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.Unas manos más grandes que las de él, un aroma fuerte incluso con matices de violencia pero que él siente gentiles. Después de todo el dueño de eso se ha sometido a él, eso... El dueño de esos recuerdos era su destinado al que lamentablemente no podía recordar al cien, ni siquiera era capaz de distinguir el color de su cabello pero estaba seguro de quien era, debía ser Yuuki, nadie más. El pelirrojo que era su esposo era el único capaz de ser aquel hombre, la afinidad que sintió cuando se encontraron era una de las principales evidencias. No importaba que su cuerpo hubiera rechazado la mordida, tan solo debía deberse a su condición débil de nacimiento.
Sus manos presionaron las sábanas y escuchó la voz del mayor preguntarle, con aire juguetón en qué estaba pensando. Yuu era tranquilo, amoroso, incluso para tomarlo no se parecía en nada a aquel bruto que lo había abusado. Por el pelirrojo era capaz de sobrevivir a aquellos recuerdos. Murmuró su nombre, estaba cerca del clímax, las embestidas certeras de su alfa siempre lograban provocarle fuertes orgasmos, era vergonzoso que su suegro lo escuchara pero había aprendido a vivir con eso. Su último gemido es el más sonoro y luego de eso siente su interior lleno, caliente. Hace un par de días confirmó su embarazo y presiente que es por eso que el mayor está tratándolo con más delicadeza. Estoy bien... Exclamó mientras sentía al otro rodearle la cintura y recostarlo a su lado. En los brazos de su pareja era donde podía dormir más a gusto. Lentamente cerró los ojos volviendo a soñar de vez en cuando con otra vida. En aquella también había tenido un par de hijos.
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Habían pasado cinco años desde que conoció al asiático, él y su padre solían viajar por cuestiones laborales a diferentes destinos, China fue uno de tantos el que si bien no le emocionó al inicio fue uno que cambió su vida. Recordaba ciertas cosas de una vida anterior donde principalmente fue ciego, aparentemente un omega pero no es capaz de recordarlo del todo pero cuando conoció a su actual esposo le pareció que no pudo ser nada más que un alfa, su destinado era un frágil omega después de todo. Todavía era joven pero como su padre le comentó, su alto libido le llevó a poner sus manos en el asiático menor de edad, casarse no fue apresurado, de todas maneras no podía pensar en nadie más para eso. Sin embargo, siempre ha tenido una terrible debilidad con los rubios, no es capaz de darse cuenta el por qué pero hace un par de meses terminó en una aventura.
Cuando el asiático la descubrió fue la primera vez que observó llorar a su omega. La delicada figura de Shen temblando mientras le decía que era un idiota le hizo sentir un terrible remordimiento. No le importó cortar toda conexión con aquel rubio y cambiar de trabajo con tal de mantener consigo al pelinegro. Cree también que el embarazo de este ha sido un intento de Shen por reforzar su relación pero no le molesta, encuentra adorable la forma de ser del otro a pesar de lo agresivo que podía ponerse con celos.
Lo recostó en sus brazos, había sido tonto su desliz cuando los mejores orgasmos siempre habían sido con el cuerpo del omega actual. Cerró los ojos, tenía trabajo temprano.
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Estaba joven cuando tuvo a Yuuki, su pareja había sido una pelirroja de personalidad fuerte pero amable, se sintió identificado con ella porque ambos tenían descendencia europea en un país asiático. Ella había sido la que nombró a Yuu con aquel nombre y a él le pareció bien aunque no calzaba con el apellido de su familia. Había cumplido todos los caprichos de su mujer sin importar cuan difíciles fuera, cuando ella murió dejó un enorme vacío que por suerte pudo suplir con la presencia del pelirrojo. Yuu se encargaría de ampliar su familia, él había sido firme en no volver a casarse y mantener relaciones desinteresadas de vez en cuando, así era más fácil, el único omega con quien tenía una relación cercana era con el esposo de su hijo, sentía un cariño especial por este como si fuera otro niño más para él.
Por eso no le molestaba vivir juntos aunque los gemidos nocturnos de la actividad de sus retoños lo perturbaran a veces. Suspiró, ese día se habían mudado a un nuevo vecindario y estaba cansado de acomodar cajas y desempacar pero los jóvenes de ahora tenían demasiada energía.
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Mantiene los ojos cerrados, no con fuerza, sino relajado.. inhala y exhala, le gusta mantenerlos cerrados cuando recuerda como ha derrotado a un oponente especialmente molesto. Su madre fue quien lo inscribió desde hace años en clases de defensa personal, para aprender a controlar la fuerza innata con la que había nacido, ya que ellos no eran totalmente humanos, sino.. algo más. Podían practicar incluso magia, la de él era afín con el fuego principalmente, mientras que su hermano menor hielo, eran mellizos con apenas minutos de diferencia, pero él era el mayor. En el presente le están entregando un trofeo, era su último año como estudiante de instituto, el próximo sería un universitario, no lo sabía.. no sabía si seguir profesionalmente el camino que forjó en aquel deporte que lo mantenía sereno.
