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Oh, if you’re a bird, be an early bird
And catch the worm for your breakfast plate.
If you’re a bird, be an early early bird—
But if you’re a worm, sleep late.
Shen & Caín
Había comenzado más temprano de lo que le hubiera gustado. Normalmente iniciar antes debería ser positivo, en China hay miles de refranes que exaltan los prontos comienzos, más, desde su perspectiva, eso no era del todo cierto. El pelinegro hubiera agradecido haber esperado un par de años antes de su primera pareja, de su primera vez y, por supuesto, de su primer hijo. El tormentoso embarazo que se llevó al suelo su salud y crecimiento, era un par de centímetros más bajo que cualquiera omega de su edad, así como el cuido de un niño al que no tenía ni idea definitivamente era algo que hubiera podido esperar en su vida. El incesante llanto de Hao lo desesperaba en el inicio, no entendía si se debía a que el niño tenía hambre o si estaba experimentado frío. Los constantes regaños de Qjang, su pareja, eran también un terrible proceso. En esos momentos, Shen había tenido diversas opciones, había podido descuidar a Hao lo suficiente para que el culpable del nacimiento tuviera que hacerse cargo, también hubiera podido vaciar su rabia contra el inocente infante o... o simplemente podía aceptar la situación y aprender. Aquella última había sido por la que se decantaba y, agradece que hubiera sido así. Claro, Hao había llegado muy pronto a su vida, más la felicidad que experimentaba con el bebé era suficiente.
Guardó en su bolso escolar, de diseñador, su cuaderno y los útiles que tenía en el pupitre, aquel era el final de la clase y del día lectivo, necesitaba ir por Hao a la guardería para llevarle al chequeo. Antes de abandonar el salón revisó su móvil, último modelo también, tanto para cerciorarse de la cita médica como para informar a su pareja.
Su relación con Qjang era complicada, siendo que el otro se trataba de un alfa mucho mayor y casado, no era raro que tuvieran problemas. No eran de su parte, Shen recuerda mirar con repugnancia interna cuando el hombre le pide que actúe celoso de su esposa o que si no siente celos de ser el segundo, el pelinegro reflexiona que eso solo debe ocurrir si hubiera amor, en su vida Qjang era su pareja, el padre de Hao y el proveedor de ambos, nada más, por eso no le interesaba mucho el asunto. Por el contrario, le enojaba que si tenía una esposa se hubiera involucrado con él cuando tenía 10 años. Guardó el móvil y recogió a Hao del centro, su pequeño era de los niños más destacables en ese lugar, la maestra le comentaba que tenía buena conducta. ¿Cómo te sientes hoy? Iremos a tu cita Le toma en brazos ante las miradas de las demás madres, debe ser escandaloso que él recoja a su hijo vistiendo el uniforme de su instituto y, peor, que su pequeño se vea de más de dos años. Ha cargado a Hao parte del camino y abordado un taxi, cuando observa el edificio del hospital toma la mano del niño para caminar dentro. En la recepción presenta el informe que le ha dado el alfa y el nombre del doctor que lo atendería, tenía entendido que era un colega del otro. Se encuentra en la sala de espera.
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Acomoda el collar que llevaba alrededor de su cuello correctamente, cuando la imagen en el espejo le devuelve una apariencia aceptable se retira de los vestíbulos del personal. Como alfa encargado del departamento de pediatría quirúrgica debía trabajar casos complidos con infantes que gozaban de diferentes problemas a nivel hormonal, por lo que era obligatorio el uso de un collar que limitara su emisión de feromonas de modo en que estas no afectarán a sus pacientes. Observó sus citas del día, estaban cuidadosamente organizadas por su asistente de forma en que pudiese entenderlas, llevaba años trabajando con aquella persona y esta comprendía sus necesidades sin que tuviese que expresarlas en voz alta, lo cual agradecía porque era sinceramente molesto para alguien como él. Su primera visita del turno es un nuevo paciente, en un inicio no tomaba turnos como aquel sin previa reservación ya que sus servicios eran exclusivos para los casos más difíciles, la lista de espera era larga, pero está petición había sido realizada por un colega de otro departamento que francamente fue insistente. Enterarse de que gozaba de una segunda familia fue interesante pero no es como si a él le interesarán sus detalles personales, cumpliría con su trabajo como habitaba. Ingresa a su consultorio donde apenas toma asiento le indican que su paciente se encontraba esperándolo.
Deja de lado los documentos que sostenía para fijarse en la puerta que se abre revelando la figura de su paciente y aparentemente la madre, en un inicio abrió un poco más los ojos demostrado un poco de sorpresa por aparente juventud del omega, no obstante recuperó su expresión habitual tan pronto está sorpresa se apaciguó por si misma. Buenos días. Saludó cordial incorporándose y yendo a donde se encontraban el par de pelinegros. Se tomó su tiempo para ponerse a la altura del infante, sus ojos escanearon el pequeño rostro, incluso sin necesidad de exámenes de por medio podía fácilmente notar el desajuste hormonal en el menor, su aroma era intenso. Mi nombre es Caín, seré su doctor a partir de hoy. Se presentó. Invitó al par a tomar asiento mientras él hacía las preguntas al omega, desde la edad que se presentó como alfa, si gozaba de periodos parecidos al celo, si consumía algún tipo de inhibidor, se aseguró de anotar todo a la par que lo escuchaba.
Indicó a la madre que debían hacer una prueba de sangre y otra de orina para verificar los niveles actuales y así sería capaz de determinar qué tipo de inhibidor sería apropiado para el menor. Deberás usar un collar como el mío. Indicó al pequeño, le tendió una caja donde guardaba los diferentes diseños preparados, algunos con dibujos animados en él y diferentes animales que encontraría agradables, mientras estaba distraído con ello fue a buscar sus elementos para retirar la sangre, pidió al menor si podía ensenarle su brazo y pacientemente acomodo el torniquete alrededor del pequeño brazo, en ningún momento le permitió mirar en su dirección de forma en que no se alterase por la aguja que sostenía, le explicaba sobre un tigre que había seleccionado, dando datos de interés sobre el animal en cuestión, cuando lo vio pensando sobre ello insertó la aguja y rápidamente extrajo la sangre para después limpiar la zona y colocarle una bandita con dibujos de pingüinos. Fuiste valiente. Felicitó con una expresión ligeramente suave, acarició su cabeza con la mano que tenía la argolla que indicaba su actual estado de casado.
