Tu Recuerdo

A dos meses de su boda, Misaki no puede dejar de pensar en su primer amor. AkihikoXMisaki

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Prólogo

    Jamás pensó que se casaría, el matrimonio nunca había entrado en sus planes. Casarse le parecía un acto de fe que nunca había estado dispuesto a cometer. Misaki creía en el amor, por supuesto, pero pensaba que era algo muy poco probable, casi tan probable como ganar la lotería. El amor verdadero era muy difícil de encontrar y Misaki no aspiraba a ello pues nunca había tenido suerte. Aspiraba a la atracción física entre dos personas y al cariño que surgía a raíz de dicha atracción pero ni se le pasaba por la cabeza el hacerse ilusiones con encontrar a su amor verdadero, eso solo pasaba en el cine.

    Misaki había querido con todo su corazón a más de un hombre pero sabía que el amor tenía fecha de caducidad, que nada era para siempre y que la llama del amor se iba apagando lentamente hasta convertirse en un agridulce recuerdo sobre una persona a la que alguna vez quiso.

    Por estos motivos le resultaba muy extraño encontrarse allí parado frente al espejo, observando cómo le quedaba el traje que había comprado días antes. Escuchó la puerta principal abrirse y comenzó a desnudarse con rapidez.

    - ¡Kyo, no entres en el dormitorio!- Le gritó Misaki.

    - ¿Va todo bien?- Escuchó la voz del mangaka desde el otro lado de la puerta.

    - Sí, es que me estoy probando el traje para la boda.

    Misaki se vistió con ropa cómoda y guardó el traje en el armario. Abrió la puerta y se encontró con la sonrisa de su prometido. Ijuuin se inclinó y besó los labios de Misaki suavemente.

    - ¿No vas a dejarme ver el traje?

    - Por supuesto que no.- Negó Misaki.- Tendrás que esperar hasta nuestra boda.

    - Estoy contando los días.- Dijo Ijuuin acariciando su mejilla.- No me puedo creer que me vaya a casar con el hombre más maravilloso del mundo.

    - No seas zalamero.- Le dijo Misaki sonrojado.

    Misaki seguía pensando que casarse era un verdadero acto de fe pero su actual novio le había hecho creer que todo era posible. Con él estaba más que dispuesto a aceptar aquel riesgo, después de casi cuatro años de relación Misaki sentía que la llama seguía tan viva como el primer día.

    Salieron a cenar como cada viernes y luego volvieron paseando hasta su casa. Teniendo la boda tan cerca, aquel era el único tema de conversación que tenían.

    - Mañana tengo una reunión para lo de la firma de autógrafos.- Dijo Ijuuin mientras se metían en la cama.

    - Es la semana que viene, ¿no?

    - Sí, mañana me darán los detalles.- Dijo el mangaka.- Pero en un principio me iré viernes y volveré domingo. ¿Me echarás mucho de menos?

    - No sé, puede...- Sonrió Misaki y el mayor le abrazó, atrayéndolo hacia él. El menor apoyó la cabeza en el pecho de su pareja y cerró los ojos, quedándose dormido al poco tiempo.

    Sintió aquella mirada amatista recorriendo su cuerpo desnudo y sus mejillas adquirieron un tono rojizo. Misaki acarició lentamente los fuertes brazos del peliplateado, quien se encontraba sobre él. Misaki pasó la mano por el pecho del mayor, no dejando ningún centímetro de aquel torso sin tocar. Cerró los ojos concentrándose en el sonido de la respiración del otro y, cuando los volvió a abrir, Misaki se encontraba solo.

    Despertó agitado, sintiendo una fuerte presión en el pecho. Ijuuin le miraba con preocupación y Misaki forzó una sonrisa buscando tranquilizarle.

    - ¿Te encuentras bien?- Quiso saber el mangaka.- Has tenido una pesadilla. Has debido de soñar con alguna mascota que tuviste.

    - ¿Mascota?- Murmuró Misaki mirándole sorprendido.

    - Sí, estabas llamando a Usagi-san. ¿Qué era? ¿Tu conejo?

    - Hace algo de calor, voy a salir a que me dé un poco el aire.

    - ¿Estás bien, Misaki?

    - Sí, cariño, no es nada.

    Misaki salio al balcón y apoyó sus brazos en la barandilla, observando la noche de Tokio. Miró al cielo intentando controlar que sus lágrimas no escaparan de sus ojos. Ya hacía tiempo que no soñaba con él, había empezado a pensar que por fin lo había superado pero no era así. ¿Cómo iba a superar el haber encontrado y haber perdido al amor de su vida?


    Hola.

    Os traigo el prólogo de un nuevo fic que continuaré en cuanto acabe el de El Club de los Vírgenes. Gracias por leer.

    Un saludo.
     
    Top
    .
  2.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Nuevo trabajo siiiii.
    Me ha gustado el prólogo se ve muy interesante y prometedor.
    Porque será que ya no está con Akihiko?
    Espero pronto leer el próximo capítulo.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  3.     +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 1


    Comenzó a soñar con frecuencia con Usagi-san, lo que le hacía sentir triste y culpable. ¿Por qué soñaba con otro hombre si se iba a casar en poco tiempo? Misaki no entendía nada. Kyo era fantástico, llevaban mucho tiempo juntos y se conocían tan bien que a veces entre ellos sobraban las palabras.

    - ¿Lo llevas todo?- Preguntó Misaki y su novio asintió.

    - Sí, preparé la maleta anoche, estoy seguro de que no me dejo nada.- Dijo el mangaka. El menor bostezó y dio media vuelta en la cama. Ijuuin se acercó a él para besarle.- Te voy a echar de menos, Misaki.

    - Serán solo dos días, el domingo por la noche vuelves.

    - ¿Tú no me echarás de menos?

    - Por supuesto que sí.- Misaki se incorporó un poco para besar los labios del mayor.- Te quiero.

    - Yo también te quiero.

    - Avísame cuando llegues.

    - Por supuesto, amor.

    Ijuuin estaría todo el fin de semana fuera de la ciudad, pues tenía una firma de autógrafos. Misaki quería aprovechar para hacer recados relacionados con la boda, solo quedaban dos semanas y todavía tenían mucho por hacer.

    Se encontraba en un centro comercial cuando recibió un mensaje de su prometido.

    "Necesito pedirte un favor. Me han llamado diciendo que hay un problema con mi traje, no me han sabido explicar qué pasa exactamente. ¿Te importaría acercarte a ver qué ocurre?"

    Misaki se dirigió a la tienda donde Ijuuin había encargado el traje casi tres semanas antes. Una mujer de mediana edad le atendió.

    - Hola. Habéis llamado a mi prometido diciendo que hay un problema con el traje...

    - Ijuuin, ¿verdad?

    - Sí- asintió Misaki.

    - Su prometido se encaprichó de un traje que no tenemos en nuestro almacén. Le tomamos las medidas y las enviamos al sastre.

    - ¿Y no lo puede hacer?

    - Ya está hecho.

    - ¿Entonces?

    - Hay huelga de transportistas- dijo la mujer-. No sabemos cuánto durará y teniendo en cuenta que la boda es dentro de muy poco tiempo y que tal vez tengamos que hacerle un arreglo... Yo le aconsejaría a su prometido que viniera y eligiera alguno de los que tenemos en el almacén.

    - Pero mi prometido quiere ese.

    - Es posible que no llegue a tiempo, si quiere arriesgarse...

