31° Reto Literario "De vacaciones" // Saga de Percy Jackson // Nuevos recuerdos

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    Me he tardado mi tiempo, pero tuve una idea inmediatamente después de saber de este reto y he tenido que madurarla un poco (y pasar las vacaciones con mis padres y luego con mi novia) para acabar de redactarla. La historia se puede leer independientemente de conocer el universo o no (a excepción de algunos detallitos). Para los que sí hayan leído la saga, este shot tranquilamente puede pasar entre el final del libro 10 hasta los actuales.

    QUOTE
    Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a Rick Riordan
    Pareja: Will Solace x Nico Di Angelo
    Serie/caricatura/cómic/etc: Saga de Percy Jackson
    Género: Romance, fluff
    Palabras: 1982
    Clasificación/Rating: +7
    Advertencias: Posibles spoilers.

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    Obra de >>Alessia Trunfio<<. No me he atrevido a mancillar esta preciosa creación con un burdo edit de los míos.


    AA_-_Favorito_50



    Nuevos recuerdos



    Cuando las palabras «semidiós» y «vacaciones» se juntan, muy probablemente el resto del mundo se lo tome como una ofensa y te ataque. Percy y Annabeth habían ya tenido los suficientes sustos para ello, así que sus escapaditas eran breves, fines de semana en coche, principalmente. Volvían de un paseo de tarde después de unos días sin hacer nada cuando ocurrió:

    —¡Mira esto!

    Percy se había detenido en mitad de un paso y miraba un mostrador con todo el interés del mundo. Su novia se acercó a ver.

    —Una tienda de juguetes… ¡Oh!
    —¡Sí! ¡Hay cajas de cartas de Mitomagia! No encontraré mejor momento de darle a Nico un detalle como este.

    Annabeth frunció el ceño.

    —No sé si es lo más apropiado, Sesos de Alga.
    —Ya está, ya me estás llamando inocente.
    —Y muchas otras cosas —bromeó la hija de Atenea.
    —¿Se puede saber que tiene de malo? Lo ha pasado mal y nunca hemos tenido la oportunidad de hacer las paces. Creo que sería buena idea.
    —¿Y qué pensará Will de ello? Es su novio. ¿Va a aceptar Nico siquiera el detalle viniendo de ti?

    Percy hizo una mueca, comprendiendo las preguntas. Pero se sentía optimista, así que entró y compró una caja. Annabeth no le dijo nada más, así que supuso que no sería tan mal plan, ¿verdad? Además, nada le impedía hablar antes con Will para cerciorarse de que el hijo de Hades no le lanzara un par de esqueletos encima (otra vez). Se hizo a la idea mientras conducía hasta el Campamento Mestizo.

    —Dice que pueden jugar entre dos y cuatro personas a la vez solo con esta caja, parece una buena elección para regalar —explicó Annabeth, en el asiento del copiloto.
    —Ah, ¡yo no he leído nada! Ni siquiera sé jugar. Era por si Nico quería recuperar su colección.

    Annabeth sonrió con ternura a la caja, de manera que el conductor no se dio cuenta de ello.

    —¿Planeas que te enseñe?
    —Pues ahora que lo dices, no es mala idea —contestó Percy, después de un instante pensando—. ¡Y que juegue Will con nosotros, sería ideal! ¿Te apuntas?
    —Mejor no, Nico y yo…

    Lo dejó en el aire. Percy lo captó. Intentaban evitarse, era un ambiente más incómodo el que había entre los dos, más que el que Sesos de Alga podía percibir en el día a día. Pero lo entendió esa vez, y de paso metió una más que creíble excusa y posible escenario:

    —Tienes razón, a la que te enseñe una vez nos vas a dar mil vueltas a todos y se trata de que el chaval se divierta, no que se nos ponga competitivo si pierde. Si el rencor es su Defecto Fatídico, no quiero que empiece por esto.
    —Qué listo, mi novio, ya le va cogiendo el truco.
    —¡Gracias! Ahora me duele un poco la cabeza…

    Con el plan trazado de pasárselo bien y dar una alegría, dejaron el coche y encararon el campamento. Pronto, Annabeth se desmarcó y dejó a Percy y la ilusión de un regalo solos para que se produjera o bien el feliz encuentro o bien una tormenta. El hijo de Poseidón caminó con ganas hasta Nico y Will, que estaban sentados juntos en el Gran Comedor. Faltaba un rato para la cena, pero siendo poca gente en el campamento no había muchas actividades preparadas. Era un buen momento para descansar en un sitio cómodo.

