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Descripción: Ahora que me estoy muriendo, recuerdo el como nos conocimos, nuestra historia de amor, un amor complicado donde yo soy un frustrado enfermero y tú, un padre soltero cargado de prejuicios y posiblemente, bipolaridad. Una historia compleja y encantadora que ahora, me gustaría que jamás terminase.
Primer capítulo: Cuando te conocí.
Las máquinas suenan, pitidos en un fondo ensordecedor que van rechinando mientras me desangro y su rostro llorando fue lo último que vi antes de cerrar los ojos. Jamás lo había visto llorar, nunca derramó ni una sola lágrima y de repente, entendí la importancia que tenía para él, posiblemente, tarde. ¿Sería este mi fin? Puede que lo sea, pues estoy viendo ese túnel, ese famoso túnel que me hace rememorar el como comenzó nuestra historia.
Vivía en un pequeño departamento, en un barrio alejado del centro. Tan chiquito era que tan solo habían tres zonas. Un baño, un minúsculo dormitorio y un salón-cocina-comedor. Eso era todo, ahí tenía mi vida enfrascada y de ahí salía en ese uniforme de esa cadena de restaurantes de comida chatarra donde trabajaba. Muchas horas, mucho trabajo y poco sueldo, pero aún así me daba para mantenerme. Pero al salir de mi casa, topé con una caja que me derribó. Mi trasero cayó al suelo de forma ridícula, mientras que el nuevo vecino que se estaba mudando y con la caja en mano, me miraba desde arriba, pues para colmo, era jodidamente alto.
-Hey ¿Estas bien chiquitajo? No te vi. - me dijo con una sonrisa divertida, posiblemente le pareció gracioso verme caer.
-No me llamo chiquitajo, me llamo Ronald Wayne y si me disculpas, me voy a trabajar. - dije malhumorado mientras me levantaba del suelo, sacudiéndome el poco polvo que mi ropa agarró del suelo
-Esta bien Rony, nos vemos por las zonas comunes.
-¡Ronald! - le corregí a ese tipo ¿Quién se creyó que era para hablarme de esa forma con tanta confianza? Como sea, no puedo perder más tiempo o llegaría tarde a mi mugriento empleo.
Y gracias a ese pequeño encuentro y al retraso del autobús, llegué tarde, empezando mi jornada con una extensa charla del encargado sobre seriedad y puntualidad. Muy hipócrita de su parte cuando era el primero en marcharse a pesar de no haber acabado su jornada laboral y si, lo tenía por costumbre. La cuestión es que la finalizar ese día más, me sentía demasiado agotado. No sabía que estaba haciendo con mi vida, yo había estudiado para ser enfermero y mirenme, repartiendo comida chatarra. Mis años de estudios tirados al retrete.
Me puse el televisor a la espera de atontar mi depresiva mente y pensar en lo que fuera menos en mi estúpida existencia, cuando se pronto, escuché el llanto de un niño. ¿Un niño? En este complejo de apartamentos no habían niños y lo que más me extrañó fue escuchar el timbre a las diez de la noche. Me levanté del sofá, aún con ese uniforme puesto y abrí la puerta, topandome con el sujeto de esta mañana.
-Buenas noches vecino, disculpa las horas
-Da igual, estaba despierto ¿Qué ocurre?
-¿Tienes algún medicamento para la fiebre? Creo que tengo a mi hijo enfermo.
-Pues si, creo que tengo algo ¿Qué edad tiene el niño? ¿Es muy pequeño?
-Tiene cinco años
-Quizás le puedas dar media pastilla de adulto, pero si está muy mal deberías llevarlo a que lo vea un doctor. - le recomendé pues tampoco sabía que le pasaría al niño.
-Una vecina dijo que tú eras médico aunque trabajes en un restaurante.
-Enfermero en verdad
-¿Podrías verle? Por favor Rony, mi pobre Daniel necesita de unos ojos expertos - me pidió con ojos suplicantes y, no me pude negar.