Poco después le ofreció una paleta e indicó a la madre que era sin conservantes artificiales y libre de azúcares. Enviaré la muestra al laboratorio y mañana en ayunas haremos la prueba de orina, solo para estar seguros, si tenemos los resultados por la tarde podrá retirar sus medicinas y comenzaremos la etapa de tratamiento.. -
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En la sala de espera se encuentra al pendiente de Hao, el pequeño le gustaba hablarle sobre su día y los demás amigos que tenía en la guardería. Le alegra que al menos su hijo no haya heredado la terrible asocialidad de él. Es cuando le comenta que puede preparar su estofado favorito para la cena cuando se acerca un aparente doctor moreno a él. Lo ha visto en algunas ocasiones, especialmente cuando él era más jóven y acababa de ser atendido clandestinamente por un desgarre, el bruto de su pareja le gustaba forzar su cuerpo desde una tierna edad. Adler Saludó cuando el otro se presentó de nuevo, Hao miró con algo de desconfianza al otro, más el aroma del moreno, aunque peligroso, no le parecía desconcertante. No entendía del todo el interés del otro en las preguntas que le hacía, empezando por su edad y la de Hao, Qjang le tenía prohibido responder esas preguntas, más el uniforme escolar que viste debía delatarlo, lo había usado a posta.
Escucha que llaman su nombre y el del pequeño así que levanta Nos vemos Se despidió e ingresó a la sala.
Es sutil, más no inesperada la sorpresa del otro. El embarazo había arruinado su etapa de crecimiento y repercutido en su altura, así como su rostro tampoco ayudaba. Respondió a los saludos de este y acarició la cabeza de su propio hijo cuando este se cohibió ante la presencia de un alfa, sabe porque el pequeño actuaba de esa forma. Es algo tímido con los alfas Responde y observa con algo de fascinación la forma experta con la que trata con niños. Su Hao era tranquilo hasta cierto punto, lo ha visto contener el llanto para no preocuparlo desde que creció un poco más en edad. En octubre cumple 5, hace un par de meses empezó Responde haciendo memoria, él mismo viste un collar que también impide en gran medida sus feromonas, más el suyo se debe a la posesividad de su pareja y los constantes celos, Qjang no lo ha mordido, supone que el otro espera que cumpla la mayoría de edad en un par de años para hacerlo. Al menos no había dejado del todo la cabeza en los pantalones. Observó con algo de resignación el collar infantil que fue colocado en el rostro del pequeño, suspira, cree que habría sido mucho pedir que su pequeño hubiera nacido sano, cuando Hao era un bebé enfermaba con mucha frecuencia.
Observa el rostro del menor con las mejillas infladas luego de la extracción y sonríe, lo sube en su regazo mientras lo ve aferrarse a él mismo y tomar la paleta sin ver al doctor, supone que se ha sentido engañado luego de ser distraído. Entiendo, estaremos puntuales Es la primera vez que veía un alfa que se le hacía atractivo, la joya de matrimonio era más que lógica considerando el físico y la edad de este, su misma pareja se encontraba casada desde antes de conocerlo. Muchas gracias por la atención, agradécele al doctor Se inclinó levemente y lo mismo hizo su hijo luego de soltar un tímido gracias. Cuando abre la puerta de la oficina lo primero que se encuentra es a su pareja y una enfermera que dice cuidará a su hijo un rato, ah, claro que no podría desaprovechar que ha venido hasta el trabajo. Pórtate bien, hablaré con papá un rato Mencionó a Hao, el pequeño ha saludado breve a su padre y caminan hacia la oficina del mayor, entiende que el otro estaba en una hora libre así que no podría entretenerlo mucho rato.. -
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Se despide de su abuelo antes de retirarse de su oficina, este le había dicho que era tiempo de calidad para disfrutarlo con el doctor de piel morena por lo que los niños deben irse, no cree por alguna razón que algo así suceda por la expresión que enseño este cuando el rubio se colgó amistoso a su brazo. Ajusta la mochila que llevaba encima antes de perderse en los pasillos de hospital, le gustaba el ambiente tranquilo y desolado que ofrecía aquel edificio, diferente a sus clases repletas de niños molestos que intentaban sin demasiado éxito volverse sus amigos. Tiene apenas siete años cumplidos pero ha decidido que no necesita amigos, su padre es igual y parece satisfecho con su vida ¿por qué él debería tomar otro rumbo? No ha visto mucho menos a su madre rodeada de otros tipos de persona que no estuviesen directamente relacionados a ella por sangre o por su trabajo. Detiene sus pasos provocando un ligero tintineo del adorno que llevaba en su mochila, ahí está un niño acompañado de una enfermera, olía enfermo, como los niños que su padre trataba constantemente.
Se aproxima hasta donde se encuentran curioso por la mueca claramente insatisfecha en su rostro. Ha dicho que no necesita amigos pero la verdad es que el pelinegro olía raro y le causaba algo que no identificaba a la altura de su estómago, ¿repulsión? No sabría decirlo. El carmín de sus ojos brilla interesado, resaltando su rasgo más llamativo de forma natural, casi inocente, pero no a la vez. ¿Estás enfermo? preguntó. Una pregunta estúpida para alguien en un hospital, chisto molesto cuando la enfermera le dijo que no deberían interactuar. Cállate, eres molesta, ¿no sabes al hijo de quien le hablas? carece de modales o decencia a la hora de comunicarse, se ha presentado como omega prematuramente, por lo que su aroma es dulce contrastando con su mal lenguaje y expresión de fastidio. Mis padres acabarían con tu carrera sin pensarlo, pierdete fea.
Sonríe victorioso cuando la ve marcharse molesta diciendo algo de que niños como él son horribles. Se cree la gran cosa aunque solo es una enfermera, la gente así es molesta, ¿verdad? sus ojos vuelven a centrarse en su objeto de interés y sostiene su mano. Soy Abel, ¿cuál es tu nombre?.
