❥ El Verano de 1986 | Altair x Iván | Original.

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    His stupid name was James Fleamont Potter.
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    Personajes originales.
    Pareja.
    Altair x Iván.
    Género:
    Aventura, magia.
    Rating.
    M+. (Lenguaje vulgar, e insinuaciones sexuales)
    Estado.
    Terminado.
    Notas.
    Como siempre, feliz cumpleaños, querida mujer mía<+3. Pensé en nuestros niños, pensé en su adolescencia y para variar al buen estado horny en el que seguramente se encontrarán el resto del año escolar, esta vez hice algo más relacionado a la aventura los cuatro juntos. Intenté retratar lo mejor que pude a Vanya pensando en sus reacciones frente a todo lo que hemos conversado, y respecto a lo del Charmspeak. No es por nada, pero por cosillas así donde Vanya es el dios de las ideas en travesuras es que no acabó en Ravenclaw y es un excelente Gryffindor buscaproblemas en toda ley, lol. Espero que disfrutes de mi sátira adolescente<3.

    oALgpdp



    ¿Qué hace un mago en el mundo muggle, sin magia dada su propia juventud? Por supuesto, comprarse un par de poderosas Dr. Martens con cordones de punta de acero. Y también huir de la policía británica muggle con el aliento quemando su garganta y forzando sus pulmones; desde luego.

    Las piernas de Altair picaban desde sus pantorrillas hasta sus firmes muslos atléticos, calientes por el sobreesfuerzo y si no dolían únicamente era porque llevaba un buen rato sobreforzándolas mientras que en la oscuridad de las sombras del callejón y a solo unos cuantos metros de él, se escuchaba el silbato de la policía londinense estar siguiéndole los pasos. Dos oficiales agitando sus macanas agresivamente al aire con toda la intención de golpear al primer delincuente al que atraparan. Altair o Will, el que se rindiera primero. Detrás de los edificios cercanos todavía se escuchaba la algarabía de una multitud desencadenada tras una protesta masiva, y la sirena de un retén movil aunque era ensordecedora, les advertía de lo que les iría a suceder si se dejaban atrapar por una de las patrullas que intentaban acordonar a todos los jóvenes problemáticos.

    Algo en la expresión del joven Black se crispó y aunque a una parte de él le encantaba meterse en problemas, sabía que si continuaban con ese escándalo llamarían la atención indeseada con los oficiales del ministerio de magia, o peor. Harían enfadar a Vany. Así que Altair ya estaba desenfundado desde el pliegue del cinturón su varita, cuando un puñetazo a su brazo lo hizo desviarse de su trayectoria solo por unos segundos mientras seguían huyendo.

    "¡BIGPAWS! ¡No puedes hacer magia!"

    "¡¿A quién demonios le importa?! ¡Ya me libré de eso una vez!"

    "¡Tenías once años y solo fue un encantamiento de liberación menor, esto es monumentalmente distinto!"

    Demonios. Definitivamente las opciones se les estaban acabando, y lo mejor en que podía pensar en esos momentos era en tratar de perderlos, burlándolos de cualquier manera posible.

    oALgpdp



    Pasar las vacaciones de verano con la familia Gouldshaw para Altair era el equivalente de volver a casa. Era lo único que esperaba tanto como también lo era regresar a Hogwarts sólo si con eso conseguía estar con todos sus mischivious, pero desde que hace un par de años atrás incluso Vanya habría decidido emanciparse para vivir con su tío, ahora no había excusas para pasar todos sus veranos los cuatro juntos. Blazespot, el tímido y algo bocazas de Isaac Scammander. Knightie, prácticamente su hermano y (en términos para nada románticos) su alma gemela. Y Fleathy. Su Fleathy, su Vany. Con quién llevaba saliendo desde el año anterior. La mejor decisión de su vida, solo a la par de haber decidido abandonar a los Black para vivir sin ataduras y ya dejar de poner en riesgo a sus amigos por un ridículo ideal supremacista de los sangre pura.

    Altair sabía que había tomado la decisión correcta cuando lo primero que sentía al despertar en las mañanas era su agradable aroma cosquillear en su nariz, demasiado suave y dulce para tratarse de una loción típica, pues era su propio aroma corporal. Quizás cosas de veelas. El calor de su cuerpo perfectamente acoplado al suyo, siendo protegido entre sus brazos y en una manía que habría surgido desde el año anterior a partir de una broma que se salió de control, ahora se habría vuelto una costumbre siempre dejar sus manos puestas recorriendo su pecho, abajo de uno de sus tops cada noche. Ese verano no habría sido distinto, recorriendo muy lentamente su pecho y su abdomen con sus dígitos para despertarlo.

    "Vany."

    "Mm..."

    "Vany, despierta..."

    "Mmmm."

    "Te voy a besar."


    Supo que ya estaba despierto cuando incluso después de seguir con los ojos cerrados, Altair distinguió una sonrisa perezosa en la boca del chico veela. El mismo punto que decidió abordar momentos después, guiando con la nueva trayectoria de sus manos sus caderas a fin de girar su cuerpo y así no tener problemas en despertarlo con un lento beso sabor a menta, mezclado en risas acalladas y juguetonas de ambos chicos. Profundo, húmedo, íntimo, acelerando su ritmo cardiaco que parecía ser capaz de estallar de felicidad. Fue solo hasta después de abordar su lengua y hacerse un lugar en su cavidad el tiempo suficiente para dejarlos a ambos satisfechos, que Altair decidió apartarse, pero aún así una nueva oleada de cortos besos se avecinó con Iván Nazyalensky decidiendo tomar el liderazgo ubicado ahora sobre sus caderas.

    Montándolo, separados únicamente por la tela de sus calzoncillos y el suéter del equipo de quidditch que Iván no se separaba desde el año pasado.

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    BLACK
    CAPITÁN »


    Por la espalda, y en su pecho un pequeño león bordado en el suéter tejido de rojo vino y dorado.

    "¿Tú qué dices? ¿Crees que este año volveremos a ganar la Copa de Quidditch? Solo nos queda sexto y séptimo, sería una racha increíble, y quedaría bien frente a los reclutadores para las grandes ligas." A Altair le gustaba tener al ruso montándolo. Las vistas siempre eran increíbles, y le daba una excusa perfecta para recorrer sus delgados muslos casi femeninos con la amplitud de sus manos. Sus propios dedos eran lo suficientemente largos como para envolver casi la mitad de estos sin problemas.

    "Mis ojos están arriba, señorito Black. Y no esperaría menos de ti si ganaras la copa por segunda vez, pero como me vuelvas a hacer pasar por el mismo numerito que el año pasado, te mato." Oh, incluso cuando lo amenazaba sonaba increíblemente sexy. Altair por poco no llegó a procesar lo que le estaba intentando decir cuando fue Iván quién logró obtener por completo su atención al tomarlo de la barbilla y comenzar a contonearse para él.

    ¿Cómo podía siquiera pensar con alguien como Vanya siendo su pareja? Oh, condenado afortunado Black.

    "Err... s-sí. ¿Hablas del incidente de la bludger, no?" Definitivamente no era un buen momento para gemir, así que se mordió la lengua.

    "Si, de la puta bludger que casi le rompe la cabeza a mi novio." Si hasta cuando gruñía y estaba enojado era precioso.

    Las manos de Altair se fueron acercando entre masajes cada vez más a su entrepierna de forma peligrosa, traspasando una y otra vez en caricias lentas los límites del final de su suéter. Era sencillo darle responsabilidad a la belleza de su chico, pero lo cierto es que el hecho de que ambos fueran adolescentes compartiendo dormitorio tanto en la escuela como en el verano no ayudaba en lo absoluto a calmar las reacciones de su cuerpo. Simplemente, adolescentes locamente enamorados el uno del otro.

    "¿Me darás tu palabra de tener más cuidado en los partidos de este año?"

    "Iván, te compraría un castillo si me lo pidieras ahora mismo. Sí, sí, todo lo que quieras." Altair solo lo estaba provocando, pero ni él fue capaz de reírse ni tampoco Iván de enojarse mucho más, cuando más pronto que tarde fue el heredero de los Black el que comenzó a marcar el movimiento de su propia erección en el precioso trasero del otro.