    —¡Hola, chicos! —entró Percy, cortando una charla entre susurros.
    —¡Percy! ¿No estabas de vacaciones? —preguntó Will.
    —Escapada corta esta vez. —No esperó a que Nico le dijera nada, porque no lo haría—. ¡Tengo algo para ti!
    —Odio las sorpresas —escupió con desgana el hijo de Hades.

    Percy estampó la caja de cartas de Mitomagia en la mesa con ganas, haciendo resonar todo el cartón que contenía. La caja quedó igual que en el mostrador donde las había encontrado, en vertical.

    —¡¡Ta-da!! ¡¡Mitomagia!! Annabeth y yo las hemos encontrado paseando por Nueva York y he pensado que podrías retomar tu afición y…
    —Ya no soy un niño, Percy.
    —¡No he acabado! … Y que nos enseñaras a jugar a Will y a mí. A Annabeth no, que nos da mil vueltas. ¿Qué dices? Y no repitas eso de que «eres un niño», porque si mi estupenda novia me dice que yo lo soy, seguro que vosotros también. Y los niños juegan.

    Nico miró la caja con cierto recelo, aunque apenas había movido el resto de su cuerpo.

    —La última vez que tuve cartas de Mitomagia fue cuando…
    —Ya lo sé —cortó Percy, más calmado—. Tu hermana. Sé que cuesta, pero ahora tienes el control de tu vida, un novio estupendo (no os pongáis rojos, que todo el mundo lo sabe y chilla por vosotros) y estas cartas no tienen la culpa.

    Eran buenos argumentos. Nico se recolocó en su asiento de piedra y miró detenidamente el nombre del juego.

    —Creo que lo que quiere decir Percy —añadió Will— es que podrías crear nuevos recuerdos, recuerdos felices, jugando de nuevo. Era tu afición, y no ha pasado tanto tiempo. Si estás preparado, podemos dar ese paso.

    Nico Di Angelo rodó los ojos, suspiró, miró al suelo, taladró la caja con sus ojos y luego miró de forma muy suave a Will como Percy jamás le había visto hacerlo. Por un rayo de Zeus, sí que se notaba todo lo que le gustaba.

    —Vale. Os enseñaré a jugar —aceptó. Luego se le escapó una risa macabra—. Te voy a destrozar, Jackson.
    —Qué remedio, no tengo ni idea y, según Grover, este juego es de lo más complicado. —Se sentó con ellos (¿en qué mesa estaban? No en la suya, desde luego) y le pasó la caja a Nico con más delicadeza esta vez—. Venga, si Annabeth me puede enseñar mates, tú puedes enseñarme de esto.

    Will y Percy se sonrieron con aprobación mutua y observaron a Nico abrir la caja con sumo cuidado. Se empezó a mirar las cartas una por una con ojo analítico, primero lentamente, y luego, en una segunda pasada, a repartirlas en tres montones distintos a bastante más velocidad. No tenía ningún aspecto de estar incómodo siendo observado de esta manera.

    —Tomad una baraja. Creo que las he equilibrado bien.
    —¿No venían con figurillas? —recordó Percy, aunque hacía años de la última vez que oyó a hablar de ello.
    —Sí, pero no son imprescindibles para jugar, y añadirían un extra de dificultad.

    Percy asintió, dando un repaso a sus cartas. Reconocía la mayor parte de criaturas y dioses que aparecían. Más tarde o más temprano se había tenido que encontrar con ellos, generalmente en condiciones peligrosas para su salud.

    —Bueno, empecemos…

    Nico empezó a contar el sistema de juego: había dioses y criaturas que tenían ciertas habilidades cada uno. Los dioses (lógicamente) solían tener más o mejores efectos y fuerza, mientras que las criaturas eran más numerosas. No todas esas cartas tenían la capacidad de hacer daño directo, algunas solo servían de apoyo (la carta de Apolo era defensiva y añadía salud al jugador), y había unas pocas que no eran ni dioses ni criaturas, sino que eran magia que afectaba a uno o a ambos jugadores en el campo, como una carta que les obligaba a pelear durante tres turnos en el inframundo.

    —… Así que puede haber dos cartas de magia, una de dios y otras dos de criatura en el campo. Se puede lanzar una carta por turno y podéis atacar con las que queráis. Excepto en el primer turno de quien empiece la partida. ¿Vamos?
    —Creo que de momento lo entiendo todo —dijo Percy, rascándose la cabeza.
    —Yo también —confirmó Will.