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Qjang. saluda a su manera cuando nota ahí al otro doctor. Están en departamentos diferentes y sus posiciones están alejadas, el otro no es un doctor que asociarnos con la palabra remarcable en su campo, es uno más de los peones de la medicina. Puedo fingir no verlo en la vida diaria, el hospital es diferente. advierte. No le importaban realmente sus pasatiempos pero era diferente si involucraba el trabajo Lo hace a un lado indicando que de todas formas no ha terminado su análisis y necesita hacer más preguntas a la madre, le hace saber que es bueno que se tome la molestia de dejar al infante al cuidado de otra persona mientras los adultos conversan. No olvides tu posición, eres después de todo el que solicitó el favor, abstente de hacer que me arrepienta. es lo último que dice antes de llevarse al pelinegro con él al laboratorio. No tiene preguntas realmente para este por lo que se queda en silencio y entrega la muestra al encargado del laboratorio indicando que lo precisaba para el día siguiente con urgencia.
Después de terminar con sus deberes están los dos solos por lo que ofrece al otro una bebida de la máquina expendedora mientras él bebe la propia, tendría otra cita en unos minutos, pero no le molestaba hacer esperar a sus pacientes.. -
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Si tuviera que poner en palabras sus pensamientos respecto a su familia, Hao se limitaría a definirlos de forma llana, con el vocabulario de un infante porque no le apetece usar léxico complejo, lee libros complicados a su edad, más es porque le agradaba la expresión de felicidad de su madre cuando lo hace. En la balanza en su cabeza, Shen ocupaba todo su cariño, cuando algo andaba mal o quería quejarse lo hacía con su madre y en general el omega era al que acudía todo el tiempo. Razón que lo llevaba a despreciar a los alfas cotidianamente, empezando por su padre que la verdad no le agradaba demasiado, lo toleraba porque la vez que lo despreció abiertamente su madre pagó las consecuencias. Estaba irritado cuando escucha que lo dejará con una extraña porque necesitaban hablar, pero cuando voltea sobre su hombre puede apreciar la escena en que el doctor nuevo se ha llevado al pelinegro, no confía del todo en ese rubio pero le ha agradado más ahora.
Pensaba escaparse de la enfermera para recorrer el hospital por su cuenta, buscar al moreno que conoció antes y cuestionarle qué hacía hablando con su mamá, más es interrumpido por otro niño. Si despreciaba a los alfas, podía decir que los omegas sí le gustaban, al menos era amables con ellos. No lo sé, no tengo fiebre Exclamó ante su primera pregunta, suele padecer de resfriados todo el tiempo por lo que asocia inmediatamente enfermedad a cualquiera de esos síntomas, más no era el caso en ese momento. Soy Hao, gracias Menciona, el carmín de sus ojos y el rubio le recuerda al doctor que acaba de atenderlo. Espero a mi mamá, no puedo irme lejos Le hace saber mientras sostiene su mano.
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Observa con algo de incomodidad a Hao alejarse y suspira cuando el brazo de su pareja se posa por sus hombros, estaba considerando ofrecerle una felación rápida porque no quería dejar a Hao demasiado tiempo solo, sin embargo, no sabe cómo se la tomaría el mayor. Su inexpresivo rostro se curva en una mueca de sorpresa cuando es interrumpido por el rubio. Pensó que el otro sería un doctor más, pero al voltear y ver como Qjang no podía hacer nada al respecto ante las amenazas, se da cuenta que el otro debe tener más autoridad de la que creyó. En un inicio cree que se debe de verdad porque deseaba discutir más el caso de Hao sin que el pequeño escuchara, más no es así. En el consultorio no se percató porque el collar y el mismo aroma cándido del pequeño alfa interrumpía, más el médico olía bien. Tomó entre sus manos la bebida y bebió un sorbo antes de levantarse y confirmarlo, se acercó lo suficiente para oler al mayor, su nariz rozó el cuello de este, sintiendo el frío metálico de su collar. Hueles muy bien... mejor Murmuró en un susurro y su mano se dirigió a su propio collar, por algún motivo ese aroma le emocionaba, volvió a tomar la distancia. Gracias... realmente no tenía ganas Exceptuando sus celos, no ha habido una sola vez en la que hubiera deseado hacerlo. Tomó de nuevo la bebida, sus mejillas se han encendido por algún motivo, levanta la mirada y su vista se dirige a la sortija de matrimonio del otro, no le importa realmente, más siente algo de envidia por esa persona.. -
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Sostiene la mano del pelinegro con algo de curiosidad que no es capaz de disimular, es diferente al tacto que ocasionalmente mantiene con sus padres, para empezar ninguno de los dos era muy dado a esas muestras de afecto como lo definían, para él era una simple unión, un intercambio extraño de calor corporal, por lo que no creía que realmente calificara como parte de una forma de enseñar algo más allá de establecer una forma básica humana de contacto, para nada sentimental. Enarcó una ceja cuando menciono a la madre que claramente lo acababa de abandonar, suponía que tal vez fue por medicinas o algo similar, pero de todas formas no era normal que un infante quedase solo por esas razones. El hospital es aburrido, podemos divertirnos. Mencionó mientras lo llevaba hasta las sillas de la sala de espera donde le enseño los robots de juguete que el mismo había construido, en un inicio lo hacía con Caín pero pronto adquirio su propia colección porque el rubio era molesto a la hora de compartir, no es que él mismo fuese menos egoísta, por lo que decidieron después de un debate durante la cena que no sería bueno para ambos que compartieran por el momento el mismo interés.
Explica al otro que quiere dedicarse a crear robots de verdad, máquinas complejas que puedan desempeñarse en diferentes aplicaciones de la vida, por lo que debe encontrar un esposo para que lo muerda pronto, de esa forma no tendría celos molestos que le impidieran cumplir sus metas. Los alfas lo tienen fácil. Menciona con la mirada levemente perdida a la par que presiona con fuerza una de las piezas. No siente aversión hacia los alfas en particular, simplemente envidia la parte de ellos que no los hace ser vistos como inferiores o deficientes a la hora de desempeñarse en diferentes actividades. Con las piezas que tenía a mano construye para el otro una mariposa que al ajustar las piezas de cierto modo movía sus alas, como si realmente pudiese volar. Es difícil encontrar un marido a está edad, nadie quiere morderme aún y los niños son molestos, aunque si un adulto me mordiera lo más probable es que iría a prisión.
