió.

    - Trabajas en el metro, ¿no?

    - Sí, vendo billetes.- Dijo Misaki.- No es un trabajo muy emocionante pero da de comer.

    - Está bien, seguro que conoces a mucha gente interesante.

    - No creas, no da para mucha conversación.

    - Has dicho que tienes un gato...

    - Sí, Bocazas, tiene tres años y es un espíritu libre.- Dijo Misaki sonriendo y Nowaki le devolvió la sonrisa.- Me lo regaló mi padre poco antes de morir.

    - Vaya, lo siento.- Dijo Nowaki.- ¿Y tu madre?

    - Murió cuando yo era pequeño.

    - ¿Y tienes hermanos o...

    - No, la verdad es que no.- Dijo Misaki y Nowaki asintió.

    - Yo soy médico y dudo mucho que Haruhiko despierte.- Dijo Nowaki sorprendiendo al menor.- Es triste pero es así, la probabilidad es muy baja.

    - Pero...

    - Misaki, deja que al menos Fuyuhiko haya ganado un hijo.- Misaki le miró sin entender.- No cuentes la verdad, por favor, le destrozarías.

    - Ha sido todo un malentendido, no me siento bien mintiendo.- Dijo el menor cabizbajo.

    - Fuyuhiko ha sufrido dos infartos, dudo mucho que sobreviva al tercero. Cuando nos han dicho lo ocurrido creía que le daría algo pero luego te ha conocido y he podido ver como su pena menguaba.- Le dijo Nowaki.- Va a perder a un hijo pero cree que ha ganado otro, no le quites también eso.

    - ¿Y si me acaban descubriendo?

    - El único que puede contar la verdad es Haruhiko y, por desgracia, no va a despertar.

    - ¿Tan seguro estás de eso?- Le preguntó Misaki y Nowaki asintió con la cabeza.- Pues no te imaginas cuánto lo siento, llevo enamorado de él bastante tiempo y...

    - Sí, es triste.- Dijo Nowaki.

    - ¿Cómo es?- Preguntó Misaki observando a su amado.

    - Es bastante distante, casi nunca visita a su padre y se lleva fatal con su hermano Akihiko.

    - ¿El de la firma?

    - Sí, es escritor. Es el mejor amigo de mi marido.

    - ¿Hiroki?

    - Sí, Hiro-san y yo nos casamos hace un año. Hiro-san creció en la casa de al lado de los Usami, que es donde vivimos actualmente.- Explicó Nowaki.- Haruhiko se independizó nada más acabar la universidad. Akihiko y Kaoruko son quienes viven con Fuyuhiko. Akihiko iba a mudarse después de ganar algo de dinero pero su padre sufrió su primer infarto y finalmente decidió quedarse, aunque no está mucho en casa.

    - Kaoruko es la prima de Haruhiko, ¿no?

    - Sí pero vive con ellos desde que comenzó la universidad, sus padres no querían que viviera sola en Tokio y le pidieron a Fuyuhiko el favor.

    - ¿Qué estudia?

    - Historia.

    - ¿Y a qué se dedica Haruhiko?

    - Buena pregunta.- Rió Nowaki suavemente.- Sabemos en qué empresa trabaja pero no tenemos ni idea de a qué se dedica ni qué puesto tiene. Nunca ha sido muy comunicativo...

    - Ya veo. ¿Y tu marido en qué trabaja?

    - Da clases de literatura en la universidad.

    - Vale.- Asintió Misaki.- Akihiko es el hermano de Haruhiko y es escritor, Kaoruko es la prima que está estudiando, Hiroki es profesor y ha sido siempre su vecino y tú eres médico y te has casado con Hiroki.

    - Exacto. Tampoco es necesario que sepas absolutamente todo.- Le dijo Nowaki.- Todos conocemos a Haruhiko y no nos sorprendería que no te hubiera hablado de nosotros.

    - Pero yo he dicho que sí...

    - No te preocupes por eso, yo te ayudaré.- Dijo Nowaki.- Fuyuhiko y Kaoruko se lo han creído todo, el único que tiene dudas es Hiro-san pero tú déjamelo a mí.

    - ¿Y Akihiko? ¿Me creerá?- El médico le miró pensativo.

    - No lo sé, con suerte te ignorará. Haruhiko y él nunca han estado muy unidos.

    - Si me descubren...- Dijo Misaki.

    - No va a pasar, confía en mí.- Le dijo Nowaki.- Es probable que Fuyuhiko te invite a pasar las fiestas con nosotros, si no tienes ningún plan...

    - No, no tengo nada planeado, suelo pasar la Navidad con Bocazas.

    - Entonces acepta, harías muy feliz a Fuyuhiko.

    - Serán las primeras navidades que celebre en mucho tiempo.- Sonrió Misaki.

    - Te voy a dar mi número por si tienes cualquier duda.- Le dijo Nowaki.- Adoro a mi familia y sé que lo de Haruhiko les va a dejar hechos polvo, sé que te estoy pidiendo demasiado pero no puedes echarte atrás, ¿lo entiendes?

    - Yo tampoco quiero que sufran.

    - Muy bien, entonces cuento contigo.- Le sonrió Nowaki estrechando su mano.- Bienvenido a la familia, Misaki.
     
    Top
    .
  5.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Que buena persona Nowaki, al menos Misaki en todo este lío tiene a un cómplice que le ayudará.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  6.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 3: El Cuñado

    Misaki pasó mala noche en el incómodo sillón del hospital. Poco antes de las nueve de la mañana, apareció su supuesto suegro junto con Kaoruko. El joven se puso en pie y les saludó con una sonrisa.

    - Misaki, muchas gracias por quedarte.- Dijo el mayor.

    - No ha sido nada...

    - Me gustaría invitarte esta noche a cenar con nosotros.- Le dijo el hombre.- Sé que no es un buen momento pero esperamos que celebrar la Navidad nos levante los ánimos a todos.

    - Yo se lo agradezco pero es algo que hay que pasar en familia y...

    - Tú eres familia, Misaki.- Sonrió la muchacha.- Te vas a casar con mi primo, ¿no?

    - Kaoruko tiene razón. Además, mi hijo el menor no podrá estar con nosotros, estará la mesa muy vacía sin Haruhiko y sin él.

    - ¿Pero no llegaba hoy?- Preguntó Misaki.

    - Les ha pillado una ventisca y dudan mucho que puedan volver antes de mañana.- Respondió Fuyuhiko.- ¿Qué me dices? ¿Nos honrarás con tu presencia?

    - Sí, claro.- Sonrió Misaki.- Si no es molestia...

    - Muy bien, pues ve a casa a descansar. Te esperamos esta noche.

    Misaki se sentía mal consigo mismo. Sentía que se estaba aprovechando de la desgracia de una familia para no estar tan solo. Nowaki le había convencido con eso de que las dos partes salían ganando, pero ya no lo veía tan claro. Le hacía ilusión celebrar la Navidad en familia, aunque no fuera la suya, después de tantos años de soledad. Se prometió que solucionaría las cosas aunque Nowaki no estuviera de acuerdo pero no lo haría aquella noche. Aquella noche era especial y no quería amargársela a los Usami. Pero antes de que acabara la semana Misaki contaría la verdad y pondría fin a aquello.

    Antes de llegar a su casa, pasó por una pastelería de su barrio y compró dulces para aquella noche, no podía presentarse en casa de su familia política con las manos vacías. De haberlo sabido antes, hubiera preparado algo él mismo.

    Entró en su edificio y se cruzó con un hombre de mediana edad con cara de pocos amigos. Misaki suspiró y forzó una sonrisa.

    - Siete días para el alquiler.- Le dijo su casero a modo de saludo.

    - Nunca se me ha olvidado, no es necesario que me recuerde los días que quedan cada vez que nos cruzamos.- Dijo Misaki sin borrar aquella sonrisa y el hombre frunció el ceño.

    - Siempre hay una primera vez.- Su casero salió del edificio y Misaki comenzó a subir las escaleras. Al llegar a su piso, se tumbó bocabajo en el sofá. Poco tiempo después, su gato se sentó en su espalda.

    - Buenos días, Bocazas.- Dijo Misaki con los ojos cerrados. El gato no hizo movimiento y el joven suspiró.- Una tortuga me haría más caso...

    - Misaki.- Dijo su anciano vecino entrando en la vivienda.- Te he visto llegar por la ventana. ¿Ha infartado el suegro?

    - Hubo un cambio de planes, Yamada-san.- Dijo Misaki incorporándose y haciendo que el gato saltara al suelo.

    - Vamos, que no lo has dicho. Lo que más admiro de ti es tu valentía...

    - No, no me he echado para atrás.- Negó Misaki.- Resulta que Nowaki, el vecino de los Usami, se ha enterado de que todo es mentira y me ha pedido que siga con la mentira porque, según él, Haruhiko no va a despertar. Dice que ya que van a perder a un hijo...

    - Bueno, si no va a despertar yo no lo veo mala idea.- Comentó el anciano y Misaki suspiró.

    - Despierte o no seguirá siendo todo mentira, yo sabré que todo es mentira y que me he aprovechado de la situación. ¿Cómo voy a vivir con eso?

    - Misaki, eres una buena persona, no dudes de eso jamás.- Le dijo el hombre y los ojos del menor se llenaron de lágrimas.

    - No me merezco que me traten tan bien...

    - Te mereces eso y más. Ya está bien de pasarte la vida solo, no te imaginas como me duele ver a alguien de tu edad siempre encerrado en casa. Tienes la oportunidad de tener una familia, ¿vas a desaprovecharla?

    - Pero no está bien...- Dijo Misaki sacando un pañuelo y secándose los ojos.

    - El vecino los conoce y te ha dicho que no lo cuentes, ¿no?- El menor asintió.- Pues si a alguien tan cercano a ellos le parece bien es porque no es tan malo, ¿no crees? Además, estarás ayudando a una familia a superar la pérdida de un ser querido. Si lo piensas bien estarás haciendo una buena acción.

    - No lo tengo tan claro, Yamada-san.- Dijo Misaki.- Les diré la verdad pero no esta noche. Me han invitado a cenar con ellos y, sé que es egoísta, pero por una noche me gustaría sentir que tengo una familia.

    - Pues ve y disfruta de ellos.

    - Tú irás a casa de tu hija, ¿no?

    - Sí, como todos los años, no te preocupes por mí.- Le dijo el hombre sonriendo.- Pero quiero que nada más vuelvas me lo cuentes todo, ¿vale?

    - Por supuesto.- Dijo Misaki devolviéndole la sonrisa.- Es la primera vez que voy a cenar a casa de mi suegro. Bueno, ya sé que en verdad no lo es pero él cree que sí y...

    - ¿Estás nervioso?- Rió el mayor.

    - Muchísimo. He comprado dulces, ¿crees que debería llevar algo más? ¿Qué me pongo? ¿Cuáles son los temas que se deben evitar?

    - Te daré un vino que tengo en casa para que lo lleves, yo no lo voy a beber de todas formas.

    - A ver si piensan que soy un alcohólico...

    - Tonterías, vas a quedar muy bien con el vino y los dulces.- Sonrió el mayor.- Vístete formal pero sin pasarse, al fin y al cabo vais a cenar en su casa, ¿no?

