Un marido infiel (Harco)

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    Yaoizando
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    Capítulo 1



    El teléfono comenzó a sonar cuando Draco, después de dejar a los mellizos acostados, bajaba las escaleras. Maldijo entre dientes, se coloco sobre la cadera al pequeño Albus y bajo los últimos escalones para descolgar el teléfono del recibidor. Se detuvo paralizado al verse reflejado en el espejo que había sobre la mesita del teléfono.



    "¡Dios mío, estas hecho un desastre!", Se dijo con desconsuelo. El pelo de un rubio opaco y despeinado, estaba húmedo y le caía sobre la frente. Tenía las mejillas coloradas y la camisa azul mojada en varios sitios, allí en donde sus tres hijos, a los que acababa de bañar, le habían salpicado. Albus empeoraba el aspecto de su papi todavía tirando más de los botones de su camisa, esforzándose por descubrir uno de sus pezones. Si ya normalmente era un niño inquieto, en esos momentos estaba, además, de cansado e impaciente.



    ㅡ No. - Le dijo Draco con dulzura pero con firmeza, quitándose la mano de la camisa ㅡ Espera. ㅡ beso su cabecita y descolgó el teléfono, sin dejar de fruncir el ceño ante lo que dejó en el espejo.



    ㅡ ¿Diga? - Dijo distraídamente, sin darse cuenta de la pequeña pausa que hizo la otra persona antes de responder.



    ㅡ ¿Draco ? Soy Cho.



    ㅡ ¡Hola, Cho!



    Draco hizo un gesto de sorpresa y se relajó al escuchar a su amiga y al hacerlo, se dio cuenta de que, hasta ese momento había estado muy tenso, lo que hizo que volviera a ponerse tenso de nuevo. Estaba perplejo, últimamente, se había sorprendido muy tenso dos veces.



    ㅡ ¡Albus, por favor! ¡Espera!



    El niño gruño y él en broma, le devolvió otro gruñido. En sus ojos grises se reflejaba todo el amor y la alegría que identificó por su hijo. Era el más exigente de sus hijos y el de peor carácter, pero lo quería tanto como a sus gemelos. ¿Cómo no iba a quererlo si tenía los mismos ojos de su padre?



    ㅡ ¿Todavía no has acostado a esos mocosos? - Dijo Cho con un suspiro.



    No se molestaba en ocultar que para ella los niños eran desagradables. Aunque era el modelo de mujer triunfadora, no tenía tiempo para los niños. Era bajita y pelinegra, y su vida transcurría a un nivel muy diferente que el de Draco . Cho era la sofisticada chica de un mundo, mientras que Draco era el abnegado "ama de casa" y "madre" de familia.



    Pero era la mejor amiga de Draco. En realidad, era la única amiga que Draco había conservado desde los tiempos del instituto. La única que vivía en Londres , como Harry y él. Los demás, por lo que él sabía, Pansy vivía en New York y Blaise en Italia.



    Ya Dos ya están en la cama y uno está a punto. ㅡ dijo Draco ㅡ Albus tiene hambre y está impaciente.



    ㅡ ¿Y Harry? ¿Todavía no ha llegado?



    Draco detecto el tono de desaprobación de su amiga y sonrió. A Cho no le gustaba Harry. Saltaban chispas entre ellos cada vez que se veían.



    ㅡ No, ㅡ respondió Draco, y respondió con cierta tristeza ㅡ así que puedes meterte con él cuanto quieras, que no te va a oír. ㅡ En realidad, era una vieja broma entre los dos amigos.



    Draco nunca se había molestado porque Cho le manifestó su opinión acerca de Harry . Siempre había permitido que le dijera a él lo que no se atrevía a decirle a Harry a la cara. Pero aquella vez, un extraño silencio siguió su comentario.



    ㅡ ¿Ocurrió algo? - le pregunto a Cho .



    ㅡ Maldita sea. ㅡ dijo Cho entre dientes ㅡ Si, la verdad es que si. Escúchame, Draco. Me siento muy mal por hacer esto, pero tienes derecho a ...



    Justo en aquel momento un diablillo en pijama apareció en el alto de la escalera y bajo a toda velocidad, convertido en piloto de caza y disparando la ametralladora de su avión.



    Necesitamos agua ㅡ información a su papi, desapareciendo por el pasillo en dirección a la cocina.



    ㅡ Mira ... ㅡ dijo Lydia con impaciencia ㅡ ya veo que estas ocupado. Te llamo después ... o mañana. Yo...



    ㅡ ¡No! - Intervino Draco de repente ㅡ ¡no cuelgues! —Estaba distraído, pero no tanto como para no darme cuenta de que Cho quería decirle algo importante.



    ㅡ Espera un momento que voy a ocuparme de estos mocositos ㅡ dejo el auricular sobre la mesa y fue a buscar a su hijo mayor.



    Draco no era alto, pero era esbelto y tenía una bonita figura. Sorprendentemente bonita, teniendo en cuenta que había dado a luz a tres niños. Sin embargo, no era del todo extraño porque, siempre que tenía tiempo acudía al gimnasio local, donde nadaba, hacia aerobic y jugaba al badmington.



    ㅡ ¡Te encontré con las manos en la masa! ㅡ dijo sorprendiendo a su hijo con las manos en la caja de galletas. Lo miro con severidad y el niño se puso colorado ㅡ Está bien, pero llévale unas a Lily . Y no quiero ver ni una migajas en la cama ㅡ dijo viéndolo salir corriendo, con una sonrisa triunfal por si su papi cambiaba de opinión.



    Con Albus aun en brazos Draco regreso y tomo el teléfono de nuevo.



    ㅡ ¡A que estas casado con un sinvergüenza! ㅡ exclamo Cho ㅡ ¡Maldita sea , Draco, te está tomando el pelo! ¡No está trabajando, está saliendo con una Beta! ㅡ aquellas palabras golpearon como látigo a Draco.



    ㅡ ¿Qué? ¿Esta noche? ㅡ se oyó decir, sintiéndose como un estúpido.



    ㅡ No, no esta noche en particular. ㅡ respondieron Cho con pensar ㅡ Algunas noches, no sé si muchas o pocas. Lo único que sé es que tiene una aventura. ¡Y todo Londres lo sabe menos tú! - se hizo silencio. A Draco se le heló el aire en los pulmones, como si le clavaran alfileres en el pecho.



    ㅡ Perdóname, Draco ... ㅡ dijo Cho con voz grave, tratando de hablar con suavidad ㅡ No creas que me gusta esto, no importa que ...


    Cho iba a decir que poco le gustaba Harry y cuanto le gustaría verlo caer, pero se contuvo. No era ningún secreto que no se gustaban mutuamente, y solo se soportaban por Draco.



    ㅡ Y no creas que te digo esto sin estar seguro ㅡ añadió ㅡ los han visto en varios lugares. En algún restaurante ... ya sabes, demasiada intimidad para que sepas de una reunión de negocios. Pero lo peor es lo que he visto con mis propios ojos. Mi último novio vive en el mismo sector que ginebra Weasley, los he visto salir y entrar muchas veces ...



    Draco había dejado de escuchar. No dejaba de recordar ciertas cosas, indicios que convertían lo que Cho dijo en algo demasiado probable para que podría tomárselo como una simple habladuría. Detalles en los que debe haber reparado hace varias semanas. Pero había estado demasiado ocupado, demasiado absorto en sus propios asuntos como para darse cuenta. Nunca había desconfiado del hombre cuyo amor por él y por sus hijos no había puesto en duda jamás.



    En esos momentos, se dio cuenta de muchas cosas. El frecuente mal humor de Harry, su irritación con él y con los niños, las veces frecuentes en las que se había perdido en su estudio en vez de acostarse con él.



    Se estremeció de la cabeza a los pies. Cerró los ojos y recordó que, otras veces anteriores, Harry había querido hacer el amor y él le había respondido que estaba demasiado cansado.



    Pero él creía que habían solucionado el problema. Pensaba que, desde hacia un par de semanas, desde que Albus dormía sin despertarse en toda la noche y él estaba más descansado, todo había vuelto a la normalidad.



    Solo habían pasado unas noches desde que hicieron el amor con tanta ternura que Harry se había estremecido entre sus brazos al despertar. ¡Dios!



    ㅡ Draco ㅡ ¡No! ¡Ya no podía seguir escuchando a su amiga!



    ㅡ Tengo que colgar, - dijo con voz grave ㅡ Tengo que dar de comer a Albus. - En aquel momento, recordó algo mucho más doloroso que el mal humor de Draco. Recordó el delicado aroma de un perfume caro que una mañana descubrió en una de las camisas de su marido al recogerla para echarla a la lavadora. Estaba impregnado en el algodón de la camisa. En el cuello, en los hombros, en la pechera. El mismo aroma que Draco había detectado sin reconocerlo desde hacia algunas noches, cada vez que su marido volvía a casa tarde y lo saludaba con un beso. En la mejilla, en el cuello, en el pelo ... ¡Qué estúpido había sido!



    ㅡ No, Draco , por favor, espera ...



    Colgó bruscamente y el auricular se le cayó de las manos, golpeó sonoramente sobre sus piernas y sobre el suelo y quedo sobre los pies de la escalera. Imaginaba a Harry . Lo imaginaba con una Beta, teniendo una aventura, haciendo el amor, ahogándose en suspiros ...



    Le dieron náuseas y se cubrió la boca con una mano, apretando el puño contra sus fríos y temblorosos labios.



    El teléfono sonó otra vez. Se puso de pie. Poseído de una extraña calma, que no era más que una manifestación del profundo choque que acababa de sufrir, lo agarro, lo dejo descolgado y se dirigió a la cocina.



    Nada más terminar su cena, Albus se durmió. Se tumbo boca abajo, hecho un ovillo, abrazado a un osito de peluche. Draco se quedo mirándolo un buen rato, aunque sin verlo realmente, sin ver nada en absoluto. Se le había dejado la mente en blanco. Echó un vistazo a las habitaciones de los mellizos.



    James estaba dormido, con las sabanas arrugadas a los pies de la cama, como siempre, y los brazos cruzados sobre la almohada. Se acerco, le dio un beso y lo tapo. De sus hijos, James era el que más se parecía a su padre, pálido y con una barbilla prominente, señal de su carácter decidido, como el de su padre. Era alto y fuerte, igual que Harry a la misma edad, tal y como había visto fotos del álbum de su suegra.



    Luego fue a ver a su hija, Lily era muy diferente a su hermano mellizo. Al entrar por la mañana a su habitación, se encuentra siempre en la misma posición en que había dormido. Lily tenía el pelo sedoso y pelirrojo, esparcido sobre la almohada. Era el ojito derecho de Harry , que no ocultaba su adoración por su princesa de ojos verdes . Y la pequeña lo sabía y explotaba la situación al máximo.



    ¿Cómo podría Harry hacer algo que le podría doler a su hija? ¿Cómo podría hacer algo que podría rebajarlo a los ojos de su hijo mayor? ¿Podías ponerlo todo en peligro solo por el sexo? ¿Sexo? Le dieron escalofríos. Tal vez era algo más que sexo, tal vez era amor, un amor verdadero. La clase de amor por la que un hombre lo traiciona todo.



    Pero, tal vez, todo fuera una mentira. Una mentira sucia y estúpida, y Draco estaba cometiendo con su esposo la mayor de las indignidades con tan solo suponerlo capaz de algo así. Pero recordó el perfume, y muchas noches que había pasado fuera, echándole las culpas al contrato de Harvey's. ¡Maldito contrato!



    Se tambaleo y salió de la habitación de Lily para dirigirse a su cuarto, donde, la semana anterior, se encontraron de nuevo y habían hecho el amor de una manera muy tierna por primera vez en muchos meses.



    La semana anterior. ¿Qué había pasado la semana anterior para que su esposo volviera a él de nuevo? Draco había hecho un esfuerzo, eso es lo que había ocurrido . Él había estado muy preocupado por cómo iba su matrimonio y había hecho un esfuerzo. Había dejado a los niños con su madre y había cocinado el plato favorito de Harry . Se había puesto un conjunto de seda negro y habían cenado con velas.



    Sin embargo, grabó la tensión en el rostro de Harry al estar desnudos en la cama, una tensión que su esposo echaba a menudo al estrés, y sintió un escalofrió. Cerró la puerta y se dirigió al cuarto de estar. Se dio cuenta de muchas cosas, cosas que su estúpida ceguera no había visto hasta entonces.



    La fuerza con la que lo había agarrado de los hombros, en un intento desesperado, pero evidente de guardar distancias. La triste mirada en sus ojos verdes mientras observaba su boca. El suspiro con que había recibido su confesión: "Te quiero, Harry ", le había dicho, "siento mucho que haya sido muy difícil vivir conmigo".



    Harry había cerrado los ojos y trago saliva, frunciendo los labios y apretando los puños sobre sus hombros hasta que él omega sintió dolor. Luego, lo había estrechado entre sus brazos y había hundido el rostro en su cuello, pero no había dicho una palabra, ni una sola palabra; ni una disculpa, ni una declaración de amor, nada.



    Pero habían hecho el amor con mucha ternura, recordaba con un dolor que recorría todo su ser. Fuera lo que fuese su relación con el otro alfa , todavía lo deseaba con pasión, con una pasión que no podría sentir con otro.



    ¿O tal vez si? ¿Qué sabia él de los hombres? Había conocido a Harry con diecisiete años. Había sido su primer amante, su único amante. Draco no sabía nada de los hombres. Y por lo visto, nada de su marido.



    Vio su rostro reflejado en el espejo que había sobre la chimenea de mármol y lo miro fijamente. Estaba pálido y tenía un rictus en los labios. Veinticuatro años, padre y esposo, por ese orden. Sonrió amargamente. Aquella era una verdad a la que nunca se había atrevido a enfrentarse.



