¿Novio o Novia? Lo que tú quieras que sea (EXTRA) (FIC FINALIZADO)

Kai x Chiaki (omegaverse)

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Tem-chan
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Diosa del amor yaoi!
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    1,358
    Location
    En un mundo perfecto con mucho yaoi y gente buena :) <3

    Status
    Offline
    Hola! Que tal? Alguien lee esto? Bueno, por si acaso aviso.

    En este capítulo aparece un nuevo punto que no había salido en la historia, espero que os guste!!
    ----------------------------------------

    Capítulo 5


    Kai estaba aburrido en su casa, así que como siempre había decidido ir a pasar el día con su novio. Estuvieron jugando a videojuegos en la play durante toda la mañana. Era algo que habían hecho desde pequeños y les entretenía. Después de jugar durante varias horas decidieron que era hora de descansar. El moreno se sentó en la cama apoyándose con la espalda en un cojín, y Chiaki aprovechó para poner su cabeza en el regazo de este. Notó como una mano de su novio le acariciaba su largo cabello y cerró los ojos, disfrutando del contacto. Le gustaban esas muestras de cariño por parte de Kai.
    ―¿Sabes? Creo que tendríamos que ir a comprarte más ropa de chico.
    ―¿Por qué?
    ―Tienes poca, y dijiste que en la universidad vestirías como un chico.
    ―Es cierto, pero…
    Chiaki apretó un poco su mano en la rodilla de Kai, sabía que el moreno tenía razón, pero le costaba hacerse a la idea. De reojo miró hacia su armario donde pudo ver, colgando, el vestido que llevaba el día anterior. Le ponía triste el pensar que esa etapa acababa. Le gustaba vestir como chica y siempre se sentía feliz cuando los chicos lo miraban. Se había esforzado mucho por aprender todo lo necesario y ahora, tenía que cambiar de nuevo. Entendía que su cuerpo había cambiado, ya no era tan femenino como antes, y no quería cambiar de sexo. Había leído que los cambios de sexo producían cambios en las hormonas y eso a veces afectaba al apetito sexual. Eso le preocupaba y tampoco quería perder su miembro. Le gustaba cuando Kai jugaba con él. Sólo le quedaban las operaciones y el moreno se había negado a que se las hiciera.
    ―No te deprimas Chiaki, ya verás que irá bien.
    ―Se me hace extraño.
    ―Hay ropa para chicos que no está mal.
    ―Pero no es sexy ―respondió este― no me verás con los ojos de siempre.
    ―Eso no es cierto, tú siempre te verás sexy para mí, o ¿Es que yo no te lo parezco?
    ―Nunca he dicho esto.
    Chiaki se giró para mirar hacia arriba y poder ver a su novio directamente, para él su novio era el chico más guapo del mundo. Tal y como debía de ser. Kai siempre le decía eso “para mí tú eres el chico más guapo” y entendía ese pensamiento porque él opinaba lo mismo de Kai. Le parecía un poco extraño que Kai pensara eso de él, el castaño se veía simplemente como un chico afeminado sin más.
    ―Me imagino que no quieres, y creo entender el porqué, pero es tu decisión.
    ―Lo sé.
    ―¿Quieres cambiarla?
    ―No ―dijo con la voz apagada volviendo a cambiar de posición― tengo que aprender a ser un chico.
    ―No es muy difícil, a decir verdad, simplemente tienes que seguir el instinto.
    ―Instinto…
    Chiaki no acababa de entender a que se refería su novio, ¿Qué tenía que ver el instinto con ser un chico? No quería preguntar en estos momentos, quería dejar de hablar sobre ese tema, le ponía triste hablar de eso. Aún no se había hecho a la idea de que debía volver a ser un chico. Llevaba muchos años como chica, a pesar de haber nacido como un chico. No entendía muy bien por qué no quería vestirse de chico, si realmente él no se veía como una chica. Ya no tenía miedo. En estos momentos llevaba puestos solo un pantalón corto deportivo y una camiseta de manga corta. No iba arreglado ni llevaba puesta ropa femenina y se sentía cómodo.
    ―No me entiendo ―dijo en voz alta para que el moreno lo escuchara―ahora mismo estoy vestido con ropa de chico y estoy tan tranquilo. En un principio me vestía como chica por ti, pero en casa siempre he llevado pijamas de chico. Cuando tú me ves vestido de chico no me importa, pero en la calle me siento desnudo.
    ―Es falta de costumbre, cuando sueles llevar un tipo de ropa, el día que no lo llevas te sientes raro. Llevas muchos años vistiendo como chica y ahora te es raro ir de chico, simplemente.
