¿Novio o Novia? Lo que tú quieras que sea (EXTRA) (FIC FINALIZADO)

Kai x Chiaki (omegaverse)

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Tem-chan
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Diosa del amor yaoi!
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    1,358
    Location
    En un mundo perfecto con mucho yaoi y gente buena :) <3

    Status
    Offline

    Capítulo 10


    Habían pasado unos meses desde que habían iniciado la universidad. Chiaki estaba en la facultad de Psicología, la cual estaba junto a la de Filosofía y Letras. Para llegar a ella el castaño se bajaba una parada antes que Kai. La universidad era la suficientemente grande para tener varias paradas de tren por todo el campus. También había un transporte de bus para desplazarse de una facultad a otra o para llegar del tren a una facultad, según la ruta que fuese mejor a cada persona. Los primeros días Chiaki se había perdido un poco por la facultad. Ahora empezaba a conocerla mejor, aunque a veces aún se perdía un poco cuando tenía que ir a algún sitio nuevo.
    Ese día, después de dar varias vueltas acabó en la cafetería de la facultad de Filosofía y Letras. Era la primera vez que iba allí. Normalmente, con sus compañeros de clase solía ir a la de Psicología. Estaba sólo y aburrido y había decidido dar una vuelta. Kai no estaba disponible en ese momento, ya que tenía clases. Había visto que coincidían en algún descanso que otro y aprovechaban para quedar. Uno u otro iban hacia la otra facultad con el bus. Al principio había sido un poco caótico, pero ya se habían acostumbrado después de unos meses de rutina.
    Se notaba un poco extraño aún con su ropa de chico. Todas las personas que le habían conocido en la universidad le habían visto sólo con ropa de chico y eso le ayudaba un poco, pero seguía notando muchas miradas en él. Se seguía preguntando porque le miraban tanto. ¿Sería que se veía raro con esa ropa? Kai le había dicho que se veía demasiado bien. Debía creer en sus palabras. Suspiró. A pesar de todo se sentía incómodo tener tantas miradas puestas en él. No le gustaba ni tampoco lo entendía. ¿Qué ganaba la gente con verle tan fijamente?
    En un principio pensaban que no podrían verse casi nunca, pero habían encontrado la manera de verse de vez en cuando a horas perdidas y hasta algunos días podían regresar juntos a casa. El castaño estaba feliz por ello. Kai era más independiente y no parecía preocuparse tanto por el tema. Le alegraba poder ver a Chiaki, pero no le preocupaba tanto pasar un tiempo sin verle. Había otras cosas para hacer. Estudiar para el futuro, por ejemplo.
    Mientras pensaba en todo eso, Chiaki notó algo extraño en su persona. Un sentimiento que nunca había experimentado y que había llegado repentinamente. Primero un dolor en el pecho y unas fuertes palpitaciones. Después un leve temblor y un calor que se iba extendiendo por su cuerpo. Decidió salir de allí e ir a tomar un poco de aire. Justo en la parte trasera de la cafetería había una salida hacia unos jardines así que se dirigió hacia allí y se sentó en una zona de hierba que no estaba ocupada. Respiró con calma y notó que todas esas sensaciones se calmaban.
    ―¿Qué ha sido esto? ―se preguntó a sí mismo cuando estuvo más calmado.
    Era Alpha así que no podía ser un celo. ¿O sí? Una vez había leído que muy de vez en cuando los Alpha también podían entrar en celo. En esos momentos, necesitaban el cuerpo de un Omega para calmarse. ¿Por qué de repente parecía que estaba a punto de entrar en celo? No tenía claro si realmente era un celo o no. Él no había necesitado el cuerpo de un Omega para calmarse, ni había tenido sexo con un Beta ni con nadie. Solo se había dedicado a respirar y mantener la calma. Eso le había funcionado.
    ―Un Omega en celo ―se escuchó que decía alguien por los alrededores.
    ―¿Un Omega? ¿Qué hace un Omega en la universidad? ―se escuchó otra voz.
    ―Seguro que es un error.