Rato más tarde ya estaba en ese apartamento lleno de cajas, donde solo sacó lo imprescindible y había un niño lloroso en un sofá nuevo. Revisé a ese niño que claramente tenía algo, síndrome de down, aunque eso no tenía nada que ver con la fiebre.
-Tiene anginas, dale media pastilla de esta que te daré y mañana por la mañana sería bueno que le comprarás un antiinflamatorio, si ves que empeora, llevale a un doctor de verdad. - le dije al padre antes de mirar al niño, en serio no se porque no estaba este niño visitando un doctor - ¿Quieres tomar algo frío? Te ayudará con el dolor de garganta - le dije con un tono dulce y suave, el niño se quedó mirando un colgante que tenía, era uno de mi videojuego favorito, bisutería en verdad, nada de valor. - ¿Te gusta? - le pregunté tocándome el colgante - Si te tomas bien la pastilla te lo regalo ¿Aceptas el trato?
El niño asintió entusiasmado y fue muy fácil el darle la pastilla. Ya me iba a marchar, cuando de pronto ese tipo me acompañó hasta la puerta.
-Hey, gracias por eso, se te dan bien los niños aunque seas un poco arisco con los adultos. - dijo riéndose, y no le pude desmentir, pues sabía que yo no era miss simpatía - ¿Haces algo mañana por la noche? Te invito a cenar algo, mañana viene su madre y estaré algo solo. ¿Te apetece quedar Rony?
Ni siquiera supe porque absurda razón le dije que si. Quizás me estaba dando un ictus en ese momento y yo lo desconocía por completo.
-Esta bien, pero llámame Ronald.
-¡Vaya, creí que me dirías que no!
-¿Quieres que te diga que no?
-No, no, así está bien, nos vemos mañana, ponte guapo Rony - dijo con una sonrisa antes de cerrar la puerta. Solté un largo suspiro, resignadome a mi nuevo apodo. Pero entonces pensé en algo, no le había preguntado su nombre.
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Capítulo 2. Nuestra primera cita.
Esto era subrealista. Tenía una especie de ¿Cita? No, no era una cita, una quedada, si, eso si, con un vecino desconocido con exceso de confianza, del cual no sabía su nombre y para colmo, me pidió que me pusiera guapo y yo que soy un idiota, aquí andaba mirando este estúpido armario sin saber que ponerme.
¿Porque me tengo que poner guapo para un vecino? ¡Al carajo! Me decanté por un simple jean de pitillo blanco y una camiseta de manga larga de color negra, con un dibujo en blanco. Iba sencillo y casual, listo, ya no iba a darle más vueltas. Justo cuando salí de casa, eran ya las ocho de la noche y me topé con una escena. Una mujer de desorbitado escote acompañada de un hombre musculoso, que estaba delante de la puerta del vecino, besando al niño.
La madre. Seguro era ella.
-¿Anginas? ¿No lo llevaste al doctor, verdad? - le recriminó la mujer
-Lo visitó un enfermero en casa, pregúntale a Daniel. - se escusó
-Es cierto mami, era muy amable y me regaló este colgante de Pikachu - añadió el niño enseñándole el colgante con una sonrisa de felicidad, la cual me contagió. Pero que a la mujer, no le sirvió, ni por asomo.
-Haz el favor y la próxima vez llámame y ya lo llevaré yo al doctor. La semana que viene te lo traeré, acuérdate que tiene que ir al logopeda, que no se te olvide, Ryan - le advirtió antes de marcharse con el músculos y el niño, a quien le hice una señal de adiós con la mano y el chico me lo devolvió. Miré al vecino, había averiguado su nombre, Ryan.
Me acerqué al vecino y alcé una ceja al verle en pijama.
-¿Me dices que me ponga guapo y tú aún en pijama? - protesté viéndole incrédulo ¡Será idiota!
¿¡Para qué carajos me arreglé entonces!?