    - ¿Dónde está el traje?

    - En Sapporo- respondió la mujer y Misaki la miró sorprendido.

    - ¿Sapporo?

    - Sí, Sapporo.

    El castaño salió de aquella tienda intranquilo. Él no creía en el destino pero llevaba días soñando con Usagi-san y ahora aquella mujer le decía que el traje de su prometido estaba en Sapporo.

    - De todas las ciudades...- murmuró Misaki metiéndose en el metro. Se sentó en el primer asiento que vio libre y cerró los ojos sintiéndose cansado.

    Takahiro le miraba decepcionado. Misaki se sintió más pequeño que nunca, sabiendo que él era el único culpable de encontrarse en aquella situación. Su hermano mayor se frotó la sien con una mano mientras con la otra sujetaba con fuerza un papel. Misaki no se atrevía a hablar, no después de como le estaba mirando Takahiro.

    - ¿Quieres ser un inútil para siempre?- se hizo un silencio entre los dos. Misaki apretó los puños molesto por la forma en la que le estaba hablando su hermano- ¿Te crees que salir hasta las tantas a beber con tus amigos es vida? Tendrás que pensar en madurar. Joder, tienes diecisiete años, yo no era mucho más mayor cuando me hice cargo de ti. Ya no eres un crío, Misaki, ya va siendo hora de que pienses qué quieres hacer con tu vida- Su hermano le miraba con dureza pero no alzó el volumen de su voz-. Eres lo que más quiero pero yo no voy a poder estar siempre para ti, Misaki. Debes cambiar de actitud, con esto- Takahiro agitó el papel que sostenía- no vas a ninguna parte. Estas notas son una vergüenza. Repetirás curso y espero que cuando empiecen las clases de nuevo seas lo suficientemente responsable como para saber que tu deber es estudiar y no estar por la calle hasta las tantas de la noche bebiendo- dijo Takahiro y Misaki asintió ligeramente con la cabeza-. Estoy muy cansado. Estoy harto de echarte broncas. Esta será la última oportunidad que te doy.

    - Sí, nii-chan- dijo Misaki con un hilo de voz.

    Takahiro suspiró y dejó aquel papel encima de la mesa. Misaki se quedó allí parado esperando a que le dijera algo más. Su hermano le miró con lágrimas en los ojos y aquello hizo sentir todavía peor a Misaki.

    - De verdad que eres lo que más quiero pero ha sido un año muy complicado para los dos, Misaki. Hemos tenido demasiados roces y creo que lo mejor será que pasemos el verano separados- le dijo Takahiro. El menor le miró sorprendido pues no habían estado separados nunca-. Además, también te vendrá bien alejarte un poco de tus amigos.

    - ¿Qué? ¿No estaré en Tokio?


    - He hablado con el tío y ahora que empieza la temporada alta le vendrá bien algo de ayuda. Misaki, pasarás el verano en Sapporo trabajando para el tío.

    Abrió los ojos al escuchar que su parada era anunciada por megafonía. Se puso en pie y bajó del tren esquivando gente.

    - Sapporo...- murmuró de nuevo. Pronto haría diez años de la primera y última vez que fue a aquella ciudad. Los recuerdos de aquel verano se iban volviendo cada vez más vívidos.

    Se echó una pequeña siesta durante la cual volvió a soñar con Usagi-san. Despertó desorientado, no sabiendo si seguía siendo aquel muchacho de diecisiete años que vivía su primer amor o si era el joven de veintisiete con un pie en el altar.

    Marcó el número de su prometido, quien le respondió al teléfono prácticamente al instante.

    - Te iba a llamar ahora- dijo Ijuuin-. ¿Has ido a lo del traje?

    - Sí. Resulta que hay huelga de transportistas y el traje está en Sapporo. No saben cuánto durará, así que la dependienta me ha dicho que lo mejor es que elijas alguno de los que ya tienen.

    - Mierda. Ese traje era perfecto.

    - Lo siento mucho, Kyo.

    - Y encima estoy en la otra punta del país. Si estuviera cerca de Sapporo... Bueno, da igual. Solo es un traje, lo importante es que me voy a casar con el hombre más maravilloso del mundo.

    - Yo iré- dijo Misaki sin a penas pensarlo.

    - ¿Qué? Misaki, no te molestes, no es necesario.

    - No es molestia. Mi tío tiene un hotel en Sapporo, estuve trabajando un verano allí, ¿lo recuerdas?

    - Pero aún así...

    - Son menos de dos horas de avión. Buscaré algún vuelo para mañana y el lunes estaré de vuelta como muy tarde.

    - ¿Seguro? ¿De verdad no te importa?

    - Para nada- dijo Misaki-. De todas formas no tengo mucho trabajo.

    - ¡Muchas gracias, Misaki! ¡Eres el mejor!

    - De nada, cariño.

    - Te tengo que dejar ya, me van a hacer una entrevista. Te quiero.

    - Yo también te quiero.




    Misaki llegó al aeropuerto casi de madrugada, pues el vuelo que había conseguido con tan poco tiempo de antelación salía muy temprano. Se sentía nervioso por alguna razón que desconocía y no paraba de pensar en su yo de diecisiete años viajando solo por primera vez y sin saber que aquel iba a ser el mejor verano de su vida.

    Aterrizó en Sapporo pasadas las nueve de la mañana y fue directo al hotel de su tío. Se paró a contemplar la fachada del modesto hotel. Casi diez años sin verlo pero seguía prácticamente igual. Entró y sonrió al sentir el olor de aquel fuerte ambientador que tanto le gustaba a su tío, ni siquiera aquello había cambiado. Su viejo tío se encontraba detrás del mostrador atendiendo a una pareja extranjera.

    - ¡Misaki!- exclamó el hombre al percatarse de la presencia de su sobrino. Les lanzó la llave de la habitación a la pareja y salió corriendo del mostrador para abrazar al castaño.

    - Tío, tan efusivo como siempre- dijo Misaki sonriendo.

    - ¡Hacía más de dos años que no te veía!

    - Tienes que venir más a Tokio- le dijo Misaki mientras se separaban.

    - Tengo mucho trabajo en el hotel.

    - Trabajas demasiado, deberías contratar más empleados.

    - ¿Con qué dinero?- dijo su tío y Misaki se encogió de hombros- Te he preparado tu antigua habitación.

    - Muchas gracias, tío. Lamento haberte avisado con tan poco tiempo.

    - No te preocupes, no ha sido ninguna molestia. Me hace muy feliz verte.

    Su tío le dio la llave y Misaki caminó hacia la que había sido su habitación durante todo un verano.

    El tiempo parecía no haber pasado en aquel hotel, pues aquella habitación estaba exactamente igual que el día en que la vio por primera vez. La cama de cuerpo y medio con su cabecero de madera a juego con la mesita. El viejo escritorio con la incómoda silla que tenía un clavo suelto y que le pinchó el culo lq primera vez que se sentó. Un armario estrecho lleno de perchas también de madera. El fuerte olor a naftalina le hizo toser y cerró el armario rápidamente.

    Se sentó en el borde de la cama admirando aquella pequeña habitación. Era una de las habitaciones reservadas para los empleados del hotel pero como la mayoría de los trabajadores de su tío eran de Sapporo, no había sido utilizada con frecuencia.

    De repente se puso en pie y abrió el armario de nuevo. Encendió la linterna de su móvil y metió la cabeza sin importarle ya aquel olor. Sonrió al ver lo que había escrito en la madera.