    Chiaki miró a su alrededor algo preocupado. Nadie se estaba refiriendo a él, como era lógico, pero no dejaba de preocuparle. No podía ser Kai, él estaba en clase y no le tocaba su celo todavía… Aunque… ¿Y si era él? Mejor asegurarse por si acaso. Se levantó del suelo y se acercó con precaución. Al ser Alpha tampoco podía ir sin más. Buscó un inhibidor que tenía en la mochila por si acaso y se lo inyectó en el brazo. Después se acercó hacia la multitud. Cuando vio a un chico rubio arrodillado en el suelo su cuerpo volvió a tener esa extraña sensación. Y sin poder evitarlo se acercó al chico y se lo llevó lejos del gentío. Escuchó algunas voces que se quejaban o que se lo querían impedir, aunque ante su mirada todos se callaron y le dejaron hacer. Al parecer no había muchos Alphas por la zona. Todos por allí eran Betas en esos momentos.
    Una vez estuvieron en un sitio más íntimo sacó otro inhibidor, este para Omegas, que llevaba por si Kai lo necesitaba y se lo inyectó en el chico rubio. Este le miró un momento y sus ojos verdes toparon con los de Chiaki. El castaño notó como su cuerpo reaccionaba intensamente, mucho más de lo que había reaccionado con Kai. Tragó saliva e hizo un esfuerzo por desviar la mirada y apartarse de él. Al estar al aire libre las feromonas del celo del rubio no le afectaban tanto, se dispersaban en el aire, pero a pesar de todo eran fuertes en él. No recordaba haber reaccionado nunca de esa forma por ningún Omega en celo.
    ―Gracias ―le dijo el chico― me llamo Shun, ¿y tú?
    ―Yo soy Chiaki ―fue todo lo que pudo responder el castaño, aún sin mirarlo.
    ―Encantado ―se notaba por la voz que no estaba calmado del todo, el chico seguía excitado por el celo― Chiaki, creo que somos predestinados.
    ―¿Qué?
    ―No es mi época de celo… realmente nunca he tenido celos muy fuertes a pesar de ser Omega y con un poco de medicina iba tirando, pero ha sido verte y mi cuerpo ha reaccionado…
    ―Eso no significa nada ―le negó Chiaki al rubio.
    ―Aún con el inhibidor noto que no me estoy calmando, y eso es porque estás cerca…
    ―Entonces debería de irme. No creo en tus palabras, pero si por un casual fuese cierto, lo mejor es que me vaya.
    ―Es una opción. Puedes irte. Eres libre de hacerlo. Yo supongo que estaré bien.
    A pesar de toda esa charla Chiaki no se había movido de donde estaba. No quería dejarlo solo y que le pasara algo. Si estaba en celo no podría tener fuerza suficiente para poder huir o defenderse. Y a pesar de no haber muchos Alphas por los alrededores, si había Betas. A estos no les afectaba el celo, pero tampoco le hacían ascos a tener sexo con un Omega en celo. Se decía que era muy placentero incluso para los Betas.
    ―¿No te vas?
    ―No podría estar tranquilo pensando que alguien podría hacerte algo… Estoy en contra de las violaciones a los Omegas.
    ―Eres un buen chico ―Shun sonrió y meditó un poco sus palabras― entonces, no vas a querer hacerlo conmigo aunque yo esté de acuerdo, ¿no?
    ―Exacto, ahora mismo quien hablaría por ti sería el celo no tú, y de todos modos yo tengo pareja.
    ―Oh, ya sales con alguien… Qué pena.
    ―Te voy a llevar a un sitio donde puedas estar solo, aquí hay una biblioteca con salas para estudiar. Puedes quedarte en una hasta que te haga efecto el inhibidor. En cuanto te deje allí me iré y así podrás relajarte ―le respondió Chiaki simplemente.
    ―Eres un buen chico ―le volvió a decir el rubio incomodando un poco a Chiaki― me gustas.