    Si bien ambos despertaron poco antes del amanecer aquella mañana, ninguno de los dos fue capaz de abandonar la cama hasta pasadas las nueve. Entre gemidos, suspiros, besos, caricias y risas suaves que se volvieron jugueteos de un tira y afloja de las sábanas cuando Vanya luchó por fugarse de la cama para ir a darse un baño ante la firme oposición del otro mago. Cabe decir que aunque por lo menos avanzaron un poco más en sus rutinas abandonando la cama para ir a darse un merecido baño, igual terminaron por desperdiciar un montón de tiempo más dentro del cuarto cuando Altair no dudó en seguirlo como un perro a su dueño, siguiéndole el paso a Fleathy y atrapándolo entre sus brazos con la excusa de que se hiciera responsable por las varias marcas que ahora se veían dibujadas en su piel.

    Afortunadamente vivir con los Gouldshaw y disfrutar de las vacaciones de verano implicaba que nadie iría a tocar la puerta de su dormitorio antes de las diez. Porque claro, el señor y la señora Gouldshaw (sin contar a cualquier criado o sirvienta de la familia) eran increíblemente paternales y cariñosos, respetando el espacio de los muchachos mientras no se metieran en problemas. Adoraban a Isaac, a Altair, y desde luego a Vanya. Amaban con locura a su único hijo, William, que era la viva imagen de qué pasaría si criabas a un hijo colmado de amor y buenos valores. Y estaban al tanto de la relación en la que estaban ambos mejores amigos de su hijo; una declaración que fue incluso más difícil de admitir frente a cualquier profesor.

    Para este punto Grace y Patrick Gouldshaw eran más los propios padres de Altair de lo que jamás fueron cualquiera de los Black. Pero los amaban, y los aceptaban de la mejor manera que quizás podría esperarse de un matrimonio británico de la clase alta en los ochentas.

    "Me habría encantado tener a una hija ¿sabes? Y de haber sido la mitad de bonita de lo que es Iván, yo me hubiera dado por pagada en esta vida." Suspiraría de forma ensoñadora Grace Gouldshaw a mitad de su té matutino. Patrick, su esposo, quién ya había recibido con un tranquilo 'gracias' el periódico de su asistente atravesó la cocina para ir a unirse con su esposa al balcón, asintiendo solemnemente a su declaración.

    "Y en cambio, tenemos a Will." Bromeó Patrick, ganándose un reclamo de William que habría rechazado a una sirvienta para hacerse su propio desayuno. Un simple bol con leche y cereales de hojuelas; tan simples sus gustos como el propio Knightie.

    "¡EH! ¡Yo de por sí soy maravilloso!" Les replicó Knightie con la boca llena, ganándose las risas de sus amorosos padres.

    Vanya y Altair llegaron tomados de la mano justo en el momento en el que el resto del personal del servicio presente abandonó la cocina. A los muchachos les gustaba prepararse sus propias cosas, y tanto a Patrick como a Grace disfrutaban del ambiente cálido que se formaba estando solo ellos con el cuarteto de adolescentes en su hogar, así que los sirvientes simplemente se iban a seguir con sus otros deberes en el resto de la antigua propiedad inglesa. Solo quedaban ellos, y Isaac, que venía bajando las escaleras con su cabello rojizo disparado hacia todos lados, frotandose sus ojos adormilados aún en pijama.

    "Fleathy. Bigpaws." Saludó Isaac en un bostezo al pasar por su lado. Quizás todavía medio dormido contando en que pasó directo hasta el mesón central de la enorme cocina y se sentó en un banquillo, descansando la mitad de su cuerpo sobre la fría cerámica a un lado de las tostadas recién hechas. "Buenas, Knightie..."

    "Te ves como la mierda, Blazespot." Rió Will, poniendo otra ronda de granos en la cafetera.

    "¡LENGUAJE, WILL!" Los cuatro respingaron ante la advertencia de Grace desde el balcón en el exterior, siendo una madre tan temible como cualquier otra de así quererlo, como para ser capaz de despertar por completo a Isaac solo por su grito.

    "Disculpa, Má." Más risas, solo que esta vez fueron de Patrick leyendo el periódico sentado en el balcón.

    Altair soltó suavemente la mano de Vanya cuando acabaron por dejar de estar de pie en el marco de la entrada, no sin antes besar sus nudillos afectuosamente e irse a golpear los puños de William. El rubio también los divisó al mismo tiempo, y su sonrisa se volvió enorme, como sus ojos adquirieron una astucia sinvergüenza.

    "Mis tortolos favoritos por fin despertaron." Sus puños se cruzaron casualmente con los de Altair, que fue a sacar con toda confianza un par de tazas más de la repisa. "¿Cómo los trata la vida? Supongo que bastante bien a juzgar por los llamativos chupones del cuello de nuestro Fleathy. Bandidos astutos."

    "Cállate, Goudlshaw." Altair ni siquiera necesitaba defender a Vanya cuando él lo hacía bastante bien por su cuenta propia, en especial en esa extraña dinámica que tenía con Will y a la cual Altair le parecía bastante divertido de mirar.

    Hizo los desayunos para ambos, y llevó un plato extra de tostadas y otro cuenco con leche y cereales para esta vez tomar lugar junto a su novio y frente a Will y Isaac, quiénes no tenían ningún reparo a esas alturas de lanzarles miradas burlonas y llenas de picardía. ¿Para Altair? Desde luego que no era nada, no cuando disfrutaba la atención y sobre todo sabía que sus mejores amigos ya habrían aceptado a esas alturas la relación de ambos. Isaac con un poco más de dificultad que Will, pero lo habría hecho también al fin y al cabo. Altair relamió un poco sus labios después de beber su café amargo, y partió sus tostadas con tenedor y cuchillo. Incluso estando tan alejado de la Casa Black y lejos de ese infierno, habían cosas que simplemente nunca cambiaban y estaban impresas a fuego como cicatrices en él.

    "Lo presiento, esta vez sí que sucederá." William declaró con tanta convicción como lo hacía Altair en cuanto a quidditch se trataba, o el propio Will frente a las competencias de duelistas.

    Altair y Isaac se mostraron confundidos por su repentino balbuceo, pero Vanya pareció ser el único en darse cuenta de qué estaba hablando.

    "¿Es sobre Elaine McMillan, no? ¿Es en serio, Will?" El descendiente de los Black y de los Scammander profirieron un largo «aaaaaaah» después, siguiendo tranquilamente con sus desayunos como si esa no fuera la primera vez que William hubiera declarado ser capaz de enamorar locamente a la bruja sangre pura.

    Pero nada disuadía ni desmotivaba al Gran William John Goudlshaw.

    "¡A-HÁ! ¡Tú también tuviste ese sueño profético, ¿no?! Siempre supe que Vany era mi mischivious favorito. ¡Estamos en sintonía! ¡Y tú, mi queridísimo amigo, me ayudarás a conquistarla durante este año!" El rubio dio un puño en alto a la mesa, demasiado emocionado con la idea o su plan más descabellado siendo trazado en su cabeza. "Sabía que algún día nos serviría tener a uno de los nuestros infiltrado entre las brujas más guapas de Gryffindor. No, de la escuela entera."

    "Estás enloqueciendo, Will." Las carcajadas de Altair resonaban a estas alturas. William no conocía la vergüenza (en eso se parecían mucho), menos considerando que para esa distancia y con su volumen de voz perfectamente podrían estar siendo escuchados por el señor y la señora Goudlshaw. Pero ellos como siempre, le daban su espacio a los muchachos.

    "Loco de amor, quizás. Pero tú no eres nadie para refutarme eso cuando tienes la suerte de poder compartir el dormitorio con tu pareja si así lo quieres. ¿Sabes lo que me pasó la última vez que intenté colarme al dormitorio de las chicas el año pasado?" La indignación estaba retratada en el de alocada cabellera rubia.

    "Las escaleras se transformaron una rampilla gigante, y nos deslizamos por el tobogán. Por supuesto que lo sé ¡yo estaba contigo para esa broma!" Bufó Altair.