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Su primer instinto es rehuir del acercamiento, no porque fuese precisamente un hombre casado, sino por un miedo a nivel casi primitivo que le indicaba que la cercanía con aquel joven omega no sería buena para ninguna de las partes involucradas. Aprieta disimuladamente la mandíbula cuando está un poco más cerca y nota la mirada sobre el adorno que reposa en su dedo anular, prueba de que es un hombre casado. Finalmente conecta miradas con el menor, el azabache que cubre casi con melancolía sus orbes le habla de una persona que no conoce de consentimiento, alguien arrastrado a una relación que no gozaba de los mismos beneficios que la propia. Bebe el contenido de la lata que sostiene. No lo harás mientras esté alrededor. Respondió escueto, casi desinteresado pero sabía que no era así del todo, si no le interesaba simplemente cambiaría el tema o no hablaría directamente. Beneficios de la jerarquía, también porque se su secreto, fue la regla para atenderlos. Explicó con tanta naturalidad que le hizo pensar en lo armoniosa que era la conversación pese al contexto, era demasiado normal para él hablar con el pelinegro, como si lo conociera desde antes.
Se incorpora una vez más para lanzar la lata vacía a un contenedor. Tengo que ver a un paciente. Hace saber a la par que avanza una vez más de camino a su consultorio. Piensa que al menos no será un paciente molesto o alguien difícil de tratar, aunque francamente las feromonas que emitía el hijo de este le alarmaban, estaba algo ansioso por recibir los resultados, sospechaba de una causa más profunda para los síntomas de otro, en el peor de los casos sería admitido en el hospital por un largo periodo para permanecer en cuarentena hasta regular sus feromonas.. -
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Puede notar que el omega es mayor que él, lo sabe porque le lleva un par de centímetros y su forma de desenvolverse era la de alguien con confianza. En la sala de espera observó con interés los robots, se limitó a no tocarlos mucho, podía ser un niño y aún así había aprendido a no expresar su curiosidad tan abiertamente. No así, sus orbes brillaron mientras observaba las manos ávidas de este, destreza, algo similar a cuando él diseccionaba sus propios juguetes o los animales muertos que se ha encontrado, no lo hace porque le interese la medicina, tan solo tenía curiosidad. Sujetó la mariposa una vez estaba lista, iba a preguntarle cómo conseguía hacerlas, pero su comentario le hizo fruncir las cejas Odio a los alfas Respondió con un tono de voz algo molesto, sabe que él mismo era uno por lo que le han dicho, más, eso no hacía que tuviera menos aversión cuando veía alfas como su padre. Debes ser mayor de edad, mi mamá tampoco ha sido mordido Le comenta un dato natural y mira algo raro al niño, no entiende por qué querría eso, por lo que ha visto de su mami nada bueno podría pasar si lo mordieran, ha visto a Shen esconder su cuello con miedo o temblar cuando su padre lo acaricia en esa zona.
Eres raro, yo no puedo morder a nadie, necesito cuidar a mi mamá Expresó, todavía no ha experimentado su primer celo así que no entendía porque el otro quería evitarlos.
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Ha notado que su contacto no era bien recibido y no lo juzga, empezando por el hecho de que estaba casado, un omega como él que ya tenía un hijo tampoco consideraba que fuera atractivo, su pareja le ha repetido muchas veces que nunca sería más que un objeto para los demás exceptuando a él. Aquello, en ocasiones, provocaba reír al pelinegro, siendo que sentía que sería imposible que alguien pudiera tratarlo peor, más, existían algunos buenos momentos, no lo sabe, debe ser su propia soledad la que le lleva a aferrarse al alfa en ciertos momentos. Su vista se posa sobre el rostro del mayor y sonríe por lo bajo, sutil porque no estaba habituado a expresar sus propias emociones en su rostro, Shen sabe que nada cambiaría, que evitara que lo molestara dentro del hospital no sería un gran cambio cuando lo veía todas las noches y cuando debía pasar sus fines de semana a su lado. De todas formas, agradeció respetuoso con un leve asentimiento. Iré por mi hijo Presiente que su pareja debió haberse rendido ya. Terminó su bebida y se levantó saliendo al mismo tiempo, el pelinegro avanzó por el pasillo y cuando pensó en preguntar en recepción por la enfermera que había llevado a Hao, fue un alivio verlo en la sala, estaba en compañía de un omega que parecía la mini copia del doctor que le atendió.
El rostro de su pequeño se ilumina cuando lo ve y se dirige a recibirlo con un abrazo. Nos iremos a casa, despídete de tu amiguito Comentó al menor y observó como este volvió con el omega para indicarle que se iría con él, pero que vendría mañana de nuevo, sonríe ante la buena memoria del menor y se despide del rubio, prefiere irse lo antes posible para no ser visto de nuevo por su pareja.. -
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No comprendía el odio hacia los alfa, él mismo no los odiaba, solo los envidiaba por su libertad, de haber nacido de la forma correcta sus limitaciones en cuanto a lo que podía o no hacer no serían tan claras incluso a esa tierna edad. No me importaría dar mi cuerpo, si a cambio soy capaz de hacer lo que quiera. respondió antes de que el otro se alejara de él. Para su propósito cualquiera estaba bien, no debía ser nadie especial, no buscaba un esposo amable o alguien atractivo, solo quería una herramienta que le ayudara lo suficiente para poder ser lo que deseaba. Frunce las cejas cuando la persona que identifica que es su madre lo llama un "amigo" del pelinegro, no era así, solo le interesaba un poco el pequeño enfermo, porque normalmente las personas a su alrededor eran molestas. Se despide de igual modo agitando un poco su mano en el aire.
Cuando están solos la mirada del rubio mayor le interroga con respecto a si tiene un amigo a lo que hace una mueca de desagrado. ¿Quién crees que soy, viejo molesto? cuestionó mordaz antes de indicar que se retiraría al consultorio de su madre.
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La situación de su nuevo paciente no es la mejor por lo que puede observar, es hijo de un amante joven, lo cual realmente era una molestia, pero dudaba que el otro doctor interviniese en su agenda, su familia tenía una dominancia casi ridícula en aquel hospital pese a no contar con un puesto directivo, si podría ponerlo de una forma eran lo más cercano a la realeza en ese sitio, al menos es lo que solía decir su madre cuando pisoteaba a otros sin una pizca de remordimiento. Avanza a su consultorio donde atiende a su próximo paciente, el caso de este no es tan severo como el anterior, lleva ya un par de meses tratándolo, anteriormente había sido paciente de su madre pero la tarea se le pasó a él por el claro desorden hormonal del joven omega.