    "Lo querías", se dijo, "y lo conseguiste, en el corto espacio de seis meses. No está mal para un ingenuo muchacho de diecisiete años". Pero Harry tenía veinticuatro años, pensó con cinismo, y la experiencia suficiente como para dejarse atrapar por el truco más viejo del mundo.



    Pero entonces el cinismo lo abandono. No había ningún truco, no tenía derecho a denigrarse a sí mismo a algo que en absoluto lo fue . Tenía diecisiete años cuando conoció a Harry , y era muy inocente. Era la primera vez que iba a una discoteca, acompañado de un grupo de amigos que se rieron de su miedo a que les preguntaran la edad y no les dejaran pasar.



    ㅡ ¡Oh, vamos! - le dijeron ㅡ Si te preguntan cuántos años tienes, miénteles como lo hacemos nosotros.



    Fue consciente de la presencia de Harry desde el momento de entrar. Era un hombre fuerte, delgado, y muy atractivo, tanto como una estrella de cine. Sus amigos y amigas también sintieron su presencia, y se rieron tontamente al verificar que no ocultaba el interés en ellos. Pero en realidad, era a Draco a quien estaba mirando. Draco, con su pelo rubio platino , enmarcando su preciosa cara.



    Su amiga Pansy lo había maquillado y su amigo Blaise le había prestado unos pantalones rasgados ajustados y una camisa al estilo escocesa que se ceñía perfectamente a su delgado torso. Si sus padres lo hubieran visto así vestido, se habrían muerto del susto. Pero estaba pasando el fin de semana en casa de Blaise , mientras sus padres habían ido a visitar a unos parientes, así que no habían visto como su único hijo pasaba el tiempo mientras estaban fuera.



    Y fue a Draco a quien Harry se acercó primero cuando pusieron una canción lenta. Le dio un toquecito en el hombro para que se volteara y sonrió, con gracia y confianza en sí mismo. Consciente de la envidia de las otras chicas y chicos, dejo que lo tomara entre sus brazos sin una palabra de protesta. Draco podría recordar aquel hormigueo al recordar su tacto, su proximidad, su suave pero firme masculinidad. Bailaron durante mucho tiempo antes de que el mayor hablara.



    ㅡ ¿Cómo te llamas?



    ㅡ Draco ㅡ le respondió con timidez ㅡ Draco Malfoy .



    ㅡ Hola, Draco Malfoy ㅡ dijo Jackson en un murmullo ㅡ Harry Potter .



    Cuando estaba absorbiendo todavía las dulces resonancias de su voz suavemente modulada, Harry le puso la mano bajo su cintura y el menor se estremeció al sentir su tacto. Harry lo atrajo hacia sí, pero no hizo ningún intento de besarlo, tampoco le dijo que saliera del local con él y dejara a sus amigos. Tan solo le pidió el número de teléfono y prometío llamarlo muy pronto. Draco pasó la semana siguiente pegado al teléfono, esperando con impaciencia su llamada.



    En su primera cita, lo llevó en un coche. Un Ford rojo.



    ㅡ Es el coche de la empresa ㅡ le dijo con una sonrisa que llego a comprender muy bien. Amablemente pero con una intensidad que le ayudó a contener el aliento, Harry le dio confianza para que hablara de sí mismo. De su familia, de sus amigos, de sus gustos. De su ambición de estudiar arte para dedicarse a la publicidad, al decirle aquello Harry frunció el ceño y le preguntó su edad. Incapaz de mentir, Draco se sonrojo y le dijo la verdad. Harry frunció el ceño todavía más y el omega se mordió el labio porque sabía que lo había echado todo a perder. Harry lo llevo a casa y se despidió con un escueto "Buenas noches".



    Draco quedo destrozado. Durante muchos días, apenas comió y no pudo dormir. Estaba a punto de tener un problema serio de salud cuando Harry lo llamo una semana más tarde. Lo invito al cine. Draco se sentó a su lado en la oscuridad y no dejo de mirar la pantalla, pero no vio nada, solo concentró su atención en la proximidad de Harry , en el sutil aroma de su colonia, en su rodilla a unos centímetros de la suya , en el tacto de sus hombros, que se rozaban. Con la boca reseca, tenso y con un temor a hacer cualquier movimiento por no echarlo todo a perder por una segunda vez, no pudo evitar un gritito cuando Harry le agarro la mano. Con expresión seria entrelazo sus dedos.



    ㅡ Tranquilo. ㅡ murmuro ㅡ No voy a morderte



    El problema era que el omega estaba esperando a que lo mordiera. Incluso entonces, ingenuo como era, sin saber cómo debía comportarse con un hombre, lo deseaba con una desesperación que debía ser patente en su rostro. Harry murmuro algo y apretó su mano contra la suya mientras volvía a concentrarse en la película. Aquella noche lo beso con tanto deseo que Draco sintió temor antes de que lo dejara marchar.

    En su siguiente salida, lo llevo a un restaurante muy tranquilo y no dejo de mirar al omega durante la cena, mientras le contaba cosas acerca de si mismo. Acerca de su trabajo en una gran empresa de ordenadores que le obligaba a viajar por todo el país, acerca de su ambición de tener su propia empresa, de cómo ahorraba todas sus comisiones para hacerlo algún día. Hablaba con tal calma y suavidad que Draco tenía que inclinarse hacia adelante para no perderse palabras de lo que decía. No dejaba de mirar al omega , no para observarlo, sino para absorberlo. Cuando lo llevo a casa, Draco estaba en peligro de explotar por la tensión sexual acumulada. Sin embargo se limitaron a darse un beso. Lo mismo sucedió otra docena de veces, hasta que un día inevitablemente en vez de llevarlo al cine lo llevó a su apartamento.

    Después de aquel día, apenas iban a otros lugares. Estar solo y hacer el amor se volvió en lo más importante de sus vidas. Jackson se convirtió en lo más importante, por encima de sus notas, de sus ambiciones, de la opinión de sus padres, que no paraban de manifestarle su desaprobación sin menoscabar lo que sentía por Harry .

    Tres meses más tarde, y después de que Harry estuviera dos semanas de viaje, el omega lo estaba esperando en el apartamento.

    ㅡ¿Qué haces aquí? ㅡle pregunto Harry .

    Solo en el momento de recordarlo, siete años más tarde, se dio cuenta que no le había gustado encontrarlo ahí. Tenía el rostro serio y cansado, igual, pensaba Draco sentado en el cuarto de estar de su casa, que en los últimos meses.

    ㅡTenía que verte ㅡle dijo, agarrándolo de la mano y arrastrándolo al interior del apartamento. Inevitablemente hicieron el amor, luego el omega hizo café y lo bebieron en silencio. Harry , que solo llevaba un albornoz, se sentó en su sillón y el menor se hizo un ovillo a sus pies, y se abrazo a sus rodillas.

    Entonces le dijo que estaba embarazado. Harry no se movió ni dijo nada y el omega no lo miro. Harry le acaricio el pelo y el menor apoyo la cabeza en la pierna.

    Al cabo de unos momentos, Harry dio un largo y profundo suspiro. Agarro a Draco y lo sentó en su regazo. El menor encogió las piernas, como una niña, como Lily cuando se sentaba en los brazos de su padre para buscar consuelo.

    ㅡ¿Estás seguro?

    ㅡCompletamente. ㅡ dijo Draco , pegándose a él, asiéndose al eje sobre el que giraba su vida ㅡMe comencé a sentir mal y compre una de esas pruebas que venden en la farmacia. Ha dado positiva. ¿Crees que puede ser incorrecta? ¿Voy al médico antes de que decidamos algo?

    ㅡNo. ㅡdijo Harry ㅡAsí que estas embarazado. Me pregunto como ha ocurrido ㅡañadió pensativamente. Draco se rió nerviosamente.

    ㅡEs culpa tuya. ㅡle dijo ㅡEres tú el que tiene que tomar precauciones.

    ㅡY eso he hecho. ㅡreplico él ㅡBueno, al menos tenemos tiempo de casarnos antes de que toda la ciudad se entere del por qué lo hacemos.

    Y aquello fue todo. La decisión estaba tomada, Harry se ocupo de todo, evitando que el pequeño sufriera de cualquier pregunta indiscreta, cualquier inconveniente, ayudándolo a soportar la decepción que suponía para sus padres.

    Una vez más, fue siete años más tarde, cuando se dio cuenta del verdadero significado de sus palabras "Al menos tenemos tiempo de casarnos antes de que la ciudad se entere del por qué lo hacemos". Y, por primera vez, pensó que, tal vez, en otras circunstancias, Harry no se habría casado con él.

    El menor lo había atrapado. Con su juventud, su inocencia, con su confianza infantil y su ciega adoración. Harry se había casado con él porque creía que era lo que tenía que hacer.

    El amor no tenía nada que ver con el asunto.

    El sonido de una llave en la puerta principal lo devolvió al presente. Se dio la vuelta. Sentía una extraña calma, un extraño alivio. Miro el reloj de la pared. Harry no iba a volver a casa hasta varias horas después. Tenía una cena de negocios, le había dicho. Que estúpido le pareció aquella excusa, se dijo sonriendo amargamente y acercándose a la puerta del cuarto de estar.

    Harry le daba la espalda. Draco se dio cuenta de la tensión de los músculos del cuello y la rigidez de su espalda bajo la tela de su abrigo negro. Se dio la vuelta lentamente y sonrió. Draco observo su rostro cansado y pálido. Harry miro al teléfono descolgado. Se acerco y levanto el auricular. La mano le temblaba ligeramente al dejarlo en su lugar.

    Cho debió haberle llamado. Debía haber sentido pánico al ver que él menor se negaba a contestar el teléfono y lo había llamado para decirle que lo había hecho. Le habría gustado oír aquella conversación, pensaba Draco. La acusación, la defensa, la confesión y el veredicto.

    Harry lo miro y el menor dejo que lo observara durante unos instantes. Luego, sin decir nada, se dio la vuelta y volvió al cuarto de estar.

    Era culpable. Lo llevaba escrito en su aspecto. Culpable.

    Edited by Sakura Uchiha - 19/4/2022, 03:22
     
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    Capítulo 2



    Pasaron algunos minutos antes de que Harry se uniera a Draco en el cuarto de estar. Necesita algún tiempo para prepararse para lo que iba a sufrir. Draco lo estaba esperando sentado, pacientemente. Curiosamente, el omega estaba muy tranquilo. Su corazón latía a un ritmo normal y tenía las manos apoyadas relajadamente sobre su regazo.

    Harry entró. Se había quitado el abrigo y la chaqueta, se había desanudado la corbata y desabrochado el cuello de la camisa. No miro a Draco y se acercó al mueble bar para servirse un whisky.

    ㅡ ¿Quieres uno ? - le preguntó a Draco .

    Él negó con la cabeza, Harry no repitió la pregunta, ni lo miró. Se sirvió una generosa cantidad de whisky y se sentó en el sofá, frente a Draco . Dio un largo trago.

    -Tienes una amiga muy fiel ㅡ dijo "y un marido infiel" , considero Draco.

    Harry cerró los ojos. No lo había mirado desde que entro en la habitación. Estiró las piernas y tomó el vaso con ambas manos. Draco se fijos en sus dedos: largos, fuertes y con las uñas perfectamente cortadas.

    Era un hombre fuerte y alto, y siempre aseado. Buenos zapatos, trajes elegantes, camisas a medida y corbatas de seda. Estaba más pálido que de costumbre, pero su semblante seguía siendo atractivo. Sus rasgos bien formados y suaves, tenía la nariz recta y la boca delgada, en un gesto de determinación. Iba a cumplir treinta y dos años y siempre había sido masculino, aunque, con el paso de los años, habían ido aflorando otras facetas de su carácter.

    Había adquirido fuerza interior, que, tal vez, suele aparecer con la madurez , y una nueva confianza y conciencia de la propia valía. Su fuerte personalidad, es decir, la de un hombre acostumbrado a ejercer poder y con la capacidad de superar eficazmente las dificultades. En su compañía, se tenía la sensación de estar ante un hombre especial.

    Otro rasgo eminente de su personalidad, pensaba Draco , era su dominio de sí mismo. Harry siempre había poseído una gran capacidad para controlar sus emociones, raramente perdía los nervios, raramente se irritaba cuando las cosas no marchaban como él quería. Ante los problemas, tenía la rara habilidad de olvidar los aspectos negativos y extraía lo más positivo de la situación.

    Aquel era el rasgo más sobresaliente de Harry Potter, presidente de Potter industries, una organización que, en pocos años, había crecido de un modo extraordinario. Compraba pequeñas empresas que no marchaban bien y las convertía en filiales de la suya, logrando que obtuvieran grandes beneficios.

    Y lo había hecho todo con sus propios medios. Manteniendo un delicado equilibrio entre el éxito y el desastre, aunque sin llegar a poner en peligro el bienestar de su familia, había construido un pequeño imperio. Por el contrario, lo había rodeado de lujo, tanto como podía desear.

    ㅡ Y ahora, ¿qué? ㅡ solicitó de repente, levantando los párpados y revelando la belleza de sus profundos ojos verdes.

    Así que no iba a tratar de negar nada, se dijo Draco . Deseaba encontrar algo que decir, pero no sabía qué.

    ㅡDímelo tú ㅡdijo, todavía con aquella tranquilidad asombrosa.

    Cho debía haberle dicho que temía que se hubiere colgado de una lámpara. Que melodramático, que novelesco. Pobre Cho , pensaba Draco con simpatía, que mal tenía que haberlo pasado.

    ㅡEs una puta ㅡgruñó Harry .

    La idea que tenia de Cho , obviamente, no se parecía a la de Draco . Se inclino hacia adelante apretando el vaso de whisky entre las manos. Tenía el ceño fruncido y le temblaba la mandíbula. Apoyo los codos en las rodillas y no apartaba la vista de la alfombra.