    "¿Solo sucede con las escaleras que dan a los cuartos femeninos, entonces?" Preguntó Isaac dando bocados perezosos a su tercera tostada. "Porque las chicas si han entrado a nuestro dormitorio antes, y jamás les ha pasado nada."

    "Hogwarts y su segregación de género para nada discriminatoria. Nada nuevo." Se encogió de hombros Altair, extendiéndole una servilleta de tela al pelirrojo. "Tienes la boca llena de mermelada, Blazy."

    "Gracias, Paws."

    Altair también le ofreció una servilleta a Iván, pero antes de que el rubio pudiera aceptarla, Altair fue mucho más rápido y lo jaloneó desde su muñeca sin llegar a hacerle daño. Retirando con un beso la mancha reciente de mantequilla brillando al borde de sus labios.

    El pequeño palmazo que recibió a cambio valió completamente la pena a cambio del beso, con Vanya buscando no perder su concentración ahora que le respondía a William, a la vez que pellizcaba por debajo de la mesa a Bigpaws para que se quedara quieto.

    "No, no tuve ningún sueño premonitorio. Y tomar las clases optativas de Adivinación jamás te han hecho bien, nada nuevo con eso. Pero Will, quizás deberias intentar un nuevo enfoque si de verdad te interesa salir con Elaine. Y utilizarme a mí solo porque soy su mejor amigo, no parece una buena idea por donde lo veas. Podrías empeorar las cosas por no abordarlo directo como un hombre." Entre tantas bromas y algarabía causada por cuatro adolescentes (varones) reunidos, bastó un comentario con tanto sentido común y seriedad para restaurar el orden. Isaac comió en silencio, alternando su mirada entre sus amigos, y William se veía profundamente pensativo.

    Altair en cambio estaba irradiando una sonrisa bobalicona y profundamente encantadora, en ese sello rompecorazones tan propio del Black.

    "Mi Fleathy es un genio. ¿Se los he dicho? No por nada es la mente brillante tras todas nuestras bromas más geniales." Y si el enamoramiento que tenía William estaba patentado en una tenacidad extraordinaria que le habría durado desde el primer año, solo Altair podría amar tan profunda y transparentemente a Iván como ya lo hacía.

    Prácticamente se dio por pagado cuando notó el calor invadir las orejas del mago mestizo, ahora rojizas y brillantes, todavía mirando con toda la seriedad del mundo a William hasta que sus ojos voltearon hasta Altair. Ablandándose, incapaces de regañarlo más cuando Altair lo presumía tan tontamente a la más mínima oportunidad.

    "Buenos días, muchachos. ¿Una mañana animada, por lo que veo?" Los saludó Patrick al entrar por la cocina, con su periódico ya doblado bajo su brazo. El padre de Gouldshaw le dio un apretón de manos bastante afectuosa a Isaac y a Vanya, y una caricia revolviendo los cabellos de William y Altair como el par de revoltosos mocosos que aún sentía que eran.

    "Patrick, los chicos ya están en esa edad. Déjalos." Rió la hermosa madre de William, quién en cambio se dio unos momentos para detenerse a besar las mejillas de los cuatro por igual, amorosa como solo una madre podría serlo.

    Aunque desde el tercer año que Altair vivía con los Goudlshaw, sus ojos seguían siguiendo a los padres de su mejor amigo con una admiración y cariño infinitos. Su sed de amor parental y de una familia funcional normal era algo con lo que tendría que lidiar toda su vida, y para su suerte al menos, los padres del rubio siempre lo habrían acogido como un hijo más. Era amado, y ellos quizás lo habrían notado desde años atrás también pues jamás habrían tenido problemas en tratarlo parejamente junto a Will. Regañándolo a la par cuando le llegaban boletines de detención, y felicitándolo a la par cuando obtenían el reporte de calificaciones donde Altair siempre era el mejor en su clase de Pociones.

    La señora Gouldshaw se detuvo detrás de Vanya sentado, ayudando a peinar sus cabellos entre sus dedos, con caricias maternales, y una mirada de reproche a Altair cuando descubrió el chupón en su cuello. Pero no dijo nada salvo por el mensaje silencioso de sus ojos "más te vale cuidar de Iván, Altair", el cual el joven Black aceptó con gracia, y orgullo bien encubierto.

    "Chicos, hoy nos invitaron a ir a jugar al campo de golf. Iremos con unos cuantos amigos y socios de negocios de tu padre, Will." Una mirada y una sonrisa, y William inmediatamente entendió el mensaje y salió disparado de la cocina.

    Él ya estaba vestido, pero como el hijito de mamá que era o bien, tan acostumbrado como lo podría ser el heredero de una baronía británica a toda clase de pasatiempos snobs como equitación, golf, badminton o tenis, para el lado más muggle de William quizás esos sí que eran panoramas fascinantes. Nada que ver con el William problemático, carismático y lleno de detenciones, así como todo un club de fans desde que se volvió un maldito gran duelista, que conocían en Hogwarts.

    Por tanto y cuando William volvió no más de dos minutos después, Altair fue el primero en doblarse de risa, casi llorando dramáticamente a partir de esas carcajadas hilarantes en su atuendo. Camisa mangas cortas, pantalones caqui, zapatillas blancas finas, lentes de sol apiladas en su melena rubia y un suéter cruzado sobre sus hombros. La más viva imagen del old money boy que pudiera cruzar tu mente.

    Pero sus amigos fueron los únicos en encontrar la gracia hilarante del aspecto muggle de William, pues sus padres se veían bastante complacidos e inmediatamente, Grace dio dos aplausos concluyentes con sus suaves y delicadas manos.

    "Muy bien, chicos, ustedes también. Vayan a alistarse, saldremos en diez minutos."

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    No era que decepcionar a los padres de William estuviera dentro de las aspiraciones o ideales de Altair, pero había algo no solo en el valor de la juventud sino también en la rebeldía y poder decisivo de los Black que lo hizo trazar un plan bastante sencillo pero eficiente en no más de diez minutos. Los mismos que tardaron en vestirse, pero claro, como estaban en el lado muggle y no en su propio mundo mágico las túnicas estaban descartadas. Bah, cómo si fuera a usarlas de todas formas. Ese no era el estilo de Altair Black, ni las viejas túnicas que le recordaban a las tradiciones familiares más snobs de la Familia Black ni desde luego, los sosos atuendos de niño rico que lamentablemente encajaban tan bien con Knightie.

    Con bastante satisfacción en cambio se vio usando jeans negros ajustados y medios rasgados, botines de cuero, una playera de The Smiths recortada sin mangas, y una chaqueta de cuero que acompañaba al día perfectamente nublado. Solo le faltaban sus accesorios, y casi los invoca usando su varita cuando como tantas otras veces, se dio cuenta de que ese era el precio a pagar por estar rodeado del calor de una familia funcional. Dos meses sin magia, hasta volver a Hogwarts. Al menos hasta cumplir la mayoría de edad el próximo año lo cual ya era bastante conciliador de por sí.

    Pero Altair siempre tenía un as bajo la manga, y habría sido desde el verano del segundo año que se dio cuenta que ser increíblemente bueno en pociones no solo servía para enardecer al viejo Snape, también representaba un vacío legal bastante curioso dentro de las normas del Ministerio de Magia.

    "¿Cuál poción creas que deba llevar? ¿La Ciega-Hombres, o mi propia versión de la Multijugos modificada?" Altair canturreaba desde el tocador, colocándose sus collares, uno siendo una cadena con un pequeño candado idéntico al que vio una vez en un viejo póster del bajista de los Sex Pistols.

    "Por Godric. ¿Estás buscando tener problemas en el mundo muggle, Altair?" El ceño fruncido de Vanya a través del espejo lo hizo reír. "Ninguna. Acabarás en la puta Azkaban si algún día te atrapan ¿lo sabes, no?"

    "Noup. Porque un día revisé en la Sección Prohibida..."

    "Y me encontré con que el Estatuto de Magia no podía condenar a ningún mago o bruja, incluso menores de edad, por hacer uso de pociones..." Lo interrumpió Vanya sabiendo lo que diría Altair a continuación.

