36.º Reto Literario "San Valenkink Vol II" – Inuyasha, Resistiéndome a ti , Inukoga

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    🌸Floreceré ante la adversidad🌸

    Group
    Escritor principiante
    Posts
    527
    Location
    🌒 Entre las sombras...

    Status
    Offline

    Resistiéndome a ti

    tumblr_pajudlT9HW1xqn5dxo1_540

    Prompt: Déjalo dentro.

    Bueno, vi que había un reto por aquí y no me pude resistir en dejar algo que se me ocurrió de pronto.



    Fic


    ¿Porqué tengo que ir yo a pedirle ayuda a ese lobo pulgoso? Si, es cierto que por mi culpa Naraku se llevó nuestros fragmentos de la esfera y si, Miroku está muy malherido, Kagome no está y Sango tiene que cuidar al monje pervertido, desde luego no superaríamos otro ataque mucho menos... estando tan cerca la fecha de mi celo, donde me tenía que esconder durante días. ¿Quién cuidaría mientras a los demás? Exacto, ese estúpido al que tenía que ir a pedirle ayuda, no teníamos otra alternativa, era... nuestra única esperanza.

    -¡Eh tú! ¡Lobo pul...! Quiero decir... ¡Koga! - me corregí frente a su territorio, donde ya podía oler la peste que esos lobos emitían y entonces, él salió, con el ceño fruncido mirándome, sintiendo ese aroma a hierba mojada, esa olor que encontraba sumamente fresca y agradable... ¡Cosa que jamás le diría a ese idiota!

    -¿Se puede saber que quieres? ¿Dónde está Kagome? No hueles a ella - dijo acercándose, logrando que gruñera al escuchar el nombre de mi amiga en sus labios. Sólo sabía decir ese nombre. - ¿La hiciste enfadar de nuevo? ¿No la habrás desprotegido, no? Fuiste tú el que dijo que a pesar de ser omega la protegerías en mi ausencia.

    -Ya, cállate lobo pulgoso ¿Sólo sabes andar quejándote o qué? Kagome está perfectamente, ha tenido que irse a hacer uno de esos estúpidos exámenes. - le respondí para que dejase de hablar de ella.

    -¿¡A quién llamas lobo pulgoso!? ¡Estúpido perro inútil!

    -¡Ya cállate!

    -¿¡Has venido a pelear o qué!?

    -¡No! - le grité desviando la mirada - He venido a pedirte ayuda... - dije en un tono muy bajo, casi inaudible pues eran unas palabras que me costaban decir.

    -¿El qué? No te oído - dijo con una sonrisa ladina ¡Lobo mentiroso! ¡Si me escuchó y le encantó que yo tuviera que suplicarle!

    Gruñí bajando mis orejas hacia atrás, odiaba a este tipo... lo odiaba.... ¿Cómo le podía caer bien a Kagome? Si tuviera alternativa me marcharía a pedir ayuda a otra parte, pero... no tengo de otra.

    -¡Que he venido a pedirte ayuda! - le grité para que me escuchase bien.

    -Pues no.

    -¿No? ¿¡Como que no!?

    - Eres desagradable, malgeniado, vienes aquí insultándome y gritarme ¿Y encima debo ayudarte? Pues no, búscate la vida.

    -¡Maldito se...!

    Sentí como un latido en mi interior, un torrente calor que me hizo flaquear. No... aquí no... había mucho alfa en este maldito clan.

    -Mis amigos... están frente a la cascada malheridos... Kagome se pondrá triste si mueren... yo no puedo protegerles... debo irme...

    Me quise dar la vuelta, pero el lobo se acercó a mi, agarrándome del brazo

    -¿Como que no puede...s? - preguntó sintiendo como me olía, podía ver en su mirada que se había dado cuenta de que mi celo estaba por llegar - Estúpido inconsciente... ¿Cómo se te ocurre llegar a una manada de lobos en tu estado? Tsk... Mandaré a alguien para que proteja de esos humanos, pero tú, vienes conmigo. - me dijo en tono autoritario, sintiendo esa olor a hierba mojada que me llevó a poner mi mano frente a mi entrepierna, en un intento de cubrir mi propia erección.