-¡Ronny! ¡Disculpa! No me fijé en la hora, enseguida me visto y disculpa por las horas, mi ex es muy intensa. Pasa, pasa a mi casa, me visto en un momento, te juro no me voy a tardar.
-Pues yo creo que tiene razón - murmuré para mí mismo entrando en esa casa, quedándome sentado en el sofá mientras él entraba a su dormitorio para cambiarse - ¿Y donde vamos a ir? - le pregunté alzando la voz para que me oyera, esperando que al menos la espera merezca la pena.
-No lo sé, a donde nos lleve la noche
-¿Ni siquiera tienes nada pensado? - le pregunté escuchando una risa como contestación, sin duda este tipo es un desastre...
Al poco, salió vestido con un jean oscuro y un jersey de punto bastante bonito, en verdad si lo miraba bien, incluso era guapo siendo tan alto y grande.
-Ya estoy ¿Nos vamos?
Asentí y salimos de su casa.
-Ryan en serio aún no tienes pensado donde vamos a ir?
-No, vamos al centro y allí decidimos ¿Te dije mi nombre? Ni siquiera recordaba habértelo dicho.
-Se lo escuché a tu ex. - le respondí le dije mientras empezábamos a andar.
Si, esa fue la primera vez que me dejé embaucar por él. Recordaba una agradable comida junto a este extraño vecino, luego fuimos a un antro a bailar, recuerdo que él bailaba de pena, apenas se coordinaba en cada paso y en muchas ocasiones terminé con los pies pisados, pero aún así, no dejaba de reír y de intentarlo, sinceramente, aunque era molesto ser pisado me pareció lindo y jodidamente divertido. Además... Esa noche, terminemos borrachos perdidos, abrazados entre nosotros para darnos apoyo mutuo, ya que cada uno andaba más torcido que el otro.
-No funciona hip... La llave - se quejó intentando abrir la puerta de su apartamento
-¿Como no va a funcionar? No seas bobo, inténtalo otra vez. Hip..
-Que no funciona te digo, para ser.. hip.. bajito eres muy sordo Ronny
-Que no me llames así bobo. Anda... Mi llave si funciona... Ven a mi casa , no quiero tener a un borracho en el rellano haciendo ruido con su puerta..
-¿Yo borracho? No no, tú eres el borracho aquí...
Me reí, en serio que él a veces tenia ocurrencias bien loquitas.
Al final, aceptó mi ayuda y entró a mi casa, tumbandonos en mi cama. Seamos sinceros, mi sofá era ridículamente pequeño y al menos tenia cama de matrimonio y... ¿Quién no se ha ido borracho a la cama con alguien sin tener sexo? Yo no, desde luego.
Pues seguimos con las risas y entre el jiji y el jaja empecemos a jugar dándonos algunas cosquillas, y entre juego y juego surgió una mirada, mirada que nos llevó a besarnos. No sabía cómo ni porque, pero con lo borracho que estaba y el tiempo que llevaba sin sexo, no me negué, lo disfruté como hacía meses que no gozaba y además ... ¡Descubrí que Rayan era una auténtica máquina sexual!
Estaba bien dotado y rayos, se movió de una forma espectacular, dándome dos orgasmos, que sinceramente dado nuestro nivel de alcohol fue bastante, muchos no llegan ni a uno.
Esa noche dormí como nunca, mi cuerpo se sintió relajado y además, su cuerpo emanaba un calor muy agradable que me permitió dormir plácidamente.
El problema empezó a la mañana siguiente.
No me di cuenta de cuenta resaca tenia hasta que sentí que Ryan soltaba murmuros mientras de movía de mi cama, buscando su ropa. Abrí mis ojos con una terrible mañana ¿Qué hora era? Quién sabía...