    ―¿Tú crees?
    ―Sí, pero es cierto que te miran mucho.
    ―¿Verdad? ¿Se me ve raro?
    ―Yo diría que más bien es que te queda demasiado bien.
    ―¿A qué te refieres? ―preguntó Chiaki un poco confundido.
    ―Que te ves tan guapo que la gente no puede evitar mirarte.
    ―No creo que sea eso…
    ―Yo sí lo creo, por qué es lo que he visto.
    Por mucho que el moreno le dijera esas palabras, él no podía ni imaginarse que fueran ciertas. No podía creer que los chicos y las chicas le mirasen tanto por ser guapo. Él no era guapo, al menos en su opinión. Era más bien del montón. No dijo nada más al respeto. Si Kai lo pensaba así, intentaría creerlo. Le hacía feliz que el moreno pensara, que era tan guapo como para que la gente se le quedara mirando. Aunque él tenía claro que solo quería que lo mirara Kai.
    ―¿Cuando quieres que vayamos a mirar ropa? ―preguntó finalmente el moreno rompiendo de nuevo el silencio― aún es pronto, podríamos aprovechar la tarde.
    ―A-Ahora… ¿Y la comida?
    ―Después de comer, no tenemos prisa.
    ―Bueno…
    Chiaki no parecía muy convencido pero el moreno lo decía por él. Estaba acostumbrado a obedecer lo que le dijera su novio y no le molestaba, pero ahora le parecía un poco precipitado todo. Kai sonrió y acercó un poco su rostro, para depositar un beso en la cabeza del castaño. Le parecía muy tierno su novio, y no podía evitar pensar en eso, en momentos como este.
    Finalmente les llamaron para comer. Tuvieron una comida tranquila junto a los padres del castaño, y avisaron de que irían de compras. Cuando comentaron que sería ropa de chico para Chiaki se pusieron tan contentos que accedieron a darles una cantidad de dinero que ayudara a poder comprar algo más. Desde siempre la pareja había estado muy preocupada por su hijo. Ellos sabían por qué el castaño había decidido hacerse pasar por una chica. Todo era culpa de Kai. Por su culpa su niño se había vuelto un travestido.
    ―Me alegra tanto que por fin hayas dado el paso ―decía la madre más feliz que nadie.
    ―Bueno…
    ―¿Que te pasa hijo? ―preguntó su padre quien notó el tono de voz del castaño.
    ―Aún no estoy convencido del todo, tengo algo de miedo ―respondió Chiaki mirándolos algo triste― pero dice Kai que él me apoyará en mi decisión y que me ayudará, realmente ha sido idea suya.
    ―¿De Kai? Pensé que le gustaba que vistieses como chica.
    ―Y me gusta, pero también me gusta cuando viste como chico, a mí Chiaki me gusta por él mismo y no por la ropa que lleve.
    ―Oh, que bonito ―dijo la madre emocionada.
    ―Espero que me lo cuides bien, siempre ―añadió el padre conmovido por esas palabras.
    ―Por supuesto.
    Con estas palabras los padres del castaño dieron a entender que aceptaban, por fin, plenamente a Kai como pareja de Chiaki. Hasta el momento, a pesar de ser buenos con él habían tenido alguna que otra duda sobre el moreno. Los dos chicos eran amigos desde pequeños, siempre habían estado juntos y se llevaban muy bien. No tenían nada en contra del moreno, pero les costaba hacerse a la idea de que su hijo hiciera tantos cambios por él. Habían aceptado que ambos fueran pareja, porque no había más remedio, pero en estos momentos estaban aprobando su relación. Habían aceptado que la relación era como la suya, que los niños se querían. Y es que llevaban muchos años jugando a ser novios, según su manera de verlo, y parecía que iban en serio. Ahora que estaban por empezar la universidad, ya podían tomarse las palabras de los chicos más en serio.
    ―Me alegra que os queráis tanto, espero que seáis muy felices juntos ―agregó la madre unos momentos más tarde― no pensé que duraríais tanto, pensaba que era un juego, pero veo que no. Así que espero que esta relación no acabe pronto.
    ―No acabara pronto, mama, estoy seguro de que este amor es para siempre.
