Mal Entendido

Fudo y Sakuma están a nada de perder la cabeza por una conversación entre Genda y Kazemaru.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Estoy aprendiendo a conocerme. Ya toque fondo y solo me queda subir.
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    134
    Location
    en mi cama con mi pingüino de peluche llamado Kido *-*

    Status
    Offline
    Primero que todo agradecer a Yumeorage, que me ha permitido hacer referencia a su historia "El Tercer Jardín". Pueden encontrar esta historia en su Wattpad o incluso buscarme a mí, bajo el nombre de SilverBullet4869IE
    No es necesario haber leído la historia, para entender esta.

    Mal Entendido





    -Gracias por lo de anoche Kazemaru.

    - No es nada, al contrario, fue todo un placer. – le respondió al portero.

    - No fue para tanto, fue la primera vez que lo hice.

    - ¿En serio? No se notó para nada, parecías un profesional.

    - Solo lo dices para que no me sienta mal.

    - Lo digo en serio Genda. Has sido el mejor hasta ahora.

    - ¿Tienes punto de comparación? ¿Con quién?

    - Con Miyasaka. Pero no fue tan dulce como tú anoche...

    - ¿Miyasaka? Ah cierto, tu ex compañero del club de atletismo. – recordaba levemente su mención en medio de alguna plática.

    - Ese mismo.

    - ¿Qué ocurrió?

    - Para empezar, ni te digo como quedó mi casa.

    - ¿Lo hicieron en tu casa? ¿No es mejor hacerlo en casa de la persona que invita?

    - Sí, no vuelvo a cometer ese error... Aparte de que no hubo preparación previa de nada, solo metió todo lo que pudo meter y fue realmente brusco en todo el proceso, no se comparaba en nada con lo que se ve en internet.

    - No pensé que fueras de los que buscaban eso en internet.

    - Bueno... - se sonrojo levemente – No lo hago muy seguido, pero a mi también me da curiosidad. – tosió aclarándose la garganta para continuar – Por eso te digo, contigo fue mucho mejor.

    - Gracias, Kazemaru. Aunque sigo creyendo que exageras un poco, no creo parecerme en nada a las personas que ves en internet.

    - A mí me gustó y no salí herido. Ya eso es ganar para mí.

    - ¿Saliste herido antes?

    - Sí. – recordó con pesar – Me dolía la cadera al día siguiente y no pude ir a las prácticas del club de futbol.

    - ¿Tan mal estabas?... ¿Qué fue lo que pasó?

    - Solo diré que el piso y yo no somos buenos amigos.

    - ¡¿Terminaste en el piso?!

    - Y con Miyasaka sobre mí... créeme fue horrible.

    - ¿Y el resultado final? Es decir, no pudo salir todo taaaaaan mal.

    - Bueno, aquello no creció para nada. Por más que esperamos y la sacarlo solo había una cosa viscosa poco agradable a la vista. Ni siquiera se veía apetitoso como para darle una probada.

    - Lamento que tu primera vez fuera así.

    - Ya nada puedo hacer, por eso lo pasé tan bien anoche contigo, lo disfruté mucho y hasta me dejaste quedarme a dormir cuando terminamos.

    - Bueno, era bastante tarde y me preocupara que estuvieras solo a esas horas.

    - Eres muy amable Genda...

    Esos dos siguieron con su conversación tranquilamente ignorando a todos los que estaban alrededor. No notaron a sus compañeros de salón estáticos y blancos como figuras de papel, en diferentes lugares o las personas desmayadas en el piso, mucho menos a el alma de Sakuma que escapaba de su cuerpo o a Fudo a punto de sufrir un paro cardiaco.

    ¡¿QUÉ DIABLOS HICIERON ESOS DOS ANOCHE?!

    Se estaban preguntando todos, porque no daban buenas señales.

    -Pero sabes quedé con ganas de más. – le comentó Kazemaru a Genda.

    - Creo que puedo ayudarte con eso en el receso.

    - ¿En serio? – preguntó con cierta ilusión en la mirada. Genda juraba que había brillitos alrededor del peliceleste.

    - Claro que sí.

    - ¿Pero será tan bueno como anoche?

    - No dudes de mis capacidades. – dijo con algo más de confianza el portero – Prometo dejarte sin palabras.

    Esos dos siguieron en lo suyo mientras que al otro lado del salón Sakuma terminaba de despedirse de su alma y Fudo se volvió una estatua de piedra, que poco a poco comenzaba a desintegrarse.

    Cuando Banjou regresó del baño, se encontró aquel caos en el salón, buscó a Sakuma para preguntarle sobre el ambiente tan extraño, pero se asustó al ver el estado en el que se encontraba el del parche.

    -¡Capitán! ¡Fudo! ¡Resistan!

    ..................