    ㅡSi no hubiera metido las narices, podrías haberte ahorrado todo esto. ¡Ya había terminado! ㅡespetó ㅡ¡Si supiera cerrar la boca, se habría dado cuenta de que todo había terminado! Esa pequeña perra me la tenía jurada. Ha estado esperando a que cayera para hincarme el diente. Pero nunca pensé que caería tan bajo como para hacerlo a través de ti.

    Era cierto, pensaba Draco . Maldita Cho , ¿por qué se había metido donde no la llamaban?

    ㅡ¡Di algo, por dios! ㅡgruñó Harry.

    Draco parpadeó, por que Harry nunca le había levantado la voz, y se dio cuenta de que, desde que Harry había entrado, tenía los ojos fijos en él, pero sin verlo. Sólo se fijó verdaderamente en él en aquellos instantes, como si necesitara que sucediera algo para darse plena cuenta de lo que estaba ocurriendo. Aunque, en realidad, no deseara que sucediera por temor a echarse a llorar y derrumbarse.

    "Así debe sentirse uno", se decía, "cuando muere un ser querido".

    ㅡQuiero el divorcio ㅡdijo.

    Fue lo primero que le vino a la cabeza y se sorprendió tanto de oírlo como el propio Harry.

    ㅡTu puedes marcharte, yo me quedare con la casa y los niños. No creo que tengas dificultades para mantenernos ㅡañadió y se encogió de hombros. No cabía de asombro ante su propia tranquilidad, cuando lo normal era gritarle como un esposo ofendido.

    ㅡ¡No seas estúpido! --gruñó Harry ㅡEso no es posible y tú lo sabes.

    ㅡNo grites, vas a despertar a los niños.

    Aquello fue la gota que colmó el vaso. Harry se puso en pie y dejo el vaso sobre la repisa de la chimenea con un sonoro golpe, derramando el liquido sobre el mármol de la repisa. Harry miro a Draco con furia, pero no pudo sostener por mucho tiempo su mirada. Agacho la cabeza apesadumbrado y metió las manos en los bolsillos.

    ㅡMira... ㅡdijo al cabo de unos instantes, tratando de recobrar la calma ㅡNo era lo que tú crees, lo que esa perra te haya hecho creer. Sucedió solo... por casualidad... y se acabó casi antes de empezar ㅡdijo haciendo un seco ademán.

    "Pobre Ginebra ", pensó Draco. "guillotinada de un plomazo".

    ㅡTenía mucha presión en el trabajo. La compra de Harvey's ha sido muy arriesgada y amenazaba todo lo que he conseguido. ㅡprosiguió Harry, y tomó el vaso de whisky y dio un largo tragó ㅡHe tenido que trabajar día y noche. Tú has tenido que ocuparte de Albus y he pasado más tiempo con ella que contigo. Luego, los mellizos tuvieron sarampión y no quisiste que contratáramos a una enfermera. Estabas agotado, casi enfermo y yo estaba preocupado por ti, por los mellizos, por Albus , que no dormía más de media hora seguida, y con más dificultades que nunca en la empresa. Creí que lo mejor para ti era que no te preocupara contándote mis problemas en la oficina...

    Harry hablaba de los meses anteriores. Un periodo en el que Draco pensó que todo podía ir mal y en verdad había ido mal. Pero no se le había ocurrido añadir a la lista de problemas que su marido lo engañara con otra.

    ㅡ Draco ... ㅡdijo Harry con voz grave ㅡno era mi intención. Ni siquiera quería hacerlo. Pero ella estaba allí cuando yo necesitaba a alguien y tu no estabas, y yo...

    ㅡ¡Cállate! ㅡexclamó Draco.

    Le dieron nauseas y tuvo que llevarse la mano a la boca para no vomitar sobre su preciosa y carísima alfombra. Se levanto, Harry hizo intención de ayudarlo y él le dirigió una mirada hostil. Fue dando tumbos hasta el mueble bar y, con manos temblorosas, se sirvió un vaso con whisky. Era una bebida que detestaba, pero, en aquellos momentos, sentía la angustiosa necesidad de beber algo fuerte.

    Harry seguía de pie. Lo miro con desconsuelo al verlo beberse el whisky de un trago y cerrar los ojos echando la cabeza hacia atrás.

    Draco trataba de mantener la calma, pero la tormenta se había desencadenado. Su cuerpo fue sacudido por emociones violentas. Le palpitaba el corazón y trató de respirar profundamente, pero tenía la sensación de tener los pulmones encharcados. Tenía paralizados los músculos del estomago, su cerebro, al contrario, estaba sumido en un torbellino de angustia y dolor.

    ㅡ¡Se ha acabado, Draco ! ㅡdijo Harry con una voz grave que el omega nunca le había oído ㅡ¡Por Dios, Draco , se ha acabado!

    ㅡ¿Cuándo se acabó? ㅡle preguntó mirándolo a los ojos ㅡ¿Cuándo te permitiste el lujo de volver a hacer el amor conmigo? Pobre Ginebra . ㅡel whisky comenzaba a hacer el efecto deseado ㅡ¿Me pregunto a quién de los dos tomas por imbécil? ㅡ Harry sacudió la cabeza negándose a aceptar la lucha.

    ㅡSimplemente, ocurrió. ㅡdijo tristemente, pasándose la mano por el pelo ㅡOjalá no lo hubiera hecho, pero no puedo echar marcha atrás, aunque sea lo que más deseo. Por si te sirve de algo, te diré que me avergüenzo de mi mismo. Pero te lo juro por Dios, te doy mi palabra de que no volverá a suceder de nuevo.

    ㅡHasta la próxima vez ㅡdijo Draco y salió de la habitación antes de que los sentimientos sombríos que se agolpaban en su interior con amargura lo alcanzaran.

    ㅡ¡No! ㅡexclamo Harry , agarrándolo del brazo y atrayéndolo hacia él ㅡ¡Tenemos que arreglarlo! Por favor, se que te he hecho daño pero necesitamos...

    ㅡ¿Cuántas veces? ㅡLe espetó Draco, perdiendo el control ㅡ¿Cuántas veces has venido oliendo a su perfume? ¿Cuántas veces me has hecho el amor por obligación después de haberte acostado con ella?

    ㅡ¡No, no, no! ㅡdijo agarrándolo por ambos brazos mientras el omega trataba de liberarse ㅡ¡No, Draco! ¡Nunca! ¡No he dejado que llegara tan lejos! ㅡse puso muy pálido ante la mueca de incredulidad de Draco.

    ㅡ¡Te quiero, Draco! ㅡdijo con voz grave ㅡ¡Te quiero!

    Por alguna razón, aquella declaración desesperada enervo al omega y, llevado por la violencia, le dio una bofetada. Harry se quedó de piedra. Draco se apartó de él. Nadie que lo conociera le habría creído capaz de sentir lo que revelaban sus ojos. Harry estaba atónito, tratando de digerir el horror que contenía aquella mirada.

    Sin decir más, Draco dio media vuelta y salió de la habitación. Se detuvo en la puerta que compartía con Harry y luego, se dirigió a la habitación de Albus. El niño ni se movió cuando entro, Draco se acercó, se inclino sobre la cuna y se quedo mirando a su hijo preguntándose si el intolerable dolor que sentía en su interior lo haría enfermar.

    Luego el dique que contenía sus emociones se rompió y con un sollozo cayó sobre la cama que serían de Albus cuando creciera. Se arropo con la manta y ahogo su llanto en la almohada, para que nadie lo oyera.
     
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    Capítulo 3


    La mañana comenzó con el gorjeo de Albus que, completamente despierto, pataleaba alegremente en su cuna. Draco tardó unos instantes en darse cuenta de porque estaba durmiendo en esa habitación.



    Sintió que algo se rompía en su interior al recordar la noche anterior, pero, a los pocos instantes, experimento una gran calma, se sentía vacío, hueco.



    Se levanto y frunció el ceño al darse cuenta de que llevaba la misma ropa del día anterior. Se llevo la mano a la cabeza. Tenía un aspecto desastroso y se sentía muy mal. Ni siquiera se había molestado en quitarse las zapatillas de deporte para dormir. Se sentó en la cama y se las quitó. En aquel momento, el niño se dio cuenta de su presencia y dio un gritito de alegría.



    Draco se inclinó sobre la cuna. La sonrisa de su hijo fue como un bálsamo para su triste corazón. Por unos instantes, se sumergió en la alegría que suponía disfrutar de su hijo. Le dio unos golpecitos en el vientre y murmuro las cosas que los omegas suelen decirles a sus hijos, y que sólo ellos y sus hijos entienden.



    Aquello le pertenecía, se dijo. No importa que cosas quisieran arrebatarle o concederle la vida, jamás podría quitarle el amor de sus hijos. "Esto", se dijo, "es sólo mío".



    Albus estaba empapado. Draco le quitó el pañal antes de sacarlo de la cuna. Albus siempre estaba alegre por las mañanas. No dejó de gorjear y moverse cuando lo llevó al baño para limpiarlo y refrescarlo.



    Lo sacó, lo envolvió en una toalla y volvió a su habitación para vestirlo. Normalmente, lo habría llevado a la cocina para darle el desayuno sin siquiera vestirlo y sin vestirse él mismo. Normalmente lo hacía cuando los niños se habían ido al colegio y su marido a trabajar, pero no podía despertar a los mellizos con aquél aspecto. Le preguntarían porque tenía una pinta tan desastrosa sin el menor pudor.



    Hizo acopio de valor y abrió la puerta de su habitación. Sabía que Harry estaría medio dormido. Entro sin hacer ruido y miro hacía la cama, sumido en la penumbra del amanecer. No estaba allí. Oyó ruido en el baño y Harry apareció al cabo de un instante. Llevaba una camisa blanca y pantalones grises. En cuanto vio al omega , se detuvo bruscamente.



    Desde que lo conocía, Draco nunca se había sentido tan vulnerable en su presencia. Era consciente de su desamparado aspecto: de sus ojos enrojecidos por el llanto, de la palidez de su semblante y de sus cabellos enredados.



    También estaba alerta ante él. Observaba lo alto que era, la fortaleza de su cuerpo y sus músculos esbeltos. El ancho pecho, las caderas estrechas y las piernas largas y poderosas...



    Tragó saliva y levanto la vista. Cruzaron una mirada. Tampoco tenía buen aspecto. Parecía cansado, como si no hubiera dormido mucho. Debía haber estado pensando, tratando de encontrar una solución, la salida a una situación imposible. Era una de sus virtudes convertir los fracasos en éxitos. Era la causa principal de su prosperidad.



    Acababa de afeitarse, su barbilla parecía limpia y suave. Draco absorbió el familiar aroma de su loción de afeitar y se dio cuenta de que sus sentidos respondían. La atracción sexual no conocía límites, reconoció amargamente. Incluso en aquellos instantes, sin dejar de odiarlo y despreciarlo, sabía que era el hombre que había amado ciegamente durante muchos años.



    Se acerco a la cama, apoyo la rodilla en el colchón y dejo a Albus sobre la colcha. Entonces se dio cuenta de que Harry no durmió en aquella cama, la única evidencia de que la había utilizado era la huella de su cuerpo sobre el edredón de color melocotón.



    Albus se puso a patalear, tratando de captar la atención de su padre, que, sin embargo, no apartaba los ojos de Draco. El niño grito con frustración y se puso colorado del esfuerzo de tratar de sentarse sobre la cama. Draco sonrió al ver sus dificultades y le tendió una mano, que el niño usó para equilibrarse.



    Harry se acerco al otro lado de la cama e, inconscientemente, estiró el brazo para ayudar a Albus ㅡ¡Pa! ㅡdijo el bebé triunfalmente, librándose de ambas manos para prestar toda su atención a la colcha. Draco mantuvo la vista fija en su hijo, dándose cuenta de que Harry no aparta los ojos de él.



    ㅡ Draco, por favor, mírame ㅡdijo Harry con una súplica que conmovió las entrañas de Draco.



    ㅡNo ㅡrespondió en un susurro, tratando de mantener la calma.



    Harry dio un suspiro. Levanto a su hijo, le dio un beso en la mejilla y lo volvió a dejar sobre la cama. Draco iba a levantarse, pero Harry fue más rápido que el omega . Lo agarro por la cintura y tiró de él hasta que pudo estrecharlo entre sus brazos.



    A Draco le dieron ganas de sumergirse en el calor que Harry le ofrecía. Se puso tenso y tuvo que hacer esfuerzos por no llorar.



    ㅡNo llores ㅡle dijo Harry.



    Era lo peor que podía haber dicho, porque, al ver el gesto de ternura de Harry, Draco comenzó a sollozar sobre su hombro, Harry lo estrecho con fuerza y enterró su cabeza entre sus cabellos.



    ㅡLo siento. ㅡdijo una y otra vez ㅡLo siento, lo siento, lo siento... ㅡPero no era suficiente. No podía ser suficiente. Harry había acabado con todo. El amor, la fe, la confianza, el respeto, todo se había desvanecido, y las disculpas no iban a devolvérselo.



    ㅡEstoy bien ㅡmurmuró Draco , haciendo un esfuerzo monumental por recobrar la calma y apartarse de él. Pero el Alfa lo estrechó con fuerza.



    ㅡSe que te he hecho mucho daño. ㅡdijo, tratando de contener sus propias lágrimas. Draco podía sentir la tensión de su pecho, el ritmo errático de su corazón ㅡPero no tomes ninguna decisión precipitada mientras... lo tenemos todo para ser felices si nos das otra oportunidad. No lo tires todo por la borda solo porque he cometido un error estúpido. ¡No puedes tirarlo todo por la borda!



    ㅡNo he sido yo quien lo a hecho ㅡreplicó Draco . Aquella vez, Harry dejó que se separara de él. Tenía una mirada triste y desolada. Draco, buscando algo que ponerse, fue del armario a la cómoda y vuelta al armario, sin saber realmente lo que estaba eligiendo.



    Había pasado muchos años comprendiendo sus ambiciones, teniendo una fe ciega en él. Mucho años guardándole en casa, esperando sus caricias como un perro o un gato, como una mascota mientras él alimentaba en casa sus necesidades básicas: comida, bebida y un paseo de vez en cuando y él había aceptado con alegría.