    "...ya que técnicamente es producto de la magia, no un hechizo o encantamiento capaz de ser rastreado." Concluyó Isaac recargado en el marco de la puerta del dormitorio, viéndose bastante acostumbrado. "Venía a ver porqué se tardaban tanto. ¿De verdad piensan salir así?" Preguntó esta vez con un poco de incomodidad en su lenguaje corporal.

    Solo Isaac parecía estar vestido para la ocasión: pantalones caqui oscuros y una camisa arremangada con zapatos a juego. Bastante sencillo, pero lucía incómodo ya que a diferencia de sus tres mejores amigos era el único al que de hecho sí le gustaban las túnicas típicas de todo mago o bruja respetable. Altair por otro lado no era sorpresa para nadie que siempre vistiera como una condenada estrella de rock, pero Iván era otra cosa. Incluso desde la perspectiva de un hombre su estilo era bastante excéntrico en esos colores tan vivos y a veces como ahora, tan femeninos. Andróginos en él, pero de forma hilarante, se le veían condenadamente bien. Todo se le veía muy bien, incluso cuando usaba tops de color rosa barbie.

    "Me veo bien ¿no?" Fue la única respuesta que le dio Vanya a Isaac, como si fuera bastante obvio y no pudiera ser de otra forma. Y el pelirrojo se encogió de hombros. Quizás y después de todo, tras seis largos años conviviendo juntos incluso Isaac estaba totalmente curado de espanto ante toda clase de rarezas.

    Isaac se marchó, y Altair se acercó a Iván para pasar un brazo por su cintura y así besar la punta de su nariz, seguido de su frente también.

    "Jodidamente hermoso." Su sonrisa definitivamente lo valía todo para Altair. "Pero va a hacer frío fuera. Cuando necesites mi chaqueta sólo pídemela."

    Ambos poseían esa extraña armonía donde no solo eran pareja y amantes, sino que también nunca habrían dejado de ser mejores amigos. Era innegable que Altair estaba orgulloso de quién era Vanya y jamás sería él quién le dijera que no podía usar algo que quisiera, porque:

    Uno. Iván Nazyalensky se veía malditamente bien con lo que sea, incluso sin nada puesto.
    Y Dos. Ya había pasado por suficientes trabas con su padre y su familia, hasta por fin encontrarse a sí mismo una vez decidió ir a vivir con su tío.

    Sin contar que de por sí el propio Altair frente a la perspectiva de otros magos y brujas provinientes de otras estirpes mucho más tradicionales ya era de por sí bastante extravagante dada su fascinación al mundo muggle. Así que, ¿quién era él para quitarle la preciosa sonrisa de felicidad, y toda su seguridad a Iván? Imperdonable. Pero Iván era fuerte y brillaba por sí mismo, y como fuera Altair se volvería a enamorar de él.

    "Vamos entonces." Con un corto beso que Vanya le obsequió, ambos partieron con sus dedos entrelazados escaleras abajo por segunda ocasión aquel día. Habiéndose cambiado ahora para salir, y encontrándose ahora abajo con los Goudlshaw y Isaac que a diferencia de este último en un inicio, no se veían para nada contrariados o sorprendidos por el tipo de prendas que habrían decidido usar.

    "Quizás no sea muy cómodo para jugar al golf eso sí, chicos." Fue Will el que pensó en eso en cambio con una ingenuidad o pureza libre de todo prejuicio, como solo podría ser parte de Knightie.

    "¿Y quién dice que iremos a jugar golf, Will?" Repuso Altair divertido, enarcando una ceja.

    "¿Qué?"

    Los dos intercambiaron una larga mirada, primero con William en su sorpresa inocente y confusión, y Altair manteniéndose altanero y sugestivo. Luego, William pareció preguntar algo con la mirada, a lo que Altair asintió solemnemente, y sin más comunicación que esa ni mucha más persuasión, William suspiró y volteó a ver a sus padres quienes estaban cariñosamente sentados uno al lado del otro mientras el chofer del alargado mercedes negro los llevaba desde el tranquilo pueblo de Bakewell donde vivía la familia de Will, hasta los campos de golf de Northampton. Un trayecto considerable pero que dentro de la comodidad del ingenioso vehículo muggle realmente se hacía bastante ameno producto de las buenas vistas y la nevera pequeña entre asientos. Patrick, el padre de Will, no habría tenido ningún problema con dejar que cualquiera de los muchachos sacara alguna cerveza o un licor de la hielera, pero con Grace presente ninguno se atrevía a hacerlo en tanto todavá fueran menores de edad. De todos modos tenían gaseosas, y eso fue más que suficiente para cuando William sacó casualmente cuatro pepsis del otro (ingenioso) artefacto muggle, que sin lugar a dudas Altair ya estaba pensando en comprar para cuando comprara su propia casa.

    "Mamá, papá." Su llamado hizo que ambos voltearan su vista desde los hermosos paisajes naturales hacia su hijo. "Queremos ir a Londres. Verán, nos queda muy poco de vacaciones de verano, y los chicos realmente tienen ganas de conocer las tiendas muggl-... normales, de nosotros, antes de regresar a Hogwarts. ¿Podríamos usar el auto para ir hasta allá por hoy, en vez de ir al campo de golf?"

    Patrick y Grace intercambiaron una larga mirada calmada, que Altair supo que no se trataba de dudas ni de molestias dada las sonrisas colmadas de comprensión y cariño que abordaron a ambos adultos al instante.

    "Desde luego, chicos. Lo sentimos, quizás no pensamos muy bien en que sería aburrido para ustedes acompañarnos a este tipo de cosas. ¡Vayan y diviértanse!" Aunque inmediatamente Grace alzó su dedo índice, más poderoso que cualquier encantamiento, para dictaminar: "Pero con responsabilidad. Harold los llevará hasta Londres, y tendrán que volver antes del anochecer hasta el punto de reunión que les indique para volver a casa. ¿Me captan?"

    "Fuerte y claro." Fue la respuesta a coro.

    Una hora más tarde, el matrimonio fue el único en bajarse del auto luego de que el chofer les abriera la puerta, y Grace se despidió con un beso en la mejilla de cada adolescente antes de bajarse. Patrick por otro lado solo les dedicó un guiño cómplice, y sin que su mujer se diera cuenta, ya le había pasado a William una de esas curiosas tarjetas de plástico que tanto se habrían comenzado a popularizar dentro de la clase alta muggle en los últimos años para reemplazar el dinero. Altair suponía (muy satisfactoriamente de acuerdo, pues también era su caso) que cargar con tantas monedas de oro o en su caso, tantos papeles -billetes- en los bolsillos, se hacía tedioso cuando tenías mucho dinero. Era mejor una credencial que reflejara la cantidad de fondos casi ilimitados que tenías en tu bóveda bancaria y que ahí algún duende o encargado se encargara de las transacciones monetarias.

    Oh, tan solo esperaba que fuera a usarse en el mundo mágico pronto también. Aunque existía algo similar.

    Como Altair era un Black, el último Black de hecho en el testamento, luego de que su primo Sirius Black acabara en Azkaban, y Lynx, su hermano mayor, decidiera abandonar a su familia tras casarse con una mujer muggle que conoció en un bar; bastaba que Altair dejar su nombre y número de bodega en Gringotts para que llegara la cuenta a su duende asesor, y así conseguía hacerse de casi cualquier cosa que le apeteciera sin importar su valor. Eso si es que alguna vez no llevaba consigo sus varios galeones en los bolsillos, o en caso del mundo non–magique, su dinero muggle ya previamente cambiado tras una visita a su cámara familiar. Sin Walburga ni Orión Black, y con su padre desaparecido, nada lo detenía a acceder a ella tanto como quisiera. Toda la fortuna generacional era suya, y eso de por sí ya era demasiado.

    Quizás solo por eso, de los cuatro presentes Altair era indudablemente el más rico, pero con William contando con la tarjeta bancaria de su padre las cosas cambiaban. Los Black eran asquerosamente ricos y elitistas, pero los Gouldshaw no se quedaban atrás como una vieja baronía que se perpetuaba hasta el día de hoy y combinándola con su propio dinero...

    "Podemos hacer lo que sea." La sonrisa maliciosa de Will mientras el coche ya se habría puesto a andar, lo decía todo.