    - Sí, eso me han dicho.

    - Y ni se te ocurra hablar de política o religión.- Le dijo Yamada.- Pero no te preocupes por eso, seguro que ellos te dan conversación. Te harán un montón de preguntas.

    - ¿Tú crees?- Preguntó Misaki poniéndose todavía más nervioso.

    - Claro, eres el nuevo miembro de la familia, querrán saber de ti.

    - Espero caerles bien...- Murmuró el joven y se sonrojó.- Como nunca he tenido pareja todo esto es nuevo para mí.

    - No te preocupes, les caerás genial.- Le dijo el anciano acariciando su cabeza suavemente.- Además, has salvado a su hijo...

    - No ha servido de mucho, está en coma y al parecer no se va a despertar.- Dijo Misaki apenado.- Me he pasado casi toda la noche mirándole, jamás le había tenido tan cerca... Es muy triste que haya sido de esta manera.

    - Sé que duele pero eres joven y tarde o temprano encontrarás a alguien. Ten paciencia.

    - Pero yo sigo enamorado de él, era el hombre de mi vida y ya no hay nada que hacer.

    - Lo ves todo negro porque lo tienes muy reciente, date tiempo.

    - Ojalá tengas razón.

    Misaki se puso su mejor camisa y salió perfumado de casa, con un nudo en el estómago a causa de los nervios. Fue Hiroki quien le abrió la puerta, cosa que puso todavía más nervioso al joven.

    - Misaki, ¿qué tal?- Le preguntó el profesor con sequedad.- Están todos muy emocionados porque vas a cenar con nosotros.

    - Yo he estado todo el día nervioso.- Comentó Misaki y Hiroki le miró fijamente.

    - ¿Nervioso? ¿Por qué? ¿Hay algo que te preocupa, Misaki?

    - No, bueno, es la primera vez que vengo y no puedo evitar estarlo...

    - Pero Haruhiko te habrá hablado mucho de nosotros, ¿no es así?

    - Hiro-san, no acapares al invitado estrella.- Dijo Nowaki saliendo de una habitación.- ¿Qué tal, Misaki?

    - Bien.- Respondió aliviado de ver a su aliado. Nowaki reparó en que iba cargado.

    - ¿Has traído algo?- Sonrió el médico.

    - Sí, vino y unos pastelitos.

    - Espero que sea tinto, Haruhiko te contó que Fuyuhiko detesta el blanco, ¿no?- Dijo Hiroki.

    - Sí, es tinto.- Asintió Misaki sin poder quitarse aquellos nervios.

    - Disculpa a Hiro-san, no se le da bien socializar.- Dijo Nowaki rodeando con un brazo a su marido, quien se deshizo del agarre y se metió por una puerta.

    - No se fía de mí, ¿verdad?- Preguntó Misaki y Nowaki le sonrió.

    - Se le pasará la paranoia pronto, no te preocupes.

    Nowaki le condujo hacia un comedor amplio donde se encontraban Fuyuhiko, Kaoruko, Hiroki y un hombre al que Misaki nunca había visto.

    - Misaki, me alegra que hayas venido.- Le sonrió su suegro.- ¿Has traído vino? No tenías que molestarte.

    - No ha sido molestia.

    - Muchas gracias.- Dijo el mayor y señaló al hombre desconocido.- Te presento a Isaka, mi ahijado.

    - Me siento un poco dolido, Misaki.- Dijo el tal Isaka acercándose a él.- Me duele que mi mejor amigo no me haya hablado de tu existencia y más estando prometidos, pero me alegro de conocerte.

    - Haruhiko es muy reservado en cuanto a nuestra relación.- Dijo Misaki intentando no aparentar nervioso.

    - Típico de él.- Sonrió Isaka.

    - Venga, vamos a cenar.- Dijo Fuyuhiko y todos tomaron asiento.

    - ¿Y a qué te dedicas, Misaki?- Le preguntó Isaka.

    - Trabajo en las taquillas del metro.

    - Jamás he usado el metro, ¿te lo puedes creer?- Sonrió Isaka.

    - Yo sí que me lo creo.- Comentó Hiroki.

    - Disculpa, ¿tu nombre de verdad es Isaka?- Preguntó Misaki con cierta timidez.

    - Es mi apellido pero todos me llaman así desde hace años.

    - ¿Por qué?

    - Porque odio mi nombre.

    - Cuando tenía doce años una niña le dijo que su nombre era feo y nos envió e-mails a todos diciendo que ya no respondía a su nombre.- Explicó Fuyuhiko.- Isaka siempre ha sido muy impulsivo.

    - Pero dejemos de hablar de mí. ¿Cómo os conocisteis Haruhiko y tú?- Preguntó Isaka.

    - En el metro.- Respondió Misaki rápidamente.

    - ¿Y cuándo empezasteis a salir?

    - Pues...

    - Hace tres meses, ¿no, Misaki?- Dijo Nowaki.

    - ¿Desde cuándo eres su biógrafo?- Le dijo Hiroki y su marido le ignoró.

    - Sí, unos tres meses.- Asintió Misaki.

    - Claro, justo cuando Haruhiko cambió de trabajo.- Comentó Kaoruko.

    - ¿Y ya estáis comprometidos?- Preguntó Isaka.

    - Sí, la verdad es que todo ha ido muy rápido...- Dijo Misaki.

    - El vino está delicioso.- Le sonrió su suegro y el joven sintió que se le calmaban un poco los nervios.

    - Gracias. Yo no entiendo mucho de vinos, lo ha elegido mi vecino que es como un padre para mí.- Comentó Misaki con la intención de que dejaran de preguntarle cosas relacionadas con Haruhiko.

    - ¿Si? Me alegra que tengas cerca a alguien de confianza.- Dijo Fuyuhiko.

    - ¿Y tu padre?- Preguntó Kaoruko.

    - Murió hace unos años.

    - Lo siento.- Dijo la muchacha.

    - ¿De qué murió?- Quiso saber Isaka y su padrino le miró muy mal.

    - Se suicidó.- Respondió Misaki y todos se quedaron callados. El ambiente se volvió muy incómodo y Misaki sintió la necesidad de decir algo.- Espero que os guste el dulce, he traído pastelitos. Iba a cocinar algo yo mismo pero no me ha dado tiempo...

    - ¿Te gusta la repostería?- Preguntó Kaoruko y Misaki asintió.- ¡Podríamos cocinar algo juntos!

    - Sí, claro, me encanta cocinar.

    - A mí también.- Dijo Hiroki y Nowaki le miró sorprendido.- Espero que no os importe que me apunte a vuestra sesión de repostería.

    - Cuantos más mejor.- Sonrió Misaki nervioso, lo último que quería era estar cerca del profesor.

    - Entonces yo también me apunto.- Dijo Nowaki.

    - No, tú no puedes.- Le dijo Hiroki.- Tienes que trabajar.

    - Pero si todavía no habéis dicho cuándo...

    - Mañana por la tarde, ¿no?- Dijo el profesor.

    - Bueno, si Nowaki no puede...

    - No te preocupes Misaki, a Nowaki no le gusta cocinar.- Dijo Hiroki.

    - Hiro-san, siempre cocino yo.

    - Pero no lo disfrutas.- Dijo el profesor.- Entonces mañana por la tarde en mi casa, ¿de acuerdo?

    - Por mí bien.- Dijo Kaoruko.

    - Sí, me parece bien.- Asintió Misaki sin atreverse a llevarle la contraria a Hiroki.

    La cena pasó sin ningún contratiempo y después estuvieron un rato jugando a juegos de mesa. Fuyuhiko le insistió en que se quedara a dormir ya que era muy tarde y Misaki no pudo negarse. Como Kaoruko dormía en la que había sido la habitación de Haruhiko, a Misaki le tocó dormir en la de su cuñado. Al principio se había opuesto, pues el joven sentía que estaría más cómodo en el sofá que en el dormitorio de alguien que todavía no conocía.

    Isaka se fue junto con Nowaki y Hiroki, pues dormiría en su casa y los otros tres se metieron en sus respectivas habitaciones. Misaki se puso un pijama que le había dejado su suegro y que pertenecía a Akihiko, haciendo que el castaño se sintiera todavía más violento con la situación. Al contrario de lo esperado, Misaki se durmió prácticamente al instante.

    Escuchó el chirrido de la puerta y pasos que se acercaban a la cama. Misaki se puso nervioso y sintió que el pulso se le aceleraba. Notó movimiento y como alguien se sentaba al borde de la cama. Misaki, asustado, encendió la luz sorprendiendo a un hombre de cabellos plateados y ojos violetas. El extrañó se encontraba en ropa interior y dio un salto sorprendido.

    - Lo siento mucho, no quería asustarte.- Misaki habló de manera acelerada.- Tú debes de ser Akihiko y estoy ocupando tu cama, lo siento de verdad. Yo no quería pero tu padre...

    - Tranquilo, respira.- Le dijo Akihiko más relajado.- Eres Misaki, ¿verdad?

    - Sí.- Asintió el joven sonrojado por la situación.

    - Me han hablado mucho de ti.- Le dijo el escritor.- No te preocupes, me voy al sofá, siento haberte despertado.

    - No, no, esta es tu cama.- Negó Misaki poniéndose también en pie.- Yo me iré al sofá y...

    - Qué bajito eres.- Murmuró Akihiko y el castaño le miró ofendido.

    - ¿Disculpa?

    - No, es solo que me ha sorprendido tu estatura.- Dijo el mayor.- No eres el estilo de mi hermano, de hecho eres más mi esti... Da igual, no importa. No pretendía ofenderte, lo siento.

    - No pasa nada, es que todavía no he dado el estirón...- Dijo Misaki haciendo reír al escritor, a quien no parecía importarle estar en ropa interior.

    - Eres muy optimista. En fin, te dejo dormir.

    - No, por favor, yo dormiré en el sofá.- Insistió Misaki.- Acabas de llegar de un viaje y necesitas descansar.

    - Está bien, vamos a hacer una cosa.- Dijo Akihiko con una sonrisa pícara y levantó la mano derecha lo máximo que pudo, casi tocando el techo.- Si consigues chocar mi mano te dejaré dormir en el sofá.

    - ¿Eres imbécil?- Se le escapó a Misaki sonrojándose al instante cuando se dio cuenta de lo que había dicho. Akihiko soltó una carcajada que relajó al menor.

    - Te estaba tomando el pelo, que yo duerma en el sofá no está abierto a debate.

    - Pero...

    - No hay peros.- Dijo el escritor dirigiéndose a la puerta.- Que descanses.

    - Buenas noches, Akihiko.- Dijo Misaki y se volvió a meter en la cama cuando el mayor hubo salido del dormitorio.

    A la mañana siguiente, Misaki bajó y ya estaban todos desayunando. Kaoruko y Fuyuhiko se encontraban charlando tranquilamente mientras Akihiko miraba el móvil.

    - Buenos días.- Saludó Misaki y todos le miraron.

    - ¿Has dormido bien?- Quiso saber su suegro y Misaki asintió.

    - Sí, pero me ha sabido muy mal que Akihiko duerma en el sofá.