    "¡Que criatura más patética eres!" se dijo.



    Albus dejo escapar un chillido. Los dos dieron un respingo. El niño, aburrido de jugar solo, reclamaba su desayuno.



    Draco se quedó inmóvil en el centro de la habitación, con la ropa en las manos, preguntándose que hacer a continuación. Vestirse o atender a Albus. Era una elección muy sencilla, pero no parecía en condiciones de tomarla. Fue Harry quien finalmente levanto al niño.



    ㅡYo me ocupo de él. Vístete tranquilamente, todavía es temprano ㅡdijo y se marcho por la puerta, Draco suspiro, sintiendo que la tensión de la habitación se relajaba.



    ( . . . )



    El desayuno fue horrible. Draco veía una provocación en cada gesto. En Lily por que comía demasiado, en James por que se comió los cereales con muy poca leche, él llenó demasiado la cafetera y su café estaba demasiado amargo. Al final, se enfado consigo mismo por reaccionar contra todo, frustrado por no saber lidiar con su propia desgracia. La tomo con James por que había dejado encendido el ordenador la noche anterior, con todos los juegos esparcidos sobre la alfombra. Cuando terminó de reñirlo, el pobre niño estaba pálido y rígido, Lily sorprendida, Albus callado y Harry ...



    Harry simplemente estaba sombrío. El resto del desayuno transcurrió en silencio. Los niños se mostraron visiblemente aliviados cuando su padre los mando a recoger sus cosas para irse al colegio.



    ㅡ¡No tenias por que tratar así a James! ㅡle espetó Harry en cuando James y Lily no podían oírlo ㅡ¡Sabes muy bien que normalmente es muy ordenado! Vas a convertirlos en un manojo de nervios si no pones más cuidado. Son unos niños estupendos y se comportan muy bien la mayor parte del tiempo. ¡No voy a dejar que te la tomes con ellos porque estés enfadado conmigo!



    Draco se dio la vuelta hecho una furia.



    ㅡ¿Y desde cuando estás aquí el tiempo suficiente para saber cómo se comportan? ㅡle dijo, viendo con gran satisfacción como se ponía tieso como un clavo ㅡLos ves durante el desayuno, ¡pero solo cuando dejas de leer tu precioso Financial Times! ¡La mayoría del tiempo ni siquiera te acuerdas de que tienes tres hijos! Los... los quieres como quieres... a esa pintura de Lowry que compraste, eso cuando piensas en ellos. ¡Así que no me digas como tengo que educar a mis hijos cuando como padre eres un completo inútil!



    ¿Qué le ocurría? Se preguntó dando un paso atrás mientras Harry se ponía de pie y se acercaba a él.



    ㅡMe puedes acusar de muchas cosas, Draco . ㅡdijo Harry entre dientes ㅡY, probablemente, la mayoría de ellas me las merezco, ¡pero no me puedes acusar de no querer a nuestros hijos!



    ㅡ¿De verdad? ㅡle preguntó Draco con sarcasmo ㅡ¡En primer lugar, te diré que solo te casaste conmigo porque estaba embarazado de los mellizos! ¡Incluso Albus fue un error al que te costó acostumbrarte!



    Harry dio un puñetazo sobre la mesa, Draco parpadeo al verlo levantar la mesa, apartarla para levantarse y acercarse a él. La violencia casi se podía palpar. A Draco se le secó la garganta al ver cómo Harry se acercaba a él con la intención, creía él, de estrangularlo.



    En el último momento, cambio de opinión y lo agarro por los hombros. Draco se dio cuenta de que estaba temblando.



    ㅡEs demasiado pequeño para comprender lo que estás diciendo ㅡdijo con una voz ronca y señalando a Draco con la cabeza ㅡpero si los mellizos te oyen, si les das alguna razón para que piensen que no los quiero, te...



    No terminó la frase. No hacía falta, Draco sabía exactamente como continuaba. Harry siguió mirándolo por unos instantes, luego lo soltó y salió de la cocina.



    Tragó saliva y dio un profundo suspiro, y solo entonces, se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración. Sólo por pura necesidad de consuelo, levanto a Albus y lo meció en sus brazos.



    Se avergonzaba de sí mismo. Y también estaba furioso, porque, al haberle gritado de aquella manera, le había dado el derecho de meterse con él, cuando, hasta ese momento, era él omega quien tenía todo el derecho de meterse con él mayor.

     
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    capítulo 4

    Al llegar el fin de semana, los mellizos se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. Y, como siempre, fue la observadora y callada Lily quien quiso saber qué era.

    ㅡ¿Por qué estás durmiendo en la habitación de Albus, papi? ㅡpreguntó el domingo por la mañana mientras toda la familia estaba reunida en la cocina, desayunando.

    La niña lo había descubierto porque aquella mañana Albus había dormido hasta más tarde de lo acostumbrado, con lo cual, su papi también se había despertado tarde. Después de pasar varias noches durmiendo mal en una cama demasiado pequeña y atormentado por sus pensamientos, estaba exhausto; la noche anterior, para su alivio, había conciliado el sueño nada más meterse en la cama, y no se había despertado hasta que James entró en la habitación.

    Pero no se sentía mucho mejor que los días anteriores, porque, si dormir había servido para dar descanso a su cuerpo, su mente no había reposado en absoluto. Sabía qué había soñado, pero, desde luego, sus sueños no habían aliviado el peso de su corazón, ni su rabia, ni su amargura. Incluso se aborrecía a sí mismo por no hacer nada para remediar la situación. Harry le había aconsejado que no tomara ninguna decisión hasta que no estuviera un poco más tranquilo, hasta que dejara de ser la criatura patética en la que se había convertido, pero aquel consejo sólo le servía como excusa para no enfrentarse a la realidad.

    Harry no tenía mejor aspecto que el menor, su rostro reflejaba la misma tensión. Desde la noche fatídica de la llamada de Cho , había estado llegando a las seis y media todos los días. Draco sospechaba que se debía más a que lo había criticado como padre que al deseo de demostrarle que su aventura había terminado.

    Llegaba a tiempo de bañar a los niños y meterlos en la cama mientras el omega preparaba la cena. En apariencia, su vida transcurría normalmente, y los dos hacían un gran esfuerzo para que los niños no se enteraran de sus problemas.

    Cada noche, durante la cena, Harry hacía algún intento por mantener una conversación, pero Draco permanecía en silencio, de modo que él desaparecía en su estudio en cuanto terminaban de cenar. Draco recogía la mesa y subía a acostarse a la habitación de Albus, sintiéndose cada día un poco más solo, un poco más deprimido.

    Saber que su marido lo engañaba había supuesto para él un golpe brutal que había conseguido anular su voluntad, de modo que su vida transcurría en una lenta monotonía y no se daba cuenta de lo que hacía. Harry lo observaba, serio y en silencio, esperando que Draco saliera de su letargo y estallara.

    En aquellos momentos, la pregunta de su hija lo devolvía a su cruda situación. Se sonrojó ligeramente, y se las ingenió para dar una respuesta coherente.

    ㅡA Albus le están saliendo los dientes otra vez. ㅡ Harry arrugó ligeramente el periódico que estaba leyendo y Draco se dio cuenta de que estaba escuchando. Y puede que también lo estuviera mirando de reojo. Él omega no lo miró. En realidad, le importaba muy poco lo que pudiera hacer.

    Pelirroja y con ojos grises, Lily tenía, además, la misma mirada inteligente de su papi. Asintió, como si comprendiera perfectamente lo que decía Draco. Los dientes de Albus habían sido un tormento para todos en las noches anteriores. Aunque a Draco no se le había ocurrido irse a dormir a su habitación. Pero aquello no se le había ocurrido a Lily , que prestaba atención a su querido padre.

    ㅡSeguro que echas de menos no poder abrazar a papi, ¿verdad, papá? ㅡdijo bajándose de la silla y acercándose a Harry ㅡSi me lo hubieras dicho, habría ido a darte un abrazo ㅡdijo y fue a sentarse sobre las rodillas de su padre, sabiendo que sería bien recibida.

    La tensión se apoderó de la habitación.

    ㅡMuchas gracias, mi reina. ㅡdijo Harry, doblando el periódico para prestar atención a su hija ㅡPero creo que puedo estar solo unos días más antes de que me sienta completamente triste.

    Si aquel comentario iba dirigido al omega , Draco lo ignoró, y siguió sentado bebiendo café, sin revelar el esfuerzo que le costaba.

    Observó a Harry , allí sentado, con su albornoz azul, que dejaba al descubierto su pecho. Besó a Lily en la mejilla y esbozó una sonrisa tan encantadora que a Draco se le hizo un nudo en el estómago, como si tuviera celos de su hija.

    ¿Celos de su propia hija! ¿Cómo era posible tanta amargura?

    No pudo evitar dar un respingo mientras recogía los platos. Harry lo miró y él le devolvió la mirada. Harry debió ver algo en sus ojos grises, porque frunció el ceño. Draco se dio la vuelta de inmediato. Estaba incómodo y desconsolado.

    Pero su marido y sus hijos parecieron ignorar su reacción. James intervino en la conversación que Harry estaba teniendo con Lily, e incluso Albus insistió en que le sacaran de su silla. Harry lo sacó y lo sentó sobre sus rodillas, mientras el niño alegraba la conversación con sus particulares gorgojeos. Draco no pudo soportarlo. Había algo en aquella atmósfera de cariño que le ponía los nervios de punta. Se sentía incapaz de unirse a ellos, como habría hecho normalmente. Ginebra se lo impedía. Su imagen era como un muro infranqueable que lo separaba de su familia, del afecto y el amor de los suyos.

    Dejó de fregar los platos, porque corría el riesgo de romper alguno y salió de la cocina diciendo entre dientes:

    ㅡVoy a hacer las camas.

    Nadie lo oyó y se sintió aún peor, más apartado de su familia.

    Estaba en su dormitorio, el dormitorio de Harry y él, mirando al vacío, cuando entró Harry. Con un gesto nervioso se dirigió al baño, tratando de aparentar que eso estaba haciendo cuando Harry abrió la puerta. Cuando salió, Harry seguía allí, al lado de la ventana y con las manos metidas en los bolsillos. Era alto y gallardo y, en aquel momento, estaba tan atractivo que a Draco le daban ganas de tirarle algo, de hacer cualquier cosa para mitigar su profundo dolor.

    Haciendo un esfuerzo por ignorar su presencia, comenzó a arreglar la habitación. Se acercó a la cama, que, desde la llamada de Cho , se había convertido en el mueble más odioso de la casa. Cada día era más difícil estirar las sábanas, ahuecar las almohadas, cubrirla con la colcha. Olía a Harry, a su olor limpio y masculino. Despertaba sus sentidos, que creía dormidos. Al contrario de lo que había esperado, su deseo por Harry no había disminuido, sino todo lo contrario. La traición del Alfa no había provocado más que la odiosa actitud de estar siempre pendiente de él. El odio alimentaba el deseo, y el deseo hacía su tormento todavía mayor.

    Harry se dio la vuelta lentamente y observó a Draco.

    Al cabo de un rato, cuando el silencio comenzaba a hacerse insoportable, se acercó al omega y se interpuso en su camino.

    ㅡ Draco ... ㅡdijo con suavidad.

    Draco permaneció con la cabeza agachada, sin querer mirarlo a los ojos.

    ㅡ¿Te acuerdas de que tengo que pasar la semana que viene en Francia?

    No, no se había acordado hasta aquel momento. Sintió una ira repentina al comprobar que Harry anteponía sus negocios a su vida privada, cuando ésta estaba en crisis.

    ㅡ¿Qué te meto en la maleta?

    ¿Iba a ir Ginebra con él? ¿Iban a dormir en la misma habitación? ¿Iban a pasar toda una preciosa semana sin que nadie les interrumpiera?

    Le palpitaba el corazón, y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no retroceder para apartarse de él. Retroceder habría sido como otorgarle una especie de victoria, así que se quedó donde estaba, sin mirarlo, con el semblante pálido.

    Físicamente, no habían estado más cerca desde la noche en que todo estallara por los aires. Draco sintió escalofríos.

    ㅡCualquier cosa ㅡreplicó Harry con impaciencia. Draco solía hacerle la maleta siempre que su marido se marchaba de viaje. Y le encantaba hacerlo, guardar sus camisas, contar los pares de calcetines, la ropa interior, meter algunos pañuelos, las corbatas y los trajes. Incluso en aquellos momentos, mientras rogaba que se apartara de su camino para poder alejarse de él y con ganas de decirle que se hiciera él la maleta, no podía evitar hacer, mentalmente, una lista con todo lo que necesitaba.

    Harry permaneció inmóvil, y la tensión entre ellos se hizo intolerable. No se atrevía a decir nada por miedo a que Draco lo utilizara en su contra.

    ㅡ¿Vas a estar bien? ㅡpreguntó por fin ㅡPuedo llamar a mi madre para que se quede contigo, si no quieres quedarte solo, si te hace falta compañía, o...

    ㅡ¿Y por qué me iba a hacer falta compañía? ㅡle espetó Draco, dirigiéndole una mirada penetrante ㅡNunca me ha hecho falta una niñera cuando te vas de viaje y no me va a hacer falta ahora.

    Harry apretó la mandíbula, pero mantuvo la tranquilidad.

    ㅡYo no estaba poniendo en duda tu capacidad, ㅡdijo ㅡpero estás muy cansado y me preguntaba si, con todo lo que está pasando, no te vendría bien algo de ayuda.

    "Muy cansado", se repitió Draco, no estaba sólo cansado, estaba agotado.

    ㅡ¿Tu secretaria va contigo? ㅡ Draco se arrepintió de aquella pregunta nada más hacerla.

    ㅡSí, pero ...

    ㅡEntonces no tengo por qué preocuparme por ti, ¿verdad?

