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HuhanaAroha+1
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CAPÍTULO I : NOCHE FRÍA
El viento soplaba esa noche, una fría noche de invierno donde los habitantes estaban en sus casas. Ningún alma surcaba por las calles y se podía escuchar las hojas que golpeaban contra las veredas de aquél pueblo lúgubre. La luna delicadamente alumbraba las tejas de las casas casi cubiertas de nieve, los faroles encendidos aportaban luminosidad a los callejones silenciosos, solo algunos gatos callejeros maullaban para atraer almas en pena. Escalofríos en la noche de los fieles Difuntos y el horario de salir se avecinaba donde según la tradición de aquel recóndito lugar rodeado de bosques y montañas era salir a honrar a sus muertos que por ese día se reencontrarían con sus seres queridos para estar una vez al año y así alcanzar la salvación de sus almas.
La noche era cruda pero no les impedía salir, como de la noche a la mañana el ambiente cambiaba por una noche de fiesta pero eso no significa que tengan sus precauciones con los “Otros”.
Una niña de cabellos rosados con un listón amarrado gritaba en la calle preludio de la gran fiesta….
- Hora… es Hora de que las almas estén rogando por su iluminación… ¡Salgan todos a que se reencuentren con nosotros!
A tal anuncio, el pueblo salió con girnarlas y pasteles; sombreros graciosos y disfraces que adornaban cada cuerpo con sus antifaces sensuales e indiscretos. La música sonaba y el pueblo estaba de fiesta. Algunos iban por las calles gritando y cantando sin que el frío les apague la felicidad. Niños corrían y detrás de ellos sus padres tratando de que no se pierdan entre la multitud; los hombres cortejaban a las señoritas tratando de que les digan sus identidades sin resultado favorable.
La nieve caía delicadamente sin pedir permiso alguno sobre los habitantes del pueblo, cantaban y bailaban los Vals típicos de allí; dos hombres que se destacaban sobre todos los demás por ser amables y carismáticos estaban disfrutando del clima, ambos reían y hacían comentarios.
Un azabache de profundos ojos azules, su presencia era parecida a un príncipe con su traje gris engarzado con algunas piedras brillantes, una capa negra y un antifaz azul, caminaba al lado de su hermano. Sobre-protector y amante de su hermano (¡No piensen mal che!) lo cuida, lo consuela… etc. Las personas que pasaban a su lado creerían que estaban enamorados por las actitudes del azabache, su pequeño hermano siempre se quejaba tratando de que no sea tan meloso sin lograr un resultado es más, cuando le reclamaba era peor.
- Hermano por favor no seas así … la gente ya piensa mal de nosotros – No pudiendo evitar mirar a su alrededor
- Cada vez que me hablas así será peor, créelo.
- ya se que no tiene que ser asi
- ¿Qué quieres hacer?
- Mmm … no lo se … quería ir a pasear pero … … solo para … - no pudiendo evitar la tristeza de sus ojos cae una lágrima que rápidamente es secada por su diestra-
- Entiendo … ya pasaron 3 meses desde esa noche
- Los extraño – dijo llorando en sus brazos, se sentía protegido pero a la vez deseaba que nunca le quitaran a su hermano de su lado sería una puñalada más a su corazón y no lo soportaría.
- ¿Sabes que te quiero mucho? –
- No … no lo sabía -
- ¿Quieres que te lo demuestre? – mirando con picardía-
- NO … ERA BROMA … SE QUE ME QUIERES
Un castaño caminaba en la calles apestadas de gente disfrazada, la nostalgia volvía nuevamente a su mente, esas fiestas donde salían juntos tomados de las manos como una familia plena. Si, una familia completa riendo y comentando cada cosa sin prisa, los hermanos jugando mientras los mayores reían con sus juegos.
Ya no era un niño, ahora era un joven de extrema belleza que cuando le miraban quedaba anonadado ¿Cómo alguien tan joven tenía ese “Don”? , don… diría regalo de sus padres que heredaron. Las joven-citas se declaraban cada dos por tres y amablemente les rechazaba no sin antes decir: “Gracias por tus sentimientos pero… ya tengo a alguien que corresponde mis expectativas”… Puras mentiras, lo decía para no herir más y sentirse miserable por ser rechazado. Sabía perfectamente lo que significaba ser rechazado por alguien que pensaba que estarían juntos siempre… Iluso viviendo en un mundo de fantasías y romance…
No tenían una imponente figura como su hermano mayor pero tampoco pasaba desapercibido, sus ojos verdes cual esmeralda brillaban intensamente pero en ellos se encontraba un amor no correspondido.