    - No te preocupes por eso.- Le dijo el escritor.

    - Misaki, recuerda que hemos quedado con Hiroki después de comer.- Dijo la joven ilusionada.

    - Sí, no se me olvida.

    - Entonces te quedarás a comer con nosotros, ¿no?- Preguntó Fuyuhiko.

    - No, quiero pasar por mi piso para ver a mi gato, seguro que me echa de menos.

    - Te llevo en coche.- Se ofreció Akihiko y Misaki negó con la cabeza.- Tengo que ir a hacer unos recados de todas formas.

    - Pero...

    - Sí, no te hagas de rogar.

    Sin a penas darse cuenta, Misaki se encontraba sentado en el coche del escritor, quien permanecía callado desde que se habían subido.

    - Si no te importa pasaremos primero por una librería y de allí iremos a tu casa, luego podemos ir a comer a cualquier parte.

    - No, es que tardaré porque quiero ducharme y...

    - Te espero, no hay problema.

    - Pero...

    - ¿Qué pasa? ¿No quieres comer conmigo?- Le preguntó Akihiko.- Creo que debemos conocernos si vamos a ser cuñados...

    - No quiero que pierdas el tiempo, seguro que eres un hombre muy ocupado.

    - No creas.

    - Está bien, en ese caso comeremos juntos.- Asintió Misaki sin gustarle nada aquella idea.

    Salieron de la librería y se dirigieron a casa del menor. Al llegar al edificio, ambos bajaron del coche y Misaki se sintió avergonzado de donde vivía.

    - No es gran cosa...

    - Está muy bien, Misaki.- Le sonrió Akihiko. Entraron en la vivienda y el gato salió a curiosear quien era el extraño.

    - Él es Bocazas, mi gato.- Dijo Misaki.- Aunque más que mi gato creo que yo soy su humano...

    - Está gordo, ¿no?- Comentó Akihiko haciendo reír al menor.

    - Siempre burlándote del físico de los demás...

    - ¿Sigues resentido por lo de anoche?- Preguntó Akihiko con una sonrisa y Misaki negó.

    - A mí esas cosas no me afectan, pero que sepas que tus calzoncillos son horteras.- Le dijo Misaki.

    - ¿Tanto te fijaste?- Akihiko le guiñó un ojo y al ver lo rojo que se puso el menor, no pudo evitar reír.

    - No digas tonterías...- Le dijo avergonzado.- En fin, voy a ducharme.

    - ¿Puedo ver la tele mientras?

    - Claro.

    Cuando Misaki salió del cuarto de baño, se encontró con Akihiko y Yamada charlando en el sofá.

    - Misaki, sí que tardas en ducharte.- Comentó el escritor al verle.

    - Lo siento.

    - No, está bien, así he podido conocer a tu vecino.- Dijo Akihiko.

    - Tienes un cuñado muy interesante, Misaki.

    - Ni se sabe...

    - Yamada-san, ¿le apetece acompañarnos a comer?- Preguntó el escritor.

    - No, gracias, tengo cosas que hacer.- Dijo el hombre.

    - Misaki, tienes este mechón mal colocado.- Akihiko tendió la mano y se lo apartó con cuidado, haciendo que Misaki se sonrojara. El anciano sonrió pero no dijo nada.- Ahora ya parece que hasta te has peinado.

    - Oye, que yo me peino siempre.

    Después de comer se dirigieron a casa de Hiroki. Misaki se sentía intranquilo, le preocupaba que Hiroki le descubriera.

    - ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara.- Comentó Akihiko.

    - Sí, solo estoy algo nervioso.

    - ¿Y eso?

    - Es que creo que no le caigo bien a Hiroki.- Respondió Misaki haciendo sonreír al otro.

    - Hiroki en el fondo es inofensivo, no dejes que te asuste.

    - Creo que le resulta extraño que Haruhiko y yo...

    - A todos nos resulta extraño, no te ofendas.- Le interrumpió Akihiko y Misaki le miró sorprendido.

    - ¿Por qué es tan extraño?

    - Porque hacéis una pareja muy rara, no pegáis nada.- Dijo con sinceridad.

    - No lo entiendo.

    - Mi hermano es la persona más materialista que conozco y tú... No, que no consigo entender qué haces con él, supongo que te ciega el amor.

    - No creo que Haruhiko sea así...- Murmuró Misaki por decir algo, pues en verdad no conocía a su supuesto prometido. Akihiko no dijo nada y continuaron el trayecto en silencio.

    Al llegar a la casa vieron que todos estaban en la puerta y que había un chico castaño al cual Misaki nunca había visto. Fuyuhiko se veía alterado, cosa que preocupó a Misaki.

    - Papá, ¿qué ocurre?- Preguntó Akihiko y el mayor negó sin poder hablar.

    - Pues que resulta que tu hermano tiene mucho que explicar, porque este chico afirma ser también el prometido de Haruhiko.- Dijo Kaoruko indignada. Misaki y Nowaki se miraron con preocupación, detalle que no pasó desapercibido para Hiroki.
     
    Top
    .
  7.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Hiroki todo sospechoso con Misaki que hasta quiere cocinar.
    Por fin apareció Akihiko.
    Quien será el verdadero promedio de Haruhiko?
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  8.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 4: Mentiras

    - Pues que resulta que tu hermano tiene mucho que explicar, porque este chico afirma ser también el prometido de Haruhiko.- Dijo Kaoruko indignada. Misaki y Nowaki se miraron con preocupación, detalle que no pasó desapercibido para Hiroki.

    - Perdona, ¿quién eres? El prometido de Haruhiko es Misaki, fue él quien le salvó y quien ha estado a su lado en el hospital.- Dijo Akihiko.

    - Yuu Yanase. Llevo saliendo con tu hermano meses y nos acabábamos de prometer.- Dijo el extraño enseñando su anillo.- No he venido antes porque me acabo de enterar del accidente pero vamos, viendo la situación...- Aquel castaño desvió la vista apenado y se quitó el anillo.- Ya no quiero esto.

    - Espera, yo...- Dijo Misaki con nerviosismo y Nowaki le rodeó con un brazo.

    - Tranquilo, Misaki, todos estamos muy alterados.- Dijo el médico y Misaki le miró sin dar crédito.

    - Traeré mañana las cosas de Haruhiko. Me prometió que cambiaría...- Dijo el tal Yuu y miró a Misaki.-...pero hay cosas que nunca cambian.

    - No me puedo creer que Haruhiko haya estado jugando a dos bandas...- Murmuró Kaoruko una vez Yuu se hubo marchado.

    - ¿No? Pues a mí me cuadra.- Comentó Akihiko.- Misaki, ¿estás bien?

    - Yo me voy a casa.- Dijo Misaki confundido por todo lo que estaba pasando. Fuyuhiko le miró con lágrimas en los ojos.

    - Tiene que haber una explicación para esto... No nos des de lado, Misaki.

    - Usami-san, no se preocupe. Necesito ir a casa y descansar un poco, pero le prometo que mañana hablaremos.

    - De acuerdo.

    - Misaki, te llevo.

    - No, Akihiko, me apetece ir paseando.

    - Nowaki, tenemos que hablar.- Le dijo Hiroki y el médico miró el reloj.

    - Llego tarde a trabajar. Espera, Misaki, voy en esa dirección.- Dijo Nowaki y ambos se alejaron de la casa. Cuando ya estuvieron lo suficientemente lejos, Misaki habló.

    - Voy a confesar, esto se nos ha ido de las manos.

    - No, no puedes hacer eso.- Negó Nowaki.- Ese muchacho va a perder a su prometido de todas formas, es mejor que piense que le estaba engañado, le será menos doloroso.

    - Lo dudo mucho.

    - Misaki, Fuyuhiko está muy delicado, hay que seguir con la mentira. Además, toda mi familia te adora.

    - ¿Es que no lo entiendes? ¡No puedo!- Dijo Misaki angustiado.- Esto ha ido demasiado lejos...

    - No, Misaki, está controlado.

    - ¿Controlado? ¿Has visto a tu marido? Sospecha algo y quiere hablar contigo.

    - Por Hiro-san no te preocupes.

    - ¡Hay que contarlo!

    - Misaki, hazme caso.- Le dijo Nowaki con voz calmada.- Te prometo que si la cosa va a más, yo me haré responsable, diré que ha sido todo idea mía.

    - El problema no es quién cargue con las culpas, el problema es que lo que estamos haciendo no está bien.

    - Al igual que tú, yo tampoco tengo familia. Cuando Hiroki me los presentó, me acogieron como a uno más y no te imaginas lo agradecido que me siento. Jamás haría algo que pudiera dañar a esta familia, si te estoy pidiendo que sigamos con esta pantomima es porque creo que es lo mejor.- Dijo Nowaki y Misaki asintió.

    - No quiero hacerles daño...

    - No lo harás, confía en mí.

    - Está bien, confío en ti.- Dijo Misaki aunque no lo hizo muy convencido.



    Misaki se metió en su casa y al poco tiempo apareció Yamada, quien sonreía de forma extraña. El menor no hizo ningún comentario y se dirigió a la cocina con la intención de limpiar un poco. El anciano le siguió y, al ver que Misaki no decía nada, comenzó a hablar.

    - ¿Qué tal con tu cuñado? No he querido ir con vosotros porque no me gusta ser el sujetavelas.

    - Bien, me ha hablado del libro que acaba de publicar. Por lo visto esperan que se venda bien, es una novela erótica.

    - Te veo desanimado.

    - Yamada-san, ha aparecido el auténtico prometido de Haruhiko y ahora todos creen que es una mala persona porque estaba saliendo con dos chicos a la vez.- Explicó Misaki con tono preocupado.- ¿Tienes idea de lo mal que me siento? He arruinado una relación y estoy mintiendo a la familia del hombre al que amo.

    - Misaki, no seas tan duro contigo mismo.- Le dijo el anciano.- Seguro que todo acaba solucionándose. Además, esa relación no iba a ningún sitio teniendo en cuenta que una de las dos partes está en coma.

    - Nowaki quiere que sigamos con la mentira pero yo no estoy seguro...

    - Pues hazle caso, no es momento de echarse para atrás.- Dijo Yamada.- Y ya ha aparecido el prometido, ¿qué más puede pasar?

    - Espero que nada más.

    - Misaki, no estás solo en esto. Me tienes a mí y al Nowaki ese también, no lo olvides.

    - Gracias, Yamada-san. No soportaría hacerles daño.

    - Y no lo harás, jamás se enterarán de que no conoces a Haruhiko.- Le sonrió el anciano.- Todo va a salir bien.



    Hiroki se quedó despierto esperando a que volviera su marido del trabajo. Se encontraba leyendo un libro pero no conseguía concentrarse, desde el día del accidente le resultaba difícil pensar en otra cosa que no fuera Misaki. Aquel muchacho había aparecido de la nada y Hiroki no conseguía entender cómo era posible que saliera con el idiota de Haruhiko. Le inspiraba confianza el hecho de que Misaki había arriesgado su vida por salvarlo, pero aún así no se fiaba. ¿Qué hacía alguien tan normal y corriente como Misaki con alguien como Haruhiko? Aquello debía de ser algún tipo de error. Y para colmo había aparecido un segundo prometido y, sinceramente, aquello era lo único que sí que le pegaba a Haruhiko. Nunca había destacado por su fidelidad.