    ㅡ Draco, ㅡdijo Harry, dando un suspiro ㅡ Ginny no...

    ㅡ¡No quiero saberlo! ㅡdijo Draco empujándolo, prefiriendo rozar su cuerpo a permanecer allí quieto por más tiempo soportando aquella conversación.

    ㅡEntonces, ¿para qué me lo preguntas? ㅡexclamó Harry en voz alta e inmediatamente hizo un gran esfuerzo por controlarse ㅡ¡Draco, tenemos que hablar!

    Draco estaba haciendo la cama. Apretaba los dientes y seguía con su trabajo porque era lo único que le quedaba por hacer.

    ㅡNo podemos seguir así. ㅡdijo Harry ㅡ¡Tienes que darte cuenta! A Lily le parece muy raro que duermas con Albus , lo que significa que, a partir de ahora va a estar pendiente de nosotros, va a vigilarte, a calcular los días que te quedas en la habitación de Albus...

    ㅡY no debemos molestar a tu querida Lily, ¿verdad? ㅡexclamó Draco , y se avergonzó al instante. ¿Cómo podía sentir celos de su propia hija? Pero era cierto, estaba horriblemente celoso de su hija, porque tenía el amor de su padre.

    ㅡNo pienso responder a eso, Draco. ㅡdijo Harry sobriamente. Draco terminó de hacer la cama, podía marcharse ㅡDeja que te explique que Ginebra no... ㅡdijo Harry .

    ㅡ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Vas a quedarte en casa?

    ㅡSí ㅡdijo Harry, desconcertado ㅡ¿Por qué?

    ㅡPorque yo tengo que salir y si tú te vas a quedar, no tengo que llamar a tu madre para que se quede con los niños.

    Por qué había dicho aquello, Draco no podía saberlo. Su decisión de salir no había sido una decisión consciente. Pero nada más decirlo pensó que pasar unas horas solo, completamente solo, era vital para su integridad mental.

    Abrió el armario, impaciente por salir y alejarse de su familia, y sacó lo primero que encontró, su anorak impermeable. Harry parecía un poco aturdido, y se limitó a quedarse allí de pie, observándolo.

    ㅡ Draco , ㅡdijo por fin ㅡsi quieres salir, sólo tienes que decirlo.

    Draco no atinaba a cerrar la cremallera y se estaba poniendo cada vez más nervioso. "¿Es posible sofocar sus propias emociones?", se preguntaba. Porque creía que eso era precisamente lo que estaba haciendo.

    ㅡDame diez minutos y me voy contigo...

    ¡Los zapatos! ¡No se había puesto los zapatos! Se inclinó y revolvió en la parte baja del armario. Harry seguía quieto en el mismo sitio, cada vez más perplejo. Draco encontró sus botas de cuero negras y se sentó sobre la moqueta para ponérselas. Luego metió los pantalones en las botas con dedos temblorosos.

    ㅡ Draco ... no hagas esto! ㅡdijo Jackson .

    Stiles se dio cuenta de que estaba realmente afectado porque quisiera irse solo, su voz era grave y denotaba impaciencia.

    ㅡNunca has salido sin nosotros, espera a que todos... ㅡ Draco apenas lo oía. Pero Harry tenía razón, él omega nunca había salido solo. Si no con él, con los niños, o con su madre. Durante toda su vida adulta, había vivido bajo el amparo protector de otros. Primero sus padres, luego sus amigos y finalmente, Harry . Sobre todo, Harry.

    ¡Pero por Dios, estaba a punto de cumplir veinticuatro años! Y allí estaba, convertido en ama de casa, cada día menos atractivo, con tres hijos y un marido que ...

    ㅡ¡Me voy solo! ¡No te va a pasar nada porque, por una vez, te quedes con los niños!

    ㅡ¡No me estoy quejando de eso! ㅡdijo Harry , suspirando y acercándose al menor ㅡPero, Draco , nunca habías...

    ㅡ¡Exactamente! ㅡexclamó Draco, apartándose de él ㅡMientras tú te ocupabas de hacerte rico y de buscar una amante, yo estaba sentadito en esta maldita casa, muriéndome de asco.

    ㅡ¡No digas tonterías! ㅡdijo Harry , agarrándolo por la muñeca ㅡEsto es ridículo, te estás portando como un niño.

    ㅡPrecisamente, Harry, de eso se trata, ¿no te das cuenta? ㅡdijo Draco , apelando a la comprensión a pesar de que lo que más deseaba era irse de allí cuanto antes ㅡEso es exactamente lo que soy... un niño. Un niño al que han explotado, al que han herido profundamente. No he crecido porque no me han dado la oportunidad de crecer. ¡Tenía diecisiete años cuando me casé contigo! ㅡle gritó ㅡ¡No había terminado el colegio! y antes de que aparecieras tú, mis padres me tenían entre algodones. Dios mío, qué decepción debió ser para ellos descubrir que su dulce y pequeño hijo se había estado acostando con el lobo feroz.

    Harry se rió. A Draco no le sorprendió, sabía que su calificación era tan acertada que no tenía más remedio que reírse si no quería llorar.

    ㅡY quedé embarazado, ㅡprosiguió ㅡy cambié a unos padres por otros, tú y tu madre.

    ㅡEso no es cierto, Draco . ㅡprotestó Harry ㅡYo nunca te he visto como un niño. Yo ...

    ㅡ¡Mentira! ¡Eres un maldito hipócrita mentiroso! ¿Y sabes por qué sé que eres un mentiroso? Por el miedo que te da que yo quiera pasar algún tiempo solo.

    ㅡ¡Esto es una locura! ㅡdijo Harry , negando con la cabeza, como si no creyera que aquella conversación pudiera tener lugar.

    ㅡ¿Una locura? ㅡrepitió Draco ㅡ¿Cómo crees que me siento sabiendo que he dejado que me hicieras todo esto? Lo único que hice fue sentarme y dejar que me trataras como te daba la gana... y mira qué he conseguido. Veinticuatro años, tres hijos y un marido que se ha cansado de mí. Así que, por favor, deja que me vaya.

    Con un sollozo, se apartó de él y salió de la habitación.

    Corrió escaleras abajo, recogió el bolso de la mesita del recibidor y salió precipitadamente a la calle.

    El Porsche de Harry cerraba el paso a su jeep cheroke negro , así que tuvo que irse a pie, alejándose de la moderna casa en la que vivían desde hacía cinco años. En una casa situada en una de las zonas más acomodadas de Londres . Aquella casa le encantaba porque les ofrecía mucho más espacio que el pequeño piso alquilado del centro de Londres en el que vivían anteriormente. Sin embargo, en aquellos momentos, lo único que quería era alejarse de allí lo más pronto posible.

    Se apresuró por la acera, bajo la sombra de los árboles, sabiendo que Harry no lo seguiría. Todavía tenía que vestirse y vestir a los niños, así que no podría detenerlo antes de que tomara el autobús.

    El primero que llegó se dirigía al centro de Londres.

    Se sentó junto a la ventanilla y miró a través del cristal manchado de polvo y de gotas de barro. Se fijó en el parque al que solía llevar a los niños. ¿O eran ellos los que lo llevaban a él? No lo sabía, ya no estaba seguro de nada.

    Se subió el cuello del anorak para protegerse del frío aire de septiembre, se metió las manos en los bolsillos y comenzó a pasear por Londres , cuyas calles siempre estaban solitarias los domingos por la tarde. Estaba perdido en un mar de tristeza. Un mar más profundo a medida que un ojo interior se abría cada vez más para mostrarle cómo era el verdadero Draco Malfoy.

    Un omega de veinticuatro años que se había estancado emocionalmente a la edad de diecisiete. Pensó que Harry lo amaba porque había hecho el amor con él, y nunca se preguntó si lo quería realmente. Pero había llegado la hora de hacerlo. Y aunque la idea lo mortificaba, se daba cuenta de que sólo se había casado con él para aceptar su responsabilidad por haberlo dejado embarazado.

    Puede que Harry considerara que estaba en su derecho de llevar otra vida, aparte de la que ya llevaba con él. No cabía duda, se trataba de eso. Harry quería llevar otra vida, una vida aparte de la que llevaba con él.

    Draco se dio cuenta, en aquellos momentos en que su vida estaba al borde del precipicio, de que Harry nunca había compartido con él aquella otra vida excitante y apresurada. Sólo había construido su matrimonio para él, para que jugaran a ser esposos y padres de sus hijos, porque era lo que él quería ser.

    Pero, ¿acaso se trataba sólo de un juego, de una fantasía? No lo sabía, no podía saberlo.

    Caminó durante horas. Horas y horas, sin darse cuenta del tiempo que pasaba. Tristes horas de reflexión, contemplando la intensidad de su propio dolor. Hasta que el más completo agotamiento lo obligó a regresar a casa. Estaba agotado y hacía frío, así que tomó un taxi.

    De repente, su casa se convirtió en el único lugar del mundo en el que quería estar. Pero, al darse cuenta, experimentó una sensación de derrota, porque aquello significaba que sus horas de libertad no le habían hecho ningún bien.
     
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    Pobre Dracooo, qué penita da 😭
     
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    Muy bueno, espero continuación.
    Amo a Draco, Ginny como siempre metida donde no debe.
     
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    Sakura animos para escribir! Aquí te seguimos esperando a la espera de ese nuevo capitulo <3
     
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    capítulo 5

    Cuando entró en el salón, Harry estaba sentado en el sofá con un libro entre las manos. Tenía el aspecto de alguien que no se hubiera movido del sitio durante horas. No se molestó en saludar a Draco, que tras una corta pausa, esperando su repentina explosión de furia, que no llegó, cerró la puerta y se dirigió a la cocina. Esbozaba una sonrisa. Harry no lo engañó ni por un momento con su aire de indiferencia, le había visto mirando por la ventana justo antes de entrar por la puerta del jardín.

    ㅡSerá mejor que llames a Choㅡmurmuró, apartando una silla con el pie para sentarse en ella.

    Dejó el abrigo sobre una de las sillas de la cocina, se quitó las botas y preparó café. Harry entró como un gato en busca de su comida diaria. Llevaba vaqueros y camisa de algodón.

    ㅡ¿Porqué? ㅡdijo Draco con curiosidad, y mirándolo por un instante.

    ㅡPorque no he parado de llamarla creyendo que estarías en su casa y ella no me lo quería decir.

    ㅡ¿Y por qué estás tan seguro de que no ha sido así? ㅡantes de contestar, Harry guardó silencio por unos instantes.

    ㅡPorque llamé a mi madre para que cuidase de los niños y me fui a su apartamento para ver si era verdad.

    ㅡAsí que no sólo Cho, sino también tu madre sabe que he estado fuera todo el día ㅡdijo Draco con tono amargo sirviéndose el café, que ya estaba listo.

    ㅡNo puedes echarme la culpa de que estuviera tan preocupado después de cómo te fuiste ㅡse quejó Harry.

    "Eso está mejor", pensó Draco. "Eso le enseñará a no tratarme como a un niño".

    "Puede que lo sea, pero eso no significa que me guste que me traten como tal. Además, así se dará cuenta de que su predecible esposo no es tan predecible después de todo". Se sentó frente a él, tomando con gusto la taza de café caliente entre las manos, todavía frías. Harry se pasó las manos por el pelo y luego las apoyó sobre la mesa y comenzó a tamborilear con los dedos, como si algún pensamiento le rondara en su interior. Inclinó la cabeza hacia delante. Tenía el pelo revuelto, como si se hubiera pasado las manos por él muchas veces.

    Draco nunca lo había visto así, con un aspecto tan frágil.

    ㅡTus padres también lo saben. ㅡdijo inesperadamente ㅡLos llamé cuando no se me ocurrió ningún otro sitio donde pudieras haber ido. Han estado esperando que aparecieras por CHELSEA toda la tarde. Será mejor que los llames para decirles que estás bien.

    ㅡTe voy a decir una cosa, Harry ㅡle sugirió ㅡ¿Por qué no los llamas tú ya que fuiste tú quien los has preocupado? Llama a tu madre y a Cho, no tengo ganas de hablar.

    Así que sólo se le había ocurrido llamar a tres sitios para localizarlo. ¿Qué le decía eso a él de sí mismo? Se preguntó, pero decidió que ya había hecho suficiente auto análisis aquel día y decidió posponer la respuesta.

    ㅡ¿Con quién? ¿Con mi madre?

    ㅡNo, con Cho. ㅡdijo Draco sarcásticamente ㅡHas sido tú él que la ha vuelto a meter en este lío después de decirle que se ocupara de sus asuntos, así que, si crees que está preocupada, llámala tú.

    ㅡiTodos estábamos muy preocupados! ㅡexclamó Harry, dirigiéndole una mirada furiosa.

    ㅡNo pienso suicidarme. ㅡdijo Draco con calma, sorbiendo su café. Cuanto más nervioso estaba Harry, más tranquilo estaba el omega ㅡPuede que me hayas tomado por un imbécil, pero no me voy a perder el resto de mi vida por eso.

    ㅡ¡Yo no te he tomado por un imbécil!

    ㅡClaro que lo has hecho. Por ejemplo, cuando has perdido el tiempo pensando que había hecho una tontería ㅡdijo Draco con mordacidad.

    ㅡ¿Dónde has ido? ㅡpreguntó.

    Harry tragó saliva. Quería contenerse, evitar cualquier disputa.

    ㅡAl centro ㅡrespondió Draco, irguiendo la cabeza con orgullo.

    ㅡ¿A qué parte? ¿Y para qué? Has estado fuera desde las diez de la mañana, ¡casi doce horas! ¿Qué has estado haciendo durante doce horas si las tiendas están cerradas?

    ㅡ¡Puede que haya salido con un hombre! ㅡexclamó Draco, y vio con satisfacción que a Harry le mudaba el semblante ㅡNo es tan difícil encontrar uno, ¿sabes? Puede que haya decidido echar una canita al aire e irme a buscar... comprensión, ya que, últimamente, no encuentro mucha en esta casa ㅡdijo con ironía.