    "USAGI-SAN X MISAKI. JUNTOS PARA SIEMPRE"

    - No hay nada que dure para siempre- suspiró Misaki borrando su sonrisa.

    A mediodía, después de comer, fue a por el traje de su prometido. Se sintió aliviado al ver que se lo daban sin ningún tipo de problema. Volvió al hotel feliz de haber cumplido con su deber y de saber que tendría todo el domingo para él.

    - Hola, tío.

    - ¿Ese es el traje de Kyo?- preguntó el hombre y Misaki asintió-. ¿Puedo verlo?

    - No, estoy intentando evitar la tentación. Kyo me ha dejado muy claro que no puedo verlo.

    - Tú no pero yo sí.

    - Ya lo verás el día de la boda- dijo Misaki caminando hacia el ascensor. Iba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que le dio al número tres en vez de al uno. Cuando se dio cuenta se reprochó mentalmente el haber sido tan torpe-. ¿Lo habré hecho por inercia?

    Las puertas del ascensor se abrieron al llegar a la tercera planta. Misaki dudó durante unos segundos pero finalmente salió del ascensor y caminó con el corazón en un puño hacia la habitación 314.

    Se quedó parado ante aquella puerta, sintiendo que los ojos se le humedecían. Aquella había sido la habitación de Usagi-san. Habían pasado tantas cosas al otro lado de esa puerta...

    Se sobresaltó al ver que la puerta se abría y una mujer anciana salía de la habitación. No era Usagi-san, era imposible que hubiera seguido todos esos años esperándole en aquella habitación.

    Se sintió muy tonto pues una parte muy pequeña de él esperaba que Usagi-san no andara muy lejos, aunque sabía que aquello era imposible. Usagi-san no planeaba quedarse mucho más tiempo en el hotel después de que Misaki se marchara de vuelta a Tokio.

    Volvió a su habitación y se tumbó en la cama, intentando no romper a llorar. Aquello era absurdo. Quería a Kyo y se iba a casar con él dentro de muy poco tiempo, no tenía sentido seguir pensando en un hombre al que hacía casi una década que no veía. Sí, le amó con locura y estuvo muchos años sin poder rehacer su vida pero ya hacía tiempo que Misaki había superado a Usagi-san. O eso creía hasta que había vuelto a soñar con él.

    - Me gustaría volver a verle- murmuró Misaki para sí mismo. Cogió su teléfono y le envió un mensaje a su prometido.

    "El traje todavía no está acabado. Me han dicho que lo tendrán el miércoles. Me quedaré aquí hasta entonces".

    Sería solo hasta el miércoles, si para entonces no sabía nada de Usagi-san se olvidaría del tema. Si tenía suerte y conseguía encontrarle, se tomaría un café con él, se pondrían al día y Misaki volvería con su prometido.

    Le sabía mal mentir a su pareja pero Misaki sentía que su historia con Usagi-san seguía abierta de alguna forma y debía darle punto y final o al menos intentarlo.
     
    Top
    .
  4.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    El destino quiere que Misaki no olvide a Akihiko y lo vuelva a encontrar.
    Misaki no ve la hora de volver a encontrarse con Akihiko hasta a alargado su estancia por si tiene suerte y lo ve.
    Espero que Misaki se reencuentre con Akihiko y no se case con Ijuuin.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  5.     +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 2

    No quería estar allí, aquel era el peor castigo que le podía haber impuesto su hermano. Misaki era consciente de que se lo merecía pero había esperado cierta compasión por parte de su hermano que nunca llegó a recibir. Y allí se encontraba, con una maleta en la recepción de aquel viejo hotel regentado por su tío.

    - ¡Misaki!- el hombre le abrazó con efusividad-. Me has salvado, muchas gracias por ofrecerte a ayudarme este verano.

    - De nada- dijo Misaki sonriendo forzadamente.

    - Venga, te enseñaré tu habitación- dijo su tío quitándole la maleta de la mano y dirigiéndose al ascensor-. Está en la primera planta, no tiene pérdida. Es muy acogedora, te va a encantar.

    "Encantar" no era la palabra que Misaki habría utilizado. No era un sibarita ni mucho menos, no estaba acostumbrado al lujo pero esperaba algo mejor. Fingió una sonrisa mientras miraba aquella diminuta habitación decorada con muebles dignos de una serie de época.

    - Te has quedado sin palabras- sonrió su tío-. Hoy tienes el día libre para acomodarte y descansar, pero empezarás mañana en el turno de las ocho.

    - ¿El turno de tarde?

    - No, de las ocho de la mañana- respondió el hombre-. No te preocupes te irás acostumbrando a los horarios. Tienes dos mudas del uniforme en el armario.

    - Vale.

    - Te va a encantar esto, ya lo verás.

    - Seguro...

    - Cualquier cosa que necesites estaré en recepción.

    - Gracias, tío. Hasta luego.

    Suspiró dejándose caer en la cama cuando su tío se marchó. ¿Si le pedía disculpas a su hermano le dejaría volver a casa? Misaki lo dudaba mucho, Takahiro estaba harto de él y aquel era su último intento por enderezarlo.

    A la mañana siguiente se despertó al escuchar golpes en su puerta. Miró el reloj y maldijo al ver la hora. Se puso en pie y abrió la puerta para encontrarse con su tío con el ceño fruncido.

    - Misaki, me habías preocupado, creía que te había pasado algo. Tu turno ha empezado hace más de media hora...

    - Lo siento mucho, tío- dijo Misaki con sinceridad-. No he debido de oír la alarma.

    - Debías de estar cansado por el viaje- le dijo su tío relajando el gesto-. Venga, vístete y ponte a trabajar.

    - ¿Y el desayuno?

    - Baja a cocina y coge algo rápido, te quiero en diez minutos en recepción.

    Misaki se puso el uniforme del hotel en tiempo récord y bajó a la cocina donde le dieron una tostada que prácticamente devoró. Su tío le estaba esperando en la recepción.

    - Me dijo tu hermano que no hablas inglés.

    - No se me da muy bien.

    - No pasa nada- le sonrió su tío-. Para que te hagas una idea de en qué va a consistir tu trabajo aquí, tú serás algo así como el comodín.

    - ¿El comodín?

    - Sí, Misaki, harás un poco de todo, dependiendo del día. Algunos días te quedarás en cocinas, otros harás de botones...

    - Se me da bien cocinar.

    - Eso dice tu hermano pero tengo dos cocineros profesionales, tú fregarías los platos- le dijo su tío-. ¿Has hecho alguna vez de camarero?

    - No.

    - Bueno, vayamos poco a poco. Hoy harás de botones.

    Misaki se quedó muy sorprendido por la cantidad de clientes que se hospedaba en un hotel tan pequeño. No paró de subir y bajar maletas durante toda la mañana. Se encontraba agotado ya que no estaba acostumbrado a realizar esfuerzos físicos.

    - Lo has hecho genial, Misaki, trabajas muy duro, me aseguraré de decírselo a Takahiro. Ve a comer algo y luego podrás ir a descansar.

    La vida en aquel hotel era bastante aburrida, su primera semana había pasado muy lenta. Agradecía trabajar pues eran unas horas durante las cuales estaba entretenido. Los ratos muertos en su habitación se le hacían eternos. No había empleados de su edad trabajando para su tío, por lo que se sentía un poco aislado.