    Impacientemente esperaban la hora del receso, Sakuma y Fudo habían hecho una tregua temporal de sus peleas diarias. Porque es mejor tener un buen aliado, aunque te caiga mal, a dejar correr un mal mayor que se hace pasar por santa paloma.

    Porque esos dos conspiradores estaban seguros de que lo que sea que pasó anoche, fue culpa de Genda.

    Se les hicieron eternos los minutos, no hace falta decir que poco o nada le prestaron atención al profesor. Cuando sonó la campana indicando la hora de descanso, ambos se levantaron decididos a exigir explicaciones y detener cualquier otro acto que esos dos pensaran hacer y que dejaría a Kazemaru sin palabras.

    Pero en medio de su camino, Banjou se les atravesó.

    -¿Se encuentran mejor? ¿Qué ha pasado esta mañana? ¡Todos estaban extraños! – el joven de piel morena preguntaba y preguntaba, sin darles tregua o permitirles escapar.

    -¡Aparta! – le trató de mover Fudo - ¡Joder, que solo bloqueas el...

    -Se fueron... - dijo Sakuma, al ver que el ojiverde, se quedó mudo viendo hacia donde habían estado Genda y Kazemaru.

    Ignorando completamente al pelirrojizo, corrieron hacia el pasillo dispuestos a buscar a esos dos inmorales.

    Buscaron en todos los sitios donde se les ocurrió, la azotea, salas de conserje, salones vacíos, el club de futbol, los patios... pero no daban con ellos.

    -Estoy idiota. – se dijo Fudo palmeándose la frente.

    - Al fin lo aceptas. – se sorprendió Sakuma.

    - Ya sé dónde pueden estar. – ignorando el insulto indirecto, Akio dio vuelta y comenzó a correr, seguido del capitán, hacia una dirección desconocida.

    .

    .

    .

    Fudo condujo a Sakuma por un pabellón bastante solitario y que nunca había visto. La zona estaba desolada básicamente.

    - ¿Dónde estamos? – preguntó con cierta desconfianza. Estaba oscuro y solitario...

    - Casi llegamos. Ahora cállate que me desconcentras. – Fudo, no era malo orientándose, pero con tantos pasillos y vueltas antes de llegar a su destino, cualquiera podía perderse. Veía las diferentes opciones que tenía enfrente considerando hacia dónde debían girar...

    - Veo algo de luz. – dijo Sakuma, señalando hacia el final de un pasillo, sacando al ojiverde de sus pensamientos.

    - ¡Ahí está! – dejando completamente olvidado a su capitán, corrió hacia la claridad.

    - ¡Se dice gracias! – se quejó el del parche al ser ignorado.

    Apenas salieron al exterior, Sakuma quedó fascinado. ¡Era un jardín! Un precioso jardín, mucho más grandes que los otros que él conocía del instituto.

    -¿Cómo encontraste este lugar Fudo? – preguntó aún anonadado, pero al no recibir respuesta, giró en busca de su acompañante.

    Akio caminaba unos pasos por delante girando la cabeza en ambas direcciones.

    -¿Dónde están? – murmuraba por lo bajo, cuando Sakuma le dio alcance.

    - ¿Esos son gatos? – preguntó extrañado el capitán, por las tiernas criaturas, que los miraban como si acabasen de detectar intrusos.

    - Esos bastardos, son bestias del inframundo. – casi les gruñó Fudo, haciendo que los mininos se erizaran y le bufaran.

    - Los espantaste. – reprochó.

    Ignorando el reclamo, comenzó a buscar moviendo algunos arbustos. La última vez que estuvo aquí, Kazemaru no fue difícil de encontrar, no creía que fuera diferente esta vez.

    - ¿Qué te hace pensar que están aquí? – le comentó Sakuma, buscando también.

    - Kazemaru conoce este lugar. Si quiere estar solo con alguien, no hay mejor sitio. – casi que gruñó por aquello.

    - ¿Escuchaste eso? – llamó la atención Sakuma.

    Hicieron silencio y justo como dijo, había un leve murmullo y lograron ver cierto movimiento tras unos arbustos.

    Caminaron sin hacer ruido y lograron confirmar que lo que se escuchaba, eran los dos fugitivos.

    -Suave Kazemaru, que te vas a atragantar. – esa era la inconfundible voz de Genda Koujiro.

    -Mngh~ - definitivamente Kazemaru tenía algo en la boca que le dificultaba hablar pero lo peor vino después, al escucharlo como succionaba algo.

    - No te conocía estos gustos. Anoche te moderaste más.

    Se escuchó una pequeña exclamación del defensa, como si tomara aire antes de contestar – Lo siento, pero quiero acabar pronto. Estamos bastante lejos y debemos regresar antes de que comience el siguiente periodo.

    -Lo había olvidado. Estamos bastante lejos la verdad...