    "Lo que sea." Lo secundó diabólicamente Altair.

    "¿Lo que sea?" Frunció el ceño confundido Isaac, sin darse cuenta siquiera de qué era el plastiquito negro bajo el poder de Will.

    "Lo que sea." Contestaron los dos solemnemente al pelirrojo.

    "Dejen de comportarse como un par de estúpidos niñatos ricos y mimados." Bufó Vanya, quién estaba acomodado contra Altair y junto a la ventana del otro lado. Su cabeza en el hombro del heredero Black, y sus manos todo el camino entrelazadas. "Mejor pensemos en qué queremos hacer, y dónde queremos ir para empezar."

    "¡Tienda de música! Y de skates."

    "Librería."

    "Yo solo quiero comprarle algún regalo lindo a Nesta... ¿Dónde puedo conseguir algo así?"

    "Una boutique de chaquetas o ropa con estilo. Toda mi ropa no deja de desaparecer mientras más fiestas damos en el año."

    "Dramático."

    "¡Decidido entonces! Vamos a la avenida comercial más lujosa y concurrida de todo Londres, mis mischivious." Asintió satisfecho William, quién no dejaba de mecer su tarjeta al aire.

    oALgpdp



    Pese a que el cuarteto de mejores amigos eran inseparables la mayoría del tiempo y estando unidos podían ser capaces de hacer prácticamente cualquier cosa, y lidiar con cualquier enemigo, todos tenían gustos notoriamente dispares en más de algún aspecto. Pudieron ir juntos y con la misma energía a la tienda de skateboarding, e incluso a una boutique de ropa con la suficiente variedad para mantener incluso a Isaac fascinado, tras el almuerzo hubieron ideas dispares. Vanya quería ir a la librería, y Isaac también ya que desde que Iván habría fundado su club lector y Nesta se habría unido a él, estaba seguro de que Fleathy podría ayudarlo a conseguir un buen recuerdo para su novia. Altair y William desde luego que no estaban nada interesados. Los únicos libros que leían o era de encantamientos y maldiciones (para bromas, o para duelos en el caso de Will), o bien de quidditch y pociones que resultaran interesantes o se pudieran utilizar para el mal.

    Sin embargo Altair habría estado dispuesto a acompañar a su Fleathy a ojear libros al interior del local muggle, de no ser... porque justo en la esquina cruzando a la plaza central habría visto un claro letrero brillar sobre unos aparadores, grande y llamativo. "DR MARTENS."

    "Fleathy." Llamó a su lado a su novio.

    "¿Mm?" Pero claro, Vanya estaba de pie frente a la vitrina, viendo los libros apostados ahí en los variados títulos en exposición con mayor atención que al joven Black.

    "Fleathy." Probó de nuevo a ver si lo volteaba a ver, con mayor urgencia.

    "Dime, Black."

    "Mi amor, cariño, el amor de mi vida." Ahora sí había logrado hacer que girara a verlo, pero solo mínimamente, y con una ceja de sospecha e incredulidad alzada a su dirección. "Necesito ir hacia allá. ¿Ves? Hay una tienda de las mejores botas de todo Inglaterra y necesito ir a por ellas."

    Isaac ya se habría asomado a la entrada de la librería, y William que estaba de pie casualmente en la calle, se tapaba la boca con la mano tratando de no reír. Vanya pareció captar el mensaje de inmediato, y como se podía esperar del prefecto de Gryffindor y sin lugar a dudas, el mischivious más maduro de los cuatro, rodó sus ojos ante la urgencia casi adorable de Altair.

    "Nos vemos en una hora aquí. Quizás hora y media, quiero revisar varios títulos. Vayan los dos, tranquilo."

    Altair ni siquiera lo pensó dos veces, y no le importó en lo más mínimo los transeuntes muggles cuando tomó el rostro de su chico (obviamente sin llegar a hacerle daño), para besarlo en agradecimiento. Su rostro irradiaba felicidad ahora que sabía que a Iván no le importaría la separación un rato, y por sobre todo antes de irse como se podía esperar, de todas formas Altair hizo valer su querer hacia Iván primero, quitándose su chaqueta de cuero para pasarla por los hombros al mestizo veela del top rosa. De modo apenas perceptible acarició sus cabellos. Los tenía un poco más largo que el año pasado, y se le veía condenadamente bien.

    "Eres el mejor. ¡Te traeré algo, nos vemos! ¡Vamos, Knightie!"

    William se despidió de Vanya con un guiño, y se fue corriendo inmediatamente detrás de Altair, que por poco se salta un semáforo en rojo para cruzar el paso peatonal tan rápido como pudo. Ambos perdiéndose hacia el famoso local en auge, y registrando la nueva colección de principio a fin. Altair consiguió una chaqueta bomber de cuero fantástica (parte de una colección exclusiva en alianza con otra marca) y unos botines de cuero que se le verían de puta madre en las fiestas de Gryffindor ahora que pasarían a sexto año, y William aunque tenía un estilo mucho más old-rich-boy, no pudo ser indiferente a unas llamativas 420 Pascal que según sus propias palabras se verían bastante bien combinadas con las oscuras túnicas de Hogwarts.

    Altair cumplió con su palabra y para Vanya al menos le compró unas 845 celestes de edición limitadas que en el estilo de su chico, de seguro le encantarían. Así que salieron de ahí bastante cargados, e incluso con una bandolera de cuero que le habrían pagado de forma compartida a Isaac para que tuviera un bolso nuevo donde llevar sus dibujos mientras estuvieran en Hogwarts. No se habrían demorado ni treinta minutos cuando ya habiendo saciado su necesidad por chaquetas, ropa, implementos de skate, discos y botas nuevas, por fin fueron capaces de poner más atención a su alrededor. Había ruido, mucho ruido. Como el de una multitud aullando a coros, entonando melodías sonoras y más con simbolismos de crítica que de hacer música del que nunca estuvieron acostumbrados. En parte porque William era de una clase acomodada totalmente ajena a los disturbios y el cual su único momento compartido con la gente de menos recursos era cuando sus padres organizaban fiestas para reunir fondos para la caridad. Y Altair claramente era de un mundo mucho más exclusivo que ese.

    Los dos jóvenes magos siguieron el ruido de la masiva multitud hasta que la encontraron en una gruesa avenida central. La Gran Huelga de 1986 contra el alza de la libra esterlina. Sindicatos y obreros, mujeres trabajadoras y también amas de casa; y adolescentes, muchos, muchos adolescentes y adultos jóvenes recién integrados al mundo laboral. Parecía que nadie era indiferente a ese tema y todos estaban impresionantemente unidos por una misma causa. Una pequeña revolución que iniciaría con una marcha contra su gobierno, de lo cual era impensable de que algo así llegara a suceder alguna vez en el mundo mágico.

    Algo sencillamente, hizo 'clic' en los conceptos y la definición que implicaba la palabra de libertad y el derecho de libre expresión que nunca habría tenido más sentido para Altair que en esos momentos.

    "Paws..." Advirtió el rubio lentamente. Pues Will no se habría visto tan afectado como Altair frente al caos que acontecía frente a sus ojos, pero igual podía presentir las intenciones de un imprudente e impulsivo Altair que se veía tan fascinado con el tumulto muggle enardecido contra toda ley y autoridad. "Debemos irnos, todavía es temprano así que de seguro Fleathy y Blazespot estarán aún en la librería."

    "¡No seas aguafiestas, Goudlshaw! ¿Cuando podríamos volver a ver otra protesta? ¡Nunca! Y todavía nos queda bastante tiempo ¿no? Ellos deben seguir en esa tienda ojeando libros. Una hora. Te prometo que después de una hora vamos y volvemos con los demás ¿bien?" Pero parecía que Altair ya había tomado la decisión por ambos, pues a William solo le restó suspirar y masajear su nuca en una sonrisa rendida.

    Debía admitirlo, incluso para él que siempre habría crecido en una burbuja colmada de lujos, de amor y de seguridad, participar de una marcha del proletariado era infinitamente seductora. Sus padres no se debían enterar nunca, obvio. Y si las cosas se salían de control y acababan por verse en una redada de la policia, jamás, jamás podían permitir que fueran llevados a una comisaria muggle. O Patrick y Grace Gouldshaw, además de Iván, los asesinarían apenas tuvieran que sacarlos de una apestosa celda de detención.

