29°reto literario "Writober" [Naruto]AU "Completo" // N°17: Transformación

Zabuza x Haku

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    soy la inocencia perdida y cada uno de tus sueños, soy la parte oscura que habita dentro de ti

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    Pareja: Zabuza x Haku


    "Completo"



    -Así que este es el final...

    Se hallaba acostado en un charco de su propia sangre, rodeado de cadáveres, solo era otro soldado caído en medio del campo de batalla, un excelente guerrero si, tanto que sus adversarios lo creían un demonio dado su crueldad al matar y la ferocidad de su ataque pero finalmente era sólo un hombre, sus heridas eran graves, habían sido un gran número de enemigos, lucho hasta que ya no pudo levantar más su espada, no sabía porque pero lucho para defender su vida pese a que esta carecía de significado.
    -el demonio entre la niebla, ahora no luces tan aterrador ¿no es cierto? - de la nada un hombre apareció ante el medio del campo de batalla -siempre me pregunté qué te hacía tan feroz y letal, ¿no me recuerdas? No me sorprende un hombre como tú, sin nada que le importe, hace unos años asesinaste a todos los que amaba, pensé que te quería muerto, te he estado siguiendo ¿sabes? Así me di cuenta de que la razón de que seas tan efectivo como soldado, es porque no le temes a la muerte dado que no tienes nada por lo que vivir, así que... ¿Por qué darte la paz de la muerte? No, alguien como tú no lo merece, Zabuza el demonio oculto entre la niebla, has sido lo último que muchas personas ven antes de por fin hallar la paz de la muerte, sin embargo tu no tienes ese derecho, no permitiré que lo tengas...

    ***************




    Solo quería algo de diversión para esa noche, la mascarada en honor a la noche de todos los santos, y tal vez si corría con suerte también encontraría algo decente que comer, solo tal vez... había puesto sus ojos en una hermosa doncella, el perfume natural de su cuerpo se mezclaba con el perfume de jazmines que la chica había elegido para esa noche, su piel de un blanco casi inmaculado resaltaba sus rosadas mejillas y su cabello como el oro, nada espectacular advirtió Zabuza, desde su transformación hace casi un siglo había asistido a incontables celebraciones de toda clase desde las modestas y pequeñas fiestas patronales hasta los opulentos y vanidosos festejos de la aristocracia.
    Esa doncella si bien joven y hermosa no era nada especial, había tenido ya a muchas como ella sin enbargo al parecer sería lo mejor que la noche tenía para ofrecerle a alguien incompleto como él.

    -señorita. -Zabuza se inclino frente a la joven y beso una de sus manos, encantada ella correspondía el gesto. - ¿me permitíria el honor de esta pieza?

    Solo una cortesía de etiqueta, pues sería la última noche en que esa señorita bailará, la última noche de su vida, Zabuza había observado como ella lo había mirado durante toda la noche, estaba seguro de que le diría que si y no se debía al magnetismo propio de su especie, pues la lujuria de ella inundó sus fosas nasales casi desde el primer momento.

    Debió haber sido fácil.

    Solo otra noche en su larga y eterna condena, solo quería algo de comer ¿porque tenía que aparecer ahora? Se sintió atrapado desde el momento en que llegó a él una ráfaga de viento que se había colado por una de las muchas ventanas abiertas, trayendo consigo el susurro de su aroma, tan débil que casi se perdía entre la mezcla de perfumes y almizcles de aquella mascarada sin embargo Zabuza lo conocía tan bien, obsesionado lo habría encontrado donde sea y aún así lo que quería era huir de él, no por la edad del niño o porque fuera un varón, si bien siendo humano jamás había experimentado esa especie de deseos tampoco había sido lo que se consideraría una buena persona, ni siquiera una persona decente pero, ese niño parecía tan puro e inocente en medio del mundo en podredumbre que no se había atrevido a ensuciarlo, desde esa noche hace un mes la primera vez que se encontraron y su aroma quedó para siempre en su memoria, su intención había sido simplemente devorarlo, calmar el instinto básico del hambre, desde su cambio no había visto a los humanos sus antiguos hermanos como algo más que comida, nunca se había preocupado por nada más que saciar su sed, mujeres, niños o ancianos, solo le importaba el sabor y ese pequeño chico parecía muy prometedor, incluso ahora estaba seguro de que así era y no había podido hacerlo ¿que era lo que él le había dicho?