    El castaño no respondió, pidió una sala de estudio y dejó allí al Omega antes de salir corriendo de la biblioteca ignorando unos avisos que le dieron los trabajadores del lugar. Solo quería huir de allí. ¿Quién era Shun? ¿Y por qué de repente aparecía en su vida y le hacía reaccionar de esa forma? ¿No solía ser casi imposible encontrar a la persona predestinada? ¿No era lo suficientemente extraño como para que se considerara un mito? ¿Entonces… porque aparecía el suyo cuando todo iba tan bien en su vida?
    ―Tiene que ser mentira, seguro que hay alguna otra explicación ―se dijo a sí mismo, esta vez en voz alta, mientras corría por el campus.
    Una música le hizo parar de correr y prestar atención. Era la alarma de su móvil que le recordaba que tenía que regresar a clase. Dio un suspiro y miró los alrededores para ver donde estaba. Por suerte al echarse a correr lo hizo en la dirección correcta. Se había acercado a sus aulas. Quizás su instinto le había llevado a correr hacia la parte que él conocía y consideraba “segura”.
    Le costó concentrarse en la clase, sus pensamientos iban de Shun a Kai y de Kai a Shun. No podía detenerlos. En su mente todo era un caos. Él amaba a Kai, pero su cuerpo había reaccionado muy fuerte ante la presencia de Shun. Ante el rubio había negado rotundamente el hecho de que eran destinados, pero realmente no lo veía tan claro. Él también lo había notado. Sus reacciones, su celo… Todo había sido por Shun. Nunca por Kai… aunque Kai tuviese su corazón, al parecer no podía conseguir esas reacciones en su cuerpo. Y al contrario. Aunque Shun no tuviese su corazón sí tenía ese poder para hacerle entrar en celo. ¿Qué significaba todo eso? Y otra pregunta más ¿Debía comentarle este suceso a Kai? ¿Cómo reaccionaría al saber que había encontrado a su destinado y de sus reacciones?
    ―”¿Y si me odia por ello? ¿Qué debería de hacer? Seguro que le molestara que me ponga tan caliente por otro… pero realmente solo quiero hacerlo con él… y no he hecho nada malo” ―se dijo a sí mismo, aun sabiendo que Kai no era de los que se molestaban fácilmente.
    Sin darse cuenta empezó a jugar con el pelo de su coleta, buscando una manera de distraerse. A pesar del inhibidor aún sentía su cuerpo caliente. Pensar en Kai no ayudaba. Al pensar en que quería hacerlo con él había recordado algunas cosas de las que habían hecho en el pasado y eso le había calentado aún más. Quería hacerlo con Kai. Era Shun quien le había hecho reaccionar, pero su cuerpo no mandaba, su corazón y su mente pedían a Kai. Que extraño le resultaba aquello.
    Consultó que día era y que horario tenía el moreno. Estaba de suerte era el día en que este salía temprano. Solo le quedaba una clase. Aguantaría hasta entonces. Cogió el móvil y le mandó un mensaje a su novio para decirle que se verían al acabar su clase. Sí, iba a saltarse sus dos últimas clases, no podría aguantar hasta entonces y luego se haría demasiado tarde para ver a Kai.
    “Kai, vendré a recogerte después de tu última clase”
    “¿Te pasa algo? ¿Y tus clases?”
    “Me las voy a saltar. Te necesito”
    “Si te encuentras mal puedo ir ya a buscarte”
    “No quiero que pierdas clases por mí, no te preocupes.”
    “Como no voy a preocuparme si me hablas de repente para decirme que me necesitas, Chiaki…”
    “Perdona”
    “No te preocupes. Salgo de clase y vengo ya a buscarte.”
    “Gracias”
    Cuando salieron de clase ambos se fueron a la parada del bus de sus respectivas facultades. Chiaki se excusó con sus compañeros de que no se encontraba bien y estos asintieron. Se sentó en el banco del bus y esperó a que Kai llegara a recogerlo. No tardó mucho, sólo un siglo, según la concepción del tiempo de Chiaki. Se notaba tan necesitado que todo se le hacía eterno. Sobre todo esperar a Kai. Se moría por verlo y por hacerlo suyo. Se notaba con la cabeza nublada e iba perdiendo la consciencia de sus actos poco a poco.