Es el último en abandonar los vestuarios, carga bajo su brazo el trofeo de ese año, es campeón pero no lo emociona, ser el mejor no es algo que aspirase, prefería un vida más tranquila si le preguntasen, quizás vivir en una biblioteca, pero nuevamente la rabia bullia en sus venas con fuerza y sentía que se ahogaría si no hacía algo con ella. El camino a su hogar es silencioso, se ha encargado de no contar con nadie a su alrededor en ese momento, no soportaba la idea de estar rodeados de otras personas que no fuesen su propia familia. Una vez llega nota que la casa que está a lado de ellos parecía no encontrarse más desocupada, su madre mencionó algo, pero lo ignoró como lo demás.
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Lanza una maldición cuando pierde, su control no es tan bueno para evitar el hielo que se forma a sus pies ganándose un reproche de su madre en la planta baja porque aparentemente era capaz de verlo todo de alguna forma. A sus diecinueve años era un recluso voluntario, detestaba abandonar la comodidad de su propio hogar, sin embargo eso había funcionado para desarrollar irónicamente su talento, ser actual campeón reinante por cinco años consecutivos de su videojuego favorito era suficiente para mantenerlo apegado a este. Observa la foto familiar en su mesa de noche, ahí esta su madre, padre y hermano mayor.. quien a diferencia de él si lucía bien. Él por otro lado había nacido con un brazo de color completamente negro y un ojo de diferente color que realmente no funcionaba tan bien, cuando se lo consultó a su madre solo se limitó a contestar que seguramente había hecho alguna estupidez en una vida pasada.
Escucha la puerta, sabe que es Cain, también es fácil saberlo por sus pisadas desganadas e iba en su dirección después de pasar por su madre. No pareces un campeón. menciona con burla. Esquiva el libro que es tirado en su dirección, la expresión enojada de Cain le producía gracia.
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Suspira, sus niños parecían bien, no creía que recordaran aún, era mejor así. Fue la primera vez que fue capaz de encontrarlos en años, ha tenido éxito en encontrar a Adler en varias vidas, pero no así a sus retoños, pues estos dependían de su ex esposo al cual no encontró hasta hace unos años, por supuesto si eso implicaba estar con sus amados no le importaba realmente ser víctima de golpes que honestamente.. no dolían, a una persona.. ¿o ser? como lo era él. Así que finge ser un omega maltratado, así como sus vecinos fingen no ver las heridas que cubren su piel o como inventa excusas para ellas. ¡Ese día sin embargo era especial! Tendrían nuevos vecinos así que podía distraerse, su esposo además iría con su amante ese día, no es como si le importase demasiado la verdad. Lleva en sus manos un girasol que ha mantenido especialmente para esa ocasión, espera le guste a sus nuevos vecinos.
Llama a la puerta suavemente, ninguno de sus retoños ha encontrado la voluntad de acompañarlo, así que está solo con la plantera en sus manos y una sonrisa suave. Buenos días, mi nombre es Emmett, soy su nuevo vecino. sus ojos se encuentran directamente con los dorados y debe admitir que algo duele en su pecho, no pensó que se encontrarían después de la última ocasión donde Adler le pidió por favor que muriese con él siendo mayor y él no pudo cumplirlo porque aún no encontraba la forma de acabar con su propia existencia. Es un obsequio de bienvenida. expresó.
En ese momento no debe verse tan presentable o atractivo como desearía, los años pasan y aún así desea verse bien para él. Lleva en cabello recogido modestamente y sobre sus prendas un delantal, su mejilla se encuentra amoreteada aún por los sucesos de la noche anterior y tiene varias banditas en sus brazos o heridas que empezaban a curar pero jamás lo hacían totalmente.. -
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Es el primero en despertar, todavía se encuentra en los brazos del pelirrojo que dormía profundo, Yuu había hecho horas extras y trabajado en el traslado. Lo perdonaba... Si no no seguiría con él y hecho todo lo posible para embarazarse con su cuerpo frágil, aparentemente debió ser enfermizo en una vida anterior. En los primeros días que se reconciliaron solía depositar una bofetada con todas sus fuerzas sobre el rostro del alfa, Yuu era tranquilo, se limitaba a quejarse con pequeñas lágrimas, fingidas porque era consciente que su fuerza no era suficiente para hacerlo llorar, por suerte la blanca piel de este permitía que su mano quedara impresa con un bello carmín. Ese día no iba a golpearlo, desde hace tres mañanas que se limitaba a besar su frente y levantarse para preparar el desayuno. Ninguno de los alfas con los que vivía sabían cocinar por eso se encargaba de preparar el desayuno. Escuchó la puerta y el moreno que leía el periódico detrás de él se levantó, Adler despertaba más temprano que Yuu. Terminó de servir el café que había preparado para los alfas y colocó la taza especial del moreno primero, la del pelirrojo lo haría hasta que escuchara la ducha en el piso superior. Por mientras se enfocó en tostar el pan y freír los huevos. Era raro que Adler tardara tanto con alguien así que se acercó a la puerta principal. Era el omega más hermoso que había visto hasta el momento, una lástima que aquel moretón cubriera la mitad de su cara, ya entiende por qué Adler se esforzaba en hacerlo pasar. Puedo... Puedo darle una bolsa de hielo. Mencionó con cierta timidez para hacerse escuchar.