    "Déjame ir a la tienda otra vez y darle al encargado nuestras compras. Sería bastante estúpido ir con todas estas bolsas con la multitud, dame un segundo ¿quieres?" Pero Altair asentía sin mirarlo, ya alejándose también para ir a hablar con un grupete de chicos de 18 o 19 años fumando hierba y charlando animadamente entre ellos a punto de unirse a la marcha también.

    William se fue tan rápido como pudo, y Altair, tan extrovertido y carismático como era no tardó pese a su clara juventud en llevarse bastante bien con los muchachos mayores. Llevaban ropas de cuero ajustadas, docenas de cadenas atestadas en cada parte de sus prendas y algunos incluso tenían peinados bastante punks pintorescamente teñidos. Era claro que el poder de atraer a las masas no solo se limitaba a los otros estudiantes de Hogwarts, pues incluso aunque William desentonaba bastante de esa clase mucho más humilde y rocanrolera, siendo claramente un niño rico, no pasaron más de cinco minutos para que se ajustara tan bien como Altair lo hizo con los otros jóvenes sin magia. Charlando animadamente de camino a quién-sabe-dónde, escuchando todo tipo de blasfemias nuevas y críticas contra el gobierno, recibiendo carteles momentáneamente para sacudir al aire, y fumando hierba todos juntos. Era extraño cómo florecía un sentimiento de comunidad y unión desinteresada, donde incluso les dieron comida y cervezas tras un par de cuadras andando en masa.

    No habrían pasado ni treinta minutos en ese rollo cuando Altair y William se dieron cuenta de que sí estaban bastante drogados y algo ebrios, pero por suerte no lo suficiente como para nublar sus cinco sentidos. Podían andar y reaccionar bastante bien, pero todas sus inhibiciones o dudas parecían haber desaparecido, estaban más contentos, más sueltos y relajados, y sobre todo mucho más despreocupados por cualquier consecuencia así como también más imprudentes y temerarios de lo que no se habrían sentido nunca. (¿Qué demonios acababan de tragar? ¿Qué fue esa pastillita?)

    "¡AHÍ ESTÁN! ¡BASTARDOS!"

    "¡SIIII!"

    "¡¿Quién se atreve?! ¡Vamos, vamos, vamos! ¡¿Quién se atreve?!"

    "¡YO!"

    "Eh, paws..."

    "¡WOW! ¡¿Cómo se llama?!"

    "Err... ¿Altair? ¿Black?"


    "¡BLACK, BLACK, BLACK!" Empezó uno que estaba lo suficientemente cerca de Will para escucharlo. Y pronto, poco a poco, la multitud se fue uniendo. "¡BLACK, BLACK, BLACK!" Envalentonando a Altair que todavía con un porro enrolado entre sus labios ya se habría lanzado frente a la patrulla estacionada en un andar bastante chulo y decidido.

    Su mano agitó la lata de pintura que le habría dado sus nuevos amigos muggles, y mientras que la multitud no dejaba de reunirse, cercando a la policia lejos de su auto estacionado para que no llegaran a acercarse a tiempo, Altair grafiteó grande y claro en el spray rojo:

    DEAR DARK LORD, FUCK YOU. AND, OH. ALL COPS ARE BASTARDS.



    Nadie de los presentes salvo uno solo, entendió ni la mitad de lo que aparecía en el lienzo que se habría vuelto la patrulla, pero de pronto parecía que Altair se habría vuelto un icono y una súper estrella de la multitud en ese minuto, siendo vitoreado y llamado a coro. Volvió con una sonrisa cargada de superioridad y suficiencia hasta donde su mejor amigo, y como William también lo estaba disfrutando, solo rió y asintió en derrota. Definitivamente lo estaban pasando muy bien, más con todas las palmadas de aprobación que llegaron a los hombros de ambos y los botellines de cerveza regaladas.

    "¡LOS POLIS! ¡YA ESTÁN AQUÍ! ¡CORRAN!"

    La advertencia llegó demasiado tarde, porque quizás fue la euforia mezclada con las drogas lo que ralentizó por un segundo a Altair. El policia apareció cerca, extremadamente cerca de William quién apenas pudo girarse a tiempo y aunque la sangre se drenó del sistema de Altair por un momento, quizás fue un impulso, pero William acabó atestándole un puñetazo a la nariz lo suficientemente efectivo como para mandarlo de inmediato al suelo. El policía aulló, y William también siseó de dolor, pero Altair alucinaba y sabía que Vanya estaría muy orgulloso de Knightie en esos momentos. Él les enseñó a pelear después de todo.

    Pero fue solo una vez. Así que William Gouldshaw simplemente fue William Gouldshaw, y lo consiguió replicar a la perfección.

    "¡WO-OH!" Aulló Altair, extasiado por la adrenalina del momento. "¡AMIGO ESO FUE-!"

    "¡ALUCINANTE, LO SÉ!" ¿Por qué gritaban? ¿Por qué ambos gritaban?

    Estaban en el ojo de la multitud, en una marcha que se había salido de control y que ahora estaba requiriendo más y más apoyo policial. Pero por lo menos conservaban un poco de sentido común cuando vieron a tantos uniformados muggles llegar y todos empezaron a correr hacia las distintas calles que bifurcaban la avenida principal. Altair sujetó la muñeca de un William quién aún no terminaba de creer que acababa de golpear a un oficial, cuando echó a correr y arrastró al rubio con él.

    Así fue como llegaron al inicio de todo el problema. Corriendo por el laberinto de pasajes minúsculos de ladrillo y concreto que era la urbe londinense, siendo regañado por un William que acababa de recordarle la ley mágica hasta que recordó algo.

    "¡Knightie! ¡Tengo una idea!"

    "¡NO me voy a convertir en un puto hipogrífo, Black! ¡Eso no haría más que agrandar el problema con estos muggles!"

    "¡¿Qué?! ¡No, no!" ¿Qué le hacía pensar que sugeriría la transformación? Aunque debía admitir, que sí se le cruzó por la cabeza cuando sacó la varita antes. "¡La poción de Ciega-Hombres!"

    Agradecía a Merlín, a Godric, a Helga y a Rowena que no había metido las pequeñas botellitas en la chaqueta que le había dado a Vanya y las tenía en cambio en los bolsillos de su pantalón. Ambos frascos diminutos, con una mezcla amarillenta y la otra negra, que acabó por descorchar. Apenas le dirigió una mirada de advertencia a William sobre lo que sucedería a continuación cuando la lanzó atrás suyo.

    Como un espejo de humo, rectangular y exudando una materia muy parecida al azufre o al carbón, una pared se erigió atrás de los dos y los policias rebotaron hacia atrás, cayendo de golpe al suelo. Aturdidos, confundidos, pero sobre todo muy asustados. Ninguno de los dos se detuvo a ver los resultados de la poción creadora de materia de Altair (que obviamente la usaba para el mal), y optaron por esconderse lo más rápido que pudieron. Una pérdida de tiempo, porque el único camino que tenían libre ahora gracias a la pantalla de humo que cerraba su paso hacia atrás, era el final de la calle donde estaba la patrulla estacionada.

    "Heeeeeeeeey." Esa voz familiar... "¡Hey, por aquí! ¡Aquí están, oficiales!" ¿Scammander?

    Desde la perspectiva en la que estaban no podían ver a Isaac, y ninguno de los dos tenía la menor idea de cómo se habría enterado de que el par habría estado en la manifestación y luego siendo parte de la persecusión pero una oleada de gratitud y alivio los embargó a ambos cuando vieron a Vanya aparecer por el final del callejón apoyado casualmente en una de las paredes y de brazos cruzados.

    "¿Necesitaban ayuda, par de tontos?"

    Ni siquiera pudieron regocijarse el tiempo suficiente. La duración de la pantalla de humo aún no estaba perfeccionada y aunque los policias parecieron aturdidos en su momento, el temor se volvió enojo que no solo dejó de aumentar ante su ridiculización sino que estalló al ver a los adolescentes responsables a solo unos metros de ellos.

