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Bueno, este es el primer fic original que eh publicado en el foro, espero que a alguien le guste, en unos días traeré el capítulo 2. La temática es sobrenatural, vampiros, hombres lobo, etc. Disfrutad.
Capitulo 1: el nuevo estudiante
Esa mañana al despertar lo primero que hice fue salir al balcón de mi habitación a observar cómo se encontraba el día, necesitaba esos minutos de relax antes de comenzar mi día, por alguna razón si no hacia esa pequeña rutina mi día no era tan bueno. Era el primer día del segundo semestre en la universidad, el invierno era bastante cruel en esta época pero no me importaba ya que amaba este clima que muchos odiaban.
Una vez que me tome mis minutos especiales fui hasta el baño donde realice mis necesidades básicas para luego ducharme, devuelta en mi habitación me coloque mi ropa, que consistía en unos jeans gastados, una camiseta blanca y por supuesto un buen abrigo ya que el frio se hacía presente incluso dentro de la habitación, para completar unos tenis blancos.
Baje las escaleras para luego dirigirme a la cocina donde vi a mi abuela Silvina la cual ya tenía listo el desayuno y se encontraba sirviéndolo en ese momento.
-Buenos días abuela- dije sonriéndole.
-Buenos días cariño, ¿has dormido bien?- dijo ella sonriendo amablemente.
-Si excelentemente- era una mentira, últimamente mis sueños han estado abarrotados por pesadillas, pero no quería angustiarla- ¿y tú?
-Oh maravilloso, por cierto, hoy en la tarde iré a chismear con mi amiga Marta, te aviso por si regresas y no me encuentras- ella guiña un ojo –no me extrañes demasiado sí.
-Sabes que siempre te extraño- hice un puchero de niño pequeño.
-Eres un encanto- ella se acerca y se cruza de brazos- por cierto, es el primer día del nuevo semestre, ¿podrías prometerme que no te meterás en problemas al menos por hoy?
-Este…- dije desviando la cabeza nervioso pues no era mi intención estar siempre metido en problemas- intentare portarme bien.
Y era verdad, mis amigos se metían en problemas y siempre tenía que defenderlos metiéndome en ellos. En especial Guillermo, era un cabezota que explotaba por cualquier cosa, entonces Sebastián y yo teníamos que ayudarle.
-Por cierto, llamo tu padre, dice que pronto vendrá a la ciudad, está ansioso por verte.
-Si como no, se va por meses sin llamar nunca y luego dice que me extraña- dije amargamente mientras mordía mi pan tostado.
-Entiende, el trabajo de tu padre es complicado- dice ella algo triste.
-¿Por más complicado que sea no se puede tomar unos minutos a la semana para siquiera llamar?- comí lo que quedaba de mi pan para luego beber de la taza de café.
-Es que…- ni ella sabía que decir.
-Vez ni tú tienes respuesta a eso- me levante de la barra- mejor me voy o llegare tarde a la universidad.
-Que tengas buen día cariño- sonrió.
-Tú también- me acerque a besar su frente.
Luego de ello me marche, en verdad odiaba a mi padre, era más que evidente que no quería saber de mi de lo contrario se pondría en contacto más seguido y no cada cuatro meses. ¿Qué clase de trabajo puede tenerlo ocupado a tal extremo, ni que fuera agente encubierto de la CIA. Al menos tenía a Silvina, mi abuela paterna, ella me ha criado desde los 8 años y es más una madre que una abuela, solo desearía no darle tantos dolores de cabeza por mi comportamiento.
Al llegar a la universidad mis amigos ya se encontraban dentro del salón, ellos eran Anika, la chica del grupo, podría tener cara de ángel pero era más mal hablada que cualquier chico, eso sí, cuando encontraba alguien a quien proteger era una mamá gallina, luego estaba Guillermo, era un chico alto y alegre pero extremadamente conflictivo y era el que usualmente nos metía en problemas, por último se encontraba Sebastián, era alto, callado y serio, pero su cara de malo hacia a los demás alejarse de él.
-Hola chicos ¿cómo están?- salude sentándome en el lugar junto al de ellos.
-Oh miren quien llegó temprano- rio Guillermo.
-Oye déjalo, que para una vez que llega temprano- rio Anika.