    Harry se puso de pie, dando un golpe con la silla contra el suelo.

    ㅡ¡Ya basta! ㅡdijo Harry, pasándose la mano por el pelo ㅡ¡Deja ya de tomarte la revancha! No solías disfrutar haciendo daño a los demás.

    Eso era cierto. Era extraño comprobar cómo podía cambiar una persona de la noche a la mañana. Nunca había tenido ningún deseo de hacer daño a nadie, pero, de repente, ni siquiera le importaba que sus padres estuvieran preocupados por él. Probablemente, la madre de Harry estaría sentada en su apartamento, apenas a un kilómetro de allí, esperando con inquietud una llamada que le dijera que su adorado Draco estaba bien.

    ㅡHaz esas llamadas y no tendrás que escucharme ㅡreplicó Draco con la vista fija en la taza de café que tenía entre las manos. Harry lo miró con furia. Parecía a punto de estallar, pero, para sorpresa de Draco , suspiró profundamente y se marchó. Draco oyó que cerraba de un portazo la puerta del estudio e hizo una mueca.

    Subió al piso de arriba para darse una ducha. Y se metió bajo el agua.

    Después de ducharse, mientras se ponía el albornoz recordó que no había hecho la maleta de Harry. Con una maldición, entró apresuradamente en la habitación, recogió la maleta de cuero, la dejó sobre la cama y la abrió.

    ㅡNo hace falta que lo hagas. ㅡdijo Harry , desde la puerta ㅡEsta tarde he cancelado el viaje.

    ㅡVaya por Dios. ㅡdijo Draco, mientras él cerraba la puerta ㅡQué decepción se habrá llevado Ginebra.

    Harry se encogió, como si alguien le hubiera golpeado con un látigo. Draco sintió pánico al ver su semblante pálido. Harry se acercó, lo agarró por los brazos y el omega se estremeció.

    ㅡYa no puedo soportarlo ㅡdijo Harry entre dientes ㅡ¡No vas a cambiar de opinión sobre mí a pesar de lo que haga o diga!

    ㅡ¡Ya he cambiado de opinión sobre ti! ㅡreplicó Draco, sintiendo temor ante el extraño brillo de los ojos de Harry ㅡ¡Pensaba que eras un santo, ahora sé que eres un cerdo!

    ㅡ¡Pues, entonces, voy a portarme como un cerdo! ㅡexclamó Harry y lo besó.

    No fue un beso persuasivo, ni dulce, fue un beso brutal. Draco gimió. Harry clavó sus manos como garras en sus hombros. Draco hizo esfuerzos para apartarse, tratando de no tocar su cuerpo.

    Harry le metió la lengua entre los labios, y él quiso morderle. Pero el Alfa , que preveía su reacción, apretó sus labios con fuerza para impedírselo y le acarició la lengua con sensualidad. Draco se estremeció y le golpeó el pecho con los puños, en un desesperado intento por detener el ardor que despertaba en su cuerpo. Aunque lo odiara desde lo más profundo de su ser, seguía siendo vulnerable a sus caricias.

    Gimió de nuevo y le dio una patada con su pie desnudo. Pero dio igual. Harry no estaba dispuesto a soltarlo. El cuerpo de Draco no era más que una masa que se doblaba ante la voluntad de Harry. Con una mano lo agarró por la cintura y con la otra el pelo, tirando de él para obligarlo a abrir la boca y recibir su beso.

    Draco estaba ardiendo, su cuerpo se sacudió con una oleada de calor al sentir el cuerpo de Harry apretándose contra él. Pero no era sólo la temperatura de su cuerpo la que había sobrepasado los límites, sino también sus sentidos. Estaba fuera de control, ansioso como una abeja precipitándose hacia la miel más dulce de la Tierra.

    "¡No es justo!", pensó con desconsuelo. "¡No es justo que me siga haciendo esto!" Se odiaba a sí mismo y odiaba a Harry por obligarlo a darse cuenta de su debilidad.

    ㅡiMaldito seas! ㅡexclamó cuando Harry se separó del omega para respirar.

    Harry tenía las mejillas sonrosadas y sus ojos eran como oscuros estanques llenos de frustración.

    ㅡSí. ㅡdijo con un susurro ㅡMaldíceme cuanto quieras, Draco, pero me deseas. Me deseas tanto que casi no puedes pensar en otra cosa.

    Era la amarga verdad. Se encogió un poco, pero se dispuso a hacer algo en lo que había pensado muchas veces en los últimos días. Con un gruñido animal y sin importarle el dolor que le hacía Harry al tirarle del pelo, levantó los brazos para arañarlo.

    Sólo sus buenos reflejos salvaron a Harry. Echó la cabeza hacia atrás y Draco sólo alcanzó su cuello.

    ㅡ¡Vaya, qué gatito! ㅡdijo soltándolo del pelo para tocarse el cuello.

    ㅡ¡Te odio!

    ㅡMejor. ㅡdijo Harry, atrayéndolo hacia sí ㅡAsí será más fácil hacerte el amor de cualquier manera, sin importarme lo que sientas por mí.

    ㅡ¡Estupendo! ¿Por qué no añadir la violación al adulterio?

    ㅡ¿Violación? ¿Desde cuándo he tenido que recurrir a la violación al acostarme contigo? ¡En toda mi vida no he conocido a ninguna persona más caliente que tú!

    ㅡ¿Ni siquiera Ginebra?

    Harry lo apartó de un empujón y cruzó las manos detrás de la nuca, como si se estuviera conteniendo para no tener que pegarle. En sus ojos se divisaba algo muy parecido al tormento.

    ㅡYa basta, Draco . ㅡdijo entre dientes ㅡDeja ya de provocarme antes de hacer algo que podamos lamentar ㅡ Draco se preguntó a qué se refería. ¿Acaso lo estaba provocando, lo estaba poniendo furioso para que le hiciera el amor?

    Se dio cuenta de que era eso lo que estaba haciendo exactamente. Tentándole con cada mirada cuando debía irse de allí mientras podía. Pero quería alimentar el odio que le tenía, llevar al límite su angustia, su decepción y sobre todo, el profundo dolor que no había abandonado su pecho desde la llamada de Cho.

    Se oyó a sí mismo decir, como desde el otro lado de un largo túnel:

    ㅡEntonces, vete! ¿Por qué no haces lo que debes hacer y te vas de aquí? ¡No hay nada que te impida marcharte con tu preciosa Ginebra!

    ㅡ¡Deja ya de mencionar su maldito nombre!

    ㅡ Ginebra ㅡrepitió él al instante ㅡ Ginebra, Ginebra, Ginebra.

    Un brillo, tal vez de angustia, cruzó la mirada de Harry . Se mordió el labio y agarró a Draco por los brazos.

    ㅡ¡No! ㅡdijo entre dientes ㅡ¡Tú, tú, tú!

    Con un rápido movimiento, lo obligó a girar y a echarse sobre la cama.

    Lo que sucedió estuvo muy lejos de tener algo que ver con el amor. Fue una batalla. Una batalla para ver quién de los dos lograba excitar más al otro. Una batalla de los sentidos donde cada caricia era deliberada y respondida por otra, donde cada mirada recibía como respuesta otra mirada de burla. En cuanto uno de los dos se excitaba, más lo excitaba el otro, lanzados frenéticamente a un torbellino de sensaciones dolorosas, rotas.

    Por un instante, Harry pareció a punto de recuperar el sentido común y trató de apartarse de Draco. Pero el menor se dio cuenta. Tuvo miedo, pánico a perderlo, y se aferró a él y lo besó con frenesí. Harry suspiró y pronunció su nombre en una ardiente súplica. Pero el omega no atendió aquella súplica. En aquellos instantes, era él quien jugaba el papel de seductor, el que dominaba la situación. Y mantuvo aquel papel desde el desesperado principio hasta el tumultuoso final. Dominó a Harry, y al terminar, se apartó y se hizo un ovillo, preso de la frustración. Su cuerpo había exigido algo que se le negaba hacia días, pero sólo se sentía abatido y asqueado consigo mismo.

    Así que, ¿quién ganó la batalla? Se preguntó. Nadie.

    Su comportamiento le daba náuseas. Había hecho el amor con Harry, no porque lo quisiera, sino por su miedo a perderlo. Era esencial para su integridad mental saber que, a pesar de todas las Ginebra's que pudiera haber habido o que hubiera en el futuro, él, el pequeño y aburrido Draco, todavía podía volverlo loco en la cama.

    Y además, tenía que reconocer que lo había deseado, el deseo que había sentido por él no dejaba espacio para el orgullo ni el respeto por sí mismo. Pero, sin embargo, hacer el amor no había supuesto ningún alivio para la tristeza y el dolor que sentía desde hace una semana. Era como si su alma herida se negara a concederle a Harry un respiro.

    Una solitaria lágrima se derramó por su mejilla.

    Draco, en su desesperado deseo de probarse que todavía podía excitar a su marido, había perdido más de lo que había ganado. Se había dado cuenta de que ya no sentía lo mismo por él. Había perdido la confianza ciega y con ella, su forma de amarlo libremente.

    Le dolía y le daba miedo. Se sentía más solo que si Harry se hubiera marchado y lo hubiera dejado. Porque no sabía si algún día volvería a sentir por él lo que sentía antes.

    ㅡ¿Draco?

    Draco se dio la vuelta. Harry lo contemplaba con una mirada sombría.

    ㅡLo siento ㅡdijo tranquilamente.

    ¿Qué lamentaba, hacer el amor o toda aquella horrible situación? Qué importaba, se dijo. Al fin y al cabo, ya nada importaba. Se sentía como una cáscara vacía, perdido y solo y ningún lamento lograría que se sintiera mejor.

    Se le llenaron los ojos de lágrimas.

    ㅡMe avergüenzo de mí mismo ㅡle dijo con voz grave y temblorosa. A Harry se le humedecieron los ojos.

    ㅡVen aquí ㅡdijo estrechándolo entre sus brazos ㅡTe juro que no volveré a hacer nada que pueda hacerte tanto daño, Draco. Palabra de un hombre que en su vida se ha sentido peor.

    ¿Podía Draco arriesgarse a creerle? Sería fácil. Y sería fácil perdonarlo y olvidarlo todo, con la esperanza de que el perdón y el olvido se llevaran el dolor para siempre.

    ㅡTe amo. ㅡle dijo Harry con voz grave ㅡTe amo mucho, Draco.

    ㅡ¡No! ㅡexclamó Draco violentamente, abandonando la idea de perdonarlo al escuchar aquellas palabras falsas. Ya le había creído una vez y sólo le había servido para hundirse en el lodo.

    ㅡNo me hables de amor. ㅡle replicó amargamente ㅡEl amor no tiene nada que ver con lo que acaba de suceder, ¿o es que te casaste conmigo por amor?
     
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    Qué alegría verte de nuevo, ohh estuvo bien interesante el capítulo, sigue así!! 😊
     
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    Gracias por la actualización, la esperaba con ansia.
     
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    .Capítulo 6

    El desayuno transcurrió en medio de una atmósfera enrarecida. Los mellizos no dejaban de mirarlos con extrañeza y curiosidad. Draco sabía que se habían hecho muchas preguntas acerca de su ausencia el día anterior, pero era obvio que Harry les había ordenado que no hicieran preguntas.

    No pudo evitar una media sonrisa cuando Lily abrió la boca para decir algo y Harry la silenció con una mirada. James se comportaba de forma distinta. No dejaba de mirar, pero no decía nada, en realidad, no había dicho nada desde que había bajado a desayunar.

    ㅡCome, James . ㅡle dijo Draco amablemente, después de que el niño estuviera jugando con la cuchara un buen rato ㅡA media mañana vas a tener hambre si ahora no comes nada.

    James frunció el ceño y lo miró. Tenía los mismos ojos que su abuelo.

    ㅡ¿Adónde fuiste ayer? ㅡle preguntó de repente, y miró a su padre.

    ㅡPues... salí a pasar el día por ahí. ㅡrespondió Draco con una sonrisa, para demostrarle a su hijo que no sucedía nada anormal ㅡNo te importa; ¿verdad?

    James se removió en la silla. Draco se inquietó. James no era como su hermana, extrovertida y comunicativa con todo el mundo, siempre se callaba sus problemas.

    Si le hacía aquella pregunta era porque estaba realmente preocupado.

    ㅡPero, ¿adónde fuiste? ㅡinsistió el niño.

    Draco suspiró y le acarició el pelo. James no protestó, como solía hacer.

    ㅡEstaba muy cansado. ㅡrespondió, tratando de encontrar una explicación que un niño de seis años pudiera comprender ㅡAdemás, como me paso el tiempo en casa, me apetecía dar un paseo. Eso es todo.

    ㅡ¡Pero normalmente vas con uno de nosotros, para que te cuide! ㅡdijo mirando a su padre, pero esta vez para decirle que se mantuviera al margen de aquella conversación.

    ㅡ¿Quién ha dicho eso? ㅡdijo Draco en broma, tratando de tomarse aquella afirmación con buen humor, cuando, en realidad, estaba horrorizado de que su hijo también pensara que era incapaz de cuidar de sí mismo ㅡYa sabes que soy mayor y que puedo cuidar de mí mismo.

    ㅡPapá dijo que no. ㅡintervino Lily ㅡLlamó a la abuela y estaba muy nervioso. Y habló por teléfono con la tía Cho y se puso furioso.

    ㅡYa basta, Lily ㅡdijo Harry con calma, pero en un tono tajante.

    ㅡ¡Pero sí lo dijiste! ¡Y te portaste como un toro loco!

    ㅡ¿Como un qué? ㅡpreguntó Harry.

    ㅡComo un toro loco. ㅡrepitió la niña ㅡEso es lo que nos dice mi profesora cuando corremos por la clase, "Los toros al campo". ㅡdijo Lily y esbozó una de sus encantadoras sonrisas, de ésas con las que se le caía la baba a su padre ㅡPero papi volvió sano y salvo, como dije yo.