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Todavía estaba dormido cuando sintió los labios suaves del omega en su frente, era una suerte que Shen había dejado de golpearlo en las mañanas, la mano pequeña del otro era soportable pero despertarse de esa forma tampoco era su favorita, pero aceptaba que se lo había buscado por lo que se limitaba a pedirle perdón cuando ocurría. Es el último en bajar después de la ducha y está todavía terminando de abrochar los botones de su camisa cuando le sorprende encontrar a alguien extraño. Buenos días... Exclamó, era un omega joven pero a pesar de ser rubio no se sintió atraído, la mirada asesina que le dedicó su omega le hizo disculparse de nuevo y acercarse a suplicar por un beso de buenos días mientras el otro le servía el café.
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Cuando baja después de bañarse encuentra la pequeña espalda de su nuevo retoño en la cocina, Shen era el hijo más joven y próximo tendría un nieto según le había informado el pequeño, le preocupaba al ver aquella salud enfermiza pero se abstuvo de decir algo cuando veía la felicidad del asiático al buscar catálogos para decorar la habitación del bebé. Muy pronto pero entiende que el menor no tenía mucho que hacer cuando quedaba solo en la casa. Toma el periódico de ese día mientras el aroma a café le despierta un poco más, el timbre llama su atención a esa hora temprana y por eso prefiere atender, se sorprende de encontrar a un hermoso omega frente a él. A diferencia de su hijo él no poseía ninguna memoria pasada ni le solía prestar atención a esos temas, no es capaz de ubicar que aquel ser era el amor de su vida que ha conocido repetidas veces a lo largo de todas sus reencarnaciones. Sin embargo, es inevitable que se sienta atraído y en especial preocupado al notar la condición en que se encuentra. Soy Adler, insisto en que pase por favor... Solo somos mi hijo y mi nuero. Exclama para hacerle sentir más confiado de entrar, por suerte Shen asoma su rostro. No sería un buen vecino si no le ofrezco mi ayuda. Toma la flor y se encarga de guiarlo adentro, definitivamente no soportaba ver mujeres u omegas golpeados, su madre le enseñó a proteger los más débiles.. -
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¿Oh? Por supuesto había sido malentendido, era normal pensar que fue agredido por su apariencia, si mantenía las heridas ahí es porque sería sospechoso para su esposo que no estuvieran, que problema era ser maltratado. No quisiera molestar. dice suave pero lo vence la mirada preocupada del moreno. Aún si sus memorias no estaban ahí para evitarle el sufrimiento de una vida mortal que no podría estar a la par con la propia jamás dejaría de preocuparse por su salud, por él que fue su esposo en demasiadas oportunidades para siquiera contarlas. Es curioso pues no solo ha encontrado ahí al moreno sino también a las parejas de su retoños, no dudaba que pronto terminarían por unirse, era el destino de aquellos que experimentaban vidas consecutivas. Aparentemente ha ocurrido un malentendido. expresa levantando sus manos en un ademán que restaba seriedad a la situación.
Esto no es usual, fue solo una pequeña disputa que no terminó bien por los efectos del alcohol. sabe que ha mencionado esa excusa demasiadas ocasiones, tanto que ha perdido el número, así como su propia edad.. bueno no sabe si tantas. Aunque aprecio la amabilidad. les hace saber. Sonríe suave a los presentes, se imaginaba la clase de aspecto que debería de tener para los otros, debe admitir sin embargo que no es el peor que ha presentado a la fecha.
Vivo con mi esposo y mis hijos en la casa próxima. hace saber aceptando el hielo, debe fingir que este en un principio duele al tacto. Estamos casados desde hace veinte años, mi esposo es policía. también un hijo de perra que quisiera ver muerto pero ese era otro asunto. ¿Y ustedes? cuestiona curioso cual niño. Le interesaba saber que historia habían vivido. ¿Qué los trae a esta modesta ciudad?. -
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Enfoca con curiosidad la mirada en el contrario, él había sido un omega maltratado también por lo que recuerda las excusas que deben decir al respecto, en su caso solía decir que su padre era muy estricto, en China no era anormal que si su hijo no cumplía con expectativas fuese maltratado, especialmente si era un omega como él. Por eso se encuentra algo identificado con el contrario y su vida penosa, por suerte él había encontrado a Yuu. Suspira rindiéndose a las suplicas del contrario para depositar un suave beso en sus labios, era vergonzoso hacerlo de la forma usual con su suegro y el nuevo vecino ahí. No sabe si debe hacerlo en un inicio pero se encuentra sirviendo el desayuno también para esa nueva persona, al menos parecía que Adler quería pasar un poco más de tiempo con él. En la entrada ajusta la corbata del pelirrojo y le recuerda que irá a dejarle el almuerzo, es su forma también de marcar territorio.
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La forma tímida en que Shen correspondía a sus acciones era suficiente para calentarlo, de no tener que ir al trabajo y tener invitados ahí le gustaría tener relaciones, pensará pedir teletrabajo tan pronto sea más conocido para disfrutar de sus mañanas nuevamente, luego de su infidelidad había sido complicado pero ahora que el otro le perdonaba volvía a mostrar su libido sin pena. Le dedica una leve despedida al contrario antes de irse.