    Chiaki se veía muy confiado con sus palabras, eso reconfortó un poco a Kai quien a veces se preocupaba por este tema. El castaño era algo miedoso y por algún motivo solía pensar en negativo en estos aspectos. Era algo bueno que por fin viera la relación como algo seguro. No parecía tener dudas ni miedos, al respeto. Kai asintió con una sonrisa orgullosa. Y con esto acabó la conversación y también la comida, así que se fueron a la habitación del castaño para que este pudiese cambiarse de ropa. Chiaki se vistió como un chico, con la poca ropa que tenía de este estilo y salieron de la casa.
    ―¿Puedo cogerte de la mano? ―preguntó Kai, algo dudoso.
    ―Estoy como chico…
    ―¿Y?
    ―¿Y si te ve alguien conocido?
    ―A mí no me importa.
    ―Pero…
    ―Si ahora vas a vestir como chico siempre, ¿significa que no podré volver a cogerte de la mano?
    ―No…
    ―Chiaki, dame la mano ―le ordenó Kai, al final.
    El castaño obedeció y le dio la mano algo avergonzado. Kai sonrió y se acercó al chico para darle un beso en los labios. Chiaki se sonrojó y se separó antes de mirar hacia todos lados por si acaso. Al moreno le dieron ganas de reír, pero se contuvo para no molestar a su chico, el cual parecía estar un poco susceptible. Caminaron por la calle camino al centro comercial. Era el mejor lugar para comprar casi todo lo relacionado con ropa. No había demasiadas tiendas por el vecindario y las pocas que había tenían ropa para personas mayores.
    En el centro comercial fueron a la zona de ropa de chico, como ropa interior sí tenía, fueron directos a las otras secciones. Se separaron un poco para mirar la ropa que había y que ellos creían que le quedaría bien a Chiaki, cuando unos chicos se acercaron al castaño. Este los miró un poco confundido al ver lo cerca que estaban de él. Eran dos y le sonreían de una manera que él conocía muy bien. Era la misma sonrisa que ponía Kai cuando pensaba en algún juego.
    ―Hola, guapo, ¿te gustaría dar una vuelta con nosotros?
    ―Esto… yo… estoy con alguien.
    ―¿En serio? Entonces, solo tienes que decirle que se venga con nosotros o que se vaya.
    ―No puedo hacer eso, él es…
    ―Oh, vamos, solo queremos pasar un rato contigo.
    ―¡Chiaki, ven! ―escuchó que le llamaba Kai.
    Aprovechó eso para salir corriendo hacia su novio y esconderse un poco detrás de él. Los dos chicos no se dieron por vencidos y lo siguieron. Se quedaron delante del moreno y fruncieron el ceño. ¿Quién era ese chico que le daba órdenes a esa belleza? Al parecer no estaban de acuerdo con eso. Así que se encararon con él y se pusieron algo chulitos.
    ―¿Y tú quién eres, eh, feo? ¿Quién eres para decirle a esta belleza lo que tiene que hacer?
    ―Soy su novio.
    ―Ja, como si me fuese a creer que alguien tan vulgar como tú es su pareja.
    ―Es la verdad.
    ―No puede tener tan mal gusto, así que vete de aquí y déjanoslo a nosotros.
    ―Chiaki no es un objeto, y él no quiere ir con vosotros. Lo estáis asustando.
    ―Eso es porque no nos conoce. Vamos, feo, aparta de nuestro camino y no seas tan arrogante. Él necesita a alguien mejor, alguien más bello y que esté a su nivel… ―el chico calló de repente y se puso la mano en la mejilla― Pero ¿qué? ¿Cómo te atreves a darme una bofetada?
    ―No voy a consentir que sigáis insultando a Kai ―dijo Chiaki interponiéndose entre esos chicos y su novio― Kai es maravilloso como persona. Lo importante está dentro y aunque vosotros digáis que es feo, para mí es el más guapo del mundo.
    ―Chiaki.
    ―Yo lo amo, así que no tenéis nada que decir ni nada que ofrecerme que sea mejor que él. Iros.
    ―Serás zorra.
    Dicho esto, los dos chicos se fueron, dejando solos a la pareja. Después de tanta adrenalina los dos estaban algo temblorosos. No era algo habitual. Chiaki solía atraer a gente, pero nunca a chicos tan insistentes. Por lo general aceptaban rápidamente la derrota cuando el castaño se abrazaba a él. Kai abrazó a Chiaki por la espalda y se quedó un rato así. Luego se separó y buscó la mirada del castaño.
    ―Gracias, Chiaki, has estado muy varonil.
    ―Solo me he movido por instinto, no he podido dejar pasar lo que decían de ti.
    ―Veo que te estás convirtiendo en todo un hombre.
    ―Gracias, supongo.
    ―Yo también te amo, Chiaki.