-¿Me estas defendiendo o insultando?- reí levantando una ceja.
-Un poquito de esto un poquito de aquello- dijo ella para luego reírse.
-Ya, ¿y hay novedades?- pregunte ya que era evidente que ellos llegaron antes.
-Pues tendremos un nuevo compañero de clases- dijo Guillermo.
-¿Enserio? Pero si estamos a comienzos del segundo semestre, es raro que transfieran a alguien en estas fechas….- dije sorprendido.
-Es verdad, Sebastián lo vio hablando hoy con el director- dijo Guille.
-¿Eso es cierto? Mire al siempre callado Sebastián.
El simplemente asintió, me resultó extraño el asunto pero no quise darle más vueltas y simplemente seguimos hablando de diferentes cosas, como lo que hicieron el día anterior, ayer había sido domingo y si bien el sábado salimos juntos ayer me la pase ayudando a mi abuela a limpiar la casa.
De pronto las puertas del salón en el que estábamos se abrieron pues el profesor había ingresado en el aula. Enseguida detrás de él ingreso el director Alfred. Y seguido de este ingreso un joven de cabellos negros así como sus ojos, su piel era sumamente pálida y era muy alto. Vestía de negro lo que resaltaba su palidez, pareciera hasta anémico o algo así, su expresión era tranquila, sin sentimiento alguno pero cabía destacar lo apuesto que era, su complexión física y su rostro eran como las de un modelo de revista, se podía confirmar por los suspiros de las chicas del salón los cuales no se hicieron esperar.
Pero lo que más me llamo la atención fue cuando su mirada comenzó a recorrer el salón de clases y de pronto esta se posó en la mía, en verdad me sostuvo la mirada por varios segundos apartándola cuando el director le pidió presentarse.
-Me llamo Cruz Valentine- dijo simplemente mientras el director le hacía señas de que dijera algo más- este… vengo de Rumania…
-Oh que interesante- dijo el profesor asintiendo.
-Un jodido vampiro- dijo uno de los alumnos en forma de broma seguido de la risa de sus descerebrados amigos.
-Joven Charles- le regaño el profesor.
Pero el idiota y sus amigos seguían riendo por su “divertida” broma. Cruz ni se inmuto, permaneció serio como tumba para luego notar que el profesor le decía que se sentara. Este fue hasta el asiento más alejado y aislado del salón, en clases de arte no había tantos alumnos por lo que el salón no estaba muy lleno.
Sentía curiosidad por el chico nuevo así que gire mi cabeza hasta donde él estaba, el miraba por la ventana sin prestar atención a nada, de pronto sus ojos se giraron y se posaron en los míos. Nos sostuvimos nuevamente la mirada por varios segundos hasta que la voz del profesor pidiéndome la tarea que no había terminado me hizo girarme, logrando un gran regaño de este por ello.
Al acabar la clase todos se levantaban ya que teníamos unos 10 minutos libres antes de la siguiente clase. Al girarme hacia el chico note que varias chicas se le habían acercado intentando sacarle conversación, pero este tenía la mirada perdida, era evidente que no deseaba esa atención femenina.
Yo simplemente me quede charlando con mis amigos por el resto del descanso pero sin querer mis ojos se giraban hacia el chico nuevo.
-¿Te gusta acaso?- pregunto burlonamente Anika.
-¿Eh… gustarme quién?- pregunte posando mis ojos en ella.
-El chico nuevo, note que te lo quedas viendo mucho- ella rio.
-Óyeme que soy hetero, así que no bromees con eso… solo me llama la atención lo pálido que es- dije girando mis ojos con molestia.
-Quizás si sea un vampiro como dijo el idiota de Charles- dijo suspirando Guille.
-No sean ridículos- dije negando con la cabeza.
-Es extraño que se pusiera en la parte del salón más alejada de la ventana, como si quisiera escapar del sol- menciono Anika.
-Que no es un vampiro joder, dejen de decir tonterías- suspire.
-Vale ya que te molesta tanto el tema lo cambiamos- dijo Guille levantando las manos.
Seguimos hablando esta vez de cosas sin sentido hasta que llego el siguiente profesor. Ese día no teníamos clases por la tarde, así que después de comer algo nos iríamos a casa, pues Anika debía cuidar a sus hermanitos, Sebastián tenia trabajo y Guille se vería con su novia, así que me tocaba estar solo.