    La partida fue de todo menos aburrida. Percy tiraba la mitad de las cartas a destiempo y atacaba a ciegas. Nico siempre tenía una trampa preparada para él y le destrozaba. Era bastante divertido oírle refunfuñar. Will, en cambio, era más precavido, optaba por jugar cartas que le dieran seguridad. Nico se las tenía para evadirle, pero el bruto de Percy entraba a todo trapo y a veces funcionaba. Sin embargo, lo mejor de todo era ver a Nico fuera de su estado tenso constante. Estaba relajado, planeaba sin presiones, se vengaba de una forma sana de Percy y chinchaba a Will cuando podía y, cuando ganó, hasta consiguió sonreír de una forma algo cercana a lo que se definiría como «estar relajado».

    —¡Ajá! ¡Te lo estás pasando bien! —le acusó Percy, tan contento y señalándole con un dedo—. Ayúdame en esto, Will.
    —Se lo está pasando bien —confirmó él.

    Nico enrojeció de inmediato, puso morritos y soltó:

    —Bueno, pues por bocazas, os vais a comer una buena paliza de mi parte. Preparad bien las cartas, pardillos.
    —¡Pues creo que tengo las de ganar! —replicó Percy, en modo competitivo—. Ahora ya me sé las cartas.

    Así pasaron otra hora jugando los tres de una forma que los campistas que pasaban cerca de allí se los miraban como si les estuvieran saludando alienígenas.

    Unas horas más tarde, después de la cena, Percy ya había levantado el vuelo y Nico y Will paseaban cerca del lago de las canoas.

    —¿Cómo te has sentido? —preguntó Will. Le tomaba de la mano con cariño y tranquilidad, sabiendo que a esa hora nadie se acercaba al lago.
    —Raro, al principio. No podía dejar de pensar en Bianca. —Notó la mano de Will apretándole un poco más la suya—. Pero la torpeza de Percy y el tener que pensar en estrategias para quitar la defensa de tus cartas me ha ido distrayendo.
    —¡Me alegro! ¿Crees que podrás volver a jugar?
    —Pues creo que sí. Jugar contigo me parece particularmente interesante. —Will soltó una risita amable—. ¿Qué?
    —Nada, es bonito. Y tú que decías que no eres romántico.
    —Y no lo soy.
    —Claro que sí. Dos personas que saben que pueden jugar a sus juegos favoritos juntos me parece que es de lo más romántico que puede haber.
    —Eres intratable.

    Will le abrazó de lado en respuesta, sin dejar de caminar. Nico no se resistió. Al contrario, se arropó por un segundo a él.

    —Se me ocurre que podría enseñarles a los pequeños a jugar. Sé lo que es llegar aquí y sentirse perdido —propuso Nico, casi para sí mismo.
    —Y de paso te quitarías un poco esa aura tenebrosa que les asusta tanto.
    —No gracias, esa aura me gusta. Ya me parece suficientemente cargante que no te afecte a ti.
    —Qué malo eres conmigo…

    Caminaron unos pasos más en silencio. Sin duda, a pesar de lo que dijera, Nico se sentía cómodo con aquella situación. Ser la pareja de Will le estaba haciendo muchísimo bien. Le movía a mejorar, a superarse a sí mismo y a intentar, ni que fuera, superar partes de su pasado.

    Se paró en medio del camino.

    —La echo mucho de menos —dijo.

    Enseguida notó los brazos de Will envolviéndole y se dejó llevar por el abrazo. Recibió un beso en su pelo, y no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas.

    —Lo sé —susurró Will—. Pero piensa que, con el esfuerzo que estás haciendo, pronto podrás estar bien con Percy y podrás volver a tu afición sin que te duela. Las cosas están yendo a mejor.
    —Sí… Gracias.
    —Estoy contigo.

    Nico asintió, respiró hondo un par de veces y quiso seguir andando. No, nunca olvidaría cómo se sintió al saber que su hermana había muerto. Dudaba que pudiera superar del todo lo que había ocurrido con Percy desde que se conocieron y tampoco tenía claro cómo iba a resultar el experimento con la Mitomagia. Pero, después de todo, no tenía nada que perder probando, y tenía a su lado a una persona maravillosa que le ayudaba en lo que necesitaba (incluso cuando no se lo pedía y le echaba pestes).

    Sí, las cosas podían ir a mejor.


    FIN



    AA_-_Favorito_51


    Espero que os haya gustado, esto es lo que me ha salido esta vez con un toque de inspiración de mi amigo Ethmireke. <3
     
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