You're a mess, and I love you
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Disclaimer: Personajes originales de un rolecito entre Blut. y yo
Pareja: Solecitos (Briar x Neil)
Categoría: M/M
Clasificación: K
Género: Fluff #5
Número de Palabras: 499
Notitas: ¡Sorpresa! ¿Cómo iba a dejar pasar la oportunidad de escribir fluff de estos dos, si son tan bonitos? >w< Además de Celine Dion, siento que estos dos son de disfrutar a Ella y Louis. |
Neil dejaba correr el agua del grifo mientras sus manos se ocupaban de los platos y en el fondo se escuchaba una melodía. Era la primera vez en varios meses que ponía alguno de los viejos casetes de su padre y estaba siendo todo un mar de emociones redescubrir sus canciones.
Briar, por su parte, lucía encantado con el repertorio al tiempo que ordenaba los trastes ya secos. Se habían deleitado con uno de los postres del Upton minutos antes y, aunque Neil insistió en encargarse solo de la limpieza, terminó siendo una batalla de la que, honestamente, no se arrepentía haber perdido.
Antes de que ambos pudieran finalizar, una nueva canción empezó y con ello un nuevo recuerdo a la mente de Neil.
─¿Estás bien?
El pelirrojo no supo cuánto tiempo se perdió en su cabeza, pero por el tono de voz de su invitado parecía haber sido más de lo que creía.
─Sí.. es solo que… ─balbuceó. La música continuaba y su corazón palpitaba con fuerza. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los de Briar, Neil supo a la perfección lo que quería decirle─ ¿Quieres bailar conmigo?
Notó cómo el inglés se tensaba y tragaba saliva, observándole con curiosidad. Se había puesto nervioso, tal como cuando se habían conocido.
─Uh, honestamente ─respondió en un hilillo─, no sé bailar.
Neil se secó las manos y le ofreció una de ellas. Sus ojos desaparecieron momentáneamente en una sonrisa que le indicaba que eso no importaba.
─Yo tampoco.
La pista de baile no era más que la sala y la voz de Ella Fitzgerald les dio la bienvenida. Ambos cuerpos no tardaron en moverse al son de la música, sin saber qué hacer exactamente pero como si estuvieran hechos el uno para el otro. Por supuesto, tuvieron momentos donde sus torpes pies los traicionaron y no tuvieron más opción que reírse de ellos mismos.
Neil no recordaba la última vez que aquella casa se sintió con tanta vida y él tan lejos de la soledad de meses pasados.
La música llegó poco a poco a su final y, pese a que ninguno sabía bailar, era claro para ambos que no deseaban soltarse. Cuando sus miradas se cruzaron, supieron que no existía mejor lugar en el mundo que en los brazos del otro.
─Solía observar a mis padres bailar esta canción cuando era niño ─habló Neil. Una mano inquieta tocaba la espalda ajena, claramente nervioso─. Se veían… felices. Siempre me pregunté si yo también podría experimentar esa felicidad con alguien más.
Briar supo que las palabras sobraban en ese momento. Dejó que sus dedos quitaran un mechón del rostro de Neil para luego acariciar sus mejillas. Acercó su rostro lo suficiente, sin dejar de observarle por un segundo y sintiendo cómo sus respiraciones se mezclaban.
A pesar de estar solos y a kilómetros de alguna otra persona, Briar parecía querer contarle un secreto.
Lo que ninguno esperaba era que compartían el mismo secreto.
─Me haces muy feliz, Neil.
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