    Esto era malo, muy malo ¿Es qué no habían más alfas en el mundo? Necesitaba escapar de aquí como fuera, pero ese idiota me cargó como un saco de papas

    -¡Su-suéltame Koga! ¡Debo irme!

    -De eso nada, acabarás violado en mitad del bosque, te vienes conmigo a un lugar seguro, aunque antes... ¡Ginta, Hakkaku! - les gritó a los dos betas que siempre llevaba consigo - Id a la cascada a proteger a los humanos que hay ahí.

    Los obedientes lobos asintieron y se marcharon tan rápido como llegaron y yo no supe que más decir... esto era vergonzoso... Koga haciéndose cargo de mi... lo que faltaba... ¿Qué sería lo siguiente? ¿Qué Naraku me salvase la vida? Ahh... que mal.

    Caminemos por un rato, hasta que ese lobo me dejó en un nido dentro de una profunda cueva. Pero fue llegar y ponerme aún peor, esa zona solo olía a él, tenía un fuerte aroma a él y yo creí volverme loco, jadeando, sintiendo que la ropa me quemaba del terrible calor que sentía.

    -Yo mejor me voy... - murmuró el alfa, pero ya era tarde para eso, estaba en pleno celo y él... olía demasiado bien.

    -No... espera... - le pedí con voz suplicante, alargándome a él para rodearlo con mis brazos - No te vayas...

    -No sabes lo que dices perro pulgoso... déjame marcharme o no me hago cargo de lo que vaya a pasar... - me advirtió.

    -Pues no te hagas cargo... Koga... - toque su fuerte torso al desnudo, acariciando su piel, liberando a consciencia esas feromonas mías, envolviéndole con mi fragancia a melocotón. - Te deseo... siempre lo he hecho... - murmuró - hueles tan bien lobo pulgoso... - le dije con una sonrisa acercándome a sus labios para besarlos.

    Él no se resistió, ya me lo había advertido pero yo no estaba en postura de negarme a él, no esta vez. Pasó su mano alrededor de mi cintura e intensificó ese beso, sintiendo como su lengua invadía por completo mi boca, domándola a su antojo mientras bajaba esa mano hasta mi trasero, tomándolo con firmeza, acercando mi cuerpo al suyo mientras yo solo me sentía embriagado por él, por su aroma, por toda su presencia.

    Sentí esa química con Koga desde el primer momento que lo vi, como un fuerte huracán que quieres evitar y no puedes, al menos ahora ya no quería pensar en mi orgullo si no, en dejarme llevar por esta lujuria sin control que nacía en mi interior y que él despertó hace mucho aunque fuera ahora cuando cedía ante él.

    Me hizo dar un par de pasos hacía atrás, recostándome sobre el nido que tenía aquí listo, no cesando en devorar mis labios, abriendo mis ropas para empezar a desnudarme. Ahogué un gemido al sentir su pierna frotarse entre las mías, acompañado de esas caricias en mis pezones que me obligaban a gemir entre sus besos, podía sentir como me iba lubricando a su paso, a cada roce que me daba... Koga era demasiado compatible conmigo.

    -¿Con tan poco y ya estás húmedo? Eres un perrito muy travieso - dijo divertido con una sonrisa que encantaría al mismísimo diablo en persona. Se relamió los labios de forma pícara, empezando a besar mi cuello, hasta terminar en mi oreja, mordiéndola con suavidad, sintiendo como llevaba su mano a su propio taparrabos, subiéndolo para quedar con una muy dura virilidad al descubierto, rozando con ella una muy lubricada entrada.

    -Mételo... ya Koga... - le supliqué con urgencia, gimiendo cuando sentí que me hacía caso, entrando pero sólo la punta, jugando con ella y conmigo al no penetrarme de una jodida vez - ¡Koga! Ya... estoy caliente...