-No hagas tanto ruido, me duele la cabeza... - me quejé y él se sobresaltó, al parecer no esperaba que yo me hubiera despertado
-Lo siento, mmm.... Esto no ha pasado ¿Si? Por dios no le digas nada a nadie, menos a mi ex .. no sé cómo me dejé seducir por ti... Esto... Yo me voy - dijo nervioso poniéndose los zapatos
-¿Yo te seduci? Fuiste tú el que me invitaste a cenar y el que me besaste, pedazo de idiota - proteste molesto - Si, mejor vete, no tengo ánimos para lidiar con un homosexual de clóset
-Vamos Rony, no te enojes y no soy homosexual de clóset.
Enserio, no quería lidiar con este capullo así que hundí mi rostro en la almohada y le mostré mi dedo corazón en un gesto de desprecio, por mi, se podía ir a la mierda por imbécil. Me dolía la cabeza, ni siquiera tomé un café, ahora mismo, yo no era persona ni tenía la paciencia de lidiar con su masculinidad frágil.
El tipo no me respondió terminó de agarrar sus cosas y se marchó por donde vino, cerrando la puerta al salir.
¿Porque solo se me acercan los más imbéciles? En esas escuché el sonido de mi móvil, era un mensaje, así que quite mi cabeza de la almohada y miré mi teléfono para ver un mensaje de mi ex que realmente, ni me moleste en leer. ¿Podía empezar peor está jodida mañana?. -
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Capítulo 3 ¡Me gustas!
Cuando me dio la real gana, me levanté de la cama. Serían como las doce del mediodía o así, no tenía que ir a trabajar así que no tenía motivos para madrugar. Me levanté y lo primero que tomé fue un café bien cargado, lo necesitaba.
Había leído los mensajes de mi ex ¿No lo conocéis? Yo os lo presento. Es el típico cucaracho arrastrado, que te succiona todo lo que tienes hasta quedar seco, tu alma, tus energías, tu cuerpo y tu dinero, y cuando termina contigo a por otra mariposa que le preste más atención. Aún me debía dos mil dólares, pero obvio no me mensajeó por eso, oh no, si no para pedirme volver. Y a estas alturas de la vida yo me pregunto ¿Como se puede tener la cara tan dura? Mi respuesta a su mensaje fue claro.
"Vete a la 💩"
Corto, sencillo y no me iba a molestar en responder a nada más. Escuché llamar al timbre
-Si, un momento - dije dejando mi taza de café marchando un momento a mi habitación a mínimo ponerme unos boxers y un pantalón corto, pues si, andaba desnudo, así amanecí y era mi casa como para andar con remilgos.
El timbre siguió sonando de forma insistente mientras mi cabeza aún bombardeaba de la resaca
-¡Que ya voy! Maldita sea... - gruñí para al fin abrir la puerta y que ese jodido ruido infernal dejase de sonar. -¿Tu? - pregunté con una sonrisa sarcástica, esto, no podía ser cierto - ¿Que quieres?
-Buenas tardes Rony ¿O mejor buenos días? A estas horas nunca se cómo saludar.
-Ryan... ¿Que quieres? - le pregunté a mi vecino.
-Disculparme obvio ¿Aún estás enojado? Es malo estar siempre de mal humor, te saldrán arrugas - dijo sin perder la sonrisa, como si el incidente fuera una nimiedad. - ¿Huele a café? Diablos, muero por una taza
-¿Disculparte? Pensé que estarías pensando en abandonar el país - exageré por como se había marchado - Hey ¿Dónde vas? No, no entres en mi casa ¡Te dije que no!
Pero como si escuchase llover Ryan entró como si fuera su casa, caminando a la cocina para servirse café en mi taza, taza que le robé y bebí yo
-¿Dices lo que tengas que decir y te vas? Tengo cosas que hacer. - mentí para sacármelo de encima
-Por el hilo de baba seco que tienes en el labio yo diría que te acabas de levantar, no está bien decir mentiras Rony. - dijo tranquilo sirviéndose una taza de café para él
Yo de inmediato limpie mi labio con mi mano, avergonzado de andar desaliñado.