    "¡MOCOSOS...!"

    Correr fue lo único en lo que pudieron pensar los dos, pero parecía ser que Vanya ya tenía otros planes pues cuando se dieron cuenta, las puertas del auto se abrió y Vanya habría dado la vuelta, montándose detrás del volante. Habían tantas cosas que podían resultar mal de todo eso, pero si Vanya se habría lanzado a la aventura y la imprudencia, ni Will ni Altair podían contradecirlo o pensar en desobedecer. Subiéndose inmediatamente en los asientos traseros, y con el rubio apresurándose en cerrar y poner el seguro antes de que uno de los oficiales los sacara jalándolos de la ropa hacia afuera para apalearlos.

    "¡¿Y ahora qué?!" Altair jadeó con el corazón latiéndole a mil.

    "¡Fleathy! ¡¿Sabes conducir?!"

    "¡¡No me griten!!" Inmediatamente los dos se callaron, dándole un segundo a Vanya que estaba con su respiración igual de acelerada hasta que se inclinó a hacerle algo a la caja de cables del auto. Algo que ni Altair ni William supieron de qué iba, pero que de seguro el ruso le hallaba sentido cuando el motor ronroneó y sacó el seguro de mago. La palanca pasó de neutro a primera, y con el acelerador, a segunda casi diez segundos después de arrancar. El volante no los llevaba en línea tan recta, pero al menos iban hacia adelante y no se subían a la vereda. Los policias corrían atrás de la patrulla que apenas iba a veinte kilómetros, y Vanya giró todo el volante a la derecha en un semáforo en amarillo. Los bocinazos de los autos y la luz en rojo fue lo único que evitó que perdieran su escasa ventaja cuando frenaron de golpe, y tanto Altair como William molieron sus rostros contra la ventanilla que separaba a los criminales arrestados de los oficiales (normalmente). Adoloridos, confundidos, apenas vieron entre quejidos cómo un boquiabierto Isaac se subía al asiento del copiloto cuando Vanya le abrió la puerta.

    "¡Sube, Blazespot! ¡AHORA!" El grito furioso de Vanya ante el shock de Isaac hizo reaccionar a este último. Que inmediatamente obedeció, y hasta se puso el cinturón de seguridad cuando lo encontró, apostando a su sentido común con que esa pequeña banda podría salvarle la vida.

    Vanya arrancó pera esta vez pisó el acelerador casi a fondo, ganando bocinazos, pasando de primera a segunda, de segunda a tercera, y de tercera a cuarta. Ya era la hora de volver a casa y con el chofer de la familia, pero Vanya parecía el más alterado de los cuatro considerando el pequeño momento de regocijo en que ambos chicos de atrás se felicitaron por la alucinante tarde que pasaron durante ese verano. Ganándose un largo regaño por parte de su inesperado conductor de fuga.

    "¡Son un par de ESTÚPIDOS! ¡Los dejo solo dos segundos, DOS SEGUNDOS, y acaban metidos en una estúpida marcha muggle, perseguidos por la policia y claramente drogados y borrachos! ¡Si no los mata tu madre, Will, ya tendrían que saber que los iba a matar yo!"

    "Y ahora robamos una patrulla muggle." Isaac mordisqueaba frenéticamente una de sus uñas, mirando constantemente por el espejo del retrovisor como si de pronto fueran a aparecer más gente sin magia totalmente iracundos.

    "¡¡Y ahora robamos una patrulla muggle!!" Siseó el irritado chico mitad veela.

    Ni Altair ni William se atrevían a abrir la boca. Pues siendo de creer o no (quizás era su sangre veela, su lado ruso, o simplemente la personalidad de Iván), Vanya se volvía aterrador enojado. Solo Isaac en esa imprudencia bocazas que tenía incapaz de medir la tensión del ambiente, comentó:

    "¿Y porqué no usaste tu charmspeak, Fleathy?" Isaac lo dijo sin pensar, todavía alternando su mirada en los espejos retrovisores.

    El silencio se hizo y supieron por la ira a punto de estallar en su impaciente chofer, que era mejor ya no cuestionarlo ni decir nada. Quizás simplemente nadie pensó muy bien absolutamente nada de la situación, y para cuando por fin llegaron a la plaza frente a la calle comercial, con un pésimo estacionar, todos se bajaron de la patrulla sin intercambiar palabra alguna. Altair se miraba nervioso, queriendo ir a tomar la mano de Vanya, pero siendo detenido por Will quién negó su cabeza y lo frenó al instante. Juntos caminaron hasta la tienda de Dr. Martens, donde no solo le entregaron las compras que ambos habrían hecho antes, sino que también se sumaban algunos de los paquetes de libros obtenidos con el dinero de Scammander tanto para Nesta como para Vanya a modo de agradecimiento. Y en el mismo silencio sepulcral, fueron hasta el lugar donde el chofer de la familia Goudlshaw ya les estaba esperando, con la puerta abierta y una cortés y gentil sonrisa.

    "¿Cómo lo pasaron, jóvenes? ¿Pudieron disfrutar de su tarde?" William le profirió una sonrisa tensa y algo avergonzada.

    "Solo estamos cansados, Harold. Vayamos a casa, por favor."

    "Por supuesto."

    William y Isaac pasaron primero, pero cuando fue el turno de Vanya de intentar entrar antes, Altair lo detuvo suave y gentilmente de su muñeca. Dedicándole una mirada de disculpas.

    "Vany, yo..."

    "Cállate."


    El ruso evitaba su mirada, y Altair lo rodeó desde su cintura a pesar del riesgo que conllevaba ganarse un golpe seguro que nunca llegó. Estaba verdaderamente enojado, pero Altair no era tan ingenuo como para no intuir que quizás solo se trataba de la preocupación que le hizo pasar a ambos durante el lapso de aquella tarde. Si, definitivamente se habían comportado como un par de idiotas. Y muy suavemente, Altair besó su frente y repartió masajes lentos a su mejilla siendo barrida por su pulgar.

    "Lo siento mucho. Se supone que hoy día nos divertiriamos todos juntos, en el mundo muggle de un modo normal y sin magia, y acabé arruinándolo."

    "Si, si, como siempre fuiste un estúpido. Tú y Gouldshaw no hacen más que perder neuronas cuando pasan mucho tiempo juntos."
    Pero Vanya suspiró y acabó por perder toda resistencia a prevalecer en esa ira silenciosa, aparentemente sin ser inmune a su propia pareja. "Ya no lo vuelvas a hacer. De verdad pensé que si se te ocurría usar magia o burlabas a la ley una vez más, tu estúpido trasero acabaría en un estrado que te mandaría a Azkaban. ¿Me captas? No tienes los mejores antecedentes familiares, nadie dudaría en enviar a otro Black más a la cárcel ante la más pequeña provocación."

    "Seré más cuidadoso."

    "¡Pero hazlo, con un demonio! Recuerdo cuando mí zolotoy mal'chik me prometió vivir juntos a finales de Hogwarts y no te dí respuesta. Así que si quieres que te dé una, mínimo quédate a mi lado hasta que ese momento llegue ¿no crees?"

    "Si..."

    "Muy lindo, chicos. Pero de verdad, entren de una vez o nos meteremos en problemas más grandes que solo la policia londinense. ¿Por favor?" La cabeza de William se asomó, y tanto Bigpaws como Fleathy sonrieron, asumiendo que ya era hora de volver a casa.

    Su sexto verano estaba llegando a su fin. Pronto tendrían que volver a la estación de King Cross para tomar su tren a Hogwarts en la plataforma 9 y 3⁄4, pero tenían bastantes recuerdos acumulados. El equipaje repleto de nuevas adquisiciones que colar en sus baúles con un hechizo expansor que Vanya se habría encargado de hacer, como siempre, brillante en encantamientos. Y aunque ninguno de los otros tres se le hubiera cruzado por la cabeza mantener cerca, en el bolso que Iván cargaba consigo estaban como siempre sus documentos y pertenencias esenciales, además de su cámara fotográfica. Uno, dos, tres clics. Y el pequeño aparato que los había estado acompañando durante toda su vida escolar por Hogwarts supo capturar bien las sonrisas de satisfacción y las risas que emergieron en el camino, cuando la tensión ya se hubo ido y ajenos a la escucha atenta del chofer, no dejaban de compartir detalles de la persecusión, la huida en la patrulla y todo lo pasado en la protesta muggle.