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Encuentra despreciable que un alfa ejerza tal violencia en su pareja, él ha enseñado a Yuu a proteger a los demás y admite que de enterarse que su hijo maltrate al asiático él mismo le daría una paliza, por eso aunque no conoce al susodicho esposo no desea hacerlo, ya era el peor tipo de calaña para él. No es ninguna molestia. Menciona, era curioso lo a gusto que se sentía con ese desconocido, el asiático era rápido captando las cosas y no tarda en también servirle, piensa que alguien como ese rubio no sería capaz de refutarle si lo forzaba de esa forma pasiva a pasar más tiempo ahí. Mi hijo encontró un nuevo trabajo y decidimos comprar una casa, espero un nieto a finales de año. El rubor invade las mejillas del pelinegro y le provoca una leve sonrisa, no cree que exista una mejor esposa para su retoño y se enorgullece de eso. Tus hijos también son bienvenidos, mi retoño es una persona sociable. Sabía que era algo torpe para relacionarse con otros omegas por comentarios de su antigua esposa pero simplemente no puede dejar solo a esa nueva persona. Lo siento si sonó atrevido de mi parte Decide beber el café, algo nervioso.. -
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La amabilidad de Adler es cautivadora, demasiado. Un tenue rubor cubre sus mejillas al saberse seducido de esa forma, lo deseaba a su lado aunque no tuviese recuerdos, aunque desconociera el porqué, era en verdad demasiado. Gracias. fingirá que no ha notado la indirecta y come tranquilamente, teniendo cuidado de no hacerlo de forma en que sospechen que sus heridas no son de verdad y que de hecho no le fuerza comer en lo absoluto. Oh, felicidades. expresa a ambos. Era obvio que el asiático se encontraba embarazado, así lo conoció en su primera vida, parecía ser que la historia estaba tentada a repetirse, lo extraño es que fuese con aquel pelirrojo, aunque en esa nueva vida Alex no era un alfa, sino un omega.
No entiende porque se disculpa pero solo atina a sonreirle al captar su nerviosismo, era joven, demasiado joven y a él le gustaba demasiado, tanto que sentía que su corazón se saldría de su pecho o sería tan ruidoso que lo escucharía desde lejos. Esta bien, no fue atrevido en lo absoluto. respondió. Junto sus manos como si hubiese tenido la idea en ese segundo y no desde que lo vio en la puerta. ¿Les parece una pequeña cena esta noche? cuestiona. Así podré devolverles su amabilidad y no me sentiría tan solo en una noche donde mi esposo se encuentra de viaje. propone intentando no presionarlo demasiado.
Así nuestros hijos podrían conocerse. indica. Sus ojos violetas con tintes rojizos se enfocan en los dorados, siempre le gustó el color de sus ojos.. -
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No sabía cómo debería hablarle a alguien que quería ayudar, en esta vida Adler había asumido una profesión no muy apta para él, ser historiador no era algo que combinara con su personalidad descontrolada y fuerte, normalmente elegía ser militar o algo más enfocado a los golpes y a su lado primitivo de dragón que ama pelear. Lo sustituye practicando artes marciales y asistiendo a pequeños enfrentamientos de vez en cuando, cuando Yuu se casó y se mudó con ellos de nuevo no sabía si era correcto continuar actuando como un adolescente. Estaba a punto de rechazar aquella oferta, ir a la casa ajena y encontrarse con un alfa al que deseaba partirle la cara no era buena idea, en especial si no podía controlar su instinto pero escuchar que aquel no estaría le hace sentirse un poco más confiado... aquel omega era demasiado inocente si pensaba que solo una bolsa de hielo y un desayuno debía ser respondido con tanta amabilidad.
De acuerdo... Iremos esta noche No ha preguntado por la edad de aquellos retoños pero espera que no exista una brecha tan grande, al menos con Shen que era todavía un niño para él. Mi nuero necesita amistades Siente la mirada de reproche del asiático pero sonríe, cuando el desayuno acaba se encuentra sin métodos para retener por más tiempo a aquella persona.
La flor es realmente hermosa, yo no suelo tener esas cosas pero decorará la sala, Shen es el que se encarga de embellecer la casa Comenta con cierta pena, de vivir solo él y Yuu sería un desastre, el asiático era el que se encargaba de acomodar y hacer todos los quehaceres. Se encuentra nervioso, no puede retenerlo a la fuerza. Ha sido un placer, nos veremos en la noche No pensó que aceptar a cenar podía sonar tan indecoroso.. -
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Está feliz de que aceptaran la invitación, se lo hace saber con la sonrisa que solo es más deslumbrante, es un niño caprichoso en el interior pese a los años que lleva encima. Pensé que sería lo adecuado. dijo con respecto a la flor, fue un presentimiento más que nada. Se despidió igualmente indicando que el placer de recibirlos era el suyo. Al volver a su hogar truena los dedos para que el desastre de la noche anterior vuelva a su estado original, no le gustaba cuando su esposo dejaba el sitio hecho un desastre. Llama a sus retoños cuando los escucha pelear en el piso de arriba, no quería quemar la casa de nuevo. Solo ellos quienes compartían parte de sus habilidades sabían de su naturaleza, su padre era totalmente ignorante de ello, de saberlo probablemente dejarían de ser un matrimonio, no buscaba aún ser un omega divorciado porque debería de conseguir un trabajo y la idea le aburría después de años de encontrarse en esas situaciones.
Tendremos visitas hoy, espero un comportamiento excelente, de parte de ambos. les hace saber frunciendo las cejas solo un poco. Les ordena prepararse mientras él prepara la cena, pretendía hacer algo sencillo para la cena.