La ciudad era rodeada por un bosque público, por el cual solía pasear, era bastante agradable estar rodeado de naturaleza sin nada de gente. A lo lejos sentí de pronto un instrumento musical sonar, para ser preciso un violín. Estaba más que encantado por la melodía, se oía melancólica pero hermosa, sentí una gran curiosidad por quien estaba tocando en el medio del bosque.
Poco a poco me fui acercando al lugar del que provenía el sonido hasta que pronto divise delante de mí de quien se trataba y para mi sorpresa era nada más y nada menos que el chico nuevo. No quería molestarlo pero quería seguir escuchando así que me quede quieto detrás de un árbol solamente haciendo de espectador.
Pero en un descuido hice ruido con una rama que se rompió y se escuchó un crujir, cualquiera con el sonido del violín un ruido insignificante como ese hubiera pasado desapercibido pero el al parecer lo escuchó pues inmediatamente dejo de tocar. Hice una mueca esperando que no se hubiera percatado de mi presencia, lentamente miré detrás del árbol sorprendiéndome de que allí no se encontrara más.
Pensé en lo raro que era, ¿A dónde se había marchado? Pero al volver a mirar al frente me asuste terriblemente al notar que estaba parado justo a mi lado lo que me hizo dar un chillido y caer al suelo del susto.
-Mierda, ¿cómo llegaste aquí sin hacer ruido?- le dije aun sentado en el suelo pero el solo me observaba sin decir nada.
Me levante siendo observado por él y este solo me miraba de forma seria. Era incomodo el que simplemente me observara sin decir nada.
-¿Puedes hablar?- dije sonriendo divertido –hola di algo…
-¿Necesitas algo?- dijo suspirando, su voz sonaba serena y profunda, definitivamente no era como los demás chicos de la universidad, era extraño…
-Solo... te escuchaba tocar… eres muy bueno… - sonreí levemente.
-Gracias- dijo simplemente y con una expresión monótona en el rostro.
-¿Quieres seguir tocando?- pregunte viéndole- prometo no hacer más ruido.
-No- solamente dijo eso y fue hasta el estuche del violín guardándolo.
-Ya que eres nuevo y no conoces la ciudad, si quieres puedo llevarte a conocerla, mis amigos me abandonaron y se fueron a hacer sus cosas, así que estoy libre- sonreí alegremente.
-Según lo que dijo hoy tu profesor no estas libre, estas retrasado con una tarea- dijo colgándose el estuche en la espalda viéndome inexpresivamente.
-Eso lo hare luego…. O cuando me entren ganas…- lo último lo dije bajito.
Note que el sonrió levemente, fue casi imperceptible pero lo pude notar así que eso me dio la señal de que le cause gracia.
-Vamos, te estoy ofreciendo un tour gratis… por cierto me llamo Maky Steel- le sonreí.
-Cruz Valentine- dijo estirando su mano en forma de saludo, yo sonreí alegremente, era un adelanto que él se presente conmigo.
-Un gusto Cruz- dije sonriendo y estrechando su mano que por cierto estaba muy fría- oye tienes las manos heladas… espera- dije buscando en mi mochila mientras él me veía frunciendo el ceño sin entender- aquí, toma…
El me observo sumamente extrañado pues le estaba ofreciendo unos guantes de lana que tenía guardados.
-No gracias no los necesito…- dijo negando levemente la cabeza.
-¿De qué hablas? Tienes las manos muy frías, además las mías están calientes, vez- dije acercándome y clocando mis manos en sus mejilla lo que lo dejo algo incómodo al parecer, me quedo mirando sin saber qué hacer.
Yo solía ser animado y entablar conversaciones con extraños de la nada lo cual no parecía para nada ser lo suyo. Me quedo viendo al parecer sin saber que hacer por unos segundos.
-¿Ves? te dije que mis manos están calientes- sonreí.
-G…gracias- dijo simplemente tomando los guantes observándolos un momento sin saber qué hacer, ¿Por qué se veía tan confundido por unos guantes?