    ―Chiaki ―escuchó que le llamaba una voz muy conocida, así que levantó la cabeza y al ver al moreno se lanzó hacia él.
    Sin más lo arrastró hacia el baño más cercano, escuchando como su novio le hacía algunas preguntas extrañado por su comportamiento. No podía entender que estaba pasando. Chiaki tampoco estaba muy consciente de sus actos y mucho menos en condiciones de poder explicar lo que pasaba. Al llegar al baño se encerró junto a Kai en uno de ellos y lo asaltó. Lo besó sin previo aviso y empezó a besarlo dejándolo acorralado contra una de las paredes del baño.
    ―Chia-ki… ―dijo el moreno entre los fervientes besos de su novio― que… pasa…
    ―Te necesito ―fue la única respuesta que recibió― por favor.
    Kai notó en el tono de voz del castaño desesperación y suplica. No sabía muy bien que pasaba, realmente no tenía ni idea. Sólo sabía que algo no estaba bien con Chiaki. No parecía él mismo. Cuando acercó su mano hacia el miembro del castaño este estaba más duro que una piedra. No era normal que su novio perdiese la cabeza de ese modo. ¿Podía ser esto el celo de un Alpha? Él también perdía un poco la cabeza cuando estaba en celo. Si era cosa del celo Chiaki se calmaría en cuanto lo hicieran y se quedase satisfecho. Pero ese no era el momento.
    ―Perdóname Chiaki ―le respondió Kai antes de darle una bofetada.
    ―Eh…
    ―Chiaki, ¿Me oyes?
    ―¿K-Kai…? ¿Dónde estamos?
    ―Has vuelto en sí, menos mal. Así que me has hecho salir de clase porque estás en celo… ¿Te has inyectado el inhibidor?
    ―¿Ah? Sí, me lo he inyectado. Perdona.
    ―¿Crees poder aguantar hasta casa? Allí te dejaré hacerme lo que quieras.
    ―Lo intentaré.
    ―Y cuando te hayas quedado más tranquilo, tendrás que explicarme que ha pasado, ¿de acuerdo?
    ―Sí, perdona.
    ―Bien, entonces vamos rápido antes de que te dé por atacarme de nuevo.
    ―Lo siento…
    ―Está bien, está bien. No hace falta que te disculpes más. Además yo también tengo que disculparme por darte una bofetada. Lo siento.
    ―Me la merecía.
    Salieron del baño y regresaron a casa. Fue un camino largo y tortuoso, sobre todo para Chiaki, el cual estaba sufriendo intentando aguantar el celo. Fue todo un reto, pero finalmente llegaron a la habitación de Kai. Sus padres no estaban y podrían estar tranquilos y hacerlo sin ninguna preocupación. Kai tumbó a Chiaki en la cama y empezó a desnudarlo para empezar con la acción. Aunque antes de todo decidió coger el collar que Chiaki le había regalado. No sabía cuándo este podría perder el control de nuevo, como en la universidad.
    En cuanto lo tuvo puesto se acercó de nuevo a la cama y se puso entre las piernas de Chiaki para empezar a lamer ese miembro que estaba más que despierto. Escuchó unos suaves suspiros de placer por parte del castaño. Tenía un olor y un sabor fuertes de haber estado aguantando tanto rato. Y el miembro estaba ya húmedo de antes de quitarle la ropa.
    ―Veo que estás muy caliente.
    ―Lo siento.
    ―Deja de disculparte, ya te he dicho que no hay problema.
    Cogió un condón y se lo puso antes de seguir. Sabía lo que quería Chiaki. Ese día quería entrar en él, quería ser el seme, y no iba a oponer resistencia. De vez en cuando estaba bien cambiar. Las feromonas de Chiaki poco a poco le habían puesto algo cachondo. No era tanto como la reacción del celo del Alpha hacia el Omega, pero los Omegas también podían excitarse por un Alpha en celo. Y Kai poco a poco había ido reaccionando, se notaba muy poco pero Chiaki iba desprendiendo un leve olor que le excitaba. Estaba húmedo por atrás. Se sentía preparado. Así que simplemente se sentó encima de él y lo montó. El gemido de Chiaki al notarse dentro de Kai fue increíble. El moreno nunca lo había escuchado de esa forma.