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Después de despedir a su nieto no tarda demasiado en colgarse el brazo del moreno que ha visto deambular en el hospital, como siempre su actitud era muy sospechosa, aunque parecía ser él único en notarlo, aunque no planeaba delatarlo ni parecidos. Buenos días, Adler. saluda tan efusivo y cariñoso como siempre. No pasa demasiado para apartarse porque no le place ser apartado con crueldad como solía ser, había aprendido a medir sus tiempos y tolerancia con él, no duraba demasiado para su disgusto.
¿Quieres ir a comer algo juntos? pregunta como lo hace todos los días. Puede admitir que la presencia de este joven alfa le parece atractiva y eso fue un poco de la razón por la que se sintió atraído en primera instancia, pero si tendría que explicar porque un hombre divorciado como él con hijos e incluso un nieto era tan insistente es porque la persona le parecía interesante. Su vida era un poco muy aburrida si el otro no estaba ahí para ofrecerle nuevas reacciones que lo harían sonreír independientemente a que fuera apartado.. -
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Estaba joven y podía no entender muchas situaciones a su alrededor, más, era tan tranquilo con su madre y obediente que sorprendía a muchos a pesar de la corta edad. En la guardería siempre era elogiado por su buen comportamiento, incluso cuando golpeó a otros de sus compañeros no había sufrido mayores problemas porque siempre había sido un buen niño. Todo lo hacía porque le gustaba complacer al otro, desde que el flujo hormonal se había descontrolado había adoptado ese tipo de sobreprotección con su progenitora y algunos de sus compañeros, pero debe admitir que es la primera vez que conoce un omega raro como aquel. En la casa se encarga de leer algún libro o hacer una tarea y cuando su padre llega tiene que fingir dormir, otro de los motivos por el que detesta tanto a ese es por la forma en que obliga a Shen a acompañarlo siempre en el cuarto sin él, era joven pero sabía lo que estaban haciendo, de todas maneras fingía no enterarse para tranquilizar al omega.
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En su propia casa sigue algo estresado, la situación del menor realmente le preocupaba, sentía que era su culpa por haber sido tan joven al tenerlo, su salud o cuerpo no preparado para un embarazo debió haber afectado a su pobre bebé, si con su propio cuerpo había hecho estragos, supone que el menor tampoco pudo nacer ileso, suspira, le gustaría que Hao creciera sin esas preocupaciones. ¿Incomoda el collar? Cuestiona en voz baja cuando lo prepara para el baño, su niño siempre era considerado con él y nunca se quejaba. Después de la cena por fin es interrumpido por su pareja que llega, el horario entre semana era ajustado porque Qjang solo contaba con unas pocas horas para toturarlo, debía volver a su familia oficial antes de las once de la noche. Quería leerle un cuento a Hao, pero debe acostarlo prematuramente para acompañar al alfa a su habitación, agradecía que cumpliera su capricho de haber insonorizado la alcoba, Shen sabía que él tenía cierto poder en su relación, no como el que le gustaría para negarse, pero en ocasiones podía ser caprichoso y exigir lo que quería. No entiende por qué su alfa se encontraba tan emocionado esa noche y era especialmente rudo, ¿debía ser alguna especie de celos? no entendía esas acciones, a esas alturas él no podía estar con ningún otro hombre y menos con otro doctor casado, siente las lágrimas deslizarse por su rostro cuando fuerzan un rut, era un adolescente pero su cuerpo no estaba listo para sobrellevar aquello. Eres un bruto... Se quejó con la voz ronca cuando el otro se disculpa con él, era habitual de que luego de lastimarlo le suplicara perdón, preferiría si desde el inicio no lo hacía.
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Él era de los pocos que tenían toda la libertad de evitar el trabajo, Adler desde que empezó su misión encubierta no cumplía con las obligaciones que le eran asignadas como personal del hospital, no solía ver pacientes y su pésima actitud distanciaba a los demás, aun así, no tenía problemas por su buena relación con el director y porque obviamente él nunca había estudiado medicina, no es como si pudiera hacer mucho. Caminó distraído mientras buscaba a algún idiota para intimidar, de preferencia le hubiera gustado encargarse del enfermo que embarazó al asiático que conoció, pero no pasa demasiado tiempo para que el calor en su brazo y la presencia habitual de aquel omega le distrajera. Suspiró, no le gustaba maltratar personas débiles por lo que medía su fuerza con aquel, más, no su actitud. No estoy de humor Exclamó y siguió caminando, aquella persona no solía desistir fácilmente, lo sabe porque Emmet ha llegado a extremos que ningún otro omega había tenido con él, lo impresionaba bastante. ¿No te he dicho que dejes de seguirme? Intento encontrar un lugar para fumar y tal vez romperle la nariz al que tiene un amante menor Le contrariaba lo lentos que eran en el departamento de policía para actuar.. -
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Estar con su madre lo relajaba como en esas ocasiones donde su padre resultaba ser una molestia haciendo preguntas estúpidas, no era extraño que si terminaba enojado con el mayor fuera con la mujer, esta acostumbrada a las riñas entre ambos no intervenía, se limitaba a mantenerse haciendo su trabajo porque la presencia de Abel no interfería pues era muy callado, sospechaba que a veces había heredado más de su esposo que de ella misma, pese a que los dos eran muy excéntricos a su manera, su esposo la superaba con creces.
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No es de extrañar que en el día asista a un par de cirugías, si bien su especialidad actual es tratar con niños con desajustes poco normales, su trabajo primordial siempre había sido ser un cirujano pediátrico, muy pocas personas lograban hacer de ello una especialidad, y contados eran los profesionales que eran capaces de emplear ciertos procesos, la otra persona que conocía con manos a su nivel era su propia madre ya que era cirujano neo-natal, en ocasiones debían trabajar en conjunto.
Al término de la cirugía acude a su hogar con su esposa e hijo, es normal que cada uno realice la tarea que desee cuando están en la privacidad, sin otros mirándolos o juzgando su actuar, por lo que incluso han alcanzado el acuerdo de no compartir habitación con su esposa, ambos eran personas con personalidades parecidas por lo que eran abiertos a decir lo que les desagradaba, un punto en común compartir su propio espacio, Abel mucho menos lo encontraba raro, intimar también estaba limitado, solo cuando ambos se sentían como que podían hacerlo, aunque eran contadas las ocasiones.