A medida que la hora se acercaba decidió arreglarse, acomodo su cabello en una trenza baja y cubrió bien sus heridas con banditas para que no las vieran, de todas formas vestía cómodo como la ama de casa que era. Los menores optaban por atuendos acorde a su personalidad. Axel traía puesta una chamarra con gorro porque no le gustaba que vieran su brazo o el ojo ligeramente griscaseo, Cain apenas se molestaba en vestirse con una musculosa y pantalones deportivos.
Fue a recibir a sus invitados cuando escuchó el timbre.. -
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Es el único que queda en la casa cuando su vecino y el alfa se marcha al poco tiempo después, el Moreno también trabajaba en un horario similar al de su marido. Se ocupa de poner en orden nuevamente las habitaciones y hacer la colada, incluso tiene tiempo de limpiar los baños antes de ir a dejar el almuerzo a Yuu y mirar a sus nuevos compañeros de trabajo con desconfianza. Cuando se acerca la hora de la cena debe recordar que ese día no debía prepararla y por lo mismo decide ducharse y arreglarse. Tan solo peinaba un poco su liso cabello que tenía algunos mechones rebeldes y se colocaba encima una camisa algo transparente y un short de mezclilla, eran noches de verano por lo que no temía ir de esa forma, antes le gustaba exponer un poco más de piel pero ahora que sería madre cree que debe cambiar un poco su ropa.
El moreno es el último en llegar y apenas se cambian a una camisa más cómoda para ir donde su vecino. Recibe una nalgada del pelirrojo cuando se encuentra bajando las escaleras y hace un puchero. Basta... Ahora saldremos. Murmura con un pequeño rubor porque detrás de ellos venía Adler y toma el brazo de Yuu para ir a la casa. Es el moreno el que se encarga de tocar el timbre. Buenas noches... Comenta con algo de timidez, por alguna razón el aroma de uno de esos adolescentes llama su atención, si no tuviera a Yuu a su lado se sentiría mareado.
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Recibe a Shen con una sonrisa juguetona cuando viene a entregarle su comida, no le molestaba para nada someterse a esas actitudes dominantes del otro. Incluso le parece sexy que su pareja sea así. En la noche todavía tiene ganas de saltarse la comida y tomar a su pareja pero el pelinegro insiste. Saluda de forma amable al entrar, apenas recordaba a su vecino pero los hijos de este le parecen extraños, en especial el que parecía esconderse con ropa. Es un placer. Exclama mientras escucha algunas presentaciones.
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En su trabajo se encuentra pensando en la situación de su vecino, no podía evitarlo cuando le parecía un frágil omega sometido a su esposo... Debía ser por los hijos que tenían que prefería soportar eso, no le sorprendería que aquel bastardo lo amenazara con impedirle ver a sus retoños si se separaban. Suspira, a diferencia de Yuu él si tenía el almuerzo empacado y lo come a una hora cómoda, conforme se acercaba el momento de salir estaba un poco nervioso. Pregunta a sus compañeras de trabajo por un regalo adecuado y es por eso que se desvía a la tienda para comprar un pastel, no quería llegar con las manos vacías.
Ignora lo indecoroso que actuaba su hijo, debía sentirse bastante atraído al omega suponía y es el que se encarga de tocar el timbre. No me parecía correcto llegar con las manos vacías... Ah, pensé que el chocolate tal vez te gustaría.
Comenta con algo de timidez cuando entrega la caja, en la sala le sorprende un poco el aspecto de los hijos, esperaba que fueran más jóvenes o que se trataran de otros omegas dulces como la madre. Nuestra casa está al lado, son bienvenidos cuando lo necesiten. No sabe si debería agregar algo más ahora que Emmet les ha presentado con tanta emoción.. -
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Lo sabe por la forma en que los demás observaban a su madre pensando en que estaba atrapado en un matrimonio infeliz, no era así, su madre era más fuerte que nadie, no por soportarlo, sino porque realmente lo era, solo en una oportunidad lo vio usando aquello que llamaba poder, recuerda el estremecimiento que le recorrió, fue el mismo que le sucedió cuando su mirada y la de aquel pelinegro conectaban. Se presenta como "Cain" su voz es profunda, es un alfa en desarrollo, entraría en sus dieciocho próximamente, demasiado joven para los adultos, en especial su madre que decía no tener la edad que aparentaba. Ayuda a los invitados del mayor a ponerse cómodos, no ayuda a Alex a servir las bebidas porque era malo con la coordinación, se mantiene callado observado de reojo a sus invitados, en especial al pelinegro, en una oportunidad cuando lo atrapa mirandolo se relame los labios, de pronto siente algo tan similar al hambre que ese gesto es solo natural.
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Puede adivinar con que compararía Cain a aquel shock, a ese dolor que les recorría el pecho, que quemaba y ardía a la vez, ¿cómo podía ser? Se hunde aún más en su prendas que son de mayor tamaño para que pueda mantenerse así, más encogido en si mismo y evite que alguien lo vea como es, un monstruo extraño, no quería que ese pelirrojo lo notase así en especial. Su ojo es atravesado por una cicatriz de una herida que jamás tuvo y su ojo es grisáceo, apenas puede ver con él, solo lo suficiente para ser independiente y jugar a gusto, aunque en ocasiones la vista se nubla y debe ir al doctor a menudo. Su brazo es lo peor, nadie había logrado darle una respuesta del porqué aquello le sucedió, una vez siendo niños con Cain quedaron en una habitación oscura encerrados mientras sus padres pelearon, el rubio mayor le mencionó que así en la oscuridad parecía que no tenía realmente el otro brazo.