-No seas tímido- dije tomando su mano y colocándole yo mismo los guantes mientras él me observaba con el ceño fruncido- buenos, estas listo, vamos- le dije haciéndole señas de que me siguiera.
Él se me quedo viéndome estático con el ceño fruncido así que volví y lo tome del antebrazo haciendo que me siguiera. Este simplemente comenzó a caminar conmigo. El pueblo en el que vivíamos era pequeño y apartado, nunca entendí porque mi padre nos envió a mí y a mi abuela a vivir aquí, en un pueblito en el que nunca pasa nada, parecía que quisiera apartarme de la civilización, pero ya que, al menos pude hacer buenos amigos aquí.
-Esa es la mejor cafetería del pueblo, tiene postres deliciosos, y por allá esta la plaza principal- decía mientras caminaba señalándole el lugar.
-Aja- decía simplemente mirando donde le señalaba.
-¿Cómo es Rumania?- pregunte mientras caminábamos.
-El pueblo en el que vivía de pequeño es parecido a este- dijo simplemente.
-¿Y dónde vivías antes de mudarte… era una ciudad grande?- pregunte curioso.
-Viví varios años en la capital Bucarest, pero suelo mudarme mucho… - parecía que no quería ser muy específico.
-¿Y porque te mudas mucho…. Es por tus padres?- pregunte curioso.
-No- dijo simplemente, al parecer no podría sacarle información así que debía desistir de esas preguntas.
-Parece un sitio pacifico- dijo de pronto él.
-Sí, demasiado pacifico, nunca pasa nada- suspire pesadamente.
-Deberías disfrutar la paz pues cuando no la tengas la extrañaras- dijo viéndome serio pero sin expresión.
-¿A qué te refieres?- le mire extrañado.
Él se me quedo viendo, al parecer no me diría a que se refería, al estar viéndonos el uno al otro pude observar más de cerca su cara, rasgos finos, labios delgados, ojos negros y profundos, un cabello negro y lacio que caía en un cerquillo que tapaba parte de sus ojos, sus labios rojos contrastaban con su pálida piel, debo decir que era bastante hermoso, no habían chicos como el en la ciudad. Sin embargo a pesar de su bella apariencia también daba la impresión de que en su frente se reflejaba la palabra peligro, era como si no fuera un chico cualquiera y su sola presencia fuera un peligro andante, no sabría cómo describirlo.
-Al menos sé que no eres un vampiro- dije riendo divertido recordando lo que el idiota Charles había dicho.
-¿Por qué lo dices?- pregunto frunciendo levemente el ceño.
-Pues los vampiros se suponen que no pueden salir con el sol… y estamos paseando a pleno día- dije sonriendo divertido- a menos que seas como los vampiros de crepúsculo, pero no te veo brillar…
-¿Quiénes?- ladeo la cabeza confuso.
-No nada- reí rascándome la cabeza.
-Así que eres un experto en vampiros- rio levemente al parecer divertido, esa sonrisa era matadora, dios, si fuera una chica caería rendido ante él, por suerte yo era un chico heterosexual.
-Pues se lo básico, luz solar, ajo, cruces…- dije enumerando con los dedos.
-Les gusta la sangre…- dijo el sonriendo esta vez dejando ver sus blancos dientes.
-Pues si… les gusta la sangre… aunque no sé porque pues sabe horrible- hice una mueca de asco.
-Pues para ellos es demasiado sabrosa- volvió a sonreír.
-Creo que tú también sabes bastante sobre ellos- sonreí mirándolo.
-Pues lo básico- dijo el imitando lo que dije lo cual me hizo reír, ¿este chico podía ser gracioso? Bueno descubrí algo nuevo en él.
-¿Estás aquí con tus padres?- pregunte curioso.
-Prefiero no hablar de ello- dijo simplemente.
-¿Acaso tus padres se muraron y tú no querías venir?- el permaneció en un profundo silencio viendo al frente –vale… veo que no quieres hablar de ello… yo vivo con mi abuela, mi padre está de viaje…
-¿Y tu madre?- pregunto viéndome.
-Ahora yo debo decir que no quiero hablar de ello…- sonreí para luego mirarle.
-Está bien, lo respeto- asintió volviendo a ver al frente.
-Si quieres mañana te presento a mis amigos, te aseguro que son geniales- le sonreí.