-Bueno ya, que si, que te perdono, venga, ahora vete a tu casa. - le dije cogiéndole del brazo para "invitarle amablemente" a que se largase de una maldita vez.
-Eres muy arisco, casi pareces un gato. Escucha, bueno, quizás si tengas razón con lo que dijiste antes, tengo una ex que está a poco de quitarme las visitas que tengo con mi niño, además ¿Que pensaría él? Soy su modelo a seguir y no puedo defraudarle y quizás me fui de aquí muy rápido y de cualquier manera y yo ..
-Ryan.. - le corté para que no hablase más - Ya, no me importa. Salimos, nos emborrachamos y luego terminemos en la cama. Fin, no le des más importancia de la que tiene.
-Pero...
-Que no le des más importancia, en serio, solo me molestaron las maneras, venga vete en paz - dije sacando paciencia de donde no la tenía, tomando un sorbo de mi café, que rayos si lo necesitaba.
-Es que me has gustado.
Escupí mi bebida, tosiendo incluso, pues me sorprendió con su repentina confesión.
-¿Estas loco? ¡No te puedo gustar si apenas me conociste ayer!
-Pero es que me gustaste, eres muy enojón y chiquito, pareces un gato arisco, en verdad eres muy lindo, te sabes divertir y tienes buen trasero. ¿Como no me vas a gustar?
-Ya, se acabó, ya no puedo con tanta tontería. Te vas ya a la de ya. - dije molesto por tanta tontería echándolo a puro empujón de mi departamento hasta llevarlo a la puerta.
-Esta bien, esta bien, yo sé que es muy precipitado, si mejor será que me vaya y vayamos poco a poco
-¿Poco a poco? Tu y yo no somos nada Ryan
-Por ahora - me respondió¡En serio este tipo me sacaba de quico. Iba a cerrar la puerta pero puso su mano y la volvió a abrir solo para asomar la cabeza y robarme un beso, que diablos.... Se sentía demasiado bien, este tipo estaba loco pero besaba como el diablo de bien.
-Nos vemos por la noche, ponte guapo te llevaré a cenar a un sitio donde hacen una pasta increíble.
-Pe. . Pero... ¡No pienso ir!
-A las ocho y media paso a recogerte - dijo ignorando lo que le estaba diciendo y ¡Se marchó tan feliz! ¿Este tipo escucha o tiene serrín por oído? Oh, claro que no le pensaba acompañar a cenar, ya tenía bastante con un loco como para tener dos ¡Ni hablar!
Ese día me lo tomé para mí mismo, limpié mi hogar, leí un poco un libro que me estaba leyendo, busqué trabajo desde la computadora a ver si con un poco de suerte hubiera alguna plaza en algún lugar privado que precisaran un enfermero... Y aunque lo último fue negativo tuve un día bastante tranquilo, hasta que ¿Adivinen quién llamó al timbre a las ocho y media? ¡Exacto! ¡Mi vecino!
-No voy a ir contigo a ninguna parte - le dije a través de la puerta -Vete Ryan.
-Esta bien, como tú quieras.
¿Así de fácil? Me espere un poco y abrí la puerta ¡No estaba! ¡Me había hecho caso y se había ido! Me sentí contento de salirme con la mía y volverme a quedar solo ¡Bendita soledad iluminadora!
Pase una hora viendo el televisor, feliz, vestido solo con ese pequeño pantalón, era verano y hacia calor.
Lo que yo no sabía era que de nuevo volverían a llamar al timbre, no creí que fuera Ryan así que fui y abrí confiado y... ¿Adivinen qué? ¡Exacto! ¡Era Ryan! ¡Y traía una fuente con espaguetis con queso!
-Como no querías ir a ninguna parte, te he preparado la cena para que cenemos los dos juntitos.