    Lo cogió por la nuca justamente en esos momentos y le dio un beso en los labios al chico. Le había gustado como lo había defendido de esos chicos y las palabras que había dicho. Cada día se sentía más afortunado de tenerlo a su lado. Y con esas palabras tan varoniles le había sonrojado y le había hecho muy feliz. Le tocaría acostumbrarse a ese otro Chiaki. Otra vez le vino a la cabeza la posibilidad de que el castaño fuese el seme en alguna ocasión, quizás no sería mala idea si se veía tan genial como en estos momentos.
    ―Vamos a seguir con la ropa.
    ―Vale.
    Pasaron la tarde así, mirando ropa y comprando lo que creyeron necesario. Después de ese incidente todo había ido normal, sin más problemas. Habían decidido que era suficiente y habían ido a tomar algo antes de regresar a casa. Estaban algo cansados después de tantas emociones. En un momento determinado de la tarde Kai tuvo un mal presentimiento. Algo iba a ocurrir fuera de lo normal. Y así fue, poco a poco empezó a sentir calor por el cuerpo, su corazón latió más rápido y fuerte, tanto que hasta dolía un poco. Le faltaba aire y su respiración empezó a agitarse. Llevó sus manos a su pecho y se encogió un poco en su silla.
    ―¿K-Kai?
    Chiaki en seguida notó esos cambios. Su cuerpo estaba viéndose afectado por esos mismos. Su corazón empezaba a latir más rápido por la excitación que le estaba provocando el olor de Kai. Su cuerpo estaba empezando a estremecerse ante esas sensaciones y notaba las ganas que tenía su cuerpo de acercarse al otro. Su racionalidad le decía que debía ir con cuidado, que no debía dejar que ese olor le afectase, pero no podía resistirse. Esa racionalidad, poco a poco, iba desapareciendo y la excitación ganaba terreno.
    ―Mierda ― se quejó levantándose de su silla y acercándose a Kai, quien no lo miraba― lo siento.
    Chiaki había pasado cerca de alguno que otro omega en celo, no era la primera vez, y aunque con todos había reaccionado bastante, hasta el momento había podido controlar un poco sus instintos. Muchos Alpha le habían dicho que era bastante tolerante y tenía mucho aguante. A pesar de todo, en estos momentos su instinto de Alpha, le estaba diciendo esas palabras que él no quería escuchar. Sabía que en algún lado de su ser tenía muchas ganas de hacerlo, pero siempre había reprimido eso. Él quería que Kai decidiese, quería complacerlo y no forzarlo.
    ―”Fóllalo. Viólalo. Embarázalo. Muérdelo.” ―esas eran las palabras que resonaban en su mente mientras él intentaba negarse a sus impulsos.
    ―¿Chiaki? ―escuchó la voz de su novio que le llamaba.
    Intentó volver a encontrar su racionalidad, la encontró durante unos segundos, cuando pudo ver la cara asustada del moreno. Se quedó quieto unos momentos, hasta que al final con ambas manos se dio un manotazo en sus mejillas, dejándolas rojas. Quizás no era suficiente, pero esperaba que sirviese un poco. Cogió las bolsas de ropa y la mano de Kai. Esta vez le tocaba a él arrastrar a su novio por las calles.
    A Kai le habían dicho que era omega cuando se había hecho la prueba, pero no le llegaba el celo. Tenía casi 18 años y aún no había tenido su primer celo. Todos pensaban que quizás era un error y que en vez de omega era beta. Sus padres eran betas, así que no sería extraño. Ahora se daban cuenta de que no había sido un error. Simplemente había tardado mucho en tener su primer celo. No sabían el porqué, pero cada persona era un mundo y no todos eran igual de rápidos para las cosas. A veces hay personas que se desarrollan más pronto y otras más tarde. Simplemente Kai había sido más lento que la media.
    Hasta el momento habían vivido normalmente sin preocuparse. Chiaki era fuerte y resistía el celo de los omegas mejor que otros Alpha y Kai aún no había tenido su primer celo. Como Alpha, sabía que algún día llegaría este momento y que sería más duro que normalmente. No era solo el celo de Kai, estaban sus sentimientos. A pesar de hacer el rol de uke, había pensado en ser el seme en alguna ocasión. Como Alpha sabía que eso era lo normal. Normalmente un Alpha nunca decidía ser uke de un omega, pero él amaba tanto a Kai que eso no le importaba. Y se sentía muy bien ser el uke. No tenía ningún orgullo que salvar. Era una entrega voluntaria por amor.