    Había hablado sobre esto con Akihiko y a él también le parecía todo muy extraño. El escritor le había asegurado que se acercaría a Misaki con la intención de conocerle mejor y así aclarar las cosas. Hiroki le pidió que le mantuviera informado, mientras él hablaría con su marido, pues al parecer Nowaki se llevaba demasiado bien con Misaki.

    Escuchó un ruido que procedía de la planta de abajo y supo que Nowaki había vuelto de trabajar. Pocos segundos después, entró Nowaki en la habitación sorprendiéndose al ver a su marido todavía despierto.

    - Hiro-san, ¿no tienes sueño? Es casi la una.

    - Te estaba esperando.

    - Qué mono eres, Hiro-san.- Sonrió Nowaki acercándose a él.

    - Quiero que me cuentes qué está pasando con Misaki.- Dijo Hiroki con seriedad, haciendo que a su pareja se le borrara la sonrisa.

    - ¿Qué está pasando de qué? No sé a qué te refieres...

    - No te hagas el loco, os he visto cuchichear alguna vez y esas miraditas...

    - Hiro-san, ¿qué estás diciendo? Yo solo tengo ojos para ti y...

    - No va por ahí la cosa y lo sabes.- Le interrumpió Hiroki.- ¿Qué tramáis?

    - Nada, Hiro-san, simplemente soy amable con él, eso es todo. Quiero que se sienta aceptado en la familia.

    - Mientes fatal.

    - No estoy mintiendo.- Negó Nowaki.

    - Pues muy bien. Vete a dormir al sofá.

    - ¿Qué? ¿Por qué?

    - No quiero que contamines con tus mentiras el lecho marital.- Le dijo Hiroki y le tiró un cojín.- Al sofá.

    - Hiro-san, te estoy diciendo la verdad.

    - Lo que más odio son las mentiras. Cuando decidas contarme la verdad podrás volver a dormir conmigo.

    - Por favor, Hiro-san, no entiendo a qué viene todo esto.

    - Nowaki, somos un matrimonio, no puede haber mentiras entre nosotros.- Dijo Hiroki y el médico suspiró.

    - Misaki es una buena persona, tiene un gran corazón.

    - No lo dudo, saltó a la vía por Haruhiko.- Dijo Hiroki.- Pero tú sabes más.

    - Está bien, Hiro-san. Misaki no es su prometido.- El profesor le miró con el ceño fruncido y esperó a que se explicara.- Son amantes, Misaki dijo que era su prometido para que le dejaran ir con él en la ambulancia. Luego fue todo un malentendido, Misaki se agobió y me lo contó, quería deciros la verdad a todos pero yo le pedí que no lo hiciera. Fuyuhiko estaba tan feliz con la noticia de que su hijo se iba a casar...

    - Vaya situación...- Murmuró Hiroki.- Estoy de acuerdo contigo, es mejor que Fuyuhiko siga creyendo que mantenían una relación seria. Misaki está enamorado de él, ¿no?

    - Sí.

    - Pobre, seguro que Haruhiko nunca le ha querido, seguro que ha sido uno más para la lista.- Suspiró Hiroki.- ¿Has visto la carita que ha puesto cuando ha visto al prometido?

    - Sí, cuando me he ido con él estaba hecho polvo. Me ha dicho que jamás se hubiera esperado algo así de Haruhiko.

    - Eso es porque no le conoce bien.- Dijo Hiroki.- Pobrecito, ahora me siento mal por haber sido tan capullo con él.

    - Es que no tienes límites, Hiro-san.

    - Le pediré perdón.

    - No, no le digas que te lo he contado.- Le pidió Nowaki.- Le prometí que no se lo diría a nadie y tú tampoco se lo puedes contar a nadie.

    - Pero Akihiko...

    - A nadie, Hiro-san.

    - De acuerdo, no diré nada.- Suspiró Hiroki.- Anda, bobo, puedes dormir en la cama.



    Misaki se levantó de la cama medio dormido y caminó con lentitud hasta la puerta. Aquel era su último día libre y había planeado dormir hasta tarde, ya que de normal se solía levantar a las cinco para ir a trabajar. Abrió la puerta deseando que no fuera su casero y se sorprendió al ver a Akihiko.

    - ¿Te he despertado?

    - No, que va.- Dijo Misaki y se hizo a un lado para dejarle pasar.

    - Lamento presentarme sin avisar pero quería ver cómo estabas después de lo de ayer.- Le dijo el escritor.- ¿Quieres hablar?

    - No, estoy bien.- Respondió el menor frotándose un ojo.- Fue una sorpresa, la verdad, no me lo esperaba pero ahora mismo lo único que me importa es que Haruhiko despierte.

    - Para poder matarlo, ¿no?- Bromeó Akihiko pero Misaki no sonrió.- Lo siento.

    - Ponte cómodo, voy a lavarme la cara a ver si me despejo un poco.

    - Está bien. Te he traído algo de bollería por si no habías desayunado.

    - Gracias.- Sonrió Misaki y se metió en el baño. Al salir se dirigió al mayor.- ¿Te apetece café?

    - Sí, por favor.

    Ambos se metieron en la cocina y Akihiko se sentó en una silla mientras Misaki preparaba el café.

    - ¿Cómo está tu padre? Ayer le vi muy nervioso.- Le dijo el menor.

    - Está bien. Le preocupabas tú, os conocéis de poco tiempo pero te ha cogido cariño.- Respondió Akihiko.

    - Yo estoy bien.- Dijo Misaki.

    - No te merece.- Murmuró Akihiko y el castaño le miró sin entender.- Mi hermano no te merece.

    - No digas eso.- Se hizo el silencio hasta que el café estuvo listo y Misaki se lo sirvió.

    - ¿Cuántos novios has tenido?- Preguntó Akihiko sorprendiéndole.

    - Pues ninguno.- Respondió sonrojado.- Ninguno a parte de Haruhiko, claro.

    - Me cuesta creerlo.

    - ¿Por qué?

    - Porque eres muy guapo.- Respondió Akihiko con sinceridad y el menor desvió la mirada avergonzado.- ¿Y cuántos rollos has tenido?

    - ¿Rollos?

    - Sí, informales.

    - Ninguno.- Dijo Misaki.- ¿Por qué preguntas?

    - Por nada, es un tema que me interesa.- Dijo Akihiko encogiéndose de hombros.- Puede que base alguno de mis personajes en ti, así que me gustaría saber un poco de tu vida.

    - Escribes novela erótica...

    - Sí, por eso me interesa tu vida sexual.- Sonrió Akihiko.- Así que solo has estado con mi hermano.

    - No hay nada de malo en eso.

    - Por supuesto que no, no pretendía hacerte sentir incómodo.- Le dijo el escritor.- Entonces perdiste la virginidad con mi hermano, ¿no?

    - ¿Podemos cambiar de tema?- Dijo Misaki muy avergonzado.

    - Sí, perdona, me he pasado. Me ha podido la curiosidad.

    - Está bien pero no preguntes cosas tan íntimas.

    - Si quieres te hablo yo de mi vida sexual y así...

    - ¡No me interesa, gracias!- Dijo Misaki muy sonrojado y Akihiko rió.

    - Tienes la cara roja.

    - No te burles de mí.

    - No lo hago, solo me pareces adorable.- Dijo el escritor haciendo que el menor se sonrojara todavía más.- Como sigas así vas a acabar explotando.

    - Bueno, pues ya has visto que estoy bien así que...

    - Mi padre quiere que comas hoy con nosotros y no acepta un no por respuesta.- Dijo Akihiko y Misaki asintió.

    - ¿A qué hora tengo que estar en tu casa?

    - Te vienes conmigo, dormilón, ya es algo tarde. Pasaremos un momento por la editorial e iremos de allí a casa.- Dijo el escritor.- Venga, vístete.

    - No, yo tardaré un poco y su tienes que ir a la editorial...

    - Te espero.

    - No, pero...

    - ¿No te gusta que haga de chófer?- Le sonrió Akihiko.

    - Sí, bueno, ahora que Haruhiko ya no puede...- Dijo Misaki incómodo y el escritor le miró extrañado.

    - Pero si mi hermano no tiene carnet, por eso siempre va a en metro...

    - Voy a ducharme rápidamente, no quiero hacer esperar a tu padre.- Dijo Misaki saliendo rápidamente de la cocina.

    Cuando estuvo listo, salieron de la vivienda y pusieron rumbo a la editorial. Akihiko le pidió que esperara en recepción y le dijo que no tardaría ni cinco minutos. Misaki se sentó en un sillón y se puso a curiosear los cuadros que había colgados. En un momento dado, notó una mano en su hombro y se sorprendió al ver que no se trataba de Akihiko.

    - Misaki, qué sorpresa.- Le sonrió Isaka.- ¿Qué haces tú por aquí?

    - He venido con Akihiko.

    - Bien, ¿por qué no pasas a mi despacho un momento? Me gustaría hablar contigo.- Misaki quiso negarse pero no pudo, rápidamente se vio arrastrado hacia el ascensor. Subieron a la última planta y allí le condujo por un pasillo hacia una gran sala. En la parte de fuera se encontraba un hombre de aspecto formal, sentado con montón de papeles en su escritorio.

    - Asahina, no me pases llamadas.- Dijo Isaka mientras seguía tirando del brazo del menor. Se metieron en el que debía de ser su despacho y el mayor le indicó que tomara asiento.- ¿Has visto mi secretario? Es nuevo, le he contratado solo por ver si puedo conseguir hacerle reír. De momento no he tenido éxito pero poco a poco. Aunque estoy muy contento con él, es muy eficiente.

    - Eso es lo importante.- Comentó Misaki sin saber qué decir.

    - El otro día cuando te dije que me dolía no saber de tu existencia lo dije en serio.- Dijo Isaka.- No entiendo por qué me habló de Yuu y no de ti, ¿sabes? Y encima dices que lleváis saliendo tres meses, ¿no es así?

    - Sí.

    - ¿Sabes qué pasó hace tres meses?- Le preguntó Isaka inclinándose hacia adelante.

    - No...

    - Que ese imbécil me dijo que no podíamos seguir follando porque planeaba pedirle matrimonio a Yuu y quería hacer las cosas bien. En ese momento no me importó porque le creí e incluso me alegré de que quisiera sentar la cabeza.- Dijo Isaka con enfado.- Pero ahora me doy cuenta de que todo fue mentira, que ya no quería seguir con lo nuestro porque te conoció a ti pero no se atrevía a decírmelo.

    - Pero... ¿tú y él?- Murmuró Misaki sorprendido por aquella información.

    - Sí, Misaki, durante muchos años. No te imaginas lo enfadado que estoy, es mi mejor amigo y creía que no teníamos secretos.

    - Pero...

    - En verdad me sabe mal por ti, Haruhiko quiere a Yuu. Yo era consciente de que lo nuestro era solo algo físico, ¿pero tú lo sabías? ¿Te dijo que eras el otro?

    - Yo... no sé qué decir...

    - Misaki, ha jugado contigo.- Le dijo Isaka y le puso una mano en el hombro.- Será mejor que le olvides.

