¿Novio o Novia? Lo que tú quieras que sea (EXTRA) (FIC FINALIZADO)

Kai x Chiaki (omegaverse)

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Tem-chan
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Diosa del amor yaoi!
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    1,358
    Location
    En un mundo perfecto con mucho yaoi y gente buena :) <3

    Status
    Offline

    Capítulo 13


    En la universidad no era raro que en algunas clases los grupos se dividieran o juntasen con otros grupos. Eso se debía a que había muchos estudiantes de varias carreras que hacían la misma asignatura y los dividían por nombre y no por carrera. Y dependiendo de donde se hiciese y la capacidad de las aulas. Ese día se había dicho que harían unas conferencias y varias personas de varias carreras diferentes irían a ella. Se había convocado en el auditorio y se había llenado. Había mucha gente y también mucho ruido. Kai se sentía un poco incómodo con tanto jaleo. De por si era un chico bastante tranquilo, y ese tipo de ambientes le agobiaban. Por suerte cuando empezara la conferencia todo el mundo callaría. Las personas no le molestaban, pero si tanto ruido.
    Las luces, a excepción de las del escenario, estaban a media luz. Se veía un poco oscuro todo. Kai miraba enfrente hacia la mesa que había justo en el centro del escenario. Algunas personas ya estaban allí sentadas y otras estaban preparando sus cosas para cuando les tocara su turno. A su lado estaba uno de sus compañeros de clase, alguien con quien solía hablar a veces. Al otro lado había un asiento vacío donde había dejado sus cosas por el momento. De repente sintió un olor que le sobresaltó.
    ―¿Qué es este olor? ¿De dónde viene? ―se preguntó Kai, mirando a todos lados.
    ―¿Qué te pasa Kai? ¿Te has puesto nervioso de repente?
    ―No lo sé, noto un olor muy extraño… pero agradable…
    ―¿Un olor? ―le volvió a preguntar su compañero de clase.
    ―Sí, ¿Tú no lo notas?
    ―No noto nada ―respondió después de olfatear un poco el aire.
    ―¿Serán cosas mías?
    ―Kai, ¿Me dijiste una vez, que eres Omega, verdad?
    ―Sí, no lo escondo. Tampoco lo voy diciendo por allí, por eso…
    ―Ya, es que pensaba que quizás, eso del olor tuviese que ver con ello…
    ―¿Cómo si estuviera mi destinado cerca? ¿O hubiese un Alpha en celo? Creo que los Omega no reaccionamos como los Alpha al celo del otro… Lo sé, porqué mi novio se puso en celo el otro día y no reaccioné de ese modo. Sí es cierto que noté un leve aroma y que me excitó, pero este olor es muy penetrante y diferente.
    ―Será tú destinado…
    ―No puede ser, a mí no me interesa el tema… ¿Por qué tendría que aparecer de repente?
    ―Estas cosas pasan cuando pasan… ―le comentó este― ¿Tienes alguna idea de quien podría ser?
    Kai suspiró y negó con la cabeza. ¿Qué coño pasaba con ese destino tan cruel? ¿Primero el destinado de Chiaki y luego el suyo? ¿Era una broma o qué? Por suerte el aroma no estaba cerca y podía mantenerse cuerdo, por el momento. Una voz des del micrófono llamó su atención hacia el escenario. Empezaba la conferencia. Fue bastante normal, seguía notando ese olor y esa sensación de hormigueo, pero no le impedían concentrarse en la conferencia. Hasta que uno de los conferenciantes, un chico pelirrojo, que rondaba casi los 30 o eso parecía, se levantó de su asiento y empezó a hablar mientras caminaba por el escenario. En ese momento el aroma se hizo más fuerte y empezó a notar como su cuerpo se calentaba. Estaba seguro de que en esos momentos estaba desprendiendo un olor que atraería a los Alphas. Buscó su supresor de emergencia en su mochila y se lo inyectó en el brazo.