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Sonríe tan brillante como habitúa, aunque el otro claramente le está rechazando sin piedad. Conozco un buen sitio. informó al otro solo para después tomar su mano con toda la libertad del mundo y llevarlo a uno de los espacios que menos se ocupaban de los jardines. Encendió un cigarro propio e invitó al otro ya que fumaban la misma marca. Debe ser Qjang. comentó al otro casual, sabía que si era capaz de serle al menos útil el otro no se molestaría tanto con él. Miró la forma en la que las cenizas caían al suelo con un pequeño gesto interesado. Siempre le han gustado jóvenes, incluso desde que era un interno, es algo desagradable.
Aún recuerda la molestia sensación en su pecho cuando cruzó miradas con aquel joven la primera vez, era compañero de su hijo y cuando cuestionó a este solo le dijo que era una persona problemática con la que no le gustaría mezclarse demasiado. Pero si haces algo como golpearlo, como se nota que quieres, ¿no dejarías de pasar por desapercibido? si bien nunca ha dicho nada que expusiera al otro o cuestionado más allá de un simple juego, era consciente de que algo no estaba bien.
Bueno, eso solo es mi opinión, además está casado con la hija del director. comentó a la par que lanzaba el cigarro. Los justicieros tontos sin un plan son los más fáciles de aplastar, incluso para alguien como yo. recordó al otro antes de dejarlo. Aprieta los labios molesto al irse, quisiera al menos ser capaz de besarlo, más con esa expresión de tonto que tiene, le gustaba su tonto justiciero, demasiado.. -
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Es el más feliz cuando su padre se va y siente la mano fría de Shen sobre su frente, su madre solía revisarlo tan pronto el otro se iba, ajustaba las sábanas y le dejaba dormir. En las mañanas lo primero que siente es el aroma del desayuno, el pelinegro solía despertar tan temprano como podía para preparar hotcakes o cualquier otro alimento que tuvieran en casa, más, ese no era el caso de ese día, su madre le había dicho que no podría comer hasta que le tomaran la muestra, su rostro se ve triste. Ese día no irá a la guardería, debe volver al hospital para los exámenes, su madre tampoco ha desayunado supone. Cuando se encuentra listo toma la mano del omega.
Es al encontrarse de nuevo frente al mismo doctor de ayer que frunce las cejas, su reacción natural a los alfas, realmente no es que lo odiara del todo a ese en concreto, luego de ver como separó a sus padres ayer le agradaba, pero no le gustaba que estuviera pinchando su brazo o tomando muestras.
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Desde niño aquel alfa había estado obsesionado con él, Shen no se siente feliz de saber que se había convertido en el objeto de esa persona, al inicio peleaba bastante y los golpes eran más constantes, pero desde que nació Hao dejó de resistirse, supone que aquel fue el motivo por el que otro decidió forzarlo a un embarazo. En la mañana despierta con el dolor en su cintura y espalda baja, tiene mordidas en el pecho y otros hematomas en las piernas. Se baña primero para evitar que su pequeño vea nada de ese estado. Omite preparar el desayuno porque recuerda que su niño debe ir en ayunas, le da más tiempo para bañarse con lentitud, sentía su entrada palpitar de dolor cuando la abrió con los dedos para limpiarla, odiaba la falta de condón siempre porque debía estar en constante estrés para no descuidar su tratamiento, no quería tener más hijos de aquel hombre todavía, no lo perdonaba. Prepara su ropa y la del menor con cariño, a Hao le viste con los shorts favoritos de este que tenían bordados de nubes en una de las piernas y una camisa algo grande, le ajusta los zapatos. Por su parte no asistirá al colegio ese día así que se viste normal, va a la consulta con un pantalón cargo y un top de manga al codo que dejaba al descubierto su ombligo, se había habituado a vestir de esa manera, en especial cuando molestaba a su alfa que le recriminara que enseñara piel, de no ser por las marcas que el otro había dejado hubiera usado algo más libre.
Doctor, ¿tardarán mucho? Quisiera que Hao desayunara Era sobreprotector, tan pronto estaban en consulta es lo primero que menciona, le angustiaba que su pequeño no desayunara la fruta y hotcakes que le gustaban.
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Lo sigue en silencio porque deshacerse del omega había demostrado de ser más molesto que otra cosa, Emmet sabía como molestarlo con facilidad aunque no cree que se necesite mucho para hacerlo. Está fumando en cierta tranquilidad cuando lo escucha, sabe el nombre de esa persona, por supuesto, así como que de alguna forma un degenerado había tenido suerte de obtener influencia luego de casarse, le perturbaba como la esposa permitía esas acciones, de ser su pareja le hubiera dado una paliza y denunciado él mismo hace tiempo. Casi se ahoga con las palabras del otro ¿justiciero? bueno, debía verse de esa forma, pero no era su intención. Estás más loco de lo que pensé, omega Responde en un gruñido y se masajea la sien, había elegido ser policía porque era lo que más se adecuaba, luego de hubiera considerado ser luchador de artes mixtas, sabía que le daba mucha satisfacción golpear hombres. No paso desapercibido, todos deben darse cuenta que no hago una mierda en el hospital No lo disimulaba tanto, sonrió ante la amenaza, apagó el cigarro con el pie.
De todas formas no lo haré, podrás verme un tiempo más Se encoge de hombros. Agradece que el tiempo en que está sea menor, el aroma del omega le perturbaba de cierta forma. A la mañana siguiente observa de nuevo entrar al asiático, le hubiera gustado seguir su interrogatorio pero la cita del otro tenía prioridad. Le daba el mismo disgusto de siempre ver la forma en que un niño intentaba caminar normal, evidentemente se daba cuenta que el cuerpo de Shen no soportaba el de un adulto, lo supone porque el otro estaría cargando al mocoso siendo la madre consentida que era.. -
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Su mañana es tan tranquila como puede serlo, desayuna desde temprano con sus padres, ambos al ser doctores debían estar pronto en el hospital, es el último en la mesa como siempre y en ese momento siente más paz que nunca, en especial sabiendo que debe ir al instituto, sin embargo hay un cambio de último molesto, aparentemente uno de los estúpidos niños de su clase tenía piojos por lo cual no podría asistir, su madre odiaba los insectos de todo tipo y no le perdonaría si trajera alguno a casa, en especial uno como ese que podría pegársele. Es por ello que en vez de usar el uniforme que acostumbra viste casual, lleva una mochila sobre sus hombros como siempre, esta vez sus manos están ocupados con la consola portátil que le había obsequiado su abuela, se mantiene callado el resto del camino, al igual que los mayores.