    - Pero...- La puerta se abrió y Akihiko entró con cara de pocos amigos.

    - ¿Qué demonios haces, Isaka? No molestes a Misaki.- Dijo el escritor.

    - Yo no molesto a nadie.

    - Misaki, ya he acabado.- Le dijo Akihiko y el nombrado se puso en pie.

    - Misaki, piensa en lo que te he dicho.- Le sonrió Isaka.

    Fueron hasta el coche en silencio y, una vez dentro, Akihiko habló.

    - ¿Qué quería Isaka?

    - Nada.

    - Te ha contado lo suyo con mi hermano, ¿verdad?- Misaki le miró con sorpresa.

    - ¿Tú lo sabías?

    - No sé los detalles pero sí, cuando tenía quince años les pillé haciéndolo.- Respondió Akihiko.- Lo siento. Aunque no creo que te haya estado engañando también con él, ya no tenían nada.

    - Estoy muy confundido.

    - No me extraña.- Suspiró Akihiko.- Mi hermano no es una buena persona. Creo que no le conoces, de lo contrario no estarías con él.

    - En eso tienes razón, no le conozco.- Murmuró Misaki. Durante el resto del trayecto permanecieron en silencio. Misaki estaba decaído, tenía muchas cosas en la cabeza y se sentía incómodo con la situación. Se arrepentía de haber dicho que era su prometido, ¿por qué tuvo que ser tan impulsivo?

    Iba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que habían llegado y de que había salido del coche. No fue hasta que una bola de nieve le dio en la espalda que se dio cuenta de donde estaba. Se giró y vio a Akihiko con otra bola de nieve en la mano, preparado para lanzarla.

    - ¿Cuántos años tie...- Misaki no pudo acabar la frase pues aquella bola impactó en su cara.- ¡Te vas a enterar!- Misaki se agachó a recoger nieve y después salió corriendo detrás de Akihiko, quien iba esquivando proyectiles. Misaki cada vez estaba más cerca de él y, cuando pensó que iba a tener su venganza, Akihiko resbaló. El escritor cogió la mano de Misaki con la intención de no caer, pero lo único que consiguió fue arrastrar al menor con él al suelo. Misaki cayó sobre Akihiko, quien comenzó a reír, contagiándole la risa al castaño.

    Misaki supo que aquel era su momento. Así que se incorporó un poco, quedando sentado sobre Akihiko. Tenía planeado coger un poco de nieve y estampársela en la cara pero no lo hizo. Quedó paralizado al darse cuenta de que las manos del escritor estaban en su cintura y que le miraba de una forma en la que nadie jamás lo había hecho. De pronto sintió que todo aquello era muy real y que sorprendentemente le gustaba estar así de cerca del escritor. Notó como el pulgar de Akihiko se movía ligeramente bajo su camiseta, buscando entrar en contacto con su piel. Aquel simple gesto fue demasiado para Misaki, quien tuvo que cerrar los ojos pues no soportaba la visión de Akihiko debajo de él y mirándole de aquella manera.

    - ¡Iros a un hotel, en este barrio viven niños!- Escucharon la voz de Hiroki, quien salía de su casa junto con Nowaki. Misaki se puso en pie rápidamente y Akihiko hizo lo mismo.

    - ¿Te has hecho daño?- Preguntó Misaki sonrojado, siendo consciente de lo íntimo que había sido aquel momento. Akihiko le sonrió.

    - No, para nada, estoy mejor que nunca.

    - Tu padre dice que vamos a comer ya.- Dijo Hiroki acercándose a ellos.

    - Vamos, entonces.- Dijo Akihiko y caminó junto con Hiroki hacia su casa, dejando a Nowaki y a Misaki algo rezagados.

    - Ni una palabra.- Dijo Misaki avergonzado al ver que Nowaki no paraba de sonreírle.

    - No iba a decir nada.

    - Sé lo que estás pensando y te equivocas, solo hemos resbalado.- Dijo Misaki y Nowaki sonrió todavía más.

    - Pues sí que habéis sabido caer bien.- Comentó Nowaki.

    - Misaki, me alegra que hayas venido.- Le dijo Fuyuhiko abrazándolo.- Me preocupaba que después de lo de ayer...

    - No se preocupe por eso, ahora lo importante es que Haruhiko se ponga bien.

    Misaki disfrutaba de aquellos momentos en familia. Hacía mucho tiempo que no se sentía así de querido, sabía que hacía solo unos días que conocía a los Usami pero ya se sentía que formaba parte de aquella familia.

    Misaki volvió a su casa muy confundido. Cuanto más descubría de Haruhiko peor le caía, ¿así era la persona de la que estaba enamorado? Le costaba creer que de verdad fuera así, de todas formas no era justo porque Haruhiko no podía defenderse.

    Y Akihiko. No sabía qué pensar de él, ¿por qué había sido tan agradable el sentir sus manos sobre su cintura? Aquello no estaba bien, era su supuesto cuñado. Además, seguro que eran todo imaginaciones suyas, Akihiko no sentía nada por él. Sí, alguna vez había comentado que Misaki era guapo o adorable, pero eso no significaba nada. Misaki también pensaba que Bocazas era adorable y eso no quería decir que estuviera enamorado de su gato. Eran todo imaginaciones suyas, Akihiko solo era simpático con él por compromiso.

    Misaki se tumbó en su cama junto a Bocazas y se quedó dormido pensando en lo que podría haber pasado o, mejor dicho, en lo que le hubiera gustado que pasara si Hiroki no les hubiera interrumpido. Por primera vez en muchos meses se durmió pensando en alguien que no era Haruhiko.


    Hola ☺️
    ¿Qué tal? Espero que os haya gustado el capítulo.

    Muchas gracias por leer :)

    ¡Un abrazo!
     
    Top
    .
  9. susy yuuki
        +1   +1   -1
     
    .

    User deleted


    Hola Me gustó los capítulos del primero hasta el último que escribiste se está poniendo interesante cuando misaki está entre la espada y la pared espero que te enamoré rápidamente de usagi para que se olvide del otro hace linda pareja espero pronto la continuación de esta historia linda
     
    Top
    .
  10.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Nowaki se ha salvado por los pelos de dormir en el sofá.
    No me esperaba que Isaka fuera amante de Haruhiko.
    Que buena química hay entre Akihiko y Misaki, se ve que se atraen mucho y que entre ellos se respira el amor.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  11.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 5: Un bel dì, vedremo

    Misaki llevaba unos días muy confundido. No podía dejar de darle vueltas a lo ocurrido con Akihiko en la nieve. La manera en la que le había mirado y el tacto de sus manos... ¿Por qué no podía quitarse aquello de la cabeza? Él estaba enamorado de Haruhiko, ¿no? Aunque no podía negar que le resultaba agradable pasar tiempo con el escritor. Tenía sus manías, no era una persona fácil, pero la forma en que lo trataba o lo mucho que se preocupaba por él, hacían enternecer a Misaki.

    Pero aquello no era amor, no. Misaki tenía claro que la relación que mantenía con Akihiko era especial y por eso le hacía sentir diferente, era una sensación que Misaki no sabía muy bien cómo definir, pero no lo llamaría amor.

    Salió de trabajar junto con su compañera, quien no paraba de quejarse de su marido. Misaki intentaba prestarle atención pero no podía dejar de pensar en cierto escritor. La mujer se le quedó mirando y Misaki supo que esperaba algún tipo de respuesta.

    - Ya lo creo, hombres...- Comentó el menor y aquello pareció satisfacer a su colega.

    - Es que todos los días es lo mismo, si no fuera por los niños le echaría de casa.- Escuchó que decía la mujer y en aquel momento Misaki divisó a Akihiko, lo cual le hizo sonreír como un bobo.- ¿Y esa cara?

    - ¿Eh?

    - Estás rojo y sonriendo de forma extraña...

    - No, es que he visto a un amigo.- Dijo Misaki rápidamente.- Te veo mañana.

    - Adiós, Misaki. Y no te fíes que al principio todo es muy bonito pero luego seguro que acabará siendo como mi marido.

    - Lo tendré en cuenta.- Dijo el castaño caminando hacia donde estaba el escritor.- Hola, Akihiko.

    - ¿Qué tal, Misaki?- Le sonrió el mayor.

    - ¿Qué haces aquí?

    - Te estaba esperando.- Respondió Akihiko.- ¿Te gusta la ópera?

    - Nunca he ido.

    - Yo tampoco, pero me han regalado entradas los de la editorial y me preguntaba si te gustaría acompañarme.

    - Sí pero a esos sitios hay que ir muy elegante, ¿no?

    - Eso tengo entendido. Podemos ir a mirar ropa si quieres.

    - Tengo un traje que solo me he puesto una vez, me alegra tener una excusa para usarlo.- Sonrió Misaki.

    - ¿Eso es un sí?

    - Sí.- Asintió el joven.

    - Genial, pasaré a por ti a las siete. Te llevaría a casa pero tengo que ir a...

    - No te preocupes, me gusta pasear.- Dijo Misaki.- Te veo luego.

    - Hasta luego, Misaki.


    No era una cita, simplemente eran dos amigos que iban a la ópera o eso era lo que quería pensar Misaki, quien se encontraba muy nervioso por alguna razón que no conseguía comprender.

    - Yamada-san, me vuelvo a hacer pis...- Dijo Misaki angustiado mientras se miraba en el espejo.

    - Eso son nervios, hijo.- Dijo el hombre desde el sofá.- Y deja ya de tocarte el pelo, estás perfecto.

    - No sé yo, no estoy acostumbrado a ir a ese tipo de sitios y menos con Akihiko.- Comentó Misaki.- Quiero estar a la altura.

    - Lo dices como si Akihiko fuera marqués...

    - Podría aparentar serlo perfectamente.- Dijo el menor.

    - ¿Quieres una tila?

    - No, gracias, nada de líquidos.- Dijo Misaki y llamaron al timbre.

    - Venga, Cenicienta, ahí tienes a tu príncipe.- Dijo el mayor mientras Misaki se dirigía a la puerta.

    - No digas esas cosas o pensaré que tienes demencia senil.- Misaki abrió y se encontró cara a cara con un muy elegante Akihiko.- Vaya...

    - Estás muy guapo, Misaki.- Le sonrió el escritor.

    - Tú también.- Dijo el castaño con un leve sonrojo.

    - ¿Ya estás listo, Misaki?- Preguntó Akihiko y el menor asintió estirando la mano para coger su abrigo del perchero pero el escritor se le adelantó. El sonrojo de Misaki fue a más cuando vio que Akihiko extendía la prenda para ayudarle a ponérsela. El menor dio media vuelta y pasó los brazos por las mangas del abrigo, haciendo contacto visual con Yamada, quien no paraba de sonreír.- Perfecto.

    - Gracias.- Dijo Misaki volviendo a girarse.

    - Chicos, pasadlo bien.- Dijo el hombre sin levantarse.

    - Yamada-san, disculpe, no le había visto.- Se excusó el escritor por no haberle saludado.

    - No te preocupes, ya sé que tienes ojos solo para una persona.