    -Suplícame más o no te la meteré más que eso. - jugó excitado y divertido y yo ahora mismo, jugaría a cualquier juego que quisiera.

    -Por favor Koga... quiero sentirlo todo dentro...

    Lo siguiente que se escuchó fue un muy sonoro gemido y un placentero gruñido. No avisó y lo metió de una, se sentía tan bien, tan grande, tan caliente y aún así... tan gentil. No empezó a envestir sin más, me iba estimulando, mordiendo mis pezones, mi cuello, mis mofletes, mi lengua... todo en un vaivén demasiado suave para mi, incluso lloré del placer y la desesperación que estaba sintiendo en este momento.

    Así que sin que él lo viera a venir, lo empujé, para en un rápido movimiento ponerme sobre él a horcajadas, embistiéndome con dureza y rápidez, dándole a él una preciosa imagen y a mi, un gustoso encuentro.

    -Que perrito tan pervertido... - murmuró con excitación sin perderse ninguna de mis miradas y reacciones mientras botaba sobre él sin control.

    Follar así era increíble, toda esa calor y pasión ardía como nada y se calmada a cada movimiento que hacíamos, pues él no sabía quedarse quieto, moviendo su cadera buscando un roce más profundo conmigo hasta que la situación se caldeó aún más, podía sentirlo, podía sentir como él se hinchaba en mi interior, como yo estaba a punto de explotar y en eso tocó mi cadera, como intentando quitarla y reaccionando yo con un fuerte manotazo.

    -NI SE TE OCURRA - le gruñí sin dejar de moverme

    -Inuyasha... no aguantaré mucho más este ritmo...

    -¡DÉJALO DENTRO! - le grité suplicándole - ¡AAAH! - Grité a pleno pulmón al sentir como ese orgasmo llegaba, arqueando mi espalda ante el placer que se intensificó al sentir como era llenado por él hasta lo más hondo de mi, viendo esa cara en su orgasmo, nuestro orgasmo...

    Fueron dos días, de pleno sexo salvaje, donde no quise apenas comer ni beber y ni mucho menos, dejé que Koga se marchase, ahí estuvimos dándole hasta quedar completamente secos.

    Estábamos tumbados sobre el nido, ya con mi celo aminorado, completamente sonrojado por todo lo que acababa de pasar ¡Realmente fui una perra en celo! ¡Estaba avergonzado! ¡Mi orgullo se fue a saber donde!

    -¿Ya vuelves a ser tú? - me preguntó el lobo, y yo sólo oculté mi cabeza en su pecho, como si eso pudiera protegerme de responderle. - Te dije que debía irme, ahora posiblemente estés en estado ¿Eres consciente? - me preguntó y fue como un puñal que me clavó. Un cachorro... ¿Tendría un cachorro de él?

    -Cállate lobo pulgoso... dijiste que te desentendías así que solo déjame dormir y ya me iré... puedo yo solo...

    Pero esa idea me quebraba por dentro, no quería que se marchase, no quería ser un papá soltero. Ahora que me había acostado con él, no quería tener que volver a reprimir estos sentimientos que tenía hacía él, lo amaba, siempre lo hice y ahora.... no sabía como sentirme...

    -¿Y si no quisiera que te fueras? - me preguntó de repente, haciendo que yo levantase mi cabeza, mirándole

    -¿A que te refieres?

    -En que ya estoy cansado de intentar darte celos con Kagome, estoy cansado de esto y tu a partir de ahora, serás mi omega.

    -Tu... ¡Eso será si yo quiero que tu seas mi alfa! ¡Lobo pulgoso!

    Y aunque mi orgullo no me permitía ser sincero, jamás me sentí más feliz en toda mi vida, porque este lobo pulgoso me quiere hacer su omega, este lobo pulgoso al que yo amo con todo mi corazón.
     
    Top
    .
0 replies since 9/3/2023, 12:35   135 views
  Share  
.