    "sabe algo, sus ojos me recuerdan a los míos"



    Esa sola frase había descolocado a Zabuza, hasta ese momento se dio cuenta de que el pequeño a diferencia de todos los demás cuando se daban cuenta de su naturaleza, de aquello en lo hacía mucho se había convertido no lo miraba con miedo o asco, ese niño lejos de suplicar por su vida o tratar de huir, le sonreía , a él, un monstruo, y era la sonrisa más sincera que Zabuza había experimentado en esta o en su anterior vida...

    Huyó

    Se suponía que era el cazador y de la nada su papel se transformó en el de la presa y tan solo por un niño, sucio y solo un pequeño huérfano en medio del invierno al que no pudo matar, al que no quiso matar, un platillo caliente y delicioso, ni siquiera tendría que molestarse en esconder el cuerpo puesto a que a nadie le importaría y aun así huyó... Pero no pudo alejarse del todo, una extraña sensación comenzo a inundarlo un hambre como nunca antes había experimentado, tan dolorosa que le recordó aquella noche en que comenzó su transformación a lo que ahora era, un hambre atroz que le recordaba que estaba incompleto, se dio cuenta de que aquel que lo había condenado tenía razón no era más un hombre pero tampoco se había vuelto un monstruo, ¿a caso era esta su prueba final?

    Sabía que tendría que elegir, durante ese mes gracias al poder que había conseguido en el mundo nocturno como una especie de mercenario a sueldo, sin verse directamente involucrado había provisto al chico de un refugio poco mejor que una choza y alimento, nada ostentoso pero no moriría de hambre o frío ¿porque lo había hecho? Si en verdad ahora era un monstruo, no tendría que matarlo personalmente pero pudo dejar que el invierno y la calle lo hicieran por él, eso habría sido lo mejor porque tal vez entonces su ansias se habrían controlado, tal vez entonces una vez más estaría seguro de que y quien era, ese último maldito mes nada parecía saciarlo, esta chica con la que ahora de manera mecánica se dirigía hacia la pista de baile si antes no le había parecido nada especial, ahora parecía completamente insípida justo como las otras diez personas que había devorado en este mes, ni siquiera había probado aún una sola gota de la sangre del niño y aún así ya era adicto a su sabor, el sólo imaginar que sus colmillos se habrían paso por su piel de porcelana para obtener el cálido vino carmesí que corría por sus venas lo hacía alucinar, descontrolarse...

    No debía ir.

    Le había costado todo su autocontrol pero no se había acercado a él de nuevo después de esa patética noche en que lo conoció, iba a devorarlo de eso estaba seguro pero no sería en medio de un frenesí de instinto, no se dejaría gobernar, él podía... Su aroma se hacía cada vez más fuerte, se mezclaba con algo una emoción que no había estado ahí antes que lo hacía de cierta forma nauseabundo pero al mismo tiempo más intoxicante,

    Miedo...

    Sin decir una palabra Zabuza dejó a la chica sola y furiosa en medio de la pista de baile, intentó no llamar demasiado la atención y se dirigió al jardín de la mansión, ya no era más el mismo, la adrenalina de esa noche hacía casi cien años lo inundaba, aspiro profundamente el aire de la noche para encontrarlo, el aroma que llegó hasta el le indico que el sudor corría por su piel, huía de algo a solo un par de calles de ahí.

    No tardó nada en llegar.

    Un sujeto corpulento, tenía acorralado a un pequeño chico de largo cabello negro contra una de las sucias paredes de un callejón , un asqueroso borracho que intentaba torpemente y con violencia rasgar sus ropas.
    Ni siquiera se dio cuenta del momento en que la vida lo abandono, el peso de su cuerpo que había mantenido atrapado al chico ahora yacía con el cuello roto en el suelo, despacio el chico se volvió y habrio los ojos, algo que parecía el inicio de lágrimas los hacia brillar a un más a la luz de la luna, Zabuza sintió sus colmillos crecer y rozar su lengua, las ansias crecían en su interior era algo más que hambre.