    - Nosotros ya nos vamos.- Dijo Misaki rápidamente, intentando evitar que el anciano dijera algo más que pudiera avergonzarlo.

    Llegaron al teatro con bastante antelación y tuvieron que esperar unos minutos a que les permitieran pasar. Poco tiempo después, ocuparon sus butacas y se pusieron a charlar mientras comenzaba a entrar gente en la sala.

    - Me alegra que hayas podido acompañarme.- Le dijo Akihiko.- Me hacía mucha ilusión que fueras tú.

    - A mí me alegra que me hayas invitado. Jamás pensé que vendría a un sitio así y, bueno, me alegra que haya sido contigo.- Misaki desvió la vista avergonzado por lo que no pudo ver la sonrisa que se formó en el rostro del mayor.

    Las luces se apagaron, la gente se fue callando y los músicos comenzaron a tocar. Misaki estuvo todo el primer acto embobado, sin poder apartar la vista del escenario, tenía la piel de gallina y estaba disfrutando de aquello más de lo esperado. Después llegó el segundo acto y, en el primer aria de la protagonista, al verla cantar con tanto sentimiento por la esperanza de que su amado regresara, sintió como las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas. Notó que Akihiko le cogía suavemente la mano por lo que desvió la vista del escenario para encontrarse con unos ojos amatistas que le miraban con ternura. El escritor no dijo nada, simplemente le sonrió y no soltó su mano durante el resto de la obra.

    El frío les azotó al salir del teatro. Iban caminando muy juntos, como si así pudieran hacerle frente a aquel clima.

    - Gracias por invitarme.- Le sonrió Misaki.- Ha sido triste pero muy bonito, la verdad es que me ha encantado.

    - A mí también me ha gustado mucho. Deberíamos venir de vez en cuando.

    - Eso sería genial.- Asintió Misaki.

    - ¿Te puedo hacer una pregunta?- Dijo Akihiko con una inseguridad muy impropia de él.

    - Claro.

    - ¿Tú también vas a esperar a que tu amado regrese o vas a pasar página?- Le preguntó el escritor y Misaki le miró sorprendido. No sabía muy bien qué responder porque en realidad no tenía un amado como tal, aunque le gustara Haruhiko aquello no era real.

    - Yo...

    - No hace falta que respondas, no quiero hacerte sentir mal o incómodo.- Dijo Akihiko suspirando y Misaki deseó poder contarle la verdad.- Ya hemos llegado al coche.

    - Akihiko, ahora mismo estoy hecho un lío.- Dijo Misaki.

    - Ya me imagino. Lo de Haruhiko ha sido una tragedia y no sabemos cuánto tardará en despertar y tú eres tan joven... Me entristecería mucho ver como esperas a que se despierte.

    Misaki ya no dijo nada y ambos subieron al coche. Akihiko condujo en silencio mientras el menor miraba por la ventanilla. Llegaron al edificio del castaño y Akihiko paró el motor. Misaki le miró sonriendo y el escritor posó la mano en su pierna, haciendo que el menor se pusiera nervioso.

    - Me lo he pasado muy bien contigo.- Le dijo sin apartar la mano y Misaki se sonrojó.

    - Yo también, ha sido muy agradable.- Dijo el castaño y Akihiko le acarició con su otra mano la mejilla. Misaki cerró los ojos concentrándose en aquel contacto y el escritor se acercó lentamente a él con intención de besarle pero finalmente se conformó con su mejilla.

    - ¿Nos vemos mañana?- Misaki abrió los ojos con las mejillas completamente sonrojadas.

    - Claro.

    Akihiko esperó hasta que vio a Misaki entrar en el edificio y después se marchó.



    Aquella noche no durmió mucho, no podía dejar de pensar en Akihiko y en sus manos, aquellas que le habían tocado la pierna y acariciado la mejilla. Eran frías pero de tacto agradable, tanto que Misaki deseaba que le tocara de nuevo, aunque solo fuera un simple roce. Aquel tipo de pensamientos asustaban a Misaki porque cada vez tenía más claro lo que aquello significaba y no podía ser, no podía gustarle su supuesto cuñado.

    Su vecino le visitó para enterarse de cómo había ido la velada. Misaki se tapó la cara con las manos asustando al anciano, quien le dio una palmadita en el hombro.

    - Fue increíble.- Respondió Misaki finalmente.- Y no solo por la ópera. Akihiko...- El joven suspiró y Yamada sonrió.- No sé qué me pasa pero cada vez que me toca siento... Jamás me he sentido así, es mágico, no hay otra forma de expresarlo.

    - Te has enamorado.

    - Pero no puede ser, yo estoy enamorado de su hermano.- Dijo Misaki negando con la cabeza.

    - Puede que en verdad nunca lo hayas estado, hijo. Creo que querías enamorarte, llenar ese vacío que sientes desde hace tiempo y, cuando viste aquel hombre, te encaprichaste de él creyendo que era amor. Hijo, el amor a primera vista es solo atracción, el amor viene cuando se conoce a esa persona, el amor viene con el tiempo.

    - Llevo tantos meses pensando en Haruhiko...

    - Porque lo necesitabas. Desde que te fijaste en él, volviste a tener algo por lo que alegrarte, tenías un motivo por el que levantarte por las mañanas. De no haber sido Haruhiko, hubiera sido otro.

    - ¿Tú crees?

    - Sí. Y también creo que ahora has conocido a alguien especial del que sí que estás enamorado.- Le sonrió el anciano.- Y lo mejor es que él también lo está.

    - No, simplemente es amable conmigo porque cree que soy su cuñado.

    - He visto la forma en que te mira, eso no es amabilidad, eso es amor.

    - Son imaginaciones tuyas, Yamada-san.

    - Eres muy terco, Misaki.- Dijo su vecino.- ¿Por qué no te declaras?

    - ¿Qué dices? ¿Cómo voy a hacer eso? Imposible.

    - ¿Por qué no?

    - ¡Porque soy el prometido de su hermano!

    - No, no lo eres.

    - Pero él cree que sí.

    - Misaki, por desgracia yo no voy a poder estar siempre a tu lado.- Dijo el anciano y el castaño le miró sorprendido.- No soportaría marcharme sabiendo que te dejo solo.

    - Yamada-san...

    - Tienes que echarle valor y decirle cómo te sientes.

    - ¿Y si me rechaza?

    - No lo hará. Aunque creo que es mejor que le cuentes la verdad cuanto antes.

    - Pero Nowaki...

    - Olvídate de Nowaki, esto es más importante.

    - ¿Y si se enfada?- Preguntó Misaki temeroso.

    - Es una posibilidad pero tienes que arriesgarte.



    Después de mucho meditarlo, Misaki invitó aquella noche a Akihiko a ir a su casa a ver una película. No tenía pensado declararse pero quería pasar tiempo con él con la intención de descubrir si era cierto lo que le había dicho Yamada.

    Llegó puntual, como siempre que tenía que ver a Misaki, y ambos se sentaron en el sofá junto con Bocazas. El menor estaba incluso más nervioso que el día anterior por el simple hecho de ser consciente de sus propios sentimientos hacía el escritor.

    Durante la película, sin poder evitarlo, Misaki miraba de vez en cuando a Akihiko, quien en una de aquellas veces le pilló. El menor volvió a poner su atención en la pantalla avergonzado, mientras que el escritor sonrió observando el sonrojo del castaño. Akihiko alargó su meñique y rozó la mano de Misaki, quien se ruborizó todavía más.

    - Yo...- Habló el menor con voz trémula.- Yo no voy a esperarle.

    Akihiko le alzó la barbilla suavemente y le besó. Al principio fue un ligero toque pero, al verse correspondido, el escritor intensificó el beso. Misaki cerró los ojos sintiendo como el corazón le palpitaba con fuerza y apoyó inconscientemente una mano en la pierna del mayor. Cuando se separaron, Misaki no fue capaz de aguantarle la mirada.

    - ¿Qué ocurre, Misaki?

    - Nada, es que...- Dijo el menor y negó sonriendo.- Estoy muy feliz.

    - No, yo sí que estoy feliz.- Akihiko volvió a besarle. Misaki, más seguro de sí mismo, llevó sus manos al cuello del mayor.- Ahora mismo soy el hombre más feliz del mundo.- El mayor tiró de él suavemente, haciendo que se sentara en su regazo para seguir besándole. La película llegó a su fin sin que los dos enamorados se percataran, ya que estaban concentrados en aquella sesión de besos y caricias.- Te necesito.- Le susurró Akihiko a la oreja, haciendo que el menor se estremeciera. El escritor colocó sus manos en el trasero de Misaki y le estrechó hacia él, haciendo que sus erecciones se rozaran.- Y tú también a mí, ¿no es así?

    - Akihiko...- Murmuró Misaki sin acabar de creerse que aquello le estuviera pasando. Comenzaron a frotarse entre besos y Misaki deseó que aquel momento fuera eterno pero, por desgracia, las cosas nunca eran como el menor deseaba. El teléfono de Akihiko sonó pero fue ignorado hasta la cuarta vez.

    - Lo siento, enviaré a quién sea a la mierda.- Le dijo el escritor para luego responder a la llamada.- ¿Qué quieres? ¿Qué?- Misaki frunció el ceño al ver el rostro del mayor.- Sí, vale. Hasta ahora.

    - ¿Ocurre algo, Akihiko?

    - Haruhiko ha despertado.



    Hola ^^
    Espero que os haya gustado el capítulo, esto ya se va acercando al final.
    Muchas gracias por los comentarios que dejasteis y por leer :)

    ¡Un abrazo!
     
    Top
    .
  12.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Adoro como poco a poco ha ido naciendo el amor entre Misaki y Akihiko.
    Que bueno que Misaki tiene a Yamada que es como su padre, se preocupa por él y le da buenos consejos como haría un podré por su hijo.
    Nooo en la mejor parte interrumpen.
    Oh oh ahora con Haruhiko despierto las cosas se complicarán.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  13.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 6

    Misaki sentía la mirada del escritor sobre él. Le dolía la barriga y sabía que era por culpa de la angustia que sentía. Vio a Nowaki llegar junto con Hiroki y se puso en pie. Notó que Akihiko hacía movimiento pero no le miró, no se sentía capaz de mirar al escritor en aquel momento.

    - Nowaki, ¿podemos hablar?- Le dijo Misaki y el médico asintió. Hiroki fue hacia donde estaban los Usami y Nowaki y él salieron a un pasillo del hospital.- Dijiste que no iba a despertar. No me malinterpretes, no es que le desee nada malo pero...

    - Ya, ya lo sé. La probabilidad era muy baja, ¿tienes idea de lo difícil que era que despertara?

    - ¡Pues ha ocurrido!- Exclamó el castaño y luego se arrepintió de haber alzado la voz.- Lo siento, es que estoy atacado de los nervios.

    - Misaki, necesito que te tranquilices. Esto complica las cosas pero no tienen porqué descubrirlo.- Dijo Nowaki.- Sabemos que ha despertado pero no sabemos su estado.

    - Da igual, tenemos que decir la verdad, yo ya no puedo seguir así.- Dijo Misaki.

    - Espera a saber cómo está Haruhiko, por favor, no quiero que Fuyuhiko se disguste.