Vestido de un joven príncipe con ropas negras y botones dorados mientras que sus cabellos se mecía con el viento dejando ver sus ojos. Su cuerpo pequeño pero aún en crecimiento, su cara con facciones delicadas lo hacían verse frágil y delicado cuan cristal que pronto con un solo soplido se rompería en mil pedazos.
Un paisaje que no quería ver, la niebla estaba en el lugar donde reposaban los muertos y en el suelo dos lápidas desgastadas por el paso del tiempo
“Yûki y Yumiko Kusama”
Amados padres y fieles esposos
Desolado miraba las placas, se inclinó a tocar la tierra un poco removida pero algunos pastos creían entre ellos. Sus dedos palpaban la morada terrenal, sonreía dejando unas rosas blancas en cada lugar.
- Me hacen falta
(silencio)
- Perdón- secando sus lágrimas que enjugaban su rostro -… No tengo que ser una molestia para ustedes ni para mi hermano que me ha cuidado todo este tiempo, sé que me ama con locura y que saltaría a la yugular de cualquiera que me quiera hacer daño . Lo quiero y no sé qué haría si alguna vez me faltara, gracias papá… mamá… Se que me están cuidando y les prometo una cosa, no seré una molestia para nadie, no me enamoraré… no quiero sufrir nuevamente. Murió el Misaki romántico ahora seré distinto… por ustedes y por Nowaki
Misaki seguía hablando casi a susurro en ese lugar cuando escucho un crujido seco detrás suyo a poca distancia, estrepitosamente se paro observando el lugar. Estaba oscuro y la niebla le jugaba en contra, su corazón salía de su cauce y un ligero temblor se apoderó del cuerpo del pequeño oji-esmeralda. Sentía más frío de lo normal por lo que sus labios se tiñeron de rojo y su semblante palideció.
“Vamos… ¡Que te pasa! … corre…”
Se cruzaba una y otra vez por su mente. El viento soplaba y la nieve se pegaba a su traje humedeciendo hasta pegarse casi a su cuerpo frío; las piernas le respondieron y corrió con todas sus fuerzas escapando de ese misterioso crujido. Se adentró al bosque, las ramas pegaban contra su cuerpo lastimándolo, su respiración era entrecortada huyendo de su acechador. Una barranca un poco empinada hizo que cayera golpeando la espalda contra un árbol….
- Tks, duele - dijo tratando de levantarse, la sangre corría por su frente en un hilo.
El ruido se hizo más próximo, sintió como una fría mano tomo su hombro lastimándolo eso hizo que largara un pequeño quejido cerrando sus ojos. Clavo las uñas en la blanca piel del castaño, se acercó a su rostro mirando las facciones y pasó su lengua limpiando el líquido escarlata.
- Mmm… tienes un sabor distinto – dijo la penetrante voz que se adentraba en Misaki haciéndole temblar aún más. Sus labios eran más rojos que antes tragando la saliva que el otro escucho a la perfección.
- No …- susurro- … me hagas…nada …-
- No puedes decirme que hacer –
- Piedad–
Dejo su hombro y para intimidarlo un poco más la mano del hombre se estrello contra el tronco cerca de su cara y acercándose aun más se lambió los labios quitando el excedente de sangre; fue por más y clavo uno de sus colmillos en la muñeca sin penetrarlo en profundidad. La calidez del cuerpo del niño paso a los labios del mayor, respiró hondamente dejándose llenar de su aroma a miel con fresa.
- Dime… - siguiendo con su trabajo-… ¿Tienes miedo?
- Mu…mucho – tembloroso ni siquiera quería mirarle a la cara-
- ¿Sabes lo que soy?
- ...
- Respóndeme … - elevando su voz-
- Yo … no …
- ¿Tienes miedo de que te coma? Ja … no eres mi tipo …
- Déjame ir …
- No … tu sangre me gusta y me haré un festín con ella –
- ¡NO! …..
Se libró de las garras de este y trató de huir, el otro fue más rápido y lo detuvo aprisionándolo contra otro árbol. Misaki gritó y abrió sus ojos mirando a la persona que lo haría sufrir para luego matarlo. Un hombre más alto que él de largos cabellos plateados brillaban con la luna, piel pálida y de semblante misterioso. Era un hombre hermoso a los ojos de los demás y con sus actitudes lo hacían deseado por muchos; lo que más resaltaba en él eran sus ojos lilas que con el olor de la sangre se teñían de un color bronce. El vampiro miraba al que tenía a su merced examinando directamente a los ojos verdes, se quedó un buen tiempo admirando sus rasgos que lo tenían sin habla; “un niño lo había cayado”.
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es hermozooooo!! puedes hacer conti? :3 .
Destino Sangriento (JR- SH) capitulo I: Noche fría¿Crees en vampiros? - No- Deberías |