    Isaac estaba en un ataque de risa como nunca antes visto.

    "¿De verdad un Black maldijo a Ya-Sabes-Quién en una patrulla muggle con pintura en spray?"

    "Quizás deberíamos repetirlo en el castillo. Sería un buen legado tener un muro de firmas a grafiti, que no se pueda borrar ni con encantamientos. Un muro lleno de mensajes que dejemos para las siguientes generaciones de estudiantes ¿no lo creen?"

    "Puede ser. ¿Por qué no? Todavía nos quedan dos años y muchas ideas por explotar."

     
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    aquí vengo por fin a tirarle flores a mi esposa como buena crítica literaria.



    Literal que no sé cómo empezar a escribir sin ponerme a gritar de puro fangirleo, pero por el amor que te tengo voy a tratar de organizar mi amor por tu regalito en algo menos caótico (al menos lo trataré). Empezaré diciendo que cualquier detalle de tu parte siempre va a conseguir ponerme una sonrisa tonta en la cara por el resto del día sino es la semana entera, pero tengo una debilidad soberana por tus one-shots y es que ya sabes que adoro por completo la forma en la que escribes y esa cabecita llena de ideas. No te miento cuando te digo que ya lo he releído como unas 10 veces, pero me excuso en que nuestros magitos son demasiado adorables y su relación es todo lo que está bien en esta vida.

    Lo primero y más importante, Altair. Altair Bloody Black. No te haces una idea de lo mucho que he amado verlo ya más crecido y problemático, lol. Y es que solo él se las apañaría para convertir una salida al Londres muggle en una huida de la policía tras unirse a una manifestación que poco o nada tiene que ver con ellos. Walburga Black estaría revolviéndose en su tumba, o al menos eso espero. Me ha podido demasiado verlo todo emocionado por un buen par de Dr Martens, como si no fuera prácticamente el único heredero de una de las mayores fortuna de Inglaterra, ah y siendo mago pero el amor de Altair por todo lo mundano siempre me calienta el corazón, como también lo hace su impulsividad y estupidez. ¿Unirse a una marcha por los derechos laborales? Por favor, solo a él se le ocurriría que eso es una buena idea sumado a acabar borracho y drogado en el proceso. Desde luego es demasiado obvio el por qué Altair no es la cabeza pensante de los mischivious.

    Pero claro todo lo vale por un momento tan épico como el graffiti mandando a la mierda a Voldermort junto a la policía, hay que quererlo, hay que quererlo mucho ♡♡.

    Y Vanya, pls Vanya, lo has plasmado a la perfección como ya te dije por WA. Y prefecto o no, toda la inteligencia sale por la ventana cuando hace falta salvar el culo de tu novio y mejor amigo. Demasiado icónica su huida en un coche de policía robado y sin duda la mejor primer experiencia frente al volante, lol.

    Ahora, no tiene que ser sorpresa ninguna que mis momentos favoritos hayan sido los de Altair y Vanya siendo la pareja melosa y calenturienta y como no me quiero dejar ninguno de mis trozos favoritos en el bolsillo, procederé a mentarlos todo tratando de mantener mi fangirleo a un nivel que no ponga en duda mi cordura.
    QUOTE
    Montándolo, separados únicamente por la tela de sus calzoncillos y el suéter del equipo de quidditch que Iván no se separaba desde el año pasado.

    « 9
    BLACK
    CAPITÁN »


    La imagen mental de Vanya vistiendo la ropa de Altair, ESPECIALMENTE el jersey de quidditch de su chico nunca fallará en calentarme el corazoncito, mucho más si es lo único que lleva puesto. Chef kisses.
    QUOTE
    "Err... s-sí. ¿Hablas del incidente de la bludger, no?" Definitivamente no era un buen momento para gemir, así que se mordió la lengua.

    "Si, de la puta bludger que casi le rompe la cabeza a mi novio." Si hasta cuando gruñía y estaba enojado era precioso.

    1. la protectividad y posesividad de Vanya es todo lo bueno que hay en esta vida, y 2. me puede demasiado que Altair, todo un señorito de clase alta que ha sido educado en 4 idiomas y de forma estricta, pierda casi toda capacidad de hablar solo por tener a su novio sobre él.
    QUOTE
    Altair también le ofreció una servilleta a Iván, pero antes de que el rubio pudiera aceptarla, Altair fue mucho más rápido y lo jaloneó desde su muñeca sin llegar a hacerle daño. Retirando con un beso la mancha reciente de mantequilla brillando al borde de sus labios.

    Smooth Black, very smooth. Literal, Altair es el estandar, no quiero nada menos que él.
    QUOTE
    "Me veo bien ¿no?" Fue la única respuesta que le dio Vanya a Isaac, como si fuera bastante obvio y no pudiera ser de otra forma. Y el pelirrojo se encogió de hombros. Quizás y después de todo, tras seis largos años conviviendo juntos incluso Isaac estaba totalmente curado de espanto ante toda clase de rarezas.

    La confianza de Vanya está a otro nivel, y me puede demasiado su desarrollo de un niño que por los prejuicios inculcados por su familia habría odiado que se refirieran a él como bonito o llegaran a confundirlo con una niña, a un chico que con ayuda de sus amigos es libre de experimentar con su sexualidad y su expresión de género. Porque claro que Iván se siente hombre, pero no por ello tiene que encasillarse en todos los estereotipos de uno, y si un día quiere usar pantalón y al siguiente una falda o pintarse los labios, no habría quien lo parase para ello. Algo que sin duda no habría sido posible sin Altair y el resto del Mischief Club a su lado.
    QUOTE
    "Fleathy." Probó de nuevo a ver si lo volteaba a ver, con mayor urgencia.

    "Dime, Black."

    "Mi amor, cariño, el amor de mi vida." Ahora sí había logrado hacer que girara a verlo, pero solo mínimamente, y con una ceja de sospecha e incredulidad alzada a su dirección. "Necesito ir hacia allá. ¿Ves? Hay una tienda de las mejores botas de todo Inglaterra y necesito ir a por ellas."

    Esto me hizo reír demasiado, no sé si por la forma en la que Vanya ya habría sabido que Altair se traía algo entre las manos con sus apodos cariñosos o por que se refleja a la perfección como Altair es todo un cachorrito e Iván es todo un gato en su personalidad.
    QUOTE
    Altair ni siquiera lo pensó dos veces, y no le importó en lo más mínimo los transeuntes muggles cuando tomó el rostro de su chico (obviamente sin llegar a hacerle daño), para besarlo en agradecimiento.

    Me derretiste el corazón con esto, que le jodan a la homofobia de la época ellos se comen a besos sin importar el lugar.
    QUOTE
    "Vany, yo..."

    "Cállate."

    El ruso evitaba su mirada, y Altair lo rodeó desde su cintura a pesar del riesgo que conllevaba ganarse un golpe seguro que nunca llegó. Estaba verdaderamente enojado, pero Altair no era tan ingenuo como para no intuir que quizás solo se trataba de la preocupación que le hizo pasar a ambos durante el lapso de aquella tarde. Si, definitivamente se habían comportado como un par de idiotas. Y muy suavemente, Altair besó su frente y repartió masajes lentos a su mejilla siendo barrida por su pulgar.

    Vanya podría estar hecho toda una furia, pero sin duda quien siempre sabría calmarlo y manipularlo a su antojo con sus toques suave y sus besos, sería Altair. Pero quién en primer lugar podría permanecer enfadado con semejante hombre que le pondría el mundo en bandeja de plata si así se lo pidiese. Vanya desde luego que no.

    Y aun con ganas de comentar cada línea de esta obra maestra de la literatura contemporánea, me despido volviendo a darte las gracias por semejante regalo. Graciasgraciasgracias. De verdad que has animado bastante mi cumpleaños, y por muchos más años escuchando de tus ideas psiquizofrénicas.
     
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1 replies since 9/4/2023, 00:38   87 views
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