    Fue el martes de su segunda semana del hotel cuando su tío se acercó a él bastante desesperado.

    - Misaki, mi barman ha tenido un accidente viniendo hacia aquí y no me da tiempo a avisar a nadie más. Necesito que le cubras.

    - Pero...

    - Ya sé que hoy ya has trabajado pero necesito que hagas este turno. Poca gente suele ir al bar por la noche, será muy tranquilo y te daré tres días libres por las molestias- le dijo su tío. Misaki vio al hombre tan apurado que no fue capaz de negarse pese a no haber puesto una copa en su vida.

    Y allí se encontraba un martes de julio a la una de la mañana, sentado detrás de una barra esperando a que se dignara a bajar algún huésped. El bar estaba completamente vacío y Misaki sentía que los párpados cada vez le iban pesando más.

    Estaba a nada de sucumbir al sueño cuando escuchó la puerta de aquella sala abrirse. Se puso derecho aparentando estar lo más despierto posible. Aquella fue la primera vez que le vio.


    Misaki se sentía culpable por haber mentido a su prometido pero no se arrepentía. Necesitaba acabar con aquella historia, necesitaba superar a Usagi-san.

    Sentado en el mismo lugar en que lo conoció comenzó a trazar un plan para encontrarle. Primero debía recordar toda la información que poseía de él, la cual era bastante escasa. Habían estado juntos solo un verano hacía casi diez años, necesitaba hacer memoria de todo lo que le había contado Usagi-san sobre él.

    Tenía diez años más que él, vivía por la zona pero se estaba quedando en el hotel porque su casa se había incendiado... ¿Por qué se incendió?

    - Porque era torpe en la cocina- murmuró Misaki-. Con esa información no puedo hacer nada...

    Misaki siguió dándole vueltas al asunto, recordando que le había contado que no tenía familia, que odiaba a los niños y que era escritor.

    - Era escritor fracasado- dijo Misaki para sí mismo.

    El hombre que había entrado en el bar se le quedó mirando en silencio durante unos segundos. Aquella mirada amatista le ponía nervioso y Misaki no supo muy bien cómo reaccionar. Finalmente, al ver que el menor no decía nada, el peliplateado se acercó a la barra, dejando un ordenador portátil sobre ella.

    - Ponme una copa de vino tinto.

    - También hay cócteles- dijo Misaki y el hombre negó-. He estado practicando...

    Misaki juraría que vio una pequeña sonrisa en el rostro del mayor, quien abrió el portátil sin romper contacto visual con él.

    - Prefiero el vino, gracias.

    Misaki le sirvió y se hizo el silencio entre ellos. El castaño no quería parecer pesado pero llevaba un par de horas solo y necesitaba socializar.

    - ¿Qué escribes?

    - Una novela.

    - ¿Eres escritor?- dijo Misaki y el peliplata le miró durante unos segundos antes de asentir.

    - Soy escritor fracasado.

    - ¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso?

    - Porque es cierto.

    - Pero no es bonito que digas eso sobre ti mismo- le dijo Misaki.

    - Llevo toda la vida escribiendo y solo me han publicado un libro que no ha comprado ni mi madre, así que creo que fracasado es un adjetivo que me define a la perfección.

    - Si tan asumido tienes eso de que eres un fracasado, ¿por qué sigues escribiendo?

    - Para dejar de serlo.

    - ¿Y sobre qué escribes?- preguntó Misaki.

    - Escribo novela negra.

    - ¿Asesinatos?- dijo el castaño y el mayor asintió-. No serás un psicópata, ¿verdad?

    - Puede- respondió riendo. Misaki no supo muy bien porqué pero haber hecho reír a aquel desconocido le había animado-. Es la primera vez que te veo aquí.

    - Suelo estar en cocinas limpiando- dijo Misaki-. Soy el sobrino del dueño del hotel y estaré todo el verano trabajando para él.

    - Qué buen sobrino.

    - No creas, no lo hago por gusto- dijo Misaki-. Es un castigo de mi hermano por haber suspendido todas mis asignaturas.

    - ¿Todas?

    - Sí, todas.

    - Suspender todas tiene mérito- dijo el mayor-. Es de ser bastante fracasado.

    - Gracias, supongo que tenemos eso en común- le dijo Misaki haciéndole sonreír.

    - Me alegra saber que te voy a ver durante todo el verano.

    - ¿Te quedas todo el verano?

    - Sí, hasta septiembre.

    - Qué vacaciones más largas...

    - En verdad no estoy de vacaciones pero es una historia un poco larga.

    - Tienes razón, te estoy distrayendo.

    - Para nada, tampoco estoy muy inspirado hoy- dijo dándole un trago a su copa-. ¿Cómo te llamas?

    - Misaki.

    - Encantado, Misaki, yo soy Akihiko pero puedes llamarme Usagi.

    - De acuerdo, Usagi-san.

    Pasaron horas hablando de todo un poco. Misaki agradecía haber coincidido con él, pues Usagi-san había puesto fin a sus días de aburrimiento. Eran pasadas las cuatro de la mañana cuando Misaki vio que empezaba a clarear.

    - Ya está amaneciendo- dijo el castaño haciendo que el escritor dirigiera su vista a la ventana.

    - Qué rápida se está pasando esta noche- dijo Akihiko pensativo.

    - Dentro de poco más de una hora acaba mi turno.

    - ¿Mañana también estarás aquí?

    - No lo sé, en teoría me van a dar días libres.

    - Si mañana no tienes que trabajar podemos ir a ver una película. Hay un cine de verano en las afueras y estoy seguro de que te va a gustar- Misaki se sonrojó al escuchar aquello, haciendo sonreír al mayor-. Venga, dime que sí.

    - Sí, me gustaría ir.


    Misaki se sentía muy frustrado, iba a ser imposible encontrar a Usagi-san con la poca información que tenía de él. Decidió ir a la biblioteca con la intención de buscar en los periódicos de hacía diez años alguna noticia sobre el incendio de una casa.

    Se pasó todo el día buscando para no encontrar nada, el tiempo se le acababa y comenzaba a sentirse desesperado. Buscó también información sobre escritores que se llamaran Akihiko pero tuvo el mismo éxito que con lo de los periódicos.

    Volvió al hotel con la moral por los suelos, cosa que notó su tío nada más verle entrar.

    - Misaki, ¿a qué viene esa cara? ¿No estás disfrutando de tu pequeña escapada? Piensa que probablemente sea la última que hagas como soltero.

    - No es eso, es que he tenido un mal día- dijo Misaki-. Voy a dormir ya.

    - Oye, hijo, sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad?- le dijo con tono amable-. Eres el hijo de mi hermana y me tienes para lo que necesites.

    - Muchas gracias, tío- sonrió Misaki. Se dirigió al ascensor pero a mitad de camino dio media vuelta, provocando que su tío le mirara con curiosidad-. Igual esto te parece un poco extraño pero, ¿guardas los registros de quién se hospedó en el hotel hace diez años?

    - Tienes razón, Misaki, me parece extraño- dijo su tío-. La respuesta es no, lo siento.

    - Vaya...

    - ¿Por qué quieres saberlo?

    - No, no es nada- negó Misaki rápidamente-. Buenas noches, tío.

    - ¿Es por aquel escritor?- la pregunta de su tío le sorprendió, no esperaba que le recordara-. No me mires así, conozco todos los secretos de este hotel.

    - ¿Lo sabías?