-Prefiero no llamar la atención- bajo levemente la cabeza.
-Pues ya la llamas- el me miro frunciendo el ceño al parecer confundido- es un pueblo pequeño, no hay muchas personas nuevas en la universidad, y eres sumamente atractivo, es normal que llames la atención…
-¿Soy sumamente atractivo?- sonrió viéndome levantando una ceja.
-Vamos, no te has mirado en un espejo, además las chicas de la clase no te dejaban solo, no harían eso con alguien feo- sonreí.
-¿Tú me consideras atractivo?- trague saliva sorprendido, y rara vez alguien me dejaba en ese estado.
-Claro, pero solo eso, soy hetero, no me gustan los chicos- dije nervioso.
-Es bueno saberlo- rio divertido nuevamente esa sonrisa matadora.
-Además yo también toco un instrumento, es más estoy en una banda con mis amigos, y soy el vocalista, deberías vernos algún día, no somos nada malos- dije sonriendo orgulloso.
-Me parece bien, me gustaría escucharlos- dijo asintiendo levemente.
-Vale, te llevare con nosotros el próximo ensayo- sonreí colocando mi mano en su hombro sintiendo un espasmo de parte de él tanto que rápidamente tomo mi mano apartándola y bajándola.
-Lo siento, mis reflejos… no me gusta que me toquen…- dijo soltando mi mano.
-Descuida…- me quede algo extrañado.
-Debo ir a casa, espero una llamada…. pero te acompañare a casa-
-Tranquilo no tienes que hacerlo, yo puedo llegar por mi cuenta, es un pueblo tranquilo, además no soy una chica, no necesito que me lleven a casa… yo debería preguntarte a ti si quieres ayuda, eres nuevo en la ciudad- sonreí.
-No te preocupes, tengo buen sentido de la orientación… nos vemos entonces- dijo despidiéndose con un gesto de la cabeza y yo con mi mano.
Camine las pocas cuadras hasta mi casa, como el pueblo era pequeño nada quedaba lejos de nada. Al llegar note que mi abuela aun no llegaba, debía estar con la vecina. Así que fui hasta mi habitación recostándome en la cama. Ya allí mande mensajes a mis amigos dándome cuenta de que fui un tonto por no pedirle a Cruz su número. Él era nuevo y no tenía amigos aun, así que podría ser bueno incluirlo en nuestro grupo.
Bueno en realidad con lo guapo que era muchos lo rodearían, pero valía la pena intentar. Cerré mis ojos y por mi mente solo pasaban imágenes de él, el tocando el violín, el caminando a mi lado, el sonriendo, sus ojos, sus labios, dios, era jodidamente sexy, ¿¡por dios que estoy diciendo!? Soy un chico y soy heterosexual, hasta este momento en mi vida nunca considere sexy a otro chico.
Debía tener una dosis de sexo con alguna chica linda, tome mi teléfono y marque a una chica con la que me suelo ver simplemente para coger, pero esta me dijo que recién estaría libre mañana, y bueno, podía esperar un día.
Mientras no tenía nada que hacer me puse a terminar mi trabajo o mañana volvería a recibir el regaño del profesor. Mientras lo hacia las imágenes de Cruz venían una y otra vez a mi mente, dios, mañana debía si o si coger para sacarme esas imágenes de mi mente y que mejor que unos buenos pechos y un buen trasero.
Continuara…
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Capítulo 2: unidos.
Al día siguiente desperté muy cansado y al mirar el despertador me di cuenta de que faltaban 10 minutos para que comenzaran las clases lo que me hizo saltar de la cama. Ese día no tendría tiempo de realizar mi ritual mañanero de respiración, me vestí lo más rápido que pude y baje dándome cuenta de que mi abuela estaba sentada bebiendo su café.
-Buenos días abuela ¿Por qué no me despertaste?- dije bebiéndome la taza de café de una sentada.
-Te llame unas 5 veces- dijo ella riendo.
-¿Por qué soy así?- dije colocando mis manos en mi cabeza haciéndola reír aún más- bueno, me marcho sino mis profesores se enojaran porque llegué tarde… otra vez…
Le bese la frente para salir caminando o más bien corriendo de mi casa. Tarde un poco en llegar y evidentemente las clases ya habían comenzado, creí que podría llegar sin ser visto pero la puerta hizo un chirrido provocando que todos se giraran a verme, incluso el profesor el cual se cruzó de brazos viéndome.