    Así que, al menos, había un miembro de su familia que le creía capaz de cuidar de sí mismo. "Gracias, Lily ", pensó Draco.

    ㅡAcábate el desayuno. ㅡdijo el omega ㅡComo pueden ver, estoy sano y salvo, así que vamos a olvidarlo, ¿está bien?

    En cuanto los niños se marcharon a recoger sus cosas del colegio, le dirigió la palabra a Harry.

    ㅡPuedes irte a Londres , si quieres.

    Harry estaba guardando el periódico en su maletín.

    Al oír a Draco se detuvo por un instante y luego, cerró el maletín. Tenía todo el aspecto de un hombre de negocios.

    Con la camisa de seda blanca y el saco. Parecía fuera de lugar en aquella cocina de atmósfera tan familiar, su atuendo era apropiado para una mansión de estilo más sofisticado, con muebles de caoba. Draco sintió una gran tristeza al pensar en lo mucho que Harry había evolucionado con los años mientras él permanecía estancado.

    ㅡYa no tengo que ir. ㅡdijo Harry ㅡ Ron puede ocuparse de todo tan bien como yo.

    Entonces, ¿por qué no iba él desde un principio?, se preguntó Draco.

    ㅡ¿Tenías miedo de que te abandonara mientras tú no estabas en casa? ㅡle preguntó con un sincero interés por saber su respuesta. A Harry le importaban mucho él y los niños, pero no sabía en qué medida sería para él una tragedia que dejaran de formar parte de su vida.

    Harry se dio la vuelta para marcharse, pero se detuvo junto a la ventana que daba al jardín trasero de la casa, lleno de juguetes.

    ㅡSí ㅡadmitió sobriamente.

    Draco experimentó un gran alivio al oír su respuesta, lo que, por otro lado, lo puso furioso, porque no era más que una muestra de su propia debilidad.

    ㅡYo no tengo por qué irme. ㅡreplicó ㅡEres tú quien tiene que hacerlo.

    ㅡSí. ㅡdijo Harry, y agachó la cabeza antes de darse la vuelta. No lo miró, pero hizo como si examinara su maletín de nuevo ㅡSé que, si me quedara un átomo de orgullo, debería recoger mis cosas y marcharme. Pero no quiero marcharme, no quiero echar a perder lo que hemos... tenido. Sé que tengo que probarte que puedo volver a ser el mismo. Sé que me va a costar algún tiempo, pero no voy a rendirme, Draco. ㅡdijo y se atrevió a mirarlo con determinación ㅡPuedes hacer lo que quieras, pero no voy a ser yo quien me vaya.

    ㅡPodría pedirte la separación. ㅡle espetó Draco de repente ㅡPara hacer que te marches ㅡ Harry frunció el ceño.

    ㅡ¿Y cómo sabes que si pides la separación puedes obligarme a irme? ㅡdijo Harry, preguntándose si Draco habría hablado con algún abogado. No lo creía capaz, pero no estaba seguro.

    A Draco le encantaba verlo tan desconcertado. Le hacía recuperar algo de orgullo, así que se encogió de hombros y dijo con sarcasmo:

    ㅡVeo mucha televisión.

    ㅡEntonces, ¿vas a... acabar con nuestro matrimonio? ㅡ Draco tenía que admitir que era muy listo. Con una simple pregunta le había dejado al omega toda la responsabilidad.

    ㅡHas sido tú el que has empezado a estropear nuestro matrimonio, Harry. ㅡrespondió con tranquilidad ㅡPero no, no voy a hacer nada por cambiar esta situación... todavía.

    ㅡ¿Todavía? ¿Si quieres pedir el divorcio por qué no lo haces cuanto antes? ㅡdijo Harry, dando un suspiro.

    Draco observó su mano. Se fijó en su anillo de oro. No significaba nada, sólo era un trozo de oro que le habían puesto allí hacía un millón de años. Era un anillo sencillo y barato. Cuando se casaron, no habían podido pagar nada mejor. Al cabo de algunos años, Harry le había regalado una sortija de oro con un diamante engastado.

    Recordaba el día que lo habían comprado; "Te quiero, Draco", había dicho poniéndoselo en el dedo, "sin ti y los mellizos, mi trabajo no tendría sentido".

    Pero Harry se equivocaba. Sin él ni los mellizos, habría llegado mucho más lejos, de eso estaba seguro.

    Harry lo observaba con aquella mirada sombría, mientras esperaba la respuesta de Draco. Por un instante, se cruzaron las miradas, luego, Draco agachó la cabeza.

    ㅡNo lo sé. Pero creo que quiero verte sufrir ㅡrespondió Draco con sinceridad.

    Para su sorpresa, Harry sonrió y se llevó la mano al cuello, donde era visible el arañazo de la noche anterior.

    ㅡYo creía que ya me habías hecho sufrir bastante ㅡdijo.

    ㅡNo lo suficiente ㅡdijo Draco, sonrojándose ligeramente.

    ㅡYa veo.

    ㅡMe alegro.

    ㅡAsí que ahora vamos a iniciar un periodo en el que me toca recibir a mí. ㅡdijo Harry, sonriendo de nuevo y agachándose para besar a Draco ㅡPues que así sea. ㅡAñadió y salió orgullosamente de la habitación, dejando a Draco desconcertado.

    ( . . . )

    Durante las dos semanas siguientes, vivieron en una especie de tiempo muerto, como si su matrimonio hubiera entrado en coma. En realidad, se estaban tomando una tregua para recobrarse antes de afrontar su futuro.

    Draco no volvió a dormir en la habitación de Albus. Dormía con Harry, sin saber muy bien por qué. Tampoco lo rechazaba cuando lo buscaba, en el prolongado silencio en que sus noches se habían convertido. Y llegaron a compartir cierto afecto, aunque aquellos encuentros no fueron demasiado satisfactorios para ninguno de los dos. Draco se dejaba llevar y recorría con Harry el largo y sensual camino del placer. Pero, en los instantes de mayor intensidad, palpitando de deseo entre sus brazos y sintiendo cómo él se estremecía y lanzaba pequeños gemidos, no podía dejar de imaginar a Ginebra en su lugar, de pensar que Ginebra le había llevado al mismo estado de pasión desenfrenada. Y, en aquellos momentos, se apartaba de él con angustia y el placer se extinguía tan rápidamente como había surgido.

    Entonces daba la espalda a Harry y se hacía un ovillo para soportar su desesperación en soledad mientras Harry estaba tendido a su lado cubriéndose el rostro con una mano, sabiendo, aunque nunca hablaban de ello, que Ginebra se interponía una vez más entre ellos. En aquellos momentos, el dolor de la infidelidad y la angustia de los celos azotaban a Draco con toda su crueldad y no podía soportar que Harry lo tocara. Y él se quedaba quieto y ni siquiera lo intentaba.

    Draco pasaba los días preocupado, pensando en aquellos momentos con temor, porque sabía que, si había algo que pudiera hacer volver a Harry a brazos de Ginebra era su estúpido comportamiento en la cama.

    Que Harry viera aquellos momentos como el modo en que Draco quería devolverle su infidelidad, sólo hacía que se sintiera peor, porque era lo último en que pensaba cuando Harry lo buscaba.

    Y se sentía más tenso y sufría cada vez más cuando Harry trataba de hacer el amor, porque sabía que no podrían alcanzar una satisfacción plena. Y aun así, lo necesitaba, a pesar de que no podía darle lo que pedía. Necesitaba experimentar el pequeño placer de los primeros escarceos y necesitaba saber que Harry lo necesitaba.

     
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    Capítulo 7

    La madre de Harry empezó a pasar más tiempo con Draco. No mencionaba el domingo que su yerno había pasado en Londres, pero el hecho estaba allí, aguardando tras sus cuidadosos gestos, tras la cautela con que abordaba ciertas conversaciones.

    Lily Potter estaba orgullosa de su hijo. Era un hombre, que se había hecho a sí mismo, que había triunfado a pesar de las dificultades. Pero no estaba ciega ante lo que la tentación podía suponer para un hombre del calibre de Harry. Era un hombre perspicaz, inteligente y lleno de vida. Con treinta y dos años, ya era respetado en la comunidad de ejecutivos.

    La profunda mirada de sus ojos verdes y su habilidad para hacer dinero donde no lo había, lo hacían muy interesante para Alfa, Betas o omegas. Y, aunque nadie le había dicho nada del por qué el matrimonio de su hijo atravesaba tiempos difíciles, Lily no era tonta y tenía una idea bastante acertada de la verdad. Así que decidió pasar más tiempo con Draco, para ofrecerle su apoyo moral. Draco, se lo agradecía, porque había llegado a la dolorosa conclusión de que, en el mundo extraño en el que había empezado a vivir, ella era su única amiga.

    Se sentía decepcionado consigo mismo por haberse dejado llevar hasta convertirse en una persona vacía. Su hogar, que antes era su orgullo y su gozo, se había convertido en continuo objeto de sus críticas. Podía ser un buen lugar para él omega , pero no para Harry. Su avance en la vida merecía una casa mayor, una que reflejara sus éxitos. Draco no dejaba de atormentarse recordando las muchas veces que Harry le había comentado que quería mudarse a una casa más grande, mejor. Tal como había empezado a considerarlo últimamente, lo comprendía perfectamente. No había duda de por qué no había llevado a aquella casa a ninguno de sus amigos: debía avergonzarse de su hogar.

    Pero Draco también se sentía furioso con su marido por no abrirle las puertas de su mundo. Tal vez fuera culpable por permanecer ciego a lo mucho que él mayor había cambiado, pero él también tenía parte de culpa por esconderlo, como si fuera un incómodo secreto que no convenía a su imagen de triunfador.

    La ira se convirtió en resentimiento y el resentimiento en una inquietud que lo hacía irritable e impaciente, hasta el punto de que hasta sus hijos estaban alerta para evitar sus reacciones intempestivas.

    "¿Quién eres, Draco?", se preguntó una noche que Harry volvía tarde del trabajo, después de muchas semanas en que había vuelto a las seis y media en punto. La tardanza de su marido aumentaba su inquietud. Necesitaba que Harry estuviera allí para experimentar cierta paz.

    '"No puedes echarle a Harry la culpa de todo", se decía. "Has vivido en una nube, tan encerrado en tu pequeño mundo que ni siquiera te has preguntado cómo era el de tu marido. Sabías que acudía a muchas comidas de negocios, que tenía que moverse en ciertos círculos si quería estar al día, pero no te preguntaste si debías preocuparte por entrar con él en ese mundo, ni siquiera te preocupaste de escucharlo y apoyarlo".

    Se dio cuenta de que ni siquiera sabía que la compra de Harvey's se había consumado hasta que Cho se lo dijo. Aún más, sólo se enteró de que quería comprar Harvey's cuando la madre de Harry salió en su defensa una noche que él omega se quejaba de que volvía demasiado tarde a casa.

    ㅡ¡Está ocupado con la compra de Harvey's! ㅡhabía exclamado molesta ㅡ¿No te das cuenta de que es muy importante que consiga ese negocio?

    La verdad era que no podía darse cuenta, porque no sabía de su existencia, pero lo más triste era que todavía no se había preocupado de averiguarlo. ¿Qué futuro tenía un matrimonio que no compartía más que una casa, una cama y tres hijos?

    ㅡNi siquiera soy guapo ㅡdijo con un suspiro, mirándose al espejo una mañana.

    "Al menos, no en el sentido clásico, supongo'', se dijo sin dejar de mirarse al espejo. "Mi figura no está mal, sobre todo, teniendo en cuenta que he tenido tres hijos. Tengo unas piernas bonitas, pero no tengo una cara que llame la atención. No es la cara que se espera del esposo de Harry Potter. Tengo los ojos demasiado pequeños y la nariz demasiado chata, la boca no está mal, pero mi mirada es demasiado vulnerable".

    Hizo una mueca de disgusto.

    "¡Y mira qué pelo!", se dijo acariciando los cabellos platinos maltratados. "¡No he cambiado de peinado desde que tenía la edad de James ! ¡Incluso la ropa que me pongo es demasiado juvenil!'".

    ''Pues haz algo para cambiarlo", le dijo con impaciencia una voz interior.

    ㅡ¿Por qué no? ㅡsusurró con un impulso desafiante ㅡVoy a decirte una cosa, Albus ㅡdijo dándose la vuelta y hablándole a su hijo pequeño, que jugaba en la moqueta ㅡ¡Me voy de compras! Vamos a ver si la abuela puede cuidar de ti, y si no puede, pues... pues llamaremos a papá y que se ocupe él, por un día no le va a pasar nada ㅡdijo y se mordió el labio, exactamente igual que hacía su hija cuando tomaba una decisión.

    Pero la madre de Harry aceptó cuidar a su nieto con alegría, lo que en cierto modo contrarió a Draco. De alguna manera, le atraía la idea de entrar en el ultra-moderno edificio de oficinas donde Harry tenía el despacho y dejarle a Albus en brazos. '"Aunque, sin embargo", pensaba mientras se dirigía en taxi al centro de Londres, ''una cosa es imaginarlo y otra muy distinta hacerla".

    ¿Era tan malo no tener otra ambición que ser un buen padre y esposo? Siempre había amado su trabajo, que consistía en cuidar de sus tres hijos, escucharlos, jugar con ellos o, simplemente, disfrutar de ellos.

    Y de Harry. El Alfa podía ser un león en la jungla de los negocios, pero Draco sabía que la tensión desaparecía de su cuerpo en cuanto llegaba a su casa y encontraba a su pequeña familia con sus pequeños problemas, esperando que él los solucionara.

    Se sentía feliz y esperaba que aquella sensación le durara algún tiempo.