    - Claro, Misaki, tenías carita de enamorado- le sonrió su tío-. Pero el pasado es pasado, ¿no? Tú ahora tienes a Kyo.

    - Sí, claro- asintió Misaki-. Kyo es maravilloso.

    - Yo nunca me he casado pero supongo que debe de ser normal dudar antes de la boda- le dijo-. Lo importante es que no olvides que es Kyo quien ha estado a tu lado todos estos años.

    - Lo sé, tío, pero gracias por recordármelo- sonrió Misaki.

    Se miró delante del espejo intentando controlar sus nervios. Misaki no quería hacerse ilusiones, se sentía atraído por Usagi-san y esperaba que lo de aquella noche fuera una cita y no una salida en plan amigos.

    - Cálmate- se dijo a sí mismo-, no es la primera vez que sales con un chico- suspiró observando la ropa que había elegido-. Pero Usagi-san no es un chico, es un hombre...

    Bajó al parking del hotel y vio a Usagi-san apoyado en un pequeño coche negro. El mayor le sonrió y Misaki se sonrojó sin poder ni querer evitarlo.

    - Te queda bien no llevar uniforme- le dijo Akihiko.

    - Gracias, tú también estás muy bien- dijo Misaki rápidamente-. Es decir, que te queda bien esa ropa...

    - Sube, Misaki.

    Misaki entró en el asiento del copiloto y sonrió al ver lo limpio que estaba el interior del coche, se preguntó si el mayor lo había limpiado solo porque iba a subir él.

    - He avanzado bastante con mi novela- dijo Akihiko mientras salían del garaje-. Bueno, he escrito solo un capítulo pero es mucho más que otros días.

    - Es un avance, me alegra oír eso- dijo Misaki-. Estoy seguro de que acabarás siendo un escritor de éxito.

    - Lo veo difícil pero seguiré intentándolo- dijo Akihiko.

    - Debe de ser muy gratificante que te publiquen un libro.

    - Es como...- comenzó a decir Akihiko pensativo. Paró delante de un semáforo y se giró a mirar a los ojos verdes de Misaki-. ¿Alguna vez has deseado durante mucho tiempo hacer el amor con una persona?- El menor miró sorprendido al escritor y negó lentamente con la cabeza-. Pues cuando te pasas meses, incluso años, deseando hacerlo con una persona y al final lo consigues es una de las mejores sensaciones que existen. El tener a esa persona delante de ti y no ser capaz de creer que sea real, tocar su cuerpo con ansia por miedo a que se desvanezca, el besar y ser besado... Misaki, no hay palabras para describirlo. La sensación de publicar un libro es algo así.

    - ¿Así es cómo te sentiste cuando publicaste tu primer libro?

    - Así es como me sentí al principio- dijo Akihiko-. Luego fue como si esa persona no supiera besar sin chocar los dientes y encima fuera sosa en la cama. Mi primer libro fue una gran decepción, eso es lo malo de idealizar algo.

    Misaki quiso decirle que él también quería sentirse así aunque luego fuera una decepción pero el coche de detrás tocó el claxon, haciendo que el escritor volviera la vista a la carretera.

    Si le preguntaran a Misaki qué película vio aquella noche no sabría responder, pues no había prestado atención. Usagi-san y él habían estado todo el rato hablando en el coche. Misaki le contó que había dejado de ir a clase aquel curso porque no le gustaba estudiar, que había empezado a beber a diario y que sus amigos no eran buena gente. También le contó que se había arrepentido de todo aquello en el momento en que vio a su hermano decepcionado y que estaba dispuesto a cambiar.

    Usagi-san le habló de su mejor amigo, de la relación que tenían y de lo mucho que le echaba de menos porque se había mudado a otra ciudad.

    Misaki se sentía muy cómodo con él y la atracción que sentía se iba haciendo cada vez mayor. En un momento dado, se hizo el silencio entre los dos y Usagi-san aprovechó para apartarle un mechón de pelo. Misaki cerró los ojos perdiéndose ante aquel contacto pero los abrió de golpe al escuchar la pregunta que le hizo el escritor.

    - Misaki, ¿yo te gusto?

    Comenzó a sentir mucho calor a causa de la vergüenza que le produjo aquella situación.

    - ¿Cómo puedes hacer esa pregunta?- dijo Misaki cuando fue capaz de articular palabra.

    - Porque me interesa la respuesta- Akihiko le sonrió de una forma que le hizo estremecer-. Tú a mí me gustas pero eres menor y no quiero asustarte. Dime, ¿yo te gusto?

    Misaki desvió la vista avergonzado y lentamente asintió con la cabeza. La mano del escritor se posó sobre su rodilla y fue ascendiendo por su muslo poco a poco. La respiración del menor se entrecortó.

    - ¿Voy muy rápido?- Akihiko dejó quieta su mano al no recibir respuesta, entendiendo aquel silencio como un sí. Misaki separó un poco las piernas mientras el corazón le latía con fuerza.

    - No soy tan inocente como crees, Usagi-san- le dijo Misaki en un susurro y Akihiko sonrió.

    - ¿De verdad? ¿Has sido travieso?

    - He hecho algunas cosas- admitió sin mirarle y Akihiko comenzó a besar su cuello.

    - ¿Harías esas cosas conmigo?- le susurró al oído y Misaki asintió con los ojos cerrados.

    - Pero no lo he hecho todo, nunca he llegado hasta el final.

    - No tenemos que llegar hasta el final si no quieres, Misaki- le dijo Akihiko para luego besarle por primera vez.


    Una llamada de su prometido le sacó de sus pensamientos. Misaki no tenía ganas de hablar así que decidió no responder, le diría al día siguiente que se había dormido pronto.

    No podía dejar de pensar en Usagi-san, cada vez tenía su recuerdo más presente. Necesitaba encontrarle pronto.
     
    Top
    .
  6.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Espero que Misaki encuentre a Akihiko antes de que se vaya y se case, puede ser que al reencontrarse vuelvan juntos y ya no se case con Kyo.
    Me gusta los recuerdos de Misaki de como encontró a Akihiko.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  7.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 3


    Había pasado una semana desde su primera cita y Misaki se sentía muy feliz con la relación que estaba comenzando a florecer entre el escritor y él. Los días ya no se le hacían tan largos en el hotel, pues cuando terminaba de trabajar pasaba el rato con Usagi-san.

    Algunos días salían a dar una vuelta por la ciudad, otros se limitaban a sentarse a hablar en la azotea del hotel. La mayoría de aquellos encuentros acababa, entre besos, a altas horas de la noche. Le encantaba la compañía del mayor, Misaki nunca se había sentido tan cómodo con nadie.

    Aquella tarde habían ido a la playa. Se subieron en el viejo coche del
    escritor y en poco más de media hora ya se encontraban bañándose en el mar. Misaki intentaba hundir al mayor en el agua, cosa que no consiguió.

    - Ríndete, es imposible que puedas conmigo- le dijo sonriendo.

    - Te veo muy seguro de ti mismo- comentó Misaki devolviéndole la sonrisa-, pero acabarás tragando agua.


    - ¿Y si quiero tragar otra cosa?- preguntó el escritor guiñándole un ojo. Misaki le miró sin entender y Akihiko aprovechó aquella confusión para robarle un beso que dio paso a muchos más. Estuvieron besándose en el mar hasta que comenzó a oscurecer.