Eso deberíamos decirlo nosotros. respondió educado. De todas formas su madre lo obligaría así que se deshace del gorro, mantiene sus ojos clavados en el suelo cuando las reacciones suceden porque es lo de siempre y no quiere ver particularmente al pelirrojo verlo con desagrado. Mi nombre es Alex, soy el menor. se presenta cuando sirve las bebidas en la mesa.
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Es un gesto demasiado lindo el que tiene el moreno con él, obsequiarle algo así es inesperado. Oh, no debieron molestarse. expresó apenado. Acepta con una sonrisa y aprovecha mientras lo menores interactúan para poder dejar el pastel en un sitio apropiado. Casi puede entender la línea de pensamiento de todos cuando notan la herida de Alex, aunque no es una herida precisamente, que su esposo la hiciera sería lo lógico. Mis hijos son algo tímidos, pero espero que seamos capaces de llevarnos bien. comentó.. -
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¿Miedo? Las emociones se revuelven en su interior cuando cruza miradas con el rubio, el único alfa de aquella familia que estaba presente. Algo similar había sentido con Yuuki pero no tan intenso como la manera actual. Al igual que esa persona se encuentra mirando de vez en cuando al adolescente, agradece que Yuu esté entretenido mirando al menor de todos, aunque lo regañará después por eso puede encontrarse a gusto. Vuelven a cruzar miradas y sus mejillas se ruborizan cuando nota aquel gesto... ¿Acaso aquel alfa no veía el anillo en su dedo y que claramente venía con su marido...? Su corazón late con tanta fuerza que encuentra dificultades para respirar. Es el primero que debe beber agua para calmarse un poco, por lo mismo ni presta mucha atención a las heridas del rubio omega, cree que con aquella apariencia no debería preocuparse porque Yuu se sintiera atraído.
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No estaba tan interesado en conocer a sus vecinos, en esos momentos prefería encontrarse con el asiático en la cama haciendo cosas de adultos, pero es bueno para fingir su sonrisa amable mientras ignora como uno de los hijos llamó la atención de su pelinegro, ¿debería preocuparse por Shen gustando de otro alfa? Era consciente de que el asiático estaba enamorado de él por lo que descartaba esa idea, prefirió centrar su atención en aquella persona. Se le hace familiar la sensación de no poder ver, fue ciego mucho tiempo en su vida pasada y aunque lo desconoce en algunas de sus reencarnaciones también había nacido con una condición así. Sus roles se habían alternado por lo que no reconoce aquel como el alfa al que entregó su virginidad hace tantos años. Soy Yuuki, mucho gusto. Sonrió tomando la bebida y rozando la mano del menor, Shen lo golpeará después pero no pudo evitarlo por algún motivo.
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Ignora las emociones revueltas que tienen sus retoños al conocer a esas personas y suspira, para él era lógico que esas heridas debieron ser causadas por un padre abusivo, la vida era injusta sin duda, lo supo desde que la mujer a la que amó murió tan joven a causa del cáncer, apenas y pudo ver a Yuu cumplir los cinco años. No hay problema, mi hijo es bastante sociable y Shen es un omega amable. Exclama, tal vez Yuu lo era demasiado pero no pensaba que algo malo pasaría. Gracias, se ve delicioso. Menciona cuando está en la mesa, hace tiempo que no probaba la comida de alguien que no fuera el pelinegro, era diferente sin dudas. Por algún motivo tan solo se escuchan él y Emmet charlar, Yuu de vez en cuando comenta algo al omega rubio o se entretiene mencionando a Shen que resulta adorable verlo comer. Es la primera vez que el pelinegro pasa por alto los cumplidos, estaba más perturbado por la presencia de ese alfa menor.. -
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La emoción que siente solo aumenta al notarlo cohibido, quiere cazarlo. Contiene sus impulsos solo porque su madre está ahí, sabe que si su comportamiento es calificado como inadecuado será castigado, no le apetece en especial cuando su presa podría huir de él si estaba restringido. Busca sus ojos aún si lo incordia, encontrarlos es un sentimiento diferente en cada ocasión, no importaba que estuviese claramente en cinta por su aroma, o casado o fuese mayor que él, desde el momento en que enfocó su atención en él sabía que no estaría satisfecho hasta sostenerlo al menos una vez entre sus brazos.
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Su tacto cae directamente sobre aquel brazo que le avergonzaba enseñar por lo que no solo se cohíbe por vergüenza, sino por miedo a que descubriera que su apariencia era aún peor que solo una cicatriz sobre su ojo. Se fuerza a sonreír amable. El gusto es nuestro. responde cordial. Observa el anillo en su dedo, olía a alfa y aún así sus intenciones sobre él no parecían puras. Normalmente no le importaba que le enviasen esas señales, las personas podían ignorar el ojo pero no el brazo, así que no se molestaba en seguir el juego de otros cuando enviaban ese tipo de señales sobre sus personas. Han elegido una buena ciudad para tener a su hijo, enhorabuena. marcar las distancias desde el inicio como vecinos era necesario. Sospechaba que de no hacerlo la situación podía empeorar y debía de ser rechazado una vez más por su peculiar apariencia.