    Muchas noches llegaba agotado y con el semblante serio, "con el rostro de un cazador implacable", pensó Draco en aquellos momentos, pero en menos de media hora, estaba tumbado en el suelo jugando con los mellizos. Jugando o viendo la televisión. Se compenetraba absolutamente con ellos y podía llegar a pelearse con James por un juego de ordenador, y no tenía la menor señal de tensión ni de pesadumbre, tan sólo aquella sonrisa infantil igual a la de su hijo, que decía que había abandonado el mundo de los negocios para sumergirse en el feliz alivio que le ofrecía su familia.

    Draco se preguntaba si el mismo proceso funcionaba a la inversa, ¿le era tan fácil desprenderse de su papel de padre y esposo cada vez que salía para irse a trabajar? ¿Era un alivio para él volver a aquel otro mundo mucho más excitante, ser el gran hombre con poder sobre otros y verse tratado de forma especial? ¿Se convertían su pequeño Omega y sus tres hijos en poco más que nada, una vez que volvía a aquel escenario sofisticado lleno de gente inteligente, con ropa sofisticada y sofisticadas conversaciones?

    Sofisticado, se repitió por enésima vez, en eso se había convertido Harry, en un hombre maduro y sofisticado. Mientras, él se había estancado.

    Se odió a sí mismo por haber dejado que ocurriera y odió a Harry por obligarlo a ver sus propios defectos, porque eso significaba que tenía que asumir parte de culpa por lo que les estaba ocurriendo.

    ( . . . )

    Draco sintió un inexplicable alivio al no ver el Porsche plateado de Harry cuando el taxi lo dejó en casa a las seis en punto de la tarde. Iba tan cargado con bolsas y paquetes que tuvo que llamar al timbre con el codo.

    ㅡ¡Cielo Santo! ㅡexclamó la madre de Harry, abriendo la puerta y mirando a su yerno con asombro.

    Draco siguió hacia el interior sin detenerse.

    ㅡ¡Cielo Santo! ㅡvolvió a exclamar cuando, una vez en el interior de la casa, Draco dejó caer los paquetes a sus pies.

    ㅡ¿Qué te parece? ㅡpreguntó Draco con incertidumbre.

    El Draco que había abandonado su hogar una hora después que su marido no era el mismo que estaba ante su suegra.

    Se había cortado el pelo y estaba peinado de lado ya que tenía una partidura del lado izquierdo provocando que el cabello se colocara de una forma que lo hacía verse sexy. Lo habían maquillado de modo que quedaran realzados los hermosos rasgos que él no creía tener. Tenía un aspecto misterioso que era imposible decir cómo le habían arreglado los ojos y la boca para que, de repente, llamaran tanto la atención.

    Pero aquello no era todo. Ya no llevaba el abrigo de lana azul pálido y los vaqueros con que había salido aquella mañana. En su lugar, llevaba el traje más hermoso que Lily había visto. El saco era negro con diseños muy elegantes en tonos plateados, el cual hacia juego con una camisa abotonada hasta el cuello donde tenía pequeños holanes que se ajustaba perfectamente a su cuello. Además de que el pantalón negro se amoldaba exquisitamente a sus grandes muslos y los zapatos eran muy elegantes.

    ㅡCreo ㅡdijo Lily ㅡque lo mejor será que preparemos una bebida fuerte para cuando mi hijo vuelva a casa.

    Lily no podía saberlo, pero había dado la respuesta que más podía satisfacer a Draco, que había ido adquiriendo una actitud más desafiante a medida que pasaba el día.

    Se abrió la puerta y entró James.

    ㅡ¡Wow! ㅡexclamó, y Draco sonrió de oreja a oreja como un idiota. El tiempo que había empleado preocupándose por la reacción de sus hijos ante el nuevo aspecto de su papi, había sido tiempo perdido.

    ㅡ¿Qué hay en los paquetes? ㅡpreguntó James, despreocupándose de Draco como si fuera el mismo de siempre.

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    . Capítulo 8

    Al cabo de diez minutos, el suelo del cuarto de estar estaba cubierto de paquetes medio abiertos y Lily no paraba de corretear luciendo un collar de cuentas rojas que su papi le había comprado. A Albus le había traído un juego de piezas de construcción, pero lo que más le gustaba era la caja de cartón, que estaba destrozando poco a poco. Para James había comprado un nuevo juego de ordenador, y ya estaba jugando con él en su habitación cuando llegó Harry.

    Harry se detuvo en el umbral de la puerta y se quedó mirando. La actividad en el cuarto de estar se detuvo. Lily dejó de corretear para observar su reacción y su papi dejó de recoger los envoltorios, mientras Draco se ponía en pie incómodamente y lo miraba con una mezcla de desafío y súplica.

    Fue la madre de Harry quien rompió la tensión del momento. Recogió a Albus de la moqueta y agarró a Lily de la mano y se retiro. Pero Draco no presto atención a sus hijos, estaba pendiente de Harry, que lo observaba con una inescrutable expresión.

    Una tenue sonrisa se dibujó por fin en el rostro de Harry. Draco se quedó muy sorprendido, porque era la misma sonrisa con que se había acercado a él omega la noche que se conocieron, una sonrisa ambigua. Draco se irguió con una expresión definitivamente desafiante.

    ㅡVaya, vaya, ㅡdijo Harry ㅡya veo que ha comenzado la segunda etapa.

    "¿La segunda etapa? ¿De qué diablos estaba hablando?" Se preguntó Draco.

    ㅡ¿Vas a salir? ㅡpreguntó Harry ㅡVas a tener que perdonarme, Draco, pero, si me has dicho que tenías planes para salir esta noche, creo que me he olvidado por completo.

    Draco frunció el ceño. Sabía que Harry no decía nada al azar, y se preguntaba qué quería decir con aquel "¿vas a salir?" y la"segunda etapa", cuando sabía muy bien que no iba a ninguna parte.

    Le quedó claro que no iba a hacer ningún comentario sobre su nuevo aspecto. Tal vez no le gustaba, tal vez prefería su versión aburrida, el que no le causaba ningún problema, el que sabía el lugar exacto que ocupaba en el ordenado mundo de Harry y no pensaba salir de él. Draco pensó que lo que tal vez le ocurría al Alfa era que no las tenía todas consigo y experimentó una sensación de triunfo. Tal vez su pregunta fuera sincera.

    ㅡY si estuviera pensando en salir, ¿qué harías? ㅡle preguntó.

    La pregunta provocó de nuevo la sonrisa irónica de Harry. Al verla, Draco se estremeció lleno de frustración.

    ㅡSupongo que preguntarte con quién sales ㅡrespondió Harry, que sabía jugar mejor que el omega al juego de las ambigüedades.

    ㅡ¿Para ver si tu esposito sale con buenas compañías?

    ㅡPero, entonces, ¿vas a salir? ㅡ
    preguntó Harry, apretando los puños ㅡ¿Con quién? ¿Con un hombre?

    Draco no cabía en sí de satisfacción.

    ㅡCuando tú sales, no me dices con quién, no sé por qué tengo que hacerlo yo ㅡdijo con frialdad.

    Harry frunció el ceño y miró a Draco como diciéndole "Ten cuidado".

    ㅡNo te burles de mí. ㅡle dijo ㅡDame un nombre, sólo quiero un maldito nombre.

    Era una conversación completamente estúpida, pensaba Draco, ya que él no iba a ninguna parte.

    ㅡNo hay ningún nombre. ㅡmurmuró, furioso por la facilidad con que Harry había estropeado aquel día tan feliz para el omega . Paseó la mirada por los paquetes esparcidos por el suelo, sin encontrar en ellos ninguna satisfacción ㅡAcabo de llegar, no iba a ninguna parte.

    A Harry le había bastado con ver los paquetes y las bolsas para darse cuenta. ¿A quién quería engañar, fingiendo con una pequeña mueca de sorpresa que no los había visto hasta aquel momento?

    Harry se acercó al paquete que tenía más próximo, una caja larga y plana que todavía estaba sin abrir. Aprovechando que Harry le dejaba libre el paso, Draco se dirigió hacia la puerta tristemente decepcionado.

    ㅡ¿Qué es esto? ㅡpreguntó Harry.

    Draco se encogió de hombros, tan arrogante como su hija cuando no obtenía la respuesta que quería.

    ㅡUn traje ㅡrespondió de mala gana.

    ㅡ¿Y esto? ㅡpreguntó Harry, señalando otra caja con el pie.

    ㅡRopa interior ㅡrespondió Draco ruborizándose, porque la caja rebosaba con la ropa interior más cara que Draco había visto en su vida.

    ㅡ¿Y esto?

    ㅡDos trajes, ㅡ
    replicó y lo miró con resentimiento ㅡ¿por qué? no irás a echarme la bronca por haber gastado demasiado, ¿verdad? ¡Fuiste tú quien me dio todas esas tarjetas de crédito! Una para cada gran almacén de Londres, creo.

    Draco no las había utilizado nunca. Hasta aquel día, no se había dado cuenta de las delicias que podían ofrecerle. Harry ignoró el comentario.

    ㅡEs un traje que merece una cena en uno de los restaurantes más caros de Londres, tal vez con un poco de baile después, ¿no te parece?

    Draco se estremeció y miró a Harry a los ojos, sin acabar de comprender.

    ㅡ¿Me estás invitando a cenar? ㅡpreguntó con tanta inocencia que Harry no pudo evitar una sonrisa irónica.

    -siㅡasintió con cierta burla.

    Draco tuvo la impresión de que su ingenuidad le parecía algo muy divertido. Se sonrojó y deseó que lo tragara la Tierra antes que continuar con aquella tortura. Por lo visto, Harry no podía tomar en serio nada de lo que el omega hacía.

    ㅡSí, Draco. ㅡrepitió Harry con mayor amabilidad, como si se hubiera dado cuenta de la inquietud de Draco y lamentara haberla causado ㅡTe estoy preguntando si te gustaría que saliésemos a cenar esta noche.

    ㅡHmmm ㅡ
    exclamó Draco desconcertado y sin saber qué responder.

    Se alegró de oír a James bajar corriendo por las escaleras. Pasó a su lado como una exhalación y saltó a los brazos de su padre.

    ㅡ¡Hola! ㅡexclamó ㅡPapi me ha comprado un juego nuevo ㅡprosiguió con excitación ㅡ¿Puedo bajarlo y ponerlo en la televisión? Es un simulador de vuelo y hay que aterrizar y despegar en un tornado.

    ㅡ¿Por qué no? ㅡ
    dijo Harry sonriendo sin dejar de mirar a Draco ㅡSi a tu abuela no le importa, puedes bajarlo. Tú papi y yo nos vamos a cenar.

    ㅡ¿Se van a cenar los dos juntos? ㅡ
    exclamó James, tan sorprendido como Draco ㅡ¡Qué bien! ㅡagregó mirando a su papi ㅡPapá te llevara a cenar en vez de ir tú solo como el otro...

    ㅡ James ㅡ
    dijo su padre. El niño se calló y Draco se sintió muy incómodo.

    ㅡA lo mejor tu madre no puede quedarse. ㅡdijo, sabía que Harry sólo lo había invitado a cenar al ver todas las molestias que se había tomado para cambiar su aspecto ㅡHa estado aquí todo el día y no me parece bien que...

    ㅡNo importa ㅡ
    dijo Lily, viniendo por el pasillo. Draco se dio la vuelta. Las dos Lilys estaban allí.

    Tuvo la sensación de que en aquella casa no había la menor intimidad.

    ㅡPor supuesto que importa. ㅡdijo ㅡHas estado aquí todo el día y yo...

    ㅡLlévalo a un sitio bonito ㅡ
    dijo Lily, ignorando las protestas del omega. Draco suspiró con impaciencia, sabiendo que su opinión importaba poco.

    ㅡCreo recordar que no he dicho que quiera salir ㅡdijo.

    ㅡClaro que quieres salir. ㅡintervino Lily ㅡAsí que recoge todas esas cosas y súbelas. ¡Niños ayuden a su papi!

    Draco exhaló un suspiro de resignación. A no ser que quisiera contarles a todos sus razones para no salir con Harry, no tenía más remedio que hacerlo.

    Los niños obedecieron inmediatamente. Recogieron varios paquetes y salieron, dejando que Draco recogiera el resto. Cuando estaba al pie de la escalera, oyó la voz de Lily .

    ㅡSi quieres saber mi opinión, Harry, ya era hora de que saliesen juntos. Y no estaría de más que empezaras a llevarlo a esas cenas donde conoces a tanta gente del mundo de los negocios.

    Draco se había detenido en las escaleras y esperaba con curiosidad la respuesta de Harry, pero cuando habló no pudo distinguir sus palabras.

    Sin embargo, a Lily si le entendía perfectamente.

    ㅡ¡Tonterías! ㅡreplicó ㅡ¿Cómo sabes que no le va a gustar cuando no le has dado la oportunidad de averiguarlo? Tu problema, Harry, es que lo tienes tan envuelto entre algodones que no le dejas descubrir lo que realmente quiere de la vida.

    "¿Era eso lo que Lily pensaba?", se dijo draco . En realidad, él creía que siempre había sabido lo que quería de la vida, ser un buen padre y esposo. Eso era todo. No era algo ni muy excitante ni muy ambicioso. Sólo quería ser un buen esposo para el hombre al que amaba y un buen padre para unos hijos a los que adoraba. ¿Qué tenía eso de malo?

    ㅡY te digo algo más. ㅡcontinuó Lily ㅡNo sé qué es lo que ha pasado para que ese pobre chico tenga roto el corazón, pero sé que ha sufrido mucho y me imagino de quién es la culpa.

    A Draco le dio un vuelco el corazón. Le invadió una terrible sensación de desolación, como ocurría siempre que recordaba la llamada de Cho.

    ㅡSigue mi consejo, hijo y sé muy cuidadoso a partir de ahora, porque si alguna vez Draco ...

    Draco subió las escaleras precipitadamente. No quería saber lo que podría ocurrir "si alguna vez Draco..." Lo que le ocurría era ya bastante doloroso como para preocuparse si alguna vez...

     
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