    Salieron del mar cogidos de la mano y, tras secarse un poco, volvieron
    al hotel. Se besaban escondidos detrás de una columna, con la intención de que nadie les pillara. Misaki planeaba despedirse de él hasta el día siguiente cuando el escritor colocó una mano en su cintura y le arrimó a él.

    - Duerme conmigo.

    Aquello no fue una orden, más bien una súplica. Misaki vio cariño en los ojos del mayor y no fue capaz de negarse, sintiéndose muy tentado por la idea de compartir cama con el hombre del que estaba enamorado. Porque sí, Misaki Takahashi se había enamorado por primera vez en su vida.





    - ¿Ya lo tienes todo listo?- La voz de su tío le hizo volver a la realidad. Misaki asintió lentamente sin poder quitarse aquel peso que sentía en el pecho-. Lamento que no hayas podido encontrar al escritor ese pero la vida es así. Lo mejor es que vuelvas a tu vida cuanto antes y te olvides de esta pequeña aventura.

    - Tienes razón, tío- dijo Misaki cerrando la maleta. Su vuelo a Tokio salía en poco más de dos horas y debía darse prisa si no quería llegar tarde.

    - ¿Llamo ya al taxi?

    - Sí, por favor.

    Misaki agarró su maleta y salió del hotel tras despedirse de su tío. Se había acabado todo, aquel era el fin de su historia con Usagi-san. Se propondría no volver a pensar en él, pues no tenía sentido hacerlo cuando el escritor era solamente un fantasma de su pasado.

    Se quedó allí de pie contemplando el viejo hotel que no planeaba volver a pisar nunca más, pues los recuerdos eran demasiado intensos.




    Le llevó hasta su dormitorio y, una vez allí, comenzaron otra sesión de besos. Las manos del escritor se colaban por debajo de su ropa de forma habilidosa. Misaki quería que aquel momento no acabara, deseaba que aquellas caricias fueran eternas.

    Sintió un poco de miedo al ver que el mayor abría la mesita de noche y sacaba un preservativo. Akihiko debió notarlo, pues se acercó a su oído para susurrarle que no harían nada que Misaki no quisiera. El problema era que, pese al temor a lo desconocido, Misaki lo quería todo, quería ser uno con su amado.

    - ¿Quieres que te la...- Misaki no pudo acabar la frase a causa de la vergüenza. En su cabeza pensó que aquello sonaría seductor pero no fue así. Sonrojado, escondió la cabeza debajo de la almohada.

    - Eres precioso- susurró Akihiko-. Hoy no te preocupes por mí, solo quiero que disfrutes.




    No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que aterrizaron en Tokio y tuvo que volver a la realidad. Jamás olvidaría su primera vez, la emoción y los nervios a flor de piel y Usagi-san más tierno que nunca. Misaki sabía que era una estupidez darle tanta importancia a algo como la virginidad pero no podía evitar atesorar aquel recuerdo. Sabía que no era importante por el simple hecho de haber perdido la virginidad, sino porque había sido su primera vez con Usagi-san.

    Forzó una sonrisa al ver a su prometido esperándole en el aeropuerto. Se sentía culpable, sabía que su pareja no merecía haber sido mentido de aquella forma.

    - Mi amor- sonrió Kyo.

    - Te dije que no hacía falta que vinieras.

    - Vaya, esperaba un reencuentro más efusivo- dijo el mangaka sin borrar la sonrisa y Misaki le abrazó.

    - Es que me sabe mal que hayas venido hasta aquí.

    - Me moría de ganas de verte.

    - ¿A mí o al traje?- bromeó Misaki intentando aparentar normalidad y Kyo le pasó un brazo por los hombros mientras se dirigían al metro.

    - A los dos pero a ti un poquito más.

    Kyo le hacía preguntas sobre el hotel, su tío y su pequeña escapada pero Misaki no estaba muy hablador, tenía la cabeza en otra parte desde hacía días.

    Misaki consiguió desviar la conversación hacia la firma del mangaka y su trabajo. Iba a publicar un volumen nuevo de The Khan y se sentía ilusionado pero, al contrario que en otras ocasiones, Misaki no compartía aquella ilusión.

    Misaki volvió a su rutina, intentando dejar su pasado atrás pero no podía. Se sentía mal, le incomodaba serle infiel de pensamiento a su prometido y, por ese motivo, llevaba unos días evitándole.

    Fue un martes al salir de la oficina cuando se decidió a hablar con Kyo. Sería sincero con él y le pediría tiempo para aclarar su mente, pues sentía que sería muy injusto para el mangaka casarse con él pensando en otra persona.

    Los nervios le provocaron un dolor de barriga que decidió ignorar, no iba a echarse atrás, hablaría con Kyo y le contaría todo. Quedaba muy poco tiempo para la boda y cuanto más retrasara aquella charla, peor sería.

    Entró en la vivienda sorprendiéndose al ver a su hermano, a su cuñada y a sus suegros allí. Se quedó pasmado sin decir nada hasta que Takahiro le abrazó.

    - ¡Sorpresa!- exclamó su cuñada.

    - ¿Qué ocurre?- dijo Misaki forzando una sonrisa.

    - Os casáis la semana que viene y queríamos reunirnos con vosotros para cenar- explicó su suegro-. El día de vuestra boda tendréis que atender a un montón de invitados y...

    - Ya veo- fue lo único que consiguió decir Misaki. Justo cuando se decidía a hablar con su pareja aparecía la familia al completo, ¿sería aquello una señal? ¿El universo le estaba diciendo que siguiera adelante con la boda? Misaki no lo sabía, pero estaba claro que la incómoda conversación debía esperar.

    Ijuuin le cogió la mano sonriente y Misaki le devolvió la sonrisa, sintiendo que en cualquier momento se echaría a llorar, no soportando más aquella angustia.

    Durante la cena estuvo muy callado, cosa que no pasó desapercibida por los invitados pero Misaki se excusó diciendo que se encontraba cansado por el trabajo. Todos se marcharon a una hora decente, dejando a la pareja a solas.

    - No me puedo creer que nos casemos la semana que viene- comentó Ijuuin feliz. Misaki no dijo nada, simplemente se puso a recoger la mesa-. ¿Va todo bien, cariño?

    - Sí, es solo que...- comenzó a decir Misaki pero no pudo acabar la frase, pues la voz le falló y las lágrimas se escaparon de sus ojos. Ijuuin, alarmado, fue hasta él y le abrazó con fuerza.

    - Tranquilo, amor, no estás solo, yo estoy contigo- le susurró Ijuuin haciendo que Misaki llorara de forma más sonora-. Oh, cariño...

    - No es nada...- consiguió articular-. Mi jefe me ha gritado hoy y...

    - Sé lo mucho que te afectan estas cosas, Misaki. No te preocupes, seguro que no ha sido nada personal.

    - Tienes razón- asintió Misaki separándose un poco.

    - ¿Ya estás más tranquilo?

    - Un poco. Gracias, Kyo.

    - De nada. No soporto ver triste a mi futuro marido- dijo el mangaka posando sus manos en la cintura del menor-. Si ya estás más tranquilo y te apetece hacerlo...

    - Hoy no, de verdad que estoy cansado.

    - Esperaba esa respuesta, Sapporo te ha debido de dejar agotado- sonrió besando su frente-. Venga, vamos a dormir.

    Pasó de nuevo mala noche, recordando una y otra vez su primera vez con el escritor y deseando poder volver a aquella época o, al menos, gritarle a su yo del pasado para que no cometiera los mismos errores que cometió.