    ―¿Es ese hombre? ¿Un hombre que me lleva 10 años más o menos, es mi destinado? ―se preguntó a si mismo con algo de burla.
    Su cuerpo a pesar del supresor seguía caliente, no podía dejar de temblar y volvía a sentir esa voz que decía que quería quedar embarazado. Eso en el fondo le alegró. Significaba que no estaba embarazado del día que Chiaki lo anudó. El anticonceptivo había funcionado. Se lo había tomado a tiempo. Se sintió fatal al día siguiente, pero no arruinaron su futuro con un bebé a tan temprana edad. Dejando de lado ese pensamiento de alivio seguía teniendo un pequeño problema con un celo que había llegado de improvisto. Sus celos eran muy regulares y poco intensos. Nunca le habían causado problemas desde que tomaba sus pastillas. Pero ese día… estaba siendo una tortura.
    ―Creo que voy a salir, me llevo mis cosas. Perdona, ¿Luego me puedes pasar los apuntes?
    El chico que estaba a su lado asintió con la cabeza. Ya había notado algo raro en Kai, a pesar de ser Beta, podía notar los cambios en los Omega. El moreno le agradeció y salió lo más rápido que pudo. Ahora entendía perfectamente a Chiaki. Era mucho peor de lo habitual. El supresor no servía de nada. Tenía que ir a un lugar donde estar solo hasta que se le pasase todo esto, o hasta que pudiese ir Chiaki a recogerlo… No, quizás no era la mejor idea en estos momentos. Su novio se excitaría por sus feromonas y tendrían un problema quizás peor. Cogió su teléfono mientras buscaba un sitio donde esperar y llamó a la única persona en quien podía confiar en esos momentos.
    ―¿Kai, ha pasado algo? ―se escuchó la voz femenina casi al momento.
    ―Hola, Chio… Necesito que pases a recogerme, por favor. He entrado en celo y el supresor no me hace ningún efecto. No puedo regresar solo.
    ―Está bien. Cojo el coche y vengo. Cuando llegue te llamo, busca algún lugar donde puedas estar solo.
    ―Gracias, Chio, te debo una.
    Últimamente le estaba dando muchos problemas a la pobre mujer. Tanto por los efectos de la pastilla como ahora con el celo, o con la discusión con Chiaki de esa vez. Siempre estaba allí cuando la necesitaban y se lo agradecía, pero le sabía mal depender tanto de ella. Como sus padres trabajaban no podía llamarles, así que en momentos así Chio era como su madre. Finalmente encontró un sitio apartado, donde podía intentar calmarse. Respiró profundamente mientras esperaba la llamada de Chio y se distrajo como pudo. Parecía que poco a poco iba desapareciendo un poco esa fuerte sensación. Las voces pidiendo un Alpha no desaparecían, pero los temblores sí. Ya era algo.
    Cuando finalmente llegó la madre de Chiaki y lo subió al coche se sintió mucho mejor. Más tranquilo y para que mentir, con menos miedo. La tensión de estar solo en un lugar donde podría encontrarlo algún Alpha era aterradora. Se abrazó un poco a si mismo notando su cuerpo extraño, e intentando controlar algunos jadeos que querían escapar de sus labios. Notaba la mirada de reojo de Chio, cuando llegaban a algún semáforo, quería explicarle un poco que había pasado. Estaba seguro de que en estos momentos no era el celo, sino el supresor. Estos solían producir importantes efectos secundarios. Estaban hechos para emergencias cuando el celo era muy fuerte, para calmarlo rápidamente. Llevaban una gran cantidad de feromonas de Alpha que calmaban al Omega en poco rato. Los efectos secundarios eran algo así como cuando bebes alcohol, la resaca del día después, y variaban en cada caso.
    ―Chio, de nuevo te traigo problemas. Lo siento.
    ―Está bien. ¿Qué ha pasado?