-Yo no me refería a esto.. . ¡No entres! Diablos ¿No te han dicho nunca que entrar sin ser invitado es una grosería? - proteste viendo cómo de nuevo, entraba tan campante por mi casa
-Vamos, no seas tímido, hay confianza
-¡No la hay!
-Mira, he preparado unos deliciosos espaguetis con queso, no son los mejores pero están deliciosos.
-¡No me estás escuchando!
-Que si, ¿Donde tienes los platos?
-¡No lo haces!
- No seas tan gruñón, ¿Acaso no estás solo? No te va a hacer daño cenar con un poco de compañía.
-Cenas y te vas...
-¡Eso está hecho!
Mierda... Ya había vuelto a ceder. ¿Para qué le decía que si? Algo tenía Ryan, yo no sé si en su mirada o en qué, pero al final no podía negarme. Estúpido...
Le ayudé a servir los platos y nos pusimos a cenar en el sofá, utilizando una mesita de café para apoyar los platos.
-Espero que te gusten, que aproveche! - me dijo animado.
Cogí mi tenedor y probé un poco sintiendo un extraño dulzor que no le caía bien a los espaguetis
-Ryan.... Están espantosos - le fui sincero
-¡No seas malo! ¡Los hice con todo mi amor! - dijo para luego probarlo - Son... Comestibles
-Le echaste azúcar en vez de sal?
-¡Claro que no! Bueno ... Creo, los dos son muy parecidos!
¿Como sobrevive solo? Al final me eche a reír, me hizo gracia como protestó ¡Incluso hizo un mohín! ¿Que adulto pone esas expresiones?
-Eres un desastre, anda, déjame que prepare algo para los dos - le dije tomando los platos, ya que cenariamos juntos, al menos comiendo algo en condiciones.
Me marché a la cocina y abrí la nevera para tomar unos vegetales, los cuales empecé a picar sintiendo como mi vecino venía y me abrazaba por la espalda
-Soy un desastre pero tú te ves tan perfecto, incluso lo que cocinas huele bien
-Estoy cortando tomate, no huele a nada
-Claro que si! Si lo cortas tu huele mejor. - insistió y le dejé estar siguiendo cortando los tomates cuando sentí como deslizaba su mano por debajo de mi ropa, dándome un beso en el cuello.
Obvio eso me gustaba y me calentaba.
-Ryan... ¿Que haces? - le pregunté.
-Tocarte.
-Ya, eso ya lo veo. ¿Pero no dijiste esta mañana que..?
-Tambien te dije que me gustas y me atiendes en unos pantalones tan cortos... No es mi culpa que me sienta tentado por ti.
No era mi intención, es decir, yo me lo quise quitar de encima y que se fuera a su casa, pero al insistir en cenar y ahora... Tenerlo pegado a mi, sintiendo esas manos, esos besos susurrandome en el cuello.... Díablos, lo terminemos por hacer en la cocina. Y en la sala, en el baño, en el dormitorio... ¡Diablos! ¡Ryan sin tomar alcohol podía llegar a ser bien fogoso!
Pero a la mañana siguiente, cuando desperté con tremendo dolor de trasero por tanta actividad sexual. Ryan no estaba, de había ido mientras yo dormía.... -
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Me ha gustado el primer capítulo. Se ve interesante aunque ya sé que me hará llorar.
Ahora a leer el segundo capítulo.. -
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Me ha gustado el capítulo 2.
Ahora empieza lo bueno.
A leer el siguiente capítulo.. -
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Me ha gustado el capítulo 3.
Uno no escucha y hace lo que quiere y el otro se deja hacer sin ponerle resistencia.
Pobre otra vez le hizo lo mismo.
Esperaré con ansias la conti.. -
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Capítulo 4: Bipolaridad.
De nuevo, se había marchado a la mañana siguiente. ¿No era que yo le gustaba? Pues al parecer por las mañanas cambiaba de opinión el muy zángano. No debería de molestarme pero me jodía que dijera que yo le gustaba y luego por la mañana huyera en silencio, aunque si era objetivo para mí era lo mejor. Teníamos sexo, un muy buen sexo, sin ningún tipo de compromiso ni relación, pues yo ahora no estaba para cosas más serias.