    Aún no había sonado su despertador cuando le sorprendió una llamada de su tío. No habían hablado desde su regreso a Tokio y no tenía ni idea de qué podía querer su tío. Ijuuin se removió entre sueños al escuchar el sonido del teléfono, por lo que Misaki salió del dormitorio para responder la llamada.

    - ¿Tío?

    - Misaki, ¿qué tal?

    - Bien, tío. ¿Qué tal todo por allá?

    - Bien, todo sigue igual que cuando te fuiste- dijo el hombre-. Te llamaba para ver si estabas bien.

    - Estoy bien, tío.

    - Ya...

    - Bueno, tío, es muy pronto y debo...

    - Me preocupas- le dijo su tío y Misaki dejó de hablar-. Te fuiste tan desanimado...

    - No tienes que preocuparte por nada, estoy genial.

    - Mientes.

    - No, tío, de verdad que...

    - Te casas el sábado que viene, ¿eso sigue en pie?

    - Sí...supongo.

    - No te noto convencido- dijo el hombre haciendo sentir mal a Misaki, quien se mantuvo callado-. Te he mentido, lo siento.

    - ¿Qué?- preguntó el castaño sin entender.

    - Me preguntaste si sabía algo de ese escritor y te dije que no-. El corazón de Misaki comenzó a latir con fuerza al escuchar aquello.

    - ¿Sabes algo de él?

    - Sí. No te lo conté para no disgustarte- le dijo su tío-. No quería que te pusieras triste y, bueno, tú te vas a casar así que no tenía mucho sentido que lo supieras. Pero llevo días pensándolo y sé que hice mal al no contarte lo que sé.

    - ¿Y qué sabes?- preguntó Misaki con un nudo en la garganta.

    - Se llama Akihiko Usami. Cuando le conociste vivía en Sapporo pero años después se mudó a Tokio porque... porque se casó con la hija de un famoso empresario. Lo siento mucho, Misaki. Tengo su actual dirección por si te interesa.

    ¿Usagi-san estaba casado? Misaki sentía que le faltaba el aire. Usagi-san estaba casado con una mujer. No supo cuándo le colgó a su tío. Se sentía mareado, sentía que iba a colapsar en cualquier momento. Sin ser consciente de sus actos, se metió de nuevo en su dormitorio y cogió un abrigo que se puso por encima del pijama.

    Usagi-san estaba casado, no podía quitarse aquello de la cabeza. Usagi-san era marido de una mujer. Misaki no tenía ningún plan, lo único que sabía era que Usagi-san vivía en la misma ciudad que él y que no iba a esperar ni un segundo más para verle.
     
    Top
    .
  8.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Que pena que no haya podido ver a Akihiko antes de irse. Pero ya sabe donde vive gracias a la información que le ha dado su tío.
    Akihiko se veía muy enamorado de Misaki al igual que Misaki de él, creo que se casó con esa tipa por que lo han obligado.
    Misaki se ve que no quiere casarse con Kyo, espero que de verdad vaya a Akihiko y este le aclare por que se casó.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
  9.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Aprendiendo Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    468

    Status
    Offline
    Capítulo 4

    Llegó a un barrio residencial a las afueras de Tokio, justo donde le había indicado su tío, y paró frente a la verja de aquel chalet. Se sentía nervioso, quería llamar al timbre pero temía que le abriera la mujer de Usagi-san. Se encontraba sumido en sus pensamientos cuando una voz infantil llamó su atención.

    - Hola- dijo aquel niño. Misaki no creía lo que sus ojos veían, un pequeño de pelo plateado y ojos amatistas le miraba con curiosidad desde el otro lado de la verja. Supo al instante que ese niño era el hijo de su primer amor, pues el parecido era asombroso.

    - Hola- sonrió Misaki agachándose para estar a la altura del niño.

    - ¿Quién eres?

    - Soy Misaki, un viejo amigo de Usa... Akihiko. Es tu papá, ¿no?- dijo el castaño y el niño asintió-. ¿Puedes avisarle de que estoy aquí?

    - Te puedo abrir yo.

    - ¿No sabes que no debes abrir a desconocidos?- le dijo Misaki con el ceño fruncido y el pequeño volvió a asentir.

    - Pero tú no eres un desconocido, eres Misaki.

    - Ya, bueno, que me acabe de presentar no significa que...

    - Papi habla mucho de ti- le interrumpió el niño y a Misaki le invadió una sensación de calidez en el pecho que no podría describir con palabras, aquello le acababa de hacer inmensamente feliz-. Dice que eres la persona más buena del mundo.

    - ¿De verdad?

    - Sí.

    - ¿Cómo te llamas?

    - Tomoya.

    - Encantado, Tomoya- dijo Misaki-. ¿Cuántos añitos tienes?

    - Estos- el pequeño le enseñó cuatro dedos.

    - Eso es casi una mano completa- le dijo el castaño fingiendo asombro, haciendo sonreír al niño.

    - Misaki, hoy he aprendido una cosa.

    - ¿Si? ¿Qué cosa has aprendido?

    - Que las hormigas levantan cincuenta veces su peso- respondió Tomoya y Misaki sonrió.

    - Eso es increíble. Oye, ¿puedes avisar a tu papá de que estoy aquí?

    - Mi papi no está.

    - Ah, ¿estás con tu mamá?- le preguntó Misaki y el niño negó.

    - Mi mamá está con la tuya- le dijo Tomoya señalando hacia arriba. Misaki miró con tristeza el dedo que apuntaba al cielo y no supo qué decir-. Estoy con Tanaka.

    - ¿Tanaka?

    - Cuida de mí cuando papi no está o tiene que escribir.

    - ¿Y no sabes cuándo volverá tu papá?- preguntó Misaki y Tomoya negó-. Bueno, ¿te importaría decirle que he estado aquí y que me pasaré mañana de nuevo para...

    - ¡Está ahí!- exclamó el niño señalando un coche que acababa de entrar en aquella calle-. ¡Es el coche de mi papi!

    Misaki se incorporó observando aquel vehículo que se acercaba. Le costaba mucho creer que iba a reencontrarse con Usagi-san después de casi diez años, le parecía estar viviendo un sueño. Las manos le comenzaron a sudar y el corazón le palpitaba con fuerza a medida que el coche se acercaba a la verja. El coche paró en seco a pocos metros de él y, en cuestión de segundos, un muy sorprendido Akihiko bajó de él.

    - ¿Misaki?

    - Hola, Usagi-san. Pasaba por aquí y...- Misaki no pudo terminar aquella frase, pues el mayor había corrido a abrazarle con fuerza. El castaño hizo un gran esfuerzo por contener las lágrimas, ya que estar en brazos del escritor le hacía muy feliz.

    - ¡Misaki!- exclamó Akihiko sonriendo-. No me puedo creer que seas real.

    - ¡Es Misaki, papi!- dijo Tomoya feliz.

    - Sí, Tomo-chan, es Misaki- asintió sin apartar la vista del castaño.

    Tomoya, casi tan ilusionado como su padre por la visita inesperada del castaño, le hizo un tour por la vivienda a Misaki, quien iba de la mano del pequeño, girándose de vez en cuando a mirar al escritor. Akihiko no apartaba la vista de su antiguo amor, como temiendo que fuera a desaparecer en cualquier momento.