    - Está bien pero a Akihiko se lo voy a contar ya.- Nowaki le miró sorprendido.

    - No, no lo hagas.

    - Nowaki, no lo entiendes, no soporto estar mintiéndole de esta forma.

    - Akihiko se lo contará a Hiro-san, no se lo puedes decir.

    - Nowaki, me gusta mucho y...nos hemos besado y ahora que sé cómo se siente, no soportaría perderlo. Se lo tengo que contar.- Dijo Misaki. El médico le miró durante unos segundos y luego asintió.

    - Dame unos minutos para que pueda explicarle la situación a Hiro-san.

    - Está bien.

    - Dicen que ya podemos pasar.- Dijo Hiroki caminando hacia donde ellos estaban.- Por lo visto está bien.

    - Eso es genial.- Sonrió Nowaki y luego le susurró a Misaki.- Tenemos que seguir como hasta ahora delante de Fuyuhiko, así que cuando entremos escóndete detrás de mí e intenta pasar desapercibido.

    - ¿Qué cuchicheáis?- Quiso saber Hiroki.

    - Nada, Hiro-san.

    Entraron todos a la habitación para visitar a Haruhiko, quien sonrió al ver a su familia.

    - Papá, vaya susto te he debido de dar...

    - Hijo, no te imaginas lo mucho que me alegro de que estés bien.- Le dijo Fuyuhiko emocionado.

    - Kaoruko, ya creías que te habías librado de mí...- Dijo Haruhiko haciendo que su prima sonriera. Luego miró a su hermano.- Pero si ha venido hasta Akihiko.

    - Más que nada por compromiso.- Comentó el escritor.

    - Chicos, no empecéis.- Les advirtió su padre.

    - Gracias por estar aquí.- Les sonrió a Hiroki y a Nowaki. Haruhiko frunció el ceño y se inclinó ligeramente para observar a quien estaba detrás del médico. Todos miraron hacia Misaki, esperando a que dijera algo y este comenzó a temblar por los nervios.- Tú...¿Tú quién eres?- Se produjo un silencio en la habitación y, cuando ya no lo soportó más, Misaki fue a hablar pero Nowaki se le adelantó.

    - Debe de tener amnesia selectiva.- Misaki le miró con reproche y, sin pensarlo, le dio un manotazo en el brazo a Nowaki. Hiroki iba a gritarle pero Misaki no se lo permitió.

    - ¡Ya basta! ¡Ya no puedo más!- Exclamó Misaki con lágrimas en los ojos y todos le miraron sin comprender.- Nowaki, lo siento pero no puedo seguir con esto...

    - ¿Qué ocurre?- Preguntó Fuyuhiko.

    - No tiene amnesia.- Dijo Misaki.- No me reconoce porque no nos conocemos.

    - ¿Cómo que no os conocéis? Eres su prometido...- Dijo Kaoruko sin entender.

    - Yo...yo le salvé y no quería que se fuera solo en la ambulancia, así que decidí decir que era mi prometido para que me dejaran acompañarle. Solo quería saber que estaba bien... El problema fue que una enfermera os dijo que yo era su prometido. Quise deciros la verdad al instante pero estabais tan ilusionados... No supe cómo hacerlo y me preocupaba el corazón de Usami-san.- Dijo Misaki.- Sois una familia increíble y no os imagináis cuanto siento haberos mentido.

    - Es culpa mía.- Dijo Nowaki.- Yo le convencí de que siguiera con la mentira, pensé que era lo mejor.

    - Nowaki...- Murmuró Hiroki cruzándose de brazos y mirándole incrédulo.- Ni siquiera se conocían...

    - Hiro-san, lo siento.

    - Akihiko.- Le llamó Misaki llorando.- No quería que te enteraras así, quería hablar contigo antes de decírselo a todos pero...

    - Pues mira que has tenido ocasiones.- Le dijo el escritor con enfado.- Creía que eras buena gente, pero solo eres un mentiroso que se ha aprovechado de mi familia.

    - No, yo no...

    - Akihiko, yo he sido quien le ha insistido en seguir con esto, él no quería.- Le dijo Nowaki. El escritor no dijo nada y salió de la habitación enfadado.

    - Nowaki, mejor que no vengas hoy por casa, necesito pensar.- Dijo Hiroki para luego ir detrás de su amigo de la infancia.

    - Lo siento de verdad.- Misaki se limpió las lágrimas.- Ya sé que no es excusa pero llevo mucho tiempo solo y me he dejado llevar. Ha sido muy agradable pasar tiempo con vosotros, lamento haberos hecho daño.- El castaño salió de allí sintiéndose muy mal y puso rumbo a su casa.

    Al llegar se encontró con su vecino esperándole en su salón, quien al verle borró la sonrisa de su cara y se levantó del sofá.

    - ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?- Preguntó el anciano con preocupación.

    - Ya está, se acabaron las mentiras.- Dijo Misaki dejándose caer sobre el sofá. Bocazas se acercó a él y le acarició la pierna, pero Misaki no le hizo caso.- He confesado, no he podido más.

    - Has hecho bien.- Suspiró Yamada.- Tarde o temprano tenía que ocurrir...

    - Haruhiko ha despertado, justo cuando Akihiko y yo nos hemos besado.- Lloró Misaki.- Y ahora me odia por haberle mentido.

    - Le gustas mucho, puede que necesite tiempo para...

    - No, no me va a perdonar jamás.- Negó el joven.- Si vieras cómo me ha mirado... Jamás olvidaré su mirada de decepción y asco.

    - No digas eso, Misaki.

    - En verdad me lo merezco por mentiroso.

    - No empieces a autocompadecerte, no lo soporto.- Le dijo el anciano.- ¿La has cagado? Sí. ¿Ya no tiene arreglo? Claro que lo tiene. Dale tiempo a Akihiko y ve a hablar con él en unos días, ya verás como...

    - Imposible, no pienso ir a hablar con él. Me odia y da igual que pasen días, meses o años, eso no va a cambiar.

    - Le gustas mucho, Misaki.

    - Eso era antes de saber la verdad. Creo que lo mejor será que me olvide del tema, haré como si nada de esto hubiera pasado.

    - ¿De verdad crees que podrás olvidarle?

    - Tengo que intentarlo.- Murmuró Misaki decaído. Justo cuando pensaba que empezaba a ser feliz, volvía a estar solo.

    Las semanas fueron pasando con una lentitud que exasperaba Misaki. No era que quisiera que llegara una fecha en concreto, lo único que quería era olvidar lo ocurrido aquel diciembre, pero no estaba teniendo mucho éxito. Febrero ya estaba llegando a su fin y Akihiko seguía en su cabeza, no podía parar de pensar en él y en aquel beso. A pesar de su edad, aquel había sido el primer beso de Misaki y, aunque las cosas hubieras salido tan mal, no podía evitar sonreír al recordarlo. Pero la sonrisa desaparecía rápidamente al pensar que nunca más volvería a besar a Akihiko.

    Acababa de salir del trabajo y había entrado en un supermercado a comprar la comida para su gato. Se encontraba cansado y lo único que quería era llegar a casa. Se dirigía a pagar cuando una voz femenina dijo su nombre.

    - Misaki.

    - Kaoruko.- Misaki miró a la muchacha sorprendido y, de repente, le invadió la vergüenza al recordar las mentiras que le había contado. La joven le dedicó una pequeña sonrisa.

    - ¿Qué tal todo?

    - Bien, yo...- Misaki se puso nervioso y sintió como los ojos se le humedecían.- Cuando dije que lo sentía, lo dije de verdad.

    - Lo sé, Misaki.

    - Yo no quería haceros daño y lamento que haya sido así. No hay día en que no me arrepienta de ello...

    - Mi tío no te guarda rencor.- Dijo la muchacha.- Y yo tampoco.

    - Me alivia oír eso.- Sonrió Misaki.- ¿Cómo está Haruhiko?

    - Bien, ya se ha recuperado. Ha vuelto con su prometido y se casarán este verano.

    - Me alegra saber que todo va bien.

    - Bueno, todo no.- Misaki miró a la joven sorprendido.- Akihiko está muy raro, es un alma en pena y Hiroki le ha pedido el divorcio a Nowaki.

    - ¿Qué?

    - Hiroki dice que no se siente capaz de perdonarle. Nowaki ha estado alargando el proceso pero creo que finalmente firmarán los papeles en unos días.

    Misaki llegó a su casa sintiéndose mal por Nowaki, sabía lo mucho que quería a su marido y no podía imaginarse lo mal que lo debía de estar pasando el médico. Tampoco se quitaba de la cabeza el hecho de que Akihiko no estaba en su mejor momento, ¿tendría algo que ver con él? ¿Sería por otro motivo? Misaki no quería precipitarse sacando conclusiones.

    Se pasó la noche despierto pensando en lo que le había contado Kaoruko. Se sentía en parte responsable por aquel divorcio, al fin y al cabo si él no hubiera dicho que era su prometido para poder subir en la ambulancia, ese matrimonio no se habría roto.

    Tomó la decisión de ser valiente y dar la cara ante Hiroki, aunque aquel hombre le daba mucho miedo. Llegó hasta la calle que hacía meses que no pisaba y llamó al timbre de Kamijou. Poco tiempo después el profesor le abrió la puerta y, al verle, hizo una mueca de disgusto.

    - No, no cierres, por favor. Seré breve, lo prometo.- Dijo Misaki con voz temblorosa.- Kaoruko me ha dicho que Nowaki y tú os vais a divorciar y necesitaba decirte que sí, cometimos un gran error pero te prometo que todo lo que hizo, lo hizo pensando que era lo mejor para vuestra familia. Nowaki es como yo, no tenemos a nadie, y sé lo mucho que te ama y lo importante que es para él la familia. Estoy seguro de que debe de estar destrozado y que, como yo, se arrepiente. ¿Por qué no intentáis solucionar...

    - Oh, me acabas de abrir los ojos, voy a ir corriendo a perdonarle.- Dijo Hiroki con tono sarcástico.- Le di muchas oportunidades de contarme la verdad, yo sabía que estaba tramando algo contigo y lo único que hizo fue contarme una mentira para que me callara. ¿Cómo voy a seguir casado con alguien que ha perdido mi confianza?

    - La confianza se puede recuperar, si vais a algún especialista...

    - Que no, pasado mañana firmaremos el divorcio y ya está.- Negó Hiroki y se le entrecortó la voz.- ¿Te crees que tu amigo es el único que está sufriendo? ¿Te has parado a pensar en cómo me siento yo?

    - Por eso mismo, os queréis y lo podéis solucionar.- Dijo Misaki.

    - A veces quererse no es suficiente.- Hiroki cerró la puerta y el menor suspiró. Dio media vuelta y se encontró con Akihiko, quien estaba a un par de metros de él observándole como si fuera una aparición. Misaki se puso pálido y entró en pánico, por lo que echó a correr sin mirar atrás.

    Llegó a su casa agitado y con el corazón en un puño. No había considerado la posibilidad de encontrarse con Akihiko, de haber sido así seguramente no hubiera ido. ¿Qué había pensado al verle allí? Misaki no podía saberlo, el escritor no había hecho expresión alguna, ni de alegría ni de enfado.