    ―He encontrado mi destinado… realmente parece una broma… primero Chiaki encuentra el suyo y ahora yo encuentro el mío. Al menos ambos son hombres… Si hubiesen sido chicas, algo fallaría… ―dijo riendo un poco―. Ambos somos gays.
    ―Se supone que un destinado es casi imposible de encontrar.
    ―Eso he leído… pero… parece que no es cierto…
    Dicho esto Kai quedó inconsciente en el coche. Chio pensó que ese chico cada dos por tres estaba mal por algún tema relacionado con los medicamentos. No pudo evitar pensar que todo sería más sencillo si su hijo se hacía compañero de Kai de una vez. No era una decisión que tuviesen que tomar apresuradamente y menos después de que ambos encontraran su destinado. Quizás… sólo quizás… era una señal del destino que decía que no podrían ser felices juntos. La castaña dejó al chico en su cama, y volvió a repetir el ritual. Avisar a Akane y a su hijo. Aunque esta vez a Chiaki no le dijo nada hasta que ya acabó las clases. No quería que se escaqueara de la universidad de nuevo.
    ―Estos chicos… A ver qué pasará entre ellos a partir de ahora.
    Al cabo de unas horas Kai se despertó y se encontró en su cama. Tenía dolor de cabeza, simplemente. Se levantó un poco sintiendo que se encontraba mucho mejor. No tenía ningún síntoma del celo ni del supresor, solo un leve dolor de cabeza. Fue al baño y se lavó un poco la cara. Al salir escuchó voces y fue hacia allí. Encontró a Tooru y a Chio.
    ―¿Papa? ―preguntó al verlo allí.
    ―Hola hijo. Hoy mama tiene mucho trabajo y no puede venir pronto.
    ―¿Y tú?
    ―Ya he acabado por hoy. ¿Cómo te encuentras?
    ―Un poco harto, ya, de los medicamentos. Que si inhibidores, pastillas, anticonceptivos, supresores de emergencia… menos mal que no suelo resfriarme a menudo.
    ―Tienes que ir con más cuidado. Últimamente tienes muchos problemas, debes cuidar más de tu cuerpo.
    ―No es mi culpa. Ha aparecido de repente. Creo que se ha presentado como Eiden, al inicio de la conferencia… desprendía un olor… Aunque creo que él es un investigador que solo ha venido a hacer una conferencia hoy. Nunca había visto ese pelo rojizo por la universidad.
    ―Ya veo…
    ―No entiendo porque ha tenido que aparecer, la verdad… tampoco porque apareció Shun. ¿Es una especie de prueba? Porque si es así, pueden venir las pruebas que quieran que eso no cambiará mi amor por Chiaki.
    El temperamento tranquilo de Kai estaba desapareciendo poco a poco. Él mismo era consciente de que estaba perdiendo la compostura ante todos esos problemas. Su cuerpo y su mente empezaban a resentirse. Por fuerte que fuese no podía evitarse. Suspiró para encontrar algo de calma, al dejar salir todo lo que tenía en su interior. En estos momentos solo sentía que necesitaba ver a Chiaki. Su cuerpo ya estaba bien, no tenía ningún síntoma y era probable que no desprendiera ni olor ni feromonas. Miró la hora. Chiaki no debería tardar mucho en llegar. Su espera sería interminable. Lo necesitaba en ese mismo momento. Sabía que si lo veía se le pasarían todos estos sentimientos tan agobiantes.
    ―¿Chiaki sabe que estoy en casa?
    ―Sí, está de camino ―respondió Chio con una sonrisa.
    ―Gracias. Tengo ganas de verle y hablar con él.
    ―Es comprensible. Ve y descansa un poco.
    ―En verdad tengo hambre.
    ―Ahora te preparo algo y te lo traigo ―le dijo su padre― tu ve a descansar ―luego se giró hacia Chio y añadió―. Gracias por cuidarlo cuando estamos ocupados, ya puedo encargarme yo a partir de aquí.