-A ver joven Steel, ¿cuál es su excusa hoy?- dijo el profesor cruzándose de brazos.
-¿Se murió mi gato?
-Otra vez, ya uso esa excusa la semana pasada.
-Dije gato, quise decir canario.
-Esa la uso hace dos semanas.
-¿Mi perro?
-Deberé llamar a control de animales pues sus mascotas suelen morir cada semana de forma inexplicable- todos en la clase rieron, note como el chico nuevo tampoco pudo aguantarse pues rio también- solo siéntese.
Asentí yendo a mi lugar de siempre junto a mis amigos, debería sentirme avergonzado pero no era mi caso, solía llegar tarde muchas veces y evidentemente mis excusas se agotaban. Las clases transcurrieron aburridas como de costumbre.
Al llegar el receso quise levantarme para ir a saludar a Cruz pero pronto las chicas de ayer se me adelantaron y no me dejaron ni acercarme, así que desistí y fui con mis amigos.
-¿Es mi impresión o querías ir con el nuevo?- dijo burlón Guille.
-No que muy hetero y ya cayo rendido por el nuevo- rio Anika.
-Ya chicos, no es eso, es que ayer de causalidad me lo encontré cuando paseaba por el bosque y tuvimos una charla, es muy buen chico a pesar de lo cayado que parece- dije sonriendo como de costumbre.
-¿Te encontraste al nuevo en el bosque?- asentí a Anika- ¿Qué hacia el chico nuevo en medio del bosque?
-Tocaba el violín.
-¿Toca el violín… y es bueno?- preguntó Guille.
-Sí, es genial- dije sonriendo- ¿qué opinan de invitarlo a comer en el almuerzo?
-¿Seguro que querrá? Ya tiene varias admiradoras- dijo Guille señalando como las chicas querían entablar conversación y el solo las miraba algo incómodo.
-Claro que si- me iré a el- hey Cruz- él se giró a verme - ¿quieres comer con nosotros luego?- no solo el sino las chicas a su alrededor se giraron a verme y ellas con clara molestia en sus miradas, al parecer se dio cuenta que era o comer con nosotros o aguantar a esas chicas interrogándolo todo el rato.
-Si, claro- dijo simplemente cosa que sorprendió a medio salón, el simplemente volvió a ignorar a todos cosa que me hizo sonreír y a los demás quedarse con la boca abierta.
-Ven- dije con aires de importancia cuando terminó el receso y continuaron las clases.
Al llegar la hora del almuerzo todos tomaron sus cosas, algunos iban a sus casas a almorzar otros lo hacían en la cafetería de la universidad. Mis amigos y yo esperamos fuera del aula a Cruz cuando este salió sonreí.
-Que tal amigo- sonreí- ellos son mis amigos Guillermo, Sebastián y Anika.
-Mucho gusto, me alegra que vengas con nosotros a comer- dijo Anika sonriéndole con cierta coquetería, ella no era de las chicas que se impresionara con la apariencia pero es que el chico estaba demasiado bueno.
-Puedes llamarme Guille, mucho gusto.
-Hola- dijo el siempre callado Sebastián.
-Mucho gusto, me llamo Cruz Valentine, es un gusto conocerles- dijo muy respetuosamente.
-No necesitas ser tan formal- dije riendo colocando mi brazo sobre su hombro sorprendiéndome de que esta vez no me apartó la mano, simplemente asintió.
Fuimos hasta la cafetería los cinco hablando simplemente de las clases del día con total naturalidad.
-Y dinos, chico nuevo, ¿te ha gustado la ciudad?- pregunto Anika.
-Viniendo de un lugar tan impresionante es increíble que termines en una universidad en un pueblito como este- dijo Guille.
-Ammm respondiendo a sus preguntas- dijo Cruz sonriendo levemente- la ciudad me gusta, parece muy… tranquila… y sí, me gusta el lugar, siempre eh estado en ciudades grandes, es un cambio drástico pero necesario.
-¿Necesario porque?- pregunte yo.