Es normal que cuando esté en el hospital pueda elegir libremente con quien pasar el rato, elije a su padre para variar un poco su rutina de visitar al abuelo, por lo que está sentado en su consultorio cuando su paciente aparece, es el mismo niño de ayer, debió sospechar que era paciente de su padre. Mantiene su atención centrada en el videojuego molesto porque no logra pasar el último nivel para avanzar con otro, es tanta su frustración que frunce levemente las cejas y aprieta los labios, es incapaz de prestar atención a su alrededor en esos momentos.
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La rutina de la mañana es la misma, sucede sin contratiempos, como era de esperarse. Es su segundo día tratando con su mismo paciente, por lo que lo primero que hace es recoger los resultados de la prueba de sangre y analizarlos a la par que entra con Abel, el niño está más callado de lo habitual, quizás está concentrado en esos juegos que su madre se molesta en comprarle. No tardará mucho. es lo que responde cuando es cuestionado por la madre de su paciente. Le indica al pequeño que debe orinar en el pequeño contenedor que tiene entre sus manos y no tarda en pasar al pequeño. Por fortuna no necesitaba una muestra de heces de momento, porque sospecha que la joven madre lo miraría con mayor recelo.
Cuando están listos llama a uno de los asistentes que tiene para poder llevar la muestra al laboratorio ordenando máxima prioridad. Por lo que pude observar con las muestras de sangre.. ve al niño ahí sentado con esa expresión cansada que le indica que realmente necesitaba desayunar por lo que suspira, no sería bueno que se descompensara. Abel, ¿puedes acompañar a tu nuevo amigo a la cafetería a pedir su desayuno mientras los adultos hablamos? cuestionó. La irritación del rubio menor es clara pero mantiene su mirada hasta que cede y le toma la mano al niño más pequeño para cumplir con la molesta orden.
Estará bien con Abel, conoce el hospital de memoria. explica. No tarda demasiado en volver al tema, el caso de su hijo es severo, es un desajuste hormonal que debe ser tratado inmediatamente. Lamentablemente no existe una cura para un caso así, sufrirá de celos prematuros durante su niñez y empeorará en la adolescencia. explicó.
Debemos ir medicándolo desde este momento con diferentes inhibidores y ver como avanza. hizo saber al otro. A medida que el tratamiento avance es posible que encontremos la mezcla de medicinas correcta para mantenerlo controlado. era molesto saber que aquello sería prueba y error, además no sabía cuanto tiempo les llevaría exactamente. Lo mejor para Hao será tener a partir de la adolescencia un compañero para desfogar parte de los agresivos celos.
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Por la mañana saluda a la pareja de su hijo con un ademán, es consciente de que al igual que su hijo esta no era muy afectuosa, de verdad se merecían como esposos. Entrega un reporte al director del hospital y charla un poco sobre los acontecimientos recientes de su departamento, encontrando satisfacción en que este le indique que es tan capaz como siempre. De vuelta en los pasillos se encuentra con el moreno al que abraza por detrás con cariño. Aquí está mi héroe. saludó. Mantuvo sus manos alrededor de su cuerpo disfrutando de esos breves momentos a su lado. ¿Con qué hazañas me sorprenderás hoy? cuestionó divertido.. -
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Su mirada solo empeora cuando le da el contenedor, desde que tiene memoria y ha observado a su padre, los adultos se le hacen los seres más desagradables, especialmente los alfas. Escucha la voz de su madre decirle si necesita su ayuda y niega con la cabeza, debe cumplir con sus deberes para no angustiar más al omega, a veces sentía que era solo Shen y él contra el mundo, aquellos eran pensamientos abrumadores para un niño de su edad así que evitaba expresarlos en voz alta. Su ceño fruncido solo incrementa cuando vuelve y el rostro pálido debió alertar al otro, ha estado bajo estrés desde ayer. La presencia del niño la ha pasado por alto, su instinto de proteger inconscientemente al omega frente a un alfa le distraía del entorno. Da una rápida mirada a Shen que le insta a ir con su nuevo amigo. ¿Tu padre también le gustan omegas menores? Cuestionó a este cuando avanzaron fuera del consultorio, su mal vocabulario y la precocidad con que captaba las cosas era un secreto para Shen, pero frente a ese le daba igual, el otro tampoco parecía normal.
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Le tranquiliza saber que será pronto así que espera, la verdad es que no entendía gran cosa de la medicina, más, se había informado sobre hormonas desde que notó el cambio en Hao. Le preocupa dejar solo a su hijo, pero el hijo del mayor parece responsable y es el hospital en que trabaja Qjang, podrá pensar que su alfa es uno de los seres más depravados, más, no cree que eso se extienda con su propio hijo, agradece infinitamente que Hao haya nacido alfa, su pareja solo lo veía como la herramienta para mantenerlo atado. Su rostro, normalmente inexpresivo, arquea levemente las cejas mostrando su nerviosismo ante el primer diagnóstico, lo cual no hace sino aumentar ante la solución que le ofrece el mayor. Sabe que Hao al ser alfa no debería sufrir lo que él en el desfogue de sus deseos, más, le perturba tanto escuchar que debe emparejar a un niño. Es demasiado pequeño... Exclamó, en algún momento su mirada al otro se extiende como la que le dedica a Qjang, no es culpa del mayor pero lo que ha dicho le ha sonado tan degenerado como lo que diría su alfa. No creo que consiga un compañero pronto, ¿no hay otras formas? Bajó la cabeza, de nuevo cuando se encuentran solos siente el ligero aroma del mayor, más agradable que el de su alfa.