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Hablar con el moreno siempre le reconfortaba, no importaba que solo fueran sus voces las que inundaran la mesa. Solo puede lamentarlo cuando deben retirarse por esa noche, no tiene tiempo de buscar una excusa para un siguiente encuentro pues ve el automóvil de su esposo detenerse en frente a su vivienda, se suponía que no volvería hoy. Supone que será una noche larga si no tuvo sexo con su secretaria como habituaba a esas horas antes de arruinar el ambiente en su hogar. Bienvenido, cariño. saluda suave recibiendo un beso corto en los labios. El teatro de su esposo se desarrollaba cuando otras personas se encontraban ahí, era un policía correcto, un hombre agradable que se despide de sus invitados mientras sostiene con fuerza su cintura.
Sus ojos se encuentran con Adler. Buenas noches. mueve sus labios pero no emite sonido, su esposo se enojaría si hablaba con otro alfa frente a él. Una vez la puerta se cierra no es extraño que le cuestione entre dientes que hacía aquel moreno ahí, quien era. Sus hijos ya habían subido a sus habitaciones a esas alturas, ah.. su noche apenas empezaba.. -
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Cuando Yuuki le fue infiel lloró toda la noche, no entendía por qué su esposo buscó el tacto de otra persona si él siempre estaba tan dispuesto. No pensaba que tuvieran una mala relación y sus cuerpos eran compatibles, pero ahora que observa a esa alfa menor que él no puede evitar sentirse débil. Era más alto que el pelirrojo, con un aroma intoxicante aunque se da cuenta que se encarga de controlarlo esa noche. No puede prestar atención a nada de lo que habla el hermano de este o su anfitrión. Cuando Yuu rodea sus hombros al terminar la cena se da cuenta que ha pasado observando los ojos carmesí de esa otra persona y la culpa lo invade. Sus mejillas se ruborizan mientras busca tomar la mano del otro, no importaba que le atrayera de esa manera, él era mayor, estaba casado y sería mamá en un par de meses... No sería igual que el pelirrojo faltando a su matrimonio. Gracias... Ha sido una bonita velada. Murmura con timidez cuando se están despidiendo, ni cuando llega el aparente esposo de la casa es capaz de ignorar los ojos del adolescente. Ah... Él había dicho un nombre pero lo ha olvidado.
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Sonríe cuando el pequeño le menciona aquellos límites. Luego de su desliz había prometido a Shen no volver a hacerlo, no importa cuantos rubios bonitos conociera, ver llorar al asiático o perderlo era motivo suficiente para desechar cualquier intento. Sin embargo, encuentra adorable a su vecino y su forma de apartarlo. Así es, nos hemos mudado precisamente por eso. Exclama sin perturbarse, no ha pasado desapercibido para él las miradas que intercambia su pareja con el otro, por lo mismo rodea con diversión los hombros de este cuando termina cena, lo siente exaltarse levemente en sus brazos. Shen es un omega tímido y algo frágil... Me sentiría cómodo si pudieran ser amigos, suele pasar solo cuando nos vamos a trabajar. Comenta al menor, es cierto que había una brecha pero nunca descartó la idea de que su pareja pudiera relacionarse con otros omegas. El telón que cae al final de su velada era amargo, tampoco le gustaba ver la escena de una familia difuncional frente a él. Le coloca encima su abrigo al asiático. Sé que es verano pero igual me preocupo. Su tono es cariñoso mientras se retiran, su padre era el último en seguirlos.
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Encuentra curioso que no tiene problemas en conversar con esa persona, el rubio parecía entenderlo mejor que nadie, creyó que aquello solo sería posible con su esposa pero entre ellos siente una nueva conexión. Frunce las cejas cuando el momento de la despedida y en especial cuando la persona que menos deseaba ver aparece. Adler, mucho gusto. Se despide estrechando la mano de ese hombre, no necesita ser un genio para imaginar lo que le esperaría al rubio esa noche. Cuando la puerta se cierra la observa un par de segundos más antes retirarse.
Shen... Murmura para llamar la atención de su nuero, no necesita decirle mucho, de todos ellos el que podía acercarse más a aquel omega era el asiático, tal vez él y su hijo cargan de demasiadas tareas al pequeño pero no puede ignorar a alguien que sufre.. -
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Lo recuerda todo, cada pequeño detalle, su piel suave, voz delicada que no se limitó a hacer gran acto de presencia en la noche, ojos oscuros, cohibido por su presencia, se estremecía. Observa su semilla manchar su mano y parte de la madera, algunos le dirían enfermo cuando encontraba satisfacción en masturbarse cuando su madre se encontraba siendo lastimada en ese momento. Su padre alguna vez le había confrontado directamente al respecto, tan solo se limitó a decirle que no era su asunto, el mayor no hablaba con Alex desde que puede recordar entonces no importaba de todas formas.
Fue a asearse antes de acostarse, mañana buscaría la forma de encontrarse con el omega.
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Ocultarse en su habitación mientras los mayores realizan aquel teatro es normal, su habitación es a prueba de sonido, fue preparada por Emmett para ayudarlo con su ocupación actual. Su padre parecía casi gesticular una sonrisa cuando las grandes sumas de dinero se hacían presentes en su cuenta una vez ganaba un torneo, así que lo dejaba ser. A diferencia de Cain él no contaba con favoritismo alguno, era un omega para empezar y uno defectuoso, lo repudiaba desde que nació, según sus palabras no era de uso siquiera para atraer a un alfa de prestigio así que era natural que contribuyese con los gastos del hogar.