    Pasó otra noche sin poder pegar ojo. Le preocupaba Nowaki y no podía parar de pensar en Akihiko, la cabeza le iba a mil y sentía que en algún momento le iba a explotar.

    Al mirarse en el espejo y ver las ojeras tan marcadas se asustó pero decidió no darle importancia, total, ¿qué más daba su apariencia? Fue a trabajar decaído como siempre y se pasó toda la mañana vendiendo billetes. Ya quedaba menos de una hora para que acabara su turno cuando le vio. Akihiko se encontraba a dos clientes de él, haciendo cola para comprar un billete. Misaki sintió como su corazón se aceleraba y estuvo a nada de pedirle a su compañera que le cubriera diciendo que no se encontraba bien, pero decidió aguantar en su puesto de trabajo evitando hacer contacto visual con el que era dueño de todos sus pensamientos.

    Atendió a los dos clientes con demasiada rapidez para el gusto del castaño, pero tampoco podía hacer nada para retenerlos. Akihiko se colocó justo delante de él y le sonrió, lo que hizo que los hombros del menor se destensaran un poco.

    - Hola.- Saludó el mayor.

    - Hola.- Murmuró Misaki haciendo un gran esfuerzo por aguantarle la mirada.- ¿Quieres un billete?

    - Quiero una cita.- Misaki se quedó en silencio, pues no sabía si lo decía en serio o era alguna especie de broma.- Solo si quieres, claro.

    - ¿Cita?

    - Sí. ¿Te apetece?

    - En plan pareja, ¿no?- Preguntó Misaki con cierta inseguridad y la sonrisa de Akihiko se hizo más grande.

    - Sí, esa es la idea. Aunque creo que antes deberíamos hablar un poco.- Dijo el escritor.- ¿Vamos a tomar un café?

    - ¿Ahora?

    - ¿Puedes?

    - Sí que puede.- Dijo su compañera y le dio un empujón a Misaki para que se pusiera en pie.- Venga, no hagas esperar a este apuesto caballero.

    - Pero yo...- Misaki se encontraba en shock. Salió de aquel cubículo sin poder parar el temblor de sus piernas. Akihiko y él caminaron en silencio hasta la salida de la estación.

    - ¿Dónde te apetece ir?- Preguntó el mayor.- ¿Aquella cafetería de allí te parece bien?

    - Sí, de acuerdo.

    Se sentaron en una mesa al lado de la ventana y Misaki pidió una tila con la esperanza de que aquello calmara sus nervios. Se formó de nuevo un silencio entre ellos y Misaki se armó de valor para pedirle perdón.

    - No te imaginas cuánto lamento lo que hice, yo no...

    - Para.- Le dijo Akihiko y Misaki calló.- Nowaki nos explicó que fue él quien quiso seguir con aquello, que tú querías contar la verdad y se lo dijiste en varias ocasiones.

    - Sí, eso es verdad, pero Nowaki no lo hizo con maldad, te lo prometo.- Dijo Misaki.- No sé cómo estará, pero lo del divorcio...

    - De eso fuiste a hablar con Hiroki, ¿no?- Misaki asintió con la cabeza y a Akihiko se le formó una pequeña sonrisa en la cara.- Llevó dos meses esperando a que vuelvas a buscarme y ayer, cuando te vi, me hice ilusiones pero tú no eres de los que van detrás de otros, ¿verdad?- Misaki le miró sorprendido.- Es por eso que estoy aquí. Me he dado cuenta de que si me quedo esperando, tú jamás vas a venir a por mí y me niego a dejar que lo nuestro muera. Misaki, ¿te gustaría empezar de cero conmigo?

    - ¿No me odias?- Le preguntó Misaki con lágrimas en los ojos.

    - No, jamás te he odiado. Me enfadé y me sentí dolido pero te aseguro que no te guardo ningún tipo de rencor. El enfado se fue rápidamente y el dolor fue sustituido por la tristeza.- Le dijo el escritor.- No nos conocemos de hace mucho pero me he enamorado de ti.

    - Akihiko...- Murmuró Misaki llorando. El nombrado se puso en pie y fue hasta el menor para rodearle con sus brazos.

    - Venga, no llores.

    - Es que creía que me odiabas.- Dijo Misaki entre sollozos y Akihiko le acarició la cabeza suavemente.

    - Al contrario.- Sonrió el mayor.

    Después de aquello dieron un paseo y cenaron tranquilamente en un restaurante familiar, cosa que hizo que Misaki se sintiera más cómodo. Parecía que nada hubiera ocurrido entre ellos, habían vuelto a charlar tranquilamente como solían hacer antes de que la verdad saliera a la luz. Misaki se sentía tan feliz que le parecía un sueño.

    Terminaron de cenar y Akihiko insistió en acompañarle hasta su casa. Al llegar al portal del menor, el escritor se inclinó y le besó suavemente. Misaki no pudo evitar sonreír y corresponder aquel beso. El mayor lo atrajo más hacia él profundizando el beso hasta que se quedaron sin aire y tuvieron que separarse. Misaki miró sonrojado a Akihiko, quien sonrió y le acarició la mejilla.

    - ¿Me invitas a subir o eso sería ir demasiado rápido?- Preguntó el escritor sorprendiendo al menor, quien volvió a ponerse muy nervioso.

    - Puedes subir.- Respondió Misaki sonrojándose todavía más.

    Entraron en la estancia cogidos de la mano y, nada más el menor cerró la puerta, Akihiko se abalanzó sobre él, sin poder dejar de besarle. Misaki apartó un poco la cara y le empujó suavemente.

    - ¿Te apetece tomar algo?- Le preguntó Misaki. El mayor sonrió y atacó su cuello.

    - Sí, a ti.- El más joven quiso protestar pero dos brazos le agarraron y le elevaron del suelo, llevándole hasta su dormitorio. A Misaki le temblaba todo, quería hacerlo pero se sentía muy nervioso y le daba miedo no estar a la altura.

    - Akihiko...- El escritor le tumbó sobre la cama y comenzó a desabrochar su camisa.- Akihiko, yo...

    - Yo también estoy que no me lo creo.- Le dijo el mayor para luego darle un beso mientras le quitaba la camisa.

    - No, Akihiko...

    - Relájate, no estés tan nervioso.- Le sonrió el peliplata.- Solo soy yo.

    - Es que nunca lo he hecho.- Misaki habló en voz muy baja, tanto que de no haber estado a escasos centímetros de distancia Akihiko no le hubiera escuchado. El escritor apartó rápidamente la mano del pecho del menor y le miró a la cara, intentando buscar aquellos ojos verdes que le rehuían avergonzados.- Lo siento...

    - ¿Por qué te disculpas?- Le preguntó Akihiko y Misaki se encogió de hombros.- Quién debería disculparse soy yo, igual he ido muy rápido...

    - No, Akihiko, así está bien.- Le dijo Misaki por fin mirándole a los ojos.- Me apetece hacerlo.- Las mejillas del menor adquirieron aquel tono rojo ya tan característico de él.- Solo quería que lo supieras para que no esperes gran cosa...

    - Pero qué cosas dices, Misaki.- Sonrió Akihiko. El escritor volvió a besarle y continuó desnudándole. El castaño, ya más relajado, llevó sus manos a la espalda del mayor, acariciándole por encima de la ropa. Akihiko le quitó los pantalones y comenzó a acariciar su miembro por encima de la tela de la ropa interior.

    - Si te echas para atrás dímelo, amor.- Le susurró Akihiko para, seguidamente, deshacerse de la última prenda del menor. Misaki sintió vergüenza y estuvo tentado a cubrirse pero no lo hizo, la mirada del mayor le excitaba.

    El escritor acarició los muslos de su pareja y fue subiendo las manos hasta llegar a su entrepierna. Misaki se agarró a su espalda al sentir como Akihiko le masturbaba. El mayor le besó con cariño y luego pasó a besar y morder su cuello, dejando marcas. Fue bajando por el pecho del menor, deteniéndose en su pezones y luego en el ombligo, hasta llegar a su miembro. Akihiko lamió el pene de su novio desde la base hasta la punta, arrancándole gemidos. Sin dejar de masturbarle, lo metió y sacó de su boca repetidas veces, ejerciendo con su labio una ligera presión en el glande al sacarlo.

    - Akihiko...- Jadeó Misaki cerrando los ojos. El escritor aprovechó que el menor estaba distraído para separarle un poco las piernas e introducir un dedo en su entrada.- ¡Ey!

    - ¿Te he hecho daño?- Preguntó Akihiko separándose de la erección del castaño.

    - No, solo me ha sorprendido.- Dijo Misaki.

    - ¿Entonces no te duele?

    - Noto algo de molestia pero sigue.- Akihiko asintió y comenzó a mover aquel dedo mientras con la otra mano masturbaba a Misaki. Cuando vio que el menor volvía a relajarse, metió un segundo dedo.

    - ¿Vas bien?

    - Sí, sigue.- Respondió entre gemidos, lo cual hizo sonreír satisfecho a Akihiko. El tercer dedo entró fácilmente, el escritor los movió un poco y supo que Misaki ya estaba más que preparado.

    - ¿Estás listo?- Misaki asintió y Akihiko comenzó a penetrarle. El castaño hizo una pequeña mueca pero se le fue borrando de la cara. Una vez completamente dentro, Akihiko comenzó a moverse de forma lenta. Misaki se agarró con fuerza a su espalda y a su cuello, atrayéndolo más hacia él. Las embestidas se hicieron más intensas y Akihiko supo que le había dado en ese punto especial cuando Misaki le clavó las uñas y gimió de forma más sonora.

    Pasados unos minutos, Akihiko quiso cambiar de posición y sentó a Misaki sobre él. El menor comenzó a moverse con timidez y el escritor le agarró de las caderas para indicarle. Misaki podía ver desde allí el rostro del mayor, visión que jamás olvidaría.

    Terminaron y Misaki tumbó sobre el escritor, siendo abrazado por este. Akihiko besó su frente y le apartó suavemente unos mechones.

    - Bueno, ¿qué te ha parecido?- Preguntó Akihiko rompiendo el silencio. Misaki le miró sonrojado pero sonriente.

    - No entiendo como he podido estar tanto tiempo sin probarlo...- Akihiko rió feliz.

    - Eso era porque no me conocías.- Dijo el mayor.

    Ambos se quedaron dormidos abrazados y, por primera vez desde diciembre, descansaron tranquilos sin añorar al otro. Se habían reconciliado y no iban a permitir que nada ni nadie les separara.

    Hola ☺️
    ¿Qué tal? Espero que os haya gustado el capítulo. Lamento haber tardado tanto en subirlo pero he estado un poco bloqueada con esta historia. El próximo capítulo ya es el epílogo.

    Muchas gracias por leer :)

    ¡Un abrazo!
     
    Top
    .
  14.     +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Noooo Nowaki e Hiroki se han divorciado, espero que puedan arreglar el problema y volver a estar juntos.
    Menos mal que Akihiko fue a buscar a Misaki y están juntos.
    No veo la hora de leer el epílogo para saber si Nowaki e Hiroki vuelven y ver como les va a Misaki y Akihiko.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
13 replies since 13/11/2019, 14:50   207 views
  Share  
.