The inherent eroticism of fucking up your plans; Sportarobbie ficlet

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    QUOTE
    Título: The inherent eroticism of fucking up your plans
    Fandom: Lazy Town
    Pareja: Sportacus/Robbie Rotten
    Género: fluff
    Advertencias: ninguna
    Longitud: 842 palabras
    Notas: ninguna


    Disclaimer: Los personajes no me pertenecen pero los amo profundamente y quiero mostrarlo de alguna forma

    Si hay algo que le gustaba a Robbie Rotten, era comer porquerías.

    Si hay algo que le gustaba a Robbie Rotten más que comer porquerías era ¡que todo el mundo lo hiciera! Y por todo el mundo, claro, se refería a Lazy Town.

    Si nadie comía sano en Lazy Town, nadie tendría por qué recriminarle su para nada sano estilo se vida.

    Y si algo había que le gustaba a Robbie Rotten más que hacer que todos en Lazy Town comieran porquerías, era arruinar cualquier plan estúpido y bonachón que Sportacus tuviera.

    Entre aquel maldito duende y la rosada niña entrometida, Robbie no encontraba espacio para llevar a cabo sus estupendamente bien pensados y malvados planes.

    Aunque, de ser honesto, sus planes no siempre estaban pensados para que triunfaran, pues a veces ¡y sólo a veces, que quede claro!

    Su mayor triunfo era ser rodeado por los fuertes brazos del duende en un agarre que lo detuviera de una vez por todas.

    No sólo le sorprendía la fuerza de aquel ente azul, pues Robbie era considerablemente más alto que el, sino también, la delicadeza con que lo tomaba.

    Cabría esperar que tras tantas y tantas veces que ocurría lo mismo, Sportacus estuviera cansado de lidiar con él al punto de abstenerse de consideraciones, sin embargo, este nunca fue el caso.

    Cada vez que ocurría, Sportacus tomaba suavemente a Robbie, como si temiera hacerle daño.

    A veces incluso, Robbie saltaba a los brazos del duende, sabiendo de antemano que este lo atraparía sin dudar con la misma suavidad de siempre.

    Incluso había percibido que la forma en que lo cargaba no era igual que la forma en que sostenía a alguno de los mocosos.

    Robbie se alejó de ese tren de pensamiento y decidió salir de su preciada guarida.

    Esta vez no tenía un plan conciso, pues lo único que deseaba era encontrarse con Sportacus para comprobar su teoría.

    Precisamente, el ente azul se encontraba rodeado de los pequeños y molestos seres que llenaban Lazy Town, comenzando por aquella mancha rosa.

    La niña lideraba al grupo de desagradables hormiguitas, a su vez, ella seguía a Sportacus, quien parecía bastante inmerso en atravesar un circuito grande y complicado de obstáculos y juegos que requerían una destreza magistral.

    Los niños miraban con admiración al duende, quien ágilmente atravesaba cada obstáculo con la gracia de un siervo.

    Entre saltos, volteretas, carreras y muros trepados, Robbie término embelesado en los fuertes músculos de la espalda de Sportacus, quien reía feliz e ignorante de que estaba siendo observado.

    Robbie aprovecho un salto en liana (¿una liana? ¿qué clase de diversión podía encontrar el espanto azul en algo así?) para interponerse entre Sportacus y el otro extremo del circuito, aquel al que debía llegar columpiándose.

    Los niños emitieron gritos y quejas, protestando con hastío que Rotten hubiera llegado nuevamente a terminar con su diversión.

    Este ignoro completamente a aquellas pequeñas molestias y centro su atención en Sportacus, quien lo miraba inquieto y exasperado por no haber podido completar impecablemente aquel circuito.

    - Oh, deja de mirarme así, Sportacus- Rotten comenzó a pasearse alrededor del duende, a sabiendas de que realmente no lograría mucho ese día al no tener un plan realmente estructurado. - Todos sabemos que habrías terminado de forma perfecta ¡hurra hurra!- se burló mientras iba cerrando la distancia entre ambos.

    - Yo no tengo problema en que te unas. Me encantaría verte completarlo- y aunque su tono era amable, la clase de tono que inspiraba a Robbie a besar su frente, había un destello desafiante en sus ojos, la clase de destello que inspiraba a Robbie a besar sus labios.

    - No tienes tanta suerte- los niños habían comenzado a impacientarse con la presencia de Rotten, y este no quería escucharlos, de modo que apuro su misión y saltó a los brazos de Sportacus.

    Supo, en efecto, que la manera en que el duende lo cargaba costaba mucho de ser la misma en que cargaba a los niños.

    La mano de Sportacus que sostenía su cintura, temblaba ligeramente, como si ansiara acariciar el costado de Robbie, mientras que aquella debajo de sus muslos parecía agonizante por tocarlos.

    Robbie sonrió, feliz de descubrir que aquella atracción y necesidad de contacto no era unilateral, sólo que Rotten jamás hacia las cosas sencillas.

    - Quizás, si vuelves a repetir este tonto circuito y dejas de lucirte, me una- y antes de que Sportacus pudiera decir algo más, saltó de sus brazos.

    Sportacus sabía que Robbie sabía que deseaba acariciarle, tanto así que sus mejillas sonrojadas y su mirada frustrada, hicieron la felicidad de Robbie de aquel día.

    Si había algo que le gustaba a Robbie Rotten, era atender contacto físico con el duende, pero si había algo que le gustaba mucho más, era hacer desesperar a este mismo, mientras muy en el fondo deseaba besar esas dulces y sonrojadas mejillas.

    Porque si algo le gustaba a Robbie Rotten, era arruinar todos los planes de Sportacus, hasta que el atractivo bigote de este temblara ante la burlona satisfacción del más alto.
     
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0 replies since 31/7/2021, 05:29   37 views
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