Me levanté de la cama y desayuné tranquilo antes de empezar a limpiar el desastre de cocina que tenía. Aún habían incluso, trozos de tomate seco por la encimera.
Por la tarde fui al departamento de Ryan para devolverle la fuente de los macarrones, pero por mucho que llamé al timbre no me abrió. Así mismo pasaron tres días, tres días en los que oía ruidos en su departamento pero no me abría, por no hablar que tenía la cortina echada y desde la ventana no podía ver nada.
¿Como se supone me daba tomar esto? ¡Me está ignorando como si fuera la peste! ¡Este tío y su jodida inmadurez me sacaba de quicio! Como fuera decidí quedarme la fuente solo por joder, ignoraría su presencia y si se volvía a presentar por aquí le pensaba golpear con la escoba! Si, eso haría, por ser tan estúpido.
Pero pensando en eso oí unos golpes en el pasillo y unas voces, oh, seguro era él pero no pensaba salir en lo absoluto, y fue entonces cuando escuché el timbre de la puerta, oh, aún menos, pensaba ignorarlo por completo como él hizo conmigo cuando de pronto reconocí una voz suave decir mi nombre. Tuve que salir a abrir la puerta, viendo a ese niño con mi colgante de Pikachu en el cuello colgado, acompañado de su madre.
-Buenas tardes... ¿Cómo estás pequeño? ¿Sucede algo? - preguntó extrañado viendo a la ex de Ryan pensando por un momento que ese pedazo de idiota les habría dicho algo de nuestros dos revolcones y ahora, iba a hacer un escándalo, pero me equivoqué.
-Disculpa que te moleste, pero ¿Has visto a tu vecino Ryan? Estamos separados y lleva días que no coge el teléfono, le tocaba hoy quedarse con mi hijo pero no abre la puerta y la localización de su móvil dice que está dentro. - dijo con voz preocupada
No iba a entrar en la discusión de porque ella seguía a Ryan con la localización del móvil, no era mi asunto pero, si me preocupaba.
-Hace días que lo estoy llamando y a mí tampoco me abre, iré a buscar al conserje del edificio, debe tener llaves de repuesto para poder abrir su departamento.
-Gracias.
-Mami ¿Papa está bien?
-Seguro que si, solo que estará durmiendo demasiado como a veces hace - le justificó la mujer.
Yo en cambio salí de mi departamento, vestido con ropa cómoda y zapatillas de andar en casa y me fui en busca del conserje y en menos de diez minutos, ya estábamos abriendo la puerta. La mujer fue la primera en entrar, el niño después y yo el último y... El departamento daba asco.
Habían platos sucios y envoltorios de comida preparada y justo en el sofá ahí estaba Ryan sin su tan radiante sonrisa, solo estaba ahí, tirado.
-¡Por el amor de Dios Ryan! ¡Esto parece un basurero! - gritó la mujer molesta acercándose a él - ¿Te tomaste las pastillas?
-No las necesito...
-¡Claro que las necesitas! Y hasta que no te las tomes, no te quedarás con el niño
-¡No metas al niño en esto!
-¡Claro que sí lo meto! ¿No ves que estás no son condiciones para tener a un niño? ¡Él necesita un padre que lo cuide, no tener que cuidar de uno!
Ambos se empezaron a discutir, yo no entendía que pastillas eran esas, pero lo que hice fue tomar de la mano de ese niño, quien estaba temblando a punto de llorar de ver a esos dos discutir.
-Hey ¿Te parece si jugamos a algo mientras que tus padres charlan? Tengo una videoconsola muy chula - le propuse pero el niño no sabía cómo reaccionar así que mire a la mujer - Disculpad. Si te parece bien, me llevaré al niño a mi apartamento en lo que charlais, puedo dejar la puerta abierta hasta que vengas a buscarlo, si quieres
La mujer nos miró y se acercó un momento para besar al niño en la frente
-Lo siento cariño, no te preocupes, papá y mamá solucionaran esto ¿Vale? Ve con el vecino - dijo dándome permiso mirándome antes de seguir discutiendo - Gracias.