    - Tomo-chan, ¿por qué no ayudas a Tanaka a preparar la comida?- le dijo el escritor una vez llegaron al dormitorio del pequeño, quien se había puesto a enseñarle todos sus juguetes a Misaki.

    - ¿Eh? Pero yo quiero estar con Misaki...

    - Te encanta ayudar a Tanaka, seguro que se pone muy contento si vas.

    - Pero Misaki...

    - Misaki se quedará a comer con nosotros- dijo Akihiko sorprendiendo al castaño-, ¿verdad, Misaki?

    - No me gustaría molestar- dijo Misaki con una pequeña sonrisa.

    - ¡Por favor, come con nosotros!- le pidió Tomoya y Misaki asintió-. ¡BIEN!

    - Venga, ve a ayudar a Tanaka, así te asegurarás que la comida está perfecta para Misaki.

    - Está bien, voy a ayudarle- asintió el pequeño-. No te vayas, ¿eh?

    - No te preocupes que de aquí no me muevo- le sonrió Misaki-. Estoy deseando probar lo que vais a cocinar Takana y tú.

    - ¿Te apetece un té o un café?- le preguntó el escritor una vez se quedaron a solas-. Tenemos que ponernos al día, ¿no crees?

    - Desde luego. Tienes un hijo...

    - Sí.

    - Jamás te hubiera imaginado con un hijo- expresó Misaki mientras salían del dormitorio del niño para ir al salón.

    - Ni yo- admitió Akihiko-. Yo no quería pero mi mujer sí.

    - Debió de ser muy persuasiva- comentó Misaki y Akihiko no dijo nada-. Nunca me dijiste que te gustaban las mujeres.

    - Y no me gustan- le dijo el escritor.

    - ¿Qué? Pero te casaste y tienes un hijo- Misaki le miró sin entender y el mayor suspiró.

    - Aikawa era mi mejor amiga y, bueno, sus padres le estaban haciendo la vida imposible y querían obligarla a casarse con un imbécil porque sabían que ella se estaba viendo con una mujer. Fue todo una farsa, Misaki. Aikawa me pidió el favor y yo acepté.

    - ¿Aceptaste casarte? Es un favor muy grande.

    - Lo sé, ojalá pudiera decir que fue completamente desinteresado pero no fue así- dijo Akihiko-. Mi suegro tiene una editorial.

    - Comprendo- asintió Misaki y sonrió-. Ya no eres un escritor fracasado.

    - No, ya no- dijo devolviéndole la sonrisa-. Me parece increíble tenerte delante.

    - A mí también, Usagi-san.

    - Bueno, cuéntame, ¿qué tal por Francia?- preguntó Akihiko y Misaki le miró sin entender-. ¿Volviste hace mucho o...

    - ¿Qué? Yo nunca he salido del país, Usagi-san- dijo Misaki y al escritor se le borró la sonrisa-. ¿De dónde has sacado eso?

    - No, nada, olvídalo.

    - Usagi-san, dímelo- le pidió Misaki sabiendo que ocultaba algo.

    - Me lo dijo tu hermano.

    Misaki no podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Su hermano le había dicho a Usagi-san que estaba en Francia? ¿Por qué? ¿Cuándo se habían conocido su hermano y el escritor? No entendía nada.

    - ¿Mi nii-chan?

    - Misaki, después de nuestra ruptura yo me sentía muy mal porque fui un imbécil y...

    - Fuimos unos imbéciles- le dijo Misaki agarrando su mano y acariciándola con cariño.

    - Lo siento tanto...

    - Yo también, Usagi-san, pero ya han pasado diez años, ya da igual quién dijo qué en un momento de enfado.

    - Tienes razón. El caso es que yo me sentía fatal sin ti y necesitaba verte así que, después de acosar al personal del hotel durante días, una cocinera me dio el número de teléfono de tu casa y llamé. Tu hermano me dijo que te habías mudado a Francia a estudiar repostería, le dije que quería contactar contigo y él me dijo que tú estabas saliendo con otro.

    - ¿QUÉ?- exclamó indignado-. ¡Estuve años sin salir con nadie!

    - Misaki, tranquilo...

    - ¿Que me tranquilice? ¡De no haber sido por mi nii-chan podríamos haber estado juntos!- Misaki, al darse cuenta de que había alzado la voz, decidió serenarse-. Lo siento, es que me da mucha rabia que mi nii-chan... ¿Cómo pudo mentirte de esa forma?

    - Lo importante es que nos hemos vuelto a ver- dijo el escritor-. No ha habido día en que no pensara en ti, Misaki. No te haces idea de lo mucho que cambiaste mi vida.

    - Usagi-san, yo también pienso mucho en ti- confesó Misaki sonrojado y Akihiko le acarició la mejilla. El menor puso su mano sobre la del escritor, quien reparó en el anillo.

    - ¿Te vas a casar?- preguntó Akihiko borrando su sonrisa. Misaki apartó la mano rápidamente y desvió la vista a su anillo, asintiendo lentamente-. Vaya, enhorabuena.

    - El sábado que viene.

    - Justo en una semana- dijo Akihiko con cierta tristeza.

    - No sé cómo decirle que no me quiero casar- dijo Misaki sintiéndose aliviado de haber dicho aquello en voz alta-. No es que no le quiera es que... No eres tú.

    - Misaki- dijo el escritor con lágrimas en los ojos-. Si le quieres cásate, te mereces una vida al lado de alguien que te ame.

    - ¿Tú ya no me amas?- preguntó el castaño con un hilo de voz, sintiendo que se le partía el corazón.

    - Te llevo amando diez años.

    - Entonces no me casaré y me quedaré con vosotros- dijo Misaki-. No pretendo ser ningún remplazo de su madre pero te prometo que querré a Tomoya como si fuera mi hijo y...

    - Cásate con tu novio. Es lo mejor, créeme.

    - ¿Cómo puedes afirmar que me amas para luego decirme eso?- le preguntó Misaki rompiendo a llorar-. ¿No te das cuenta de que yo solo quiero estar contigo?

    - Lo último que quiero es que sufras.

    - ¡Pues no se nota!

    - No te imaginas cuánto me está costando decir que te cases con otro- dijo Akihiko también al borde de las lágrimas-. Me encantaría ser egoísta y pedirte que no te vayas de mi lado nunca pero no te puedo hacer eso, Misaki, te mereces ser feliz.

    - ¿Y crees que con él voy a ser feliz? ¿Crees que si pudiera ser feliz con él hoy estaría aquí? ¡Si he venido es porque no quiero casarme con mi novio y si tenía alguna duda, se ha esfumado en el momento en que te he visto!- dijo Misaki y se quitó el anillo del dedo-. Te amo, Usagi-san, más que a mí mismo.

    Akihiko, no pudiendo contenerse más, se abalanzó sobre Misaki, atrapando sus labios. El castaño se agarró con fuerza a los hombros del mayor, intensificando aquel beso.

     
    Top
    .
  10.     +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Maestr@ en Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    5,596

    Status
    Anonymous
    Me ha gustado el capítulo.
    Por fin se han reencontrado.
    Akihiko tiene un hijo y este sabe de Misaki y quiere que est3n juntos.
    Ya se veía que Misaki no quiere casarse con Kyo, es que es diferente querer a alguien y amar a alguien y Misaki siempre amo, ama y amará a Akihiko.
    Esperaré con ansias la conti.
     
    Top
    .
9 replies since 23/7/2020, 12:17   297 views
  Share  
.