-Mi madre quería cambiar de aires, estaba cansada de las grandes ciudades…
El resto de la plática fue sobre el trabajo en grupo que había dejado el profesor de la segunda hora e inmediatamente le preguntamos a Cruz si quería ser nuestro compañero de trabajo, el acepto, al parecer estaba encajando bastante bien en nuestro grupo.
-El vampiro se junta con los raritos, que sorpresa- dijo Charles que pasaba cerca provocando la risa de sus amigos.
-Pues este pueblo si tiene algo malo, y es eso- dijo en voz alta Guille señalando directamente a Charles.
-¿Qué insinúas rarito?- dijo acercándose Charles.
-Que esta ciudad sería un paraíso en la tierra de no ser por ti- dijo este plantándole cara.
-En realidad la ciudad sería un paraíso si no estuvieras tú y tus amiguitos- dio Charles.
-El que se mete con todos eres tú.
-Solo me meto con raritos como tú y tus amigos ya que dan mala espina a todos- dijo empujándolo, las cosas se complicaban y todo porque Guille no sabía cerrar la boca, le encantaba provocar a esos idiotas.
Comenzando a empujarse entre ellos, esto iba a acabar mal, me pare y me puse entre ellos intentando separarles, Charles quiso golpearme por meterme pero un simple golpe en el estómago lo dejo sosteniéndoselo agachado, creo que use demasiada fuerza.
-Perdón, ¿te duele?- lo dije sinceramente pero sonó más a provocación.
Pronto sus amigos me avanzaron a mí pero cuando iban a pegarme, para lo cual ya estaba preparado Cruz tomo el brazo de uno de ellos apretándolo hasta el punto de dolerle bastante pues dio un chillido apartándose. De mirar hacia ese otro lado no me di cuenta de que Charles se me había acercado y cuando quise ver me había golpeado en la mejilla partiéndome el labio.
Eso me molestó bastante y se lo habría devuelto pero llegaron unos profesores que al ver la pelea fueron a apartarnos, como castigo nos corrieron y no nos dejaron estar en las siguientes clases del día, a ninguno de los involucrados, a excepción de Anika y Sebastián que no habían participado. Ellos nos dijeron que nos pasarían la tarea y lo que trabajaran. Guille, Cruz y yo por nuestra parte tuvimos que irnos si bien Cruz no golpeo a nadie los estúpidos aquellos lo inculparon también a él.
-Lamento que te vieras involucrado en esto- dije apenado a Cruz, era algo que siempre nos pasaba en especial a Guille y a mí.
-Descuida, ya eh tratado con tipos así…
-¿No se molestará tu madre?
-Técnicamente soy un adulto, además me conoce lo suficiente como para no desconfiar de mi criterio, sabe que si golpeo a alguien es por algo… además técnicamente no los golpee, pero ganas no me faltaron.
-Aun así lamentamos haberte metido en eso…- dije disculpándome- tu segundo día y tus nuevos amigos provocan que te echen de clases…
-¿Amigos?- dijo viéndonos extrañado.
-Obvio, ya eres de los nuestros o que creías, luego de ayudarnos así… - dijo Guille riendo, Cruz no dijo nada pero sonrió.
-¿Desde cuándo son amigos?- pregunto intrigado.
-Uff desde que éramos cachorros formamos una manada los cuatro- dijo Guille a lo que yo sonreí divertido.
-¿Manada?- dijo Cruz viéndonos extrañado.
-Es una forma de decir- sonreí- es que somos tan unidos que es como tener nuestra propia manada, y si gustas puedes unirte, nos cuidamos entre todos.
Cruz sin decir nada acepto la propuesta y si, desde ese momento paso a ser parte de nuestro grupo, de a poco el joven tan frio y reservado se fue volviendo muy amigo nuestro, salía con nosotros a todas partes y se juntaba en cada descanso. Incluso nos llevó en ocasiones a su casa donde nos presentó a su madre, era una mujer bajita y delgada con una forma de ser muy amable y estaba encantada de que su hijo tuviera amigos al parecer.
Nunca imaginamos que esa paz que en esos momentos estábamos viviendo pronto se vería eclipsada por la llegada de esa persona…
Continuara….
Beso de Sangre (Maky x Cruz) OriginalTemática sobrenatural. |