Me marché a mi departamento y encendí la consola
-¿A que quieres jugar? Tengo un juego de Pokémon, el Mario kart y el Kirby - le ofrecí pues tenía más juegos, pero el GTA no era apropiado para un niño, y los de coches quizás sean complicados
-El Mario kart... - dijo sin mucho ánimo.
Intente animarlo pero el niño estaba distraído y al final terminó por echarse a llorar. Yo enseguida dejé el mando y pase mi brazo por el hombro de ese niño
-Hey, no te preocupes pequeño, ya oíste a mamá, lo solucionaran
-Papa no tiene solución... El está enfermo
-¿Enfermo?
-Si, pero no como yo - dijo haciendo mención a su condición de síndrome de down - Él es peor cuando se pone así ...
Creo que el niño no entendía lo que le pasaba a su padre y yo sinceramente, tampoco. No entendía nada de nada, pero desde luego, Ryan no estaba bien.
Al rato llegó la mujer, con cara de agotamiento.
-Gracias por cuidar de él - me agradeció mirando al niño - Nos vamos a casa
-¿Y papá?
-Papa no se encuentra bien, pero otro día vendrás con él, hay que dejar que se mejore.
El niño agachó la cabeza, dejando el mando de la videoconsola a un lado del sofá y callado ir a la puerta.
-Espera - le dije a la señora, acercándome a ella -¿Que le ocurre a Ryan?
La mujer me miró y reconoció no con buen sabor de boca.
-Bipolaridad - esas palabras le pesaban y a mí me sentaron como una jarra de agua helada - Lamento mucho haberte molestado y las molestias y te agradezco mucho el haber cuidado de mi hijo, pero me tengo que marchar
-Si, si, no te entretengo más.
-Pero una cosa más ... - me dijo sacando de su bolso una tarjeta, allí estaba su nombre, al parecer era dentista - Si ocurre cualquier incidente con él... Llamame porfavor
-Lo haré, descuida
Me despedí de ellos y miré ese departamento. ¿Porque estaba entrando en él? Diablos, esto no era mi jodido problema.
-¿Ryan? - lo llamé viendo que aún estaba tumbado en el sofá.
-Ya lo sabes ¿Verdad? Pues ahora largate, no quiero que nadie me mire con lástima, yo estoy bien. - protestó
Me acerqué a él y sin decirle nada, tiré de una de sus mejillas
-¿Quién te dijo que te estaba mirando con lástima? ¿Estas bien, no? Pues ponte a recoger este basurero, tu hijo se fue llorando, así que mueve el culo y espabilate. ¿No decías que no querías defraudarlo? Pues tomate las putas pastillas, aunque no las necesites, así le demostrarás a tu hijo que te importa tanto como para hacerlo y tener esto limpio por él. ¿O es que te crees el centro del universo?
A diferencia de con su esposa, él se quedó callado, sin gritar ni discutir. Temía que en cualquier momento me mandase al carajo por meterme donde no me llaman, pero entonces levantó un brazo señalándome el mueble.
-Estan ahí... Las pastillas.
Sonreí y fui a por ellas junto a un vaso de agua y Ryan, se las tomó sin protestar.
-¿Puedes dejarme un rato solo?
-¿Me abrirás la puerta cuando te llame?
-Si. Lo prometo. Por favor Ronny, quiero descansar.
Le di su espacio y me marché de ese departamento, regresando las llaves al conserje antes de volver a mi propio hogar.. -
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Me ha gustado el capítulo.
Espero que se siga tomando las pastillas.
Esperaré con ansias la conti..
Eres la luz al final del túnel. ORIGINAL |