    En estos momentos su mente era completamente contraria a esta voluntad. Le decía que debía de follar y embarazar a Kai. Tenía que morderlo y hacerlo suyo de por vida. Siempre le habían dicho que no debía de morder un omega en celo. Que eso significaba un cambio radical en la vida del pobre omega. Él no quería hacerle eso a Kai, aunque no entendía todas las implicaciones posibles a esas palabras. Tenía que resistir, aunque fuese difícil.
    ―Lo siento, Kai, me está costando… Mi celo… tu celo…
    ―E-está bien, yo estoy escuchando u-una voz que me di-dice que quiero qu-que me folles y me embaraces… Chiaki…
    Esas palabras fueron una tortura para el castaño. Él estaba pensando en no hacer nada que Kai no quisiera, pero en estos momentos, el moreno le estaba diciendo que quería. Desde luego, era cosa del celo, pero él también había entrado en celo por culpa de Kai e iba muy caliente. No se lo estaba poniendo fácil. Estaba preocupado porqué sabía que si lo hacía en este estado no podría controlarse. El moreno no estaba acostumbrado a ser el pasivo si lo violaba en este estado podía hacerle daño. Chiaki no quería eso. Él sabía que su misión como novio era llevarlo a casa y alejarse de él hasta que se le pasara, lo sabía y era lo que quería hacer, aunque su cuerpo y su mente en estos momentos no estaban totalmente de acuerdo.
    ―N-no te haré nada, no en este estado…
    Había dicho esto, pero no estaba seguro de poder cumplir tal cosa. Tenía muchas ganas de hacerlo. Quería follarlo duro hasta que no pudiesen más. Y su racionalidad de nuevo se iba perdiendo. Esas bofetadas habían perdido su efecto. Necesitaba algo más que le distrajera de sus instintos. Cuanto lamentaba no tener un supresor en esos momentos, al menos le sería un poco más fácil aguantar y soportar ese dulce olor. Ese aroma que en estos momentos lo estaba volviendo loco sería más controlable, más pasable.
    ―E-está bien si eres t-tú…
    ―No lo está… te protegeré, Kai, incluso de mí mismo ―le respondió el castaño con esfuerzo.
    Chiaki se había mentalizado para ese momento, él mismo había imaginado la escena y se había dicho lo que tenía que hacer. Que debía de resistir y como debía de proceder en ese momento. Pero ahora lo que estaba viviendo, notaba que era más difícil de hacer que de imaginar. Ese olor, ese instinto, esos pensamientos. El celo tanto de omega como de Alpha, se estaban mezclando y le hacían perder la cordura por completo. No podía creer que realmente las cosas estuvieran siendo tan difíciles. Con los otros omegas no le pasaba tan fuerte. Sabía que era porque era Kai. Había su amor metido en todo esto. No solo era el instinto de Alpha que le hacía querer follar a un omega, era el amor que sentía por Kai, quien también estaba en el juego. Estaba siendo realmente complicado, pero lo iba a conseguir. Por Kai, justamente por ese amor que sentía por el moreno, lo haría. Protegería al chico, de todos, incluso de sí mismo.
    Después de lo que les pareció una eternidad y después de que Chiaki se diera algunos golpes más para poder llegar a casa sin violar a su novio, ambos llegaron a su destino. Chiaki dejó a Kai en casa con sus padres y él se encerró en su habitación sin dar ninguna explicación a sus padres. Estos estaban algo preocupados por cómo había llegado el castaño más no dijeron nada. Este solo buscó un supresor de celo y se lo inyectó rápidamente en su pierna. Se tumbó en su cama y esperó que hiciese efecto y se le pasara el celo.
    Por otra parte, Kai, fue llevado a su habitación por sus padres. En estos momentos su excitación era demasiada. La madre del moreno fue en busca de los medicamentos para omega que tenía guardados. Ya no se lo esperaba, era un celo muy tardío así que lo había guardado en algún cajón y no recordaba cual. Finalmente, después de mucho rebuscar lo encontró y se lo dio a su hijo. Ahora solo quedaba esperar que se calmase un poco. No era fácil. Ninguno de ellos lo habían vivido en sus carnes, pero no por eso estaban desinformados sobre el tema. La madre de Chiaki era omega, al fin y al cabo. Al saber que Kai también lo era le habían preguntado varias cosas para poder saber que hacer en un futuro. Por suerte el celo entre familiares de sangre no tenía ningún efecto y menos en betas.
    Continuará...
     
    Top
    .
17 replies since 19/6/2020, 14:23   155 views
  Share  
.