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Su entrenamiento le permite percatarse de la presencia detrás de él antes de que lo abrace, el otro tampoco hacía mucho por esconder su presencia cuando llegaba. ¿Debería salvar a algún gato en un árbol o recuperar el globo de un niño? Preguntó con sarcasmo, la verdad que su único plan era aprovechar algún agujero en la visita del pelinegro para volver a interrogarlo, observa a los dos niños salir primero en dirección a la cafetería, le parece tan perturbador saber que Abel era apenas dos años mayor que el pelinegro cuando recordaba la edad de la madre asiática.. -
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Ha logrado vencer al jefe final y cerrar el capítulo de su vida por lo que está de un humor un poco más agradable, al menos hasta que su padre le da una orden molesta, solo obedece porque algo en su mirada le advierte, si lo piensa son contadas las ocasiones en que instintivamente se fuerza a retroceder así con su padre. La pregunta del otro niño le extraña, pero no puede evitar reírse un poco. A padre no le gustan las personas. explicó. Su padre era un misterio para él, le sorprendía incluso que fuera capaz de engendrarlo con lo poco que parecía tolerar a otras personas invadiendo su espacio personal. Es una persona rara que odia que otros lo toquen, creo que nunca me ha cargado ni siquiera siendo bebé, ¿te lo imaginas? mencionó con burla. En la cafetería guía al otro a donde se encuentra el bufet de desayunos, allí finge ser un niño bien portado, su mamá le había dicho que jamás debía hacer enojar a las personas que tocaban sus alimentos.
En su caso pide un poco de café con leche porque le placía a diferencia del menor que parecía apenas desayunar, la mesa que ocupan está en el centro pero nadie se aproxima a molestarlos. Odiar a los alfas no tiene sentido, somos seres que dependemos de otros, por lo que eventualmente te enfrentarás a ellos en la vida, ah.. eso sin mencionar que también eres un alfa. comentó mientras balanceaba sus pies.
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Parte de su trabajo es hablar claro con los padres, por lo que es una reacción normal la que recibe del pelinegro ante su sugerencia. En esta edad aún podemos mantenerlo controlado con medicinas, sin embargo la adolescencia es otro punto. respondió. La pregunta del otro sonaba más bien a una súplica a sus oídos, comprendía hasta cierto punto que no debería ser fácil, quizás si fuera una persona más empática sería capaz de tratarlo de otra forma, pero solo conoce la racionalidad y la dureza de su oficio, no estaba ahí para complacerlo, sino para tratar a su hijo. No es necesario pensar aún en ese escenario, tenemos muchos años por delante del tratamiento, además podría ser que a ese punto consigamos un diagnóstico menos drástico. no obstante ahí estaba buscando palabras para calmar al otro, pese a que no era capaz de hacerlo naturalmente por otras personas, se forzaba a si mismo a confortar a esa solitaria figura.
Quizás era porque el pelinegro a sus ojos aún era un niño y estaba habituado a tratar con estos en una base regular. Por el momento, es todo lo que puedo ofrecer, pero te aseguro que tu hijo se encuentra en buenas manos.
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Ríe jovial cuando le responde de esa forma, era una de las tantas cosas que le gustaba de Adler. ¿Estás acosando al paciente de Cain? preguntó. Era la segunda vez que lo notaba rondarlo. ¿Te van más jóvenes? ¿Por eso no me das una oportunidad? cuestionó. Dudaba que fuera el caso, bien podía ser parte del sentido de justicia del otro. Su enamoramiento hacia el joven de todas formas era de un solo lado, entendía que no a todos debería gustarle un omega como él, pese a que contaba con una edad que no hacía justicia a su apariencia, continuaba siendo mayor, incluso ya era un abuelo, aunque en su caso había tenido a Cain siendo muy joven.
Debe ser difícil, puedo entenderlo, también tuve a Cain cuando tenía quince. comentó.. -
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Las respuestas del mayor provocan que eleve la mirada para centrarse en su rostro, el otro podía ser omega pero era mayor que él así que no le extraña que le saque altura a esa edad. La verdad siente algo de envidia, le gustaría que su padre fuera de esa manera y no lo tocara a él para nada, mucho menos a su madre. Tienes suerte, odio que el mío me cargue Expresa con admiración, a diferencia del otro él solía ser bien portado en casi todos los momentos, solo con los alfas mostraba cierto recelo, más lo solían pasar por alto porque parecía ser un niño tímido. Elige los pancakes y pide, por favor, que le agreguen miel, a la señora le gusta la voz inocente del pequeño así que se devuelve feliz a su mesa con su desayuno cubierto de miel y un té, su madre siempre le dice que es bueno beber algo caliente en el desayuno.
Lo sé, pero eso no hará que deje de odiarlos Lo mira con cierta molestia en su rostro, odiaba ese factor pero se convencía a sí mismo que era mejor, como alfa podría proteger más a su madre cuando creciera. Tu eres el raro queriendo un alfa Reconoce de nuevo, ese niño era el más extraño que conocía fuera de él.
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Las palabras del mayor que al inicio sonaron duras, se han suavizado tranquilizándose un poco, cierto, Hao todavía era muy pequeño... Se llevó una mano al pecho mientras asentía, no le agradaba la idea de darle medicinas como aquellas siendo tan joven, más reconoce que debe ser mejor que mantenerlo sin tratamiento alguno. Eleva de nuevo su mirada, desde hace tiempo que los alfas le parecían todos iguales, pero debe admitir que las facciones de ese no le desagradan al igual que el aroma. ¿Cree que sea mi culpa? Tuve muchas dificultades en el embarazo Cuestionó, desde que el pequeño nació se había sentido culpable de heredarle una salud deplorable a comparación de otros niños. En su asiento constantemente está cambiando de posición, buscando la forma menos dolorosa de sentarse a pesar de que la silla estaba acolchada su cuerpo todavía resentía el encuentro de anoche.
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Enarcó una ceja, ha olvidado incluso apartar al omega cuando le comenta eso ¿acosarlo? Debía verse de aquella forma supone, siguiendo a una madre adolescente, un escalofrío le recorre el cuerpo y frunce el ceño. Prefiero follar personas de mi edad o mayores Comenta, Definitivamente consideraba que una brecha mayor de tres años menos entre él y su posible pareja sexual lo descartaba totalmente. Solo cogí con alguien de quince cuando yo también tenía quince, tu marido debió ser un degenerado si era mayor Le comenta sin mucho tacto, la verdad le disgustaba bastante esa preferencia de los hombres por una pareja joven o toda la manera en que se idolatraba la juventud con belleza y se sobresexualizaba..
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