    Al parecer activó alguna cosa más que el gemido, porqué de nuevo Chiaki perdió un poco el control. Sacó su miembro de Kai y dio la vuelta a las tornas. Dejó a Kai en la cama debajo de él. Le dio la vuelta para dejarlo de espaldas y en cuanto lo puso en 4 entró rápido y certero, aunque también con un poco de violencia. El moreno dio un fuerte gemido tanto de placer como de dolor. Fue una mezcla de sensaciones que hasta el momento no había experimentado. Chiaki solía tratarlo con mucho cuidado. En un momento determinado después de un rápido vaivén notó algo diferente y algo doloroso en su interior. Al principio no supo entender que era, pero al poco lo entendió. Chiaki lo había anudado.
    ―Chiaki… duele… ―se quejó un poco notando como ese vaivén seguía.
    El miembro de Chiaki se había agrandado de manera que impedía que saliera de su interior. Cuando eso pasaba los Alphas dejaban ir más semen del normal para dejar embarazado al Omega. El condón no aguantaría tal cantidad. Posiblemente ya se hubiese roto y todo. Unas pequeñas lágrimas de dolor salieron de los ojos de Kai. Era consciente de que ese dolor no acabaría hasta que Chiaki estuviese satisfecho y exhausto. Y también de que si él estuviera también en celo no le dolería, pero habría quedado embarazado en un 100% de posibilidades. A pesar del dolor, agradeció no estar en celo. No quería quedar embarazado y menos en este momento.
    Estuvieron así largo rato, Chiaki se corrió más de una vez, Kai solo una. El dolor no le ayudaba a sentirse excitado. Cuando finalmente todo pasó y Chiaki salió de su interior, Kai suspiró aliviado. El castaño se durmió en seguida, estaba agotado. Llevaba cachondo gran parte del día y después de todo ese sexo se había relajado. Kai vio cómo su novio dormía y decidió ir por una ducha. Notaba como su cuerpo dolía. Tanto por dentro como por fuera. Había sido tan intenso que le había dejado hecho polvo. Cuando le había dicho que podría hacer lo que quisiera con él no se esperaba que lo anudara sin siquiera avisar ni nada.
    Durante la ducha se fijó en que no había sangrado. Quizás era cierto que los cuerpos de los Omegas estaban hechos para soportar que los anudasen, aunque no dejase de ser doloroso. Salió de la ducha y regresó a la habitación donde estuvo observando a Chiaki. ¿Qué le habría pasado? Era muy extraño que un chico tan dulce como él se pusiera de ese modo. ¿Era ese el poder del celo de los Alphas? Realmente daba miedo. ¿Y por qué había tenido este celo? ¿Había sido por qué sí? ¿Había pasado algo que lo habría detonado? ¿Habría un ciclo de celo para Alphas?
    Demasiadas preguntas. Decidió buscar información por internet. Encontró varias respuestas. El celo de los Alphas podía llegar por varios motivos. Mucho estrés o ansiedad, la cercanía del Omega predestinado, falta de sexo por un muy largo tiempo… De todas las opciones que fue leyendo no había ninguna que le cuadrase con Chiaki. A no ser que hubiese conocido a su Omega predestinado. Eso no podía saberlo, pero era una opción muy poco probable. ¿Entonces? No tenían sexo tan a menudo como antes, por falta de tiempo. De acuerdo, se había reducido el número, pero lo hacían al menos una vez a la semana. Normalmente durante el fin de semana. Así que tampoco hacía tanto tiempo. Tampoco estaba estresado ni nada por el estilo. ¿Quizás había reprimido mucho sus pensamientos y preocupaciones y habían nublado su mente? ¿Quizás aún no se sentía cómodo del todo cuando vestía como chico? Todo era muy confuso y no podría tener nada claro hasta que el castaño despertara y se lo contara.
    Continuará…
     
    Top
    .
17 replies since 19/6/2020, 14:23   155 views
  Share  
.