    ―De nada, para eso estamos, para ayudarnos los unos a los otros. Y por el momento me iré a casa, entonces. Supongo que Chiaki vendrá directamente aquí, pero sino lo mandaré en cuanto llegue.
    ―Gracias, Chio ―le agradeció Kai de nuevo.
    Chio le sonrió y después de despedirse de nuevo se fue a su casa. Kai se fue a su habitación y su padre se puso a preparar algo de comida para el chico. Por otro lado, Chiaki estaba impaciente mientras iba de camino a casa de Kai. Le había escrito un mensaje, del cual no había obtenido respuesta alguna. Se preguntaba si el moreno aún no había despertado. Hasta que vio la luz parpadeante de su móvil.
    “No tardes mucho, te estoy esperando en mi habitación, tengo cosas que contarte”
    “Está bien. No tardaré mucho, ya, estoy casi saliendo del tren”
    “¡Genial!”
    “Hasta ahora”
    “Hasta ahora”
    De nuevo Chiaki acabó corriendo por la calle para llegar lo más rápido posible a casa de su novio. Parecía que últimamente era algo normal. Tanto que Kai se encontrase mal como que él tuviese que correr a su encuentro. Se preguntaba que le había pasado esta vez. Su madre solo le había dicho que había vuelto antes a casa porque no se encontraba bien, y que se había quedado dormido. No sabía nada más. Y que Kai quería hablar con él. Todo era muy extraño y estaba empezando a temerse lo peor. Después de que lo había anudado, él había tomado un anticonceptivo… ¿Y si no había hecho efecto? ¿Y si iban a ser padres? Eso les afectaría mucho en todos los sentidos. Tendría que tomar la responsabilidad. A los 18 años, en primer año de la universidad… iba a ser difícil. Tendría que trabajar y estudiar al mismo tiempo, sus padres seguramente ayudarían y su madre podría cuidar del niño mientras ellos estuviesen en la universidad o el trabajo…
    Se quedó quieto por unos momentos. No veía muy atractiva la idea en este momento. Había pensado en una futura familia con Kai, siendo él Omega, era posible y eso le parecía maravilloso, sí... En un futuro. Cuando todo fuese más estable en su vida. Ahora no era el momento. ¿Kai aceptaría abortar si se lo pedía? ¿Qué pensaría él al respeto? Kai… Empezó a correr de nuevo para llegar junto a él lo más rápido posible. Le había pedido que no tardase mucho, no podía quedarse quieto en ese momento. De todos modos, era algo que tendría que hablar y solucionar con él. No era una decisión que pudiese tomar unilateralmente.
    Cuando finalmente llegó a la puerta estaba sin aliento. Había corrido bastante rápido para saber qué era lo que pasaba realmente. Quería salir de dudas. Tocó el timbre mientras intentaba recuperar el aliento y le abrió el padre de Kai. Lo saludó y fue directamente a la habitación del moreno. Este al verlo le saludó y lo invitó a sentarse en la cama a su lado. Parecía aliviado de verlo. Chiaki no podía evitar sentirse nervioso e impaciente.
    ―Hoy he entendido que sentiste el día que encontraste a Shun.
    ―¿Cómo?
    ―En la conferencia ha venido un chico pelirrojo que parece ser mi destinado.
    ―¿Te ha hecho algo?
    ―No, de hecho, no hemos ni hablado. Me ha dado el celo por sus feromonas cuando ha empezado a hablar durante su conferencia y me he ido. He pedido a tu madre que viniese a buscarme y he vuelto a casa. Pero el supresor me ha dado una reacción adversa. Me he desmayado en el coche de vuelta a casa y no me he despertado hasta hace poco.
    ―Tu destinado… ―Chiaki bajó la cabeza.
    ―No empecemos con las dudas y las inseguridades, Chiaki.