    - ¡Ah! Se está escurriendo. – se alarmó Kazemaru.

    - Cuidado te manchas el uniforme. Déjame ayudarte a quitarlo...

    Los dos espías no aguantaron escuchar más de aquella conversación. Tal vez era tarde para detener el inicio de aquello, pero no iban a permitir que fueran más lejos.

    -¡Ustedes dos! – gritó Sakuma.

    - ¡¿Qué creen que hacen?! – completó Fudo.

    Los gritos obviamente alarmaron a los dos chicos tras los arbustos al verse descubiertos. Lo peor era ver que Kazemaru tenía un líquido blanco escurriéndole del labio, mientras Genda pretendía ayudarlo a quitarse la chaqueta del uniforme.

    Se formó un silencio incómodo en el lugar, los cuatro se veían a la cara sin saber que hacer a continuación.

    - ¿Qué hacen aquí? – preguntó Kazemaru, sin entender por qué tanto grito.

    - ¿Y tienes el descaro de preguntarnos tú a nosotros? – Fudo no podía creerlo.

    - No puedo creer esto de ustedes – Sakuma parecía ofendido.

    Kazemaru solo los miró raro, con la cabeza hacia un lado y con su único ojo visible achinado. No entendía a esos dos. Primero se peleaban por todo y ahora estaban aquí creando un escándalo sin sentido.

    - ¿De qué están hablando? – preguntó Genda, por fin alejándose un poco del peliceleste y relajando levemente al dúo enojado.

    - ¡No te hagas el desentendido! – el ojiverde estaba que echaba chispas - ¡Te aprovechaste de él!

    - Genda... - el portero era visto por Sakuma como un completo desconocido – De verdad pensé que eras diferente, pero resultaste ser peor que Fudo.

    Kazemaru volteó a ver a Genda y Genda volteó a ver a Kazemaru...

    ¿De qué hablan estos locos?

    Se preguntaron con la mirada entre ellos.

    - ¡Dejen de verse! – gritaron crispados Fudo y Sakuma.

    - ¿Qué está pasando aquí? – una quinta voz se hizo escuchar, asustando a tres de los presentes.

    - Comandante. – saludó desde su posición Kazemaru.

    Nadie parecía querer responder a la interrogante, o quizás no sabían que debían responder.

    La falta de palabras exasperó al imponente hombre. - ¿Y bien? – el tono levemente amenazante, indicaba que había que decir algo rápido. Y el único valiente, que se atrevió a responder dejó a todos mudos.

    -Comíamos postre. – respondió Kazemaru.

    Genda juró haber escuchado el cuello de Sakuma y Fudo crujir de lo rápido que voltearon a verlos.

    El inocente peliceleste alzó un conito relleno de crema que tenía en la mano y que todos habían estado ignorando en medio de los gritos. La crema había escurrido un poco y manchado las mangas en la chaqueta de su uniforme.

    -Ya veo. – aceptó la respuesta Kageyama viendo que había algunos envases con más conitos rellenos de crema y algunas fresas con algo blanco – Espero que no baje el rendimiento del equipo por esto.

    - No lo hará. – prometió Kazemaru, con eso Kageyama pareció satisfecho y se dio la vuelta para retirarse del lugar, pero se detuvo al escuchar la exclamación del capitán.

    - ¡Espera, espera, espera, espera! – Genda estaba sorprendido de la rapidez con la que Sakuma dijo aquello después de salir de su estupor – ¡¿Estaban comiendo postres?!

    - Sí – respondieron a la par los involucrados.

    - ¡Dejen de mentir! – se quejó Fudo, también saliendo del asombro - ¡¿Qué fue todo eso en la mañana de la primera vez?!

    - ¡Dijiste que Genda fue el mejor hasta ahora! – Sakuma igual que Fudo estaban gritando, por suerte era un lugar abierto.

    - ¡Ah! - al inicio Kazemaru los miró sin entender, pero luego cayó en cuenta – La primera vez que traté de hornear un postre fue con Miyasaka. Las cosas no fueron muy bien. Anoche con Genda, parecía que estaba con uno de esos chefs profesionales.

    - Entonces... ¿Lo que dices que ves en internet?... – algunas cosas comenzaban a tomar sentido en la cabeza de Sakuma.

    - Son tutoriales de repostería.

    - ¿Y la cosa viscosa en tu cabello? – preguntó Fudo también armando el rompecabeza.

    - Algo de la mezcla quedó ahí, no sé cómo. Miyasaka solo tiraba todos los ingredientes y todo salpicaba.

    - ¡¿Y el dolor de cadera?! – gritaron a la par. Porque nada de lo que decían era lo que había pasado por sus cabezas.

    - Miyasaka hizo un desastre en mi casa y había huevo en el piso, ambos resbalamos y él cayó sobre mí. Me lastimé con la caída, pero no fue tan grave.