    -un niñito como tu, sin nadie que lo cuide tendrás la suerte de un miserable. - Zabuza permitió que sus ojos se tornarán rojos y sus colmillos fueran perfectamente visibles contra sus labios - ¿aún crees que tus ojos se parecen a los míos?

    -yo... Creo que sus ojos ahora están aún más vacíos que los míos.

    -¿que? -Zabuza retrocedio un paso cuando el pequeño se acercó a él, y extendio una de sus manos con la intención de retirar la máscara de su rostro -¿ a que te refieres? -dijo y giro su mirada hacia un sitio diferente, sin la máscara de alguna forma era más vulnerable ante el niño.

    -yo, ahora se porque estoy vivo, porque aún después de la muerte de mis padres y tras tanto tiempo en la calle sobreviví.

    -¿así que ahora sabes porque estas vivo? - curioso Zabuza, lo miro de nuevo, el niño asintió. -¿y si te dijera que estas a punto de morir en mis manos?

    -eso estaría bien. -sonrió. -ya que tu eres la razón por la que sigo con vida... ¿Podría saber tu nombre?

    -... Zabuza... -no sabia porque contestó.

    -Zabuza, mi vida te pertenece así que esta bien si eres tú quien la termina.

    -estas demente niño...

    -Haku.

    -Haku, solo te salve de un pervertido, hay muchos más peligros y esta fue la única vez que lo haga aún si decido no matarte.

    -se que durante este mes tú has sido quien me ha ayudado.

    -¿cómo?

    -yo... Solo lo sé. -no había arrogancia o un exceso de confianza en su voz pero tampoco miedo, solo se sentía bien estando con Zabuza, seguro con él a pesar de que al parecer planeaba matarlo. -pero no es por eso que te pertenezco Zabuza.

    -explicate. -dijo genuinamente curioso, Haku era lo más interesante con lo que se había topado casi sería un desperdicio matarlo pero honestamente no creía que fuera capaz de resistir la tentación de su sangre.

    -tú fuiste el único que me miró como si en verdad existiera, como si yo fuera alguien, sin lastima o asco, como si siguiera siendo una persona... Tu válidaste mi existencia, Zabuza, existo solo por ti.

    De pronto se dio cuenta porque esa noche no lo había matado, porque lo cuido durante un mes y porque ahora cambiaba de opinión, Haku no lo veía como a un monstruo o un depredador salido del infierno, Haku solo lo miraba a él, aún sin conocerlo ese niño lo miraba por quien era, no veía a el soldado o un vampiro, solo la persona que había sido, lo que quedaba de ella, entendió a lo que Haku se refería porque se sentía incompleto, no había tenido una razón real para vivir, era algo que no siquiera la transformación de humano a vampiro de le había dado, sólo poseía una existencia vacía...

    -¿sabes lo que soy Haku?

    -si y si la razón de que ambos estemos aquí ahora es que puedas alimentarte, seré muy feliz por ello. -descubrió uno de sus hombros y ofreció su cuello.
    -entonces que así sea.

    ***************



    -Ahhh...Ahh... -De nuevo se sentía como poseído por algo, con Haku sobre su regazo y desnudo entre sus brazos el control era muy difícil de mantener para Zabuza.

    -Haku.... Lo único que no quería hacer era mancharte -dijo mientras su manos bajaban por la espalda del menor hasta su trasero que acarició y apretó sin restricciones, su dedos jugando con su entrada.

    Mentiría si dijera que este no era el final esperado cuando de la nada lo tomó de la mano y lo arrastró consigo hasta su hogar en medio de la oscuridad de la noche y aún así le parecía tan irreal lo que estaba haciendo, durante todo este tiempo con algunas de sus víctimas había seguido disfrutando de los placeres sensuales de la carne pero Haku estaba muy por encima de todo ello, era ambrosía pura para todos su sentidos.

    -¡Zabuza! -una oleda de placer y dolor lo golpeó fuertemente cuando Zabuza entró en su cuerpo golpeado directamente con el has de nervios dentro de su cuerpo al tiempo que sus colmillos perforaban la carne tierna de su cuello.