    ―Ya, ya, lo sé. Ha sido la impresión. Perdona. ¿Cómo te encuentras ahora?
    ―Mejor, solo me duele un poco la cabeza.
    ―¿Qué harás?
    ―Nada, en principio no debería de verlo más. Solo ha venido para una conferencia.
    ―¿De verdad?
    ―Es un hombre 10 años mayor que yo, no creo que tengamos muchas cosas en común ―Kai rio un poco y luego miró a Chiaki― siento preocuparte tanto últimamente.
    ―No tienes que disculparte, la otra vez fue por mi culpa.
    ―En cierto modo me he alegrado de entrar en celo, porqué eso significa que no me dejaste embarazado la otra vez. El tema me tenía un poco preocupado.
    ―Yo también había pensado en esa posibilidad. Me estaba planteando que hacer si era eso de lo que me querías hablar.
    ―Ahora mismo sería una putada, la verdad, aunque no querría abortar, probablemente. Me siento aliviado de que no haya pasado. Quiero que podamos escoger el momento para tenerlo, cuando nos sintamos preparados para ello.
    ―Yo pienso igual, aunque no me alegra que hayas encontrado a tu destinado.
    ―¿A ti como te va con Shun?
    ―No he vuelto a verlo. No lo digas como si tuviésemos algo él y yo…
    ―Cómo estudiáis cerca no sé si os habéis encontrado por casualidad o no.
    ―No, he evitado ir por la zona de su facultad. Me voy hacia la dirección opuesta, la verdad.
    ―¿Y él no te está buscando?
    ―No lo sé, ni me importa. No tengo interés en él.
    ―Ya ―Kai miró fijamente a su novio y finalmente se decidió― ¿Podrías hacerme el amor?
    ―¿Eh? ―preguntó Chiaki algo descolocado por esa repentina pregunta.
    ―Se me ha pasado el celo por el supresor, pero no me siento aún tranquilo del todo, y hace mucho que no lo hacemos. Ya estoy perfectamente de la otra vez. Sé que te dije que no lo haríamos más hasta nueva orden, así que, me gustaría que lo hiciésemos.
    ―¿Quieres ser el uke?
    ―Hoy sí, quiero sentir cuánto me amas. Que me beses, que me abraces, que me toques y que me hagas sentir que soy solo tuyo. Por favor. ¿Lo harás?
    ―Por supuesto, que sí. Pero a la próxima me toca a mí ser el uke.
    ―Está bien, no te preocupes. La próxima vez te lo haré hasta que ya no puedas más.
    ―Me parece perfecto.
    Dicho esto, Chiaki recostó a su novio a la cama y lo besó en los labios tiernamente. Sus manos empezaron a acariciar su cuerpo suavemente, dejando leves cosquillas por donde pasaba. Kai se estremeció por las cosquillas y por instinto paró la mano de Chiaki. Era bastante sensible a las cosquillas. Después de eso la soltó y Chiaki siguió acariciándolo y jugando con su cuerpo mostrándole todo su amor en cada uno de sus actos. Sólo eso, reconfortó a Kai más que cualquier otra cosa. El castaño estaba dedicando toda su alma en hacerlo sentir bien y amado. No podía pedir más. Lo hicieron lentamente, disfrutando de cada momento, de cada toque y movimiento, hasta que no pudieron soportarlo más. Sus cuerpos pidieron cada vez más y tuvieron que acelerar los movimientos.
    Cuando ambos llegaron al orgasmo se quedaron juntos, abrazados mientras se seguían besando. No había sido tan brusco como otras veces, o como cuando Kai hacía de seme. Ambos quedaron satisfechos de todos modos. Kai pudo olvidarse de todo lo que había pasado ese día y Chiaki estaba feliz de haber podido compensar al moreno de algún modo. Sentía que poco a poco estaba enmendando su error de esa vez.
    Continuará…
     
    Top
    .
17 replies since 19/6/2020, 14:23   155 views
  Share  
.