    - Entonces... - Fudo no podía creer lo que escuchaba – ¿Lo que disfrutaste anoche...?

    - Fue el pastel que hicimos. – Kazemaru no entendía la necesidad de hacer tantas preguntas.

    - Y te quedaste a dormir en la casa de Genda... ¿Por queeeeee? – volvió a interrogar Sakuma. Estaban ignorando completamente a Kageyama que veía el intercambio en completo silencio.

    - Terminamos en la madrugada, después de hornear, comimos y Kazemaru me ayudó a limpiar todo. – Genda respondió esta vez por el defensa, le daba algo de pena que estuviera en un interrogatorio, cuando fue cosa de dos – Le ofrecí quedarse a dormir, porque me preocupaba que se fuera muy tarde a casa. Tenemos varios cuartos para huéspedes.

    -...-

    -...-

    Hubo un carraspeo por parte de Kageyama, ya que se formó un silencio. Por lo que escuchó, asumía lo que pasó por las cabezas de dos de los titulares.

    -Pronto terminará el descanso, regresen a su salón. - Fue la despedida que les dio.

    Fudo y Sakuma, parecían analizar todo, así es que Genda comenzó a recoger lo que habían llevado y Kazemaru lo ayudaba, mientras esperaba a que reaccionaran.

    Cuando estaban por levantarse, escucharon un leve maullido, llamando la atención de todos. Un gato negro con ojos azules se acercó a Genda y comenzó a restregarse contra él.

    Sakuma y Kazemaru, vieron a Fudo ponerse en guardia. Y Genda comenzó a acariciar a la criatura.

    -¿Y ahora qué pasó? – cuestionó Sakuma.

    -Gatos hipócritas... - masculló Fudo y se dio la vuelta - ¿Qué esperan? El salón está lejos.

    Genda y Kazemaru se despidieron del gato, brindándole unos cuantos mimos, Sakuma trató de hacerlo también, pero terminó aruñado y no entendía el por qué. Si el gato se veía tan cariñoso con los otros dos... entendía que no le agradara Fudo, pero ¿él que hizo, para caerle mal a un gato?

    Los cuatro ingresaron a las instalaciones y de dejaron guiar por Kazemaru, ya que Fudo no recordaba del todo bien el camino. Sakuma y Genda, no sabían ni siquiera cómo habían llegado ahí.

    -Kazemaru. – llamó Fudo, haciendo que el guía volteara a verlo – Cuando dijiste que quedaste con ganas de más...

    - Me refería a más postre. No suelo comer muy seguido cosas dulces, pero a veces se me antojan.

    El ojiverde asintió y el silencio se volvió a apoderar del lugar.

    Fudo parecía molesto y Sakuma pensativo.

    Genda miraba extraño a esos dos, luego del interrogatorio que le hicieron a Kazemaru. No sabía por qué estaban así, pero se le ocurrió que podía aligerar el ambiente con un ofrecimiento – La próxima vez que horneemos algo, están invitados a unirse. Hay espacio por si se quieren quedar a dormir también.

    Kazemaru sonrió ante la idea y Genda parecía sumamente feliz de tenerlos a todos en casa.

    Sakuma y Fudo solo miraban a esos dos con un tic en el ojo.

    ¿Qué tan inocentes podían llegar a ser?

    ¡Nadie puede hablar con tanto doble sentido y no caer en cuenta de aquello! ¡NADIE!

    Pero parece que habían subestimado la inocencia de Kazemaru Ichirouta y el despiste de Genda Kojiro... lo bueno del caso, es que sabían que no había pasado nada entre ellos dos. Lo malo, es que quedaron como dos locos histéricos.

    Sakuma sabía que Genda no le haría nada a Kazemaru, si este no le daba el permiso.

    Y Fudo sabía que Kazemaru era demasiado inocente como para pedirle algo así a Genda o a cualquiera.

    El dúo suspiro dando a esos dos como un caso perdido.

    -Gracias por la oferta Genda. – respondió Sakuma, no quería ser grosero y rechazar el ofrecimiento.

    - Si nos quedamos a dormir en casa de Genda, me pido el cuarto con Kazemaru. – dijo Fudo y aquello bastó para enojar al capitán.

    Regresaron las típicas peleas y gritos entre ellos, la tregua había terminado oficialmente. Para alegría y tranquilidad del portero y el defensa, era mejor que mantuvieran su guerra diaria a tener que verlos hacer equipo por conspiraciones inventadas.

    En medio de los gritos, sonó la campana indicando el inicio de la siguiente hora.

    -¡A correr! – gritó Genda.

    Y así los cuatro regresaron a su rutina de siempre.

    Fin...
     
    Top
    .
0 replies since 20/2/2020, 02:13   168 views
  Share  
.