    Su sabor era embriagante, después del primer sorbo Zabuza no podía parar así que lobapretó aún más contra su cuerpo, el placer era dememcial no podía dejar de mover su caderas contra las de Haku y tampoco dejar de beber el rocío de sus venas. Cambio de pocicion esta vez el chico con la espalda pegada al colchón y el encima suyo, con su piernas abiertas sobre sus hombros, aceleró su ritmo y está vez dirigió sus colmillos a uno de sus muslos, delicioso, aceleró sus movimientos, Haku gemia en medio del extasis mientras poco a poco iba perdiendo la conciencia.

    -Zabuza... -casi dormido, guió una de sus manos hasta la mejilla del mayor, se sentía tan débil pero seguía tan duro, no quería parar, jamás había pensado en sexo hasta ese momento en que Zabuza comenzó a besarlo ni siquiera fue consciente del acto mientras ese hombre intentaba abusar de él, se sentía muy bien tal vez era porque se trataba de Zabuza.

    -Haku, mi pequeño, puro y dulce Haku. - tomó la mano de menor que se hallaba en su mejilla y coloco la muñeca contra sus labios, inhalando ese increíble aroma. -eres un atractivo demasiado peligroso para alguien como yo. -una nueva mordida y Haku se corrió con un jadeo ahogado, con toda esa actividad su pulso se había incrementado demasiado provocando que su sangre fluyera como un río de extasis hacia los labios de Zabuza, pero ahora se relajaba a una velocidad alarmante, luchaba por mantener los ojos abiertos no quería perderse de un solo instante entre los brazos de Zabuza, no si esta era la única vez en que podía disfrutar de estar entre sus brazos.

    -me alimentado de ti hasta el punto de la muerte. -dijo mientras se corría dentro de Haku, su voz sonaba tranquila pese a el ligero toque ronco que la dominaba, recargo todo el peso de su cuerponsobre el chico. -te voy a dar la opción que yo nunca tuve Haku, sabes lo que soy y lo que quiero de ti, ¿estas seguro de que quieres pertenecerme Haku?

    Con sus pocas fuerzas Haku asintió.

    -bésame, entonce Haku, bésame y hazte mío por la eternidad.
    Mordió con fuerza sus labios y su lengua antes de juntarlos a la boca de Haku que de inmediato correspondió el beso, con absoluta devoción y desespero bebió la sangre que Zabuza le ofrecía directamente de sus labios, jamás había experimentado un deseo como ese enredo sus dedos en el cabello negro del mayor y tiro de El con fuerza pegando a un más sus rostros más allá de lo imposible, no podía dejar de beber y no tenía planeado hacerlo hasta que un calor infernal comenzó
    a brotar desde sus entrañas, extendiéndose por todo su cuerpo, dolía como el infierno, mucho más que la primera mordida de Zabuza.

    -tranquilo Haku. -dijo Zabuza apartándose de él, limpio la snagre restante desu boca con el dorso de la mano. -morir siempre duele. -acarició su rostro -pero es necesario para comenzar tu transformación y terminar con la mía.

    Esta era la razón para encontrarse, Haku estaba hecho para él, como hombre había sido un soldado cruel y sanguinario sin más motivos para matar que las órdenes de su amo y el placer que esto le provocaba pero vacío, sin una verdadera razón para vivir, después de su renacimiento como vampiro había seguido incompleto siempre le había hecho falta algo, la inocencia y pureza de Haku, eran algo que el jamás había poseído ni cuando fue un niño, él sólo destruía todo aquello que tocaba pero con Haku, su Haku era diferente, no se había dado cuenta de ello entonces pero desde que sus caminos se cruzaron esa noche había descidido transformarlo, y no se refería al hecho de que ahora era un vampiro novicio, eso sólo era un aspecto Haku ahora era más fuerte, más hermoso, ahora la muerte y el mundo jamás se robarian el brillo de sus ojos ni la inocencia de sus labios, serían inmortales, esos hermosos dones que no cualquiera podía tener serían eternamente de Haku, y Haku era suyo.

    Zabuza lo había hecho un ser perfecto y eterno, había logrado capturar la inocencia que desde siempre le había sido negada. Su transformación había terminado.

    Ahora estaba completo.
     
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