Inicia el stream de esa noche, es popular dentro del mundillo de los videojuegos desde hace años, a todos les sorprendía que fuese de los pocos omegas que se destacaban de esa forma, además si no enseñaba su brazo su rostro no era feo, aunque eso solo los incitaba a mensajes algo subidos de tono que se limitaba a ignorar. Respondía preguntas mientras iniciaba una nueva partida y se equipaba, evitaba como era habitual las muy personales.
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Estaba tan feliz esa noche con la presencia de Adler y como quería conservar esa esencia un poco más debió congelar accidentalmente a su pareja, ¿qué debería hacer ahora? Solo necesitaba sobrescribir un poco sus recuerdos y no lo notaría, pero sería extraño si no estaba herido o algo.. mm. Sabía que estaba enojado, así que dislocar su muñeca y tener algunos golpes en sus brazos parecía lo correcto, incluso se ocupó de las vendas. No iba al hospital porque sabía lo que pensarían de ellos e intentarían involucrar a la policía. Lo llevó a su habitación dejándolo en la cama, pretendía despertarlo a la mañana siguiente. Salió al balcón que daba con su habitación, deseaba tomar al menos un poco de aire fresco.. -
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Se siente especialmente aturdido esa noche, no desea que los demás lo noten porque sería vergonzoso, aunque él fuese un omega de clase baja debe ser capaz al menos de ser una esposa decente. El hecho de que un adolescente lo hubiera perturbado de esa manera no debería ser gracioso, su suegro lo trataba como un hijo más y Yuu era bueno con él. Se mordió el labio tratando de olvidar los recuerdos de esa noche, ni siquiera tiene tiempo de decirle nada al pelirrojo respecto al otro omega rubio adolescente, incluso pasó desapercibido el leve coqueteo de este. Tan pronto como llegaron le parece que lo correcto es entregarse y eso es lo que se dedicó hacer, sin embargo, nunca creyó que alcanzaría el orgasmo mientras veía el rostro de aquel joven en su cabeza.
Despierta con remordimientos y algo cansado, trata de aliviar un poco lo que siente siendo especialmente bueno esa mañana, prepara el desayuno favorito de cada uno a pesar de que le lleva un poco más de tiempo pues Yuu prefería pancakes de arándanos y Adler tocino con huevos. Al menos el café lo bebían por igual. Ah... Intentaré saludar después. Responde al moreno cuando lo observa bajar las escaleras, tiene una expresión que no le había visto.
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Ha encontrado llamativo aquel rostro, la cicatriz se le hace familiar, alguna vez él había adivinado una acariciándola con sus dedos cuando sus ojos eran incapaces de ver... Tan solo no le es posible recordar hace cuántos años o a quién fue, Shen nunca ha tenido cicatrices de ese tipo. Cuando ingresan a la alcoba esperaba recibir un golpe por parte del asiático, es consciente de que tal vez había sido un poco coqueto con Alex e incitado el leve roce de sus manos, pero en vez de reclamos molestos lo que siente es a su pareja en sus brazos. Inesperado sin duda... ¿Tal vez se sentía culpable? Debía ser ciego de verdad para no haber visto como extremeció la presencia del alfa adolescente a su esposo. Pero no lo culpa, aquel rubio tenía un aroma sumamente fuerte y su Shen siendo tan delicado... Seré gentil... Murmura, suele dedicar palabras cariñosas en el preámbulo, cuando se encuentra excitado los sube de tono sin darse cuenta. Rememora la presencia del adolescente rubio cuando se encuentra próximo a dormir, el peli negro suele reposar sobre su pecho y dormir casi de forma instantánea.
Como siempre es el último que baja a desayunar.
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No suele intervenir en el matrimonio de su hijo, tan solo la vez en que se enteró de la infidelidad de Yuuki lo regañó, por eso ni siquiera piensa en que la cena de esa noche afectó a su nuero o que el pelirrojo fue coqueto de nuevo con un omega que no era su pareja. Estuvo más concentrado en la madre. Se dio cuenta en la mañana pero esa noche lo confirmó, Emmet era hermoso, hace tiempo no había sentido una conexión con alguien, no recuerda ni que la que tuvo con su esposa lo hubiera estremecido así... ¿Estaba enamorado a su edad? Era un padre joven según algunos pero eso no debía ser el asunto... El rubio necesitaba ayuda y no que otro alfa lo sedujera para darle más problemas a su vida.
Está cambiándose de ropa cuando el ruido de una ventana le llama la atención. Él tomó la habitación más próxima al balcón para proteger la moralidad de esa casa o ya se podía imaginar a Yuuki aprovechando ese lugar tan visible para mantener relaciones.
Su corazón se estremeció al ver de quién se trataba. ¿Estás bien? Su tono ha sido suave, no sabe si tal vez el otro no fue capaz de escucharlo... Observar los moretones le provoca fruncir el ceño, es la primera vez que se encuentra cara a cara con una situación de esas. Decirle que lo quiere ayudar le parece más impertinente siendo que apenas se conocen pero le resulta inevitable no quedarse ahí para hacerle compañía.
A la mañana siguiente está un poco desvelado y agradece que el café sea fuerte, sonríe al omega y lo despeina un poco. Desearía ser él quien se acerque al vecino pero siendo un alfa podría resultarle incómodo..
R é i n c a r n a t i o nCon DelPacifico |
