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Widowmaker x Ashe

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    Shut your mouth and let me speak

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    Disclaimer: los personajes pertenecen a Blizzard Activision
    Pareja: Widowmaker x Ashe
    Género: Romance
    Palabras: 500
    Ratiing: +18
    Conceptos usados: 1. La obediencia crea disciplina || Uno de los personajes se somete al otro.

    Tus muñecas




    Amélie había dejado que su nueva compañera de juerga, Elizabeth Ashe, campara un poco a sus anchas sin conocer las normas. Y en el BDSM hay que ir con cuidado. Amélie no quería que las cosas salieran mal y quería educar a Ashe sobre cómo saber estar en una relación de esa clase. Por la seguridad de ambas.

    Una noche cualquiera, enrollándose en casa de la francesa, la situación llegó a un punto crítico:

    —Hazme lo del cuello —le pidió Ashe.

    Se refería a un suave agarre en la mandíbula para mantenerla centrada en un punto. La sutil brusquedad del movimiento era muy excitante para ella.
    Amélie cumplió, en apariencia: la tomó de la barbilla, la torció con habilidad a un lado, exponiendo todo su cuello y su oreja y le dijo:

    —Tú sabes que no deberías darme órdenes, ¿verdad? —susurró la francesa. Elizabeth soltó una risilla nerviosa—. Las doy yo.
    —Me gusta cómo suena —susurró la novata.
    —Perfecto… —Entonces la soltó y dejó a la tejana a cuadros—. Hay que hablar.
    —Oh, ¡no arruines la fiesta!
    —Esto no es una broma, Elizabeth —replicó Amélie—. Es peligroso. No me has dicho ninguna vez qué quieres que te haga, ni me has preguntado lo que prefiero yo, o si aceptas que yo sea tu domme y tú mi sumisa… Nada.

    Elizabeth se colocó delante de la francesa, que la miraba sentada sobre sus rodillas, muy formal. Evitó su mirada un par de veces.

    —Me da vergüenza.

    Amélie se rio con ternura.

    —Anda ya, ¿una provocadora atrevida como tú?
    —He hecho muchas cosas, pero nada como esto —repuso Ashe.
    —Entonces haremos lo siguiente —dio Amélie, asintiendo—. Me dices una cosa que desees. La probaremos, y si te ocurre algo malo, lo que sea, me dices «escopeta» y paro. ¿Sí?
    —De acuerdo. —Esperó unos segundos, cobrando valor para hablar—. Siempre he fantaseado con tener las muñecas inmovilizadas…
    —Vale. ¿Te sometes a mí aunque solo sea una prueba?

    Ashe asintió, más nerviosa y con las mejillas del tono del carmín. Amélie sonrió. Se acercó suave y sigilosamente a Elizabeth y la besó con ternura, tomándola de la nuca. Poco a poco sus manos descendieron por el cuerpo de la tejana, que fue empujado contra la cama. El revolucionado torso de Ashe sufrió una ola de calor cuando Amélie pasó de ser delicada a agarrarla de las muñecas con fuerza y atraparlas contra el colchón.

    Elizabeth soltó un gemidito complacido y rió.

    —Dios, me encanta.

    Ahora estaba expuesta a Amélie. Atrapada y sin escapatoria. Y no quería escapar. Ni siquiera resistirse un poco. Cerró los ojos cuando la francesa acosó su cuello a besos y respondió con sonoridad cuando el primer mordisco se cerró sobre su yugular. Amélie puso los brazos de Elizabeth sobre su cabeza y consiguió juntarlos bajo la fuerza de una sola mano.

    —Me alegro de que te guste ser sometida, vaquera, porque pasarás mucho tiempo así conmigo.

    Y dejó que viera cómo sonreía con superioridad.

    Edited by Mare Infinitum - 12/2/2022, 17:57
     
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